El Barcelona goleó al Alavés con dobletes de Messi y Trincão

SPORT.- Koeman hizo rotaciones. Las hizo a su manera, un día después de explicar en rueda de prensa que tampoco había muchas opciones de cambiar. Pero así fue porque De Jong arrancó como central y los interiores se los dio a Ilaix y Riqui Puig. También Trincao, que entró en el noventa en la Copa, entró en el once. Dembélé, Pedri y Alba, al banquillo, mientras Busquets parece insustituible. Muchos cambios, todos hechos pensando en el PSG, al que el Barça envió un mensaje meridiano porque el equipo llega fresco, hambriento y con ganas de demostrarse a sí mismo que en Europa el escudo blaugrana siempre es favorito.

El equipo salió intenso, moviendo el balón con velocidad, consciente de que sería la única manera de desordenar a un Alavés que llegó al Camp Nou con un plan explícito: cerrarse atrás, bien juntitos, e intentar salir a la contra con Joselu y Lucas Pérez. Los vitorianos interpretaron mejor su estrategia porque destruir siempre cuesta más que construir. Es la vida. Así que pasaron pocas cosas y Pacheco vivía tranquilo. El portero solo se vio amenazado en el primer minuto, con un disparo de Griezmann que rechazó la defensa y con una llegada de Messi demasiado escorado. El Alavés tampoco hizo mucho para animar el partido: un centro de Edgar que Lucas remató muy mal y un disparo desde la frontal de Battaglia.

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Hasta que apareció Trincao. El portugués aprovechó una dejada atrás de Ilaix para, de primeras, superar a Pacheco. Fue la primera vez que la defensa del Alavés se desordenó y el Barça no perdonó. El portugués, tras estrenarse ante el Betis, juega ligero. El segundo lo marcó Messi aprovechando un rechaze tras remate de Griezmann. El VAR lo anuló por un fuera de juego del francés que solo puede ser señalado desde el absoluto desconocimiento del espíritu de la norma, el fútbol convertido en una hoja de cálculo.

Harto de tanta burocracia, Messi agarró un balón en la esquina del área, recortó hacia fuera y, seco y preciso, colocó el balón en la base del palo para hacer el segundo. Sin dar a opción a revisiones artificiales que hacen al fútbol más pequeño, el Barça se fue al descanso con el trabajo medio hecho.

Koeman hizo descansar a Busquets y entró Umtiti para que De Jong subiera al centro del campo. Abelardo metió a Laguardia y a Rioja, que ofreció gratis una lección de vida para Ilaix. El canterano erró un pase claro que el futbolista del Alavés aprovechó para colarse entre los dos centrales para superar a Ter Stegen. La Primera no perdona y el Barça no podía dar nada por hecho. Trincao tuvo un mano a mano con Pacheco imperdonable poco después. Todo cuesta en un equipo que vive al límite y sin margen de error, pero que ha aprendido a disfrutar y reaccionar a los golpes de la vida. Una asistencia de Messi la envió por poco fuera Griezmann. El juego del Barça merece menos sufrimiento, pero no hay día en el que sus errores no cuesten goles.

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La entrada de Pedri aireó el centro del campo y un pase en profundidad suyo dejó a Messi solo ante Pacheco, que frenó al argentino pero no la llegada de Trincao, que aprovechó el rechace y completó su doblete. Al cabo de un minuto, Leo Messi sentenció con una rosca desde fuera del área cuya firma es inconfundible. Imposible llegar mejor al duelo ante el PSG. El ’10’, en modo exhibición, se la puso picada a Griezmann, que cedió para que Junior hiciera el quinto. Trincao vio cómo Figueroa Vázquez anulaba su ‘hat-trick’, pero el portugués destrozó de una patada la losa que le impedía ser él. Todos crecen y lo hacen cuando ya no hay sitio para la duda.

Foto: Sport

El Madrid superó al Getafe con lo justo

AS.- Primer apunte: la mitad del Madrid es mucho mejor que todo el Getafe. Segundo: Marcelo, con tres centrales, aún está en buen uso. Tercero: no hay peligro de cantericidio por darle cancha a los jóvenes. Esas conclusiones quedaron en un partido en el que el equipo de Zidane se dio por aludido con el empate del Celta en el Wanda y tejió con paciencia e inteligencia su victoria. Este largometraje tuvo menos suspense de lo habitual por su trabajo y por el derrumbe del Getafe, hace tiempo dentista y hoy sin dientes.

Hubo un tiempo no tan lejano en que Isco fue alguien en la Selección. Y en el Madrid llegó sentar a Bale, esa cepa británica que mutó a inofensiva demasiado pronto, cuando Zidane aún se atrevía a hablar de innegociables. Ahora es farolillo rojo. Con nueve ausentes y Odegaard en Londres, Zidane le puso por delante a Marvin, como le había puesto por delante a Arribas ante el Mönchengladbach o el Levante. Su suplencia de este martes le cuelga el cartel de caso perdido. Y es que para evitarle tuvo que dar un paso más en su reciente papel de arreglista: Mendy de central izquierdo en una línea de tres con Nacho y Varane; Marcelo, de carrilero; Modric, de pivote, Asensio, de mediapunta… Una sacudida en toda regla.

El Getafe, en cambio, regresó a su vieja fórmula, ese 4-4-2 que tanto molestaba al de enfrente. Su partido es que el rival no tenga partido. Y ahí sobraban Kubo y Aleñá. Así que el Getafe se volvió clásico sin conseguirlo. No le va hacerse el simpático; presiona, incordia, aburre y en sus buenos días mata con dos buenos puntas. Esta vez ni eso. Ese plan ha pinchado ante los grandes porque para escapar de él se necesitan futbolistas de un pie muy fino y entre los equipos alfa abundan. Y tampoco ha colado esta temporada ante otros de menor tamaño porque falla el segundo acto: meter goles.

La conclusión es que ni Madrid ni Getafe están a la altura de sus mejores días. El equipo de Zidane huye de los espacios, se repite en el juego al pie, no le da marcha a los partidos. Queda la sensación de que está demasiado visto, de que a este ritmo su recorrido será corto. Así que pone casi todo el foco en el balón parado. Ahí encontró sus dos primeras oportunidades: una pelota perdida en el área de esas que siempre buscan a Casemiro y un cabezazo de Benzema en un córner. El brasileño desaprovechó su magnetismo en la zona con un disparo a la décima fila de asientos y el francés topó con el larguero, del que se ha hecho íntimo enemigo.

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Y mientras, el Getafe, de salida, incumplió sus dos grandes mandamientos: robar muy arriba y hacer de la segunda jugada su primera jugada. Pero sumando las imperfecciones de uno y otro estuvo muy por encima el Madrid. Marcelo, con gente a su espalda, vive más tranquilo y se suelta. Y Modric no está investigado en el proceso: sigue jugando como cuando levantó el Balón de Oro. También él tuvo el gol, en un remate sin oposición desde el borde del área que rechazó, en postura estrafalaria, David Soria con una rodilla.

A otros no les fue tan bien en la primera parte. Vinicius es tigre enjaulado, Benzema resulta demasiado esporádico y Asensio baja a menudo el volumen en muchas fases del partido.

El Getafe no pasó de bachear el encuentro en campo propio sin la agresividad de otros tiempos, se sintió extraño ante el cambio de dibujo del Madrid y no tuvo ninguna presencia ante Courtois en los primeros 45 minutos. Fue un equipo resistente en el peor sentido del término: ultradefensivo y sin respuesta.

El descanso cambió el clima (llovió con ganas) pero no el paisaje. El Madrid siguió encogiendo al Getafe y perdiendo ocasiones. La primera de Benzema, cuyo remate sin oposición sacó con mano rápida David Soria. Así, al equipo de Zidane no le convenía al resultado ni al de Bordalás la dinámica. El Getafe cargó munición con Kubo, Aleña y Mata, sus dos fichajes de invierno y su nueve de gala. El Madrid cambió canterano por canterano, Arribas por Marvin, que no son lo mismo. Isco lo contempló con el cuerpo y la moral congelados en la grada. Más fantasía, menos velocidad y un papel nuevo para Vinicius: carrilero derecho. Una decisión de riesgo máximo con un buen principio. El primer centro del brasileño desde su nueva finca lo mandó a la red Benzema con la cabeza, la mejor arma ahora mismo de un compositor concienciado como rematador. El chollo que se prometía Cucurella acababa siendo la llave maestra del Madrid.

Aún quedaban por ver más fenómenos paranormales. Arribas, que lo primero que hizo en su debut europeo fue tirarle un caño a un defensa del Gladbach, abrió a Marcelo en la izquierda y su centro al primer palo lo remató como un ariete… ¡Mendy! Extrañan ya pocas cosas en un equipo tan golpeado por las lesiones que ha tenido cinco laterales en poco más de cuatro meses. Sólo entonces, con el partido archivado, entró Isco. Sus días parecen contados. Tiene sólo 28 años y su magia blanca se ha vuelto negra.

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El Barcelona derrotó sobre la hora al Betis

AS.- El Barça sigue abonado a la épica y el Betis al infortunio. En un nuevo partido de infarto, los barcelonistas lograron su sexta victoria consecutiva en LaLiga ganando por 2-3 al Betis tras remontar de nuevo un partido que parecía visto para sentencia hasta que llegó el arreón final que se gestó contra viento y marea y que cambió en cuanto Messi entró en juego y que se solventó gracias a un gol definitivo de Trincāo, el héroe inesperado del día. Otra cosa no será el Barça, pero divertido, este equipo lo es un rato.

Koeman planteó el partido como un autónomo afronta los gastos de fin de mes: esto es lo que hay, esto es lo que tengo y esto es lo que me viene. Y ante esta tesitura optó por salir con más cambios de los que cualquiera hubiera imaginado. Una alineación de autor sin Messi, De Jong ni Pedri.

Seguramente, el técnico blaugrana planteara por un lado que había que reservar a os jugadores clave de cara a una competición como la Copa y por otro lado pensó que si las cosas se torcían, como así fue, ya habría tiempo de solventar el lance en el último tramo del partido. Acertó en la segunda opción, donde un poco de Messi es mucho.

Dejando a un lado que la puesta en escena de ambos equipos dejó claro que los dos contendientes  llevaban plomo en las piernas, al Barça se le acumularon los problemas desde el inicio. Araújo, que parecía uno de los señalados para descansar, se lesionó en el minuto 8 dejando la zaga blaugrana tiritando más de lo habitual. El plan de un Barcelona en el que Riqui era incapaz de mandar, Pjanic jugaba a ritmo de veterano y en el que Braithwaite se peleaba más con el balón que con su marcador no auguraba nada bueno.

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El Betis tampoco estaban para mucha fiesta, pero por lo menos detectaron que apretando un poco se podía hacer mucho daño al Barça. Lo intentaron los verdiblancos de inicio por la banda de Mingueza, pero encontraron petróleo por la de Alba cuando Emerson lideró una contra iniciada por Fekir que culminó Borja Iglesias ante la pasividad de los centrales y de un Busquets más pendiente del asistente que del delantero.

Si Koeman había previsto los descansos en previsión de ir a por el partido en el segundo acto, había llegado el momento de demostrarlo. Pedri salió por Braithwaite, más auto de choque que jugador. Messi, de momento, sólo calentaba mientras que la gran novedad del partido era que el Barça cometía, De Jong mediante, su primera falta del partido en la segunda parte, lo que da una idea de la intensidad de los barcelonistas en la primera mitad.

La partitura del partido cambió en cuanto entró Messi en el campo. Su aparición no es que cambiara el duelo, es que pareció que se empezara a jugar a otra cosa. Salió el argentino a unas revoluciones inalcanzables para el resto de los mortales. En dos minutos tocó cuatro balones y el cuarto, lo alojó en la red anotando el empate. Sembró el pánico en el Betis de una manera absolutamente intimidatoria que culminó con un pase delicioso a Alba que sirvió para que el Barça anotara el segundo tras pifia de Griezmann y Víctor Ruiz marcara en propia puerta.

El central verdiblanco tuvo la oportunidad de desquitarse seis minutos después explotando el boquete que tiene el Barça en el balón parado. Con el empate a dos tras un partido loco, sólo podía suceder lo inesperado. Y en esa, apareció Trincāo para marcar un golazo que confirma que este Barça se ha abonado a la épica incluso en sus peores días.

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El Barcelona derrotó al Elche con oficio

AS.- Sin brillantez, pero con oficio, el Barça sacó adelante su visita al campo del Elche ganando por 0-2 un partido que asienta al Barça en la zona Champions después de sumar su quinta victoria seguida fuera de casa, algo que no pasaba desde hace tres años. Los goles de De Jong y de Riqui Puig, que aprovechó los cuatro minutos que le dio Koeman, son una inyección de confianza para un equipo que andaba justito de amor propio tras la Supercopa.

Consciente de que el equipo blaugrana no estaba físicamente para muchos alardes, Koeman decidió no arriesgar con Dest y dar descanso a Lenglet, por lo que Mingueza se mantuvo en un equipo titular en el que se alineó Umtiti.

Como era también de esperar, al partido le costó coger el ritmo, con un Elche muy pendiente de defender el marco de Edgar Badia y un Barça que no acababa de entrar en el partido, que amenazaba con hacerse bola y que no hubiera quien lo pudiera digerir.

Otro de los peligros era que el equipo blaugrana, que ante la diferencia de calidad con el rival veía el encuentro al alcance de la mano, dejara pasar los minutos, con lo que el Elche podía ir creciendo en su fe.


Al Barça le costó encontrar la manera de crear peligro en la portería local. Primero lo intentó a base de jugadas a balón parado, donde Araújo y Griezmann conectaron unos remates demasiado inocentes, que Badia atrapó fácilmente. Luego optó por los disparos de lejos, pero el de Busquets fue manso a las manos del portero ilicitano y los de Alba y Pedri se fueron desviados. Otra opción era la de utilizar la carta Dembélé, que por un momento se erigió en el líder del ataque blaugrana e interpretó un ‘yo contra el mundo’ que tampoco dio resultado.

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El premio legó en una de las pocas circulaciones rápidas del Barça. Pedri habilitó a Braithwaite al espacio como extremo, que centró al área buscando el remate de Griezmann, Diego González en su intento de evitar el remate desvió la pelota hacia su portería superando a su propio guardameta y antes de que la pelota rebasara por completo la línea de gol, De Jong la remachó con rabia a la red.

El Barça había conseguido lo más difícil por partida doble: se había adelantado en el marcador y en el consiguiente y habitual despiste tras marcar, Ter Stegen blocó un disparo de Josean tras un resbalón de Umtiti. El primer patinazo de la tarde estaba superado justo antes de llegar al descanso.

Nada más empezar la segunda parte llegó el segundo resbalón, mucho más grave que el primero cuando Mingueza perdió el balón ante Rigoni, que se plantó ante Ter Stegen, que se lució para evitar el tanto del empate.

Esa jugada abrió el partido y el Elche empezó a subir la velocidad al partido ante un Barça que a medida que pasaban los minutos se le iba haciendo más cuesta arriba a un Barça al que ya le empezaban a pesar las tres prórrogas consecutivas.


El equipo de Koeman logró controlar el partido y llevarlo a un escenario donde no pasaban demasiadas cosas, pero el marcador seguía siendo de mínima ventaja y a medida que se acercaba el final, la posibilidad de que cualquier accidente resultara fatal aumentaba exponencialmente. Si el Barça no lograba el segundo, el partido llevaba camino de acabar con los catalanes pidiendo la hora. Para acrecentar la tensión ny buscar la épica, Almirón sacó al campo a Nino.

Pero el que resultó decisivo en los minutos finales fue Riqui Puig, que ingresó en e campo a falta de tres minutos y logró cerrar el encuentro con un cabezazo tras rematar una excelente jugada de De Jong. El Barça continua con su gira lejos del Camp Nou resistiéndose a dejarse ir. Sumando puntos y buscando la regularidad que le ha faltado. Lo de la brillantez, ya llegará.

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El Madrid se sacudió y volvió a la victoria

AS.- Difícilmente se encontrará en el fútbol un índice de supervivencia más alto que el de Zidane. Su Madrid va y viene. Pero casi siempre vuelve. Sucedió en Mendizorroza, con algunos apuntes optimistas: Benzema vuelve a estar armado, Modric y Kroos explotan su veteranía, Militao se ofreció como aprovechable y Hazard dio sus primeros pasos en ese viaje de jugador de compañía a jugador motriz. El mensaje que mandó el equipo es que sigue en carrera. El Alavés defendió mal al principio y aquello ya no tuvo remedio.

Descontados los confinados, los condenados, los deprimidos y los fugados, quedan en el Madrid los de Vitoria. No está claro si fue antes el huevo o la gallina, si media plantilla se desconectó por no jugar o dejó de jugar porque se desconectó, pero lo cierto es que Zidane se ha quedado con doce (los de Mendizorroza, menos Militao, más Ramos y Carvajal). El oprobio de Alcoy vino a reafirmarle. Y el partido de Mendizorroza aún más.

Aunque el asunto no comenzó por ahí. Porque Bettoni, desde su marrón provisional, contempló una salida enérgica del Alavés, que soplaba en familia las velas de sus cien primeros años. ‘Alta la frente’, fue el himno compuesto para la ocasión por el navarro Izal. Un himno que habla de esfuerzo, sudor, bravura, memoria y honor. Eso quiso ser el Alavés y no le alcanzó.

Un minuto de gloria

Intimidó al Madrid de salida en su presión e incluso tuvo dos buenas ocasiones. Un cabezazo de Joselu, que remata hasta los satélites, y un disparo franco de Martín. Un esfuerzo notable y una puesta en escena muy digna arruinada por un minuto de gloria del Madrid. Benzema se traspapeló dos veces y estrelló dos remates claros contra Pacheco y el palo, pero en el córner en que derivó el tumulto, Casemiro metió su cabeza por encima de la de Lejeune en envío preciso de Kroos y puso por delante a los blancos. En pegada, el glorioso sigue siendo el Madrid.

Aquello le bajó el volumen al Centenario y al Alavés y templó al Madrid. O a una parte significativa del Madrid. Militao se creció con sus primeros aciertos y demostró que sus condiciones están por encima de su rendimiento. Mendy dejó en evidencia a Ximo Navarro y, por el mismo precio, a Hazard en su banda. El atrevido debía ser el belga y lo fue el francés. Casemiro puso la ética y Kroos y Modric, la estética. Lucas Vázquez le dio aire a su banda. Y el Madrid empezó a pasárselo bien, que ya es decir en el trance que le ocupa.

Mendy perdió un gol por exceso de generosidad y Hazard otro por falta de efecto en su remate colocado. A la tercera no hubo misericordia, Asensio mandó su pase al borde del área, Hazard dejó pasar la pelota con el tercer ojo, el de la intuición, y Benzema controló y cruzó la pelota a la escuadra. Un supergol previo a otro supergol. Kroos hizo una exhibición de centrocampismo. Presionó, robó y dirigió un gran pase a Hazard, que resolvió con oficio. En contra de la costumbre, un Madrid mandón completaba la obra a buena hora.

Era imposible

Al Alavés sólo le quedaba ya una épica imposible. Así que Abelardo echó el resto (Manu García, Borja Sainz, Lucas Pérez…) y ordenó una presión a todo o nada, más suicida que atrevida, y por momentos al borde del reglamento.

Pero aquel arrebato le llevó a un gol de catálogo: a balón parado (así ha macado el 50% de los tantos el Alavés) y en cabezazo de Joselu. Y así, a la desesperada, sacó al Madrid de su zona de confort. Contribuyó al cambio de viento que el grupo de Bettoni había dado carpetazo al pleito antes de tiempo.

Cuando el asunto se enredó, Zidane retiró a Hazard desde su control remoto, aunque el belga estaba firmando su mejor partido en meses. Y Benzema le puso fin al suspense sin ayuda de nadie: recibió en la izquierda con un control estupendo, fue buscando la rendija y la encontró. Alta joyería, como acostumbra. Y ahí encontró Zidane, vía móvil, ocasión para darle actividad a algunos de los de nunca: Isco y Odriozola. Ese ha sido también parte del problema. Su rehabilitación pasaba por minutos en partidos muertos y el Madrid ha matado muchos demasiado tarde.

Foto: AFP

Luka Jovic vuelve al Eintracht Frankfurt

AS.- Ya es oficial: Luka Jovic vuelve al Eintracht de Frankfurt. El propio equipo alemán lo ha confirmado a través de las redes sociales. Poco después, el Real Madrid emitía un comunicado oficial. Se trata de una cesión para los próximos seis meses, por lo que, si todo marcha según lo previsto, volvería en verano para la pretemporada. El pasado miércoles se cerraron los últimos detalles, pasó el reconocimiento médico y se firmó el acuerdo.

Fredi Bobic, director deportivo del Eintracht, explicó el fichaje a través de un comunicado oficial publicado por el club: “Luka no lo tuvo nada fácil en Madrid últimamente. Para él, es importante volver a entrar en la buena dinámica. Volver al Eintracht fue su gran deseo. Puede aprovechar los próximos meses en un entorno familiar para recuperar su nivel. En el Real Madrid saben que le cuidaremos para que siga evolucionando. Y nosotros somos conscientes de que ganamos una excelente opción más en ataque“. Recibirá el dorsal 9 y no tendrá que ingresar en cuarentena al haber pasado la COVID ya.

A sus 23 años, la progresión de Jovic se había estancado. Desde su llegada al Real Madrid en junio de 2019 no se ha podido ver su mejor versión, la que sorprendió a toda Europa cuando jugaba en Alemania. Se desembolsaron 60 millones en su fichaje y, aunque todavía se confía en que pueda triunfar de blanco, el club cree que le vendrá bien desfogarse y recuperar sensaciones en un sitio que conoce y donde estará cómodo. Esta temporada solo ha jugado 208 minutos en los que no ha marcado.

Su primer paso por el Santiado Bernabéu ha estado marcado por las lesiones y la polémica. Jovic se ha perdido 17 partidos por problemas físicos. Además, algunos hechos extradeportivos como haber viajado a Serbia durante el confinamiento o haber sido cazado en una barbacoa saltándose las normas anti-coronavirus le han perjudicado tanto ante la afición como en su propia confianza.

Otro aspecto clave es que en los próximos meses sea capaz de subir su valor de mercado, que se ha desplomado. Cuando llegó a Madrid, costaba 60 millones de euros según la web especializada Transfermarkt. Sin embargo, su poco protagonismo y bajo rendimiento han provocado que, en apenas una temporada y media, su valor sea de 20 millones.

Se trata de un problema para Zinedine Zidane, que afrontará lo que queda de curso con sólo dos delanteros: Benzema y Mariano. Jovic se quedó ante la imposibilidad de encontrarle una cesión en el pasado mercado, algo que si ha ocurrido en este. Mientras tanto, el Madrid tiene cedido a Borja Mayoral en el Roma. El de Parla era la opción preferida del entrenador como suplente de Karim, pero se vio obligado a salir ante el ovebooking de delanteros.

Foto: Eintracht Frankfurt

El Barcelona inició el año con triunfo sobre el Huesca

Prensa FC Barcelona.- Primer partido de 2021 y primera victoria. El FC Barcelona ha ganado en El Alcoraz, contra el Huesca, y suma tres puntos muy importantes para empezar el nuevo año con buen pie. Un solitario gol de Frenkie de Jong, en el primer tiempo, ha sido decisivo para sumar la octava victoria en esta Liga.

El Barça ha sido superior en Huesca. Su dominio se ha hecho patente desde el inicio. Con el control absoluto del juego ofensivo, y grandes minutos de Jordi Alba, Dembélé, Messi o Pedri, los de Ronald Koeman han traducido su comodidad sobre el terreno de juego, especialmente en el primer tiempo, en ocasiones. Los azulgrana han puesto en problemas al Huesca, voluntarioso pero superado, y han asediado la portería aragonesa.
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Sin embargo, el gol no ha llegado hasta la media hora de juego, cuando un centro de Messi ha sido rematado por De Jong, de primeras y desde el interior del área, para hacer el primero (0-1, min 27). Tanto que sería el único del enfrentamiento, a pesar de que Messi, antes del descanso, ha estado a punto de hacer el segundo en un remate de falta que ha detenido Álvaro Fernández (min 41).


También se ha rozado el gol en la reanudación, a pesar de reducir un poco la velocidad del juego. En parte porque el Huesca ha ganado intensidad, a pesar de no terminar de poner en problemas a Ter Stegen.Pero el resultado no se ha movido más, ni por un lado ni por otro, y la victoria se marcha hacia Barcelona. Tres puntos importantes para empezar un enero sin tregua, con tres competiciones en juego. La primera victoria ya está en el saco.

Foto: Prensa Barcelona

El Barcelona goleó al Valladolid en la noche histórica de Messi

Roger Boguñá (Prensa Barcelona).- Al Barcelona le ha tocado el premio gordo el día de la lotería navideña. La victoria por 0-3 lograda por los de Koeman en Valladolid ha tenido, sin embargo, poco que ver con la suerte. Los goles de Lenglet, Braithwaite y Messi, han respondido más bien a un gran partido de los culés, innovadores en el planteamiento y superiores de principio a fin en Pucela.

Afirmaba Koeman en la rueda de prensa previa al partido que la única opción era ganar. Y el equipo ha salido con esta actitud. Con tres centrales de inicio (Araujo, Mingueza y Lenglet) y dos carrileros pegados a las bandas (Dest y Alba), el Barça se ha plantado con un 3-5-2 innovador en el Nuevo José Zorrilla.

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La apuesta del técnico holandés ha resultado un éxito y rápidamente ha dado sus frutos. Tras unos minutos con mucho ritmo, Lenglet ha abierto la lata tras un sublime centro de Messi. El francés le ha dedicado su gol a Moussa Wagué, lesionado de gravedad hace pocos días.

Minutos más tarde, Braithwaite firmaba el segundo tras una genial combinación entre Messi, Dest y el delantero danés, que remató a bocajarro el pase de la muerte del lateral estadounidense.


Messi superó a Pelé

Superado el Valladolid en todos los sentidos, Sergio ha intentado revolucionar su equipo con hasta cuatro cambios antes del minuto 60. No ha servido de nada porque el Barça estaba inconmensurable. En la zona de tres cuartos Pedri y Messi hacían daño de verdad. El argentino, que se ha topado repetidamente con Masip, finalmente ha encontrado el camino del gol tras una asistencia genial del joven futbolista canario. Messi superaba así el récord de goles de Pelé con un mismo Club.

Con el partido visto para sentencia, el Valladolid ha disfrutado de algunas buenas ocasiones. En la portería azulgrana, sin embargo, había un muro: Marc-André ter Stegen. También pudo caer el cuarto para el Barça, pero tanto Coutinho como Messi han estrellado sus remates al palo. No ha importado demasiado: los azulgrana vuelven a Barcelona con tres puntos vitales tras cuatro tropiezos consecutivos a domicilio. Este es el camino.

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Barcelona triunfó ante la Real Sociedad y recortó distancia

ESPN.- El Barcelona se dio una inyección de optimismo con una ajustada victoria frente a la Real Sociedad. Conquistó su primera remontada de la temporada (no había ganado ninguno de los siete partidos anteriores que comenzó perdiendo) y venció, 2-1, a un atrevido y solvente rival que acabó el partido acosándole en busca del empate, mostrando hasta tres caras del Barça: la optimista y desinhibida, la preocupante por su falta de contundencia en el remate y, por fin, la agobiante del final, cuando acabó pidiendo la hora ante el ataque de la Real.

Intenso como reclama día sí día también Ronald Koeman, rápido en la combinación, ágil en las transiciones y solvente con el balón, el Barça no se pareció en nada al equipo plano que acabó pidiendo la hora el último domingo frente al Levante… Aunque tampoco disfrutó de una noche cómoda, exigido por el atrevimiento de una Real Sociedad que pagó demasiado caro su nulo remate. 45 minutos de ilusión, otros 20 de calma y casi media hora final de sufrimiento. No hay manera de que el conjunto culé redondee una jornada feliz.


Y eso que el equipo vasco, después de 25 minutos en que el Barcelona le dominó con claridad, se avanzó en el marcador en su primera ocasión ante Ter Stegen. Un despiste de Pedri en la internada de Portu y la lentitud de reacción de toda la defensa le regaló el espacio oportuno a Willian José, que buscó un balón a boca de gol al que nadie más atendió para poner un preocupante, atendiendo a los precendentes, 0-1.

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Esta vez el Barça, sin embargo, no se rindió a su desgracia y multiplicó las ganas. Siguió arriba y apenas necesito cinco minutos para igualar, en pleno ataque desbocado, por medio de una rosca magnífica de Jordi Alba.

No contento con el empate continuó el equipo azulgrana presionando, combinando, avanzando con un papel tan destacado de Pedri como de De Jong, más avanzado y participativo de lo habitual, y con la compañía de Messi y Griezmann, incansable en el apoyo por más desafortunado que estuviera en el remate.

Y gracias a ese empeño llegó el 2-1, la remontada, en una internada de Alba que remachó De Jong, llegando desde atrás y viendo validado su gol por medio del VAR tras la inicial anulación por un fuera de juego que no existió.

De la calma y la solvencia al sufrimiento se pasó en una segunda mitad que comenzó con un Barça entregado y dominador y acabó, como ante el Levante, sufriendo por mantener su ventaja en el marcador.


El Barça pudo marcar el 3-1 en varias ocasiones, dos de ellas de Griezmann y una, especialmente, para frotarse los ojos con su error a boca de gol cuando se lanzó al suelo para acabar rematando de lado y regalando el balón al portero.

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Poco a poco fue perdiendo consistencia el equipo azulgrana y permitiendo el crecimiento de una Real Sociedad que acabó por hacerse con el control, el dominio y el protagonismo del juego, buscando el empate con un ataque desmedido, encerrando a los locales en su área y motivando que Ter Stegen, minuto 83, salvase milagrosamente con el pie un remate a bocajarro de Isak.

No hubo tranquilidad hasta el último suspiro pero se sumaron los tres puntos, innegociables, para acumular dos victorias consecutivas y seguir pensando que la Liga no es una misión imposible. Aunque si quiere confirmar esas sensaciones, deberá mejorar, y mucho, esos finales de partido en los que no sabe defender con la pelota y se obliga a hacerlo de cualquier manera.

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Messi salvó al Barcelona de empatar contra el Levante

 EFE.- Un gol de Leo Messi dio el triunfo al Barcelona ante el Levante (1-0) en el Camp Nou en la jornada 13 de Liga.

El jugador argentino aprovechó un pase de Frenkie de Jong después de una pérdida en la salida del balón del conjunto visitante para hacer el gol de la victoria en el minuto 76 con un disparo cruzado con la pierna izquierda.

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Cinco minutos antes el jugador argentino ya estuvo a punto de batir a Aitor Fernández con un disparo a bocajarro. En el primer tiempo, las ocasiones más claras de los azulgranas fueron para Antoine Griezmann y Frenkie de Jong.

Pero el equipo que tuvo la primera del partido fue el Levante. En el minuto 12 Jorge de Frutos dispuso de un mano a mano con Ter Stegen que el portero alemán ganó.

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