Qatar 2022: Uruguay reacciona tarde y queda fuera del Mundial

Uruguay se queda en el trayecto / Foto: FIFA

Iñaki Dufour, Al Wakrah (EFE).- Al límite, al borde del fracaso, la selección de Uruguay resurgió demasiado tarde, eliminada por un gol a última hora de Corea del Sur para culminar su fracaso en el Mundial de Qatar 2022, víctima de su propia falta de ambición en las dos primeras jornadas, irremediable con su triunfo de este viernes ante Ghana, sin entender que necesitaba más de dos tantos para avanzar a los octavos, sin intuir que el penalti que obvió el árbitro sobre Darwin Núñez sería después definitivo.

En el minuto 91, en el partido entre el conjunto asiático y Portugal, en el 86 en el duelo entre Uruguay y Ghana, cambió todo para el conjunto celeste, entre los gestos de desesperación de Diego Alonso a sus futbolistas, las lágrimas de Darwin Núñez, la desolación de Luis Suárez… La imagen de una victoria que fue realmente una derrota; la previsible resolución del despropósito que ya anunció Uruguay en las dos primeras citas.



No le bastó el triunfo. Ni reencontrarse consigo mismo, con su carácter, con su ambición, superviviente a una pena máxima que cometió y paró Sergio Rochet e incontestable después, con dos zarpazos definitivos de Giorgian de Arrascaeta a los que ya no hubo oposición posible de Ghana. Incontestable en su partido. No en el grupo. A la misma hora, Corea del Sur lo eliminó frente a Portugal. También al conjunto africano.

De nuevo, en los once metros, en una pena máxima, como en 2010, en los cuartos de final de Sudáfrica, estrelló sus expectativas el conjunto africano, sobrepasado desde entonces por la parada del guardameta, por la presión, por las circunstancias y por un equipo que jamás desiste, como ya anunció Luis Suárez en la víspera, y que tiene futbolistas capaces de proponerse lo que quieran cuando están sobre el terreno de juego, como De Arrascaeta.

Datos del partido: Uruguay vs Ghana

El mejor ’10’ del campeonato brasileño, infrautilizado hasta este viernes por Diego Alonso en Qatar 2022, impuso sus goles y su pegada con la naturalidad de un conjunto que, por propio demérito, había surcado las dos primeras jornadas como un colectivo menor, cuando no lo es, como demostró en cuanto se desprendió de la opresión táctica y del miedo, cuando se decidió a jugar mucho más de lo que lo había hecho en tres horas de juego.

Sin margen para la prudencia, sin espacio para el temor, liberado de los complejos, Uruguay transformó su actitud ofensiva. Una instantánea, del primer minuto, ilustró la diferencia, con todo el equipo celeste en el otro campo a la presión sobre la salida de balón de su adversario, con centrocampistas y delanteros más allá del último tercio, con la defensa en la línea de medio campo, con la expresividad de esa foto para demostrar la nítida diferencia.



Nada que ver con lo que fue -ni quiso aparentar ante Portugal- en las dos primeras jornadas del Mundial 2022, el motivo por el que su supervivencia pendía de un hilo. Por una simple cuestión de ambición, tan esencial en sí misma a la selección uruguaya. Y de creer en sí misma, más allá de las palabras de las conferencias de prensa. Un hecho irrebatible. Y una esperanza a la que se agarró Uruguay para pensar de verdad en que tenía una oportunidad.

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No fue ninguna garantía. Ni en un Mundial ni en cualquier partido. Pero fue un paso adelante que se merecía a sí misma Uruguay, sometida, de pronto, a su enésima prueba de vida, rebasado el primer cuarto de hora. Está en el debe y en el haber del portero Sergio Rochet. Suyo fue el fallo, primero, al no atajar un balón que debía haber terminado en sus manos desde cualquier perspectiva posible en este nivel, y suyo fue el penalti que determinó el árbitro en la revisión televisiva. Suya, también, fue la parada con la que revivió su equipo.

No ha olvidado Ghana, jamás quizá lo hará, el penalti que falló Asamoah Gyan en los cuartos de final de 2010 contra Uruguay en el último instante de la prórroga, aquella pena máxima que aún desvela, entristece y enrabieta al país. La tensión latente sobre el terreno es una evidencia. También los abucheos a Luis Suárez, por aquella mano para la eternidad. En parte, este viernes rememoró ese momento, divisó el abismo y cayó sin remedio a él.

La secuencia de acontecimientos lo apabulló. Del penalti, fallado en el minuto 20 por Andre Ayew, a la descomposición hubo minutos. Un renacimiento para el primer campeón del mundo, que percibió la catástrofe en sí mismo, pero después en su adversario. Y reaccionó con una determinación incontenible, pero también con el fútbol y con el desborde que le había faltado, conectados en los dos goles con los que De Arrascaeta fulminó a Ghana.

El 0-1, en el minuto 26, fue un contragolpe promovido por Valverde, continuado por Darwin Núñez, permitido por la combinación de errores en el despeje de dos defensas dentro del área, controlado y rematado por Luis Suárez, no del todo parado por Zigi y remachado en última instancia, a centímetros de la línea, con la cabeza, realmente con el alma, por el ’10’ celeste, que liberó expresivamente toda la rabia contenida en los jugadores y en el técnico.



El 0-2, unos momentos por encima de la media hora, fue otra combinación coral, que definió de nuevo De Arrascaeta con una bonita volea con la derecha. También surgió todo de Valverde, que conectó entre líneas con Pellistri, éste a su vez con Darwin Núñez al borde del área, que a su vez, a su lado, enlazó con Luis Suárez, que más a izquierda, encontró al rematador. Un golazo. No fue suficiente.

Porque, siempre estuvo en el filo en el otro duelo que también le afectaba. Necesitaba un gol más Uruguay para no mirar de reojo al otro duelo. Un tanto de la selección asiática, en el 1-1 que lucía en el otro partido del grupo contra Portugal, la mantenía en vilo, mientras el árbitro obvió un penalti que pareció muy claro a Darwin Núñez, con revisión incluida en el monitor, Pellistri perdonó el 3-0, Valverde lanzó una potente volea… Y Corea la eliminó.

Ficha técnica:

0 – Ghana: Zigi; Alidu, Amartey, Salisu, Rahman; Thomas, Abdul Samed (Kyereh, m. 72); Kudus, Andre Ayew (Bukari, m. 46), Jordan Ayew (Sulemana, m. 46); e Iñaki Williams (Semenyo, m. 72).

2 – Uruguay: Rochet; Varela, Giménez, Coates, Olivera; Pellistri (De la Cruz, m. 65), Bentancur (Vecino, m. 35), Valverde, De Arrascaeta; Darwin Núñez y Luis Suárez (Cavani, m. 65).

Goles: 0-1, m. 26: De Arrascaeta. 0-2, m. 32: De Arrascaeta.

Árbitro: Daniel Siebert (Alemania). Amonestó a los uruguayos Darwin Núñez (m. 20) y Luis Suárez (m. 60).

Incidencias: partido correspondiente a la tercera y última jornada del grupo H del Mundial Qatar 2022, disputado en el estadio Al Janoub ante 43.443 espectadores.

Foto: FIFA

Qatar 2022: Túnez se despide con triunfo sobre Francia

Túnez se despide con un triunfo / Foto: FIFA

Luis Miguel Pascual, Al Rayyan (EFE).- Una Francia plagada de suplentes firmó en el último duelo de la fase de grupos del Mundial de Qatar una triste actuación ante Túnez, que acabó logrando la primera victoria de su historia contra la antigua metrópoli, pero no fue suficiente para avanzar a octavos de final por primera vez.

Aunque en el 98 Antoine Griezmann logró un gol que durante varios minutos subió al marcador, el árbitro retrasó el final del partido para verificarlo en el VAR y acabar anulándolo, lo que condenaba a Francia a firmar su primera derrota en un Mundial desde Brasil 2014.



La selección norteafricana se contentó del triunfo, más celebrado en las gradas que en el césped, porque la victoria de Australia contra Dinamarca en el otro duelo del grupo les priva del sueño que albergaban, pendiente de un milagro que solo se produjo a medias.

La campeona del mundo dio descanso a la mayoría de los jugadores que habían amarrado la clasificación y casi el primer puesto y el experimento se saldó con una derrota que rompe una racha de seis en los Mundiales y que dejará heridas en el grupo.

Datos del partido: Túnez vs Francia

Si Didier Deschamps quería presumir banquillo, se dio cuenta de que deberá afrontar el Mundial con menos margen de maniobra del que pensaba, lo que le aboca a buscar la renovación del título con la columna vertebral que venció a Australia y Dinamarca.

La unidad B no tuvo ni juego, ni carácter, en un estadio plagado de tunecinos que silbaron la Marsellesa y abuchearon a Mbappé, sin que tanta afrenta espoleara su orgullo.

Solo mejoró cuando tras el tanto tunecino Deschamps dio entrada a sus estrellas, pero ya sin tiempo para evitar la primera derrota de Francia en un Mundial desde los cuartos de final de 2014 contra Alemania.

Francia salió con nueve cambios con respecto al último duelo, cinco debutantes en un Mundial, solo dos supervivientes del triunfo de 2018 en el terreno de juego, mientras en el banquillo asistían sus estrellas plácidas al duelo, empezando por Kylian Mbappé, que charlaba sonriente con Marcus Thuram.

El joven delantero, que se las prometía felices en ese juego de cambios, se sintió algo indispuesto y dejó su puesto a Randal Kolo Muani, un jugador que hace apenas dos semanas estaba en Japón, resignado a ver el Mundial por la tele, cuando fue llamado por Deschamps para sustituir a Christophe Nkunku.



La selección de los peluqueros, como se conoce en Francia a la unidad B, careció de todas las virtudes mostradas por los titulares en los dos primeros partidos del Mundial. Sin la solidez ni el control del juego de los pilares, los postulantes se vieron arrollados por una Túnez decidida a, por fin, derrotar a su antigua metrópoli, algo que no había conseguido en los cuatro duelos anteriores.

Parecía posible ante el desconcierto de los suplentes franceses y el ímpetu de los tunecinos, pero a duras penas aguantaron el envite los galos, que se salvaron por poco, el milímetro que marcó el fuera de juego que permitió anular a los 8 minutos un gol a Ghandri.

A punto de cumplir los 38, Mandanda, que se convirtió en el futbolista más veterano en jugar con Francia y que ocupaba el puesto de Hugo Lloris, que tendrá que esperar para ser el francés con más partidos internacionales, sentía en sus oídos el ruido de las balas.

Pero Túnez se fue apagando, bajó la presión y el partido entraba en una zona de equilibrio, sin que los ‘peluqueros’ dieran nunca sensación de poder ganar el duelo.

Mención especial para un Tchouaméni que se ha convertido en el único francés titular en los tres partidos y que emerge como el sustituto natural del lesionado Ngolo Kanté, el cimiento sobre el que se asentó la victoria en 2018.

Pocas dudas hay de que Deschamps volverá a su plan inicial para lo que resta de competición, porque ya no hay más partidos sin red.

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La nota del examen fue baja. La campeona no fue la estampa de su sombra y aunque pararon el aluvión tunecino, a la hora de juego demostraron una endeblez defensiva impropia de su reputación, lo que permitió al veterano Kharzi abrir el marcador ante el despiste de Fofana y la lentitud de Varane.

El tanto, que otorgaba a Túnez opciones de lograr su primera clasificación para octavos de final, a condición de que acompañara el resultado del Australia-Dinamarca, escoció a Deschamps, que se decidió a colocar a su estrella Mbappé, que ingresó acompañado de Rabiot y Saliba, rectificación completada minutos más tarde con el ingreso de Antoine Griezmann y algo más tarde de Ousmane Dembelé.

Sin ser Francia, Francia se pareció más a Francia y buscó el empate ante una Túnez que soñaba con el milagro, que no solo dependía de ellos.

Embotellaron a los africanos, buscaron grietas en su entusiasmo y rozaron varias veces el empate, a tiros de Dembelé, de Kolo Muani y el propio Mbappé, que mantiene detenido en tres su contador de goles.



Túnez se defendió como pudo, probó el acecho de Francia durante casi media hora y debió sentirse afortunado de no haber sufrido ese acoso durante todo el partido.

El gol de Griezmann evitaba el bochorno y ya parecía todo cerrado, pero el árbitro lo reabrió unos instantes, el tiempo de verificar en la pantalla que el jugador del Atlético de Madrid estaba en fuera de juego.

La alegría de su afición tunecina fue efímera porque su selección tendrá también que hacer las maletas mientras Francia seguirá su aventura catarí con la lección aprendida.

Ficha técnica:

1- Túnez: Dhamen; Kechrida, Talbi, Meriah, Ghandri, Maaloul; Slimane (Abde, m.83), Skhiri, Laidouni, Ben Romdhane (Chaaleli, m.76); Kharzi (Jebali, m.60)

0- Francia: Mandanda; Disasi, Varane (Saliba, m.64), Konaté, Camavinga; Tchouameni, Fofana (Griezmann, m.74), Veretout (Rabiot, m.63); Guendouzi (Dembelé, m.79), Kolo Muani, Coman (Mbappé, m.63)

Goles: 1-0, m.58: Kharzi

Árbitro: Matthew Conger (NZL), amonestó al tunecino Kechrida (28)

Incidencias: Tercer encuentro del grupo D de la fase previa del Mundial de Qatar disputado en el Estadio de la Educación de Al Rayyan ante unos 43.627 espectadores.

Foto: FIFA

Qatar 2022: Ghana venció a Corea del Sur y se acerca a los octavos

EFE.- Mohammed Kudus, mediocampista de Ajax, aplacó la rebelión de Corea del Sur rubricada por un doblete de Cho Gue-Sung con el que neutralizó en un suspiro el 0-2 con el que Ghana llegó al descanso, y firmó el tanto del triunfo (2-3) que permite al conjunto africano apuntarse a la lucha por alcanzar los octavos de final del Mundial de Qatar.

Fue un partido emocionante, vibrante, bello, por momentos loco. Estuvo marcado de entrada por la eficacia en ataque del equipo de Otto Addo, que se puso en ventaja en sus dos primeros y únicos remates al arco en el periodo inicial, y tras el intermedio por la reacción de los surcoreanos, con un doblete en tres minutos del atacante del Jeonbuk Hyundai. Pero Kudus frenó la remontada al remachar un centro desde la izquierda y tras un remate fallido de Iñaki Williams.

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El triunfo da alas a las ‘estrellas negras’, que supieron sufrir a partir de ese momento el acoso insistente del enmascarado Son Heung-Min y sus compañeros, inasequibles al desaliento, luchadores sin descanso, como su apodo indica, Guerreros de Taeguk.


El conjunto de Otto Addo, que planteó numerosos problemas a Portugal en su primer partido, demostró que no va de farol. El fútbol africano ha resucitado tras una primera jornada más que gris y lanza un aviso a Uruguay, con la que se jugará el pase el viernes.

Su pegada en la primera mitad fue absoluta. Dos goles en dos remates. Había sido inferior. Corea del Sur, que tan buenas vibraciones había dejado en el empate ante la Celeste, con Son Heung-Min como amenaza constante, había tenido una mejor puesta en escena.

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Su presión para el robo del balón y su dinamismo le metió en el área del cuadro africano. Sacó un córner tras otro Corea del Sur, pero no llegó ni siquiera a generar ocasión clara alguna. Ghana amainó el fogoso inicio surcoreano, comenzó a respirar y dio dos zarpazos certeros con los que parecía sentenciar antes del intermedio el partido.

Pese a que Iñaki Williams volvió a ser un islote en punta, sin apenas tener opciones de nada, una acción a pelota parada acabó con un barullo en el área que remachó Mohammed Salisu. Diez minutos después, en el 34, un centro de Jordan Ayew lo remató de cabeza con gran precisión Mohammed Kudus.

Fortaleza africana

Enorme premio para Ghana y duro castigo para el conjunto del portugués Paulo Bento, hasta entonces mejor y desde ahí a contracorriente para evitar que se prolongara el maleficio que le atrapa en los segundos partidos de las fases finales mundialistas. Nunca lo ha ganado, y ya van once ediciones.

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Aún así, quiso rebelarse a sus penurias y, nada más saltar al campo el mallorquinsta Lee Kang-In, dos cabezazos de Cho Gue-Sung en el espacio de tres minutos neutralizaron el marcador en un suspiro con media hora por delante. El delantero del Jeobunk Hyundai emergió como un Guerrero Taeguk entre la defensa ghanesa, en ambos casos a centro del Kim Jin-Su, para devolver las tablas al marcador del estadio Ciudad de la Educación.


Pero en esa locura en la que se había metido el partido, Ghana se levantó de la lona a la que había caído, y devolvió el golpe también casi de inmediato. Un centro desde la izquierda no acertó a rematarlo Iñaki Williams pero el balón llegó a Kudus, que revolvió con un disparo raso.

Fue la sentencia a un partido que ya no paró hasta el final. Los hombres de Paulo Bento lo intentaron sin desmayo, por un lado y por otro, por cielo y tierra, ante el meta Lawrence Ati Zigi. Ghana trató de dar la puntilla a la contra, sufrió lo indecible, pero le bastó el tanto de Kudus para posicionarse a las puertas de los octavos con el choque ante Uruguay en el horizonte.

Foto: Getty Images