Real Madrid se llevó el derbi ante el Atlético

AS | Foto: AS.-


Fue un derbi estruendoso, con aire de final de cualquier cosa y que dio para unas jornadas de verano sobre el VAR, ese tribunal de segunda instancia que alborota más que el de primera. Lo ganó el Madrid, ya segundo y principal perseguidor del Barça, que tuvo más pegada, más temple y a Vinicius. Y lo perdió el Atlético, que no pasó de la fiereza y la intimidación. Conforme se le empinaba el partido, la fogosidad derivó a una dureza extrema que no le llevó a la redención.

El Atlético es un equipo sin equívocos, siempre anda en el cogote el enemigo. Más si es eterno. Así que de entrada quedó servido el derbi de la energía contra la paciencia. La presión rojiblanca, subidísima de tono, buscaba que el rival se ablandara. La espera ordenada del Madrid, que los de Simeone derrocharan gasolina al principio para que la echaran en falta al final. Un arranque convencional con un futbolista poco convencional: Vinicius, caído desde West Point a Vietnam, un vórtice inesperado para el Madrid. También una condena para Bale, eterna esperanza, eterno extraviado.

Antes de que iniciase su alborto se puso en ventaja el Madrid a balón parado. Ramos tocó con la cabeza en un córner y Casemiro, de tijera, marcó. El equipo de Solari, por entonces, andaba ya oxigenándose con Modric y Kroos y metiendo en la muleta la bravura del Atlético. Luego Vinicius amenazó con llevarse por delante a Arias y Godín. Le metió un pase de exterior a Lucas, que voleó defectuosamente y dejó atrás al uruguayo sin que nadie rematara su centro. Un jugador lleno de trucos. Los que faltaron en Correa y Lemar, las alas con las que se atrevió Simeone.

Luego el partido pasó del Madrid al VAR. Correa le quitó a Vinicius la pelota en falta, de la existentes pero no de las escrutables, frontera establecida por el videoarbitraje. El argentino le mandó un pase a Griezmann, que arrancó en línea (ahí el VAR no apreció ilegalidad) y superó por bajo a Courtois. El restablecimiento de la igualada y el inicio de la gran discusión. Porque a partir de ahí se pasó del partido al debate. Aquello se llenó de faltas, de reclamaciones a Estrada, de fútbol enfangado en el cuerpo a cuerpo. Y ahí participaron todos menos Vinicius, que al Wanda fue a otra cosa. Un extremo de versión extendida, uno de esos jugadores presuntamente indefendibles, que encaró una y otra vez hasta que Giménez le hizo un ¿penalti?. Fue claro el derribo. La geografía del mismo le llevó un minuto al VAR. La entrada empezó fuera del área y el juez de la pecera, Munuera, creyó, como Estrada, que también pudo seguir dentro. Sólo fue claro para ellos, pero le sirvió a Ramos para llevar al Madrid en ventaja al descanso. Esto es el VAR: llenar la discusión de imputados.

Acabó por adueñarse del partido cuando, en el 54, sacó la mira telescópica para quitarle un gol por fuera de juego a Morata. La infracción resultó inapreciable a simple vista y la ejecución mereció premio: pinchó un pelotazo larguísimo de Godín y lo metió de vaselina. Una obra de arte inconclusa.

El Madrid fue amurallándose tras la salida de Vinicius, cambio poco entendible pero que acabó cargando de razón a Solari, y el partido llenándose de patadas. El VAR no encontró penalti de Casemiro a Morata, que pareció existir. Esa refriega parecía haber encogido al Madrid, que es menos de ese palo, pero en su primera salida acabó con el contencioso. Modric abrió a Bale y este aplicó un zurdazo junto a palo. Su facilidad goleadora lo justifica todo. Todo menos su corte de mangas al público. Y es que el derbi fue un modelo de entrega, no de urbanidad..

Real Madrid derrotó al Espanyol con doblete de Benzema

AS | Foto: Alex Caparrós/Getty Images.- 


De pronto, Benzema es un nueve más un diez por el mismo precio, perro y gato, goleador y armador, la figura del Madrid y el símbolo de un cambio de tendencia. Casi diez años después de su fichaje alcanza lo que nunca tuvo antes: la unanimidad. En Cornellà dejó uno de los grandes partidos de su carrera y confirmó su liderazgo en un equipo rehabilitado. La cabeza de Benzema parece más limpia que nunca, en juego y en actitud. Falló un gol claro en la segunda mitad, suceso tantas veces visto, y estrelló repetidamente su puño contra el césped, suceso insólito. Lo suyo es ambición tardía.

El fútbol es vértigo, pero un equipo no recupera la verticalidad por un golpe de gracia. Lo del Madrid sin cadena es cuestión de muchas sumas y casi ninguna resta: funcionan Vinicius y Reguilón, con los que Solari hace cantera y camino; Pintus abanica al equipo físicamente y vuelven a máximos Ramos, Casemiro y Modric y la presión avanzada de grupo; los resultados le quitan fuerza a los debates sobre Marcelo, Isco y Keylor, asuntos de portada en las duras; Benzema asciende a coronel… Así que la cosa queda casi cinematográfica: los refuerzos (Kroos, Bale, Llorente…) llegan cuando ya ha pasado el peligro. La prosperidad se ha adelantado a la salud.

En la otra orilla está el Espanyol, que se ha ido quedando sin resultados, sin moral, sin central y sin convicciones, por este orden. Dio la impresión que al partido salió convencido de que no iba a poder con ese toro.

Esa salida a por uvas del equipo de Rubi tuvo castigo inmediato. La primera pérdida en la salida de la pelota acabó en carrera de Modric, un rodador que se ha pasado a llegador, y disparo rechazado de Diego López que cazó Benzema. La portería empieza a hacerse grande en su cabeza. Y de inmediato, Ramos, nueve de guardia, amplió la ventaja del Madrid con un cabezazo bien diferente al que le aplicó al Girona: aquello fue smash y esto un globo colocado de palo a palo.

El Madrid se acostó en esa ventaja con el mismo dominio pero menos colmillo y el Espanyol, aun sometido, se vio de nuevo en el partido en un remate de Batistao tras rechace de Lucas Vázquez, que se había quedado enganchado en un córner. Fue el primer tanto de jugada (había hecho otro de penalti) del brasileño en el curso, que así de precarias andan las cosas del gol en Cornellà.

Con el espejismo del equilibrio acabó de nuevo Benzema, que intentó una pared con Vinicius y cuando le volvió la pelota metió un disparo cruzado y colocadísimo a la red. La portería, créanlo, es su arco del triunfo. Contra todo pronóstico, porta la antorcha del Madrid.

El Espanyol se sintió en el corredor de la muerte y no volvió y el Madrid siguió comprobando que todos sus sensores funcionan: Benzema acabó en la estratosfera; Carvajal y Reguilón ensancharon aún más al equipo; Modric pisó mucho área; Bale entró y marcó. Eso siempre lo tuvo. Ninguna de sus veintitantas lesiones le afectó el olfato. Sustituyó a Vinicius, menos explosivo de lo que acostumbra y que se buscó la roja por un pisotón a Mario Hermoso que el VAR ignoró. Sí fue expulsado Varane por derribar involuntaria pero decisivamente a Piatti. El reajuste del Madrid (Reguilón de central y Marcelo de lateral) ofreció al Espanyol un último tren, que dio para un golazo de Rosales y para dejar un final más apretado de lo que fue el partido. En cualquier caso, todo quedó como al principio: el Madrid, encendido; el Espanyol, a oscuras..

El Barcelona sigue firme en el liderato

AS | Foto: David Ramos/Getty Images.-


Sufrió más el Barça en Montilivi de lo que hubiera padecido en Miami, donde hubiera sido impensable que se silbara a Messi como pasó este domingo. Pero a fin de cuentas, el equipo de Valverde defendió el liderato ante el Girona con más oficio que brillantez ganando por 0-2 ante un Girona en inferioridad desde el minuto 52 por expulsión de Bernardo. El oficio lo puso Semedo, sorprendente autor del primer gol y la brillantez, Messi, que sin despeinarse, marcó el 0-2 definitivo. Entre ambos goles, Ter Stegen se sobró para defender a un Barça que da la sensación que gana los partidos al ralentí, algo que debe de mejorar en la cita copera ante el Sevilla.

Valverde, tal y como estaba previsto salió con el equipo que más confianza le genera, lo que incluye a Semedo por delante de Sergi Roberto más allá del intercambio de posiciones entre Arturo Vidal y Arthur. Ante un Girona muy competitivo, los dos jugadores elegidos para entrar en el ‘Equipo A’ por Valverde fueron decisivos para que el Barça empezara el partido adelantándose en el marcador.

Arturo Vidal luchó hasta la extenuación un balón en el área del Girona, cuya defensa ante la oposición del chileno no supo sacar buen un balón que aprovechó Semedo para marcar el primer tanto del partido, que además era el primero del lateral como jugador del Barça en 59 partidos. Y encima lo marcó con la izquierda. Seguramente por eso, un imponente arco iris enmarcó Montilivi. La ocasión no merecía menos.

El Barça logró llegar al descanso haciendo lo que ningún otro equipo en la Liga había logrado, que es llegar al descanso por delante de los de Eusebio, que en Liga nunca habían alcanzado el descanso perdiendo.

El dato, puede adornar otra estadística inútil, pero lo cierto es que el B arça las pasó canutas en el tramo final de la primera parte. La presión de los locales fue ascendiendo en intensidad y después de que Coutinho perdonara el 0-2 en uno contra uno ante Bounou, Stuani falló ante Ter Stegen y el rechace lo lo remató Pere Pons pero Piqué evitó el tanto del empate sobre la línea.

Hasta entonces, nadie pudo dominar un partido en el que en ambas áreas el árbitro pasó por alto una posible mano de Pere Pons ante un disparo de falta de Messi y un agarrón de Alba que Stuani decidió interpretar en exceso a la hora del derrumbe.

Nada más empezar la segunda parte, el partido cambió de decorado porque tras un nuevo paradón de Ter Stegen ante Stuani, Bernardo vio la segunda amarilla por una entrada por detrás a Suárez en el centro del campo que le valió la roja a los 52 minutos.

La expulsión atontó al Barça de entrada y dio alas a un Girona que volvió a poner a prueba a Ter Stegen que tuvo que volver a multiplicarse ante un Stuani, al que parece haberle tomado la medida desde la primera vuelta: le adivinaba todos los disparos. Eso es trabajo de laboratorio de un portero.

Valverde trató de controlar el partido en superioridad quitando a Vidal y dando entrada a Arthur. Con la entrada de éste jugador, las posesiones del Barcelona fueron más largas y el esfuerzo del Girona se acabó por notar. Hacía tiempo que el equipo de Eusebio vivía en el alambre.

A veinte minutos para el final, Suárez habilitó a Alba recibiendo de espaldas en el círculo central, el lateral progresó por su banda para asistir a Messi que, quirúrgicamente apareció en el partido para marcar de suave vaselina. Con 0-2 y uno más, la aventura de los locales parecía llegar a su fin. El partido ya quedaba visto para sentencia. Sin despeinarse, Messi ofreció un par de goles en bandeja a sus compañeros, pero Bounou frustró a Suárez y Coutinho. El Barça sigue mandando en LaLiga sin dar la sensación de apretar el acelerador..

Kevin-Prince Boateng es el nuevo fichaje del Barcelona

Mundo Deportivo | Foto: Mundo Deportivo.-


El FC Barcelona ha anunciado la llegada de Kevin-Prince Boateng, de 31 años, procedente del Sassuolo para cubrir la vacante de Munir El Haddadi. El experimentado delantero llega en calidad de cedido por el club italiano, donde esta temporada ha disputado 13 partidos y ha metido cuatro goles. En el comunicado del FC Barcelona explica que hay una opción de compra de 8 millones de euros. En su trayectoria destacan tres campañas en el Milan (2010-13) y 35 encuentros jugados en la Champions League.

Boateng ha sido el elegido tras unas semanas de debate en el seno del club azulgrana. Hace unos días que se decidió su incorporación pero desde la cúpula deportiva se ha trabajado con extrema discreción y hermetismo hasta que esta misma mañana se ha alcanzado un acuerdo entre el Barça y el Sassuolo, entidad con la que desde Barcelona mantienen una buena relación. Cabe recordar que Marlon fue traspasado el pasado verano al citado club de la Serie A.

Boateng pasará mañana la pertinente revisión médica y será presentado después en el Camp Nou tras la firma del contrato que tendrá lugar a las 11.30 horas. Por la tarde se entrenará ya en la Ciutat Esportiva Joan Gamper de Sant Joan Despí y podría entrar en la lista de convocados para el Sevilla-Barça del miércoles (21.30 h./La 1, TV3, Gol) en la ida de cuartos de final de la Copa del Rey. El delantero alemán con nacionalidad ghanesa llega con ritmo de competición ya que el sábado jugó 90 minutos en el campo del Inter en la Serie A.

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Real Madrid derrotó al Betis sobre la hora

Marca | Foto: Marca.-


Es la hora de las explicaciones, pero no las esperen. Isco es un futbolista apartado sin confesión pública. Sin él, el Madrid acabó como un equipo del último tercio de la tabla en el Villamarín, pero ganó por uno de esos giros del destino que llevan el fútbol al cine. A dos minutos del final, Ceballos, recibido con una bronca de época, decidió el partido en un lanzamiento de falta.Pidió perdón por ello y debió hacerlo también por el juego de su equipo.

Por no sacar a Isco del calabozo fue capaz Solari de sacar a Vinicius de la cama con el termómetro en la boca, recuperó una defensa con tres centrales, estrategia que nos se utilizaba en el Madrid desde el segundo año de Zidane, e hizo titulares a Valverde y Nacho, dos de los pocos que habían jugado con él menos que el malagueño. Le quiere de farolillo rojo y en ello pone todo su empeño. También empezaron en el banquillo Marcelo (este tampoco salió) y Ceballos, pese a las siete bajas, suplencias también admonitorias. De purga en purga pretende meter al equipo en el purgatorio.

El partido comenzó con un empacho táctico y unas cuantas anomalías: el Betis con defensa de cuatro, Francis y Joaquín en la izquierda, Canales en la derecha, Vinicius de mediapunta… Un alboroto geométrico que dejó poco ante las porterías. El Betis se cree con el mismo derecho sobre la pelota que los grandes y propone un juego de ética y estética. Pero ese magnífico principio exige magníficos delanteros y, de momento, no aparecen. Así que después de exhibir esos finos modales en el manejo sin llegar a Keylor se encontró con la adversidad de un gol madrugador del Madrid. Un gol con poco que contar: tiró Carvajal, rechazó Bartra y metió un gran izquierdazo Modric desde fuera del área. El cambio de dibujo le da un empujón al croata. Con una muchedumbre a su espalda siente menos vértigo a llegar al área contraria. De hecho, la segunda gran ocasión del Madrid fue otro izquierdazo suyo desde lejos, esta vez con menos precisión.

Esa sobreprotección de los tres centrales, en realidad, no le supuso al Madrid de salida malvivir sin la pelota, sino protegerse mejor, cortarle las alas al Betis,desactivarle sin apuros y solazarse con las contras. Para ese plan encajaron muy bien como pareja Benzema y Vinicius. El francés hizo todos los planes con su juego de alta precisión y Vinicius le prestó la velocidad, esa virtud que hay que comprar porque no se entrena. Antes del descanso Pau le quitó un gol a Vinicius y Valverde se dejó ir otro por indecisión en el mano a mano. Pecados de juventud del uno y del otro. Sólo la recta final dejó buenas noticias para el Betis: dos remates de Canales y la lesión en una mano de Benzema, que por falta de alternativas ha tenido que jugar todos los partidos del curso menos uno.

Ni por esas entró Isco. Solari prefirió al filial Cristo, en una apelación a la cantera (siete ex del Castilla en el campo) casi romántica. El partido quedó en un pulso de paciencias: la del Betis por esperar que apareciera el espacio; la del Madrid, por esperar el final sin esperar la pelota. Por fin asomaron entonces las ocasiones verdiblancas (tiro de Canales, volea casi perfecta de Guardado) de un Betis con un 80% de posesión y se esfumaron, sin Benzema, los contragolpes del Madrid, reducidos a lo que diera el quebrantado físico de Vinicius. Y así llegó el gol de Canales, anulado por el árbitro por fuera de juego, validado por el VAR. Ninguna imagen aclaró el misterio. El estudio de AS estableció en 10 centímetros su ilegalidad. Más leña al fuego. Entonces entraron Ceballos y Brahim para reordenar al Madrid en un 4-4-2, pero el equipo estaba ya en las cuerdas. Y ahí siguió hasta el final, en que Ceballos cumplió la ley del ex. Morbosa e inexorable..

El Barcelona derrotó 3-0 al Eibar

AS | Foto: AS.-


Por muy atrevido que sea un equipo, como es el caso del Eibar, es muy complicado aguantarle 90 minutos a un Barça concentrado. El Eibar lo comprobó en el Camp Nou, donde acabó cayendo por 3-0 después de completar una primera parte en la que logró llevar al equipo blaugrana a su terreno. Pero a la que Messi se despertó y se sumó al trabajo en ataque de Suárez, descomunal, y de un reivindicado Coutinho los blaugrana dieron un acelerón letal que se llevó por delante al equipo de Mendilibar.

Después del partido en el campo del Levante, Valverde tenía dos opciones: o dar un hachazo a Coutinho y convertir su suplencia en tema de comentario en el patio de luces que muchas veces es el entorno, o darle la oportunidad de tratar de arreglar el desaguisado por si mismo. Optó por la segunda y el brasileño fue titular por Demebélé, que parece que vive en un estado que está más allá de los avisos, los premios y los castigos. El francés para lo bueno y para lo malo, va a su bola.

La participación de Coutinho fue determinante porque en un partido que empezó espeso como la brea en el que el Eibar salió a presionar al Barcelona desde la misma portería de Ter Stegen (hasta diez hombres del equipo de Mendilibar se acumulaban en el mitad del campo culé cuando tenía la pelota el portero) sus aceleraciones resultaron demoledoras.

En ausencia de un Messi que dio la impresión de aburrirse soberanamente (en esto sí que Leo es como el resto de los mortales) con lo que pasaba en el campo, fue Coutinho el mejor socio de un Luis Suárez excelente. Para el uruguayo no hay partido aburrido mientras tenga a un central rival delante.

Tras 20 minutos en los que apenas pasaba nada, el Barça tuvo una inspiración y aceleró el juego vertiginosamente para lograr el 1-0. Un oasis en unos minutos grises. Un golazo en el que cinco jugadores del Barcelona se pasaron la pelota al primer toque a un ritmo que desarmó al Eibar. El mayor mérito de la jugada hay que apuntárselo a Coutinho, que combinó de cine con Suárez y al propio uruguayo, que ajustó el balón al poste de Riesgo en un escorzo de puro delantero centro. No había otra manera de marcar ese gol que no fuera convertirse en un equilibrista y Suárez lo hizo a la perfección.

Apenas cambió nada el gol hasta el descanso, porque el Eibar volvió a dormir el partido, que se jugaba en la mitad blaugrana. Un cabezazo de Sergi Enrich y una caída en el área de Coutinho, que volvió a romper en velocidad fueron lo único destacado antes del descanso.

Nada más arrancar el segundo acto, Messi se desperezó y decidió entrar en el partido por la puerta grande. Filtró un pase a Suárez, que volvió a asociarse con Coutinho para que la jugada acabara en el pie izquierdo para dejar clavados a los centrales y marcar su gol 400 en LaLiga.

El tanto de Messi cambió el partido por el completo. El Eibar quedó groggy y el Barça fue un vendaval. El partido no se parecía en nada a lo que había sido en la primera parte. Riesgo tuvo que multiplicarse y salvó a su equipo ante Suárez y Messi antes de que Suárez decidiera el partido con el 3-0 que hacía justicia a su partidazo. Valverde utilizó los minutos que quedaban para dar descanso a Busquets, carrete a Dembélé y Vidal y permitir a Coutinho reincorporarse a la causa y cerrar la primera vuelta más sólido que nunca..

El Barcelona se afirma en la punta de La Liga

AS | Foto: AS.-


El Barça tuvo que masticar arena para ganar tres puntos trabajadísimos en Getafe (1-2) que le permiten dar un golpe de autoridad a la Liga con goles de Messi y Suárez, que ya llevan más goles (28) que el Real Madrid (26). Tras ganar en el Coliseum, que es lo más parecido a pasar una tarde en el dentista, porque los de Bordalás son un equipazo al que no se le puede ganar sin sudar como ellos (y mira que corren), el equipo blaugrana ya es campeón de invierno y deja al Atlético de Madrid a cinco puntos, a siete al Sevilla, a nueve al Alavés y el Real Madrid, a diez. El Getafe estuvo perfecto, pero el Barça estuvo a la altura y además tiene a Messi.

Con Busquets aún debilitado por los vómitos que sufrió el viernes pasado, Valverde apostó por situar a Rakitic como pivote defensivo y colocar a Arthur como interior. Un movimiento inteligente que permitió al Barcelona tener una buena salida de pelota ante la furiosa presión del Getafe. El croata se incrustó como tercer central y ayudado por Piqué y Lenglet, conectó con Arthur para dar pausa a un partido que el Barça sabia que iba a ser muy duro de masticar.

El inicio del juego fue el soñado por Bordalás, que llevó al Barça al terreno donde su equipo se mueve como pez en el agua. El conjunto blaugrana era muy horizontal, pero cada pérdida de balón era penalizada por la salida vertiginosa al ataque de los futbolistas locales.

Fue así como en el minuto 8 Antunes, un martillo de precisión por su banda, centró al segundo palo para que Mata rematara de primera a gol. No obstante, la jugada quedó anulada por una falta más que rigurosa de Ángel a Lenglet durante el vuelo del balón. El Getafe había enseñado sus armas y tenía al Barcelona donde quería.

Pero para situaciones como estas el Barcelona cuenta con Messi, que no es sólo el mejor, sino además el más listo. El argentino apareció de la nada entre la defensa del Getafe que buscaba un rechace de un centro de Arthur a Suárez para controlar un balón que parecía que iba a ser del portero y marcar el 0-1. En caso de emergencia, llame siempre a Messi.

Aferrado al gol del argentino, el Barça tomo el control del partido y tuvo ocasiones para apliar la ventaja, pero Soria estuvo muy acertado ante Suárez primero y Piqué después. Donde no pudo llegar el portero del Geta fue al voleón de Suárez desde fuera del área que ponía el 0-2. Un señor golazo.

El Getafe no es de esos equipos que bajan los brazos y en los cinco minutos que le quedaban de margen hasta el descanso dio muestra sobrada de su casta. Antunes tomó el mando de las operaciones y un centro suyo acabó en el poste tras un mal rechace de Alba y tres minutos después volvió a poner otro misil inteligente para que Ángel lo bajara de primeras y Mata marcara un tanto más que merecido para los locales que dejaban claro que si el Barça quería ganar ese partido iba a tener que trabajar mucho en el segundo tiempo.

Bordalás, además, echó toda la carne en la parrilla en el inicio de la segunda parte cuando dio entrada en el campo a Jorge Molina por Foulquier para jugar con tres delanteros y el Barça tuvo que empezar a achicar agua. A Ángel se le fue el gol por centímetros y Ter Stegen tuvo que lucirse ante un cabezazo tremendo de Cabrera.

Al Barça le quedaban los contragolpes para sorprender a un Getafe que, con la disciplina de una unidad militar, se lo estaba poniendo en chino. Tanto, que Valverde echó mano de Busquets para tratar de controlar un partido que se complicaba por momentos. Logró capear el temporal el Barcelona, que acabó llevándose tres puntos que suponen un golpe a una Liga en la que los de Valverde ya son campeones de invierno..

Barcelona cerró el 2018 con victoria frente al Celta

Mundo Deportivo | Foto: MD.-


El Barça cerró el año 2018 en el Camp Nou sin demasiados apuros pero también sin mucha brillantez frente a un Celta insuficiente para hacerle daño, más allá de que ganó el sorteo de campo y el Barça empezó atacando a Gol Nord, al revés de lo que es habitual. Dembélé y Messi resolvieron antes del descanso y después el equipo se dedicó a esperar pacientemente la llegada de las vacaciones, que llegaron con el objetivo cumplido: 2019 comenzará con la ventaja intacta en la Liga después de haber ganado con mucha solvencia los últimos cuatro partidos, en los que se ha dejado la portería a cero. La mejor racha de este irregular campeonato.

La portería intacta se explica porque el conjunto azulgrana, aunque estuvo demasiado impreciso, no pasó por demasiados agobios ante el Celta, especialmente por el gran trabajo en el repliegue, que ahogó la buena intención celtiña en el manejo del balón, y la concentración defensiva de Piqué y Lenglet. La pegada de un equipo vertical en el que destacaron sus dos laterales, Semedo y sobre todo Alba, hizo el resto.

De salida, el conjunto azulgrana, una vez más con Arturo Vidal en la media en posición muy adelantada, embotelló al Celta. Se replegaba bien ante los ataques celtiñas y atacaba con verticalidad, con Busquets y Rakitic atentos a recoger las segundas jugadas. Dembélé abrió la lata pronto, al recoger el rechace del meta tras chut de Messi, que había rematado un centro de Alba tras apertura del propio Leo, situado como ‘falso nueve’.

Paradójicamente, el Barça se sintió más incómodo con el partido a favor. En parte, porque fue incapaz de mantener el control a partir de la posesión, sino que tuvo que hacerlo a través del repliegue tras pérdida y de la buena concentración defensiva, especialmente de los centrales, Piqué y Lenglet, impecables un día más. Y en parte, porque Prieto Iglesias se comió una falta clamorosa de Hugo Mallo a Alba en la frontal del área, siendo último defensa, cuando el lateral barcelonista se iba solo hacia Rubén Blanco en una contra y recibió la patada del lateral, un compendio de malas maneras que debió haberse ido a la ducha antes de la media hora. Al contrario: en el minuto 90 seguía dando leña a Jordi Alba.

A pesar de la imprecisión barcelonista y de cierto dominio del Celta, que había subido la intensidad, solamente un disparo lejano de Maxi Gómez en el primer tiempo exigió a Ter Stegen. Fue Messi, que hasta el momento había estado inusualmente fallón y poco eficaz en el regate por el centro, quien puso el segundo, aprovechando un gran centro de Jordi Alba y que Luis Suárez había arrastrado a los centrales, dejando a Leo solo por el centro del ataque.

Con Arthur y CoutinhoValverde buscó encarar el tramo final de partido con fútbol-control, pero ni uno ni otro están en su mejor momento. Excepto en fogonazos como una intermada de Semedo que Messi no pudo remetar cómodamente en el área y un lío frente a la portería de Ter Stegen tras un córner, el segundo tiempo fue un tostón.

FICHA TÉCNICA:

FC Barcelona: Ter Stegen (2); Semedo (3), Piqué (3), Lenglet (3), Jordi Alba (3); Arturo Vidal (1) (Arthur (), 61’), Sergio Busquets (3) (Aleñá (s.c.), 85’), Rakitic (2); Messi (3), Suárez (2), Dembéle (3) (Coutinho (1), 68’)

RC Celta: Rubén Blanco (2); Hugo Mallo (1), Araujo (1), David Costas (1), Mazán (2); Méndez (3), Okay (1) (Lobotka (2), 46’), Jozabed (2), Boufal (2) (Sisto (1), 75’); Iago Aspas (1) (Beltrán (3), 51’), Maxi Gómez (2)

Goles: 1-0, Dembelé (10’); 2-0, Messi (45’)

Árbitro: Prieto Iglesias (Comité Navarro) (1). Tarjetas a Iago Aspas (45’)

Estadio: Camp Nou (78.686 espectadores).

El Barcelona resbaló en casa frente al Betis

Reuters | Foto: AP/Manu Fernández.-

Real Betis dio la sorpresa el domingo en la Liga de España al ganar 4-3 en su visita al Barcelona, que pese al doblete de Lionel Messi y otra anotación del chileno Arturo Vidal fue incapaz de sacudirse del buen juego del rival.

Junior Firpo marcó el primer gol a los 20 minutos de juego para que luego a los 34 Joaquín Sánchez dejara aún más asombrados a los hinchas del Barca, que esperaban que la reaparición de Messi tras su lesión del brazo derecho le asegurara un nuevo triunfo a su equipo.

Sin embargo, el Betis -que en las últimas ocho visitas a Barcelona había salido derrotado- fue contundente tanto en la primera parte como en el complemento, período en el que cada vez que el local se acercaba a la igualdad lograba aumentar su ventaja.

Messi descontó a través de un lanzamiento penal en el 68, cuando Barcelona jugaba mejor y en el estadio Camp Nou se vislumbraba que los locales podían dar vuelta el resultado.

Sin embargo, el argentino Giovani Lo Celso, con complicidad del arquero del Barca Marc-André ter Stegen, aumentó para la visita al minuto 71 con un remate dentro del área que se le soltó al portero alemán.

Nuevamente el local descontó a los 79, esta vez a través de Vidal -quien ingresó en el segundo tiempo-. Sin embargo, en un rápido contragolpe Sergio Canales marcó el cuarto tanto de Betis, que aguantó de buena manera los embates de su rival.

Messi logró su doblete y el último gol del Barca en el partido en el tiempo agregado, tras una revisión del VAR. Los locales incluso jugaron los últimos minutos con un jugador menos tras la expulsión de Ivan Rakitic..

Barcelona empató en su visita al Valencia

Santi Giménez | AS.- El Valencia sigue sin ganar en su casa, el Barça cedió el liderato, pero el empate (1-1) en Mestalla pareció dejar satisfecho a ambos equipos, que después de la paliza que se pegaron entre semana en Old Trafford y Wembley, respectivamente en la Champions acabaron exhaustos. Ambos equipos pueden defender que hicieron méritos para llevarse los tres puntos, pero también ambos conjuntos saben que tuvieron fallos que les podía haber costado una derrota.

Que no se puede salir dormido en en el campo del Valencia es asignatura de primero de Mestalla, y más si el día antes el Madrid ha pinchado. Una asignatura que el Barça suspendió clamorosamente. Sin haber controlado un balón, los blaugrana cedieron un córner en el primer ataque del Valencia que propició un fallo en cadena de la defensa blaugrana (primero Vermaelen, que entró en el equipo en lugar de Lenglet, y luego Piqué) y que permitió a Garay empujar al fondo de la red el primer gol desde la misma línea.

El gol encendió a la grada, animó al Valencia y dejó al Barça en estado comatoso, si eso era posible de empeorar. Tuvo en ese inicio de partido el equipo de Marcelino una ocasión pintiparada para dejar el partido listo para sentencia. La defensa blaugrana vivía en estado de drama y Ter Stegen tuvo que multiplicarse para evitar que la brecha fuera a más con dos disparos de Batshuayi. No obstante, el Valencia no supo sacar rédito de esos minutos en los que atropelló al Barcelona y que se acabaron cuando Guedes tuvo que pedir el cambio por lesión y fue sustituido por Cheryshev.

A partir de ahí, superada la tormenta, el Barcelona empezó a rehacerse. Adelantó la línea de presión, encerró al Valencia en su área y tuvo más contacto con la pelota. Pero Neto no se sentía amenazado. El Valencia es un equipo acostumbrado a defenderse y, en principio, lo que más le costaba en este inicio de Liga era marcar y lo había logrado a los 82 segundos de partido. A pesar del desperece del Barcelona, la situación parecía controlada para los locales.

Pero uno nunca puede relajarse cuando juega ante un equipo que tiene a Messi en frente. Eso es de primero de Leo. Y el argentino, que había participado poco en el primer tramo de partido apareció por sorpresa para hacerle un caño a Kondogbia, asociarse con Suárez y colocar un latigazo a la base del poste de Neto. A partir de ahí, el argentino fue la principal pesadilla para el Valencia.

El Barça había superado la primera oleada del Valencia, que veía como el excelente inicio de encuentro se le había complicado. El Barça, por su parte tampoco supo interpretar el desencanto del Valencia y no le dio la puntilla al equipo local, que incluso tuvo una nueva ocasión por parte de Gayà antes del descanso.

En el segundo tiempo, el Barça salió más reconocible ante la anuencia del Valencia que le cedió la iniciativa de salida para buscar las contras fruto de los errores del Barcelona. Los guiones de ambas escuadras eran absolutamente opuestos. Al Valencia le bastaba con dos toques para rondar a Ter Stegen, el Barça, por contra necesitaba masticar mucho la jugada, con el consiguiente riesgo de perder la pelota ante un Valencia mucho más entero físicamente.

Metió Marcelino para jugar los últimos 25 minutos a Rodrigo, aumentando el octanaje de su equipo y ante el peligro que representaba el internacional español, el Barça supo que no le quedaba otra que ponerse en serio a controlar el partido a partir del control y se hizo con la pelota, pero sin fuerzas. Al Valencia, tampoco le quedaba resuello para ir a por la contra. El empate ya se firmaba por ambos lados.

Foto cortesía: AS

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