Tony Cittadino (Mallorca).- Gregorio Petit disfruta su nueva etapa como manager. El ex jugador de los Leones del Caracas, dirige al equipo doble A de los Astros de Houston, en una experiencia que se ha visto paralizada por la pandemia del coronavirus y que espera retomar cuanto antes.
El nativo de Ocumare del Tuy, participó este martes en el podcast Deportivísimos, que realizamos junto Luis Martínez y explicó que tomó la decisión luego de ser dejado libre el año pasado por los Filis de Filadelfia. Confesó que la idea de apartarse del terreno de juego surgió tras cumplir 40 años y que lo haría cuando algún equipo en Grandes Ligas lo dejara en libertad injustamente.
“No voy a decir que fue justificado o mal dado, pero yo todavía podía jugar y podía hacerlo con ellos en Triple A y ayudarlos en Grandes Ligas, pero ellos consideraron que no. Fue un Spring Training raro, porque era primera vez que me enfermaba. Estuve cinco días en cuarentena en mi casa y cuando regresé, ya no tenía tiempo para estar listo”, explicó.
Petit continuó entrenando en Miami y luego se fue a su casa, en Houston. Allí se dedicó a disfrutar de su familia y de su casa, algo que dijo que necesitaba, pues pudo compartir más con su esposa Yessica y su hija Greysca y sus hijos Benjamín y Sebastián.
“En ese transitar, le dije a mi esposa que no jugaba más, que iba a Venezuela y estar tranquilo. En septiembre estuve a punto de ser agente. Ese era el plan, para estar en mi casa. Pero me llamaron los Astros y me dijeron que había una vacante”, dijo quien jugó con los Astros en la campaña 2014 de las Grandes Ligas.
Entre los ex peloteros con los que conversó para pedir consejos, estuvieron Henry Blanco, Omar Vizquel y Carlos Mendez. Además pudo hacerlo con el periodista Fernando Arreaza, narrador con una dilatada experiencia por más de 25 años con el circuito del Caracas.
“El mes que estuve en el Spring Training fue súper gratificante y emocionante. Me gustó y estaba emocionado al principio, pero no porque no supiera hacer las cosas, sino por cómo me iba a sentir. Era más por saber si tendría la adrenalina y las ganas de jugar y no fue así. Cuando me sentí que no quería jugar más, dije, listo, gracias a Dios estoy bien. Esto lo voy a disfrutar al máximo”.
La decisión del retiro también fue para hacerlo en el momento acertado de su carrera. Aunque se sentía bien, lo hizo antes de que estuviera en horas bajas, a pesar de recibir ofertas de México y de ligas independientes. “Ya no iba a crecer más en el beisbol. Iba a aumentar más mis viejos y estadísticas, pero no quise. Si decidía continuar, nadie iba a saber que estaba interesado en ser coach”.
La final contra Magallanes
Petit fue parte del equipo que venció a Magallanes en la tercera final en la historia de los “Eternos Rivales”, jugada en la temporada 2009- 2010. Para el otrora campocorto, jugar con los Leones y estar en esa final, fue un sueño hecho realidad. Con los melenudos, estuvo en 13 temporadas, dejando un promedio de .263 (1.388-365), con 18 jonrones, 166 carreras impulsadas y 185 anotadas en 424 juegos.
“Fui caraquista toda mi vida, de los niños que lloraban cuando Caracas perdía y mi mamá era magallanera. Cuando ganaba el Caracas, me ponía fastidioso. Viví las finales contra el Magallanes como fanático y de niño, pero en 2005 jugué la final de la Paralela y no tuvo nada que envidiarle a la que se jugó luego con el equipo grande. Estaba Robinson Chirinos, Pablo Sandoval, Juan Apodaca, Víctor Gárate y otros más”, recordó con emoción.
Caracas ganó la final en siete juegos, imponiéndose en el último duelo en Valencia. Fue la recordada serie decisiva que cambió con el jonrón de Grégor Blanco ante Francisco “Kid” Rodríguez en el cuarto juego en el estadio Universitario”.
“Esa final tuvo de todo. Entramos de cubrir y Hudgens me dice ‘Sé que estás caliente, pero necesito la oportunidad de buscar un jonrón para, por lo menos, empatar el juego. Voy a poner a Wilson Ramos a batear por ti’. Yo me quedé en la entrada del dogout, cerca del palco. Ramos falló y Grégor en el círculo de espera, me dijo que le pasara la pesa para ponérsela al bate”.
Petit, que jugó con Blanco en estadales, contó que el jugador de La Guaira, que fue tomado como refuerzo para la final, le dijo que iba a dar el cuadrangular. “Cuando ese señor le dio a esa pelota, me dio escalofrío, porque me lo había dicho. Fue algo que marcó la historia del beisbol en nuestro país”.
El mirandino dijo que fue clave no bajar los brazos, porque Magallanes les había ganado los dos primeros juegos de la serie en Valencia. “Fuimos a Caracas y ganamos el primer juego. Estábamos en casa. La serie estaba dos a cero abajo, pero nosotros siempre tuvimos la mentalidad de ganar cuatro juegos. Perdimos el tercero y regresamos a Valencia. Se oía el rumor de que Magallanes estaba celebrando, porque en la temporada no podíamos ganarle en su casa. Eso fue la espina en el talón, porque era lo que faltaba. Ganamos el sexto juego y ahora éramos nosotros que nos sentíamos inflados. En toda mi vida de pelota nunca vi un ambiente como el de esa final y mira que jugué un Yankees-Boston en los dos estadios”.
Figura en el Caracas
Petit fue campocorto del Caracas, una posición por la que han pasado peloteros estelares como Alfonso “Chico” Carrasquel, Alex González y Omar Vizquel, lo que considera un honor. “Es algo maravilloso, porque no puedo explicarlo. Crecí viendo a Vizquel, pero vi mucho más a González, porque fue al que más vi jugar. Tener la oportunidad de compartir con los dos y ser yo quien sigue la cadena, es algo como fanático de los Leones que me llena de mucha satisfacción”.
Definió a Leones como la organización más importante de su carrera y a Henry Blanco como un gran mentor. “Leones es el equipo al que más cariño le tengo. En mi carrera fue el que ocupó un espacio más grande, en cuanto a beisbol y amor. Estuve toda mi carrera. Allí crecí, aprendí y tuve una escuela espectacular, con Henry Blanco, Marco Scutaro, Carlos Mendez o Bob Abreu. Muchas cosas son gracias a Henry, pero él tiene mucho conocimiento en el beisbol”.
No dudó en asegurar que se ve en un futuro como manager del Caracas. “Claro que me veo”, dijo entre risas. “Si Henry es el manager, no tengo problema en ser parte de su staff. Si yo soy el manager, me lo traigo como coach de banca”.
Sin embargo, para llegar a ese puesto, considera que todavía tiene que trabajar. “Tienen que pasar muchas cosas, pero todo el mundo lo relaciona con la gerencia y es que tengo que aprender. Tengo que crecer. Si la oportunidad se da, no voy a decir que no. Me siento preparado para ese rol. Con miedo, sí, con nerviosismo o como lo quieras poner, pero con las mismas ganas de aquél muchacho que debutó en 2005 y se fajó para hacerlo lo mejor posible. Nunca vas a saber si estás listo, si no lo intentas”.
Contó que uno de los managers que más lo apoyó en sus inicios en el Caracas fue Carlos Subero, estratega campeón en la zafra 2005-2006 de la LVBP y único venezolano invicto en la Serie del Caribe.
“Me dio la oportunidad de enseñar cómo podía ayudar al equipo a ganar juegos. Cuántas temporadas jugué lesionado o con dolores, pero siempre me importó ayudar al equipo. Entendía en mi momento que si no ayudaba con el bate, podía hacerlo el short”.
También compartió con Frank Kremblas, un manager de carácter fuerte y de juego agresivo en el terreno de juego. “Era súper agresivo jugando al beisbol. Un día me mandó a robar el home con las bases llenas en Puerto La Cruz y estaba bateando Josh Kroeger, con dos outs”, recordó con risas. “Arranqué y me devolví a los dos pasos. Luego me fui y llegué quieto. Me dijo, ‘te lo dije” y yo le dije que era un loco”.
Para Dave Hudgens, campeón en la 2009-2010, tuvo palabras de elogios. “Todo el mundo lo respetaba. Trataba de que todo el mundo estuviera contento. Hablaba la verdad. Es alguien a quien admiro y tengo contacto. Cuando acepté el trabajo, me llamó para saber. Lo conozco desde los 17 años, cuando estaba en Oakland”, recordó Petit, quien pidió a todos quedarse en casa para superar la grave etapa de contagio del coronavirus.
“Después que esto se acabe, vamos a tener una manera muy diferente de ver las cosas y un crecimiento mucho más allá de lo que la gente se imagina. Hay que seguir aprendiendo”..