Alí Castillo lidera a un septeto explosivo en la LVBP

Tony Cittadino (Mallorca).- Alí Castillo  entró en los libros de récords de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP), al lograr el promedio de bateo más alto en la historia con .430. En su hazaña de batear sobre .400 en la temporada 2020-2021, lo acompaña Danry Vásquez y Hernán Pérez, quienes conforman por primera vez un trío de peloteros con semejantes números al finalizar una zafra en la pelota criolla.

Todos se suman a un grupo de pioneros en estas lides, integrado por Pablo García (Navegantes del Magallanes), Víctor Davalillo (Leones del Caracas), Dave Parker (Magallanes) y Bob Abreu (Caracas), casualmente cuatro toleteros zurdos y miembros de los “Eternos Rivales”.

El antesalista de las Águilas del Zulia finalizó la campaña con promedio de .430, para dejar atrás la marca de Abreu en la campaña 1998-1999. Castillo lo hizo en  37 juegos y fue la bujía ofensiva del conjunto rapaz, pero no fue suficiente para meterlos en la semifinal.  Terminó con 14 carreras impulsadas, 20 anotadas y un jonrón.

Castillo finalizó la temporada dos días antes y no disputó los últimos tres juegos, pues tuvo que ser atendido en una clínica de Barquisimeto por una afección cardíaca que no pasó a mayores.

Vásquez se fajó con los Tiburones de La Guaira al ligar para .414, siendo el segundo mejor average de la temporada y el tercero de por vida de la cofradía. El zurdo impulsó 28 carreras y anotó 25 en 27 duelos, con cinco cuadrangulares conectados.



Pérez tampoco se cansó de batear con los Tigres de Aragua. El camarero fue clave para meter al equipo en la semifinal y ligó para .402, quedándose con el tercer mejor promedio de la zafra y también del selecto grupo. El derecho participó en 30 choques, en los que sacó la bola del parque en cinco ocasiones, impulsó 28 rayitas y pisó el plato en 29 ocasiones.

Los pioneros

El primero en conectar sobre la abultada cifra fue García, quien lo hizo en la primera campaña de la LVBP, la de 1946. El jugador nacido en Santa Clara, Cuba, era un inicialista que también podía desempeñarse como outfielder. En 21 partidos conectó para .403 (77-31).

“Vítico”, el máximo hiteador en la historia del torneo con 1.505 petardos, y segundo con más coronas de bateo (1962-1963, 1963- 1964, 1967-1968 y 1970-1971, todas con Caracas), sólo superado por Sojo (1989-1990, 1990-1991, 1993-1994, 1994-1995 y 1999-2000, todas con Lara), fue el primer criollo en lograr la hazaña al sonar para .400 exactos en la 62-63 (150-60). El zuliano participó en 38 cotejos.

Trece campañas tuvieron que pasar para que emergiera el tercer integrante del grupo: Parker. “La Cobra”, explotó con el madero en la zafra 1976-1977, su segunda en Venezuela de las tres en que participó con Magallanes, al promediar para .401 (162-65) en 38 cotejos. Parte fundamental del llamado “Poder Negro” de los Navegantes, fue la sensación de la justa que coronó más tarde a su equipo.

Abreu había sido el último en lograr la proeza con el algoritmo más alto y quizás, el que ha traído más polémica. El “Comedulce” destrozó la Liga con average de .419 (124-52) en la contienda 1998-1999 con los melenudos.


En el caso del toletero zurdo se tuvo que acudir a las reglas, pues los turnos legales no le daban para obtener el liderato. La regla 10.23 referente a los requisitos mínimos para los campeonatos individuales, en su apartado “A”, establece que el campeón de bateo será aquél que logre el promedio más alto, siempre y cuando tenga tantas o más apariciones al plato como juegos programados por la Liga para su equipo, multiplicado por el factor 2.7.

Es por ello que al jardinero derecho se le otorgaron los turnos que le faltaban, se le sumaron los boletos y golpeados para que le dieran las apariciones y así poder llevarse su  única corona de bateo con el promedio más alto, hasta que apareció la hazaña de Castillo en el 2021.

 

Foto: Prensa Zulia