Napoli recuperó la cima con goleada al Bologna

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Reuters.- ENapoli regresó a la senda del triunfo en su presentación en el Estadio Diego Armando Maradona donde venció 3-0 al Bolonia, con lo que se mantiene en la cima de la Serie A. Hirving Lozano, por su parte, salió de cambio al minuto 65.

El partido comenzó movido, con un Chucky Lozano comprometido con su equipo. De hecho, una recuperación del mexicano, tras la presión alta del Napoli, le permitió a Fabián Ruiz poner el balón en el ángulo izquierdo de la portería del Bolonia (17′).

Osimhen, Mario Rui, Anguissa. Casi todo el Napoli intentó ampliar la ventaja en el primer lapso pero fue Lorenzo Insigne (40′) quien lo lograría por la vía del penalti, tras una mano de Gary Medel.

Luego de 15 minutos de complemento en donde el Napoli y el Bolonia trataron de hacer daño a las respectivas porterías rivales, llegó una nueva pena máxima. A los 60 minutos, Osimhen fue derribado en el área. Insigne tomó el balón y lo convirtió en su segundo gol del encuentro.


A partir de ahí, aparecería una oleada de cambios entre los que destaca la salida del mexicano por Matteo Politano. Pese a las sustituciones, el partido no se modificó, el Napoli seguía atacando y con opciones de incrementar su ventaja.

No obstante, el partido llegó a su fin. Los intentos del Napoli se estrellaron en la defensiva del Bolonia que ya no quería más daños. Con este resultado, el equipo Partenopei se mantiene en la cima de la Serie A con 28 unidades, mientras que el Bolonia se queda en el puesto 12 con esa misma cantidad de puntos.

Foto: Napoli SSC.

El Inter goleó al Bologna para volver al triunfo

Inter

AFP.- El Inter de Milán goleó 6-1 en su estadio al Bolonia (8º), este sábado en la cuarta jornada de la Serie A, un resultado que le sirve para situarse al frente de la tabla, a falta de que Roma, Milan y Nápoles jueguen sus partidos, informó AFP.

Los vigentes campeones tienen 10 puntos y los tres equipos perseguidores suman 9. Roma visita al Hellas Verona (19º) el domingo, mientras que el Milan tienen un duro enfrentamiento con el Juventus (16º), protagonista de un arranque por debajo de las expectativas. El Nápoles cierra la fecha el lunes ante el Udinese (6º).

En el Giuseppe Meazza, el Inter goleó con tantos de Lautaro Martínez (6), Milan Škriniar (31), Nicolo Barella (34), Matías Vecino (55) y un doblete del veterano ariete Edin Dzeko (63, 68).

Agresivo en la presión, incisivo en sus contras y preciso en la construcción, el equipo dirigido por Simone Inzaghi no dejó ninguna opción a un Bolonia que ha protagonizado un notable arranque de campeonato.

«Estaba preocupado porque tras un partido como el del Real Madrid, en el que claramente merecimos más, había un poco de alarma. Pero los chicos afrontaron el partido de la mejor manera posible», dijo Inzaghi.

Cinco jugadores marcaron en el Inter, pero brilló especialmente un trío; Federico Dimarco, Denzel Dumfries y sobre todo Marcelo Brozovic, el jefe de una orquesta brillante.

«Estoy muy contento. Creo que fue un buen partido para nosotros, tras la derrota contra el Real Madrid necesitábamos regresar e hicimos un muy buen trabajo como equipo», dijo Dumfries.

El Inter, que inició la Champions el miércoles con una derrota por la mínima en casa ante el Real Madrid en un partido en el que desaprovechó un gran número de ocasiones, se mostró mucho más efectivo este sábado.

La fiesta comenzó en el minuto 6, cuando Dumfries desbordó por la derecha para centrar y Lautaro fusiló al arquero.

Skriniar amplió la cuenta con un cabezazo y cuatro minutos después Brozovic lanzó a Dumfries y su centro fue mal despejado por la defensa. Barella solo tuvo que empujarla a las mallas.

El técnico del Bolonia Sinisa Mihajlovic poco pudo cambiar al descanso. Sus jugadores siguieron dejando grietas a los interistas. Vecino controló y marcó de cerca tras un nuevo error de la defensa.

A la hora de juego Brozovic de nuevo envió un balón tenso al área que Lautaro dejó pasar con inteligencia para Dzeko, que abrió su cuenta. El delantero bosnio logró su doblete cinco minutos después al aprovechar un pase de Alexis Sánchez, notable en los minutos que tuvo.

Otros resultados

En el primer partido del día el Fiorentina (5º) mantuvo su buena trayectoria con un triunfo 2-1 sobre el Génova (14º).

Finalmente el Atalanta (7º) logró una trabajada victoria 1-0 en la cancha del Salernitana, colista sin sumar puntos en los cuatro primeros partidos, que dejó una buena imagen, con varias ocasiones claras e incluso un poste.

Pero a un cuarto de hora del final el colombiano Duván Zapata recibió de espaldas y se sacó un tiro que significó la victoria para el equipo que disputa la Champions.

Foto: AFP

La Juve superó sin sobresaltos al Bologna

Prensa Juventus.- Los dirigidos por Andrea Pirlo convirtieron un gol en cada tiempo para llevarse el triunfo contra el Bologna este domingo al mediodía en el Allianz Stadium. Arthur convirtió el primer gol de la Juve con un remate de media distancia que se desvió en un rival, y en el complemento fue Weston McKennie el responsable de convertir el tanto definitivo.

El equipo podría haber sentenciado el trámite antes del gol del norteamericano, y suplieron la falta de puntería con un gran esfuerzo colectivo desde el inicio hasta el final del partido.

La Juve comenzó bien, moviendo la pelota mientras Bologna trataba de replegarse y buscar contragolpes. Dejan Kulusevski se combinó dos veces con Weston McKennie, pero el norteamericano no logró romper el cero. La visita salió con la idea de aprovechar la velocidad de Musa Barrow, siempre listo para buscar los huecos de la defensa. Roberto Soriano elaboró una buena jugada que Emanual Vignato no pudo concretar. Luego de eso, Juventus respondió convirtiendo el primer gol del encuentro: Arthur remató de media distancia y un desvío en Jerdy Scouten desacomodó a Lukasz Skorupski para transformarse en el 1-0.


Bologna salió a buscar el empate y tuvo un par de oportunidades a partir del talento de Riccardo Orsolini, pero fue Juventus quien se encargó de generar peligro. Cristiano Ronaldo forzó una buena intervención de Skorupski, y en el rebote Federico Bernardeschi estuvo a punto de estirar la ventaja, pero el portero reaccionó de forma brillante. El número 33 volvió a toparse con el guardameta polaco. Los dirigidos por mantuvieron su juego de ataque y Arthur habilitó muy bien a Juan Cuadrado, quien no logró definir después de recorrer más de 40 metros. Bologna tuvo una ocasión a partir de un remate de Soriano, y Skorupski volvió a hacerse presente para evitar un gol de McKennie luego de un centro de Cuadrado. La primera etapa finalizó con la ventaja mínima en favor de la Juventus.

La segunda mitad vio a Wojciech Szczesny evitando un gol en propia puerta de Cuadrado, luego de que el colombiano impacte un centro de Schouten. El polaco volvió a aparecer para despejar intentos de de Barrow y Orsolini. El trámite del partido se hizo abierto, pero resultado no se modificó a pesar de las llegadas. Nicola Sansone disparó fuera, y Juventus respondió por intermedio de Cuadrado. Pirlo dispuso el ingreso de Álvaro Morata por Bernardeschi, cambiando la posición de Kulusevski. El español se involucró de inmediato, combinado con Cuadrado y haciendo trabajar a Skorupski. De ese tiro de esquina llegó el segundo tanto: McKennie cabeceó de forma perfecta para convertir su tercer gol de la temporada en liga.

McKennie pudo haber conseguido su segunda conquista después de un centro de Cristiano Ronaldo, pero Skorupski reaccionó bien. Pirlo dispuso los ingresos de Matthijs De Ligt, Adrien Rabiot y Aaron Ramsey, quienes reemplazaron a Leonardo Bonucci, Arthur y Kulusevski. Ronaldo y Rabiot contaron con oportunidades, pero ninguno pudo contra Skorupski. Juventus se quedó con el triunfo por 2-0, confirmando su buen momento luego de haber conquistado la Supercopa. Una performance sólida para conseguir un nuevo triunfo.


JUVENTUS 2-0 BOLOGNA (HT: 1-0)

GOLEADORES: Arthur 15, McKennie 71.

JUVENTUS: Szczesny; Cuadrado, Bonucci, (de Ligt 78) Chiellini, Danilo; Bernardeschi (Morata 68), Arthur (Rabiot 78), Bentancur, McKennie (Demiral 90+2); Kulusevski (Ramsey 78), Ronaldo.
Suplentes: Buffon, Pinsoglio, Frabotta, Dragusin, Di Pardo, Fagioli, Chiesa.
Entrenador: Pirlo.

BOLOGNA: Skorupski; De Silvestri (Soumaoro HT), Danilo L., Tomiyasu, Dijks (Palacio 76); Schouten, Svanberg (Dominguez 64); Orsolini (Skov Olsen 76), Soriano, Vignato (Sansone HT); Barrow.
Suplentes: Da Costa, Breza, Hickey, Soumaoro, Paz, Baldursson, Poli.
Coach: Mihajlovic.

Árbitro: Sacchi.
Asistentes: Vivenzi, Prenna.
Cuarto Árbitro: Ghersini.
VAR: Calvarese, De Meo.

Amarillas: Vignato 14, Kulusevski 21, Chiellini 47, Arthur 52, Dijks 62.

Foto: Juventus FC

El Bologna remontó ante el Inter en San Siro

Be Soccer.- El argentino Lautaro Martínez falló este domingo el penalti que podía darle al Inter de Milán una ventaja de dos goles contra un Bologna que terminó remontando y ganando 1-2 en el Giuseppe Meazza, lo que deja al equipo milanés fuera de la lucha por el título liguero.

Lautaro perdonó desde los once metros a la hora de juego, cuando el Inter estaba en superioridad numérica por la roja a Roberto Soriano, y su equipo se derritió a continuación y sucumbió ante los goles de los gambianos Musa Juwara y Musa Barrow, éste a pase del argentino Nicolás Domínguez.

El equipo del técnico Antonio Conte contaba con una gran oportunidad para colocarse a un solo punto de la segunda posición de la Lazio, que perdió este sábado 3-0 contra el Milan, pero sufrió un duro revés que le deja tercero, a once puntos de un líder, la Juventus, que acaricia su noveno ‘Scudetto’ consecutivo.

Y eso que el Inter disputó una primera mitad sólida, en la que se adelantó gracias al belga Romelu Lukaku tras un cabezazo a un poste de Lautaro Martínez, generoso y luchador, pero todavía falto de brillantez a la hora de definir.

Foto: EFE.

Roberto Baggio, el genio que Italia no supo comprender

Tony Cittadino (Mallorca).- Roberto Baggio es uno de los mejores futbolistas italianos de todos los tiempos. Su calidad con el balón se demostró una y otra vez, superando las tortuosas lesiones y jugando, prácticamente, con una rodilla. Aunque la relación con la mayoría de sus entrenadores no fue buena, el amor de los fanáticos los dividió entre el héroe de la cancha y el villano por errar el penal en el Mundial del 94. Un fallo que parece que nunca le perdonaron.

Baggio nació el 18 de febrero de 1967 en Caldogno, un pueblo de casi 11 mil personas cerca de Vicenza. En su autobiografía Una Porta Nel Cielo (2001), recordó que fue el sexto de ocho hermanos: Gianna, Walter, Carla, Giorgio, Anna Maria, Nadia y Eddy. Su madre es Matilde y su padre, Florindo, un ex jugador de fútbol y ciclista.

Su nombre fue en honor a dos jugadores estelares de la Juve e Italia: Roberto Boninsegna y Roberto Bettega. Comenzó a jugar a los 6 años y su firma con el Vicenza, su primer equipo, fue en parte gracias al párroco de la iglesia, que vio sus dotes de jugador y habló con la directiva del equipo. En 1979, anotó 42 goles y realizó 20 asistencias con el equipo juvenil de Caldogno. En total, en las juveniles llegó a marcar 110 goles en 120 partidos.

El Vicenza lo firmó cuando tenía 13 años, por 150 mil liras y debutó tres años más tarde, en la temporada 1982-1983. Sus ídolos eran los brasileños Cinesinho y Zico. La primera de sus tantas lesiones fue en 1982, en el menisco de la rodilla izquierda.

Ya en el Vicenza, había despertado el interés de la Fiorentina, la Sampdoria, el Torino y la Juventus. Su primer tanto fue el 3 de junio de 1984, ante el Brescia. Ya tenía 16 años. Irónicamente, lo haría con un penal. Como fue marcado por el destino. Un remate sutil, a ras del suelo, al lado izquierdo de la portería, engañando al arquero.

El 5 de mayo de 1985 se lesionó, dos días después de firmar con la Fiorentina por dos millardos 700 mil liras. Con el Vicenza jugó tres temporadas y en la última, la 1984-1985, anotó 12 goles en 29 partidos de la liga.“Me lesioné en el juego ante el Rimini, equipo del que era director técnico Arrigo Sacchi. Ganábamos un gol por cero, con un gol mío. Iba corriendo, me resbalé y la pierna se dobló hacia atrás. Sentí un dolor muy fuerte. Algunos pensaban que estaba fingiendo. Me rompí el ligamento cruzado anterior, la cápsula y el menisco de la pierna derecha. Ahí comenzó el calvario”, explicó al programa Sfide de la RAI.

Baggio se operó en Saint-Étienne con el doctor Bousquet. Fue el 5 junio, un mes después de la lesión. Le reconstruyeron la rodilla. La cirugía le dejó 220 puntos de sutura internos. Baggio más nunca fue igual en el campo, aunque sí supo reinventarse. En su libro explicó que se acercó al budismo por primera vez en 1987, gracias a su amigo Maurizio Boldrini. Fue dos años después de haberse lesionado.

“Cuando me lesioné, todos dijeron que debía retirarme. En ese tiempo, no lograba tener continuidad y no creía en mí mismo. Salía muy poco, porque siempre tenía que tener hielo en la rodilla y porque tenía miedo”, explicó Baggio, quien fue católico, pero no por fe, sino por costumbre.

El 12 de enero de 1988 inició su camino en el budismo y allí pudo refugiarse y salir adelante, porque se quería morir. No tenía esperanzas. Dos semanas después de la operación, pesaba 56 kilos. Había perdido 12, porque no dormía, ni comía.

“La operación fue un éxito científicamente en esos años, pero para mí fue terrible. La rodilla la tenía inflamada como un melón y la tenía sostenida por barras metálicas a los lados. Tenía un dolor terrible y estaba destruido. El dolor me traspasaba el cráneo. Era alérgico a los antiinflamatorios y los que me aplicaban, ni los sentía. Me sentía tan mal, que una vez le dije a mi madre que si me quería, que me matara, porque no aguantaba más. Era un tormento las 24 horas del día”, relató en su libro.

Su llegada a la Fiorentina

Baggio volvió al terreno de juego, luego de su traumática recuperación. Fue su primera campaña en Serie A con la Fiorentina en la zafra 1986-1987. Entre liga y Copa Italia, disputó 10 partidos y anotó tres goles.

En su libro, Baggio define a la entidad viola como su gran amor, porque creyeron en él y le ayudaron a recuperarse. “Nadie me entenderá, sino vivió lo que viví y si no conoce Florencia. Cuando llegué, era un campeón virtual. Tenía 18 años y un currículum de fenómeno, pero con una rodilla reconstruida. Estaba mal y la ciudad me amó rápido, confiando en mí, adoptándome como a su familia”.

El técnico que lo recibió fue Aldo Agroppi y nunca dudó de su talento. “Tenía prisa en recuperarlo, porque tenía enfrente a un gran jugador. Era inútil negarlo. Quería dirigir a un gran jugador y regresarle su valor. No pensaba en otra cosa”, dijo el estratega a Sfide.

El 3 de septiembre de 1986 debutó con el equipo ante el Empoli, en duelo de Copa Italia con par de tantos. Sin embargo, a las tres semanas volvió a romperse el menisco y tuvo que pasar de nuevo por el quirófano.

El 17 de septiembre de 1989 dio su primera gran muestra de su talento y su recuperación, al anotar un golazo ante el Napoli de Maradona en el estadio San Paolo. Tomó el balón desde antes del mediocampo y en una corrida triunfal, se fue quitando a los rivales con regates. Al llegar al área, superó al portero Giuliano Giuliani en el mano a mano y definió a puerta vacía.

Su crecimiento con el equipo viola siempre fue a más. Entre la campaña 1987-1988 y la 1989-1990, anotó 52 goles en 121 juegos entre liga y copa nacional. Los fanáticos soñaban con la nueva estrella del equipo, pero todo cambió justo antes del Mundial Italia 90.

Su partida a la Juventus, uno de los grandes rivales en el fútbol italiano, desató protestas en la ciudad, con un saldo fue de 50 heridos y 54 detenidos. El presidente del club, Ranieri Pontiello, explicó que la transacción fue para salvar a la entidad económicamente. “Su traspaso era una acción para evitarlo. Teníamos que igualar los balances económicos de la Fiorentina”.

Baggio dijo que quería quedarse en el club, pero se fue porque lo habían vendido. No era su deseo.

La magia en Italia 90

Baggio había debutado con la selección absoluta el 16 de noviembre de 1988 y su primer gol fue con un tiro libre, el 22 de abril de 1989 ante Uruguay. Había mucha expectativa de lo que podría hacer. Su convocatoria al Mundial, era el premio a la constancia.

Pero los días previos a Italia 90 no fueron fáciles, porque los fanáticos de la Fiorentina iban a Coverciano a increpar al jugador durante los entrenamientos. Por ese motivo, el director técnico de la selección italiana, Azeglio Vicini, debió cerrar las prácticas al público.

Debutó ante Checoslovaquia, en el tercer juego de la fase de grupos. Fue el 19 de junio de 1990 y en el minuto 77 anotó un gran gol con una jugada personal desde la mitad del campo. Un tanto parecido al que marcó con la Fiorentina en la Serie A. En esa Copa del Mundo, anotó dos tantos en cinco partidos. “Fue una emoción increíble e inexplicable, porque era mi primer juego y aseguramos la victoria”, dijo a Sfide.

Italia quedó eliminada en semifinales ante Argentina. Empataron a un gol en 120 minutos y cayeron en penales cuatro por tres. En el duelo por el tercer lugar, anotó uno de los dos tantos en el triunfo frente a Inglaterra. El segundo gol fue un penal de Salvatore Schillaci, al que Baggio le cedió para tirarlo y quedarse como líder goleador de la Copa.

La gloria con la Juventus

Baggio pasó a la Juventus y se consagró como un campeón, a pesar de admitir que no se acostumbró a la ciudad de Torino. “Il Codino”, apodado así por el presidente del club, Giovanni Agnelli, tuvo un rendimiento nunca antes visto. Marcó 102 goles en 171 juegos, entre la temporada 1990-1991 a la 1993-1994, la campaña previa al Mundial, perforó 22 veces las redes en 41 choques en todas las competiciones.

El momento más duro de su primera zafra con la Vecchia Signora, fue el regreso al Artemio Franchi de Florencia, donde se negó a tirar un penal por respeto a su antiguo club. Fue el 7 de abril de 1991 y el conjunto local ganó uno por cero. A pesar de ello, los fanáticos lo pitaron hasta el cansancio.

“No lanzar el penal era una decisión que habíamos tomado el día anterior, con el director técnico Luigi Maifredi. Si fallaba, entonces dirían que lo habría hecho a propósito”, expresó Baggio en Sfide. El propio estratega, confirmó la versión del jugador. “Camino a Florencia hablé con él y dijo que si eventualmente se pitaba un penal, no quería lanzarlo. Ganas tendría, pero no quería para evitar polémicas”.

En la contienda 1991-1992 llegó Giovanni Trapattoni como director técnico y se dio la tan esperada explosión de Baggio. Fue clave para ganar la Copa UEFA 1992-1993, al anotar par de goles en la victoria de tres por uno en la final ante el Borussia Dortmund. Alzó la copa como capitán y logró su primer trofeo internacional. “Fue algo bellísimo, porque fue la coronación de un año difícil”.

Al final del año 1993, ganó el Balón de Oro, siendo el cuarto italiano luego de Omar Sivori (1961), Gianni Rivera (1969) y Paolo Rossi (1982). También se quedó con el galardón FIFA World Player.

En su última campaña, la 1994-1995, anotó 14 dianas en 29 duelos en todas las competiciones y alcanzó el doblete con el título de liga y la Copa Italia, ahora con Marcello Lippi como estratega. En cinco temporadas con los bianconeros, jugó 200 partidos y marcó 115 goles.

La decisión de marcharse la tomó luego de que Bettega le comentó que si quería quedarse, debía rebajarse el sueldo a la mitad. “En el invierno había explotado Alessandro Del Piero y la directiva no tenía ganas de apostar por un jugador como yo, con 28 años y un sueldo alto. Estaba contento por Del Piero, porque lo vi crecer en los entrenamientos. Confiaba en mí, me pedía consejos y lo ayudaba”, recordó “Il Codino en su autobiografía”.

El tormento de Pasadena

Su segundo Mundial fue el de Estados Unidos 1994. En su libro describió el episodio de la final ante Brasil como una carga que siempre lo acompañó. Fue el domingo 17 de julio. Cómo olvidarlo. Antes de que arrancara la Copa del Mundo, su líder espiritual budista Daisaku Ikeda, le dijo, lo que a su juicio, era una profecía: “Ese Mundial lo ganarás o lo perderás en el último segundo”.

Baggio dijo que esas palabras las analizó día y noche y que la molestia en la pierna derecha que venía arrastrando del juego ante Bulgaria, no era impedimento para poder jugar el partido decisivo, a pesar de las críticas de algunos medios de comunicación y fanáticos.

El 10 de Italia ejecutó el último penal de la tanda, pero la pelota se marchó por encima del travesaño y Brasil se llevó la copa. “No basta cerrar los ojos para no verlo. Es como si lo reviviera todas las veces. El vuelo de la pelota, el silencio de mis fanáticos, los gritos de los otros, el abrazo de Gigi Riva. Pero ningún abrazo podría curar mi soledad. Una vez más, estaba solo”.

El estelar delantero aseguró que su vida nunca fue igual, después de ese momento. Se sintió señalado y fue hasta injusto, porque Italia llegó a la final por sus dos goles ante Nigeria, su diana ante España y su doblete frente a Bulgaria.  Además, antes que él habían fallado Franco Baresi y Daniele Massaro, algo que quizás pocos recuerdan. Si Baggio hubiera marcado, igual Brasil tenía una oportunidad más.

“Los años siguientes fueron los peores. No era yo. La carga hizo que olvidara los regates de mi infancia. Nunca había llegado hasta el fondo, porque perder en el campo está bien, pero no perder por un penal. Uno no debería ni siquiera festejar después de la victoria, porque no es una victoria. Nunca. El balón se fue muy alto. Es para reír, porque casi nunca fallé penales y los que fallé, me los pararon”, agregó en el libro.

Su amargo y triste relato no queda allí. “Uno ve al centro de la portería, a media altura, sabiendo que el portero se lanzará al otro lado. Pero la pelota agarra otro destino, como llevada al cielo por una mano invisible, tres metros por encima del travesaño. Los brasileños dicen que fue el gran Ayrton Senna. Pero lo único que queda es el dolor, con el que tienes que aprender a vivir”.

Afrontar la realidad no fue fácil. “Ese penal lo lancé luego, tantas veces. En los sueños, en el pasillo de la casa, hasta en la televisión y siempre marqué. Pero en los sueños, todo es diferente. La noche es una tortura, pero en la mañana estoy tranquilo. Voy al punto penal y antes de chutar, sé que marcaré. Cuando termina el sueño, despierto sonriente, como si hubiera anotado de verdad. Como si la carga se hubiera acabado. Pero es una ilusión. El peso se mantiene”.

Su paso por el Milan

En la temporada 1995-1996 pasó al Milan del poderoso político Silvio Berlusconi, club con el que anotó siete goles en 28 juegos y ganó el segundo título de liga de su carrera, ahora con Fabio Capello como dirigente. A pesar de su rendimiento, no fue convocado por Sacchi para la Eurocopa 96. De hecho, su presencia en la selección se fue reduciendo luego del Mundial.

“Cuando la Juve cambió de directiva, entendí que no estaba en sus planes. Elegí al Milan, porque fueron los que más me quisieron o los que me lo hicieron entender mejor. Me querían desde que estaba en la Fiorentina. Ahora estaba con Capello, ganando otro scudetto y con jugadores como Weah, Savicevic y Maldini”, dijo Baggio en su autobiografía.

En la zafra siguiente, anotó cinco dianas en 23 choques de la Serie A, pero se planteó nuevos horizontes. “Cuando Capello regresó a final de temporada, me dijo que no tenía más espacio para mí. Entonces fue momento de buscar otro equipo, porque faltaba un año para el Mundial. En esos años, gané todo lo que se podía ganar. Lo hice a mi modo. Trabajando duro”.

Baggio consideró que su firma con el equipo lombardo fue sencilla. “La Juve quería llevarme al Inter y yo dije, ‘no señor’. El Milan me había comprado moralmente en 1990, pero no se dio. Con Capello estuve bien al inicio, pero luego no. Cuando el juego se ponía bueno, me sacaba. Decía que era para cuidarme”, agregó.

La relación con el técnico se fue deteriorando sin freno. “Cuando se fue del Milan, parecía que quería arreglar cuentas con el equipo. Ya nadie lo soportaba en el vestuario. Una vez luego de ganar el scudetto, veníamos de regreso en un viaje de pretemporada y comenzó a decir cosas con doble sentido sobre mi talento. Decía que yo no aceptaba las sustituciones y que era mimado por la prensa”.

El 10 sintió que comenzaba a molestar y no quería ser un estorbo. “Entendí que era la hora de quitarles un problema. Me tenía que ir y me fui, aunque no me dolió como en el pasado. Había madurado. Solo quería conseguir un equipo en el que tuviera espacio”, explicó y recordó que con Berlusconi tuvo una mejor relación “porque además era diferente de Agnelli. Menos formal y más directo”.

Goleador en el Bologna

Su quinto uniforme lo vistió en la temporada 1997-1998, junto antes del Mundial. Luego de estar en los planes del Parma, se cayó la negociación. El Bologna lo había firmado y tuvo un rendimiento excelente, con 22 goles en 30 juegos. Fue la temporada en la que más goles firmó en su carrera, desde que anotó 21 para ganar el Balón de Oro. Sin embargo, no fue suficiente y el equipo terminó en el octavo lugar con 48 puntos.

Aquí también tuvo roces con el director técnico Renzo Ulivieri, quien lo dejó fuera de las convocatorias ante sus ex equipos Milan y Juventus. “El entrenador hace sus escogencias técnicas y pagué por eso, pero siempre pensé primero en el equipo”, explicó en Sfide.

“Ulivieri no me quería y lo dejó bien claro. Una vez no jugué por sanción y al regresar, la banda de capitán la tenía Marocchi. Me dijo que la semana que viene me la regresaba, pero nunca lo hizo. Más nunca fui capitán”, rememoró en su autobiografía.

Baggio anotó ocho goles en los últimos cinco partidos de la temporada, quedando en pleno estado de forma para el Mundial Francia 1998. Al final, se ganó la convocatoria del ahora director técnico Cesare Maldini. “Cuando me llamó para darme la noticia, pensé que era un chiste. Era una convocatoria de emergencia”.

La aventura de Francia 98

Su tercer Mundial fue el de Francia 1998, al que llegó peleando la titularidad con Del Piero, el ahora estelar jugador de la Juventus por el que la Vecchia Signora decidió apostar tres años antes en detrimento de Baggio.

“Me sentía parte del grupo, era feliz y confiaba en mí. Pero se hablaba de espacio limitado y de una rivalidad con Del Piero, que nunca existió”, dijo en su libro. El delantero disputó cuatro juegos y anotó dos goles, pero rara vez fue titular. Fue el primer jugador italiano en marcar en tres Copas del Mundo diferentes.

En el debut ante Chile el 11 de julio, dio una asistencia magistral a Christian Vieri y anotó el gol del empate a dos desde el punto penal. Otra vez, con el reto de los 12 pasos. “Pensé que si lo fallaba, me tendría que ir del país. En esos segundos, me pasó de todo por la cabeza”.

Baggio marcó con un remate bajo, a la derecha del portero. El otro tanto fue ante Austria. Italia quedó eliminada por tercer Mundial consecutivo en penales, ahora ante Francia. En la prórroga, falló el Gol de Oro con un remate cruzado espectacular, que salió fuera por poco.

“Cuando vi que falló Di Biagio desde el punto penal, me dieron ganas de llorar otra vez. Entendí que otra se había acabado y, de nuevo, de mala manera. Tenía un sabor de derrota muy amargo”.

El Dream Team del Inter

Luego del Mundial, volvió a cambiar de equipo. Ahora regresaba a Milán, para jugar con el Inter. Baggio se dio el lujo de estar en los tres grandes de Italia. Con el equipo nerazzurro, conformó una delantera de ensueño con Ronaldo e Iván Zamorano y luego con Álvaro Recoba. Estuvo dos temporadas y en todas las competiciones sumó 17 goles en 59 juegos.

“Fui al Inter, porque quería jugar la Champions y tenía 31 años”, recordó. En la primera contienda, estuvo a cargo de Luigi Simoni. El 26 de noviembre de 1998 se lució ante el Real Madrid en el Giuseppe Meazza, al anotar un doblete en la victoria de tres por uno y encaminar la clasificación a la segunda ronda.

En la segunda zafra tuvo problemas con el director técnico Lippi, quien estuvo al frente en la 1999-2000 y ya lo había dirigido en la Juve. En la primera vuelta, sólo jugó cuatro partidos y como suplente. “Jugaba el tiempo que me dejaban, pero tampoco es que tenía una varita mágica para entrar y cambiar los partidos. Nunca fui un jugador rompe grupos, ni que generara polémicas en el vestuario”, declaró en Sfide.

“Lippi me hizo al guerra, sin parar un minuto. Sin motivarme, sin lógica. No bastaban mis lesiones en la rodilla. Tenía que comer lo que él quería y si hacía un regate de más, se molestaba. Si un compañero me aplaudía, era peor. Algo nunca visto. Me vi reducido a los suplentes de los suplentes. Cada provocación suya, me fortalecía más. Me quiso destruir y no pudo”, describió en su autobiografía.

El 23 de mayo del 2000, el Inter debió jugar ante el Parma un partido de desempate, para dirimir el boleto a la Liga de Campeones. Ambas oncenas estaban igualadas en el cuarto lugar. Marcó un golazo de tiro libre en toda la escuadra superior izquierda y luego otro tanto más, ante el nobel portero Gianluigi Buffon.

Al final del encuentro, dijo a los micrófonos de la RAI. “Soy un profesional serio y lo demostré también este año, a pesar de todos los problemas que he tenido y sobre todo los que tuve con el entrenador”.

Era el enésimo capítulo de una polémica con un director técnico. Sin embargo, no se consideraba caprichoso o divo. “Nunca me comporté así. No, al menos, de forma consciente. Mi maldición es que tengo un sentimiento fuerte de justicia. Soy rebelde y eso no gusta. No me gustan las discriminaciones. Pero a la vez, soy una persona educada y controlada”, recordó en su libro.

El héroe del Brescia

Baggio no fue convocado por Dino Zoff para jugar la Eurocopa 2000, en la que Italia perdió la final ante Francia. Fue otra puñalada al corazón. Estuvo un tiempo sin contrato, a pesar de tener ofertas de Alemania, Inglaterra, España y Japón. Su prioridad era quedarse en Italia, cerca de la familia.

En el país de la bota, hubo intenciones por parte del Napoli, Udinese y Reggina. Para firmar con un club, quería contar con tres requisitos básicos. “Que el equipo jugara en la Serie A,  que estuviera cerca de mi casa y que me garantizaran la titularidad”.

Con esas condiciones, llegó  a un acuerdo con el Brescia, club con el que se retiró tras cuatro años. Jugó desde la temporada 2000-2001, hasta la 2003-2004. En total, estuvo en 101 partidos y anotó 46 goles en todas las competiciones.

El director técnico Carlo Mazzone lo recibió como a un hijo o mejor dicho, “como un hermano gemelo”, como lo describió, y el presidente del club Luigi Corioni hizo el esfuerzo para contratarlo. “Contratar a Baggio es un privilegio de pocos. Se dio la posibilidad de traerlo, a pesar de que su manager pretendía demasiado”, expresó el directivo a Sfide.

El contrato se firmó con una clausula curiosa. La estadía de Baggio en el Brescia, dependía al mismo tiempo de la de Mazzone. Si el técnico se iba, él también lo haría. “Es un jugador educado, profesional, puntual, generoso y es un ejemplo para todos. Si además me hace ganar, no puedo hablar mal de él”, expresó el técnico.

Durante su estancia en el Brescia, Baggio compartió con jugadores como Pep Guardiola y los jóvenes italianos Andrea Pirlo y Luca Toni, a la postre campeones del mundo en Alemania 2006.

Baggio dijo que Mazzone fue el mejor técnico que tuvo en su carrera. “Fue el que me hubiera gustado encontrar desde el comienzo. Sincero, no era hipócrita y no le gustaba el autoritarismo. Si el fútbol fuera dirigido por personas como él, fuera el mismo que soñé desde niño. Las estrellas no tuvieran miedo de manifestarse, los jóvenes no tuvieran prisa en madurar y los profesionales serían más honestos”, reflexionó en su libro.

Para entonces, buscaba su cuarto Mundial y tenía un entrenador en quién confiar. Tenía  la fe y la convicción de que quedarse en Italia era la decisión correcta. No se fue a Japón, porque quería seguir luchando por estar en la selección.

“En ese momento llamé a Trapattoni y le consulté si era bueno ir a Japón, porque tenía una oferta espectacular. Si no me hubiera dado esperanzas de ir al Mundial, aceptaba la oferta. Pero me dijo que me estaría siguiendo y que todo dependía de mi. Fue muy claro. Sabía que iba a ser difícil, pero había una posibilidad”, dijo en su autobiografía.

Pero su físico volvía a poner en duda su talento. El 23 de diciembre del 2000 se lesionó  en un juego ante el Lecce, tras cobrar un tiro libre y sufrir una lesión muscular.

El 24 de febrero del 2001 regresó al campo ante la Fiorentina en Florencia y marcó dos tantos que le dieron el empate a dos al Brescia. Uno fue un tiro libre que pegó en el travesaño y entró, dejando parado a Francesco Toldo.

El 1 de abril de 2001, anotó el golazo del empate a uno ante la Juventus en el Delle Alpi. Un pase en profundidad magistral del novato Pirlo, fue bajado de primera por Baggio con su pierna derecha, regateó al portero Edwin van der Sar y definió a puerta vacía.

“Fue un gol muy bello y un punto vital para nosotros. En especial, por cómo bajé el balón. Lo hice de primera y pude driblar al portero. Cuando comenzó la jugada, ya lo había pensado. Son decisiones que tienes que tomar rápido y todo salió. Casi nunca sale, pero cuando sucede, la satisfacción es triple. Si no lo intentas, sólo harás goles normales”, señaló en su libro.

Veinte días más tarde, también perforó las redes ante el Napoli, con un tiro libre, llevando adelante una remontada espectacular en la tabla. Salieron del descenso y terminaron en el séptimo puesto.

En la campaña 2001-2002 arrancó con ritmo demoledor, con ocho goles en ocho jornadas. El 30 de septiembre del 2001, anotó par de tantos en el segundo tiempo para darle el empate al Brescia en el derby frente a la Atalanta.

En la décima jornada, anotó ante el Piacenza, pero salió lesionado. Se recuperó y volvió a jugar el 28 de octubre, contra el Venezia. Baggio recibió una falta por detrás y se temió lo peor por su rodilla izquierda. Reingresó al campo y anotó un gol de penal en la segunda etapa. Minutos más tarde, se cayó sólo en el campo. La rodilla izquierda había sufrido una distorsión de primer grado, pero sin afectar a los ligamentos.

Al legar a casa, estuvo rezando seis horas. Estuvo tres meses fuera, a pesar de que al principio se hablaba de un par de semanas. Su recuperación fue en tiempo récord.  El 30 de enero ante el Parma en partido de semifinal de Copa Italia, se volvió a caer solo con fuertes dolores en la rodilla izquierda. “Durante media hora no la pude mover, porque era un dolor muy fuerte”, explicó. Esta vez sí se había roto los ligamentos cruzados. Se esperaba que debía estar fuera ocho meses, pero se recuperó en 76 días.

El 12 de febrero comenzó la rehabilitación, que realizó con el balón de la Copa del Mundo. Su deseo de jugar el Mundial 2002, con 35 años, lo mantenía motivado. El 21 de abril volvió una vez más a jugar, ahora ante la Fiorentina. Entró al minuto 71 y anotó par de tantos, para mantener la pelea por evitar el descenso.

Llegó el último juego de la temporada contra otro ex equipo, el Bologna. Fue el 5 de mayo de 2002. Baggio cobró un penal que le detuvo su compañero de selección en el Mundial del 94, Gianluca Pagliuca, pero le quedó el rebote y marcó el dos por cero. El Brescia ganó tres por cero y mantuvo la categoría, por segundo año seguido.

A pesar de la gran recuperación que tuvo, no pudo ir al Mundial. Trapattoni no lo convocó. No había espacio, porque el ataque estaba integrado por Vieri, Totti y Del Piero. “El técnico me llamó y me dijo que no me podía convocar, porque no me veía al 100%. Le dije que estaba bien, que todas las pruebas eran positivas y que todavía quedaba un mes para el Mundial. No pude convencerlo. Me dijo que ya tenía la convocatoria lista”, declaró a Sfide.

Baggio no vio los partidos de la selección, porque pasó sus vacaciones en Argentina. Casualmente, regresó a Italia el mismo día que el grupo regresó eliminado de Corea y Japón. En la 2002-2003 logró los 200 goles en Serie A y el 300 de su carrera, también de penal. Esa campaña terminó anotando 12 dianas y en la siguiente, también coleccionó una docena.

A pesar su estado de forma, Baggio también se quedó fuera de la Eurocopa 2004. Su retiro con la selección fue un partido amistoso ante España, jugado el 26 de abril de 2004 en el estadio Luigi Ferraris de Génova. Terminó uno a uno y jugó 87 minutos.

Su último partido en la Serie A fue el 16 de mayo ante el Milan en San Siro, que lo despidió con una ovación merecida y con Maldini como capitán. Así puso fin a una mágica trayectoria, que finalizó con 205 goles en Serie A y su dorsal 10 fue retirado en el Brescia. Un justo reconocimiento para un fuera de clase incomprendido en Italia.

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La Juve venció al Bologna y avanzó a cuartos de final de la Copa Italia

Prensa Juventus.- Un gol en cada tiempo al Bologna de Bernardeschi e Kean permite a la Juve clasificarse para los cuartos de final de la Coppa Italia por duodécima vez consecutiva, estableciendo un enésimo récord.

Pese a los muchos cambios en la alineación, los bianconeri afrontan con la actitud adecuada el partido y no se notan los días de descanso ni en las piernas ni en la cabeza.

Kean como delantero centro y Spinazzola en la izquierda son las grandes novedades de Allegri, que pierde en el calentamiento a Benatia por problemas musculares. La Juve impone de inicio un ritmo alto al partido mientras que el Bologna se protege y cede la iniciativa y además concede pronto el primer gol con un choque entre Da Costa y Calabresi que aprovecha Bernardeschi para marcar girándose.

El Bologna se ve obligado a abrirse y concede más espacios. Llegan ocasiones para Emre Can, Khedira, Kean y Bonucci con un gran juego por las bandas donde se dejan ver Douglas Costa, De Sciglio y Spinazzola. Pero el segundo gol no llega hasta el comienzo de la segunda parte, con un remate de Douglas Costa que cae de rebote en los pies de Kean. El joven lograba así su segundo gol como bianconero, curioso que el primero también fuera en el Dall’Ara.

El Bologna lo intenta pero la Juve controla y Allegri otorga minutos a Ronaldo, Dybala y Alex Sandro. Los bianconeri alcanzan los cuartos de final donde se medirán a finales de mes al ganador del choque del lunes entre Atalanta y Cagliari. Antes, el campeonato y antes aún la Supercoppa de este miércoles en Jeddah ante el Milan.

Foto: Prensa Juventus.

Dybala y Matuidi firmaron la victoria ante el Bologna

Prensa Juventus.- La Juve tarda poco más de un cuarto de hora en archivar el choque ante el Bologna. Los goles de Dybala, el primero de la temporada, y de Matuidi son más que suficientes para doblegar a un Bologna que nunca dan la impresión de poder reabrir el partido.

Por primera vez, Allegri propone a Perin de portero y una línea de tres centrales con Barzagli, Benatia y Bonucci. Cuadrado-Cancelo en las bandas, Pjanic-Bentancur-Matuidi en medio y Ronaldo-Dybala arriba.

Pese a la actitud muy defensiva del Bologna, la Juve encuentra huecos rápidamente, con Cancelo y Dybala, que marcará poco después tras un balón largo de Bonucci, toque de Dybala, remate de Mautidi, parada de Skoruspiki y la Joya remacha para el 1-0.

Y poco después, llega el 2-0. Centro de Cancelo, Ronaldo intenta rematar y en el otro lado Matuidi marca el segundo. La Juve puede controlar el partido y el Bologna solo parece preocupado de no recibir una goleada. Tras una ocasión de Ronaldo, el equipo baja el ritmo y se llega al descanso sin sobresaltos.

La segunda parte sigue en la misma tónica aunque se sigue jugando en una sola dirección. Allegri puede permitirse cambios: entra Emre Can por Pjanic, Bernardeschi por Cuadrado y Alex Sandro por Barzagli.

Antes del final, Ronaldo y Emre Can tienen ocasiones pero el choque termina con la sexta victoria consecutiva en el campeonato, el séptimo de la temporada, lo que permite llegar al choque ante el Napoli del sábado con pleno de puntos.

JUVENTUS-BOLOGNA 2-0

GOLES: Dybala 11′ pt, Matuidi 16′ pt

JUVENTUS

Perin; Barzagli (40′ st Alex Sandro) Bonucci, Benatia; Cuadrado (31′ st Bernardeschi), Bentancur, Pjanic (19′ st Emre Can), Matuidi, Cancelo; Ronaldo, Dybala
A disposición: Szczesny, Pinsoglio, Rugani, Chiellini, Mandzukic
Entrenador: Allegri

BOLOGNA

Skorupski; Calabresi, Danilo, Paz; Mbaye, Dzemaili, Nagy, Krejci, Dijks (41′ st Orsolini); Falcinelli (23′ st Okwonkwo), Destro (23′ st Santander)
A disposición: Da Costa, Santurro, Gonzalez, Mattiello, Svanberg, De Maio, Valencia
Entrenador: Inzaghi

ÁRBITRO: Mariani
ASISTENTES: Bindoni, De Meo
CUARTO ÁRBITRO: Baroni
VAR: Guida, Di Vuolo

AMONESTADOS: 33′ pt Pjanic, 37′ pt Paz, 22′ st Danilo, 26′ st Calabresi, 29′ st Cuadrado

Foto cortesía: Juventus

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El Inter consigue su primera victoria ante el Bologna

Prensa Internazionale.- Tres goles y tres puntos para el Inter, que consigue su primer triunfo de la temporada ante el Bologna. Los nerazzurri dominaron el juego en el Stadio Dall’Ara, consiguiendo marcar los tres goles en la segunda mitad. Primero el Ninja Nainggolan, luego Candreva y finalmente Perisic para el 0-3 definitivo. El equipo de Spalletti se lleva así sus primeros tres puntos en la temporada.

El Inter comenzó con todo, exigiendo ya en el minuto 2 al portero Skorupski. A los 6‘ de juego una buena combinación entre Gagliardini y Keita casi termina con gol del número 5 nerazzurro. Los locales se animaron en el 9‘, a través de un peligroso cabezazo de Helander que Handanovic pudo rechazar in extremis.

A los 22‘ Politano recibió de Keita en la puerta del área, pero su zurdazo se fue por arriba del horizontal. Segundos más tarde Keita estuvo a centímetros de marcar la apertura. En los últimos 20 minutos de la primer parte bajó el ritmo del juego, ya que el equipo de Filippo Inzaghi se paró bien atrás y dejó pocos espacios al Inter. Sobre el final de la primera mitad Nainggolan lo intentó con un espectacular remate que se fue por poco desviado.

Tras el descanso, el Inter volvió a la carga. A los 53‘ Gagliardini habilita a Keita y este último exige a Skorupski con un disparo esquinado. En el minuto 61 Perisic pone una pelota al medio para Politano, pero la defensa defiende bien. 5 minutos más tarde se derriba finalmente el muro del Bologna: buena jugada de Politano, habilitación en el centro para Nainggolan y derechazo del belga que vence a Skorupski.

Debut y gol para el Ninja. La desventaja en el marcador obligó al Bologna a salir en busca del empate, el cual casi llega mediante un cabezazo de Santander (74‘) que se fue rozando el palo. Dos minutos más tarde Keita tuvo una gran ocasión pero su remate se fue por arriba. A 8‘ del final, Perisic sirve a Candreva (ingresado por Keita) y el extremo se anticipa para el 0-2. Y no hubo 2 sin 3: en el minuto 85 Perisic recibe de Vecino dentro del área y liquida el encuentro.

Foto cortesía: Inter.