España celebra una década como campeón del Mundial Sudáfrica 2010

Tony Cittadino (Mallorca).- España volvió a romper la historia y el pulpo Paul la volvió a pegar. El domingo 11 de julio lograron la mayor gesta deportiva de su historia en el Soccer City de Johannesburgo. Tras décadas de frustraciones, se consagró campeón del Mundial Sudáfrica 2010, al derrotar a Holanda en un mágico partido un gol por cero.

La “Roja”, que antes del juego ya tenía la camisa con la estrella de campeón bordada en el pecho, la luce desde entonces con orgullo gracias a un tanto de Andrés Iniesta (min. 116). El mediocampista recibió un balón libre de marca al límite del área y, de pierna derecha, le pegó cruzado para batir al portero Maarten Stekelenburg.

Atrás quedaron los años grises con la frase “jugamos como nunca, perdimos como siempre”, porque el conjunto de Vicente del Bosque dejó números para la historia, al ser el tercer equipo en ganar un Mundial y una Eurocopa (2008) en competiciones seguidas, tal como lo hicieron Alemania (1974-1978) y Francia (1998-2000). Esto sin contar que dos años más tarde, se consagrarían campeones en la Euro 2012 con goleada ante Italia (4-0), logrando un triplete histórico. Un año más tarde, perdieron la final de la Copa Confederaciones 2013 ante el local Brasil (3-0).

El camino de España no empezó nada bien. Cayeron en el partido inaugural ante Suiza (1-0), en un duelo en el que volvían a aparecer los fantasmas trágicos en los Mundiales. Pero la selección fue de menos a más. Se recuperaron con un triunfo ante Honduras (2-0) y firmaron el pase a la siguiente ronda ante Chile (2-1).

España avanzó a la siguiente ronda y ganó todos sus partidos por la mínima diferencia. Lograron lo máximo, con lo mínimo. En octavos, vencieron a Portugal (1-0). En cuartos, batieron a Paraguay (1-0) y en la semifinal, dejaron en el camino en un juegazo al siempre candidato Alemania (1-0), con un memorable gol de cabeza de Carles Puyol.

Lo cierto, es que una selección como ésta no podía marcharse sin titularse. Iker Casillas, Sergio Ramos, Puyol, Xavi Hernández, Iniesta y David Villa, fueron la columna vertebral de una selección compacta. Era ahora o nunca. Pero el coraje y el juego de toque que le llevó a ser el mejor de los últimos años, permitió que el sueño fuese realidad. El “Tiki-Taka” enamoró al mundo y terminó de implantar un estilo.

Holanda, por su parte, volvió a quedarse con las ganas de ser campeón. Tras los fracasos de 1974 y 1978, a la “naranja mecánica” le volvió a faltar contundencia en la última batalla, pero deben estar satisfechos porque la generación de Arjen Robben y Wesley Sneijder batallo hasta el último minuto.

Además se la puso difícil a los españoles para forzar la sexta etapa complementaria en Mundiales y segunda por torneo seguido, pues aunque los ibéricos dominaron prácticamente todo el duelo, no supieron concretar el último pase y contaron con un Iker Casillas milagroso al salvar dos mano a mano ante Robben (min. 63 y min. 84).

Pero desde el tiempo extra se vio que las cosas iban a cambiar. No solo porque España adelantó las líneas y fue más ofensiva, sino que la expulsión de John Heitinga por doble amarilla fue un duro golpe al costado para los tulipanes (min. 118). Así quedó la mesa servida para Iniesta. No podía ser otro. El cerebro del equipo, junto a Xavi Hernández como en el Barcelona, se encargó de anotar el gol más importante de su vida y de la selección, para teñir a Sudáfrica y al mundo de rojo.

Con los tres pitazos del inglés Howard Webb todo se consagró y Casillas pasó a formar parte de galería dorada de capitanes en alzar la copa, uniéndose desde 1974, año en que se celebra con nuevo trofeo, a los argentinos Daniel Passarella (1978) y Diego Maradona (1986), los italianos Dino Zoff (1982) y Fabio Cannavaro (2006); los brasileños Dunga (1994) y Cafú (2002); el alemán Lothar Matthäus (1990) y el francés Didier Deschamps (1998).

Los protagonistas

La fiesta se desató en el Soccer City de Johannesburgo y los jugadores españoles celebraron como nunca. El director técnico de España, del Bosque, expresó que lo que ocurrió fue un momento inolvidable.

“Felicitamos a nuestro rival, que nos ha hecho muy difícil el partido. La final ha prestigiado el fútbol ofensivo, de calidad. Hay una gran alegría dentro del vestuario, difícil pronunciar palabras en este momento. La satisfacción en el país supera lo meramente deportivo. Es un éxito de todos, es justo el premio recibido hoy”.

El portero y emblemático capitán de la selección, Casillas, agregó a la FIFA que fue un sueño hecho realidad. “Esto es algo que siempre sueñas cuando eres pequeño. Nos lo hemos merecido de principio a fin, es un momento sensacional e inolvidable para nosotros y para el fútbol español. Quizás ahora no somos conscientes de lo que hemos hecho, con el paso de los días nos daremos cuenta”.

En tanto, el goleador del encuentro y el Mejor Jugador del Partido, Iniesta, expresó sentirse sin palabras. “No hay palabras para describir lo que se siente al ganar un Mundial. Es increíble de la forma que ha sido, lo que ha costado… Aún no termino de creérmelo, he podido aportar mi granito de arena al marcar un gol tan significativo para la selección. Un partido para recordar, para celebrarlo”.

Del otro lado de la acera, la amargura de Holanda era evidente. Otra vez, se quedaron a un paso de la gloria. “Estuvimos a punto de llegar a los penales con 10 hombres. Pero ganó el mejor equipo. Me duele mucho que hayamos perdido la final del Mundial. Es verdad que España tuvo más oportunidades, pero por nuestra parte Arjen Robben estuvo dos veces muy cerca de marcar. De haberlo logrado, nos habríamos proclamado campeones del mundo”, explicó luego del partido a la FIFA el director técnico de Holanda, Bert van Marwijk.

El defensa y capitán de Holanda, Giovanni van Bronckhorst, sostuvo que la falta de puntería de sus compañeros fue un aspecto de peso para no consagrarse. “Estuvimos tan cerca. Es una desilusión enorme. Tendríamos que haber aprovechado nuestras ocasiones de gol y todo habría sido distinto. En el mediocampo, a veces les dejamos demasiado espacio. Cuando se llega a una final, es natural querer ganarla”.

La Copa del Mundo se marchó con destino a Madrid. La celebración en el país y en la capital española fue la justa recompensa a tantos años de frustraciones y complejos. España fue campeón del mundo con todas sus letras y con una generación que marcó una época el fútbol mundial.