La LVBP apuesta por una temporada contra la corriente

Tony Cittadino (Mallorca).- Este jueves la Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP) anunció que la temporada 2019-2020 se disputará con 42 juegos en la ronda regular, en lugar de los 63 que se desarrollan desde la 2007-2008. Una decisión que hará que la campaña arranque el 5 de noviembre, prácticamente un mes después de lo normal, en un esfuerzo por mantener a flote la tradición, la pasión y el negocio, de una liga que en esta zafra llegará a sus 75 temporadas.

Siempre he pensado que la LVBP es una de las pocas instituciones sólidas y con arraigo que quedan en el país. Es una fuente de trabajo permanente, pero sinceramente no quisiera estar en sus zapatos en los tiempos actuales. Por una parte pienso que la temporada debe mantenerse y se debe jugar. No imagino un diciembre sin beisbol. No otro después del Paro Nacional de 2002. Pienso que es bajar los brazos y que el país pierda otra distracción más. Aplaudo la insistencia por mantenerse a flote y querer salir adelante, en medio de tanta locura. Es una bocanada de oxígeno y el sustento de miles de familias. A fin de cuentas, el país debe seguir su curso. La gente sigue asistiendo al fútbol, al baloncesto o al cine ¿por qué parar el beisbol?

“La LVBP tiene como misión fundamental brindar a los aficionados un espectáculo de calidad a través del deporte y debemos hacer todo lo posible para seguir cumpliendo nuestra razón de ser. Sabemos que existen dificultades y situaciones complejas en todo el país, por eso consideramos que seguir ofreciendo el campeonato a la afición es una necesidad porque así contribuimos con la sana recreación de la gente. Todo lo que sea promover el deporte es positivo y saludable para la comunidad y el beisbol juega un rol fundamental en todo este proceso”, dijo el presidente del circuito, Juan José Ávila, en declaraciones reseñadas en una nota de prensa del organismo.

Por otra parte pienso que no se debe jugar. Considero que las condiciones del país están mucho más graves que en la campaña pasada. El país es una bomba de tiempo, con protestas diarias, represión, torturas y muerte. Más allá de la inseguridad, la hiperinflación y el tema del transporte, creo que otro de los puntos más agudos es la luz.

Este año el país ha tenido apagones más sostenidos que en otras ocasiones y el tema en el interior es más duro que en Caracas. Me preocupa cómo se podría jugar en Maracaibo, por ejemplo, donde la crisis golpea con más fuerza. En la 2018-2019 hubo juegos en distintos parques donde hubo apagones. Aunque el beisbol en Venezuela se comenzó a jugar de día, no creo que los encuentros se puedan realizar más temprano de lo que ya inician. Un fin de semana puede ser, porque es más familiar. Pero en la semana, lo dudo. La gente trabaja y las transmisiones de radio y televisión obligarían a los medios a cambios en la parrilla de programación habitual. El año pasado ya hubo una modificación en los horarios, pero los estadios estaban vacíos.

Al momento de escribir esta columna, la LVBP no ha divulgado la cifra de asistencia a los estadios en la temporada 2018-2019, pero espero otro descenso en los números. Si los ocho equipos tomaron la decisión de jugar con un calendario de ronda regular reducido, que llevaría a que las series sean de seis juegos por rival y no de nueve, debieron tomar sus previsiones e hicieron sus análisis. Es mejor eso que nada, pensarán, aunque sean 21 juegos menos. Es válido. Pero los problemas seguirán estando allí. Así sea un mes después. ¿Es mejor hacer la temporada como debe ser o no hacerla?

Entre tantos cambios, surgen otras preguntas: ¿La MLB permitirá a los jugadores grandeligas y que participen en ligas menores venir a Venezuela? ¿Los jugadores importados apostarán por nuestra pelota o decidirán ir a otra liga, asegurando un mes más de sueldo? ¿los equipos ajustarán el precio de los abonos, en especial aquellos que los ofrecen en dólares, que ya es bastante pedir? ¿está el gobierno en la capacidad de asegurar las divisas, a pesar de que hay otras prioridades más delicadas, como la salud?

La campaña se jugará en honor de Víctor Davalillo y me parece un honor, por todo lo que representa. Pero me hubiera gustado que llevara el nombre de Jesús «Chivita» Lezama, quien llegó a los 100 años. Quizás con «Vitico» podían hacer ese gesto de nobleza en la siguiente contienda. Ambos están vivos, gracias a Dios.

Saludo también la decisión de que el 11 de noviembre se decrete como el día de Luis Aparicio, nuestro único Salón de la Fama de Cooperstown hace ya 35 años. Es un gran reconocimiento que toda la Liga lo celebre y lleve el 11 en su espalda. Además el 7 de diciembre se honrará en todos los estadios la memoria de José Castillo y Luis Valbuena, quienes fallecieron el año pasado en un accidente de tránsito para robarlos.

Así las cosas, jugar o no jugar es un tema complejo. Con argumentos válidos y respetados para quienes apoyen o rechacen que haya beisbol. Si la decisión fuera mía, no jugaría. Lo veo demasiado cuesta arriba, muchísimo más que el año pasado cuando escribí sobre el frío ambiente de la final entre Caracas y Lara Pero, como muchos, tengo la esperanza de que la situación mejore de aquí a allá. No es fácil. Más bien sería una proeza que no continuara empeorando.

La cuenta regresiva ya empezó. Será la segunda temporada que viviré fuera del país, pero no puedo ocultar que a pesar de todo me sigue generando la misma emoción, pasión e ilusión, que tengo desde niño. Soy un amante del beisbol profesional venezolano y, todavía con mis reservas, le daré un espaldarazo a la LVBP y al país..

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