Tony Cittadino (Madrid).- Si hay una persona que conoce por dentro cómo se maneja la Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP), es Domingo Álvarez. El periodista dedicó 28 años de su vida al negocio de la pelota criolla y la próxima campaña se jugará en su honor, siendo un justo reconocimiento tras tantos años de esfuerzo y servicio.
Álvarez llegó a la LVBP en mayo de 1993, gracias a una llamada del entonces gerente general de los Leones del Caracas, Oscar Prieto Párraga, apoyado por el presidente de Cardenales de Lara, Humberto Oropeza.
Su pasantía en las oficinas de la liga comenzó con la presidencia de Jaime Benítez Arreaza, pasando por Carlos Cordido Valery (1994-1999), Jesús Efraín Muñoz (1999-2002), Ramón Guillermo Aveledo (2002-2007), José Grasso Vecchio (2007-2013), Oscar Prieto Párraga (2013 – 2017), Juan José Ávila Fermín (2017 – 2019) y Giuseppe Palmisano (2019-actual).
“En enero o febrero de 1993 me quedé sin trabajo, pero recibí una llamada de Oscar Prieto, que estaban en la junta directiva de la Liga para reestructurarla. Me dijeron que querían almorzar conmigo para ofrecerme la gerencia y nos pusimos de acuerdo. Fue el último día de abril y pregunté cuándo empezaba y me dijeron que mañana. Así que mi inicio fue el 1 de mayo, aunque todo estaba cerrado porque era festivo”, explicó desde su casa en Atlanta, Estados Unidos.
El ambiente de la LVBP no era extraño para Álvarez, quien siempre estuvo ligado al periodismo deportivo en sus etapas en los diarios El Nacional, El Impulso y El Globo, además de ser comentarista para los circuitos de radio de Lara y Caracas.
El debut en la liga se dio con la primera final en la historia entre los Eternos Rivales. Leones del Caracas y Navegantes del Magallanes paralizaron al país a lo largo de siete juegos, en los que a la postre los turcos se llevaron el campeonato. “Las presiones fueron de toda naturaleza. Todo el mundo quería que eso fuera perfecto. Tuvimos problemas con la televisión, porque no se ponían de acuerdo con el horario y, al final, aprobamos el de la liga y que ellos se adaptaran. Otro aspecto era planificar los árbitros para los siete juegos, basándonos en las evaluaciones hechas durante la temporada”.
Otro de los aspectos con los que tuvo que lidiar fue la organización de los viajes, tanto de los árbitros, como de los peloteros. Las cancelaciones o los retrasos de vuelo eran factores comunes y había que resolver lo más pronto posible, de forma que el espectáculo no se viera perjudicado.“Una vez había un juego Zulia contra Lara, que nosotros teníamos en el calendario en Barquisimeto, pero resulta que los árbitros estaban en Maracaibo. Nos dimos cuenta a tiempo y pudimos resolver. Esas cosas ocurrían y uno tenía que correr o volar para poder mandar a los árbitros para su sitio. Nunca se canceló un juego por falta de árbitros, pero sí se llegó a comenzar tarde”.
Espectáculo en crecimiento
El crecimiento de la Liga se consolidó a finales de la década de los 90, no sólo por el espectáculo brindado y la mejor organización, sino también por la calidad de peloteros con los que contaba el torneo local y por las transmisiones de televisión.
Este es un aspecto fundamental que recuerda, pues Álvarez insistía en que la asistencia del público a los estadios iba a aumentar a medida que se transmitieran más juegos, a pesar de que existían directivos de equipos contrarios a ese pensamiento.
“El público no asistía con regularidad a los estadios, salvo los estadios Caracas-Magallanes, que siempre estaban full. Les decían que había que hacer más transmisiones, porque la gente se iba a animar. Las transmisiones de Venevisión y Televen le dieron un empuje tremendo al beisbol. Fue una época extraordinaria y de un crecimiento vertiginoso, que duró unos 20 años”.
#LVBP: La Temporada 2022-2023 comenzará el 22 de octubre y se jugará en honor a Domingo Álvarez. Merecido reconocimiento a un gran Venezolano, hombre del deporte y de nuestro querido béisbol. Gran amigo y maestro. Domingo un honor haber trabajado contigo. Un fuerte abrazo pic.twitter.com/rA03q2x17g
— Jose Grasso (@josegrasso) June 11, 2022
El boom de la pelota criolla llegó a meter en los estadios cerca de dos millones de fanáticos. Fue un crecimiento sostenido durante casi una década, hasta que la crisis explotó en Venezuela y llegó la hiperinflación, que pulverizó el salario y se sumó a la inseguridad galopante.
El bajón en las taquillas se comenzó a registrar en la campaña 2016-2016, cuando la asistencia total a los siete parques durante la ronda regular fue de 1 millón 870 mil 698 personas, lo que representa una disminución de 26.54% con respecto a la campaña 2014-2015. Para entonces, asistieron 2 millones 235 mil 106 personas.
“Uno de los éxitos, era que los campeonatos eran muy parejos. La ronda eliminatoria se decidía el último día, con uno o dos juegos que eran vitales para la clasificación. El fanático se sentía satisfecho y cuando llegaba el Round Robin, había más presencia en los estadios. Al final, los jugadores, por distintas razones, dejaron de venir y eso ocurrió. En los últimos años había muchos problemas con la seguridad y los peloteros no querían tentar la suerte. Los peloteros más importantes empezaron a alejarse y comenzó a declinar el auge”.
Sin embargo, la LVBP que se fundó en diciembre de 1945 y tuvo su primera temporada en 1946, va rumbo a los 80 años de fundada y ha sabido mantenerse y adaptarse a las circunstancias. El sentido de pertenencia con la cultura del venezolano se mantiene y se valora mucho más, al ser una institución privada y que sigue de pie, en un país en el que no todas las empresas pueden decir lo mismo.
“Los propietarios de los equipos han hecho el gran esfuerzo para mantener esa institución en pie. La liga es una de las pocas instituciones que se mantiene después de 75 años y sigo pensando que se va a mantener, no sólo porque tiene unos propietarios empeñosos, sino porque el público quiere el beisbol. Tiene sus críticas fuertes y creo que son razonables muchas de ellas”.
Álvarez recordó con cariño la calidad de peloteros que asistieron a la LVBP y el nivel que tuvo. “Hay jugadores que andan por aquí en Estados Unidos y recuerdan la liga venezolana por la competitividad que tuvimos”, explicó.
La temporada 2022-2023 comenzará el 22 de octubre y se jugará en su honor, un gesto que agradece, pero humildemente reconoce no tener los pergaminos para que su nombre figure en el campeonato.
“En la Convención Anual siempre hay un perfil elaborado, pero debo decir con toda franqueza que no cumplo esos perfiles, porque los cumplían propietarios de equipos o gerentes, que tuvieron una destacadísima actuación en la historia de la liga y colaboraron de manera desinteresada. Yo simplemente fui, durante 28 años, un empleado de la liga y me gustaba que se cumplieran las reglas”.
Consideró de uno de sus mayores aportes al circuito local, fue mejorar la prensa, no sólo con el aumento de las transmisiones de televisión, sino en las condiciones laborales y la implementación del jefe de prensa.
“Con la gerencia de los equipos y con la ayuda de Rubén Mijares, trabajamos en colocar como una jaula en el terreno de los estadios, para que los fotógrafos pudieran trabajar con calma y comodidad. Antes de estar en la liga, ya yo soñaba con estar en la liga y decía, eso que se está haciendo hay que corregirlo. Eso se logró en parte, pero logré estar allí y estoy altamente agradecido”, sostuvo Álvarez, quien se prepara para volver a pisar los estadios venezolanos en la temporada que se jugará en su honor.
Foto: Prensa LVBP / AVS Photo Report