Félix Hernández y el clímax del beisbol con su Juego Perfecto

Tony Cittadino (Mallorca).- El miércoles 15 de agosto del 2012, el beisbol venezolano le dio otra alegría al país. Félix Hernández se convirtió en el primer criollo en lanzar un Juego Perfecto en las Grandes Ligas, a pesar de que debió ser el segundo si no hubiese ocurrido el error garrafal del árbitro Jim Joyce en junio de 2010, cuando le arrebató un juego memorable a Armando Galarraga.

La joya desde la lomita se gestó en la victoria de los Marineros de Seattle frente a los Rays de Tampa Bay de una carrera por cero en el Safeco Field, frente a 21 mil 889 fanáticos. El juego duró 2 horas y 22 minutos y la única anotación fue impulsada en la tercera entrada por el venezolano Jesús Montero, quien con hit a la izquierda llevó al plato a Brendan Ryan.

La noticia fue tan importante, que para entonces el jonrón 30 de la temporada de Miguel Cabrera con los Tigres de Detroit pasó a segundo plano. El maracayero, que terminó como Jugador Más Valioso de la Liga Americana y ganó la Triple Corona (líder en average, jonrones e impulsadas), alcanzó las tres decenas de cuadrangulares por seis campañas seguidas y un día antes logró 100 remolcadas por noveno año consecutivo.

La hazaña del “Rey” fue un premio a la constancia y a la calidad de pitcher que es. También a tantas buenas salidas desperdiciadas en Seattle, equipo con el que debutó en 2005 y que muchos pensaban que debía abandonar para estar en la rotación de una novena estelar. Su actuación le permitió ser el Jugador de la Semana y el Jugador del Mes de la Liga Americana.

Esa tarde logró la victoria 96 de por vida, la 11 de la temporada y la segunda del mes. Lanzó 113 envíos, 77 de ellos en strike, con 12 ponches. Esa docena de abanicados fue la cuarta de esa campaña, luego de hacerlo el 19 de abril ante los Indios de Cleveland y el 14 de julio contra los Rangers de Texas. Sin embargo, el 28 de junio había ponchado a 13 bateadores de los Medias Rojas de Boston.

Fue el juego completo 22 de su carrera, el sexto no hit no run y el tercer Juego Perfecto de esa temporada de Grandes Ligas. En esos días, se debatía si el Juego Perfecto superaba en importancia a dos grandes logros deportivos de ese año: la medalla de oro de Rubén Limardo en los Juegos Olímpicos Londres 2012 y el podio de Pastor Maldonado en el Gran Premio de España.

Hernández fue el primer pitcher criollo y único en lograrlo, más tomando en cuenta que el primer nativo en debutar en las mayores fue precisamente un escopetero: Alejandro “Patón” Carrasquel, quien lo hizo el 23 de abril de 1939 con los Senadores de Washington.

El Juego Perfecto no es una hazaña cualquiera. No en vano se traduce en impedir que se embase un bateador. Los 27 outs caen uno tras otro y no hay margen para el error. Es el clímax del beisbol y tan difícil que, para entonces, apenas cuatro venezolanos anteriormente habían lanzado un no hit no run: Wilson Álvarez, Aníbal Sánchez, Carlos Zambrano y Johan Santana, quien lo alcanzó el 1 de junio del mismo año con los Mets de Nueva York ante los Cardenales de San Luis.

El lanzador de 26 años fue apenas el segundo latino en lograrlo, dándole una mayor emotividad a la hazaña por la cantidad de estelares lanzadores que han pasado por las mayores. El pionero en este renglón es el nicaragüense Dennis Martínez, quien lo hizo el 28 de julio de 1991 con los Expos de Montreal ante los Dodgers de Los Ángeles.

Además fue el primer duelo de esas características en la franquicia de Seattle, a pesar de que Randy Johnson en 1990 y Chris Bosio en 1993 tiraran juego sin hits ni carreras para los Marineros. También fue el sexto no hit no run y tercer Juego Perfecto de la temporada de Grandes Ligas.

La histórica apertura le permitió avanzar en otros renglones, pues con las nueve entradas lanzadas forjó el juego completo 22 de su carrera, igualando a AJ Burnett y Kevin Millwood. Coleccionaba cinco duelos de ruta completa y estaba a uno de igualar su tope personal, gestado en 2011.

Con el triunfo, el derecho quedó con marca de 11 victorias, 5 derrotas y 2.60 de efectividad. Con esos números, se perfilaba como candidato a ganar el premio Cy Young de la Liga Americana, algo que ya había alcanzado en 2010.

Fue una tarde inolvidable para un “Rey” que se metió en la historia de los mejores lanzadores de las Grandes Ligas.

Foto: AFP

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