Cincuenta años de la final del Mundial México 70, la Copa que inmortalizó a Brasil

Tony Cittadino (Mallorca).- La final del Mundial México 1970 entre Brasil e Italia, siempre será recordada por ser una de las más emblemáticas y en la que vio a la canariña de Pelé, lograr su tercera Copa del Mundo. Fue la mágica Brasil de Clodoaldo, Gerson, Rivelino, Tostao, Jairzinho, Pelé y Carlos Alberto, de la que tanto se hablado y se ha catalogado como la mejor Brasil de la historia.

El “Scratch” dirigido por Mario Zagallo se convirtió en el primer tricampeón del mundo, luego de los éxitos en Suecia 1958 y Chile 1962. Eso le permitió tener el privilegio de quedarse con la copa original Jules Rimet, que luego fue robada en Brasil y fundida en 1983.

Todo esto en un Mundial que también será recordado porque no hubo un solo jugador expulsado y en el que se implementó el uso de las tarjetas amarilla y roja. Además fue la primera en la que Adidas era el fabricante del balón del torneo, una tradición que se mantiene nuestros días. El Adidas Telstar Durlast fue el protagonista del primer Mundial que albergó un país integrante de la Concacaf.

Brasil llegó a la final, luego de una fase de grupos en la que dominó ganando los tres partidos a Checoslovaquia (4-1), Inglaterra (1-0) y Rumania (3-2). En cuartos, superó a Perú (3-2) y a Uruguay en la semifinal (3-1), en el recordado juego en la gran jugada personal de Pelé al evadir al portero Ladislao Mazurkiewicz,  que no terminó en gol de milagro.

Por su parte, Italia llegó al Mundial como campeón vigente de la Eurocopa, ganada dos años antes en casa y era dirigida por el director técnico Ferruccio Valcareggi. Vencieron en la fase de grupos a Suecia (1-0) y empataron con Uruguay (0-0) e Israel (0-0), para ser líder del grupo dos con cuatro puntos. En cuartos de final, despachó a México con goleada (4-1). En la semifinal, superaron a Alemania Federal 4-3, en el “Partido del Siglo”.

El “Jogo Bonito”

El estadio Azteca recibió la final de la Copa del Mundo a las 12 del mediodía, hora local. Ambas oncenas sumaban un bicampeonato y el ganador tendría el privilegio de quedar como el más ganador del mundo. De acuerdo a estadísticas de la FIFA, la asistencia fue de 107.412 personas, que, en su mayoría, apoyaban al equipo suramericano.

Contar con el apoyo de los mexicanos fue un aspecto clave para Clodoaldo, quien en declaraciones reseñadas por ESPN dijo que fue una experiencia inolvidable: “El calor humano del pueblo mexicano nos dio mucha confianza. Fue impresionante”.

El partido comenzó con Brasil como dominador del encuentro, ante una Italia bien parada, que no fue tímida para buscar el arco rival. La primera acción de peligro fue de Gigi Riva, con un cabezazo a los 15 minutos.

La canariña se fue asentando en el campo con Gerson, Rivelino y Jairzinho, mientras que Tostao y Pelé buscando los espacios en el último cuarto de cancha ante la férrea defensa italiana, conformada por el capitán Giacinto Facchetti, Tarcisio Burgnich, Roberto Rosato y Pierluigi Cera.

El primer gol llegó gracias a un centro por la izquierda de Rivelino, que Pelé supo definir de cabeza a los 18 minutos de juego. Italia no se amilanó y luego de dos oportunidades de gol, llegó el empate en la fracción 37. Fue con una jugada personal de Roberto Boninsegna, que aprovechó un error en la salida del arquero Félix e igualó la pizarra.

Sin embargo, todo cambió en la segunda parte. El juego era de ida y vuelta, hasta que Gerson fusiló de zurda y desde fuera del área al portero Enrico Albertosi. Un golazo al minuto 66, que hizo que Brasil no perdiera más la ventaja y desmotivó a Italia.

Sandro Mazzola, no dudó en reconocer la superioridad del rival, en el documental de la Gazzetta dello Sport, La Grande Storia della Nazionale. “Los brasileños eran muy fuertes. Basta con ver los nombres: Rivelino, Pelé, Tostao. Cuando recibimos el segundo gol, no tuvimos más fuerzas para reaccionar”.

En tanto, el portero Albertosi consideró que Italia no afrontó de la mejor manera el partido por dos factores: el primero, venían cansados por el exigente tiempo extra ante Alemania Federal y, el segundo, que la noche anterior debieron hacer maletas.

Los encargados de la logística de la Federación Italiana, le hicieron saber a la selección, que a primera hora de la mañana debían tener las maletas hechas para llevarlas al aeropuerto.

“Creo que la final se preparó mal. En la noche, hicimos las maletas pensando ya en el vuelo de regreso a casa. Quizás tuvimos poca concentración para preparar a final de un Mundial. Quizás sin la media hora del tiempo suplementario, hubiéramos jugado con más garra”, explicó el portero italiano en el documental.

Con el juego 2-1 a favor de Brasil, la canariña se soltó aún más en la cancha y cinco minutos más tarde volvieron a aumentar la ventaja. Esta vez, Jairzinho marcó el tercero al rematar frente al arco una asistencia de cabeza de Pelé, quien supo bajar el balón con inteligencia. Jairzinho terminó como el goleador de la selección con siete, tras anotar en todos los juegos.

El Azteca era una fiesta carioca, no sólo en la tribuna, sino en el campo. Carlos Alberto se encargó de sentenciar la goleada, con un remate cruzado al 86. El capitán le pegó de primera ante el pase al área de Pelé, finalizando una gran jugada colectiva que había comenzado en el mediocampo con una recuperación de Tostao en su campo. Nueve toques seguidos y una exquisita asistencia del “Rey” a Carlos Alberto.

“Me impresionó mucho Pelé, quien se constituyó en el constructor de los cuatro goles, de acuerdo con lo observado desde mi posición”, dijo luego del partido el arquero Albertosi, en declaraciones reseñadas por ESPN.

El encuentro culminó con los tres pitazos del árbitro principal, el alemán Rudi Glockner. Los fanáticos invadieron el campo. La fiesta era incontrolable, mientras Pelé era rodeado por cientos de personas que celebraban con él su tercer Mundial. “Esta fue mi última Copa. Soy el hombre más feliz del mundo”, decía Pelé en medio de algarabía.

Carlos Alberto levantó la Copa al cielo y la verdeamarelha sumaba el tricampeonato, ganando todos los partidos. Fue la fiesta y la consagración del “Jogo Bonito”, más nunca visto. El final perfecto de una selección de Brasil inolvidable.

Ficha técnica

Brasil: Félix; Brito, Everaldo, Carlos Alberto (C), Clodoaldo; Gerson, Rivelino, Jairzinho, Piazza; Pelé, Tostao. DT: Mario Zagallo.

Italia: Albertosi; Facchetti (C), Burgnich, Bertini, Rosato; Cera, Domenghini, Mazzola, De Sisti; Boninsegna, Riva. DT: Ferruccio Valcareggi.

Goles: Pelé (1-0, min. 18), Boninsegna (1-1, min. 38), Gerson (2-1, min. 66), Jairzinho (3-1, min. 71), Carlos Alberto (4-1, min. 86).

Árbitro: Rudi Glockner (Alemania Federal), acompañado por los asistentes Rudolf Scheurer (Suiza) y Ángel Norberto Coerezza (Argentina)

Estadio: Estadio Azteca (107.412 espectadores)

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Cincuenta años del «Partido del Siglo» entre Italia y Alemania

Tony Cittadino (Mallorca).- El miércoles 17 de junio de 1970 quedó marcado en la historia como el día en el que Italia y Alemania Federal disputaron el “Partido del Siglo”, el extraordinario y emocionante juego de la semifinal del Mundial México 1970 que ganó la Azzurra en la prórroga cuatro goles por tres.

El estadio Azteca de Ciudad de México recibió este encuentro, al que asistieron 102 mil 444 espectadores. Un marco impresionante para esta Copa del Mundo, que fue la última en la que se entregó la Copa Jules Rimet. Además fue la primera en la que Adidas era el fabricante del balón del torneo, una tradición que se mantiene nuestros días. El Adidas Telstar Durlast fue el protagonista del primer Mundial que albergó un país integrante de la Concacaf.

También fue una Copa en la que se estrenaban las tarjetas para amonestar a los jugadores, si bien terminó sin ningún expulsado. Además se implementaron las sustituciones por primera vez.

Italia llegó al Mundial como campeón vigente de la Eurocopa, ganada dos años antes en casa y era dirigida por el director técnico Ferruccio Valcareggi. Por su parte, Alemania estaba al mando del estratega Helmut Schon y había finalizado como subcampeón en la polémica final del Mundial Inglaterra 1966, en la que cayeron en el partido decisivo ante el equipo anfitrión en la prórroga cuatro goles por dos. Fue la final del “Gol Fantasma” de Geoff  Hurts, aquél tanto que picó en la línea de gol y no entró por completo a la arquería.

Italia había vencido en la fase de grupos a Suecia (1-0) y empató con Uruguay (0-0) e Israel (0-0), para ser líder del grupo dos con cuatro puntos. En cuartos de final, despachó a México con goleada (4-1). En tanto, Alemania, también fue el mejor del grupo cuatro con seis puntos, tras vencer a Marruecos (2-1), Bulgaria (5-2) y Perú (3-1). En cuartos de final, venció a Inglaterra en tiempo extra (3-2).

Ambas selecciones lucían equipos muy sólidos y con jugadores estelares, si bien Alemania llegó como favorita para el partido. Los teutones tenían en el arco a Sepp Maier y al mítico defensa Franz Beckenbauer, que dos años después fue campeón de la Eurocopa y luego se consagró en el Mundial Alemania 1974.

El plantel también contaba con el capitán Uwe Seeler y el estelar delantero Gerd Muller, quien terminó el torneo como máximo goleador con 10 tantos. “El Torpedo” fue hasta el 2006 el máximo artillero de los Mundiales con 14 tantos. Fue superado por el brasileño Ronaldo (15) y luego por el también alemán Miroslav Klose en 2014 (16).

Gigi Riva lideraba el ataque de Italia, selección en la que estaba el portero Enrico Albertosi, el defensa y capitán Giacinto Facchetti, el mediocampista Sandro Mazzola y los también atacantes Gianni Rivera y Roberto Boninsegna, quien precisamente abrió el marcador a los 8 minutos, con un remate de zurda casi a ras del suelo desde fuera del área.

El nivel de juego mostrado por las dos selecciones fue de altura, digno de la época. Muy físico y táctico. De hecho, el “Kaiser” Beckenbauer, terminó jugando con un cabestrillo, pues ya se habían agotado los dos cambios permitidos.

Alemania gozó, al menos, de cuatro oportunidades claras para marcar en la segunda parte, pero el portero Albertosi estuvo atinado, el defensa Roberto Rosato sacó milagrosamente un balón en la línea y también falló la puntería, pero por poco. Sin embargo, empataron en el segundo minuto de descuento. Jürgen Grabowski se internó por la banda izquierda y sirvió un centro al área, donde apareció Karl-Heinz Schnellinger, quien jugaba en el Milan, y de derecha empató el partido. Hasta aquí había sido un partido “normal”. Peleado y con ocasiones.

“Alemania buscó siempre empatar el juego, porque no aceptaban perder ni como grupo, ni de forma individual. Era lógico que el partido fue más defensivo de nuestra parte”, dijo Mazzola en el documental de la Gazzetta dello Sport, La Grande Storia della Nazionale.

Una prórroga histórica

El juego fue a tiempo extra y los alemanes volvieron a mandar el balón al fondo de la red. Esta vez fue en una jugada a balón parado producto de un saque de esquina, en el que Muller aprovechó un error de la defensa y le dio la ventaja a su selección al minuto 94.

“Pensé que íbamos a perder cuando Alemania anotó en el tiempo extra, pero tuvimos una gran reacción”, recordó Albertosi en el documental.

Italia no se rindió y también aprovechó una jugada a balón parado. Corría el minuto 98 cuando un balón rifado en el área fue rematado por el defensa Tarcisio Burgnich para empatar el juego a dos. La Azzurra retomó el control en el marcador justo antes del final de la primera prórroga, al agarrar mal parada a Alemania en una jugada personal que finalizó con un zurdazo cruzado Riva para el tres por dos en la fracción 104.

El partido continuó jugándose a un ritmo trepidante y los alemanes volvieron a aprovechar una jugada a balón parado, reafirmando el dicho que dos cabezazos en el área terminan en gol. Un saque de esquina de Reinhard Libuda fue cabeceado al arco por Uwe Seeler y luego por Muller, para empatar otra vez el juego a tres tantos al minuto 110.

“Cuando se iba a ejecutar el córner, le dije a Rivera que no se quedara en uno de los palos de la portería. Me dijo que se quedaría, pero le respondí que era su responsabilidad. Cuando remataron de cabeza, él estaba un metro lejos del palo y la pelota entró entre él y el poste. Le dije de todo, incluso palabras que no se pueden repetir. Abrazado al palo, me dijo que para enmendar el error, debía ir a hacer un gol”, dijo Albertosi.

Así fue. Alemania todavía estaba festejando el tanto, cuando Italia liquidó el partido un minuto más tarde. La Nazionale sacó del mediocampo y se fue de inmediato al ataque. Boninsegna entró al área, centro al medio donde apareció Rivera justo en el punto penal, para batir al portero con un disparo de derecha en plena carrera.

“Cuando sacamos del mediocampo, mi idea era driblar a todos los alemanes y hacer gol, pero cambié de idea cuando vi a todos los alemanes delante de mí. Era imposible mi plan de ataque, así que pasé el balón y me fui al área. Tuve la suerte de que el balón me quedó perfecto, porque rematé un penal en movimiento”, dijo Rivera al programa Sfide de la RAI.

“Cuando anoté el gol, me quité un peso de encima. Me sentía responsable por recibir el gol del empate, aunque no podía hacer nada. Sólo meter la mano. Después del empate, había pensado no regresar a Italia, pero ahora sí quería hacerlo”, agregó Rivera con alivio y satisfacción en el documental. Su gol decretó el avance de Italia a la gran final, que a la postre perdió contra el mágico Brasil de Pelé y compañía.

El partido finalizó con los jugadores agotados y saludándose, quizás sin estar conscientes que serían los protagonistas de un duelo memorable. México rindió homenaje a las dos selecciones, colocando una placa en el estadio Azteca que reza: “El estadio Azteca rinde homenaje a las selecciones de Italia y Alemania protagonistas en el Mundial de 1970 del Partido del Siglo”.

Aunque a lo largo del tiempo también se disputaron partidos épicos en mundiales u otras competiciones nacionales, que adoptaron el nombre del “Partido del Siglo”, ninguno superará al pionero, al Italia-Alemania del Mundial México 1970.

Ficha Técnica

Italia: Albertossi; Burgnich, Cera, Rosato (Poletti, 91′), Fachetti; Berti,De Sisti; Domenghini, Bonisegna, Mazzola (Rivera, 46′) y Riva.

Alemania Federal: Maier; Vogts, Schnellinger, Schultz, Patzke (Held, 66′), Beckenbauer, Overath; Grabowski, Seeler, Muller y Lohr (Libuda, 52′)

Goles: 1-0 (min.8) Bonisegna; 1-1 (min. 90+2) Schnellinger; 1-2 (min. 95) Muller; 2-2 (min. 100) Burgnich; 3-2 (min. 104) Riva; 3-3 (min. 112) Muller; 4-3 (min. 114) Rivera.

Árbitro: Arturo Yamasaki (Perú).

Estadio: Azteca. 102.444 espectadores

 

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