El Athletic de Bilbao eliminó al Barcelona en el descuento

Mundo Deportivo.- El Athletic logró el pase a las semifinales después de eliminar al Barça en el descuento. Un gol de Iñaki Willians provocó el delirio de San Mamés, que vivió una gran noche de fútbol, y dejó tocado a un Barça que cayó con la cabeza alta, pues hizo méritos para estar en la siguiente ronda. Diez años después, los azulgrana no estarán en las semifinales de la Copa del Rey, de la que es el rey con 30 títulos.

Primera parte igualada

Tras la tormenta en Can Barça, con el fuego cruzado de declaraciones entre el secretario técnico, Eric Abidal, y Leo Messi, y asumido el duro golpe de la recaída de Dembélé, Quique Setién apostó por un once con una gran sorpresa. El técnico sentó a Antoine Griezmann, que desde que llegó al Barça solo había descansado en tres partidos, pensando en el también difícil partido del domingo en el estadio del Betis en la Liga. También se quedó en el banco Arturo Vidal, que recibió el alta el miércoles.

Con Griezmann y Vidal en el banquillo, Setién optó por colocar a Sergi Roberto como falso extremo, ayudando en defensa cuando el equipo no tenía el balón y sumándose al ataque cuando lo poseía. Sin una referencia clara en el ataque, Messi salió enchufado con ganas de resolver. A los cinco minutos, el ‘10’ azulgrana hizo una jugada personal para dejarle el balón dentro del área a Ansu Fati, que no afinó en su disparo. Solo dos minutos después, el joven delantero azulgrana volvió a disponer de una ocasión clara, ahora tras un centro de Semedo desde la derecha, pero Núñez evitó el gol sobre la misma línea de meta.

El Athletic, sorprendido por el arranque eléctrico del Barça, a punto estuvo de adelantarse con su primer córner a favor.Williams logró marcar, pero el gol no subió al marcador por fuera de juego claro. A partir del cuarto de hora, el Barça -esta vez vistiendo de amarillo- cambió el juego directoo por el de posesión buscando el desgaste rival. Solo Messi, con libertad de movimientos total, decidía buscar el desequilibro con sus slaloms, pero cuando llegaba a la frontal del área del Athletic era neutralizado por los centrales rojiblancos.

Pero cuando más dominaba el Barça -que acabó el primer tiempo con una posesión del 70%-, el Athletic logró meterse en el partido por su afición, que registró el récord del nuevo San Mamés en un partido de fútbol -con 49.154 aficionados-, y por los errores forzados del Barça. En el 34, Unai logró arrebatarle el balón a Messi en el centro del campo y acabó forzando un córner que animó a la grada. A falta de argumentos futbolísticos, los rojiblancos consiguieron desquiciar a los de Setién que encadenaron tres amarillas, incluido el técnico azulgrana, en solo dos minutos. Además, Ter Stegen y Rakitic pusieron a prueba el corazón de los 200 culés que se citaron en San Mamés al no entenderse en varias ocasiones tras la sacada del portero desde su área. Por suerte para el Barça, el Athletic no lo aprovechó. Y así acabó un primer tiempo intenso e igualado, pero en el que Barça perdonó.

Tras el descanso, y con el Athletic desgastado, los catalanes pusieron una marcha más en busca del gol de la eliminatoria. De Jong, entrando desde la segunda línea, dispuso de dos ocasiones tras sendas combinaciones con Griezmann, que entró por Ansu en el minuto 57. En la primera, el holandés reclamó un penalti que el árbitro no señaló por un contacto con Capa y en la segunda, el ex del Ajax vio como Unai Simón le detenía el chute.

Griezmann y Messi perdonan

Con el Barça cocinando el gol, y el Athletic entregado, Griezmann desaprovechó la ocasión más clara del partido en el minuto 70. El francés, que estaba solo dentro del área pequeña, recibió un gran centro desde la derecha de Sergi Roberto, pero a Griezmann le faltó fe y remató flojo para que Unai evitara el 0-1 estirándose. Arthur, que entró en el 69 por Rakitic, fue quien inició la jugada.

Setién se vio obligado a sustituir a Piqué, lesionado, en el minuto 80, algo que trastocó sus planes, pues tuvo que dar entrada a Umtiti en lugar de Arturo Vidal. A dos minutos del 90, Messi también desaprovechó una ocasión que pudo significar el pase a semifinales. Arthur le filtró un pase dentro del área, pero el argentino no logró definir ante Unai Simón, el otro gran héroe de l Athletic junto a Williams. El delantero, cuando San Mamés ya se había mentalizado para la prórroga, aprovechó un centro desde la derecha de Ibai Gómez para peinar con la cabeza y sorprender a Ter Stegen.

Gol, delirio en la grada y clasificación para semifinales. El sueño de volver a sacar la Gabarra está más cerca para el Athletic.

FICHA TÉCNICA

ATHLETIC, 1

Unai Simón; Capa, Yeray, Unai Núñez, Iñigo Martínez, Yuri; Dani García, Vesga (Vesga, m.66); Muniain (Aduriz, m.77), Raúl García (Ibai, m.89) y Williams.

BARCELONA, 0

Ter Stegen; Semedo, Piqué (Umtiti, m.80), Lenglet, Jordi Alba; Sergio Busquets, De Jong, Rakitic (Athur, m.69), Sergi Roberto; Messi y Ansu Fati (Griezmann, m.57).

Goles: 1-0, m.93: Iñaki Williams.

Árbitro: Juan Martínez Munuera (Comité Valenciano). Mostró tarjeta amarilla a los locales Yeray (m.44), Vesga (m.53) y Dani García (m.63), y a los visitantes Semedo (m.6), Messi (m.40), Alba (m.40), el técnico Quique Setién (m.41), De Jong (m.56), Piqué (m.72) y Arthur (m.81).

Árbitro VAR: Alejandro Hernández Hernández (Comité de Las Palmas)

Incidencias: Partido de cuartos de final de la Copa del Rey disputado en un Estadio de San Mamés prácticamente lleno por 49.154 espectadores, récord en el nuevo campo bilbaíno.

Foto: Mundo Deportivo

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Ansu Fati lideró el triunfo del Barcelona

AS.- El Barça de Setién es un adolescente que está en un proceso de crecimiento que se podría resumir en el rendimiento de Ansu Fati, otro proyecto tan incontrolable como prometedor, que decidió el duelo ante el Levante con dos goles para que el Barça ganara por 2-1 y siga la estela del Real Madrid en un partido que tuvo de todo. Una primera parte para entusiasmarse y una segunda en la que los blaugrana volvieron a perder el control de un partido que tenían sentenciado y se encomendaron a su portero para acabar pidiendo la hora.

Después de la victoria del Madrid ante el Atlético al Barça le quedaban tres opciones en su partido contra el Levante: ganar al estilo de toda la temporada en plan patada a seguir, fracasar o bien ganar convenciendo de que la apuesta de Setién tiene recorrido. Todo se quedó a medias. Están en el camino, pero falta cocción. Como en la adolescencia.

A fuerza de experimentar el sistema de ensayo-error, Setién parece que va dando con la tecla que no es ni más ni menos que una versión ambiciosa del concepto anterior. Ante el Levante no es que mantuviera la defensa de cuatro olvidando lo de los tres centrales, sino que incluso apostó en defensa por un doble pivote en defensa con Rakitic apoyando a Busquets para capar cualquier intento del Levante de salir a la contra.

Asentado el centro del campo y la retaguardia, el resto era cosa de Messi, que tuvo media hora de escándalo. Desbordó en la banda, creó en el centro y remató, sin suerte, en punta. Y además, ha encontrado en Ansu Fati un socio. Que no es poca cosa. Para ser socio de Messi no basta con ser sensacional, hay que tener ese intangible que hace que Su Majestad te bendiga. Y ahí está Ansu Fati. Probablemente, Ansu no es el mejor jugador que ha jugado con Leo, como no lo era Pedro, pero despunta un brote que ilusiona.

Con un Barça intenso en la presión y bien ordenado en el repliegue, la primera parte fue estupenda para los de Setién, que únicamente echaron en falta colmillo en el área para matar el partido. Griezmann se movía y llegaba con claridad, pero falló de cara a puerta ante las internadas de un Semedo desatado que incluso disparó al travesaño en una de las mejores primeras partes que se le recuerdan de blaugrana.

De la mano de Semedo, de Griezmann y, especialmente, de Ansu, el Barça recuperó la verticalidad con un Messi ejerciendo de quarterback y repartiendo pases que el joven extremo de 17 años aprovechó para marcar dos goles en dos minutos cuando se superaba la media hora de partido.

Con el partido perfectamente encarrilado, le quedaba al Barcelona aprobar la asignatura de defenderse con el balón, matar el partido y no dejar que el Levante le creara dudas. Esa materia que disgustó a Setién en ciertos pasajes del partido contra el Leganés el jueves pasado. Y volvió a suspender.

A base de paciencia, el Barça quiso dominar el partido esperando a que la pelota llegara a Ansu o Messi para dar el picotazo definitivo ante un Levante que tuvo la oportunidad de acortar distancias en un momento en el que el Barça se fue del partido tras un saque neutral. Rochina, con todo a favor envió la pelota a las nubes.

A partir de ahí, el Levante vio que el Barça era débil atrás y Ter Stegen se tuvo que lucir ante Morales. Los blaugrana no lograban dormir el duelo y el equipo blaugrana volvía a fiar su suerte al portero alemán, que en el minuto 66 evitó el gol de Hernani. Para entonces, Piqué ya había visto la amarilla que daba la sensación de estar buscando desde el inicio del partido.

Para tratar de asentar el juego blaugrana entró Sergi Roberto por Griezmann y Arthur por De Jong mientras el equipo local, Messi se obsesionaba con anotar y Ansu por completar el triplete, mientras que los de Paco López no se rendían y seguían poniendo a prueba al guardameta alemán, que tenía más trabajo que Aitor.

Fue incapaz el Barcelona de mantener su portería a cero ante el asedio de los visitantes y Rochina, en el descuento puso el susto en el cuerpo de los culés al marcar desde la frontal el gol que se merecía un Levante valiente que acabó por hacer sufrir a un Barça que sigue creciendo como el adolescente Ansu, al que se aferró para seguir persiguiendo al Madrid.

Foto: Reuters.

El Barcelona goleó para clasificar a cuartos

Mundo Deportivo.- El Barça ya está en cuartos de final de la Copa del Rey después de golear al Leganés, que pese al aparatoso 5-0 tuvo sus opciones en un buen primer tiempo pero le falto acierto delante para poner en aprietos al conjunto barcelonista. Griezmann encarriló la eliminatoria muy pronto, a los tres minutos, y un gol de estrategia de Lenglet a centro de Messi en un córner dejó el partido visto para sentencia. Un doblete de Messi y un gol de Arthur redondearon la goleada.

El Barcelona de Setién dio un paso adelante. Recuperó la costumbre de golear en el Camp Nou y, además, mantuvo el ‘cero’ en la portería. Dio la impresión de estar en ese proceso que define su entrenador de estar asumiendo conceptos y jugó una primera parte de muy buen nivel. Exhibió voluntad de jugar siempre desde atrás, presionó con intensidad y tuvo el balón y lo movió con velocidad. Además, buscó más los espacios y fue vertical y profundo.

Pero, ojo, también hubo sustos: el Leganés desaprovechó algunas ocasiones peligrosas que generó tras algunas pérdidas peligrosas del conjunto barcelonista en zona defensiva. Aun así, el balance del juego es esperanzador para el Barça.

Los jugadores se sintieron más cómodos en el 4-3-3 al que regresó Setién, con Griezmann de ‘nueve’. A los tres minutos, el ‘Pequeño Príncipe’ francés aprovechó una gran internada de Semedo, que recogió un gran pase de Messi y asistió a Griezmann en el corazón del área. El francés controló el balón y lo cruzó lejos del alcance de Cuéllar.

El juego azulgrana fue dinámico, con movilidad rápida de balón y con gran intensidad, sobre todo en la primera media hora, y con desmarques en busca de mayor verticalidad. El juego interior, siempre con Messi activo, pretendía abrir huecos por las bandas para Semedo por la derecha y Ansu o Jordi Alba, cuando el joven delantero se metía por dentro, por la izquierda. Una de estas subidas del lateral acabó en centro y gol que fue anulado por supuesto fuera de juego al recibir en el área.

Messi-Lenglet: la estrategia

También el juego a balón parado fue un activo que el Barcelona explotó. Messi buscó repetidamente a Lenglet, incorporado al ataque en faltas y córners. Tras dos intentos en sendas faltas, Messi finalmente encontró al central francás a la salida de un córner: sacó al primer palo, allí Lenglet peinó hacia atrás, al más puro estilo Alexanko, y marcó el 2-0.

El Leganés, por su parte, no viajó de turismo. Nada más empezar, antes de los 30 segundos, había tratado de sorprender a Ter Stegen con un chut de Braithwaite que impactó en el poste por su parte exterior. El conjunto pepinero fue agresivo en la defensa e intentó desplegarse en contragolpes en cuanto conseguía robar el balón, beneficiado en parte por los riesgos que el conjunto azulgrana asumió en la salida de balón: excepto algún pase largo de Ter Stegen, el Barça siempre trató de salir desde atrás pese a la presión alta del rival.

De hecho, en el primer tiempo remató tanto como el Barça en el primer tiempo o incluso más, con chuts de Braithwite, Aitor Ruibal o Roque Mesa. Ruibal tuvo que detener uno de Ruibal tras una pérdida de Busquets en la frontal del área.

La sentencia

Messi puso el tercero cuando el ritmo del partido había decaído, en la segunda parte. El Leganés, que pronto empezó a dosificar jugadores, había empezado ya a pensar en el partido de Liga del fin de semana el Barça controlaba completamente. Tenía, tenía y tenía el balón, sin la chispa de la primera parte, cuando De Jong aprovechó que el Leganés había subido líneas para encontrar un espacio entre la defensa por el que mandó un pase espectacular a Messi, que hizo un recorte y remató. El balón pegó en Tarín y entró.

Cuando llegaron los cambios, hubo pruebas por parte del Barcelona. Una de ellas, curiosa: De Jong se puso como extremo derecho en la fase final del partido, cuendo Arthur entró por Griezmann. El brasileño logró en una jugada en que Cuéllar despejó un remate de Ansu y Awaziem el segundo remate, de Messi. Al tercer remate fue la vencida y Arthur logró el 4-0. El quinto, obra de Messi, ya como ‘falso nueve’, tras recoger un pase de Rakitic y recortar a Cuéllar.

Foto: Mundo Deportivo.

El Barcelona sucumbe en Mestalla y puede perder el liderato

Prensa Diario Sport

Varapalo al ‘plan Setién’ en Mestalla. El Barça, que no tuvo profundidad en el primer tiempo y fue salvado por Ter Stegen, por no tener, no tuvo ni suerte. Cuando reaccionó ya con el marcador por debajo, encajó la sentencia. Y es que si atrás hay desajustes y arriba no hay gol, así es imposible. Mucho queda por trabajar para que las piezas encajen, De momento, el puzzle está desperdigado por el suelo.

Tras Granada e Ibiza, primeras piedras de toque, la visita a Mestalla se antojaba el espejo más fidedigno donde reflejarse el Barça de Quique Setién. Y fue el técnico cántabro fiel a sus ideas. Alineó un once de toque, con la entrada de Arthur en la línea del mediocampo y en el eje, mantuvo la confianza en Umtiti. Toda una declaración de intenciones.

El Barça arrancó con un 3-4-3 bastante definido en estático, pero muy móvil con el balón en juego. Jordi Alba volvió a actuar como carrilero zurdo y Sergi Roberto reincidió como central. De Jong se fue al carril derecho y Arthur centró su posición para estar muy cerca de Busquets. Arriba, línea de tres más dibujada que en los partidos anteriores y Messi como falso ‘9’. Todos los ingredientes para que desde el primer minuto los azulgranas monopolizaran el balón, con posesiones cercanas al 90 por ciento.

Pero jugar con tres atrás exige la máxima concentración y el equipo estuvo a punto de pagarlo muy caro en su primer error. La rápida recuperación del Valencia terminó con Piqué prácticamente obligado a cometer penalti sobre Gayà cuando iba a fusilar. Muy claro.

Aparece ‘San Ter Stegen’

Salvó en más de una ocasión al Barça de la ‘era Valverde’ y no iba a ser menos con Setién. Cuando las cosas se tuercen, ahí esta Ter Stegen. Le adivinó la intención a Maxi Gómez en la pena máxima y se estiró como un felino.

Pero el acierto del alemán no espoleó al Barça. Celades, que dejó al deseado Rodrigo en el banquillo, buscó explotar las debilidades del sistema de Setién, sobre todo por la derecha de la defensa y el hueco dejado entre Ansu Fati y Sergi Roberto, una cuestión muy a mejorar.

Mientras el Barça se perdía en una lenta circulación sin definición, tuvo que volver a emerger la gigante figura de Ter Stegen. Por la izquierda del ataque che volvió a llegar el peligro.Antes de la media hora, Maxi chutó con toda la rabia y el alemán puso los guantes para estrellar el balón en el travesaño, y en el rechace, atajó a Gameiro un gol cantado. Poco después, doble parada tras un potente chut de Coquelin.

Tener al mejor portero del mundo en tu equipo está muy bien, pero depender solo de él es insostenible. Buscó soluciones Setién con un efímero intercambió de bandas entre Griezmann y Ansu, pero nada cambió y se fue el equipo a vestuarios con mucho, muchísimo por corregir.

Lo que no consiguió el Valencia en el primer tiempo, pese a merecerlo, lo encontró apenas iniciada la segunda mitad. Tras una buena ocasión inicial de Ansu, la respuesta che fue contundente. El cuadro de Celades combinó bien y Maxi se resarció del error en el penalti con un fuerte disparo desviado por Jordi Alba con el cuerpo. Nada pudo hacer aquí Ter Stegen.

Pero el cuadro de Setién esta vez sí reaccionó e imprimió un mayor ritmo al juego para emnpezar a crear ocasiones. Arturo Vidal salió por Arthur a comerse el mundo y se asoció muy bien con Messi. Otro Barça apareció por el horizonte. El argentino rozó el empate tras una gran asistencia de Alba, una conexión que cuando se encuentra es decisiva.

La circulación, más fluida, inclinó el campo y Leo buscó una vaselina imposible. No entró por poco, pero Mestalla enmudeció.Más todavía cuando el argentino, llegando desde atrás, cabeceó fuera por muy poco. Y no cesó en su empeño ‘D10s’, que la volvió a tener en un libre directo. Jaume voló para evitar el gol.

Pero sin defensa no se puede ir muy lejos y Maxi Gómez sacó los colores al equipo cuando más merecía empatar. Con el ‘deseado’ Rodrigo ya en el campo y moviéndose con libertad por la frontal, remató muy, muy solo el uruguayo. Y menos mal que poco después se anuló un gol de Paulista y se hizo repetir el córner. El Barça buscó no perderle la cara al partido, pero no tuvo el día y se fue muy tocado de Mestalla.

Foto: Diario Sport.

El Barcelona venció al Granada en el debut de Quique Setién como entrenador

Prensa Diario Sport

Expectación. Nervios. Ganas. Ilusión. Mucha ilusión. Así se presentaba el socio azulgrana al Camp Nou para ver en directo el debut de Quique Setién en el banquillo del Fútbol Club Barcelona. Las expectativas eran muy altas. La marcha de Valverde y la llegada del cántabro habían dado un soplo de aire fresco a una plantilla y una afición que lo pedía desde hacía meses.

Llegaba el momento de trasladar las sensaciones al terreno de juego. Y allí hubo la primera mini decepción del aficionado azulgrana. Riqui Puig, suplente. Artur, suplente. Rakitic y Arturo Vidal, titulares. Es decir, un once que habría firmado Ernesto Valverde. Comprensible. Setién acaba de aterrizar y necesita tiempo para implantar sus ideas. Sin embargo, ya se pudieron ver algunas bastante significativas. La primera, en la salida de balón. Setién diseñó un 3-5-2 con Sergi Roberto enganchado a los dos centrales, Jordi Alba ocupando todo el carril izquierdo y con Leo Messi y Griezmann con libertad por dentro. Ansu, fijando en la derecha. El conjunto azulgrana la fue ejecutando con la novedad que la salida era por el lateral, no con el pivote como se hacía anteriormente. Con este movimiento, Setién buscaba la asociación de jugadores por dentro. Esa era la clave. Unir el bloque, combinaciones al primer toque y presión intensa tras perdida. En resumen, potenciar la figura de un Busquets que necesita interiores que den circulación al juego. Sufrieron Arturo y Rakitic.

Con estas novedades, el Barça buscó la portería de un Rui Silvaque mostró pocas fisuras. El que más lo inquietó fue Ansu Fati. Con el descaro de un adolescente que entra a la cancha a jugar con los mayores, el canterano desbordó y tuvo varias ocasiones para marcar. Da gusto ver jugadores que aún se atreven a encarar. Le falto acertar en la última decisión. Lo mismo le pasaba a Messi. Muy activo el argentino aunque sin suerte en los metros finales. A destacar Griezmann, con buenos movimientos de fuera para dentro y rápido en la circulación. El Barça terminaba los primeros 45 minutos con más del 80% de posesión. Buen homenaje de Setién a su admirado Cruyff.

RIQUI ILUMINÓ Y MESSI DICTÓ SENTENCIA

En la segunda parte, el Barça se alargó y recordó al de otras jornadas. El equipo se partía y eso lo aprovechó el Granada para acercarse a la portería de un Ter Stegen inédito. Tanto se acercaron que a punto estuvieron de inaugurar el marcador. Eteki la mandó al palo. A Setién no le gustaba lo que veía y movió el banquillo. Era el momento Riqui Puig. El elegido para recuperar el orden en el centro del campo. Ovación para él. El sacrificado, Rakitic. Un segundo antes de su entrada, el colegiado expulsaba a Germán. Rigurosa decisión que dejaba con diez al Granada. Y despertó el Barça. Messi conectaba con Griezmann que se apoyaba bien con Arturo para que el chileno se la dejara al argentino y marcara a placer. Anotaba el Barça. Anotaba Messi. En una jugada marca de la casa del mejor Barça que precedía de un buen robo de Riqui Puig. Estuvo bien el canterano, aportando dinamismo al centro del campo y dejando detalles de mucha calidad. También entró Arthur, en el que debe ser el centro del campo del futuro. Con el resultado a favor, el Barça se limitó a combinar ante un Granada que le penalizó la expulsión. Sensación de mejora, buenas sensaciones y tres puntos en el debut de Quique Setién.

Foto: Diario Sport.

Convirtieron al Barça en el Fútbol Club Meme

Guillermo Liñares (Caracas)-. 

Sean ustedes bienvenidos a presenciar los enésimos ridículos suscitados en el Fútbol Club Barcelona, convertido en los últimos años en el Fútbol Club Meme por obra y gracia de la directiva que preside Josep María Bartomeu. El último capítulo tiene como tema principal a Ernesto Valverde, destituido a finales de la tarde de este lunes, una decisión que lleva consigo una serie de bochornosos episodios, impropios de un club que se autoproclame como Més que Un Club, tirando de valores que no demuestra y actuando en función de bandazos, propios de la mejor escuela de improvisación, santo y seña de una junta directiva que no tiene ni plan ni orden.

Ernesto Valverde debía salir del Barcelona desde hace tiempo. La eliminación culé en las semifinales de la Champions del año pasado, donde fueron goleados en Anfield por el Liverpool, debía ser el momento para que el presidente y sus directivos tomasen decisiones conformes a lo que se había visto aquel día. Desde entonces, la afición perdió por completo la confianza en el proceso que comandaba el extremeño, y los futbolistas, cada vez más instalados en la autocomplacencia, tomaron la iniciativa de respaldar a su entrenador cada vez que tenían la oportunidad de hacerlo, aduciendo que la responsabilidad de la debacle era suya, y que con Valverde se sentían cómodos. Allí fue cuando Bartomeu dudó y prefirió mantenerlo en el cargo, a merced de unos jugadores que cada vez más presumen de lujos y vicios, contando con días en la semana de descanso que perjudican su rendimiento en el campo. Así como entrenas, así jugarás. Si a un servidor le brindasen numerosos días de descanso, en vez de trabajar, también me sentiría agradecido con mi jefe.

Actualmente tiene al equipo líder en la Liga, clasificado a los octavos de la Champions y con opciones en la Copa del Rey, pero la eliminación del pasado jueves en las semifinales de la Supercopa de España contra el Atlético de Madrid colmaron el vaso que tenía rato rebasado, sentenciando a un «Txingurri» que en ningún momento mostró síntomas de estar desesperado por su situación. Se va después de ganar cuatro títulos (dos Ligas, una Copa y una Supercopa) pero con la imagen desgastada y vapuleada, típico de un trasatlántico de la magnitud del Barcelona.

Bartomeu, que cada vez más se parece a Joan Gaspart, mandó a Eric Abidal y al CEO del club Oscar Grau a Doha a negociar  con Xavi Hernández, tratando de convencerle de asumir las riendas del banquillo, apelando a su barcelonismo y su sueño de ser algún día el técnico de la institución en la que jugó durante la mayor parte de su carrera futbolística. La respuesta negativa de Xavi dejó a los directivos expuestos, con un Valverde que se iba enterando de los acontecimientos por los medios de comunicación atónito con lo que ocurría, sin tener en ningún momento un mensaje o llamada de alguien que le explicase lo que sucedía. Después fue Ronald Koeman el que declinó la oferta, comprometido con la selección holandesa a pocos meses de la Eurocopa, y finalmente también salió a la palestra el nombre de Mauricio Pochettino, el mismo que mencionó alguna vez que antes de ser entrenador del Barcelona prefería irse a su granja en Argentina. Numerosos bochornos que dejan la imagen del club tocada, sumada al fracaso con Neymar en el verano pasado, donde también fuentes del equipo filtraban a la prensa los movimientos de la negociación, marcando la hoja de ruta a la opinión pública para al final no hacer nada. Momentos que se desarrollan en el club de meme, aquí no pasa nada, hay barra libre.

Finalmente lograron convencer a Quique Setién de tomar la responsabilidad de dirigir a un club a la deriva hasta junio de 2022, en donde la improvisación es ley, y que para última añadidura del club de meme primero cerraron la llegada del cántabro que la liquidación del contrato de Valverde. Todo al revés, todo mal, surrealista pero finalmente verdadero.

Si a Setién le irá bien, no se sabe – es un hombre honesto y de filosofía cruyffista, esa que tanto presume la directiva y que tan poco demuestra -, lo único cierto es que los que toman decisiones han convertido a un club de la magnitud del FC Barcelona en carne de memes.

Que tenga suerte Quique Setién y los culés, menos mal que en sus filas está Messi y es el único que sostiene el circo. Sin él no se sabe qué sería del Barça con esa gente comandando el barco.

Foto: Mister Chip

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El Atleti remontó y jugará la final de la Supercopa contra el Real Madrid

AS.- Tras una semifinal épica, el Atlético de Madrid demostró que resistir es vencer y se clasificó para la final de la Supercopa ante el Real Madrid tras derrotar al Barcelona por 2-3. Los del Cholo aguantaron un chaparrón de fútbol de los culés durante gran parte del partido comandados por un Messi descomunal, pero entre Oblak, el VAR, los errores atrás y la fe del Atlético los colchoneros tuvieron un esprint final decisivo y lograron su premio ante un Barça agotado.

Valverde acabó con todas las especulaciones respecto a la posibilidad de dar relevos en el once titular del Barça para disputar la semifinal de esta competición, que ya dejó claro que no le gusta un pelo y optó por la ‘vía Toshack’, la de los mismos de siempre. Y entre ‘mismos’ y ‘de siempre’ pongan el epíteto que consideren. La única concesión fue la de incluir a Umtiti, que tuvo un partido de taquicardia, en el once inicial ante un Atlético en el que destacó la inclusión de Savic en el once inicial. El resto, lo previsto teniendo en cuenta que Koke, no llegaba para 90 minutos.

Tras unos primeros minutos en los que Correa le dio muy mala vida a Umtiti, el Barça se hizo con el control del partido de manera absoluta, pero le faltó matar cuando más se aculó el Atlético, que lo fió todo a la colosal figura de Oblak. El portero del Atlético evitó en el minuto 22 el gol de Messi tras combinar con Alba, en el 40 dejó claro que se sabe todos los trucos de Griezmann cuando el francés le encaró en el uno contra uno y un minuto después atajó haciendo fácil lo difícil un remate al primer toque de Suárez.

El tridente en pleno del Barça probó suerte en la tómbola y Oblak frustró sus intentos con el cartel que ‘pruébelo de nuevo, más suerte la próxima vez’. Era un partido que ya quedó claro en esa primera parte que iba a tener que lucharse de cabo a rabo. Con una intensidad que dejaba la semifinal del día anterior entre el Valencia y el Madrid al nivel de un partido de pretemporada.

El Barça dominaba el juego y la posesión, pero el Atlético resistía y buscaba sus opciones o de lejos o a pelota parada. Desde la distancia lo intentó Thomas y a pelota parada Herrera en una falta lateral muy cerrada. Neto estuvo perfecto ante ambos intentos.

Quedaba por ver si al Barça, que acostumbra a apagones repentinos, le iba a durar la gasolina durante los 90 minutos ante un Atlético que daba la sensación de estarse reservando para lo que pudiera acontecer. Los del Cholo salieron de la primera parte vivos por encima del juego, en el que se impuso el Barcelona, pero la tensión se palpaba. Para prueba, las tres tarjetas que mostró el árbitro camino de vestuarios en el intermedio tras una trifulca entre Joao y Alba a la que se añadió Messi. Ninguno de los tres vio tarjeta, pero los defensores de los compañeros (Savic, Saúl y Luis Suárez) se fueron al vestuario con una amarilla en un preludio de una segunda parte que se aventuraba de vértigo.

Simeone fue el primero en mover pieza y su cambio resultó providencial ya que Koke, que había entrado por Herrera convirtió en gol la primera pelota que tocó al acabar una jugada en la que Joao se rifó a Arturo Vidal con Umtiti absolutamente descolocado. Se llevaban 20 segundos de la segunda parte y al Barça le tocaba volver a remar contra corriente. Ante el topetazo, Valverde tiró de manual, en plan ‘en caso de emergencia, rompa el cristal’ puso a Ansu a calentar, pero en el interín, Messi se llevó dos rebotes ante Savic y Koke, muy blanditos, y empató el partido con la derecha cinco minutos después. Ni Oblak, que estaba en modo Zamora, llegó a su disparo. No se vino abajo el gigante colchonero, que cinco minutos después frustro de nuevo el tanto de Griezmann. El cartel de ‘pruebe de nuevo’ volvió a salir a la luz.

Lo volvió a probar Messi con éxito, pero el VAR le anuló su segundo gol en base a la norma de que cualquier mano en ataque es gol. No desanimó eso a un Barça desencadenado que al minuto siguiente marcó el segundo después de que Griezmann invalidara el enésimo milagro de entrada Oblak a remate de Suárez. De tanto probar, el gol acabó llegando.

Viendo que estaba por detrás en el marcador Simeone retiró a Lodi para colocar a Saúl como lateral, pero su plan se frustró cuando Koke se lesionó a los 20 minutos y fue sustituido Marcos Llorente, que en su primera acción vio amarilla. De esa falta, nació otro gol de Piqué anulado por un VAR que valoró más el hombro de Vidal que la mano de Felipe, que lo habilitaba.

Más claro fue el penalti que cometió Neto sobre Vitolo tras pérdida de Busquets que Morata convirtió en el empate a diez minutos del final. Diez minutos de locura en los que se pidió penalti de Piqué y ante el caos, Correa sentenció el partidazo tras jugada de Morata dejando al mejor Barça de la temporada ahogado en la orilla. El esprint, fue del Atlético.

Foto: AS.

El Barcelona empató con el Espanyol pero mantiene la punta

AFP.- El Barcelona solo consiguió empatar (2-2) en el campo del último clasificado de la liga, el Espanyol, pero pudo mantener el liderato, aunque igualado a puntos con el Real Madrid, que ganó por 3-0 en Getafe (7º).

Los goles de Luis Suárez (55) y Arturo Vidal (58) en el segundo tiempo habían permitido al Barcelona dar la vuelta al marcador, tras el tanto inicial para el Espanyol de David López (23).

Pero cuando parecía que el Barcelona se iba a llevar la victoria, el chino Wu Lei, con un disparo cruzado, logró la igualada definitiva (88), después de que el Barça se hubiera quedado con diez, al ver el holandés Frenkie De Jong la segunda amarilla (74).

El Barcelona había llegado al descanso en desventaja en el derbi catalán, en este partido de la 19ª jornada, y una derrota habría otorgado el liderato al Real Madrid.

El uruguayo Luis Suárez, en el minuto 55, al rematar un centro desde la izquierda de Jordi Alba, permitió al Barcelona empatar.

Apenas tres minutos después, el propio Luis Suárez, que intervino en los dos goles, centró desde la izquierda al segundo palo para que el chileno Arturo Vidal rematara de cabeza a la red (58).

El Espanyol se había adelantado en el 23 con un cabezazo cruzado de David López, en un tiro libre lanzado desde la derecha por Marc Roca, en el primer partido en el banquillo de los locales del técnico Abelardo Fernández.

El gol final de Wu Lei dejó el derbi en tablas e impidió que el Barça empezara su 2020 con victoria..

Ansu Fati decidió el duelo del Barcelona contra el Inter

AS.- Ansu Fati tiene aura. Un minuto y medio después de entrar en el terreno de juego por Carles Pérez hizo historia al decidir el partido ante el Inter y convertirse en el goleador más joven de la Champions al marcar con 17 años y 40 días rompiendo el récord de Peter Ofori-Quaye con el Olimpiakos (17 años y 145 días). Antes, otro producto de La Masia, Carles Pérez, había adelantado al Barça.

El Barça en Milán fue una novedad no sólo por las cantidad de nombres poco habituales que comparecieron en el equipo titular, sino por la disposición sobre el campo. Utilizó Valverde un eje de la defensa completamente francés (Todibo, Umtiti y Lenglet) dejando las bandas para que se proyectaran Wage y Junior, respectivamente. En el centro del campo Rakitic y Aleñá dirigían el juego, Vidal percutía contra todo lo que se moviera y en punta quedaban Carles Pérez y Griezmann.

Con un equipo formado claramente por suplentes se plantó el Barcelona en el campo del líder de la Liga italiana, que necesitaba ganar si no quería completar de nuevo un desastre en Europa. Pues a pesar de los condicionantes, el Barcelona salió muy sólido en el Giuseppe Meazza muy consciente de la manera en la que tenía que actuar.

El Inter, aferrado a la potencia de Lukaku y a la calidad y picardía de Lautaro, que las gana todas y es un dolor de muelas para cualquier defensa puso a prueba de salida a Neto, que demostró que la inactividad no le afecta. Un portero suplente de muchas garantías es el brasileño. Poco a poco, el Barça se fue sacando de encima el dominio del Inter gracias a las diagonales de Carles Pérez, un tipo incansable y que además tiene mucho peligro.

A los 8 minutos ya avisó a Handanovic y a los 23 inauguró el marcador tras aprovechar un mal rechace dentro del área de Godin, que pugnaba, cómo no, con Vidal tras gran pase de Griezmann, que a menudo se incrustaba en el centro del campo para crear superioridad.
El tanto dejó muy tocado al Inter, pero el Barça no aprovechó la circunstancia para cerrar el partido. Tras un saque de córner, Lenglet falló un gol casi hecho porque no se acabó de creer que disponía de una ocasión tan clara.

Justo antes del descanso, Lautaro volvió a conectar a la grada al partido al ganar de nuevo una pugna con Todibo dejar el balón a Lukaku, quien llegando de frente, desde la frontal colocó un disparo ante el que Neto nada pudo hacer. El Inter volvía al partido y tenía por delante toda la segunda parte para aprovecharse de un Barça que tenía que poner a prueba la entereza de sus jugadores más bisoños bajo presión.

Mantuvo el Barça la consistencia de salida, e incluso salió del descanso dominando más que el rival, que era el que realmente se jugaha las habichuelas. Aleñá y Griezmann legaron con peligro y mientras, en Dortmund, el Borussia marcaba su segundo gol al Slavia que obligaba al Inter a dar un paso adelante.

Lukaku hizo lucirse a Neto en la jugada que parecía marcar el inicio del asedio final de un Inter a la desesperada. Valverde, pensando más en LaLiga que en la Champions, dio descanso a Griezmann y Rakitic para dar rodaje a Suárez y De Jong de cara a la última media hora, en la que Inter pretó de lo lindo.

Neto tuvo que volver a lucirse ante Lautaro, que en un despliegue de clase brutal marcó dos en fuera de juego. El argentino era la pesadilla de los centrales blaugrana. Pero el fútbol tiene un guionista cruel y tras los innombrables intentos del argentino, salió el niño maravilla y a la primera la coló y provocó el drama interista..

La «MSG» golea al Mallorca y el Barcelona sigue líder de La Liga

Prensa Diario Sport

En el partido más entretenido de la temporada, el Barça regaló una convincente victoria ante el Mallorca: el tridente formado por Messi, Griezmann y Suárez conectó a la perfección, el centro del campo funcionó con simetría y equilibrio ysolo los dos goles del rival empañaron ligeramente un buen partido del conjunto azulgrana, que conserva el liderato de LaLiga

Ernesto Valverde apostó por un once plenamente reconocible y el equipo respondió con un auténtico festival ofensivo. El engranaje del equipo funcionó como un relo suizo: se lo pasaron de cine los jugadores sobre el césped y los espectadores en la grada. Necesitaba el Barça un partido así: se divirtió el equipo y disfrutó la afición.

El Barça comenzó hambriento, muy ambicioso en la presión, con ganas de sentenciar el partido cuanto antes. Lo descorchó Griezmann, en una acción nacida en los pies de Ter Stegen (extraordinaria su visión de juego) y que el francés resolvió de manera magistral, conduciendo la pelota durante casi 50 metros para picar el balón a la salida del meta del Mallorca.

Un tridente seductor

El gol del francés le hizo entrar en otra dimensión: dinámico, activo y sobre todo, perfectamente conectado con Messi y Suárez. El tridente por fin fue un tridente: se buscaron y se encontraron los tres delanteros, que antes del descanso ya habían sumado  goles al marcador.

Después de Griezmann le llegó el turno a Messi, que necesita poco para marcar: agarró un balón perdido en la frontal, se giró y conectó un disparo seco, a media altura,  imposible para Reina.

Al cuarto de hora, el Barça ya se había puesto 2-0. Se lo pasaba en grande el Camp Nou, disfrutaban los jugadores del Barça y sufrían los del Mallorca, que solo encontraban refugio en las conducciones ofensivas del pequeño Take Kubo, ex del Barça y ahora cedido por el Madrid al equipo balear. Y pitado por la ‘gent blaugrana’, por cierto.

Anecdótico gol del Mallorca

El Mallorca, curiosamente, logró marcar el 2-1 en un remate de Budinir ligeramente desviado por Lenglet, pero fue una simple anécdota. Cinco minutos después, Messi volvió a firmar un gol desde fuera del área, con otro remate seco.Apenas lo celebró: estaba rabioso porque un par de minutos antes había discutido agriamente con Vicente Moreno, técnico del Mallorca, a cuenta de una falta muy cerca de los banquillos.

El ‘showtime’ del Barça lo adornó Suárez poco antes del descanso: buscaba el uruguayo el gol para cerrar el círculo goleador de los delanteros y lo logró de la forma más inverosímil, con un taconazo casi imposible, a pase de De Jong, que dejó al portero del Mallorca con la boca abierta y al público a punto de sacar los pañuelos.

Con el marcador resuelto, el Barça siguió en plan arrollador en la reanudación: Griezmann estuvo a punto de firmar el  quinto tras un contragolpe bien manejado por De Jong

Fluye el Barça, y regresa Aleñá

A diferencia de otros partidos, fluía la pelota, profundizaban los laterales, generaron juego los centrocampistas y combinaron una y otra vez los delanteros. El Barça completó un buen partido, apenas manchado por el segundo gol del Mallorca, cuando Budimir aprovechó un error en la salida de Ter Stegen para marcar a placer.

Bajó revoluciones el Barça en la segunda mitad, como si quisiera tomarse un respiro: Arturo Vidal dio descanso a De Jong y Aleñá volvió a tener minutos, tres meses y medio después de su última aparición en el equipo. El Camp Nou le recibió con frialdad.

Messi, «pichichi» en solitario

Hubo tiempo para que Leo Messi acabase el partido con un hat trick, tras una gran jugada de Sergi Roberto por el costado derecho del ataque. Leo buscó a Suárez, combinó con el uruguayo y remató desde el punto de penalti.

El balón impactó en el larguero y se convirtió en el quinto y definitivo gol del Barça, excelente epílogo a un partido muy bien resuelto por el Barça y que confirma el crecimiento del equipo y encumbra nuevamente a Messi como máximo goleador de la Liga, con 12 tantos… a pesar de perderse cinco partidos de Liga por lesión.

 

Foto: Diario Sport.