Guillermo Liñares (Caracas)
Dentro de las hazañas que presentan los libros de récords que ostenta la Liga Venezolana de Béisbol Profesional, hay uno en el cual solamente nueve peloteros pueden presumir de formar parte. Dicho libro no es otro que el que presenta la lista de miembros que cuentan con 1.000 hits en la historia, desempolvado en las últimas semanas por un pelotero oriundo de Margarita y cuyo nombre es René Reyes (21 de febrero de 1978). Sin embargo, dentro de toda esa alegría, para Reyes hubo un momento en el cual las cosas no estaban saliendo como quería, pues cada conexión que lograba hacer caía en los guantes ajenos, a pesar de que sentía que le estaba dando bien a la bola.
“Gracias a Dios ahora las cosas me están saliendo bien. Desde que comenzó la temporada le estaba dando bien a la bola, pero me salían los batazos de frente y se me metían cosas a la cabeza porque le daba hacia el medio del terreno y la agarraban tirándose de cabeza, así le diese con contundencia. El beisbol es impredecible y el apoyo del manager hizo que mantuviese la cabeza en alto, porque sabía que en cualquier momento todo saldría como está ocurriendo ahora”.
La frustración que podía sentir en un primer momento no lo desesperó. A pesar de haber estado tan cerca de los 1.000 hits, no sintió ni ansiedad, ni tampoco buscó hacer más de lo que sabe hacer. A fin de cuentas, ya son 21 temporadas como jugador profesional y sabe de sobra lidiar con ese tipo de presiones. Cuenta que la clave fue su hijo, en donde busca la inspiración para no perder la perspectiva.
“Yo busco enseñarle a no rendirse, por eso no podía desenfocarme. La mejor lección que le doy es que busque divertirse, que no se sienta presionado porque esto es un juego. Una vez en Margarita tuve una racha de siete ponches consecutivos y siempre salí a divertirme”. Justo cuando lo decía, se le acercó su compañero de equipo Denis Phipps, quien con jocosidad y de forma distendida, le hacía bromas, asegurando: “ese es un caballo, no le pregunten ni busquen mucho, es un caballo y siempre anda listo para las que sea”.
Los mil hits, toda una obsesión
Reyes detalla cada momento que vivió antes y después de alcanzar la cifra milenaria, esa que lo tiene dentro de los libros de historia de la Liga: “Yo le dije al hitting coach nuestro que cuando llegase al hit mil se acabarían los problemas. No sentía presión, pero quería llegar rápido. Antes de eso todos los batazos me salían de frente y no lo podía creer. En Puerto La Cruz, no pude conectar cuatro hits en cuatro juegos y durante ese tiempo había llevado a mi familia desde Margarita. Cuando cayó el mil dije que empezaría a batear más y así está siendo”.
Esa obsesión que profesa el margariteño por llegar a los mil incogibles, se puso de manifiesto incluso antes de empezar la temporada. Las anécdotas que cuenta sobre esos momentos son reveladoras y hablan de su personalidad bonachona y cuentista, en donde los lanzadores rivales resultan protagonistas de su búsqueda incansable: “Llamaba a los pitchers más experimentados de la Liga y les preguntaba si podía incluirlos en la lista de los imparables que me faltaban para llegar. Ellos me preguntaban que a qué me refería y les decía que en la lista de los 21 que me restaban”.
Ese imparable histórico llegó, por fin, el 26 de noviembre en Maracay, en un juego que enfrentaba a Caribes de Anzoátegui con los Tigres de Aragua. El batazo fue un doblete en el octavo inning y ante su amigo Jean Machí: “A él le dije dos veces en esas llamadas que si podía incluirlo en la lista (ríe), y miren como son las cosas que al final se lo di a mi pana del alma. El envío fue un split que se lo conocía bien. Después de eso la sensación fue grandiosa”.
Antes del juego de este lunes ante los Tiburones de La Guaira,Reyes tiene 1.011 hits conectados de por vida, por lo que está a uno solo de alcanzar los 1.012 de Tomás Pérez, el ambidiestro con más imparables en la historia de la LVBP y quien ocupa la posición siete en los renglones de más sencillos en nuestra pelota.
La pregunta obligatoria era saber si había hablado con “Tomasito” sobre esto y, como fue durante toda la conversación, se explayó para detallar el contenido: “El año pasado entre bromas le dije que yo sería el ambidiestro con más hits. Cuando llegué a los mil, él me llamó y me felicitó, aunque le respondí fue que iría a por él, que le daría caza. Jugamos juntos, fue mi hitting coach y siempre estaba pendiente de mí. Somos grandes amigos”.
En búsqueda de más récords
Los guarismos que René presenta en la Liga no se ciñen solamente a los imparables, pues también está a dos impulsadas de llegar a las 500 de por vida en nuestro beisbol. Cuando se le recordó el dato admitió no estar al tanto, a pesar de que cuando le gastan bromas acude al numerólogo de turno para que lo ponga al día.
“Yo prefiero empujar carreras que dar jonrones, porque muchas veces esos cuadrangulares son sin gente en base y no contribuyo como quisiera. Batear cuando hay gente en posición anotadora es lo que más me llena”.
Este sábado regresó a Caracas para medirse a su ex equipo, los Leones del Caracas, y los castigó con dos jonrones, uno en cada lado del home. El acontecimiento resultó objeto de estudio riguroso por el paleador de 41 años, a pesar de que no era algo nuevo en su carrera. El 5 de diciembre de 2016 también se había volado la barda en par de ocasiones:
“Estaba estudiando los movimientos de Yeudy García (el abridor dominicano al que le conectó el primero de sus dos estacazos) y sabía que lanzaba a tres cuartos de brazo. Desde que lo vi en el bullpen de ellos, dije que era mi pitcher favorito porque se me dan bien ese tipo de lanzadores. En el primer turno estaba en 3-1 y el “inca” César Valera salió al robo, vi que Wilfredo Tovar se movió en el short pero me metí debajo de la pelota. En el siguiente turno me preparé mejor, le vi los pitcheos bien y fue que en 3-2 me tiró la recta que le fallé en el primer turno para poder lograr el jonrón”
Reyes cerró el rato ameno asegurando que iría a por esas dos rayitas que le faltan para arribar a las 500 remolcadas, para añadirle más condimentos a una carrera prolífica que de seguro le abrirá las vitrinas del Salón de la Fama de Valencia. No deben haber dudas que esa exaltación llegará al momento de colgar el uniforme.
Foto: Prensa Caribes
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