SDC: La Guaira doblegó a Licey y comenzó con éxito su camino en Miami

Nelson Medina Arnías / Juan Aguilarte Rosales (Prensa LVBP).- En los planes del mánager Oswaldo Guillén no estaba darle la pelota a Miguel Moreno para el primer encuentro de la Serie del Caribe. Alguna intuición le hizo cambiar de opinión y el cubano no defraudó, dominó durante 5.1 innings a la poderosa artillería de los Tigres del Licey (República Dominicana) y guió a los Tiburones de La Guaira a un triunfo 3-1, para iniciar con el pie derecho el certamen caribeño.

El cubano, victorioso en la jornada inaugural, volvió al montículo un mes después –su última salida había sido el 3 de enero ante Cardenales en el inicio del Round Robin-, tras superar molestias en el brazo de lanzar y lo hizo de la mejor manera, necesitando únicamente 60 lanzamientos para maniatar a los quisqueyanos y minimizarlos a sólo tres imparables y una carrera limpia.

“Miguel (Moreno) no estaba pautado para abrir hoy, le dimos la pelota y nos regaló un excelente juego”, comentó Guillen. “Teníamos un plan de trabajo con él (Moreno), ya que tenía un mes que no lanzaba, además que el bullpen es una de nuestras fortalezas”, continuó.

Los Tiburones abrieron la pizarra en el tercer acto. Ramón Flores y Leonardo Reginatto ligaron sencillos, Ehire Adrianza se sacrificó con un toque de pelota y le dejó la escena servida a Alexi Amarista, que sonó imparable al jardín derecho para estrenar el marcador.

Un viejo conocido en la LVBP, Raúl Valdez fue el encargado de subir al montículo por República Dominicana. El zurdo trabajó 4.1 entradas de una carrera para cargar con la derrota.

Flores, quien comienza a rendir frutos en su condición de refuerzo, con imparable al bosque central colocaría el juego 2-0, en el sexto inning.

“Este es un equipo balanceado que sabe hacer las pequeñas cosas, trabajamos y armamos el mejor lineup posible para buscar el objetivo (de ganar)”, agregó Guillén.

Tras el trabajo de Moreno, Ozzie echó mano de su bullpen, le dio la pelota a Thiago Da Silva, quien, tras titubear, aceptando indiscutibles de Emilio Bonifacio y Gustavo Núñez, dominó a Robinson Canó con elevado al centro, pero no evitaría la primera y única carrera del Licey en el encuentro. Jorgan Cavanerio tomó la pelota y sacó el último out de esa entrada, con rodado de Ramón Hernández por la tercera base, al guante de Hernán Pérez.

El cubano Yasiel Puig, tras el primer lanzamiento de J. C. Mejía, en el turno, devolvió la pelota a 107.6 millas por hora por todo el jardín izquierdo para sumar una más a la causa de la novena venezolana. La esférica recorrió 406 pies de distancia.

“Este muchacho (Puig) tiene un potencial enorme, estoy seguro que al menos superior al 70% de los jugadores de la Liga Americana, que es la que más veo ¿No me creen? Que alguien le dé la oportunidad para que vea que no miento”, soltó Guillén alabando el buen momento del antillano.

Venezuela descansará en la jornada del viernes y se medirá el sábado a Curazao a las 10:30 am.

La ofensiva liceísta no tuvo muchas oportunidades y ligó de 3-1 con corredores en posición de anotar.

“Siempre buscamos la mezcla de bateo, defensa y pitcheo. Esta vez no conseguimos el batazo oportuno”, destacó Gilbert Gómez, estratega dominicano. “Haremos ajustes para el próximo juego (vs Nicaragua, el viernes). Vamos a buscar la mayor cantidad de información de nuestro rival para encontrar la forma de ganar el partido”.

Guillén resto importancia al incidente

Oswaldo Guillén aprovechó la rueda de prensa para restarle importancia a un incidente que vivió junto a su esposa Ibis, cuando trataba de ingresar a las instalaciones del lonDepot park, hogar de los Marlins de Miami en las Grandes Ligas y sede del clásico caribeño.

“Esto es una Serie del Caribe. Es un evento de pelota latina. Hubo una confusión grande. Aún no teníamos credencial. Nos han negado visas, hemos esperado mucho rato por las credenciales. La gente de los Tiburones, ha estado lidiando también con el tema de las entradas”, contó el timonel venezolano.

Previo al debut del campeón venezolano ante los Tigres del Licey, Guillén esperó más de lo normal para acceder a su destino final: El clubhouse del equipo visitante.

“El tema es que aún no tenía una credencial. Pero venía dispuesto a hacer las cosas de la mejor manera y siempre me toca en donde no es», adelantó. “El señor (de seguridad) me dijo que era de Major League Baseball. No sé quién es. Tengo muchos años en el beisbol. Generalmente así pasa en las Series del Caribe, podría pasar en cualquier país en donde se juegue”.

El estratega no le gustó el trato recibido por la seguridad, ya que se encontraba en compañía de su esposa. “Más que todo fue la falta de respeto hacia una dama”, sentenció.

Guillen regresó al parque en la cual dirigió en el 2012. En aquella ocasión fue cesanteado al finalizar la temporada, aunque aún le restaban 2 años de contrato. El detonante fueron unos comentarios relacionados con el desaparecido Fidel Castro, que incomodaron a la enorme comunidad cubana en Miami.

“Agradezco a todas esas personas que me ayudaron (a entrar). Qué mejor credencial que un bolso para jugar beisbol. Realmente, he tenido mala suerte en esta ciudad, increíble”, se despidió.

Foto: Francis Diamond (El Extrabase)

Oswaldo Guillén disfruta ver a su hijo como manager en la Serie del Caribe

David Venn (LasMayores.com).- En nueve temporadas como manager de Grandes Ligas, Oswaldo Guillén ganó 747 partidos y, por supuesto, conquistó al Serie Mundial del 2005 con los Medias Blancas.

Desde sus tiempos en cuevas de las Mayores, el venezolano ha dirigido en su país con Tiburones de la Guaira, además de otras tantas funciones en el béisbol profesional. Sin embargo, afirma el también ex torpedero de Grandes Ligas que la primera vez que le salieron las lágrimas en un ambiente de juego fue el momento de ver a su hijo Ozney coronarse campeón el mes pasado como capataz de los Vaqueros de Montería en la liga de Colombia.

“Para mí, eso es más importante que la Serie Mundial”, dijo Ozzie, quien se encuentra con sus familiares en el Estadio Bithorn esta semana para presenciar la 62 Serie del Caribe, en la que Ozney dirige a los Vaqueros. “Yo nunca había llorado en un terreno de juego, para nada”.

Reveló el mayor de los Guillén que estuvo presente para los últimos partidos de los Vaqueros en la serie final en Colombia, donde el equipo de su hijo derrotó a los Gigantes de Barranquilla para titularse.

“Para mí, eso fue mundial”, comentó Ozzie, quien también afirmó que pocas veces le ha dado consejos técnicos a su hijo en torno a estrategia de juego. “Fue muy emocionante, porque sabía que el equipo de Montería venía peleando, nadando contra la corriente. En nuestras ligas hay que hacer tantos ajustes tan rápido. Para mí, lo de Ozney fue maravilloso, especialmente para mi familia. Siempre tú quieres que las cosas a tus hijos les salgan bien”.

Ozney viene de dirigir a nivel de Clase-A con la organización de los Astros en el 2019. Y en San Juan esta semana, se ha convertido en el manager más joven en dirigir en la Serie del Caribe, además de hacer historia al ser el primer piloto de un equipo colombiano en un Clásico Caribeño. Se ve claro su compromiso con el progreso del béisbol colombiano, que dio de qué hablar en el Clásico Mundial del 2017 al darles mucha lucha a las fuertes selecciones de la República Dominicana y los Estados Unidos.

El papá de Ozney comparte esa misión.

“Yo creo que Colombia está ahorita en un momento dando pasos fuertes y firmes”, dijo Ozzie. “Eso es muy importante para nuestro beisbol. Yo creo que el Clásico abrió las puertas. Vimos a Colombia compitiendo con estos monstruos dominicanos, (estadounidenses). Fue un abreboca para las cosas buenas que pueden pasar en ese país”.

Foto: Las Mayores.

Oswaldo Guillén tomó el control de Tiburones

Prensa LVBP.- Los interinatos de pretemporada de los Tiburones de La Guaira se acabaron cuando Oswaldo Guillén piso las intimidades del clubhouse del equipo, en el Estadio Universitario. El manager tomó el control del cardumen que, por poco más de una semana y media, fue dirigido por Luis “Machete” Rodríguez (coach de banca) y Carlos García (instructor de bateo).

La transferencia del mando a manos legítimas ocurrió tan temprano como a las 8:00 de la mañana, y eso que los escualos suelen saltar al terreno a practicar después del mediodía.

“Llegué dándole las gracias a los peloteros y coaches por hacer el trabajo. Puse a sufrir a los coaches, aunque siempre hablaba con ellos por teléfono. Le doy gracias a los peloteros porque se han comportado bien”, dijo el piloto guarista en su primer entrenamiento para la próxima campaña. “Voy a tratar de disfrutar al máximo. Conmigo los peloteros no tienen problemas; siempre hay uno que me odia, entonces lo odiaré. Y si me adoran el cariño es igual”.

Será la tercera temporada de Guillén al frente de los Tiburones. En la zafra 2016-2017 fue eliminado en las semifinales, pero en la 2017-2018 no pudo clasificar a la postemporada y el equipo quedó de último en la ronda regular.

“Yo me gozo estar aquí, y si no fuera así no viniera. Esperamos que estos tres o cuatro meses sean un vacilón. El año pasado hubo muchas caras largas”, expresó el también analista de la cadena deportiva ESPN. “Hicimos unos cambios radicales dentro y fuera del terreno. Ojalá todo funcione como uno quiere, aunque sé que las cosas no pueden ser perfectas, al menos que hayan más cosas positivas que negativas”.

Uno de los cambios a los que Guillén hace referencia es la llegada de Luis Blasini como gerente general, luego de que el año pasado las responsabilidades de la oficina deportiva recayeron sobre Cristóbal Colón.

“Blasini es un hombre preparado, y no puedo quejarme de los otros dos gerentes que tuve, Velandia y Colón”, comentó Guillén. “Pero Blasini es un tipo que conoce a los peloteros mejor que yo mismo y eso es algo positivo, porque le muestra a los peloteros que esto no es una guachafita”.

El estilo de Guillén es tan agresivo en el terreno como fuera de él. Es su manera de trabajar, la misma que tuvo en sus años como manager de las Grandes Ligas y que lo llevó a ganar la Serie Mundial de 2005. Por eso no es extraño que de una vez le envíe un mensaje a los peloteros.

“Así como la organización tiene sus reglas, yo tengo las mías. El que no corra se va, el que no juegue duro se va, no me importa quien sea, incluso puede ser Ozney (Guillén, su hijo)”, afirmó. “No me importa si un pelotero es grandeliga o es de México, quiero que tengan conciencia de que aquí se viene a ganar juegos. Tenemos que tratar de ser los Tiburones que queremos ser”.

Guillén llegó a tiempo para ver el segundo juego de preparación de La Guaira contra la selección de Venezuela Sub 23. El sábado y el domingo, el equipo tendrá encuentros de exhibición contra los Leones del Caracas en el Universitario.

Foto cortesía: AVS

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