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Museo Maradona, el tesoro personal de Massimo Vignati en el corazón de Quartieri Spagnoli

Tony Cittadino (Madrid).-  Su padre, Saverio, fue por casi 40 años el conserje y encargado del otrora llamado Stadio San Paolo di Napoli. Su madre, Lucia, la cocinera predilecta de Diego Armando Maradona por su pasantía por la ciudad del sur de Italia. Con este bagaje, Massimo Vignati seguramente fue el adolescente más envidiado de Napoli en los 80‘. Tiene los mejores recuerdos familiares del Pelusa y eso le permitió guardar las reliquias que hoy presenta en el Museo Maradona.

El local está ubicado en el corazón de Quartieri Spagnoli, un barrio del sur de Italia que se ha convertido en el centro de peregrinaje predilecto para recordar al astro argentino, fallecido el 25 de noviembre de 2020.

“Tuve la suerte de conocer a Diego como persona y te puedo asegurar que era más fuerte y mejor que el jugador. Nunca olvidó dónde nació, siempre fue humilde y ayudó a mucha gente. Junto a mi papá, es un ejemplo para mí. Diego se hizo daño, pero no dañó a nadie. Es mi hermano mayor e imagina que somos una familia de 11 hijos y digo que él es el 12, pero mi mamá dice que es el primero”, contó al lado de una estatua de Diego en el medio del Museo.

Vignati, tiene verdaderas joyas en la instalación. No hay valor monetario que pueda cuantificar lo que guarda con recelo y orgullo, porque son objetos que el propio Maradona le regaló a la familia o a él. Desde el contrato firmado con el Napoli en 1984, hasta diversas camisas, el banquillo donde se sentaba Maradona en el camerino o la mítica chaqueta con la que hizo el calentamiento con la canción Live is Life.

“Anécdotas tengo muchas, pero todos los lunes jugaba futbolito con Diego. Imagínate lo que es eso. Dormía en su casa y los martes me iba con él a los entrenamientos. Viví una fábula. Diego iba a los cumpleaños en mi casa. Cuando tenía que ir jugar fuera de Napoli, Claudia (su esposa) iba a comer a la casa con las hijas”.

El Museo tiene diversas camisas con las que hizo historia no sólo con Argentina, sino con el Napoli. Cada metro cuadrado es una reliquia. También hay zapatos, balones, banderines y, por ejemplo, la mascota Ciao del Mundial Italia 1990, que Pelé le regaló a Maradona antes de la Copa del Mundo.

“Napoli es un país aparte. El napolitano tiene una marcha más. Maradona para nosotros es inmortal y por eso creé el Museo. Ciudades como Madrid tienen el museo del equipo y pensé que no era posible que él no tuviera el suyo. Pero es poco para lo que se merece”.

Con semejante colección, es normal que existan personas que quieran comprar o entrar en subastas. Sin embargo, Vignati ha rechazo innumerables ofertas.

“El dinero no lo es todo, porque sino hubiéramos salvado a personas queridas. Hay personas que a diario me ofrecen miles o millones de dólares, incluyendo jeques, pero siempre los he rechazado, porque Diego se ama, no se vende. Estas cosas son como mis hijos y mi mamá. No tienen precio. Son los recuerdos de mi familia”.

UN NAPOLITANO, ARGENTINO

Para Vignati, Maradona fue un napolitano nacido en Argentina, pero asegura que como es amado es la ciudad, no lo es en ninguna otra parte del mundo.

“Si Maradona hubiera ido a otro lugar, no hubiera sido Maradona. Es una ciudad bellísima y vino a engrandecerla. Fue un rescate social y ayudó a resurgir a Napoli. Tuvo un carisma que pocas personas transmiten. Se fue el cuerpo, pero no su alma. A diario vienen miles de personas para ver el mural”.

El fenómeno de idolatría y peregrinaje que hay en Napoli, no sucede en otra ciudad del mundo y tampoco con ninguna otra leyenda, como Pelé o Franz Beckenbauer. La ciudad siempre tuvo fervor y respeto por el 10, pero desde su partida se ha multiplicado.

“Para nosotros, es como un Dios. Tenemos dos santos en ciudad. San Gennaro y él. La gente toca la estatua que tengo en el Museo y algunos lloran. Se emocionan. Fue un jugador que fue más allá de lo común”.

De acuerdo a un estudio del diario financiero Il Sole 24 ore, el Largo Maradona fue el lugar más visitado de Italia en 2023, sólo por detrás el Coliseo en Roma. Eso puede dar una dimensión de la cantidad de personas que asisten.

Se estima que recibe seis millones de personas al año, si bien no hay registro de entradas, porque no se venden para ir a un lugar preciso.

“Un estudio de las asociaciones Unioncamere e Infocamere revela que las actividades económicas en un radio de un kilómetro cuadrado desde el santuario de Maradona crecieron el 5,5 % respecto a 2019, cuando el jugador aún estaba vivo y no había pandemia, y un 6,5 % respecto a 2021”, agregó el diario Il Corriere dello Sport”.

“¿Sabes lo que eso significa? Los fines de semana vienen mareas de personas. Maradona defendió al pueblo. Napoli podrá ganar más títulos, pero él siempre va a estar presente como si fuera el primero. Ahora ganamos el cuarto scudetto y veía un video en el que estaban mi papá y él celebrando y tuve sentimientos encontrados de alegría y tristeza”.

Vignati aseguró que el legado como jugador de Maradona no será igualado por otros futbolistas y lo demuestra que la gente lo sigue idolatrando después de muerto.

“Las generaciones como Messi o Cristiano, jamás van a ser como él, porque también importa que te recuerden muchos años después. No hay comparación posible. Maradona jugaba con compañeros que no eran estrellas y los hacía campeones, no al contrario. Cuando hizo la historia con nosotros, jugaba con jugadores discretos. Además, él solo ganó un Mundial”.

El legado de Massimo con el Museo, va más allá de dar a conocer las pertenencias que tiene. Desde hace 30 años tiene una fundación con la que ayudan a los niños. Hace un mes, compraron un caballo terapéutico para los niños autistas.

“Ayudamos a los niños de un hospital cercano, que tiene leucemia y tumores. Viajo por Italia para hablar de Diego como persona y esto era él. Hizo mucho bien, te lo puedo asegurar, comenzando por mi familia”.

UNO MÁS DE LA FAMILIA

La relación de la familia Vignati con Diego, fue estrechamente familiar. Su hermana, fue la niñera de Dalma y Giannina, sus dos primeras hijas. Massimo tiene dos hijos y, como era previsible, llevan dos nombres especiales: uno se llama Saverio, como su padre y, el otro, Diego, como el campeón del mundo en 1986.

Vignati contó emocionado, que Maradona tuvo oportunidad de reencontrarse con su madre después de 30 años y la abrazó emocionado, como el primer día. Para él, esas son las cosas que no tienen valor y que recuerda con tanto cariño. La última vez que lo vio fue antes de la pandemia, en un encuentro de fútbol benéfico en Roma.

“Fue bellísimo, porque Maradona lloró al ver a mi mamá y también pasó con Claudia. Dalma y Giannina llaman nonna a mi madre”.

En octubre de 2024 estuvo de visita en Argentina y tuvo la oportunidad de ir a Fiorito, la tierra natal de Maradona y recordó que lo recibieron con muchísimo cariño. Sin embargo, no tuvo esa posibilidad cuando Diego falleció en 2020. Fue imposible viajar por la pandemia.

“La noticia fue muy dura. Lo primero que pensé, fue en ir, pero no pude. Aquí en Napoli, todos lloraban. Desde los más pequeños, hasta los más grandes. La gente sintió que perdió un hijo o un hermano. Yo sentí el mismo dolor que cuando murió mi padre, porque no perdí al Maradona jugador, perdí al hermano, al amigo, al consejero. A una persona que tengo en el corazón y hoy todavía me duele”.

Fotos: Cortesía Massimo Vignati.

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