AS.- Cuando el tsunami skyblue llama a sus puertas, los equipos tienen dos opciones: dejarse llevar o intentar resistirse. Sea como sea, lo que es seguro es que creen que los va a llevar por delante. Con ese miedo, ese respeto clavado en la frente como un mantra, saltó el Arsenal al campo en su partido contra el Manchester City, y, con temor, en el fútbol es muy probable que te lleves un gol en el primer minuto de partido como le acabó sucediendo. Ni siquiera Odegaard, que parecía que estaba ayudando a los gunners a dar ese salto de calidad que necesitaban, consiguió dar un puñetazo sobre la mesa. Una cosa es la mejoría, pero contra estos citizens, que tienen 10 puntos de ventaja sobre el segundo y 19 sobre el anterior campeón, los de Arteta todavía no pueden competir.
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Y eso que quedó la sensación de que, si no hubiesen jugado con miedo, podrían haber pasado cosas. El cabezazo de Sterling a los 2 minutos tras un fantástico centro de Mahrez retrató a la defensa, que dejó rematar solo en el balcón del área pequeña al menudo futbolista inglés, pero resulta complicado culpar a un equipo cuando se enfrenta a otro que ha ganado los 18 partidos que se han disputado desde el pasado 19 de diciembre. Los de Guardiola, que durante esta racha victoriosa solo han encajado 6 goles, apenas han perdido dos partidos en todo el curso.
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Unos números espectaculares que se reflejaron en el oficio con el que el City, que sabía que el Arsenal era un hueso duro de roer, consiguió manejar un partido en el que tenía dejar el sello que le valga para dejar claro que va a por todas en esta Premier, y, quien sabe, si también en la Champions.
Foto: AS