Fútbol Ellas.- En enero quedaron fuera del torneo de AFA (Asociación de Fútbol Argentino) por supuestas razones presupuestarias, ahora vuelven a la cancha con un nuevo proyecto y conversan con All Boys.
“Soy Responsable de Comunicación y Prensa para una empresa de IT, doy clases en la universidad de Comunicación Política y Gubernamental, Coordino charlas sobre feminismo para una Institución, participo de un grupo para impulsar política pública para fútbol femenino, investigo temas sobre big data y política, etc , etc jaja”
El etc, etc, se refiere a que la autora de ese mensaje de whatsApp además de todo eso que copa su agenda tiene tiempo para jugar al fútbol. Lo hace de 5, en el medio, poniendo equilibrio. Se llama Nicole Moscovich, tiene 26 años, ex jugadora de hockey, un par de títulos universitarios en publicidad y politología….
Ah…el jaja refiere la alegría de armar un equipo nuevo, de volver a competir.
Ella forma parte de una docena o más de chicas que persisten en el fútbol femenino tras el naufragio de Hebraica, equipo que compitió hasta fines del año pasado en el torneo de Primera A de la Asociación de Fútbol Argentino. Cuando se preparaban para la segunda vuelta del campeonato, los directivos de Hebraica les hicieron saber que “el fútbol no seguía”, que el proyecto era deficitario, que carecía de proyección….les hicieron saber (así subrayado y en negritas) es un decir.
Con ese sexto sentido femenino las jóvenes percibieron en diciembre de 2017 que algo no andaba bien al dejar de recibir los usuales correos de coordinación de actividades. Tras un período de más de cuatro años de relación, que comenzó en 2013 con la participación en el campeonato argentino, se mantuvo durante dos años en la categoría B a la cual descendieron y parecía revivir con el regreso a la primera A, el silencio esquivo de los dirigentes se escuchaba nítido. “Nadie daba la cara”, sintetiza ella.
Y cuando la dieron alegaron lo del déficit. “Les respondimos que si nos hubieran avisado con tiempo hubiéramos salido a buscar sponsors”, dice. Y sacaron cuentas: las cuotas mensuales que pagaban las 35 chicas del equipo por uso de cancha y salario de entrenadores constituían una suma apreciable y aparte contribuían para los desplazamientos . Pero no hubo vuelta de hoja, Hebraica quedó fuera y no salió más al campo durante las 13 jornadas de la segunda ronda.
Siguió un receso, pero el grupo más activo de las chicas –Ana Percia, Denise Rosenzvaig, Jennifer Goijman, Magali Blumental, Barbara y Brenda Ostrovsky, Julieta Tarlovsky, Melina Casalins, Florencia Gutterman, Lucila Nemirovsky, Laura Dobry, Yael Katz– estaba muy lejos de darse por vencido. De la mano de Kadima, un tradicional club de la comunidad en Moreno –ciudad ubicada a 40 minutos en auto de la de Buenos Aires– las chicas se volvieron a vestir de corto.
“Nos han abierto las puertas y estamos haciendo un equipo nuevo desde cero, reclutando jugadoras”, cuenta Moscovich. Participan en el torneo Aden en el que compiten las reservas de otros equipos, como River. La idea que tienen es consolidar un grupo de 15 a 20 futbolistas y luego explorar opciones. “A mi esto me hace mucha ilusión”, remata ella.
Moscovich, junto con otra jugadora, se encarga de prensa y comunicación; otras fungen de intermediarias con los responsables de Kadima; un grupo más maneja la relación con el torneo en el que compiten. Todas siguen cancelando una cuota, aunque menor, para costear las necesidades del proyecto y entrenan dos veces a la semana. “Cada una aparte cuida su puesta a punto”, advierte. Ella agrega a su copiosa agenda gimnasia funcional, correr y yoga.
Kadima Fútbol Femenino, como aparece en Facebook, aclara, por la voz de Moscovich, que el tema religioso no es para nada un requisito para integrar el equipo. “Yo soy judía y otras chicas lo son, pero no todas”, dice. Y agrega que defienden ideas como “el fútbol inclusivo”, que se opone a barreras de cualquier tipo.
Como objetivo grupal Kadima persigue, por ahora, ser un equipo…“Mi utopía personal hoy por hoy es poder representar al club All Boys en AFA”, suelta. Admite que han conversado y desea que “ojalá se concrete”.
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