Luis Alvarado De Sousa (Caracas).- La primera vez que tu equipo favorito gana una copa, es especial. ¿Pero la primera vez que tu selección gana una copa? Eso es un sueño. Vivimos y sufrimos con la selección portuguesa, desde esa primera final de la Eurocopa en 2004. Esa final que perdimos en Lisboa, en el Estádio da Luz contra Grecia. La generación de oro del fútbol portugués, con ídolos como Figo, Pauleta, Maniche, y Rui Costa que nunca pudieron ganar una copa. Si, la historia de la “Seleção” de Portugal siempre quedaba en el “casi”. Pero en esta final no fue así.
La Eurocopa 2016, en Francia no empezaba bien. Tres empates en la primera ronda, “casi” nos elimina Islandia. Nadie creía en esta selección, ni los propios portugueses. Pero tú nunca dejas de confiar en ellos, sigues creyendo que pueden lograr el milagro, porque eso es lo que se iba a necesitar. Con el paso de las fases, te das cuenta que superaron a Croacia, Polonia, Gales y están en la final de Saint Denis, como 12 años antes en Lisboa. Ya sin la generación de oro, cuyo único sobreviviente es Cristiano.
Crees que al fin va a terminar la maldición del “casi”. Pero el rival es Francia, dueño de casa. Inmediatamente te viene al recuerdo esa semifinal de 2006 con el penal de Zidane, que nos costó la eliminación. Pero confías en la defensa de Pepe, las manos milagrosas de Patricio y algún chispazo del “Capitão” en el ataque.
Ya va a comenzar el juego, buscas tu cábala, ver el juego en Meridiano, porque en DIRECTV son argentinos y empavan. Te pones tu gorra “verde e vermelha” que te ha acompañado desde Alemania 2006. Los franceses meten mucho miedo, tu mamá no quiere ver el juego, le da demasiados nervios. Suena primero “La Marsellesa” y el estadio se cae. Pero “A Portuguesa” también retumba, hay una colonia rojiverde en las gradas del Stade de France. No estamos tan solos en esta pelea.
Comienza la batalla en Saint-Denis
Los franceses salen envalentonados a llevarse por el medio a Portugal y a Cristiano. Apenas nueve minutos y Payet le hace una falta que el árbitro ni pita como falta. “Deberían botarlo, esa falta es criminal” gritas, pero no pasa nada. Ronaldo se levanta y no puede apoyar la pierna, mira al banco y Fernando Santos le pregunta que si tiene que salir. Él quiere quedarse en cancha, pero no puedo caminar. Mientras tanto, Sissoko es un dolor de cabeza para Pepe y Fonte. Le deja un centro a Griezmann que remata y Rui Patricio saca del ángulo. Respiras con mucho alivio. Nani tuvo una oportunidad al contragolpe y la manda al estadio del PSG.
Sigue el partido, pero tú sigues viendo a Cristiano. No camina, hasta que llega el momento que más temes. Ronaldo se para, se lanza a la grama y comienza a llorar. No puedes creer lo que está pasando, 12 años y tanto esfuerzo para llegar a la final y los franceses le rompen la rodilla al “Capitão”. También se te salen dos lágrimas.
Sale en camilla CR7 y entra Quaresma. Tú sigues creyendo en la selección, pero si ganan va a ser totalmente épico. Portugal se va asentando en la cancha y se defiende bien de la marea francesa. Termina el primer tiempo y crees que pueden aguantar hasta los penales. Comienza la segunda parte y siguen bombardeando el área de Portugal. Al minuto 78, Giroud tuvo una y “San Patricio” la sacó milagrosamente. Dos minutos después, Nani exige a Lloris, Quaresma intenta una chilena luego del rebote pero el arquero francés vuelve a tapar. Eso te da esperanzas.
Un cambio al minuto 79 no parecía nada de otro mundo. Entraba Éder, el mueble de la selección y último recurso, salía la joven promesa de Portugal: Renato Sanches. Esto sería decisivo más adelante.
Francia sigue dominando, sufres como nunca en la vida. En el minuto 91, Gignac recibe un balón desde la banda y se libra de Pepe con un regate. Sale Rui Patricio a achicar porque Fonte nunca llega. Se para el tiempo, Gignac remata y el balón va poco a poco hacia el arco. Sabes que fue gol, se acabó el sueño. Ya imaginas los memes en Facebook contra la “Seleção”. Pero por alguna razón, el balón se estrelló en el poste. Esto sí que no lo puedes creer, es un milagro. No fue gol, la Virgen de Fátima está con ellos. Logran despejar el balón y terminan los primeros noventa minutos. Recuerdas la final de Argentina 78’, el holandés Nanninga le dio al poste de igual manera que Gignac, pero Argentina ganó esa final a pesar de eso, ¿Sería una señal?
Media hora más de angustia
En el tiempo extra, Portugal fue mejorando a medida que pasaba el tiempo. Francia estaba extenuada por el esfuerzo. Primero Pepe de cabeza, pasó cerca del poste. Luego Éder, casi logra anotar de cabeza pero los franceses sacaron en la línea. Después Guerreiro, de tiro libre lo mandó al poste, ¿Cómo se puede tener tan mala suerte pana? gritamos.
Pero al minuto 109 llegaría la más grande sorpresa de mi vida. Moutinho robó un balón en el medio campo y se lo dio a Éder, que se quitó a Umtiti con las manos y a Koscielny con el cuerpo. Estaba solo frente a la media luna, ¿Quién piensa que este mueble, como le decían los medios portugueses, podía rematar desde ahí?
Pero eso fue lo que hizo, remató espectacularmente desde la frontal de la media luna a la base de la meta francesa. Lloris se estiró pero nada podía hacer. Golazo de Éder. No creía el gol hasta que vi a la grada portuguesa brincar detrás del arco francés. Salí corriendo a abrazar a mi mamá que seguía sin ver el partido, era increíble, impensado, pero real.
Éder, un bisau-guineano nacionalizado portugués, marcó un golazo para ser recordado por siempre. Un gol para convertirse en héroe, uno de esos héroes del mar que dice nuestro himno. “Uma chuva de luva branca” cayó sobre París mientras Cristiano gritaba desaforado en el banco de suplentes.
Francia estaba rabiosa, buscaba la igualdad, pero nadie nos podía quitar esta victoria. Un último despeje de Rui Patricio al medio campo y pitó el árbitro. Ganamos la final, a Francia, en París. Ni en nuestros mejores sueños lo habíamos imaginado. Gritamos al aire hasta quedarnos sin aliento, se acabó el “casi”, por fin ganamos la Eurocopa, se despejaron los fantasmas de 2004. El último sobreviviente de la generación de oro levantó la copa, Cristiano con la rodilla vendada, el “Capitão”. Eramos por fin, campeones de Europa, nadie nos iba a quitar el mérito.
El fútbol es sufrimiento, así como alegrías. Este partido se resume en una frase: C’est la vie
Foto cortesía : AS.