Tony Cittadino (Madrid).- Hay equipos que se convierten en leyenda y referencia, como el “Grande Torino”. El equipo italiano tuvo un trágico accidente el 4 de mayo de 1949, cuando toda la plantilla perdió la vida al estrellarse el avión en la Basílica de Superga.
Para la época la escuadra fue más que un ejemplo a seguir. Fue la forma de vida de una ciudad que seguía a sus guerreros en el campo, a pesar de que la Juventus siempre fue y es la consentida.
Muestra de ello, es que la crema y nata de la selección italiana bicampeona mundial en 1934 y 1938, tuvo como principales protagonistas a jugadores del Torino. En sus 100 años de historia han ganado siete campeonatos nacionales (1926-1927 revocado), cinco Copas de Italia y tres ligas de plata (Serie “B”).
Nace el Torino FC
Para los fanáticos del Torino su club es una leyenda, un mito, una tradición que es parte de la historia del calcio. Los antecedentes de su creación se remontan a principios de la década de 1890, cuando industriales suizos e ingleses implementaron este deporte en la ciudad. Pero, un año más tarde fue que se creó el primer club llamado “Internazionale Torino”, que en 1894 se dividió y nació el “Football Club Torinese”.
Ya en el año 1900 los clubes vuelven a fusionarse y en 1906 se creó el “Torino Fútbol Club”. La entidad fue formada en un antiguo local por una alianza con ex jugadores de la Juve, guiados por el suizo Alfredo Dick y con Hans Schoenbrod como presidente, quien era un jugador de características modestas y un apasionado dirigente.
Sus primeros pasos los dieron en el “Velódromo Humberto I”, estructura que el 8 de mayo de 1898 fue la cuna del primer campeonato de fútbol italiano. Aunque los antecesores del Torino tenían una vestimenta particular, el equipo decidió tener identidad propia al implementar el color vinotinto en sus uniformes, pues los antiguos clubes utilizaban una camisa con ribetes verticales amarillos y negros.
Dos son las versiones que explican la decisión del color: para algunos el que tuvo la idea fue Dick y para otros fue en honor a Del Duca, presidente honorario, pues fue elegido en honor a la Brigada de Savoia que en 1706 salió victoriosa en la liberación de Torino por el asedio de los franceses.
El primer partido oficial fue jugado en la ciudad de Vercelli el 16 de diciembre de 1906, contra el Pro Vercelli, con victoria de tres goles por uno. Asimismo, el primer derby de la ciudad fue el 13 de enero de 1907 y vencieron a la Juve dos por uno. Un mes más tarde los volvieron a derrotar, ahora con goleada (7-1).
Italia de luto
La secuencia triunfal del “Grande Torino” se interrumpió trágicamente el 4 de mayo de 1949, a las 5:05 de la tarde. Los jugadores volvían a casa luego de disputar un amistoso con el Benfica, en Lisoa, acordado previamente por los dos capitanes de los clubes.
Mazzola y Ferreira se habían conocido en una ocasión, tras el juego entre Italia y Portugal jugado en Génova. El portugués le pidió al italiano realizar un cotejo entre ambas oncenas, en ocasión de su retiro del fútbol. El choque se jugó el martes 3 de mayo de 1949, en un estadio con 40 mil personas y el equipo granata cayó derrotado 4-3.
Al día siguiente, toda la escuadra salió de Portugal en el avión I-Elce. El estado del tiempo era pésimo, con nubes bajas y fuertes lluvias. Luego del último contacto con la estación de radio, quizás por causas del mal tiempo o por volar muy bajo, se estrellaron contra la Basílica de Superga.
La tristeza fue el común denominador en el pueblo italiano, pero el peor momento le tocó a Vittorio Pozzo, al tener que reconocer los cuerpos de sus muchachos. En total perecieron 31 personas entre atletas, dirigentes, periodistas y otros miembros del club.
Los jugadores que murieron fueron: Valerio Bacigalupo, Aldo Ballarin, Dino Ballarin, Emile Bongiorni, Eusebio Castigliano, Rubens Fadini, Guglielmo Gabetto, Ruggero Grava, Giuseppe Grezar, Ezio Loik, Virgilio Maroso, Danilo Martelli, Valentino Mazzola, Romeo Menti, Piero Operto, Franco Ossola, Mario Rigamonti, Giulio Schubert y los entrenadores Egri Erbstein y Leslie Levesley.
La conmoción fue tal, que una larga e ininterrumpida procesión le rindió homenaje en el centro de la ciudad y medio millón de personas participaron en los actos fúnebres el 6 de mayo.
De esa escuadra se salvaron sólo cuatro jugadores, que por diversos motivos no fueron parte en la convocatoria. Renato Gandolfe, Sauro Tomá, Luis Gandolfi y Ferruccio Novo.
La stagione culminó con los equipos juveniles y ganaron todos los choques, terminando el campeonato con 60 puntos, cinco de ventaja sobre el Inter (2do). Sin embargo, fue un triunfo amargo, marcado siempre por el imborrable recuerdo de la tragedia. Entre los múltiples homenajes realizados desde entonces, el Stadio Olímpico de Torino ahora lleva el nombre Stadio Olímpico Grande Torino en honor a un equipo que jamás será olvidado.