La Real Sociedad goleó al Valencia y los mantiene en crisis

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La Real Sociedad se reencontró con LaLiga tras su aplazamiento ante el Eibar con una victoria de prestigio ante un rival directo en la lucha por los puestos europeos. Con estos tres puntos, y con un partido menos, los de Imanol se meten de lleno en la pelea, no ya por la Europa League, sino por el premio gordo en forma de Champions.

A la Real le interesaba un ritmo alto, sabedor de que su rival llegaba al duelo con mucho más desgaste. Se había medido al Atlético, en un choque trepidante, y venía de jugar en Champions, con el varapalo ante la Atalanta.

Y es que al Valencia todo se le vuelve en contra y tiene ahora mismo la moral por los suelos. Los primeros 10 minutos intentó presionar y plantar cara. Celades lo fiaba todo a la velocidad de Soler, Ferran, Cheryshev y Gameiro, sabedor de que su defensa no es nada contundente. Estaba claro que si el Valencia quería pescar en San Sebastián iba a necesitar no un gol sino varios, porque con apenas nada, la Real creaba peligro.Y así fue, en cuanto marcó el primero, el Valencia se derrumbó. Merino cabeceó sin oposición un centro de Zaldua, los centrales no hicieron acto de presencia y los de Imanol ya tenían el partido donde querían.

En los siguientes tres minutos, pudo llegar el segundo por dos veces. Un tiro envenenado de Odegaard se fue fuera por poco y Jaume realizó un paradón a un misil de Isak desde la frontal. La Real olía la sangre y quería finiquitar el choque cuanto antes.

Por supuesto, el Valencia tiene orgullo y buenos jugadores. No muchos en cantidad, porque lo de sus bajas parece no tener fin. Incluso, en el minuto 40, un tiro de Ferran pudo significar el empate de no ser por la cabeza salvadora de Aritz Elustondo. Pero no, todo lo contrario. Al filo del descanso, un córner le llegó a Monreal para poner el 2-0. Y jugadores a vestuarios con la sensación de que si el partido no estaba visto para sentencia le faltaba muy poco.

Las pocas esperanzas de remontada en la reanudación le duraron al Valencia apenas tres minutos. Januzaj se perfiló desde la frontal y sacó su maravillosa zurda a pasear colando el balón casi por la escuadra. Un golazo del belga, que aprovechó la titularidad tras la ausencia por sanción de Portu.

Lesión de Mangala

Por cierto, Celades había tenido que mover ficha obligado porque Mangala se lesionó. Otro más para la interminable lista. Salió el chaval del filial Guillamón, que se encontró toda una papeleta en su estreno con los mayores.

Estábamos con el 3-0 y 40 minutos por delante. O lo que es lo mismo, sin partido. Aunque que le digan eso a la grada, disfrutando del carnaval que había sobre el césped y en el que los suyos se llevaban todos los premios del festival.

Esa recta final del choque, ya sin la emoción del resultado, pudo provocar que el marcador se moviera para ambos equipos. La Real tampoco es que quisiera hacer más sangre y el Valencia era un querer y poco poder, más con orgullo que con otros atributos futbolísticos. Había que dejar pasar el tiempo y poco más.

Un cosa hay que dejar clara. El Valencia no pasa por su mejor momento, pero no podemos obviar que la Real es un señor equipo, que juega al fútbol como los ángeles y que tiene por delante dos retos mayúsculos al alcance de sus botas: acabar entre los cuatro primeros y levantar el título de Copa del Rey. Pero eso serán otros capítulos de esta serie en color blanquiazul.

Foto: Mundo Deportivo.

El Athletic vence por la mínima al Granada y está a noventa minutos de otra final

Marca-.

El Athletic está un poco más cerca de esa soñada final de Copa tras ganar por la mínima al Granada, después de una gran combinación entre Williams y Muniain, los dos mejores sobre el terreno de juego durante los 90 minutos. Junto a ellos aparece en el podio Rui Silva, el meta visitante, y gracias al que aún siguen con vida los andaluces.

Llegados a este punto se han acabado las rotaciones y las probaturas. Ni porteros de Copa, ni minutos para los menos habituales. Estamos hablando de unas semifinales y la gloria está a la vuelta de la esquina. Garitano y Diego Martínez, como no podía ser de otra forma, sacaron todo lo que tienen en el armario.

Más allá de la brutal puesta escena de San Mamés, con la grada intentando llevar en volandas a los suyos, fue el Granada el que asustó primero. Soldado cruzó fuera por poco un centro de Herrera en el minuto 5. Poco después, el propio Herrera se sacó un disparo envenenado desde la frontal que detuvo Unai Simón con agilidad. Dos sustos que no frenaron el ímpetu local. De repente, los andaluces desaparecieron. O para ser exactos, los leones se vinieron arriba.

Fue media hora de dominio total, de juego veloz por las bandas, de Williams omnipresente y Muniain poniendo sentido a tanta velocidad. Rui Silva tuvo que emplearse a fondo con un par de grandes intervenciones a tiros de Williams y Vesga. También Raúl García y Yuri rozaron el gol. El Granada bastante hacía con intentar mantener la nave a flote y dejar pasar los minutos a ver si escampaba. Es un equipo el de Diego Martínez que destaca por la solvencia defensiva, pero el Athletic estaba avisando demasiadas veces y en una de ellas cogió desprevenida a la zaga nazarí.

Williams, quién si no, ejerció de galgo por la banda y cedió a Muniain para que fusilara a placer. San Mamés se vino abajo, tras pasar la habitual consulta al VAR, que es como echar agua a un fuego. Faltaban tres minutos para el descanso y el gol, validado, parecía medio pasaporte para la eternidad.

El técnico visitante movió ficha en el descanso. Metió a un tercer central, Vallejo, por un centrocampista, Puertas, que andaba tocado. El Athletic cedió metros, como queriendo conservar su tesoro, pero tenía claro que a la mínima iba a matar a la contra. Casi lo logra Williams, poco después Rui Silva hizo la parada de la noche a un trallazo de Capa. Y un minuto después, en el 60, el propio Capa lograba el 2-0… hasta que el VAR se encargó de avisar a Hernández Hernández de un fuera de juego posicional del ‘9’ rojiblanco. Tras la consulta, volvimos al 1-0.

El Athletic no renunciaba a ese segundo tanto que podía medio sentenciar la eliminatoria y el Granada quería, pero no podía, lograr ese tanto fuera de casa que en los duelos a doble partido es tan importante.

El fútbol empezó a dar paso a la dureza. La tensión iba creciendo y el juego, todo lo contrario. Faltas, interrupciones, protestas, amarillas… Faltaba saber quién era el beneficiado del cambio de los acontecimientos sobre el césped.

Mientras, Muniain y Williams seguían a lo suyo, conectando de maravilla y haciendo trabajar de lo lindo a Rui Silva, un jabato bajo palos.

En los últimos 10 minutos pareció tener más cuajo el Athletic. San Mamés insuflaba oxígeno donde las piernas no llegaban y el Granada apenas era capaz de acercarse al área local. Salvo en el minuto 82, cuando Neva se sacó un misil desde fuera del área que Unai Simón despejó a córner con categoría, demostrando que también había portero en el otro lado del campo.

Ni que decir tiene que todo el mundo tenía claro que dentro de tres semanas hay otro partido en Los Cármenes, algo que no ha pasado hasta ahora en todas las rondas precedentes de esta nueva Copa del Rey. El partido estaba vivo, pero aún más la semifinal. Quedan otros 90 minutos, quizás 120 más y eso es mucho para pensar en que esto está visto para sentencia. Ni mucho menos.

Foto: Marca.

El Real Madrid vence al Atlético de la mano de Benzema y Vinícius

Prensa – Diario Marca

Vinícius Junior tiene un problema de gol, pero su calidad no se discute. Pocos jugadores tienen su capacidad para romper al rival más cerrado. El derbi le ofreció un desafío a su altura y respondió de forma notable, encontrando un pasillo minúsculo por donde servir a Mendy y romper al Atlético, siempre fiero en el Bernabéu. Ni las ausencias desfiguran al equipo rojiblanco, que nunca perdió la cara al partido.

De un tiempo a esta parte, los derbis del Bernaéu se juegan a lo que decide Simeone. Quizá por eso se le silba tanto y se le dedican cánticos en el estadio enemigo. Ni siquiera la plaga de bajas que desfiguró la alineación del Atlético cambió el descorado de igualdad de cada derbi. Zidane repitió el dibujo de la Supercopa, con cinco centrocampistas más Benzema, que en la práctica viene a ser como jugar con seis medios. El desborde quedaba para los laterales, asunto sencillo de controlar para un equipo tan bien parado atrás como el Atlético.

En la primera mitad del partido quien más y mejor llegó fue el Atlético. Mendy tuvo que acudir como en Pucela para rebañar un gol de la bota de Correa, tras un error de Benzema en zona defensiva. Vamos, por estar donde no debía. El propio Correa persiguió una colada de Vitolo y estrelló su remate en el poste. El canario disfrutó con la libertad de movimientos, por detrás de Morata, que le dio su técnico. Saúl también probó con un remate al lateral de la red tras un córner. Y reclamó un penalti por derribo de Casemiro, que pareció más un traspiés que un derribo. ¿Qué ofreció el Madrid a cambio? Control sin llegada. Más allá de un remate de Ramos pifiado tras un error de marca en un córner, el único tiro entre los tres palos del equipo de Zidane vino sobre el descanso, un tiro de Modric inocente, bien blocado por Oblak.

El reconocimiento de que el asunto no funcionaba fue el cambio doble de Zidane: Lucas y Vinícius por Isco y Kroos. De superpoblar el centro del campo a abrir las bandas. Al minuto de la continuación ensayó Valverde, bien replicado por Oblak. Y si el Madrid metió delanteros, el Cholo se quedó sin ariete. Morata se retiró, renqueante y silbado, para dejar a Correa de náufrago, a ver si cazaba un balón largo con su velocidad.

Estaba la partida en tablas a la espera de que in alfil rompiera en diagonal. Lo normal es que hubiera sido Vinícius. Participó el brasileño descubriendo el pique de Mendy, al espacio, perfecto, como el servicio del lateral y la finalización de Benzema. ‘Vini’, al atraer la atención de la zaga, descifró el acertijo como nadie. Un 1-0 ante el Atlético es un tesoro.

El Madrid se sintió cómodo.con viento a favor. Felipe y Oblak tuvieron que emplearse para anular las acciones de Benzema y Vinícius. Además, el Atlético acusó la desventaja y perdió pujanza, sobre todo en la presión. Los partidos son largos y tantas ausencias suelen acusarse. Con un gol en contra decidió el Cholo quitar a Vitolo. Cierto es que había perdido gas, pero siempre es llamativo restar calidad en el tramo final. Entró Carrasco, recién refichado, y dos minutos después metió a Camello para quitar a un pivote, Thomas, lo que parecía más lógico.

A la espera de una contra, el Bernabéu rumiaba algún susto final y recibió entrega defensiva de su equipo. Sin mucho gol, porque no lo tiene, el Madrid es una roca, y la prueba fue el despliegue de Valverde, conmovedor, en el 80′ que puso en pie al graderío. Esa entrega que siempre enamoró al Bernabéu, y que no todos entienden. La plenitud del ‘Pajarito’, con esas botas de siete leguas con las que llega a cualquier rincón del campo, clausuró un derbi gobernado por la fortaleza del Madrid. Un bloque de granito.

Foto: Diario Sport.