Johan Santana y su ayuda incondicional en Tovar

Tony Cittadino (Caracas).-  Desde el año 2004 el municipio Tovar en el estado Mérida es otro. La incursión de Johan Santana en las Grandes Ligas y la obtención de su primer premio Cy Young como el mejor lanzador de la Liga Americana, catapultaron a un pueblo de apenas 32.805 habitantes (según el Censo de 2001) a sentirse orgulloso de su hijo más famoso.

Hablar de Santana en Tovar es hablar de lo mejor. Los políticos son un cero a la izquierda en comparación con el fervor y el respeto que sienten por el pelotero. El municipio tiene cuatro parroquias: San Francisco, El Amparo, Tovar y El Llano. Está situado a 75 kilómetros al suroeste de la ciudad de Mérida, con 184 kilómetros cuadrados y 925 metros de altura sobre el nivel del mar.

La ruta para llegar al poblado es estrecha y con muchísimas vallas de obras hechas o por ejecutarse del gobierno nacional. Al arribar un letrero reza “Bienvenidos a Tovar” y desde ya se respira otro ambiente. La cordialidad, amabilidad y sencillez de su gente son únicas.

A pocos metros de la entrada se encuentra la estación de bomberos, la misma que el 18 de diciembre de 2006 recibió un camión contra incendios donado por la Fundación Johan Santana.

En medio de un día con lluvia pertinaz, el sargento segundo Benigno Hernández Briceño recibió al equipo de TalCual en las instalaciones, donde resalta la imponente unidad que tiene dibujado el número 57 del estelar pitcher y que, a pesar de 20 años de data, luce como nueva.

Hernández relató con tono pausado y visiblemente orgulloso, que el camión tiene capacidad para 150 galones de agua y está equipado con sistemas de bombas y mangueras. La dimensión del vehículo es tal que adentro se puede atender entre cuatro y cinco personas lesionadas.

“La unidad está en perfectas condiciones. Considero que el señor Santana hizo un gran esfuerzo con esa donación, porque no es sólo un aporte para el Cuerpo de Bomberos, sino para la colectividad y la comunidad, que se siente muy agradecida”.

Y no es para menos, porque el único aporte que les ha dado el gobierno es dotarlos con los equipos personales. “Estas donaciones son buenas porque suplen lo que no ha hecho la parte oficial. Son muchas las personas que se han visto beneficiadas gracias a estos hechos”, señaló.

A medida que avanza la tertulia, los gestos de agradecimientos hacia el lanzador se repiten: “En todo el estado Mérida no contábamos con una unidad como esta. La Fundación de una u otra manera ha colaborado con el mantenimiento de la unidad, porque es un poco costoso”.

Añadió que Santana estuvo presente el día de la entrega. Al acto asistieron diversas autoridades municipales y estatales, además del mayor Luis Alberto Porras, comandante general del Cuerpo de Bomberos de Mérida. La unidad está operativa las 24 horas del día y se ha utilizado en combate de incendios de estructuras, de vehículos, de rescate de personas y accidentes de tránsito, que según comenta son muy frecuentes en la zona.

Siempre pendiente

Otra de las muestras de amor de Santana hacia su pueblo, es que en una ocasión se encontraban con la unidad atendiendo un incendio en un bosque de pinos y el pelotero arribó al lugar con varias personas para ayudar en las labores humanitarias y repartiendo agua a los efectivos y a la población.

“Es una persona muy humana, desinteresada y muy humilde, que aporta y ayuda. La receptividad con el pueblo ha sido excelente”, dijo el sargento. Otro integrante del cuerpo de bomberos se prestó a realzar las bondades del “Gocho”. Se trata de Edwin “Morocho” Monsalve, quien lo conoce desde su infancia.

Comentó que en principio, además del camión, serían donadas un par de ambulancias, pero no se pudieron traer al país por el trámite de los papeles. Monsalve refirió que meses antes de realizar la donación, Santana le dijo a él y a Eduardo “Lolo” Polanco, otro amigo del lanzador y quien ahora es su “mano derecha” en Estados Unidos: “Sé que ustedes están trabajando en la estación de bomberos y sé que les hace mucha falta. Lo hago porque el pueblo lo necesita, porque son mis amigos y porque si no fuese grandeliga, también hubiese sido bombero como ustedes”.

Una de las cualidades que engrandece a Santana dentro y fuera del terreno es su humildad. A Monsalve le ha repetido en diversas ocasiones que siempre recuerda cuáles fueron sus inicios y por eso ayuda con las donaciones.

“Cuando viene se olvida de que es grandeliga. Eso no le importa. Igual comparte con su gente. Trata a todos igual, como si no hubiese estado nunca en las mayores. No ha cambiado para nada gracias a Dios, no se le ha subido la plata a la cabeza”.

Desde el año 2004, todos los meses de diciembre realiza una actividad llamada el “CyYonazo”, que consta de la donación de 10 mil y 15 mil juguetes a los niños de Tovar. En el evento hay parques inflables. Monsalve contó que cuando se organizan estos espectáculos él y sus compañeros acompañan a Santana en su carro para ordenar el material.

“Con los niños es clase aparte. Gracias a Dios que ha podido hacer esas actividades porque era uno de sus deseos. Cuando viene se pone a jugar trompo con los niños. No ha dejado de ser espontáneo, de ser alegre. También ha donado material deportivo a las escuelas”, señala Monsalve.

Añade que otro de los gestos del zurdo de los Mets de Nueva York es que en todo momento está pendiente del pueblo y de los suyos. “Muchas veces llama desde el norte para saber cómo estamos nosotros y cómo está el pueblo. Siempre pregunta qué se necesita”.

Hospital dotado

El más reciente aporte que dio Santana a la comunidad fue la valiosa donación de equipos médicos para el hospital San José de Tovar, realizada en diciembre pasado; por cierto, gracias a esta entrega el centro asistencial se puso a funcionar a plenitud.

Neida Gutiérrez y Magaly Arellano fueron las encargadas de mostrar camas para los pacientes, sillas de ruedas, sillas comunes para pacientes, visitantes y el personal del hospital, incubadoras, duchas para quemados, lámparas para ver radiografías, dispensadores de suero, sábanas, batas quirúrgicas, guantes y hasta un equipo portátil de rayos x.

Algunos de estos equipos son de primera mano y hay otros que ya fueron utilizados en Estados Unidos. Aún hay aparatos que no se han podido instalar porque el hospital no tiene espacio suficiente o porque son muy sofisticados.

Según datos que no son oficiales, cerca de un 80% de los implementos está en uso. Semanalmente personeros de la Fundación verifican las condiciones de los equipos. Una de las enfermeras comentaba que antes de contar con este aporte algunos pacientes fallecieron en el camino al ser trasladados a hospitales de la capital del estado, ya que no eran suficientes los recursos que tenían.

Además, los fines de semana debían trabajar como un ambulatorio por no tener suficientes médicos e insumos. Entretanto, Arellano agregó que en sus años de servicio nunca antes el hospital había recibido una donación, ni por la empresa privada ni por el gobierno. Solamente las autoridades se limitaban a dotar el hospital con medicinas.

La promesa del estadio

Cuando Santana ganó el Cy Young en 2004, el presidente Hugo Chávez lo condecoró en el Palacio de Miraflores con la Orden del Libertador. Para ese entonces, el lanzador pidió ayuda para construir un estadio en Tovar, petición que fue aceptada por el mandatario.

Pero han transcurrido poco más de tres años y no hay obras. Mucho se ha dicho desde entonces que se robaron la plata y que todo quedó en promesas. El terreno donde se construiría el estadio se encuentra al lado de la estación de bomberos.

Inclusive, el sargento Benigno Hernández recordó que en algún momento observó al mismo Santana con una comitiva inspeccionando el lugar. Edwin Monsalve sabe qué ocurrió: “Lo que pasó fue que Johan iba a construirlo y ese era su compromiso y el de Chávez con el pueblo, pero cuando sucedió la vaguada de 2005 todo se paralizó y eso se lo preguntamos a él”.

Francisco Rodríguez, vicepresidente de la Liga de Softbol de Tovar, dijo que por ahora el estadio Julio Santana De León, el mismo donde Santana dio sus primeros pasos, es el único con el que cuenta la comunidad. “Aquí se juega softbol, kikimbol, beisbol menor y mayor. Hay campeonatos en que de 20 partidos sólo se juegan cinco porque no hay espacio para que se hagan todos al mismo tiempo”.

Nota: Este trabajo fue publicado en la edición especial del Diario TalCual del año 2007.

Foto: Andrés Rafael Marín Pérez (www.flickr.com)

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