Opinión: La Italia de Gattuso gana y golea, pero tiene mucho por mejorar  

Tony Cittadino (Madrid).- Gennaro Gattuso puede respirar tranquilo, de momento. El director técnico de Italia debutó con par de victorias ante Estonia (5-0) e Israel (5-4), que le permiten enderezar el rumbo en las eliminatorias europeas al Mundial 2026. Cumplió con la tarea, pero los triunfos tienen sus matices y hay que tomar nota.

La buena noticia, es que parece haber transmitido a la selección la idea de pelear los partidos y cambiar la mentalidad. Los jugadores se ven motivados y en armonía, si bien todavía es muy pronto para sacar conclusiones y lo que se necesitan son victorias y resultados concretos. Sin embargo, parece evidente que hay un cambio con respecto al trabajo previo realizado por Luciano Spalletti.

Lo importante, era sumar los seis puntos y anotar la mayor cantidad de goles posibles, para mantenerse en carrera para lograr el billete a la Copa del Mundo. Italia amaneció este martes con 9 puntos en el grupo I,  tres menos que Noruega, que esta noche enfrentará a Moldavia en casa y tendrá un partido más.

Llegar como primera de grupo, es misión imposible, pero, se puede mirar al futuro con un poco más de optimismo y no con el pesimismo que había antes de la doble fecha. Sigue siendo una labor complicada, pero hay un rayito de luz.  Al menos, ahora, también está la posibilidad de amarrar el segundo puesto que da acceso a los playoff, que disputarían por tercera ocasión seguida y con dos antecedentes graves que le dejaron fuera del Mundial.

El daño psicológico de no jugar dos Mundiales seguidos, ha sido tremendo, más allá de que la Serie A no es lo de antes. Cerca del 70% de los jugadores son extranjeros, no hay espacio para los jóvenes y, tampoco, es que se atrevan a lanzarlos y que se ganen la oportunidad de ser titulares.

No es nada nuevo, pero Gattuso tiene que lidiar con esto. Italia ha perdido la confianza y, más allá de que la selección no cuenta con la calidad de antes, que es innegable y el principal problema, se debe recuperar la garra. Es cuestión de actitud. Italia pasó de ser siempre una candidata a pelear la Copa, a pensar en la posibilidad de que pueda clasificar. Es lo que hay.

Rivales como Estonia e Israel, se ven como si fueran España y Argentina. Pero, en esta doble fecha, se rescató el carácter del grupo, que no tiene margen de error. Ante Estonia, se logró el triunfo con una goleada en el segundo tiempo, luego de 58 minutos. Pero, se puede entender, por los nervios y el asimilar el funcionamiento de la idea de Gattuso. El primer tanto les quitó la presión y, también, tuvo que ver el portero Karl Hein, que sacó, fácilmente, cuatro ocasiones claras y el resultado podía ser mayor..

Ante Israel, se sabía que podía ser un partido rocoso, pero no al extremo de recibir cuatro goles y jugar con fuego. Un empate, hubiera dejado a Italia al margen de no jugar los playoff. El grupo sabe que necesita anotar la mayor cantidad de goles posibles y no recibir ninguno, para intentar acortar la diferencia de con Noruega, de cara al último partido en noviembre en San Siro (+11 de Noruega y +5 de Italia).

Sin embargo, históricamente, la Nazionale no es una oncena que golee y, por primera vez en su historia, ha anotado cinco goles por juego en en partidos consecutivos. Pero, tampoco suele recibir cuatro tantos, si bien en los últimos 20 años se acostumbró a sufrir con selecciones de menor rango como Egipto, Eslovaquia, Nueva Zelanda, Suecia o Macedonia del Norte.

Italia no sólo recibió cuatro goles de Israel, sino que dos fueron autogol (Manuel Locatelli y Alessandro Bastoni) y pudieran pesar en la cuenta final.  Era impensable que se dejaran remontar un 4-2 a tres minutos del final, pero pasó. Fallas en la marca, pero también de concentración, algo de lo que Gattuso ha tomado nota y ha hecho mea culpa.

Aquí notamos la diferencia con el ciclo previo y es lo que hace pensar que las cosas pueden ser diferentes: autocrítica, asumir los errores, librar de presión a los jugadores y tener los pies en la tierra. Hablar claro y sin filosofar mucho.

«Somos demasiado frágiles. Recibimos goles con demasiada facilidad. Pero eso no es una crítica a los jugadores; es mi problema, y ​​necesito mejorarlo con mi cuerpo técnico. Hay que reconocer el mérito de los jugadores, que tuvieron la fuerza para reaccionar a cada bofetada que recibieron. Aunque no fue un gran día, se entregaron con todo y con ganas de recuperarse. Es algo en lo que tenemos que seguir trabajando. Disfrutémoslo; han sido ocho días increíbles. Felicidades a los chicos, y les doy las gracias, pero si queremos lograr algo importante, tenemos que mejorar“.

Moise Kean, Mateo Retegui y Giacomo Raspadori, se confirmaron como los delanteros de este ciclo. No son grandes nombres, pero supieron resolver. El ataque, que ha sido el dolor de cabeza, respondió. Pudiera mejorar con las posibles incorporaciones a futuro de Federico Chiesa, Nicolò Zaniolo o Domenico Berardi, pero hay que contar con los que están.

La Azzurra debe recuperar su sello. No es que esté obligada a jugar al catenaccio, pero debe regresar a sus orígenes. Férrea defensa. Anticiparse. Marcar. No permitir que el rival pase de la mediacancha con facilidad y creando peligro, porque cuando lo tengas en el último cuarto de cancha, es una ocasión de gol. Volver a las faltas tácticas. Rescatar el cinismo.

Italia reanudará las eliminatorias europeas en el próximo mes de octubre. El sábado 11, visita a Estonia en Tallin y tres días más tarde, recibe a Israel en Udine. Dos juegos claves, para sumar seis puntos y seguir esperando un error de Noruega, que parece improbable.

El Mundial de 2026 se sigue viendo lejos, pero no tanto como antes.

Foto: Prensa FIGC

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