Renny Duarte, el pitcher venezolano que se abrió camino en España (+Video)

Tony Cittadino (Mallorca).- Renny Duarte recuerda con gratitud su paso por la Liga Venezolana de Beisbol Profesional. Su experiencia con cuatro equipos durante 13 años, le sirve ahora para transmitirla a los prospectos y a los jugadores de la selección de beisbol de España, en la que es coach de pitcheo.

“Llegué a España en el año 2003 como jugador y estaba aconsejado por José Miguel Nieves. Su hermano, Juan, estaba en España y me dijo que quería hablar conmigo, porque allí se jugaba beisbol. Estaba con Caribes y no sabía qué hacer. Estaba indeciso”, dijo Duarte en el podcast Deportivísimos que realizamos junto a Luis Martínez.

Explicó que al comienzo adaptarse a la liga española fue difícil. “Cuando llegué y te juro que quería regresarme a la semana. Fue difícil. Siempre cuento la anécdota de que en muchas cosas del beisbol, se usaban las del fútbol. Por ejemplo, para ser expulsado, el árbitro te sacaba una tarjeta roja. No lo cuento como burla, sino para explicar cómo era el beisbol en ese tiempo”.

Sin embargo, considera que el beisbol no sólo ha crecido en España, sino también en Europa, gracias también a la visión global que le ha dado las Grandes Ligas en la última década, en especial con el Clásico Mundial de Beisbol.

“Poco a poco ha ido mejorando, porque muchos jugadores que han ido a jugar se han quedado como residentes o ciudadanos europeos. Le dan interés y nivel a la liga”, recordó. Además dijo que el cambio de ritmo y dinámica para los jugadores es diferentes, por la menor cantidad de juegos a la semana.

“Un abridor lanzaba un juego a la semana y como mínimo lo hacía en siete u ocho innings y podía cubrir lo que podía hacer en dos aperturas. El problema era para un jugador de posición, que estaba acostumbrado a jugar todos los días. Podías jugar sólo dos juegos a la semana y si te fue mal, sabes que tienes que esperar a la semana siguiente”.

Durante su estadía con los Marlins de Tenerife, se fue desempeñando como jugador y coach del equipo y su deseo de querer ayudar y enseñar fue en aumento. “Fue una de las cosas que me ayudó para que fuera coach de pitcheo de la selección española, una vez que me retiré en Venezuela con los Cardenales de Lara”.

Duarte comparte además su trabajo en la novena española con el manager Luis Sojo. “Puse su nombre. Tuve muchas conversaciones con Luis. Lo conozco de hace muchos años y es una persona de tomar retos. La idea es que podamos estar en el Clásico Mundial”. España participó en el torneo en la edición de 2013, pero no pasó de la primera ronda.

“Caímos en un grupo facilito. Venezuela, República Dominicana y Puerto Rico. Tuvimos juegos de preparación con Orioles y Piratas y fueron un desastre completo, sobre todo a nivel de pitcheo”, dijo entre risas. “Sabíamos que nos estábamos enfrentando a los tres monstruos en el beisbol. No tengo dedos para contar la calidad de los rivales. Pero dejamos un buen sabor”.

 Su experiencia con Leones

Duarte lanzó durante siete temporadas con los Leones del Caracas, equipo con el que debutó en 1996 y alternó funciones de pitcher abridor y relevista. Tuvo dos etapas. La primera desde la campaña 1996-1997 hasta la 2000-2001 y la siguiente, en las zafras 2006-2007 y 2007-2008. El derecho definió su paso por los melenudos como su época dorada en el beisbol.

“Jugar con Leones me ayudó mucho. Phil Regan era el manager y se sabía que no le gustaban los jugadores jóvenes. Decía que era una liga para ganar. Hicimos unos juegos de gira contra el Magallanes y me fue bien. Luego me dijo que haría una excepción conmigo, para ver si podía demostrar algo en el equipo grande. Yo quería aprender y miraba a mi alrededor y veía jugadores que yo veía por televisión”.

En su primera temporada con los melenudos, Duarte lanzó en 13 juegos, todos como relevista. Ganó tres y no perdió, con 1.82 de efectividad en 24 innings y dos tercios de labor. Permitió 11 hits y cinco carreras, todas sucias. Dio ocho boletos y ponchó a cuatro. Fue la temporada de la segunda final entre los “Eternos Rivales”, que perdieron con los Navegantes del Magallanes.

Duarte perteneció a una camada importante de jugadores del conjunto capitalino en la década de los 90, entre los cuales estaban Bob Abreu, Roger Cedeño, Omar Daal, Carlos Hernández, Carlos Méndez y Ugueth Urbina.

“Me hicieron sentir parte del equipo. Al ver que ese muchacho estaba dando el 100%, hizo que me tomaran parte del equipo. Un Carlos Hernández u Omar Daal se portaron súper bien. En esa época, había una gran química en el equipo”, recordó.

Su mejor temporada en Venezuela, fue la 97-98. Ganó siete juegos y perdió uno, con 3.56 de efectividad en 13 juegos, 10 de ellos como abridor. Ponchó a 25 en 68 innings y un tercio. “Estaba peleando el premio Pitcher del Año, con Breiker Graterol que estaba con Cardenales de Lara, organización que tenía un gran equipo. De hecho, jugamos la final. No era solo tener grandes jugadores en tu equipo, sino los rivales. Magallanes y Lara, tenían estrellas. Era un nivel de competencia increíble”, sostuvo el coach de los Piratas de Pittsburgh en la Liga de Verano de República Dominicana.

Lo que más extraña del beisbol es el clásico Caracas-Magallanes. “Es algo que te marca para bien. Te encuentras 25 mil personas en un estadio, en el que no hay silencio por tres horas. Un hielo por aquí. Un vaso por allá y te recuerdan a tu mamá de vez en cuando. El ambiente de esos juegos en Caracas o en Valencia, era de verdad increíble. El público es un jugador más”.

Duarte explicó que el mejor manager que tuvo en su carrera fue Regan. “Fue el que me dio la oportunidad y luego tuvimos más conexión. Su sabiduría del pitcheo está fuera del planeta. El año pasado en el Spring Training tuve la oportunidad de verlo en el complejo de los Mets y tiene una lucidez increíble”.

Los peloteros más difíciles que enfrentó fueron Luis Sojo, Edgardo Alfonzo y Oscar Azocar. “Los tres tenían algo en común. En ese momento que estás en acción te cuesta pensar y lo descubres cuando estás fuera del juego. Podía hacerlo out con el pitcheo más simple y no con el más difícil. Cuando buscaba el pitcheo más difícil, me metía en problemas. Bateaban pitcheos fuera de la zona”.

Su segunda etapa en Leones se dio porque los Tiburones de La Guaira no lo firmaron. Los salados lo invitaron a los entrenamientos, pero no lo atendieron. El mismo día en el estadio Universitario pudo hablar con Carlos Subero (manager) y Julio Franco (coach de pitcheo) y le consiguieron invitarlo a las prácticas.“Recuerdo que en los entrenamientos parecía un muchacho de 17 años, recién firmado. Corría y  sudaba, quería mi trabajo. Faltaba el visto bueno de Oscar Prieto y en un juego de práctica ante La Guaira, lancé dos innings y ponché a cinco bateadores. Cuando me dijeron que el equipo me iba a firmar, llegué al hotel y se me salieron las lágrimas. Ese año me dije yo mismo que sí podía, cuando me proponía algo”.

El ex jugador nacido en 1977 disputó cinco finales en Venezuela, pero no ganó. Perdió tres con Caracas (96-97 vs Magallanes, 97-98 y 98-99 vs Lara) y una con Caribes (03-04 vs Aragua) y otra con Lara (07-08 vs Aragua).

“No conseguir un título hace que te quede un sabor amargo. A veces pienso que la pava era la mía”, confesó en broma. “La final que más me confortó fue la primera ante Cardenales, porque luego me llevaron de refuerzo para la Serie del Caribe en Puerto La Cruz”.

El zuliano dijo que le gustaría trabajar en un futuro como coach en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional. “Me gustaría hacerlo, si se presenta la oportunidad. El año pasado me contactaron dos equipos, pero no pude. Uno por el trabajo que tenía en Europa y otro, por el tema de la familia. No me sentía seguro, por la situación del país. La situación económica tampoco me convencía mucho”.

Más preparación

El beisbol ha cambiado y evolucionado en los últimos 30 años. Desde la preparación de los peloteros, hasta la expansión de mercadeo y modificación de las reglas. Duarte considera que es algo positivo y que hay que adaptarse a los cambios, además de resaltar la buena forma física de algunos jóvenes en comparación con su época.

“Uno de los cambios es cómo individualizar el aspecto físico de cada jugador, implementando las tecnologías de hoy en día para descifrar como un pitcher puede mover mejor sus piernas, sus pies, sus caderas, su pelvis o ver los dedos al final, para ver cómo sale la bola de la mano. Los pitchers ahora tienen más velocidad. No tienen el mismo control o el comando de hace años”.

El otrora lanzador derecho, cree que hay que estudiar permanentemente y aceptar los cambios, para mantenerse en la industria y aprender. “Ya se perdió la esencia. Yo no quiero que se pierda, pero trabajando en este medio tengo que seguir apoyándolo. No estaré de acuerdo, pero me ayudará a mi trabajo y a su vez a muchos peloteros para que lleguen a su mejor nivel”.

Duarte no pudo llegar a las Grandes Ligas, pero estuvo en el sistema de ligas menores con Anaheim entre 1996 y 2000.  Su mejor consejo para la nueva camada es tener las ganas y la determinación de ser jugador profesional.

“Preguntarse por qué quiere ser pelotero y por qué hay que entrenar de alguna manera, para llegar a dónde quiere. La determinación y la pasión dedicada a la profesión, tiene que mantenerse el 100%”, finalizó.

Duarte lanzó un total de 13 temporadas, en las que dejó marca de 32-30 en 178 juegos, 45 como abridor. Su efectividad de por vida fue de 4.36, con 192 ponches en 436 innings completos.

 

 .

¿Te gustó el artículo? Compártelo en tus redes sociales

Facebook
Twitter
WhatsApp

Deja un comentario