El Mallorca empató con el Leganés y sigue en la zona de descenso

Prensa Mallorca.- El RCD Mallorca ha empatado, en el Visit Mallorca Estadi, ante el CD Leganés. Un gol de libre directo de Salva Sevilla en la primera parte y otro de Óscar Rodríguez en la segunda, deciden el partido.

En el tercer partido de la semana, Vicente Moreno ha introducido tres cambios en el once inicial. Después de la derrota por la mínima en La Cerámica ante el Villarreal CF, el técnico bermellón ha dado entrada a Salva Sevilla, Dani Rodríguez y Ante Budimir en lugar de Aleix Febas, Lago Júnior y el sancionado Antonio Raíllo.

Los primeros minutos han sido de tanteo por parte de ambos equipos. El CD Leganés ha sido el primero en acercarse a la portería rival, pero sin mucho peligro. En el minuto nueve de partido, el RCD Mallorca se ha adelantado con un gran gol de Salva Sevilla. El jugador almeriense ha anotado una falta directa por debajo de la barrera y el portero visitante poco ha podido hacer.

Después del gol bermellón, el partido ha perdido ritmo. Combinaciones lentas y sin llegar a área rival. No ha sido hasta el minuto 25 cuando el CD Leganés ha creado su primera ocasión de peligro a la portería de Manolo Reina. Amadou, después de un desvío de Pozo,  ha enviado el balón al palo. En el minuto 38 ha llegado la segunda ocasión peligrosa para los visitantes. Una jugada individual de Óscar dentro del área y, tras un rechace, Guido ha disparado alto.

En el minuto 40, tras una buena triangulación entre Take, Salva Sevilla y Dani Rodríguez, le ha llegado el balón a Fran Gámez y ha disparado desde fuera del área intentando sorprender a Cuéllar, pero el portero ha desviado a córner. Con el partido muy igualado y sin muchas ocasiones claras se ha llegado al descanso.

La segunda mitad ha arrancado con mucho más ritmo e intensidad que la primera. Idas y venidas de ambos equipos sin llegar a materializar ocasiones. En el minuto 50, Óscar Rodríguez lo ha intentado de falta directa, pero Manolo Reina ha detenido sin problemas. En los siguientes minutos los visitantes han sido los dominadores de la posesión, pero sin llegar a crear verdadero peligro en la meta bermellona.

Con el CD Leganés siendo dominador del balón, Vicente Moreno ha introducido a Lago Júnior y Abdón, dos cambios para dar frescura al ataque local. Precisamente, de las botas de Lago y Abdón ha llegado una ocasión clara para el RCD Mallorca. Un gran pase del delantero mallorquín que el jugador costamarfileño ha disparado muy cerca de la portería visitante.

En el minuto 75, Manolo Reina ha realizado una parada de mucho mérito. Tras una contra de los visitantes, Guido ha rematado prácticamente solo desde la frontal del área pequeña y el portero bermellón, después de una gran estirada, ha detenido el balón. En el minuto 86, Óscar Rodríguez ha empatado el partido con una falta directa. Un gol que poco podía hacer Manolo Reina. Con transiciones rápidas en los últimos minutos y los dos equipos volcados ha finalizado el partido con empate en el marcador.

RCD Mallorca: Manolo Reina, Pozo, Sedlar, Valjent, Fran Gámez, Baba, Salva Sevilla (82’), Dani Rodríguez (52’), Kubo (82’), Cucho (67’),  Budimir (67’)

Suplentes: Parera, Jesús, Sastre (82’), Xisco Campos (52’), Señé (82’), Lago Junior (67’), Salibur, Trajkovski, Chavarría, Febas, Abdón (67’), Luka

CD Leganés: Cuéllar, Aitor Ruibal (56’), Omeruo, Awaziem (80’), Bustinza, Kevin Rodrigues, Amadou (61’), Rubén Pérez (56’), Óscar Rodríguez, Assalé (80’), Guido

Suplentes: Juan Soriano, M. Navarro, Silva, Roque Mesa (56’), Recio, Guerrero (61’), Tarín, Rosales (80’), Eraso, Bryan (56’), Avilés (80’), Lombo.

Goles: Salva Sevilla, 1-0 (9’); Óscar Rodríguez, 1-1 (86’)

Foto: Prensa Mallorca.

El Barcelona goleó para clasificar a cuartos

Mundo Deportivo.- El Barça ya está en cuartos de final de la Copa del Rey después de golear al Leganés, que pese al aparatoso 5-0 tuvo sus opciones en un buen primer tiempo pero le falto acierto delante para poner en aprietos al conjunto barcelonista. Griezmann encarriló la eliminatoria muy pronto, a los tres minutos, y un gol de estrategia de Lenglet a centro de Messi en un córner dejó el partido visto para sentencia. Un doblete de Messi y un gol de Arthur redondearon la goleada.

El Barcelona de Setién dio un paso adelante. Recuperó la costumbre de golear en el Camp Nou y, además, mantuvo el ‘cero’ en la portería. Dio la impresión de estar en ese proceso que define su entrenador de estar asumiendo conceptos y jugó una primera parte de muy buen nivel. Exhibió voluntad de jugar siempre desde atrás, presionó con intensidad y tuvo el balón y lo movió con velocidad. Además, buscó más los espacios y fue vertical y profundo.

Pero, ojo, también hubo sustos: el Leganés desaprovechó algunas ocasiones peligrosas que generó tras algunas pérdidas peligrosas del conjunto barcelonista en zona defensiva. Aun así, el balance del juego es esperanzador para el Barça.

Los jugadores se sintieron más cómodos en el 4-3-3 al que regresó Setién, con Griezmann de ‘nueve’. A los tres minutos, el ‘Pequeño Príncipe’ francés aprovechó una gran internada de Semedo, que recogió un gran pase de Messi y asistió a Griezmann en el corazón del área. El francés controló el balón y lo cruzó lejos del alcance de Cuéllar.

El juego azulgrana fue dinámico, con movilidad rápida de balón y con gran intensidad, sobre todo en la primera media hora, y con desmarques en busca de mayor verticalidad. El juego interior, siempre con Messi activo, pretendía abrir huecos por las bandas para Semedo por la derecha y Ansu o Jordi Alba, cuando el joven delantero se metía por dentro, por la izquierda. Una de estas subidas del lateral acabó en centro y gol que fue anulado por supuesto fuera de juego al recibir en el área.

Messi-Lenglet: la estrategia

También el juego a balón parado fue un activo que el Barcelona explotó. Messi buscó repetidamente a Lenglet, incorporado al ataque en faltas y córners. Tras dos intentos en sendas faltas, Messi finalmente encontró al central francás a la salida de un córner: sacó al primer palo, allí Lenglet peinó hacia atrás, al más puro estilo Alexanko, y marcó el 2-0.

El Leganés, por su parte, no viajó de turismo. Nada más empezar, antes de los 30 segundos, había tratado de sorprender a Ter Stegen con un chut de Braithwaite que impactó en el poste por su parte exterior. El conjunto pepinero fue agresivo en la defensa e intentó desplegarse en contragolpes en cuanto conseguía robar el balón, beneficiado en parte por los riesgos que el conjunto azulgrana asumió en la salida de balón: excepto algún pase largo de Ter Stegen, el Barça siempre trató de salir desde atrás pese a la presión alta del rival.

De hecho, en el primer tiempo remató tanto como el Barça en el primer tiempo o incluso más, con chuts de Braithwite, Aitor Ruibal o Roque Mesa. Ruibal tuvo que detener uno de Ruibal tras una pérdida de Busquets en la frontal del área.

La sentencia

Messi puso el tercero cuando el ritmo del partido había decaído, en la segunda parte. El Leganés, que pronto empezó a dosificar jugadores, había empezado ya a pensar en el partido de Liga del fin de semana el Barça controlaba completamente. Tenía, tenía y tenía el balón, sin la chispa de la primera parte, cuando De Jong aprovechó que el Leganés había subido líneas para encontrar un espacio entre la defensa por el que mandó un pase espectacular a Messi, que hizo un recorte y remató. El balón pegó en Tarín y entró.

Cuando llegaron los cambios, hubo pruebas por parte del Barcelona. Una de ellas, curiosa: De Jong se puso como extremo derecho en la fase final del partido, cuendo Arthur entró por Griezmann. El brasileño logró en una jugada en que Cuéllar despejó un remate de Ansu y Awaziem el segundo remate, de Messi. Al tercer remate fue la vencida y Arthur logró el 4-0. El quinto, obra de Messi, ya como ‘falso nueve’, tras recoger un pase de Rakitic y recortar a Cuéllar.

Foto: Mundo Deportivo.

El Barcelona recibe al Leganés con la obligación de avanzar en la Copa del Rey

Jordi Blanco (ESPN).- Sin tiempo para lamentaciones, enfrascado el club en el fichaje de un sustituto para Luis Suárez que aún escribirá varios capítulos y en un operación salida que provoca pasmo, el Barcelona de Quique Setién recibe al Leganés del Vasco Aguirre en un duelo para nada funcionarial o de paso, jugándose tanto el pase a los cuartos de final de la Copa como un crédito que el derrumbe en Valencia dejó muy en entredicho.

Recibido con los brazos abiertos por el entorno azulgrana, el nuevo entrenador ha tardado apenas tres partidos en comprender la realidad de un equipo maltrecho y al que le cuesta horrores cambiar los hábitos adquiridos en los últimos años para implantar una idea que proclamó en su presentación “irrenunciable” y que con el paso de los días da la sensación de no ser ya tan intocable.

El Barsa necesita ganar, precisa gustar y urge de reencontrar si no su mejor versión sí, por lo menos, una acorde con lo esperado. Una imagen en la que el cálculo tan manido de la posesión no se dispare al escenario y que muestre mayor capacidad resolutiva, una imagen en la que no haya “pases inútiles y sin sentido” como denunció el propio técnico en Mestalla, consciente de que la paciencia del hincha en el Camp Nou nunca ha sido eterna. Y menos en la situación actual.

Entendiéndose que tanto Setién como Aguirre moverán varias piezas en la alineación de Barça y Leganés, mientras para el entrenador mexicano el choque no es para nada trascendental en sus objetivos de la temporada (centrada únicamente en la salvación liguera), para el azulgrana se comprende innegociable puesto que sin ser la Copa un título necesario (siempre por detrás de Champions y Liga), padecer una eliminación en el Camp Nou ante un rival que cuenta por derrotas sus tres visitas significaría un fracaso en toda regla… Y la puerta de entrada a una crisis mayúscula..

Messi entró y el Barcelona ganó

AS | Foto: AS.-


El Barça no afloja y se mantiene firme en el liderato tras derrotar al Leganés por 3-1 en un encuentro que gobernó Dembélé primero, luego se complicó con el tanto del equipo de Pellegrino en su primera aproximación y empeoró para el Barça con la lesión del francés y que acabó con Messi saliendo del banco para gobernar y archivar el duelo con la suficiencia con la que llegaba el Séptimo de Caballería para acabar con cualquier amenaza en el último momento. Messi es el puñetazo encima de la mesa que acaba cualquier discusión.

En un técnico tan poco dado a las rotaciones como es Valverde, cuando éstas aparecen son un termómetro más que fiable del paisaje inmediato del equipo. Dejando a Lenglet fuera de la lista y reservando a Rakitic y a Messi en el banquillo pensando en el partido del miércoles en el Sánchez Pizjuán, el técnico culé dejó muy claro que la Copa ha pasado a ser tan prioridad como LaLiga.

Poco importó que el Atlético se pusiera ayer a dos puntos y que visitara el Camp Nou el Leganés de Pellegrino, el primer equipo que derrotó al Barça en la competición y el técnico que le ha ganado dos veces con dos equipos distintos (Alavés y el propio Leganés).

Le costó mucho al Barcelona mandar en el partido, porque el Leganés interpretó su papel a la perfección. Muy ordenados atrás, presionando bien cuando la pelota la tenían los blaugranas y contundentes en los duelos directos, los madrileños alejaron al Barça de la portería de Cuéllar. No creaban peligro, pero tampoco pasaban agobios.

Pero dentro de un partido tan cartesiano, el elemento desequilibrante de Dembélé resultó providencial para el Barcelona y letal para su rival. Dembélé es incontrolable. Y si está inspirado como pasó durante el partido, más.

El francés no tenía problema alguno en enfrentarse a cuatro defensores rivales. Dos acciones suyas sembraron el pánico en la defensa pepinera, pero la jugada se pudo abortar antes de llegar a la hora del remate.

No pasó lo mismo justo pasada la primera media hora de juego cuando una salida de balón magistral de Piqué fue continuada por Aleñá, más que notable en su primera titularidad liguera en casa, para que Demebélé se asociara con Alba al más puro estilo Messi y batiera a Cuéllar.

Pudo el Barça aumentar la diferencia en el último minuto tras jugada de Dembélé que Coutinho no dirigió bien. El brasileño acabó con cierta melancolía. Ve como la figura del francés brilla más, en contraste, él se empequeñece.

El partido parecía controlado para el Barcelona, que tenía al Leganés en su parcela controlado, pero tal y como pasó en la primera vuelta, en una jugada aislada cambió totalmente el decorado. Un contragolpe del Leganés que Alba cerró mal permitió a Braithwaite empatar el partido en la primera acción de ataque del conjunto de Pellegrino tras una gran carrera de En Nesyri.

Con el empate, no le quedaba otra que dar entrada a Messi, que entró por Aleñá y a Rakitic por Arthur. Coutinho, lamentable, se salvaba de la quema. Pero el guión cambió de manera abrupta con un resbalón de Demebélé que, le dejó fuera de combate y obligó a entrar a Malcom.

Con el Camp Nou aguantando la respiración, Messi, que se echó al equipo a la espalda, sacó un disparó fabuloso a la escuadra desde la frontal al que Cuéllar respondió con un paradón que dejó el balón franco para que Suárez marcara el segundo. Tras impactar el balón, por la inercia, el uruguayo impactó con el portero, que trató de exagerar el impacto buscando que se anulara. Tras consulta, el colegiado no dudó en conceder el tanto.

Con Messi reinando en el campo, el árbitro alargó el partido siete minutos, lo que le dio tiempo al argentino para marcar su tanto. Si alargan más, mete más..

Barcelona cayó derrotado ante el colista de La Liga

ElPais.- Al Barça no le sirve de nada tener al mejor delantero del mundo porque tiene la peor defensa de los aspirantes a ganar LaLiga. Nadie se explica el cambio del equipo de Valverde, tan consistente cuando alcanzó el doblete como frágil desde que comenzó la temporada, víctima posiblemente del síndrome de Roma. Alérgico a los cambios, no sabe administrar los goles a favor, le quema la pelota y se vence de manera irremediable, como si los jugadores se alinearan igual que las fichas de dominó, a la que dobla la rodilla Ter Stegen. Nadie hubiera dicho que el Barcelona era el líder cuando llegó a casa del colista en Butarque. El desplome ha sido tan inesperado como mayúsculo, en casa y fuera, paralizados los futbolistas, sin calidad ni rebeldía, rendidos a la fatalidad, derrotados sin remisión en campo del Leganés.

Las rotaciones ayudan a refrescar al equipo, señalados ya los titulares por Valverde, y sirven para medir a la plantilla y también la política de fichajes, siempre discutida en el Barça. Munir, por ejemplo, no es ni será Luis Suárez y Jordi Alba no tiene un recambio natural, sobre todo mientras no progrese y se apueste por Miranda, circunstancia que llevó a Vermaelen a ocupar el costado izquierdo en Butarque. Las novedades castigaron al equipo en su área al tiempo que le animaban en su ofensiva, porque el Barça atacó de salida de forma continua y fluida, muy abierto Dembelé, especialmente alegre Coutinho, asociado a Messi.

Ubicado como falso 9, el rosarino se arrancó con una jugada estupenda que acabó a pies del brasileño, fallón en el control y en cambio exquisito en el tiro desde el balcón del área, ajustado al poste izquierdo de Cuéllar. Coutinho tiene un excelente remate de media distancia que es una suerte para un equipo a veces demasiado chato y acaramelado en su juego, falto de pegada si no interviene Messi. La pareja Messi-Coutinho dinamitó la inédita defensa de cinco dispuesta por Pellegrino. Al Leganés le falta gol y no tenía suerte últimamente, condenado por acciones episódicas, tanto da que jugara en casa o en Butarque.

No fue exactamente el caso del Barça. Messi tuvo dos ocasiones francas después del gol de Coutinho: remató a la cruceta —el quinto disparo a la madera, el sexto del equipo en la Liga— y falló un tiro sencillo frente a Cuéllar antes de que En-Nesyri llegara frente a Ter Stegen. La benevolencia del 10 animó al Leganés. No sabía qué hacer el Barça con la pelota, torpe y descontrolado incluso con los medios titulares, y empezaron a presionar de manera más sincronizada y atacar mejor los chicos de Pellegrino. No hay partido en que el plantel de Valverde no pase por momentos de apuro, a veces muchos y en ocasiones pocos, decisivos en Leganés.

No achicaban los delanteros azulgrana, Munir estaba más pendiente de facilitar la faena a Messi y favorecer su diálogo con Coutinho y no recuperaban el cuero los centrocampistas para suerte del Leganés. El encuentro viró en la misma línea que el del domingo contra el Girona. Las concesiones defensivas son continuas en el Barcelona. Toma los goles de dos en dos —ya suman siete— en un minuto: El Zhar y Óscar le dieron la vuelta al marcador en dos jugadas consecutivas que expresaron la fragilidad de los laterales y la desconexión de Piqué. Silva le tomó la espalda a Sergi Roberto y su centro fue cabeceado por El Zhar ante las narices de Vermaelen y Piqué le dio la bola a Óscar para que rematara a Ter Stegen.

Una ocasión

Jugó desde entonces el Barça con el retrovisor puesto, descolocado y fuera de sitio, incapaz de reaccionar, sin coraje ni fútbol, a merced de un adversario que se adornó incluso con algunos caños ante la admiración de Butarque. Pellegrino supo cómo cerrar el partido, último vencedor en el Camp Nou con el Alavés, y no hubo más noticia del Barça que un doble remate de Coutinho y Rakitic que sacó magistralmente Cuéllar.

No hubo más respuesta por parte azulgrana, ni siquiera con Luis Suárez, como si los jugadores se avergonzaran de los fallos cometidos, retratado en la última jugada cuando al remate de un córner acudió Ter Stegen. No olvidará fácilmente Messi su partido 700 con el Barcelona. Más que un reajuste, el equipo precisa una intervención rápida y precisa de Valverde. No funciona el cambio de dibujo, el 4-3-3 no tiene el efecto del 4-4-2, y los azulgrana han descontado cinco puntos en dos partidos después de tener un colchón de +2 desde que el Madrid empatara en San Mamés. Aunque pocas, las derrotas del Barça de Valverde son siempre tan sangrantes que inmovilizan incluso a un gigante como Messi.

Foto cortesía: Mundo Deportivo.

El Real Madrid del «tiki taka» venció al Leganés

AS.- Desaparecido el máximo accionista, Cristianola célebre sociedad ofensiva del Madrid sigue en beneficios. La salida del portugués parece haber quitado el freno a Bale y Benzema, especialmente el francés, al que esa apuesta de fútbol cooperativo de Lopetegui le ha revitalizado. Hizo del partido un parque de atracciones, con dos goles y un amplio repertorio de habilidades. Se ha pedido gran parte de los 50 goles que se fueron. Lo vio Mariano, quién sabe si con cierta desilusión, desde el banquillo. Lo vio el público, con ojos más alegres que nunca en la grada. Y lo vio Courtois desde el otro campo. Su debut, seguro, tranquilizó al palco.

Hay veces que el fútbol se queda sin palabras. No hay explicación para la suplencia de Keylor, que paseó ante el Bernabéu su premio UEFA con paso de entierro, ni para cómo un Leganés sometido, casi hundido en su área, se encontró el empate en el Bernabéu en su primera aproximación al área de Courtois. Fue un penalti por incontinencia de Casemiro transformado por Carrillo, el target man que se ha traído Pellegrino al Leganés. Un accidente que cambió efímeramente un partido del Madrid de pitón a rabo.

Porque hasta ahí se había visto al equipo blanco, aun sin Isco, que recibió su ración de banquillo antes de alegrar el fin de fiesta, en su versión más ajardinada, robando pronto y arriba, con Modric ventilando mucho el juego y con ese mestizaje ofensivo que tanto fomenta Lopetegui: Bale es extremo y ariete; Benzema, creador y rematador; Asensio, centrocampista, exterior y llegador. Un repertorio de variedades que le hacen un equipo imprevisible, más si sus laterales suben su volumen ofensivo, lo que también sucedió en ese inicio sinfónico. Un juego colectivo, politono, pleno de oportunidades y que resumió bien el primer gol: se inició en el cambio de juego de un central (Ramos), el toque de cabeza de un lateral (Carvajal) y el remate de volea de un delantero (Bale), a cuyo éxito contribuyó que se amantequillara la mano de Cuéllar.

Del VAR a la goleada

Ese cambio del todos para uno de la era Cristiano al todos para todos que debe compensar su marcha se fue brevemente con el gol de Carrillo. El empate, por injusto o por inesperado, aturdió al Madrid y espabiló al Leganés.

Del lío lo sacó el VAR a vuelta del descanso. Jaime Latre confundió un agarrón a Jonathan Silva a Benzema con una falta de este e invalidó su cabezazo a la red. Desde la pantalla le ayudaron a enmendar la plana. Premio para el francés, un futbolista en franca rehabilitación y no sólo por sus cinco goles oficiales en el curso, sino por la asunción de funciones como rematador y por un ardor guerrero que tantas veces ha ocultado. Con el 2-1 volvió el Madrid excelente del principio y un nuevo tanto de Benzema, este aún mejor que el anterior, adornado por la larguísima combinación de gran parte del equipo y un remate lejano en giro de cadera espectacular.

El final, con otro gol y un torrente de oportunidades, limpió otro defecto endémico del equipo: perder el apetito con la ventaja. Definitivamente, esto marcha.

Foto cortesía: AS.