El Liverpool derrotó con lo justo al Ajax

Marca.- El Liverpool se personó en el Johan Cruyff Arena sin su ‘pasillo de seguridad’. Las lesiones de Van Dijk y Alisson ponían a prueba la fiabilidad del campeón de la Champions 2018-19 y de la Premier 2019-20. El balance de los ‘reds’ en ocho partidos sin el meta brasileño ni el defensa holandés no invitaba al optimismo: sólo tres victorias, dos empates, tres derrotas, 13 goles a favor… y ¡16! en contra.

Por si fuera poco, Jürgen Klopp tampoco pudo contar por lesión con la alternativa natural a Van Dijk (Joel Matip) ni con su nuevo ‘timonel’. Thiago Alcántara sigue arrastrando el golpe que le provocó la criminal entrada de Richarlison en el derbi contra el Everton (2-2).

El ‘Pool’, con Adrián San Miguel bajo palos y Fabinho de ‘guardaespaldas’, supo resistir y acabó derrotando al Ajax (0-1) gracias al tanto de Nicolás Tagliafico en propia meta en el 35′.

El respeto mutuo -Blind se insertaba como tercer central para frenar a la ‘MSF’- presidió el primer envite en Copa de Europa entre Ajax y Liverpool. Lo más destacable del arranque fue la lesión del prometedor Mohammed Kudus, que dejó su lugar a Quincy Promes a los 9′.

El Ajax amagó con un cabezazo de Lisandro que salvó Adrián en el 16′ y un disparo de Gravenberch que salió rozando el poste en el 20′. Su primer aviso serio llegó en el 33′. David Neres sirvió el gol en bandeja a Promes, pero el meta español se ‘hizo grande’ para detener el disparo del exsevillista a quemarropa. Pudo haber fuera de juego, pero no hizo falta el VAR.

Del 1-0 se pasó al 0-1… con una buena dosis de fortuna. Mané, tras un buen eslalón, conectó un disparo ‘horrible’. Iba directo al córner, pero Tagliafico la despejó contra su portería. Por primera vez desde Vurnon Anita en 2010 un jugador del Ajax se marcaba un ‘autogol’ en Champions.

La fortuna volvió a aliarse con el Liverpool en el 44′, justo antes del descanso. Tadic superó a Adrián, mano a mano, con una sutil vaselina, pero Fabinho, imperial, llegó a tiempo para sacar el balón sobre la línea.

No era la noche del Ajax. Perr Schuurs estuvo a punto de marcarse un gol en propia meta al intentar cortar un centro de Mané en el 44′. Para colmo, en el 47′, nada más salir del descanso, el poste repelió un gran disparo de Davy Klaassen desde la frontal.

Los de Erik ten Hag dieron un paso al frente, pero volvieron a toparse con Adrián en el 58′. El exportero del Betis se estiró abajo para desviar a córner un tiro envenenado de Promes.

El partido se abrió. Klopp, que había dado entrada a Henderson en el descanso, contribuyó a ello con un sorprendente triple cambio. Firmino, Mané y Salah dejaron su lugar al unísono -en el 60′- a Diogo Jota, Takumi Minamino y Xherdan Shaqiri. Ya sin la ‘MSF’ pudo anotar el 0-2 en el 89′, pero Onana se impuso en sendos manos a mano ante Minamino y Wijnaldum. La última, en cualquier caso, la tuvo Ekelenkkamp en el 93′. Recogió un rechace de Adrián en la frontal y remató alto.

La apuesta, arriesgada, le salió cara a Klopp. El Liverpool salió ileso del ida y vuelta del Johan Cruyff Arena. Por cuarta vez salió triunfal e imbatido de un partido sin Van Dijk ni Alisson.

Foto: Marca

El Inter selló el empate sobre la hora gracias a Lukaku

Marca.- Inter y Monchengladbach se daban cita en el Giuseppe Meazza. La primera parte transcurró tranquila, con ambos equipos midiéndose y tratando de controlar timidamente el encuentro. El Inter se fue soltando, poco a poco, a medida que encontraba a Lukaku en largo y también de cara: el belga es clave para Conte no sólo por sus goles, también por la capacidad innata a su juego de permitir situaciones más cómodas a sus compañeros. Cada recepción, cada pase y cada vigilancia extra era celebrada por Eriksen, Perisic y compañía. El primero la tuvo, pero su disparo fue repelido por la defensa visitante. Le devolvió el favor Eriksen a Lukaku con otra asistencia, pero el disparo del delantero belga no encontró puerta y se marchó besando el segundo palo. Tras los primeros 45 minutos, Antonio Conte, que no perdió el tiempo y puso a Lautaro en el campo desde el comienzo de la segunda mitad.

No fue mal la idea: en el minuto 50 ya ganaba en Inter de Milán gracias a un gol de Lukaku, que aprovechó un balón suelto para reventarlo contra la red. El 1-0 soltó a los interistas y también al Monchengladbach, que consciente de la nula rentabilidad del resultado comenzó a presionar mucho más arriba. La intención tuvo resultado gracias a un penalti cometido por Arturo Vidal. Tras revisar la jugada, Kuipers confirmó la pena máxima sobre Thuram, el jugador más desequilibrante del Monchengladbach con mucha diferencia. Pierna izquierda, balón cruzado y gol de Bensebaini.

El empate, que sólo beneficiaba a los dos equipos del grupo que no estaban jugando, trajo más ritmo y ciertas ocasiones, aunque ninguno logró incomodar en demasía la portería rival… hasta la recta final. Lo hizo, primero, Lautaro ya en el minuto 83 con un disparo que hizo temblar la meta de Sommer. El argentino remató brillantemente y de primeras un centro de Darmian que sacudió el palo izquierdo mientras el portero suizo no podía hacer más que mirar.

Tras el error de Lautaro comenzaron los aciertos: primero Hofmann, que definió con un disparo quirúrgico ante Handanovic tras la asistencia de Pléa de tacón. Kuipers revisó y revisó la jugada (hasta cinco minutos) y el VAR lo vio, tras analizarlo tranquilamente, claro. Un 1-2 que daba alas al Monchengladbach pero que duraría muy poquito. Fue Lukaku, otra vez, quien sometió a los alemanes aprovechando un córner que acabaría cayendo al segundo palo. El belga se adelantó a Elvedi y empujó la pelota para salvar un punto casi en el descuento, aunque un lanzamiento de falta de Kolarov ya en el 95 pudo convertirse en el 3-2.

Foto: Marca

Ronald Acuña Jr. es el ganador del premio Luis Aparicio 2020

Ronald Acuña Jr.

Prensa Premio Luis Aparicio | Augusto Cárdenas.- Con 62 votos al primer lugar, y un total de 483 puntos, Ronald Acuña Jr. fue elegido como el ganador del Premio Luis Aparicio, galardón que se entrega al mejor jugador venezolano de la
temporada de las Grandes Ligas, presentado por Maltín Polar y patrocinado por Oceánica de Seguros.
El jardinero de los Bravos de Atlanta recibió el favoritismo de los electores gracias a su excelente desempeño como primer bate de su club, cumpliendo a cabalidad su objetivo al presentar un porcentaje de embasado de .406, con 46 anotadas, ocho bases robadas y 38 boletos, máxima cantidad entre los criollos en esas categorías.

El varguense, además, conectó 11 dobles, 14 cuadrangulares y tuvo promedio de slugging de .581 en 46 compromisos, en los que dejó average de .250. “Es un honor para mí ganar el Premio Luis Aparicio al venezolano más destacado de las Grandes
Ligas”, dijo Acuña Jr., luego de recibir la noticia de su distinción a través de Mikel Pérez, presidente de Line Up Internacional. “(Luis Aparicio) es el único venezolano en el Salón de la Fama y es un prestigio para mí ganarme este premio. Una vez más gracias a los periodistas y a todos quienes son parte de este premio”.

Su nombre apareció en 97 de las 100 papeletas de la 17ma edición del galardón, con 17 votos para el segundo puesto, 11 para el tercero, tres para el cuarto y cuatro para el quinto lugar. De esta manera se convierte en apenas el cuarto pelotero en la historia del Premio Luis Aparicio en recibir múltiples distinciones, luego de ser co-ganador en 2018 (junto con Jesús Aguilar), por lo que se une a Johan Santana (2004 y 2006), Miguel Cabrera (2005, 2011, 2012, 2013 y 2015) y José Altuve (2014, 2016 y 2017) en el selecto grupo que ha recibido el honor en más de una ocasión. El receptor de los Reales de Kansas City, Salvador Pérez, escoltó a Acuña Jr. con 317 puntos. Carlos Carrasco (183), Jesús Aguilar (101) y Antonio Senzatela (88) completaron el top 5. De los 40 jugadores elegibles un total de 21 diferentes peloteros recibieron votos. De ellos 11 jugadores se repartieron los 100 sufragios al primer lugar.

Para esta 17ma edición, por tratarse de una temporada atípica de 60 juegos, fueron elegibles todos aquellos jugadores venezolanos de posición que actuaron en un mínimo de 60 por ciento de los partidos calendario de su equipo en Grandes Ligas (36 compromisos), y todos aquellos lanzadores abridores venezolanos que actuaron en un mínimo 40 innings, y los relevistas que participaron en al menos el 30 por ciento de los partidos calendario de su equipo en Grandes Ligas (18 encuentros).
El Premio Luis Aparicio, avalado por Major League Baseball y presentado por Maltín Polar, fue creado en 2004 por Line Up Internacional para honrar a nuestro único representante en Cooperstown y galardonar anualmente al pelotero venezolano más destacado de las Grandes Ligas.

Por decisión de nuestro único representante en el Salón donald e la Fama de Cooperstown, el Premio Luis Aparicio se ha entregado tradicionalmente en Maracaibo en marco del Juego de la Chinita, quedando siempre sujeto a modificaciones dependiendo de la disponibilidad de los ganadores. Este año, ante la incertidumbre reinante con la realización de la temporada en Venezuela, y el actual cierre del tráfico aéreo en el país, se informará en su momento dónde y cuándo le será entregada a Acuña Jr. su segunda estatuilla como mejor jugador venezolano en la temporada de Grandes Ligas.

Foto: Matthew Grimes y Kevin D.Liles/Atlanta Braves.

El Shakhtar sorprendió a un penoso Real Madrid

AS.- De la reacción en caliente le libró el Madrid la pandemia que ha vaciado las gradas. Porque el equipo de Zidane firmó los peores 45 minutos de su historia reciente ante un Shakhtar afeitadísimo que le dio un baño. Fue un episodio vergonzante de consecuencias presuntamente graves: perder ante la maría del grupo el primer día, con Inter y Gladbach en el mismo saco, es entrar en la Champions dando vueltas de campana. Luego llegó la caballería, pero la batalla ya estaba perdida.

La torería de Zidane está fuera de concurso. Vive al margen del qué dirán, incluso en su casa, donde sin tiempo para reponerse de su once ante el Cádiz se encontraron, en el estreno de la Champions, torneo del que el club se siente copropietario, con otra extravagancia: Mendy a la derecha, Jovic de nueve y Benzema y Vinicius en el banquillo. Un once preclásico pero imprudente en medio del temporal y sin Ramos, su futbolista de mejor linaje y que hace que el equipo se sienta seguro. La red, esta vez, debía ser el Shakhtar, un equipo de corto alcance en la competición y devorado por las bajas víricas. Europa le cambia el hábitat de manera radical: en su liga acapara la pelota, en la Champions la persigue. Así empezó en Valdebebas, renunciando a esa transfusión brasileña que dura ya más de una década para protegerse con una zaga adelantada y dos barricadas muy juntas, negándole al Madrid los espacios, hasta que se dio cuenta de que enfrente había un manso subido, un pelele.

El Madrid dio carrete al desplome ante el Cádiz: apagón en tres cuartos de campo ajeno y descuidos groseros en el propio. Antes del primer cuarto de hora, quedó al descubierto en un pase largo hacia Marlos que el brasileño nacionalizado ucraniano dejó escapar. El equipo de Zidane está dramáticamente en las manos y los pies de Courtois, que salvó ese trance estupendamente, pero no la riada que vino después.

Contagiado de este fútbol silente, el Madrid comenzó con una sorprendente frialdad, manoseando la pelota en torno al área, despreciando el juego al espacio. En partidos así el Bernabéu obligaba a despertar al equipo. Ahora nadie hace sonar la campana.

Así que ante otro rival del género chico, como el Cádiz, fue dejándose ir por inapetencia hasta verse muy por detrás en el marcador. El primer gol fotografíó la situación. Kornienko, lateral izquierdo ucraniano, fue cruzando el área perpendicularmente sin que nadie le interrumpiese hasta acabar encontrando al otro lado a Teté, que anotó de tiro cruzado. Un desastre defensivo de este a oeste agravado por un segundo golpe, cuatro minutos después, en tiro del mismo Teté, rechace de Courtois y toque suicida de Varane hacia la red. La Champions se ha derrumbado sobre el francés estrepitosamente. Y antes del descanso, la puntilla, de Solomon.

Ni antes ni después dio el Madrid señales de estar vivo. Un coladero atrás, planísimo en el medio pese a que Zidane metió a sus centrocampistas de gran cilindrada, con dos extremos fantasmas (especialmente Rodrygo, cada vez más invisible) y un Jovic en otro planeta. El peor Madrid en una década, bailado por un equipo que no llegará lejos y con media plantilla en Ucrania. Un sonrojo al cubo de un grupo sin fútbol ni garra.

Ni siquiera hubo la sacudida esperada en el descanso. Entró Benzema y se fue Rodrygo. Parecía tirita para un equipo abierto en canal. Casemiro cerró una defensa de tres, con Mendy y Marcelo de viceextremos, Asensio de mediapunta y Jovic y Benzema arriba para un juego a la tremenda.

Pero no fue el dibujo sino la actitud lo que cambió la situación. Ahí llegó el ataque de vergüenza torera del equipo, que entre atropellada y furiosamente intento remendar la hecatombe. Un todo o nada que le dio un gol pronto, en trallazo espectacular de Modric desde el parking, y también algunos sustos. Teté perdió dos ocasiones tremendas.

Pero el gol de Modric cambió la dinámica del partido. Más tras la entrada de Vinicius, que llegó como un cohete: robar, avanzar y marcar fue su presentación en el partido. Así que la cosa derivó en asedio, con Vinicius y Marcelo doblándose en la izquierda y en Valverde y Mendy en la derecha. Al Shakhtar le pesaban ya las piernas, pero atrás sostenía el resultado por acumulación. La angustia fue quitándole luz al Madrid, que tomó el camino más corto: los centros al área sin que nadie sacase provecho de ellos. En el descuento le anularon a Valverde el empate por fuera de juego de Vinicius, el último del bosque de piernas. Camino del Camp Nou, la Champions se ha convertido en un zarzal. Y no hay mercado que pueda ayudar al Madrid en la fase de grupos.

Foto: AS

El Bayern goleó sin compasión al Atlético

AS.- El Atlético no pudo con el campeón de Europa, quien ahora mismo está muy por encima de los rojiblancos. El Bayern no perdonó, decidieron sus individualidades, aunque el equipo de Simeone dio la cara. Pero el reto de tumbar al conjunto alemán es ahora mismo complicado. La derrota podía llegar, aunque el resultado propicia que el equipo de Simeone lo tenga complicado para quedar como primero de grupo. Los Coman, Müller, Tolisso, Lewandowski y compañía demostraron los motivos por los que son los principales favoritos para revalidar el título de Champions. El Atlético cosecha la primera derrota de la temporada y sabe que tiene que ofrecer el máximo para equipararse a los mejores del continente.

El Bayern no asustó de salida al Atlético. Más bien fue al contrario, porque el equipo rojiblanco se sintió cómodo en el campo, con Herrera rindiendo a un buen nivel, recibiendo y tocando, abriendo campo y acudiendo a la ayuda. No asustaba el equipo alemán consciente de su potencial y de lo largo que se le podría hacer el partido al Atlético. Hasta el primer gol del Bayern el encuentro estuvo muy igualado. Si el campeón de Europa creaba mucho peligro por la banda izquierda por la calidad de Coman, el Atlético lo hacía por el carril por donde entraba Carrasco. Si Lewandowski incordiaba, también Luis Suárez. Es cierto que el Bayern lanzó al palo a través de Süle, pero también que Carrasco y Suárez tuvieron en sus botas el 0-1. Pero el mejor equipo de Europa lo es por cosas como el primer gol.

El Bayern recuperó la pelota en una salida de balón del Atlético, con enfado de Simeone con João Félix al no poder retener una pelota que posteriormente acabó en un centro medido que Coman no perdonó. Un error en LaLiga puede no significar nada importante, pero en Múnich supone un gol en contra. Y otro partido. Después del tanto, el Bayern ya sí fue el Bayern que nos tiene acostumbrados. Una de las premisas del Cholo, y de todos los técnicos, es que sus jugadores no pierdan balones en el centro del campo. Herrera, hasta entonces casi perfecto, perdió uno y eso finalizó en el 2-0. El Atlético, que sólo había encajado un gol en LaLiga en cuatro jornadas, encajaba dos ante el Bayern antes del descanso. Sin verse apabullado, sin ser un acoso y derribo, el Atlético estaba herido de muerte. El equipo alemán castigó dos errores y dejaba muy encarrilado el partido.

Cierto es que el Atlético ya sabía que el Bayern no le iba a regalar nada y que iba a competir cualquier balón. Pocas veces estará el equipo de Simeone dos goles por debajo a lo largo de la temporada y eso supone cambiar la mentalidad del equipo, hacer algo a lo que no estás muy acostumbrado. El Atlético no se atrevió a dar un paso adelante, quizá por el miedo de sentir un tercer gol y con ello una posible goleada. Pudo cambiar el encuentro nada más reanudarse el mismo con el gol anulado a João Félix. Un golito liquidaba el choque o te metía en él.

Y la misma seguridad que muestra el Atlético en muchos de sus partidos la puso de manifiesto el Bayern. Tampoco estuvo con chispa el equipo rojiblanco en acciones puntuales. Si Coman no perdonó en el 1-0, Carrasco sí lo hizo en una gran galopada de João Félix. Cuando pudo rematar con la derecha no se atrevió y perdió una ocasión clara. No lo hizo Tolisso en un excelente golpeo que fue a la escuadra de Oblak. Del posible 2-1 se pasó al 3-0. Tampoco Coman en el cuarto tanto. Marcó como si lo hiciera en un entrenamiento. Lo hizo contra Felipe, un defensor experto, veterano, de los que tampoco regala nada.

Lo mejor para el Atlético hubiese sido que hubiera acabado el partido, pero aún quedaban minutos. El Bayern ya sí se gustó, tocó y tocó y todos se querían sumar a la fiesta y hacer un gol al muchas veces invulnerable Oblak. El Cholo dio por finiquitado el choque con los cambios. Espera el Betis.

Foto: AS

Mookie Betts lideró la victoria de los Dodgers en el primer juego de la Serie Mundial

Luis Alvarado De Sousa (Caracas).- El Globe Life Field de Arlington se vistió de gala para recibir la Serie Mundial entre Los Ángeles y Tampa Bay. En el primer juego del clásico de octubre, los Dodgers se llevaron la victoria por pizarra final de ocho carreras por tres ante los Rays. Apoyados por una sólida actuación del As, Clayton Kershaw, sumado a los bates encendidos de Mookie Betts y Cody Bellinger, los Dodgers lograron dar el primer golpe en la serie.

El enfrentamiento entre Clayton Kershaw y Tyler Glasnow no decepcionó. pero la mejor parte se la llevó el veterano abridor de los Dodgers. En tres entradas y media, ambos abridores trabajaron sin daño que reflejar en la pizarra. Sin embargo, el abridor de los Rays, Glasnow fue castigado en la parte baja de la cuarta entrada. Cody Bellinger cazó una recta y la envió lejos por el extenso jardín central del parque de los Rangers.

En la siguente entrada, a pesar de permitir un cuadrangular de Kiermaier, Kershaw se mantuvo firme desde el morrito. No pasó lo mismo en el caso de Glasnow, que permitió dos rayitas más de Los Ángeles y salió del compromiso con más trabajo del que debió haberle permitido el manager, Kevin Cash, conocido por su buena gestión de los brazos. Los Dodgers igualaron un récord en este inning, ya que es la primera vez, desde 1912, que un equipo roba tres bases en una misma entrada.

Chris Taylor y Kike Hernández sumaron dos rayitas a la pizarra para Los Ángeles con sendos indiscutibles. Ya la ventaja se hacía más dificil de alcanzar para Tampa Bay. En la sexta entrada, Mookie Betts con cuadrangular y Muncy con tubey ampliarían la ventaja a ocho carreras. Betts hizo historia al ser el primer jugador en el largo recorrido de las Series Mundiales en despachar cuadrangular, robar dos bases y anotar en dos ocasiones en un mismo encuentro.

Tampa Bay hizo un intento de rebelión en la séptima entrada, al sumar dos carreras más para ellos en el marcador, pero el derecho mexicano Víctor González decapitó cualquier intento de regreso de los Rays. De esta forma, se cerraría el juego de pelota. Clayton Kershaw consiguió la victoria 12 de su carrera. Está empatado con Roger Clemens en el quinto lugar de los lanzadores con más victorias en postemporada de todos los tiempos. También se ubica en el segundo puesto en la lista de lanzadores con más abanicados en la postemporada. 

Este miércoles continúa la Serie Mundial a las 8:08 p.m hora venezolana.

Foto: MLB.com

Sevilla y Chelsea no pasaron del empate

AS.- Estreno de altura del Sevilla en Londres. Señor partido del equipo de Lopetegui sobre todo en lo defensivo y la capacidad para controlar la posesión. Exhibición de orden y solidaridad de la que no pudo sacar más de un punto porque en escenarios de tanta entidad como Stamford Bridge a los de Nervión le falta, y es comprensible, ese extra de calidad en la parte de arriba que proporcionan los delanteros que valen varias decenas de millones de euros. Con todo, el más que merecido empate estabiliza a este Sevilla en el lugar privilegiado que merecen sus seis Europa Leagues y partidos de categoría que ha cuajado en los últimos tiempos ante clubes tanto o más temibles que el Chelsea como son el Manchester United, el Inter, el Bayern o el Barcelona.

No hay público por culpa de la pandemia, pero el estadio del Chelsea todavía impone. Drenaje pronunciado, césped perfecto, olor a fútbol inglés y un equipo repleto de futbolistas a millón de euros el kilo de peso. Con todo, saltó al campo un Sevilla valiente, que quiso el protagonismo. Y eso casi le cuesta ya el disgusto a los cinco minutos, en casi la única jugada de peligro del Chelsea durante la primera mitad. Una pérdida en la salida provocó que Havertz, perdido después casi todo el partido aunque ha costado 80 millones, casi rematara en boca de gol, algo que evitó Diego Carlos.

Entre el toque de atención por su tonta expulsión en Granada y la variante táctica, Lopetegui decidió dejar en el banquillo a Joan Jordán y sacar a Gudelj para colocar a Fernando en esa posición de mediocampista defensivo que a veces se incrusta entre los centrales. El serbio por cierto, cabeceó tras una falta de Suso para darle al Sevilla la mejor ocasión antes del descanso. Mendy, que aparecía por sorpresa (se le creía lesionado para bastante más tiempo) en la portería en lugar de Kepa, tiró de buenos reflejos.

A la media hora, una lesión de Sergi Gómez recolocaba al Sevilla con su idea más habitual de los últimos tiempos, ya con Jordán en el campo. Así, después de irse al vestuario tras un tiro raso de Ocampos que volvió a poner a prueba a Mendy, salió el equipo de Nervión a disputar la segunda parte.

Sufría algo más el Sevilla tras el descanso, sobre todo a balón parado, cuando Lopetegui decidió sustituir a un errático Suso por Óliver Torres. El cambio no sólo pretendía mantener algo más el balón sino colocar a Ocampos en el sitio que más le gusta: la derecha, junto a Navas. Y fue en esa sustitución, la enésima con la que Lopetegui lo borda en los últimos tiempos, donde murió el peligro de los locales y surgió una veta de peligro para los sevillistas, que percutieron una y otra vez por la derecha. Lástima que faltaran lo que casi siempre da el oro: remate y último pase.

Foto: AS

La Lazio derrotó al Dortmund en Roma

Marca.- El ‘duelo al gol’ entre Ciro Immobile y Erling Braut Haaland cayó del lado del Bota de Oro. Al menos, en lo colectivo. La Lazio se impuso al Borussia Dortmund (3-1) gracias a los tantos del propio Immobile (6′), de Luiz Felipe Ramos (23′) y de Jean-Daniel Akpa Akpro (76′). Haaland recortó para el ‘BVB’ en el 71′.

Las ‘Águilas’ regresaban a la Champions League tras 13 años de ausencia y no tardaron en hacer acto de presencia gracias a su presión alta. Una ingenua pérdida de Meunier acabó en una asistencia del ‘Tucu’ Correa que Immobile, al borde del área pequeña, no desaprovechó.

La ‘ley del ex’ se volvió a cumplir. Seis años sumaba ‘San Ciro’ sin marcar en Champions. No lo hacía desde diciembre de 2014 contra el Anderlecht. Era, por entonces, jugador del ‘BVB’. En Dortmund, sin embargo, no le fue del todo bien: marcó 10 goles y dio tres asistencias en 34 partidos, justo antes de poner rumbo al Sevilla.

Haaland, con el Borussia desdibujado, apenas entró en juego. Eso sí, siempre que lo hizo fue para generar peligro. Strakosha salvó en el 21′ un mano a mano con Guerreiro tras una buena dejada del noruego.

Y, ya se sabe, quien perdona lo paga. Luiz Felipe Ramos anotó el 2-0 para la Lazio en el 23′ a la salida de un córner botado por Luis Alberto. El tanto del brasileño, que se retiró lesionado en el 51′, dejó una efeméride, cuanto menos, curiosa según ‘Opta Paolo’: el último gol de cabeza en Champions de la Lazio lo había anotado su actual entrenador, Simone Inzaghi, en 2003 contra el Chelsea.

Una nueva dejada de Haaland, en el 28′ generó la otra gran ocasión de peligro del Dortmund en la primera mitad. Meunier, con todo a favor, remató fuera. Respondió Luis Alberto con un hecho inédito: en apenas un minuto, del 35′ al 36′, estuvo a punto de marcar tres goles olímpicos.

El Dortmund mejoró con la entrada de Reyna por Bellingham en el descanso. Strakosha se lució tras un zambombazo de Haaland en el 50′. Nada pudo hacer, en cambio, cuando el ‘9’ del Dortmund conectó un obús a bocajarro tras recibir un ‘pase de la muerte’ del citado Reyna en el 71′. Su leyenda en Champions sigue creciendo: acumula 11 goles en nueve partidos.

La Lazio, que se cerró en busca de ‘matar’ el partido a la contra, cortó cualquier atisbo de remontada en el 76′. Luis Alberto se sacó de la chistera un genial pase con el exterior a la espalda de la defensa e Immobile filtró un pase atrás que Akpro remachó a la red. Las ‘Águilas’ ya han despegado.

Foto: Marca

El Barcelona goleó al Ferencváros con contundencia

Mundo Deportivo.- La entrada del Barça de Koeman en la Champions acabó con la primera ‘manita’ europea del técnico holandés. Una fiesta que hace crecer en autoestima al equipo y que supuso un impulso a los jóvenes, pero que tuvo el peaje en la forma de un penalti y una roja a Piqué que aportó un suspense inesperado al tramo final del partido y conlleva la pérdida del central para Turín. Un penalti muy caro, que sin embargo no oscureció la alegría por los goles de Messi, que desatascó al equipo tras un inicio frío, Ansu (golazo), Coutinho, Pedri y Dembélé, con asistencia de Leo.

El conjunto de Koeman, que dio descanso a Griezmann y Busquets de entrada para que Trincao y Pjnaic debutasen como titulares, ganó confianza en un buen partido que deparó momentos de brillantez y diversión. Noventa minutos que llegan en un momento oportuno, después de haber marcado un solo tanto en los dos partidos anteriores. Y que permitieron a Koeman dar más descansos incluso de los que dispuso en el once inicial: ya con 3-0, llegó la dosificación. El Barça jugó con ritmo, creó ocasiones y presionó arriba al Ferencvaros. Pero también sufrió con las transiciones, muy rápidas, de los húngaros, una de las cuales complicó el tramo final del choque, con lo que Sergio Busquets acabó saliendo, cuando no estaba previsto, para dar un toque de pausa.

Porque, a pesar del 2-0 con el que finalizó el primer tiempo, y que permitía afrontar el segundo con cierta tranquilidad, fue Messi quien tuvo que desatascar un partido que se había puesto preocupante en un inicio extraño. Leo cogió el balón desde la derecha, se inventó una de sus grandes jugadas y, después de tres regates y habiendo entrado en el área, fue derribado en falta por Laidouni. Él mismo marcó, abrió el marcador y tranquilizó al equipo.

Y es que, hasta ese momento, el Ferencvaros había sabido aprovechar pérdidas de balón en zonas preocupantes para lanzar balones largos que buscaban a Nguen. Resultado: un gol anulado por fuera de juego cuando le hicieron el pase, antes de ganar la espalda a Piqué, driblar a Lenglet y fusilar a Neto; y sobre todo un chut al palo de Sael, tras una dejada de tacón de Nguen.

Los buenos momentos del Barça

Los húngaros habían advertido, pero la reacción que llegó tras la jugada de Messi tensó al Barça, que hasta ese momento había jugado con un punto de apatía. Trincao, por la derecha, comenzó a encarar y desequilibrar. Un centro del portugués encontró a Ansu Fati, cuyo remate propició un paradón del meta del conjunto húngaro, que volvió a sacar una mano prodigiosa ante Trincao, que había entrado en el área y se quedó muy cerca del gol.

Finalmente, el segundo llegó por mediación de Ansu Fati, tras recibir una asistencia del holandés De Jong, una asistencia magnífica tras recibir del propio Ansu, creciente en juego y confianza con el paso de los minutos. La finalización de la jugada fue soberbia y daba paz mental al equipo.

El tercero, de Coutinho, llegó tras una gran asistencia que efectuó Ansu Fati de tacón, una obra de arte, después de recibir de Messi, que había recibido de Pjanic antes de encarar a la defensa en el área. La resolución de Cou fue, igualmente, magnífica.

El suspense final

Cuando todo estaba dispuesto para un final de partido festivo y cómodo, un balón largo a Nguen, que volvió a ganar la espalda a Piqué, derivó en penalti y expulsión del central catalán, que agarró al delantero aunque el agarrón era mutuo y venía teniendo lugar desde mucho antes de la entrada en el área. Marcó Kharatin y en el tramo final la fiesta se complicó.

Pero ahí llegó Dembélé para salir en una contra demoledora para llegar a la línea de fondo y dar el pase de la muerte a Pedri, que consiguió el cuatro, providencial. Y el francés se quedó para así el quinto, a pase de un Messi generoso.

Foto: EFE

El United se impuso al PSG sobre la hora

Marca.- El Manchester United ‘disfruta’ como un niño en el Parque de los Príncipes. El PSG le recibe como favorito, no le deja subirse a los columpios y acaba castigado. Solskjaer, sin las 10 bajas que no le impidieron en 2019 ‘cargarse’ al conjunto parisino en octavos remontando el 0-2 de Old Trafford, repitió su plan de entonces prescindiendo de forma deliberada de Pogba, Van de Beek, Matic… ¡Y funcionó! En París, el técnico noruego juega siempre a la ruleta rusa sin lastimarse. Logró una victoria (1-2) de calidad en la guarida del subcampeón. Una costumbre contemporánea de los ‘diablos rojos’.

Cavani, máximo realizador histórico (200 goles) del PSG, se perdió el reencuentro con Neymar, Mbappé y compañía. El United se abrigó con tres centrales y su presión alta y ordenada, y el PSG tardó en quitarse el corsé. No está de moda. Y sobre la verde pasarela gala, Bruno Fernandes acaparó todos los focos. El medio portugués se saltó el toque de queda. Mientras París lucía vacía bajo la lluvia, el ‘playmaker’ del ‘ManU’ fue un tormento para el PSG. Un chaparrón en la medular.

El United aguantaba y Diallo se comió el giro de Martial. Mateu Lahoz no dudó en señalar los 11 metros. Y Fernandes, que había fallado un penalti el fin de semana ante el Newcastle, tiró de galones en su especialidad favorita. Erró el primer chut… pero Keylor estaba adelantado. Repitió y no falló. Un ejercicio de personalidad. Por algo es el capitán, y eso que llegó a Mánchester en febrero.

De Gea guardó el botín inglés. Di María, con la zurda, veía el 1-0… pero las manos del meta español se lo taparon. El United estaba cómodo hasta que Tuchel movió sus piezas en el descanso. Colocó a Kean de ‘9’, a Mbappé en la izquierda, le dio libertad a Neymar y el equipo parisino se desató. Los ‘diablos rojos’ se vieron superados… aunque Bruno Fernandes, con sus pases medidos a campo contrario, regalaba a Rashford un peligro que desperdiciaba.

De Gea volvió a frenar al PSG. Mbappé caracoleó, mareó a Wan-Bissaka y McTominay y se sacó un latigazo que el español mandó a córner. Una alegría efímera. Desde la esquina, Martial introdujo en su portería de cabeza el empate. Un golazo en la portería equivocada. El PSG parecía abrir la senda de la remontada… pero se apagó. Su reacción fue corta. Espumosa. Y el United se vino arriba. En el ida y vuelta, la escuadra inglesa se sintió mejor. El equipo francés nunca subió la intensidad defensiva y Keylor comenzó a trabajar.

Navas privó al Bruno Fernandes y a Rashford del segundo tanto. Al portero costarricense se le acumuló el trabajo en la segunda parte por la dejadez de sus compañeros. Y el delantero inglés, desatinado de cara a puerta en casi todo el partido, acertó en el epílogo. La defensa del PSG le ‘agarró’ con la mirada y se internó en el área hasta que chutó el 1-2. Sin oposición, logró la diana del triunfo ‘mancuniano’ en su jardín y en el de Solskjaer. En el 1-3 de los octavos de 2019 en el Parque de los Príncipes también desniveló el choque en los instantes finales. Disfruta en el alambre. Golpe de autoridad en París del United que manda al diván al PSG. La Champions no perdona.

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