Barcelona no pudo pasar del empate ante el Girona

El Pais.- Apareció el VAR en el Camp Nou y descentró al Barça. La máquina pudo hasta con Messi. Los azulgrana se enredaron cuando tenían el partido a su favor, habilitaron el remonte de un orgulloso Girona y descontaron dos puntos después de firmar como mal menor un 2-2. No tuvo autoridad el Barcelona ni tampoco apareció el pie del 10, desajustado y desquiciado por el árbitro, por el Girona y por el VAR. Los barcelonistas se quedaron a mitad de camino en la cancha y en el marcador ante un adversario que tuvo una actuación coral irreprochable, un rematador infalible como Stuani y un excelente conductor en Eusebio.

Iba el Barça muy justo desde el arranque de la temporada y penalizó el día en que el triunfo se daba por descontado después de los apuros de Valladolid y San Sebastián. No pudo con el Girona ni con los suplentes ni tampoco con los titulares, penalizado por sus reiterados fallos defensivos a pesar de la fiabilidad de Ter Stegen.

Las rotaciones llegaron en otoño, en plena fiesta mayor de Barcelona, cuando el calendario se aprieta y los partidos a la vista se presentan más exigentes que los disputados en las cuatro jornadas de LaLiga. Valverde apostó por tres de los cuatro fichajes: Lenglet, Arthur y Vidal entraron por Rakitic, Coutinho y Umtiti mientras Semedo sustituía a Sergi Roberto. El dibujo, en cambio, es de momento innegociable para suerte de Dembélé. Insiste el técnico en el tridente y el 4-3-3.

No se discute por ahora sobre los tres puntas sino que incluso se les compara con las delanteras históricas del Barça. La mirada está puesta en los interiores desde que partió Xavi y se fue Iniesta. Los entrenadores no discuten a Rakitic y los hinchas apuestan por Coutinho. Hay, sin embargo, muchas expectativas puestas en Arthur y la afición se pregunta cuál es la mejor posición para Vidal. Ambos formaron como volantes ante un Girona que se parapetó con tres centrales y un trivote: Aleix García, Pere Pons y Granell.

Quizá porque Eusebio había pensado mucho en el partido, su equipo ocupó de salida la cancha azulgrana a partir de una buena presión que expresó la falta de fluidez y finura del Barça. La posesión en cualquier caso era tan perseverante que la pelota apenas salía del campo del Girona. A la que sincronizaron Semedo y Vidal, excelente el lateral a la hora de atacar el espacio y hábil el chileno en la asistencia, Messi se vistió de ariete y remató sin parar el 1-0.

El remonte visitante

Bono ya le había quitado con la punta de los dedos un gol al 10. El marco de Ter Stegen les quedaba demasiado lejos a los futbolistas de Eusebio. Ocurre que las concesiones defensivas son continuas en el Barcelona. Piqué sacó una pelota que se colaba después que Portu regateara a Ter Stegen y el colegiado expulsó por sorpresa a Lenglet, previa consulta con el VAR. El vídeo arbitraje apreció un codazo del francés en una jugada aparentemente tan inocua que ni siquiera había protestado el agredido Pere Pons -incluso pidió perdón- ni advertido Gil Manzano. Valverde demoró la entrada de Umtiti, después de desdijo y entretanto Stuani le ganó la espalda a Piqué: 1-1.

El marcador y la superioridad numérica del Girona invitaban al entrenador azulgrana a intervenir en un equipo atropellado y sin hilo de fútbol, penalizado por la poca aportación de medios como Arthur y la confusión de Dembélé. Umtiti sustituyó al francés y el agitador Borja entró por Aleix. La ambición del Girona contrastaba con la intranquilidad del Barça.

A campo abierto, el Barça es vulnerable, atacado por los pases de Borja y la agresividad de Portu, que no se venció ni después de ser abatido por Piqué. El delantero porfió, remató, rechazó Ter Stegen y no perdonó Stuani: 1-2. El tanto embraveció a los barcelonistas y empequeñeció al Girona. Los interiores titulares sustituyeron a los suplentes y el Barça se fue a la carga con Rakitic y Coutinho, con las faltas medidas de Messi y con el carácter irreductible de Piqué, capaz de empatar con un cabezazo que pareció un tiro ante Bono. El Girona mantuvo la calma mientras no cogían portería los chuts de un derrengado y orgulloso Barça. Nadie consiguió sacarse de la cabeza la expulsión de Lenglet y el Var.

Foto cortesía: Reuters.

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