La crisis descose a la pelota

Tony Cittadino (Caracas).- Érase una vez que el beisbol profesional era la prioridad del venezolano entre octubre y enero. Los estadios lucían casi llenos, sin importar la ciudad del país. Las cosas han cambiado para esta temporada 2016-2017 de la LVBP y el ciudadano común piensa dos veces en gastar el dinero de la comida o medicinas en una entrada para el estadio.

Ya en la temporada pasada hubo un descenso en la asistencia del 26.54% y todo parece indicar que en esta campaña la cifra se podría duplicar. Los estadios de beisbol se van quedando vacíos y el promedio de asistencia hasta el viernes 3 de diciembre es de 5 mil 266 personas. El pasatiempo preferido ha pasado a otra etapa, en la que pareciera más seguro y accesible disfrutarlo por la televisión.

El problema para el fanático no es solo acudir al estadio, sino también consumir mientras disfruta del juego. En promedio, una persona debe asistir con 15 mil bolívares, lo que representa poco más de la mitad del sueldo mínimo (Bs. 27.091), sin contar el bono de alimentación (Bs. 63.720).

En el estadio Universitario una arepa cuesta 2 mil 500 bolívares y los pepitos van desde 3 mil 800 hasta los 6 mil. Además por cinco tequeños debe cancelar 2 mil 500 bolívares, 4 mil 500 por una hamburguesa y 3 mil 800 por unos burritos.

Los precios de alimentos, se suman a las entradas y cuesta ir al estadio.

En la temporada pasada, Leones vendió un total de 383 mil 221 entradas y tuvo un promedio de asistencia de 11 mil 613 boletos por juego. Fue el más alto de los ocho equipos. Este año suman 122 mil 733 entradas y el promedio es de 6 mil 819. En tanto, los Tiburones de La Guaira tuvieron el año pasado una media por juego de 7 mil 617 y ahora es de 5 mil 416.

Hasta el momento, el equipo que más boletos ha vendido es Navegantes del Magallanes: 185 mil 741, ante 300 mil 49 de la zafra pasada. El promedio de asistencia al José Bernardo Pérez de Valencia es de 8 mil 443 fanáticos y en la contienda anterior culminó en 9 mil 693. El club que este año ha llevado menor cantidad de aficionados es Bravos de Margarita con 77 mil 448 personas y un promedio de 3 mil 367 por juego.

Todo esto sin contar que vestirse con los productos oficiales de los equipos es otro lujo. Una camisa se consigue en 49 mil bolívares, cuando el año pasado costaba 23 mil, mientras que el valor de una gorra es de 25 mil bolívares, 15 mil más que la temporada anterior.

Algunos circuitos radiales también han tenido que recortar presupuesto, porque viajan con un solo grupo de narradores, comentaristas y locutores comerciales, cuando por lo general se hace con dos.

La logística también se ha visto afectada, con la reservación de hoteles y los viajes en avión. Incluso la publicidad se ha hecho por intercambio.

IR O NO IR
Uno de los fanáticos de los Leones fijos en el estadio Universitario es Rafael Acosta, quien considera que hoy en día es un lujo asistir a un juego de beisbol: «La entrada más económica para sillas vale 3 mil bolívares, la cerveza cuesta 600 bolívares y un shawarma de 4 mil 500 en adelante.

Si no tienes carro, debes pagar taxi y la carrera mínima está alrededor de los 2 mil 500 bolívares. Es decir, necesitas cerca de 15 mil bolívares para ir a un juego solo, algo que, por lo general, es inusual. Casi siempre vas acompañado», Rafael, quien recordó que el promedio es una cerveza por inning.

En los últimos años, Caracas siempre fue uno de los equipos que primero vendía los abonos y se agotaban. Por lo general, entre mayo y julio estaban con el proceso. Para esta campaña, iniciaron la venta en septiembre, en parte porque no se había llegado a un acuerdo por el arrendamiento del estadio con la Fundación UCV. Sin embargo, los precios pusieron al fanático en 3 y 2, a pesar de ofrecer combos y facilidades de pago. En campañas anteriores, el promedio de abonos vendidos fue de 9 mil, pero se comenta que este año no llegó ni a la mitad.

«Un duro golpe al bolsillo. En mi caso, varió de 13 mil bolívares que costaba el año pasado, a 120 mil bolívares para esta temporada. Tenía dos y sólo pude renovar uno, porque no me puedo quedar sin mi beisbol. Los precios están afectando fuertemente la asistencia al estadio este año. Yo que no falló un juego, te puedo decir, con propiedad, que la gran mayoría de veces está vacío», explicó Acosta.

No hace falta sacar muchas cuentas. Basta con ir a un juego en el Universitario o en cualquier estadio del país. Están tan vacíos, que parece la postal de un domingo del fútbol nacional. El promedio de asistencia bajó de forma alarmante, incluso en los Caracas-Magallanes.

Hasta hubo promociones de 2×1 en sillas verdes, algo impensable en la historia de estos clásicos. Parecía un chiste del «Día de los Inocentes». Más bien el estadio siempre se queda pequeño y los revendedores hacían de las suyas.

Esa oferta para los fanáticos, también las aplicaron en juegos contra Tiburones de La Guaira y en otros estadios.

Pues bien, para ese juego de los «Eternos Rivales» se vendieron 15 mil 796 entradas, que si bien es una buena cifra, está por debajo del promedio de 20 mil personas que solían asistir en años anteriores. En Valencia, la mejor asistencia fue 13 mil 507 y fue el domingo 27 de noviembre, en el último juego de la ronda regular en ese recinto frente a Leones.

«Eso es una consecuencia de lo que está pasando y me sorprendió. Era algo inimaginable y es complicado, porque está tocando con fuerza nuestra cultura, que es el beisbol.

Aparte de ser nuestro gran pasatiempo nacional, sirve de bálsamo a esta durísima situación país que estamos viviendo. Es muy triste. Yo iba a todos los juegos con mi papá el año pasado y este año fuimos juntos a uno. Pero así estamos y es un fiel reflejo de nuestra Venezuela y de lo que la han convertido», indicó Rafael Acosta.

ESTADIO SIN AGUA
Pero eso no es todo. La crisis del país también llegó por otro lado a los CaracasMagallanes y es que el pasado 1 de diciembre, el juego no se pudo disputar porque no había agua en el estadio Universitario. Una situación que no debería «extrañar» en un país donde los racionamientos de agua y luz se han convertido en algo «cotidiano». Para entonces, la causa fue un tubo roto cerca del estadio que Hidrocapital no pudo solventar ése día.

«Ciertamente era difícil e incómodo jugar. El estadio no contaba con agua en los baños, no solo para los peloteros, sino también para los fanáticos. Esto complicaba todo e imposibilitaba que se diera el juego», indicó el presidente del Magallanes, Roberto Ferrari, en un comunicado de prensa.

Pero el problema de asistencia no es solo en la capital. Por ejemplo, el pasado viernes 2 de diciembre, se vendieron 2 mil 632 entradas para el juego Caracas-Zulia en el estadio Luis aparicio «El Grande» de Maracaibo, el más grande del país en capacidad. El recinto tiene un aforo de 25 mil personas y llamó la atención porque los rapaces han sido líderes del campeonato en buena parte de la temporada. Esa fue la asistencia más baja en la serie de tres encuentros. Los otros dos días no aumentó mucho: 3 mil 391 el sábado y 3 mil 441 el domingo.

«Me parece un abuso que las entradas aumentaran casi mil por ciento con respecto al año pasado. La crisis económica del país hace que la familia no pueda disponer de ese dinero para gastar en entretenimiento, con el costo tan alto de la vida», sentenció alejandro Rodríguez, quien también es fanático de Leones y tiene 13 años como abonado.

Rodríguez considera que el aumento no se ve reflejado en el servicio y cree que también la seguridad es un factor clave, porque uno de los accesos al Universitario está cerrado por la ampliación de la autopista Valle-Coche, considerada por el ex ministro de transporte y obras Públicas, Haiman El troudi, como «la obra más importante de los últimos 40 años».

«Lo hemos hablado varios fanáticos, porque al tener cerrada la entrada por la parroquia (frente a la Universidad Bolivariana de Venezuela), hay que entrar por el estacionamiento estructural y es incómodo.

La plaza está muy sola y llegar a pie se dificulta. La gente prefiere ver el juego por televisión, además de que el Caracas no ha jugado bien esta temporada».

Con este panorama, luce difícil que la asistencia pueda tener un alza en la recta final de la temporada regular. Quizás algunos puedan darse un regalo con los aguinaldos, que no alcanzan para las hallacas, pero lo cierto es que la crisis también llegó al beisbol profesional venezolano..

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