MLB inspeccionó el estadio Antonio Herrera Gutiérrez

Oscar Cumare Sánchez (Prensa Cardenales).- El estadio Antonio Herrera Gutiérrez de la ciudad de Barquisimeto, fue inspeccionado este viernes por el Sr. Raúl Viso encargado por la MLB (Major League Baseball) para realizar este trabajo. Por la organización Cardenales de Lara estuvo el gerente administrativo Gustavo Andrade y de igual manera el personal de mantenimiento (bragas rojas).

El representante de la MLB, realizó las respectivas mediciones en todas las áreas del terreno de juego, durante ese proceso aprovechó de mencionarle algunas sugerencias a Andrade. Luego de evaluar el campo, procedió a los dogouts y club houses respectivamente.

“Recibimos la visita de la MLB, entre las menciones nos felicitaron por tener en muy buenas condiciones el estadio y eso nos tranquiliza bastante”, fue algunas de las impresiones del gerente administrativo de los pájaros rojos.

En los próximos días, Viso hará llegar a la LVBP (Liga Venezolana de Béisbol Profesional), su evaluación final respecto al recorrido e inspección que hizo por los estadios venezolanos.

Foto: Prensa Cardenales

El Estadio Fórum de La Guaira abrió sus puertas, en medio de la incertidumbre y el temor

Yelimar Requena (Caracas).- El sentir venezolano ha traspasado fronteras desde hace mucho, presumiendo playas y mujeres hermosas, además del mejor beisbol del Caribe. Imaginar un lugar donde pudiesen convivir esos tres elementos era pensar en el paraíso y por muchos años se dijo que serían los Tiburones de La Guaira los encargados de hacer realidad aquella utopía. Sin embargo, el Estadio Fórum de La Guaira que se levantó en Macuto está muy lejos de aquellas añoranzas de perfección.

Este domingo 5 de enero de 2020 fue inaugurada la plaza que por más de siete años estuvieron esperando los guaireños, pero no estuvieron ahí los Tiburones. En lugar de llamarse Carlos “Café” Martínez, como tantos esperaban, se le bautizó Fórum de La Guaira en medio de una ceremonia gris que nada tuvo ver con la promesa de enaltecer el beisbol venezolano.

Un amistoso de softbol entre un equipo del gabinete ejecutivo y otro de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), fue lo que inauguró el tan esperado parque. Y en medio del encuentro por supuesto surgieron muchos cuestionamientos sobre la posibilidad de ver beisbol profesional en esa plaza, pero ninguno recibió respuesta. Se rumoró mucho, pero nada se dijo en concreto.

Aquella incertidumbre impidió que los amantes del beisbol vieran con buenos ojos al nuevo estadio, por lo menos en este primer encuentro.

Y no es que le falte belleza a la estructura que promete dar cobijo a 15 mil fanáticos. La verdad ese estadio a los pies de la costa venezolana es capaz de dejar sin aliento a cualquiera, gráficamente es una postal perfecta, aun cuando no está listo, porque es bien sabido que la política de Estado sugiere entregar obras a medio hacer y prometer mejoras que se tardan años en llegar.

Dicen que tendrá un estacionamiento para más de tres mil vehículos, una feria de comida y hasta un centro comercial, pero para constatarlo habrá que esperar. Por ahora, sólo se puede hablar del diamante a la orilla de la playa, que muchos temen no sobreviva al salitre que arropa con agresividad a toda la costa. El proyecto es ambicioso para cualquiera, pero más para un país en el que la desidia se hace costumbre y grandes estructuras se han perdido.

El estadio Olímpico José Antonio Anzoátegui, el estadio de softbol Las Mayas –rebautizado estadio Bicentenario- el Cachamay y el Metropolitano de Cabudare, evidencian como la negligencia y falta de inversión socaban cualquier esperanza deportiva. Es así con todo.

No hay que ir demasiado lejos para que esos miedos tengan fundamento.

La gente de Macuto sabe bien de obras olvidadas. Los fantasmas de grandes hoteles afectados por el deslave del 99, como el Miramar y El Colonial, aún permanecen en el horizonte y huelen a falsas promesas como la recuperación del bulevar y la inauguración del famoso teleférico, que esperan desde hace más de una década para conectar La Guaira con El Ávila.

No hay como esa tierra para hacer referencia a los muchos patrimonios culturales que han quedado en el olvido, en medio de crisis socio-económica que vive el país. Por eso quizás muchos tratan de no encariñarse con ese estadio o con las muchas otras obras que se han levantado con premura para disimular las carencias de la entidad.

Es temprano para vaticinar un fracaso, pero es difícil imaginar un escenario diferente si la estructura no se emplea para algo que genere ingresos propios y pueda costear el mantenimiento. De momento, pareciera que ver ahí a los Tiburones no es una opción, porque justamente ahora los equipos de la LVBP intentan desligarse de los patrocinios políticos.

Sin duda, esclarecer cuál será su uso es necesario antes de seguir alabándolo. Porque sí, es sublime, pero ahora la cosa no es tenerlo, sino mantenerlo.

Foto: AVN.