Atlético de Madrid y Sevilla se medirán en los cuartos de final de la Copa del Rey

Prensa RFEF.- Los cuartos de final de la Copa de SM el Rey 2023-2024 ya están definidos. Este viernes se ha celebrado, en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, el sorteo de la que será la última eliminatoria disputada a partido único, puesto que las semifinales se juegan a ida y vuelta.

El bombo ha deparado los siguientes emparejamientos: Athletic Club vs FC Barcelona, RC Celta de Vigo vs Real Sociedad, RCD Mallorca vs Girona FC y Club Atlético de Madrid vs Sevilla FC.

El balón Amberes no deja de rodar; y los partidos se disputarán la semana que viene. Un paso más, ya el penúltimo, hacia la gran final que tendrá lugar en Sevilla el próximo 6 de abril.

Los partidos serán la próxima semana, entre el martes 23 y el jueves 25 de enero.

Foto: Prensa RFEF

Athletic Bilbao y Valencia empataron en la ida

Athletic

Alfonso Herrán | AS.com.- Mestalla tiene la palabra. En el feudo che se dilucidará este durísimo cara a cara entre dos pesos pesados como el Athletic y el Valencia. Los primeros golpes de San Mamés dejan heridas, pero tienen cura. Como no valen doble los goles fuera de casa, el combate partirá de cero en tres semanas. El que quiera estar en La Cartuja deberá ganar. Ambos dejaron la eliminatoria vivita y coleando para que, al calor de la impetuosa afición valencianista, se oriente el pulgar hacia el cielo o el infierno. La sentencia. Hay máxima igualdad, pero eso es lo lógico en una semifinal. Más con dos pizarras tan notables.

El Athletic de Marcelino es un equipo del copón, o del supercopón, un grupo que busca desde hace tres años, traducidos en 15 eliminatorias, a alguien que esté a su altura, que le mire a los ojos y le suelte: «Hasta aquí has llegado». Aunque este mes y medio de brillante trajín les está pasando factura en lo físico y lo mental, como ya se atisbó ante el Espanyol. Y el Valencia, con el sello de Bordalás, es granito puro. En la segunda parte se vino arriba, nadie le sacó de su propuesta y se hizo grande por las alas, especialmente con Bryan Gil, un fichaje de esos que realzan temporadas. La primera entrega tuvo de todo, el esperado cóctel explosivo: mucha polémica arbitral, una monumental tangana al descanso, poco juego, faltas por todas partes y algún que otro desmadre.

Esta eliminatoria tiene aspecto de que va a ser muy larga. Que sí, que son 180 minutos, más hipotéticos suplementos en forma de prórroga y penaltis, pero en realidad hay que contabilizar las tres semanas que van desde la ida, en este febrero paticorto en días, hasta la segunda entrega en Mestalla allá por marzo, camino de la primavera. Y desde el sorbo inicial, da la impresión de que cualquier mínimo detalle puede inclinar la balanza.

Así se entiende que a los diez segundos, solo por un saquecito de esquina forzado por los locales, San Mamés rugiera como una cueva con cien leones ante un solomillo. Bordalás sorprendió con un despliegue alto de su equipo. Había que explicar muy rápido que el Valencia no iba a ser un autobús estacionado en la dársena de Mamardashvili y de eso se encargó en el minuto 6 Hugo Duro con un remate que se marchó fuera por poco tras gran centro de Gayà.

El verde se parceló y nadie regalaba ni un milímetro. Era un campo de minas y los gladiadores corrían sin importarles que les estallaran las trampas. Más que jugar, se trataba de reñir y eso no le conviene al cuadro vasco, incómodo ante un adversario tan antipático, que a muchos les parece desagradable. Ilaix se movía por delante de los centrales anulando a los jugadores ofensivos bilbaínos de tres cuartos de campo. De dos cesiones casi llega el mazazo para los che. En la segunda, en el 20, Diakhaby se vio apretado por Williams y su pase, más fuerte de lo normal, iba a gol; la tocó ‘in extremis’ medio defectuosa Mamardashvili cuando caminaba a la red.

Daba la impresión de que eran dos dragones con similar factura, bloques trabajados, duros y con el sello de su técnico, como cada uno frente a la horma de su zapato. Una pelea de gallos con picotazos violentos a la cresta hasta que esta cediera. Había que emplear los cinco sentidos, si se dejaba uno fuera, podía ser la muerte. Seguro que en el vestuario había lijas en vez de toallas para después de la ducha.

Bordalás huía de la tela de araña de Marcelino en la presión alta gracias al inicio en largo. Eso enviaba la pelota a zona defensiva rival y desde ahí, sin el remolino en campo contrario, a los leones les costaba crear juego. Los visitantes se esforzaron por trabarlo, que no hubiera ritmo, no estaban dispuestos a acabar en las mismas fauces que devoraron a Barcelona y Madrid recientemente. Por eso el juego corrido no existía ni en sueños.

Williams tuvo una de las pocas ocasiones con robo en zona de riesgo che, pero mandó al cuerpo de Mamardashvili. No hubo muchas más opciones de arrebatar el balón al otro semifinalista y montar una ventaja rápida. Cada duelo sacaba chispas, iba al límite. Estaba todo tan igualado que se trataba de sacar jugo a detalles como la estrategia. Y así fue, una vez más, el salvavidas de los rojiblancos. Muniain apareció entre líneas provocando faltas en busca del tesoro. Una de ellas, en el minuto 37, descorchó la eliminatoria, aunque vino precedida de un pisotón del 10 a Soler. La sacó el capitán y falló Ilaix al ir a por Raúl García, ya que con ese movimiento habilitó su posición. Estaba muy justo en la línea el guerrero navarro, pero era legal. El que nunca falla. Cuando hay pelea, ahí está con su armadura.

El Valencia quedó tocado por esa acción, perdió toda la solidez. Un error defensivo clamoroso casi le dispensa a Iñaki el 2-0, pero le quitaron el cuero en el último instante. El quebradero de cabeza para Bordalás era que su ejército empezaba a marchar desacompasado y los del talento dejaron de funcionar. Soler no estaba, Guedes y Bryan fallaban en el último pase y el rastro de Hugo Duro se extravió tras el tempranero remate.

El volcán de San Mamés acabó quemando a los participantes en el partido al descanso cuando desfilaban a vestuarios. Bronca monumental, de la que Maxi salió muy mal parado, pues acabó expulsado y no podrá jugar tampoco en la vuelta. Yeray, con problemas en la rodilla derecha, cerró ese acto inicial a dura penas, y tuvo que ponerse hielo. Así que del segundo tiempo disfrutó Vivian, la garantía de no perder: en sus 13 partidos anteriores como león, cero derrotas. No estuvo nada bien en esta ocasión el central vitoriano. ya mucho antes, de inicio, De Marcos se quedó en casa por el COVID. Si el primer período fue cemento en la boca de un desdentado, el segundo era alambre de espino en los ojos a modo de gafas. Trabado, con protestas continuas y sin el lujo de las ocasiones de gol.

Dani García, que en un balón parado sufrió un penalti por un codo contrario muy alto, pudo ser expulsado perfectamente tras un entradón sobre Soler. Fortuito pero duro, dejando huella con los tacos. El Valencia no se podía ir mostrando solo su aire macizo. Alguna genialidad debía salir de la fábrica metalúrgica de Bordalás. Llegó en el minuto 66, en una acción que autorizó Foulquier. Pasó a Guedes, que maniobró muy bien desde la derecha; su buen centro picado le llegó a Bryan Gil, que remató de primeras y paró Agirrezabala.

Hugo Duro, listo como nadie, aprovechó el rebote en el área y anotó junto al palo izquierdo. Bryan empezó a volar a partir de ese mazazo anímico, que dejó tocados a los leones, y eso que el tanto no valía doble. Estos se perdieron entre tanta reyerta personal, refriega y trinchera. Le sacaron de punto, se puede concluir. Le enredaron y ahí quedó, atrapado. Entró en la guerra y no está acostumbrado a eso. Porque el pulso era como comer una caja de polvorones sin dar un sorbito a una botella de agua.

Gil eleva por sí mismo a un equipo a ser más candidato a un título. Tiene la personalidad de protestarlo todo, desafía, carga con la pelota y trabaja como un cosaco. El Athletic se quedó sin posesiones largas y los laterales no existían en ataque. El balón era un chispazo efímero en sus pies. El cuadro che solo trataba de salir vivo y activar el ‘factor Mestalla’. Pero en un momento dado, se vio con fuerzas para salir victorioso. Lo pudo certificar Hugo Duro con una acción clara en la que se frenó y le derribó Vivian. No se pitó penalti, pero lo parecía. El billete queda pendiente para Mestalla, un estadio que en noches grandes se vuelve incandescente. Segundo combate tras el nulo de Bilbao.

Foto: AS

Real Madrid cerró el año con victoria en San Mamés

Real Madrid cerró el año con victoria en San Mamés

Carlos Colón (Caracas).- En un duelo que adelantaba la fecha 21 de la Liga BBVA, Real Madrid y Athletic Club de Bilbao se enfrentaban en el nuevo San Mamés, donde los blancos se llevaron una importante victoria que los alejó del Sevilla FC a ocho puntos. Con un doblete de Karim Benzema y un golazo de Sancet, el merengue se llevó los tres puntos en su visita al País Vasco para culminar su año calendario 2021.

Unos 10 primeros minutos frenéticos marcaron el inicio del partido. Un ida y vuelta muy entretenido que tuvo los tres goles del encuentro, dos de ellos golazos, se vio en la primera mitad.

A tan solo cuatro minutos del arranque, llegaría la jugada del partido. Benzema abrió hacia la banda con Vinicius Junior, quien encontró a Toni Kroos al borde del área para que este se la pusiera de primera al francés y marcara un golazo sorprendiendo al arquero Julen Agirrezabala con el efecto del balón.

Solo tres minutos después, Benzema se sumaría su doblete. Una jugada un poco atropellada de Eden Hazard, terminaría en un desvió en el contrario y habilitación a «El Gato», que definió cruzado abajo.

La felicidad y el dominio blanco no duró mucho, pues «Los Leones» descontaron con un golazo de Sancet desde fuera del área. El balón rebotó en el poste izquierdo de Thibaut Courtois y dejó batido al belga.

Luego de 20 minutos frenéticos, el ritmo de juego bajó y no sucedería mucho más en la primera mitad, sin embargo Vini y Vencedor se irían al descanso amonestados por encararse tras un desborde del brasileño.

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La segunda mitad comenzó con un dominio blanco y el Athletic Club esperando para salir en contra, aunque los papeles eventualmente se revertirían. La entrada de Nico Williams le dio más dinamismo al equipo vasco e hizo que el Madrid tuviera que retroceder cuidándose de la velocidad de los hermanos.

Los Williams generaron la ocasión más clara para el empate cuando Iñaki habilitó a Nico, pero este no pudo batir la rápida salida de Courtois. El Madrid respondería con una buena jugada entre Vinicius y Benzema que terminó en un zurdazo de Hazard el cual el arquero del Bilbao atajó de buena manera.

Carlo Ancelotti haría debutar al canterano Peter, quien generó par de ocasiones, una de ellas muy clara para Jovic, pero no movieron el marcador.

Al final, el Real Madrid terminó llevándose los puntos en San Mamés y titulándose campeón de invierno, con ocho puntos de diferencia sobre el segundo.

Foto: Real Madrid.

Real Madrid cayó en semifinales ante Athletic Club

Prensa Athletic Club.-  El Athletic Club se ha clasificado para la final de la Supercopa, cuyo tercer título buscará el próximo domingo a las 21 horas en La Cartuja ante el Fútbol Club Barcelona. Lo ha hecho derrotando con ley por 1-2 al Real Madrid en La Rosaleda gracias a un doblete de Raúl García. La gran primera parte bastó a los leones para superar la semifinal, en la que hubo que saber sufrir en el tramo decisivo. Primer gran éxito de Marcelino García Toral, aprovechando la clasificación para este torneo de Gaizka Garitano y su grupo la temporada anterior.

Tras un comienzo en el que a los leones les costó sacarse al Madrid de encima, el Athletic empezó a carburar con una presión adelantada liderada por un agresivo Dani García. Un robo del de Zumarraga posibilitó el 0-1 en el minuto 18, cuando habilitó un pase a Raúl García, que batió a Courtois con gran serenidad. El navarro, que tenía ganas de vengarse de su temprana expulsión en Valdebebas, sacó un máster a tiempo. Lo hizo todo bien.

De hecho, el propio Raúl sacó un zurdazo fuera desde lejos. El Athletic apenas era inquietado más que en alguna invención de Asensio. No se metía atrás y premio de ello, cazó el 0-2 a la salida de un córner. Fue en el minuto 36, cuando Capa encontró a Iñigo Martínez al segundo palo y el central fue derribado por Lucas Vázquez. Raúl García lo lanzó magistralmente y puso a los leones con dos tantos de ventaja al descanso. Quedaba un mundo, pero al Athletic se le veía sereno.

Quedaba un mundo. Los rojiblancos tuvieron el 0-3 en un cabezazo de Muniain a centro de Capa. Empezó a meter miedo Asensio con dos zarpazos a la madera. Llegó en el minuto 72, con mucho por delante, el 1-2. Un gol de Benzema que sólo fue validado tras ser revisado por el VAR. Villalibre tuvo el 1-3, pero lo sacó Courtois con una mano prodigiosa, a Benzema le anularon un gol claro y hubo que sufrir hasta el último instante por una acción revisada en el área rojiblanca que nadie sabía por qué. Los tres pitidos finales supieron a gloria: el Athletic ha eliminado al campeón de Liga y Supercopa de la pasada campaña. Derecho para soñar.

Foto: Depor

Barcelona ganó en San Mamés de la mano de Pedri y Messi

Prensa Barcelona.- Gran victoria del Barça en San Mamés en el día de Reyes. Los culés han remontado con autoridad al Athletic Club (2-3) gracias a los goles de Pedri y Leo Messi (2), que han ofrecido una magnífica actuación en la Catedral para colocar al Barça tercero en la clasificación y seguir intratable en 2021.

El partido ha empezado desfavorablemente para el Barça: gol de Iñaki Williams a los tres minutos de juego, tras definir a la perfección al contragolpe. Los culés reaccionaron rápido con un gran lanzamiento de Dest tras una buena acción entre Messi y Griezmann, que Unai Simón desviaría a córner. También Dembélé, con un buen disparo cruzado desde la frontal, ha vuelto a obligar al portero local a lucirse. La insistencia ha obtenido rápidamente el premio, y Pedri, tras una gran asistencia de De Jong, ha marcado el 1-1 (minuto 14).

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El dominio barcelonista era absoluto, y las ocasiones han seguido llegando. Disparo de Alba que rechaza Simón, y minutos después, lanzamiento de Dembélé que detiene en dos tiempos el portero vasco. Finalmente, llegaría el merecido 1-2 culé: brutal combinación entre Messi-Pedri, con asistencia de tacón del canario, y tanto del argentino que define a la perfección (1-2, minuto 38). Griezmann ha tenido el tercero justo antes el descanso, pero el marcador ya no se ha vuelto a mover.

Insistencia de Messi con premio

Ya en la segunda parte, doble ocasión clarísima para el Barça: gol anulado a Messi por un fuera de juego milimétrico y brutal disparo del argentino que se estrella en la cruceta. A la tercera, la vencida: gran pase de Griezmann para Messi y el capitán culé, con un gran remate, anota el 1-3 tras tocar en el larguero (minuto 62). La exhibición del argentino seguía, y de nuevo tras una magnífica acción de Pedri, el remate Messi se ha estrellado con el palo una vez más. Griezmann, tras una buena asistencia de Alba, también ha tenido el cuarto, pero Unai ha salvado el gol.


En el último minuto, pero, Muniain ha acortado diferencias en el marcador (2-3, minuto 89), pero ya sin opciones para remontar. Finalmente, victoria clara del Barça que ha anotado tres goles, pero podría haber marcado unos cuantos más, siendo superior durante prácticamente todo el partido y exhibiendo una magnífica versión ofensiva. Los culés suman así la segunda victoria en el segundo partido del año y visitarán Granada con una dinámica muy positiva.

Foto: La Web.

El Athletic es finalista y se medirá a la Real Sociedad

AS-.

Yuri despertó a Los Cármenes. El Granada había hecho lo más difícil llevado en volandas por una afición que sabía que vivía un momento histórico. Y los nazaríes no se arrugaron. Al revés. Tras una primera parte igualada que acabó con empate sin goles, Carlos Fernández igualó la eliminatoria y Germán puso al Granada en la gran final durante unos minutos. Los que tardó Yuri en pisar área y batir a Rui Silva. El Athletic no hizo su mejor partido, incómodo y sin esa mordiente que aturde a sus rivales, pero logró su billete a La Cartuja donde ya esperaba la Real Sociedad. El Granada quizá mereció más. Habrá un derbi vasco en la gran final.

Ambos equipos salieron con sus onces de gala y defensa de cinco. Un gol en cualquier portería podría cambiarlo todo. Con Los Cármenes entregado, el Granada salió a morder. Dos segundos tardó en hacer la primera falta. Quería intimidar al Athletic. Pero no lo hizo con ocasiones. Machís, con un tiro blando, y Yangel en un disparo fuera, pusieron los primeros acercamientos. Sin embargo, aunque el Granada tenía más mordiente, sus centros desde las bandas poco daño hacía a las tres torres vascas y el Athletic fue creciendo a medida que los nazaríes bajaban la asfixiante presión. Tuvo que aparecer Rui Silva, aunque para sacar un remate de Víctor Díaz que iba a gol. Y Williams metió el miedo en el cuerpo a los granadinos. Primero con un tiro que el meta luso mandó al córner, después con un disparo fuera y más tarde asistiendo a Raúl García que, sólo, mandó el balón alto. Perdonaba el Athletic. El Granada volvió a asfixiar y a punto estuvo de liarla Unai que, con la presión de Carlos, perdió el balón, pero el sevillano no supo resolver la jugada ya muy encerrado. Y, cuando la primera parte agonizaba, Yangel remató un córner y Williams, bajo palos, salvó a su equipo. El partido se fue al descanso con la sensación de ambos equipos pensaban más en no encajar que en marcar.

La segunda parte empezó con un Athletic que quería tener el balón. Pero, a los tres minutos, Machís se internó por la izquierda y puso un centro medido a Carlos Fernández que de un certero testarazo hizo la tablas en la eliminatoria para despertar del letargo del descanso a la grada. El Granada ya había igualado lo de San Mamés y ahora era el Athletic el que se veía más presionado. Garitano cambió a defensa de cuatro para tener más presencia arriba, pero lo que hizo fue que el Granada encontrase las bandas con más facilidad. El plan del técnico vasco no funcionaba. Poca profundida y sin encontrar a Williams, era el balón parado lo más peligroso de los bilbaínos. El Granada, en cambio, estaba más tranquilo. La ansiedad inicial por empatar la eliminatoria había desaparecido y cada internada por banda era peligro. Tuvo una buena Williams, también Carlos Neva. Hasta que, cuando quedaba un cuarto de hora para el final, Machís colgó el segundo córner seguido a favor de los nazaríes y emergió Germán para de otro testarazo poner el 2-0 que daba el pase momentáneo al Granada. Quedaba mucho tiempo, pero el Athletic estaba tocado. No se encontraba ante un conjunto granadino al que no le pesaban las piernas y volaban por el césped llevados en volandas por la afición. Garitano tiró de Aduriz para intimidar más a la defensa nazarí y el plan, esta vez, funcionó. En una buena jugada por la izquierda, Yuri se adentró en el área y, en vez de buscar el centro, tiró para batir a Rui Silva y apagar a Los Cármenes. El Athletic ahora era el finalista. Quedaban sólo ocho minutos y, si algo tiene el conjunto nazarí, es ambición. Se fue a por el gol, ese gol que le metiera de nuevo en la gran final. Diego Martínez también movió el banquillo con dos hombres de ataque, Vico y el debutante Antoñín. Pero el Athletic, curtido en mil batallas, fue bajando revoluciones al partido, parando el ritmo de un Granada que sabía que se le estaba escapando la final. A la desesperada, con balonazos que no iban a ningún lado, el Granada fue agotando sus opciones de hacer más grande su historia. La Cartuja vivirá un derbi vasco en la gran final. El Athletic sigue soñando con este año sí sacar la gabarra. El Granada pone punto y final a su sueño copero con la cabeza muy alta.

Foto: AS..

El Athletic vence por la mínima al Granada y está a noventa minutos de otra final

Marca-.

El Athletic está un poco más cerca de esa soñada final de Copa tras ganar por la mínima al Granada, después de una gran combinación entre Williams y Muniain, los dos mejores sobre el terreno de juego durante los 90 minutos. Junto a ellos aparece en el podio Rui Silva, el meta visitante, y gracias al que aún siguen con vida los andaluces.

Llegados a este punto se han acabado las rotaciones y las probaturas. Ni porteros de Copa, ni minutos para los menos habituales. Estamos hablando de unas semifinales y la gloria está a la vuelta de la esquina. Garitano y Diego Martínez, como no podía ser de otra forma, sacaron todo lo que tienen en el armario.

Más allá de la brutal puesta escena de San Mamés, con la grada intentando llevar en volandas a los suyos, fue el Granada el que asustó primero. Soldado cruzó fuera por poco un centro de Herrera en el minuto 5. Poco después, el propio Herrera se sacó un disparo envenenado desde la frontal que detuvo Unai Simón con agilidad. Dos sustos que no frenaron el ímpetu local. De repente, los andaluces desaparecieron. O para ser exactos, los leones se vinieron arriba.

Fue media hora de dominio total, de juego veloz por las bandas, de Williams omnipresente y Muniain poniendo sentido a tanta velocidad. Rui Silva tuvo que emplearse a fondo con un par de grandes intervenciones a tiros de Williams y Vesga. También Raúl García y Yuri rozaron el gol. El Granada bastante hacía con intentar mantener la nave a flote y dejar pasar los minutos a ver si escampaba. Es un equipo el de Diego Martínez que destaca por la solvencia defensiva, pero el Athletic estaba avisando demasiadas veces y en una de ellas cogió desprevenida a la zaga nazarí.

Williams, quién si no, ejerció de galgo por la banda y cedió a Muniain para que fusilara a placer. San Mamés se vino abajo, tras pasar la habitual consulta al VAR, que es como echar agua a un fuego. Faltaban tres minutos para el descanso y el gol, validado, parecía medio pasaporte para la eternidad.

El técnico visitante movió ficha en el descanso. Metió a un tercer central, Vallejo, por un centrocampista, Puertas, que andaba tocado. El Athletic cedió metros, como queriendo conservar su tesoro, pero tenía claro que a la mínima iba a matar a la contra. Casi lo logra Williams, poco después Rui Silva hizo la parada de la noche a un trallazo de Capa. Y un minuto después, en el 60, el propio Capa lograba el 2-0… hasta que el VAR se encargó de avisar a Hernández Hernández de un fuera de juego posicional del ‘9’ rojiblanco. Tras la consulta, volvimos al 1-0.

El Athletic no renunciaba a ese segundo tanto que podía medio sentenciar la eliminatoria y el Granada quería, pero no podía, lograr ese tanto fuera de casa que en los duelos a doble partido es tan importante.

El fútbol empezó a dar paso a la dureza. La tensión iba creciendo y el juego, todo lo contrario. Faltas, interrupciones, protestas, amarillas… Faltaba saber quién era el beneficiado del cambio de los acontecimientos sobre el césped.

Mientras, Muniain y Williams seguían a lo suyo, conectando de maravilla y haciendo trabajar de lo lindo a Rui Silva, un jabato bajo palos.

En los últimos 10 minutos pareció tener más cuajo el Athletic. San Mamés insuflaba oxígeno donde las piernas no llegaban y el Granada apenas era capaz de acercarse al área local. Salvo en el minuto 82, cuando Neva se sacó un misil desde fuera del área que Unai Simón despejó a córner con categoría, demostrando que también había portero en el otro lado del campo.

Ni que decir tiene que todo el mundo tenía claro que dentro de tres semanas hay otro partido en Los Cármenes, algo que no ha pasado hasta ahora en todas las rondas precedentes de esta nueva Copa del Rey. El partido estaba vivo, pero aún más la semifinal. Quedan otros 90 minutos, quizás 120 más y eso es mucho para pensar en que esto está visto para sentencia. Ni mucho menos.

Foto: Marca.

El Real Madrid no pudo pasar del empate en Bilbao

Marca.- El primer frenazo de Bale y Benzema le costó dos puntos al Madrid. A ambos les pudo San Mamés, un campo que exige más pana que seda. Y tardó en entrar Isco, que dirigió la trama en la segunda mitad. El Athletic fue un equipo valeroso y fornido hasta que se le acabó el combustible. Y se defendió bien al final con los veteranos que se había ahorrado Berizzo en los inicios de temporada.

Camino de los noventa años de Liga no acaba el Madrid de cobijarse en San Mamés, independientemente de si le pilla al Athletic el trance subiendo o bajando. Porque la propuesta rojiblanca es siempre la de guerrear y tampoco el Madrid de Lopetegui estuvo en esas.

Berizzo propuso un partido con pimienta: doble 4-1 de salida, con acometidas en la primera presión sobre el Madrid, persecuciones individuales esporádicas y selectivas, muy bielsistas, y Williams desafiando en velocidad a los centrales. Mucho sudor para tan poco gol, debe pensar el ariete.

Al Madrid le superó esa emotividad tan propia de ese estadio, más tras viajar sin escolta. Porque Lopetegui prescindió de salida de Casemiro, jugador que no conviene archivar en campos como este.

Modric no despega

Con todo, a los dos minutos, Modric no acertó en una ocasión manifesta, a pase de Asensio. Y el propio extremo balear, la mejor refrigeración ofensiva del Madrid, obligó a Unai Simón a un paradón a mano cambiada. Pero el equipo blanco se vio siempre sometido al estrés de pagar por sus pérdidas. Su dominio teatral no le llevó lejos y, además, se dejó abierto el costado de Marcelo. Por ahí se infiltró De Marcos para preparar el 1-0. Williams y Muniain tocaron la pelota antes de que acabara en la red. Un gol que aturdió al Madrid, con Ceballos tan poco entonado como Kroos y Modric, al que la vuelta al cole le ha cogido colgándose medallas y mirándose el sueldo. No fue capaz de cambiarle el paso al equipo ante la salida rabiosa del Athletic, con Raúl García, Susaeta y Muniain en una especie de efecto avispero, inquietante y molesto.

Aquello duró lo que las fuerzas del Athletic, al que le quebró la paliza del primer tiempo. También la lesión de Muniain. Cada cambio del Madrid fue quitándole travesuras y dándole problemas. Casemiro le cerró la salida, Isco le cambió el metabolismo al partido. Bale alzó la mano desde la derecha. Desde ahí sirvió el empate a Isco, que cabeceó sobre la marcha y sin vigilancia. Antes ya le había negado Unai Simón el empate a Ramos. Y después, a Asensio, previo control magnífico del balear. Ahí el Athletic está fabricando un gran portero. El vaivén final, de dos equipo sin vuelta, fue una verbena de ocasiones. Lopetegui quiso aprovechar el torbellino con Lucas Vázquez. Berizzo quiso pararlo quitando a Williams para llenar el campo de obstáculos a cambio del repliegue. Mariano lo vio desde el banquillo. Salir de ahí le va a costar un mundo. Y explicárselo al aficionado, aún más.

Foto cortesía: Marca.