AS.- La lucha por el scudetto sigue viva. El Milan, tras la durísima derrota del derbi, renació en la complicada visita a la Roma, logrando un sufrido 1-2. Con este resultado, los de Pioli se mantienen a cuatro puntos del liderato interista, dejando atrás a Juve y Atalanta, que marchan a 10 puntos de la cima de la tabla.
Los rossoneri tuvieron un gran comienzo en el Olímpico, desperdiciando una cantidad increíble de ocasiones. Tras un gol anulado a Tomori por fuera de juego, Ibra desaprovechó un fallo de Pau López disparando fuera con un taconazo a puerta vacía. Poco después, Rebic, en un mano a mano con el meta español, decidió cederle el balón al sueco, cuyo gol fue anulado otra vez por offside.
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Tras un testarazo de Kjaer al larguero, los giallorossi, todavía sin Dzeko y con Mayoral titular, empezaron por fin a dar buenas señales. Hubo otro tanto anulado (por una falta de Mancini), esta vez de Mkhitaryan, que luego chutó fuera con una vaselina una enorme oportunidad ante Donnarumma.
Justo en el mejor momento de los romanos, el árbitro, con la ayuda del VAR, pitó penalti por una falta de Fazio a Calabria en el límite del área. Ibrahimovic le dejó la pena máxima a Kessié y fue una buena decisión, porque el marfileño marcó el 0-1.
La segunda parte comenzó con un golazo de Veretout, que ya suma 10 tantos ligueros, pero el 1-1 aguantó en el marcador menos de 10 minutos. Un mal pase de Pau López activó un contragolpe milanista, que Rebic terminó deshaciéndose de Mancini y realizando el 1-2 con un perfecto remate cruzado.
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El Milan se quedó sin el croata, Calhanoglu e Ibra, todos con molestias musculares. Krunic, Brahim y Leao sustituyeron bien a sus compañeros, sacrificándose ante el arreón de los romanisti, que siguen fallando en los enfrentamientos directos por la Champions. Los rossoneri, liderados por un gran Theo y las paradas de Donnarumma, aguantaron hasta el final un resultado fundamental para su temporada. El bajón postderbi ya es historia: su batalla sigue.