Yelimar Requena (Caracas).- El deporte es el único apartado de la vida donde el fanatismo no es malo y por el contrario se hace necesario, porque la competencia sin afición es simplemente actividad física compartida, monótona e incomprensible.
Eso sí, Dios nos libre de aficionados apáticos a la hora de sumar, pero siempre proactivos para restar. Como esos que desmeritan a la selección de beisbol Sub23 que obtuvo bronce en el Premundial de Nicaragua.
A su juicio el oro es el único metal valido para hablar de triunfo y asegurar el pase al Mundial de México no era la prioridad.
Es que acaso ¿no se llama Premundial por qué es el puente hacia una cita más elitista?, ¿cómo es que el Mundial no es más importante?
Lo siento, pero no lo entiendo.
Dicen amar la pelota y exigen triunfos colectivos porque Venezuela, como país productor de peloteros, los merece. Pero cuando llega el momento de gritarle al mundo que vamos a un mundial se quedan callados.
Abundan los peros y escasean los aplausos. Cuando mucho se escribe una que otra reseña y se evidencia el espaldarazo de unos pocos.
No hay algarabía, ni mucho menos viralidad en redes sociales. Ojalá eso no desaliente a la selección porque esos chamos, que representaron a Venezuela en Nicaragua, tienen todo el potencial para repetir lo hecho en el Mundial de Barranquilla 2018.
El camino es largo y necesitan fuerzas, pero tienen el talento y la agudeza que se requiere. No en vano son mundialistas.
En total deberán vencer a once rivales para meterse en ronda de medallas y poder reeditar o mejorar el bronce de 2018, que fue la primera medalla que gana Venezuela en el joven torneo.
Por América estarán, además de los criollos, México, Nicaragua y Cuba. Por Asia participarán Japón, China Taipei, China y Korea. Por Oceanía dirán presente Suráfrica, Nueva Zelanda y Africa. Y por Europa harán lo propio República Checa y Alemania
Superar el tercer lugar alcanzado hace un par de años y ascender en el ranking mundial es la meta.
Y a ella se añade el compromiso de fortalecer a nuestros jóvenes talentos que serán los próximos grandesligas y nuestros próximos representantes en el Clásico Mundial, ese que tanto ansían ganar los buenos y malos fanáticos.
Ojalá la Sub23 si entienda cuan valioso es su bronce y se aliste para concretar una actuación histórica, no para dosificar la apatía de la afición, ni porque Venezuela lo merezca, sino porque ella lo merece..