Hely Garagozzo, un fanático de récord Guinness

Fioravante De Simone (Caracas).- Cuando hablamos de récords en el fútbol a todos nos viene a la mente los nombres de Pelé (1284 goles anotados en su carrera), Dino Zoff (1142 minutos de imbatibilidad con la selección), Lionel Messi (91 goles anotados en un año solar) y Just Fontaine. Pero muchos no saben que en Venezuela posee un World Record Guinness, representado por Hely Garagozzo.

Este barquisimetano de 64 años ha estado presente en nueve Mundiales y este año en Rusia, vivirá su décima experiencia con la cita que reúne a la élite del fútbol mundial. Garagozzo ha realizado el sueño de todo amante del fútbol: vivir un Mundial desde las graderías de los escenarios que albergan los juegos. Este empresario guaro realizó este sueño por primera vez en la edición de España 1982, desde ese entonces no se ha perdido una cita mundialista. Gracias a eso, ha ganado tres galardones del récord Guinness. Lo contactamos vía telefónica para que nos contara un poco sobre sus récords.

“¡Es una hazaña difícil! Ha sido un camino muy arduo y bonito a la vez. Este tercer reconocimiento nos deja en el mismo peldaño que Messi y Shakira pero vamos por más. Ahora que viajé a Rusia batiré estos mismos récord, de esa forma llegaré a seis y así seré el latinoamericano con la mayor cantidad de Record Guinness”, detalló Garagozzo vía telefónica.

Este sueño de asistir a un Mundial de Fútbol comenzó a gestarse el 5 de junio de 1977 en el estadio Olímpico de la Universidad Central de Venezuela. Ese día sobre el césped capitalino fue pisado por los botines de estrellas como Pelé y Beckenbauer que venían a jugar un amistoso con el Cosmos de Nueva York. Al ver a esas estrellas Garagozzo hizo un pacto con él mismo: “¡Asistiré a un Mundial de Fútbol!”. Ese sueño no se materializó en Argentina 1978, pero sí en España 1982. Desde el Mundial organizado en la madre patria no se ha perdido ninguno más.

El 2 de julio de 1982, Hely Garagozzo vería por primera vez un juego en un estadio mundialista. Ese día, en el Santiago Bernabéu, se enfrentaban España y Alemania, en un duelo válido por la segunda ronda de la cita mundialista. Ese cotejo terminaría con marcador de 2-1 para los panzer. A Garagozzo le bastaron esos 90 minutos para entender que esa no sería su única experiencia mundialista.

En estos años tuve la dicha de presenciar desde los graderíos la famosa mano de Dios y el denominado gol del siglo. De este último tengo grabado un video que hice con mi cámara. Puedo presumir que he asistido a las únicas dos finales que se han decidido en la tanda de penales: Italia-Brasil en USA ’94 y Francia-Italia en Alemania 2006. He tenido la fortuna de ver dos finales en siglos diferentes: Francia 1998 y Corea-Japón 2002”.

Garagozzo confesó que para costearse el primer viaje tuvo que vender la camioneta que le había regalado su padre. “Mi esposa apenas supo la noticia estaba incrédula. Ella, pocos meses antes, había dado a luz a nuestra primera hija. Mi mujer se molestó tanto que me hizo dormir en el sofá durante un tiempo a mi regreso del Mundial. Mi padre fue otro que se molestó conmigo” – nos confiesa el empresario barquisimetano, agregando a su comentario – “Se que fue una decisión alocada, pero si no hubiese hecho eso tal vez hoy no estaría contando mi historia en los Mundiales”.

Gracias a su pasión por el fútbol, ha recorrido aproximadamente 225.669 Km, distancia equivalente a 5,5 vueltas a la tierra. Garagozzo ha visitado 51 estadios y 65 ciudades. “He visto jugar, en vivo, a 40 de los mejores 100 jugadores de la historia del fútbol. En mi experiencia en mundiales he tenido el privilegio de ver jugar a 56 de las 77 selecciones que han participado en la cita mundialista”.

El empresario de la construcción nos habló un poco de sus viajes: “Para asistir al mundial de México 1986 no hubo problemas. Para la edición que se disputó en Italia en 1990 estaba de luna de miel con mi esposa. Con ella también asistí a USA ’94 y Francia ‘98”.

En el 2002, por primera vez en la historia, el Mundial se disputaría en dos países y en el continente asiático. Garagozzo, para ese entonces, formaba parte de la directiva del Unión Deportivo Lara. En ejercicio de sus funciones, le tocó asistir a una reunión en la Federación Venezolana de Fútbol. Al término de esa reunión en el edificio de Sabana Grande, la secretaria de Rafael Esquivel se le acercó para preguntarle si ya tenía todo listo para ir al Mundial. El empresario le confesó que debido a problemas económicos no podía asistir a la máxima cita del fútbol. Esto significaba interrumpir su récord, que para ese entonces contaba con 5 presencias.

“Ese día la secretaria me dijo: ¡No, tú no puedes dejar de ir! Tú eres el que lleva la bandera de Venezuela y ya nos estamos acostumbrando a ver la bandera en los Mundiales. Los locutores te nombran, no saben quién eres, pero dicen: ahí está la bandera venezolana que carga el guaro de Barquisimeto. Es más, tú puedes aspirar a un récord Guinness: porque este sería tu sexto Mundial consecutivo. Tú no puedes perder la secuencia”.

Esa conversación dispararía una alarma en la cabeza de Hely Garagozzo. Al llegar a la ciudad musical de Venezuela, el empresario empeñaría uno de sus camiones para continuar escribiendo su particular historia mundialista.

Este trotamundos del fútbol gracias a su pasión ha visitado ciudades como Johannesburgo, Madrid, París, Río de Janeiro, Roma y Tokio. Ha visto a siete capitanes levantar el trofeo de la Copa del Mundo, esto le ha permitido poner en su palmarés personal otro récord Guinness.

“Ellos son muy rigurosos al momento de asignar un récord. Tuvimos que seguir una serie pasos y esperar el veredicto. Fue un arduo trabajo de dos años, Me tocó enviar tickets de los juegos, boletos aéreos, fotos, videos, recortes de prensa, facturas de hoteles. Pero después de todo este trabajo de recopilación pude recoger mis frutos”.

En este 2018, antes de viajar a Rusia hizo una parada en Zúrich, donde esta la sede de la FIFA. Su historia y sus récords llegaron a la sede del ente futbolero. “Apenas se enteraron de mis records Guinness como fanático quisieron conocerme. Cuando recibí la llamada de Dominik Petermann, gerente general del museo de la FIFA, me emocioné. Ellos quieren conocer mi historia y quieren exhibir algunas piezas de mi colección. Estos recuerdos de la historia del fútbol serán exhibidos en el museo”.

El sueño de Hely Garagozzo es que se cree un museo en Venezuela en las entrañas del Metropolitano de Cabudare, estadio del cual participó en su construcción para la Copa América del 2007. A su regreso a la tierra de Bolívar entregará su propuesta en la sede de la Federación Venezolana de Fútbol. “Mi colección nació alrededor del mundo, pero nació en el estado Lara”.

Además informó que lo han contactado diversas personas para realizar un documental sobres récords Guinness y su pasión por el fútbol. Lamentablemente en este 2018, por los momentos, no podrá asistir a la final. Aunque no pierde la ilusión de que la FIFA lo ayude a conseguir un boleto para la final. “Si yo he hecho tanto para asistir a un juego de fútbol, no será imposible para las autoridades de la FIFA conseguirme un boleto para ese juego”.

Otro de los sueños que tiene nuestro record Guinnes es oír el Gloria al Bravo Pueblo en la edición que en el 2022 se disputará en Qatar. El motivo principal de los viajes de Garagozzo es respirar futbol y oír los canticos en los estadios. Pero también gracias a esto ha podido conocer lugares de ensueño como: las cascadas del Niagara, el Coliseo, la zona cero de Hiroshima, el Muro de Berlín y otras bellezas más. “¡Esta es la magia del fútbol! Es algo que va más allá de los terrenos de juego”.

El barquisimetano no solo ha vivido Mundiales de adultos, sino también juveniles como el Sub 20 del 2009 en Egipto y el Sub 17 disputado en los Emiratos Árabes en 2013.

Garagozzo antes de vivir el fútbol desde las tribunas lo vivió en los terrenos de juego. Era un defensor central y escaló las diversas categorías en el equipo del estado Lara. Hely tenía talento, tanto así que llegó a estar convocado para un Suramericano juvenil, pero en ese entonces su padre no le permitió participar en el torneo.

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