Marca.- El Bayern Munich se colgó el oro, la plata y el bronce en el Olímpico de Roma. Los bávaros golearon (1-4) a la Lazio con la suficiencia con la que Usain Bolt trituraba récords sin que le incomodaran. El conjunto romano no tuvo piernas para aguantar el ritmo de vigente campeón de la Champions League, que ya acaricia los cuartos de final.
La intensidad y la fiabilidad alemana chocó con el ímpetu y los despistes italianos. Salieron al césped como gladiadores sin escudo. Y el Bayern aprovechó castigando sus errores. Cada falla acabó en la portería de Pepe Reina. Los hicieron prisioneros.
Las concesiones decantaron el duelo de Botas de Oro entre Ciro Immobile y Robert Lewandowski. A los 9′, Musacchio falló en su pase y Lewy lo aprovechó: superó con la derecha la salida de Reina y con la izquierda marcó su gol 72 en la Champions. Subió al podio dejando atrás a Raúl(71). Sólo lo superan Cristiano Ronaldo (134) y Lionel Messi (119).
El primer regalo laziale no lo desperdició el Bayern. Ni el segundo, ni el tercero… La Navidad se trasladó a febrero y los bávaros se hincharon. El niño (17 años) Musiala, con un tiro medido, ajustició a los romanos con el segundo en el 24′. Simone Inzaghi agitó su once retirando a Musacchio, metiendo a Lulic y cambiado su sistema sin éxito. La Lazio fue por Neuer pero se olvidó de Reina. Un terreno virgen para las carreras visitante. Demasiado espacio a la espalda. Cada contra era un suplicio.
Una indecisión entre Patric y Lucas Leiva disparó a Kinglsey Coman. El francés se metió en el área, disparó y el rechace lo aprovechó Leroy Sané en el 42′. 0-3 al descanso. Y a la vuelta, la Lazio se llevó otro golpe. Sané, en un carrerón desde su campo, buscó a Alphonso Davies. Acerbi evitó el tanto del canadiense… pero se metió en su portería el 0-4 en el 47′.
Sin exhibirse, sin trenzar un fútbol de quilates, el Bayern había aplastado en poco más de medio partido a la Lazio. Correa, tras un jugadón, maquilló en el 49′ un marcador contundente. Tan duro como la entrada de Escalante a Lewy que calentó el final. Neuer evitó el segundo gol del argentino. La Lazio lo intentó, pero el Bayern no cedió ni un milímetro. Cuatro martillazos… y casi en cuartos. Un paseo Olímpico.
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