Roberto Baggio, el genio que Italia no supo comprender

Tony Cittadino (Mallorca).- Roberto Baggio es uno de los mejores futbolistas italianos de todos los tiempos. Su calidad con el balón se demostró una y otra vez, superando las tortuosas lesiones y jugando, prácticamente, con una rodilla. Aunque la relación con la mayoría de sus entrenadores no fue buena, el amor de los fanáticos los dividió entre el héroe de la cancha y el villano por errar el penal en el Mundial del 94. Un fallo que parece que nunca le perdonaron.

Baggio nació el 18 de febrero de 1967 en Caldogno, un pueblo de casi 11 mil personas cerca de Vicenza. En su autobiografía Una Porta Nel Cielo (2001), recordó que fue el sexto de ocho hermanos: Gianna, Walter, Carla, Giorgio, Anna Maria, Nadia y Eddy. Su madre es Matilde y su padre, Florindo, un ex jugador de fútbol y ciclista.

Su nombre fue en honor a dos jugadores estelares de la Juve e Italia: Roberto Boninsegna y Roberto Bettega. Comenzó a jugar a los 6 años y su firma con el Vicenza, su primer equipo, fue en parte gracias al párroco de la iglesia, que vio sus dotes de jugador y habló con la directiva del equipo. En 1979, anotó 42 goles y realizó 20 asistencias con el equipo juvenil de Caldogno. En total, en las juveniles llegó a marcar 110 goles en 120 partidos.

El Vicenza lo firmó cuando tenía 13 años, por 150 mil liras y debutó tres años más tarde, en la temporada 1982-1983. Sus ídolos eran los brasileños Cinesinho y Zico. La primera de sus tantas lesiones fue en 1982, en el menisco de la rodilla izquierda.

Ya en el Vicenza, había despertado el interés de la Fiorentina, la Sampdoria, el Torino y la Juventus. Su primer tanto fue el 3 de junio de 1984, ante el Brescia. Ya tenía 16 años. Irónicamente, lo haría con un penal. Como fue marcado por el destino. Un remate sutil, a ras del suelo, al lado izquierdo de la portería, engañando al arquero.

El 5 de mayo de 1985 se lesionó, dos días después de firmar con la Fiorentina por dos millardos 700 mil liras. Con el Vicenza jugó tres temporadas y en la última, la 1984-1985, anotó 12 goles en 29 partidos de la liga.“Me lesioné en el juego ante el Rimini, equipo del que era director técnico Arrigo Sacchi. Ganábamos un gol por cero, con un gol mío. Iba corriendo, me resbalé y la pierna se dobló hacia atrás. Sentí un dolor muy fuerte. Algunos pensaban que estaba fingiendo. Me rompí el ligamento cruzado anterior, la cápsula y el menisco de la pierna derecha. Ahí comenzó el calvario”, explicó al programa Sfide de la RAI.

Baggio se operó en Saint-Étienne con el doctor Bousquet. Fue el 5 junio, un mes después de la lesión. Le reconstruyeron la rodilla. La cirugía le dejó 220 puntos de sutura internos. Baggio más nunca fue igual en el campo, aunque sí supo reinventarse. En su libro explicó que se acercó al budismo por primera vez en 1987, gracias a su amigo Maurizio Boldrini. Fue dos años después de haberse lesionado.

“Cuando me lesioné, todos dijeron que debía retirarme. En ese tiempo, no lograba tener continuidad y no creía en mí mismo. Salía muy poco, porque siempre tenía que tener hielo en la rodilla y porque tenía miedo”, explicó Baggio, quien fue católico, pero no por fe, sino por costumbre.

El 12 de enero de 1988 inició su camino en el budismo y allí pudo refugiarse y salir adelante, porque se quería morir. No tenía esperanzas. Dos semanas después de la operación, pesaba 56 kilos. Había perdido 12, porque no dormía, ni comía.

“La operación fue un éxito científicamente en esos años, pero para mí fue terrible. La rodilla la tenía inflamada como un melón y la tenía sostenida por barras metálicas a los lados. Tenía un dolor terrible y estaba destruido. El dolor me traspasaba el cráneo. Era alérgico a los antiinflamatorios y los que me aplicaban, ni los sentía. Me sentía tan mal, que una vez le dije a mi madre que si me quería, que me matara, porque no aguantaba más. Era un tormento las 24 horas del día”, relató en su libro.

Su llegada a la Fiorentina

Baggio volvió al terreno de juego, luego de su traumática recuperación. Fue su primera campaña en Serie A con la Fiorentina en la zafra 1986-1987. Entre liga y Copa Italia, disputó 10 partidos y anotó tres goles.

En su libro, Baggio define a la entidad viola como su gran amor, porque creyeron en él y le ayudaron a recuperarse. “Nadie me entenderá, sino vivió lo que viví y si no conoce Florencia. Cuando llegué, era un campeón virtual. Tenía 18 años y un currículum de fenómeno, pero con una rodilla reconstruida. Estaba mal y la ciudad me amó rápido, confiando en mí, adoptándome como a su familia”.

El técnico que lo recibió fue Aldo Agroppi y nunca dudó de su talento. “Tenía prisa en recuperarlo, porque tenía enfrente a un gran jugador. Era inútil negarlo. Quería dirigir a un gran jugador y regresarle su valor. No pensaba en otra cosa”, dijo el estratega a Sfide.

El 3 de septiembre de 1986 debutó con el equipo ante el Empoli, en duelo de Copa Italia con par de tantos. Sin embargo, a las tres semanas volvió a romperse el menisco y tuvo que pasar de nuevo por el quirófano.

El 17 de septiembre de 1989 dio su primera gran muestra de su talento y su recuperación, al anotar un golazo ante el Napoli de Maradona en el estadio San Paolo. Tomó el balón desde antes del mediocampo y en una corrida triunfal, se fue quitando a los rivales con regates. Al llegar al área, superó al portero Giuliano Giuliani en el mano a mano y definió a puerta vacía.

Su crecimiento con el equipo viola siempre fue a más. Entre la campaña 1987-1988 y la 1989-1990, anotó 52 goles en 121 juegos entre liga y copa nacional. Los fanáticos soñaban con la nueva estrella del equipo, pero todo cambió justo antes del Mundial Italia 90.

Su partida a la Juventus, uno de los grandes rivales en el fútbol italiano, desató protestas en la ciudad, con un saldo fue de 50 heridos y 54 detenidos. El presidente del club, Ranieri Pontiello, explicó que la transacción fue para salvar a la entidad económicamente. “Su traspaso era una acción para evitarlo. Teníamos que igualar los balances económicos de la Fiorentina”.

Baggio dijo que quería quedarse en el club, pero se fue porque lo habían vendido. No era su deseo.

La magia en Italia 90

Baggio había debutado con la selección absoluta el 16 de noviembre de 1988 y su primer gol fue con un tiro libre, el 22 de abril de 1989 ante Uruguay. Había mucha expectativa de lo que podría hacer. Su convocatoria al Mundial, era el premio a la constancia.

Pero los días previos a Italia 90 no fueron fáciles, porque los fanáticos de la Fiorentina iban a Coverciano a increpar al jugador durante los entrenamientos. Por ese motivo, el director técnico de la selección italiana, Azeglio Vicini, debió cerrar las prácticas al público.

Debutó ante Checoslovaquia, en el tercer juego de la fase de grupos. Fue el 19 de junio de 1990 y en el minuto 77 anotó un gran gol con una jugada personal desde la mitad del campo. Un tanto parecido al que marcó con la Fiorentina en la Serie A. En esa Copa del Mundo, anotó dos tantos en cinco partidos. “Fue una emoción increíble e inexplicable, porque era mi primer juego y aseguramos la victoria”, dijo a Sfide.

Italia quedó eliminada en semifinales ante Argentina. Empataron a un gol en 120 minutos y cayeron en penales cuatro por tres. En el duelo por el tercer lugar, anotó uno de los dos tantos en el triunfo frente a Inglaterra. El segundo gol fue un penal de Salvatore Schillaci, al que Baggio le cedió para tirarlo y quedarse como líder goleador de la Copa.

La gloria con la Juventus

Baggio pasó a la Juventus y se consagró como un campeón, a pesar de admitir que no se acostumbró a la ciudad de Torino. “Il Codino”, apodado así por el presidente del club, Giovanni Agnelli, tuvo un rendimiento nunca antes visto. Marcó 102 goles en 171 juegos, entre la temporada 1990-1991 a la 1993-1994, la campaña previa al Mundial, perforó 22 veces las redes en 41 choques en todas las competiciones.

El momento más duro de su primera zafra con la Vecchia Signora, fue el regreso al Artemio Franchi de Florencia, donde se negó a tirar un penal por respeto a su antiguo club. Fue el 7 de abril de 1991 y el conjunto local ganó uno por cero. A pesar de ello, los fanáticos lo pitaron hasta el cansancio.

“No lanzar el penal era una decisión que habíamos tomado el día anterior, con el director técnico Luigi Maifredi. Si fallaba, entonces dirían que lo habría hecho a propósito”, expresó Baggio en Sfide. El propio estratega, confirmó la versión del jugador. “Camino a Florencia hablé con él y dijo que si eventualmente se pitaba un penal, no quería lanzarlo. Ganas tendría, pero no quería para evitar polémicas”.

En la contienda 1991-1992 llegó Giovanni Trapattoni como director técnico y se dio la tan esperada explosión de Baggio. Fue clave para ganar la Copa UEFA 1992-1993, al anotar par de goles en la victoria de tres por uno en la final ante el Borussia Dortmund. Alzó la copa como capitán y logró su primer trofeo internacional. “Fue algo bellísimo, porque fue la coronación de un año difícil”.

Al final del año 1993, ganó el Balón de Oro, siendo el cuarto italiano luego de Omar Sivori (1961), Gianni Rivera (1969) y Paolo Rossi (1982). También se quedó con el galardón FIFA World Player.

En su última campaña, la 1994-1995, anotó 14 dianas en 29 duelos en todas las competiciones y alcanzó el doblete con el título de liga y la Copa Italia, ahora con Marcello Lippi como estratega. En cinco temporadas con los bianconeros, jugó 200 partidos y marcó 115 goles.

La decisión de marcharse la tomó luego de que Bettega le comentó que si quería quedarse, debía rebajarse el sueldo a la mitad. “En el invierno había explotado Alessandro Del Piero y la directiva no tenía ganas de apostar por un jugador como yo, con 28 años y un sueldo alto. Estaba contento por Del Piero, porque lo vi crecer en los entrenamientos. Confiaba en mí, me pedía consejos y lo ayudaba”, recordó “Il Codino en su autobiografía”.

El tormento de Pasadena

Su segundo Mundial fue el de Estados Unidos 1994. En su libro describió el episodio de la final ante Brasil como una carga que siempre lo acompañó. Fue el domingo 17 de julio. Cómo olvidarlo. Antes de que arrancara la Copa del Mundo, su líder espiritual budista Daisaku Ikeda, le dijo, lo que a su juicio, era una profecía: “Ese Mundial lo ganarás o lo perderás en el último segundo”.

Baggio dijo que esas palabras las analizó día y noche y que la molestia en la pierna derecha que venía arrastrando del juego ante Bulgaria, no era impedimento para poder jugar el partido decisivo, a pesar de las críticas de algunos medios de comunicación y fanáticos.

El 10 de Italia ejecutó el último penal de la tanda, pero la pelota se marchó por encima del travesaño y Brasil se llevó la copa. “No basta cerrar los ojos para no verlo. Es como si lo reviviera todas las veces. El vuelo de la pelota, el silencio de mis fanáticos, los gritos de los otros, el abrazo de Gigi Riva. Pero ningún abrazo podría curar mi soledad. Una vez más, estaba solo”.

El estelar delantero aseguró que su vida nunca fue igual, después de ese momento. Se sintió señalado y fue hasta injusto, porque Italia llegó a la final por sus dos goles ante Nigeria, su diana ante España y su doblete frente a Bulgaria.  Además, antes que él habían fallado Franco Baresi y Daniele Massaro, algo que quizás pocos recuerdan. Si Baggio hubiera marcado, igual Brasil tenía una oportunidad más.

“Los años siguientes fueron los peores. No era yo. La carga hizo que olvidara los regates de mi infancia. Nunca había llegado hasta el fondo, porque perder en el campo está bien, pero no perder por un penal. Uno no debería ni siquiera festejar después de la victoria, porque no es una victoria. Nunca. El balón se fue muy alto. Es para reír, porque casi nunca fallé penales y los que fallé, me los pararon”, agregó en el libro.

Su amargo y triste relato no queda allí. “Uno ve al centro de la portería, a media altura, sabiendo que el portero se lanzará al otro lado. Pero la pelota agarra otro destino, como llevada al cielo por una mano invisible, tres metros por encima del travesaño. Los brasileños dicen que fue el gran Ayrton Senna. Pero lo único que queda es el dolor, con el que tienes que aprender a vivir”.

Afrontar la realidad no fue fácil. “Ese penal lo lancé luego, tantas veces. En los sueños, en el pasillo de la casa, hasta en la televisión y siempre marqué. Pero en los sueños, todo es diferente. La noche es una tortura, pero en la mañana estoy tranquilo. Voy al punto penal y antes de chutar, sé que marcaré. Cuando termina el sueño, despierto sonriente, como si hubiera anotado de verdad. Como si la carga se hubiera acabado. Pero es una ilusión. El peso se mantiene”.

Su paso por el Milan

En la temporada 1995-1996 pasó al Milan del poderoso político Silvio Berlusconi, club con el que anotó siete goles en 28 juegos y ganó el segundo título de liga de su carrera, ahora con Fabio Capello como dirigente. A pesar de su rendimiento, no fue convocado por Sacchi para la Eurocopa 96. De hecho, su presencia en la selección se fue reduciendo luego del Mundial.

“Cuando la Juve cambió de directiva, entendí que no estaba en sus planes. Elegí al Milan, porque fueron los que más me quisieron o los que me lo hicieron entender mejor. Me querían desde que estaba en la Fiorentina. Ahora estaba con Capello, ganando otro scudetto y con jugadores como Weah, Savicevic y Maldini”, dijo Baggio en su autobiografía.

En la zafra siguiente, anotó cinco dianas en 23 choques de la Serie A, pero se planteó nuevos horizontes. “Cuando Capello regresó a final de temporada, me dijo que no tenía más espacio para mí. Entonces fue momento de buscar otro equipo, porque faltaba un año para el Mundial. En esos años, gané todo lo que se podía ganar. Lo hice a mi modo. Trabajando duro”.

Baggio consideró que su firma con el equipo lombardo fue sencilla. “La Juve quería llevarme al Inter y yo dije, ‘no señor’. El Milan me había comprado moralmente en 1990, pero no se dio. Con Capello estuve bien al inicio, pero luego no. Cuando el juego se ponía bueno, me sacaba. Decía que era para cuidarme”, agregó.

La relación con el técnico se fue deteriorando sin freno. “Cuando se fue del Milan, parecía que quería arreglar cuentas con el equipo. Ya nadie lo soportaba en el vestuario. Una vez luego de ganar el scudetto, veníamos de regreso en un viaje de pretemporada y comenzó a decir cosas con doble sentido sobre mi talento. Decía que yo no aceptaba las sustituciones y que era mimado por la prensa”.

El 10 sintió que comenzaba a molestar y no quería ser un estorbo. “Entendí que era la hora de quitarles un problema. Me tenía que ir y me fui, aunque no me dolió como en el pasado. Había madurado. Solo quería conseguir un equipo en el que tuviera espacio”, explicó y recordó que con Berlusconi tuvo una mejor relación “porque además era diferente de Agnelli. Menos formal y más directo”.

Goleador en el Bologna

Su quinto uniforme lo vistió en la temporada 1997-1998, junto antes del Mundial. Luego de estar en los planes del Parma, se cayó la negociación. El Bologna lo había firmado y tuvo un rendimiento excelente, con 22 goles en 30 juegos. Fue la temporada en la que más goles firmó en su carrera, desde que anotó 21 para ganar el Balón de Oro. Sin embargo, no fue suficiente y el equipo terminó en el octavo lugar con 48 puntos.

Aquí también tuvo roces con el director técnico Renzo Ulivieri, quien lo dejó fuera de las convocatorias ante sus ex equipos Milan y Juventus. “El entrenador hace sus escogencias técnicas y pagué por eso, pero siempre pensé primero en el equipo”, explicó en Sfide.

“Ulivieri no me quería y lo dejó bien claro. Una vez no jugué por sanción y al regresar, la banda de capitán la tenía Marocchi. Me dijo que la semana que viene me la regresaba, pero nunca lo hizo. Más nunca fui capitán”, rememoró en su autobiografía.

Baggio anotó ocho goles en los últimos cinco partidos de la temporada, quedando en pleno estado de forma para el Mundial Francia 1998. Al final, se ganó la convocatoria del ahora director técnico Cesare Maldini. “Cuando me llamó para darme la noticia, pensé que era un chiste. Era una convocatoria de emergencia”.

La aventura de Francia 98

Su tercer Mundial fue el de Francia 1998, al que llegó peleando la titularidad con Del Piero, el ahora estelar jugador de la Juventus por el que la Vecchia Signora decidió apostar tres años antes en detrimento de Baggio.

“Me sentía parte del grupo, era feliz y confiaba en mí. Pero se hablaba de espacio limitado y de una rivalidad con Del Piero, que nunca existió”, dijo en su libro. El delantero disputó cuatro juegos y anotó dos goles, pero rara vez fue titular. Fue el primer jugador italiano en marcar en tres Copas del Mundo diferentes.

En el debut ante Chile el 11 de julio, dio una asistencia magistral a Christian Vieri y anotó el gol del empate a dos desde el punto penal. Otra vez, con el reto de los 12 pasos. “Pensé que si lo fallaba, me tendría que ir del país. En esos segundos, me pasó de todo por la cabeza”.

Baggio marcó con un remate bajo, a la derecha del portero. El otro tanto fue ante Austria. Italia quedó eliminada por tercer Mundial consecutivo en penales, ahora ante Francia. En la prórroga, falló el Gol de Oro con un remate cruzado espectacular, que salió fuera por poco.

“Cuando vi que falló Di Biagio desde el punto penal, me dieron ganas de llorar otra vez. Entendí que otra se había acabado y, de nuevo, de mala manera. Tenía un sabor de derrota muy amargo”.

El Dream Team del Inter

Luego del Mundial, volvió a cambiar de equipo. Ahora regresaba a Milán, para jugar con el Inter. Baggio se dio el lujo de estar en los tres grandes de Italia. Con el equipo nerazzurro, conformó una delantera de ensueño con Ronaldo e Iván Zamorano y luego con Álvaro Recoba. Estuvo dos temporadas y en todas las competiciones sumó 17 goles en 59 juegos.

“Fui al Inter, porque quería jugar la Champions y tenía 31 años”, recordó. En la primera contienda, estuvo a cargo de Luigi Simoni. El 26 de noviembre de 1998 se lució ante el Real Madrid en el Giuseppe Meazza, al anotar un doblete en la victoria de tres por uno y encaminar la clasificación a la segunda ronda.

En la segunda zafra tuvo problemas con el director técnico Lippi, quien estuvo al frente en la 1999-2000 y ya lo había dirigido en la Juve. En la primera vuelta, sólo jugó cuatro partidos y como suplente. “Jugaba el tiempo que me dejaban, pero tampoco es que tenía una varita mágica para entrar y cambiar los partidos. Nunca fui un jugador rompe grupos, ni que generara polémicas en el vestuario”, declaró en Sfide.

“Lippi me hizo al guerra, sin parar un minuto. Sin motivarme, sin lógica. No bastaban mis lesiones en la rodilla. Tenía que comer lo que él quería y si hacía un regate de más, se molestaba. Si un compañero me aplaudía, era peor. Algo nunca visto. Me vi reducido a los suplentes de los suplentes. Cada provocación suya, me fortalecía más. Me quiso destruir y no pudo”, describió en su autobiografía.

El 23 de mayo del 2000, el Inter debió jugar ante el Parma un partido de desempate, para dirimir el boleto a la Liga de Campeones. Ambas oncenas estaban igualadas en el cuarto lugar. Marcó un golazo de tiro libre en toda la escuadra superior izquierda y luego otro tanto más, ante el nobel portero Gianluigi Buffon.

Al final del encuentro, dijo a los micrófonos de la RAI. “Soy un profesional serio y lo demostré también este año, a pesar de todos los problemas que he tenido y sobre todo los que tuve con el entrenador”.

Era el enésimo capítulo de una polémica con un director técnico. Sin embargo, no se consideraba caprichoso o divo. “Nunca me comporté así. No, al menos, de forma consciente. Mi maldición es que tengo un sentimiento fuerte de justicia. Soy rebelde y eso no gusta. No me gustan las discriminaciones. Pero a la vez, soy una persona educada y controlada”, recordó en su libro.

El héroe del Brescia

Baggio no fue convocado por Dino Zoff para jugar la Eurocopa 2000, en la que Italia perdió la final ante Francia. Fue otra puñalada al corazón. Estuvo un tiempo sin contrato, a pesar de tener ofertas de Alemania, Inglaterra, España y Japón. Su prioridad era quedarse en Italia, cerca de la familia.

En el país de la bota, hubo intenciones por parte del Napoli, Udinese y Reggina. Para firmar con un club, quería contar con tres requisitos básicos. “Que el equipo jugara en la Serie A,  que estuviera cerca de mi casa y que me garantizaran la titularidad”.

Con esas condiciones, llegó  a un acuerdo con el Brescia, club con el que se retiró tras cuatro años. Jugó desde la temporada 2000-2001, hasta la 2003-2004. En total, estuvo en 101 partidos y anotó 46 goles en todas las competiciones.

El director técnico Carlo Mazzone lo recibió como a un hijo o mejor dicho, “como un hermano gemelo”, como lo describió, y el presidente del club Luigi Corioni hizo el esfuerzo para contratarlo. “Contratar a Baggio es un privilegio de pocos. Se dio la posibilidad de traerlo, a pesar de que su manager pretendía demasiado”, expresó el directivo a Sfide.

El contrato se firmó con una clausula curiosa. La estadía de Baggio en el Brescia, dependía al mismo tiempo de la de Mazzone. Si el técnico se iba, él también lo haría. “Es un jugador educado, profesional, puntual, generoso y es un ejemplo para todos. Si además me hace ganar, no puedo hablar mal de él”, expresó el técnico.

Durante su estancia en el Brescia, Baggio compartió con jugadores como Pep Guardiola y los jóvenes italianos Andrea Pirlo y Luca Toni, a la postre campeones del mundo en Alemania 2006.

Baggio dijo que Mazzone fue el mejor técnico que tuvo en su carrera. “Fue el que me hubiera gustado encontrar desde el comienzo. Sincero, no era hipócrita y no le gustaba el autoritarismo. Si el fútbol fuera dirigido por personas como él, fuera el mismo que soñé desde niño. Las estrellas no tuvieran miedo de manifestarse, los jóvenes no tuvieran prisa en madurar y los profesionales serían más honestos”, reflexionó en su libro.

Para entonces, buscaba su cuarto Mundial y tenía un entrenador en quién confiar. Tenía  la fe y la convicción de que quedarse en Italia era la decisión correcta. No se fue a Japón, porque quería seguir luchando por estar en la selección.

“En ese momento llamé a Trapattoni y le consulté si era bueno ir a Japón, porque tenía una oferta espectacular. Si no me hubiera dado esperanzas de ir al Mundial, aceptaba la oferta. Pero me dijo que me estaría siguiendo y que todo dependía de mi. Fue muy claro. Sabía que iba a ser difícil, pero había una posibilidad”, dijo en su autobiografía.

Pero su físico volvía a poner en duda su talento. El 23 de diciembre del 2000 se lesionó  en un juego ante el Lecce, tras cobrar un tiro libre y sufrir una lesión muscular.

El 24 de febrero del 2001 regresó al campo ante la Fiorentina en Florencia y marcó dos tantos que le dieron el empate a dos al Brescia. Uno fue un tiro libre que pegó en el travesaño y entró, dejando parado a Francesco Toldo.

El 1 de abril de 2001, anotó el golazo del empate a uno ante la Juventus en el Delle Alpi. Un pase en profundidad magistral del novato Pirlo, fue bajado de primera por Baggio con su pierna derecha, regateó al portero Edwin van der Sar y definió a puerta vacía.

“Fue un gol muy bello y un punto vital para nosotros. En especial, por cómo bajé el balón. Lo hice de primera y pude driblar al portero. Cuando comenzó la jugada, ya lo había pensado. Son decisiones que tienes que tomar rápido y todo salió. Casi nunca sale, pero cuando sucede, la satisfacción es triple. Si no lo intentas, sólo harás goles normales”, señaló en su libro.

Veinte días más tarde, también perforó las redes ante el Napoli, con un tiro libre, llevando adelante una remontada espectacular en la tabla. Salieron del descenso y terminaron en el séptimo puesto.

En la campaña 2001-2002 arrancó con ritmo demoledor, con ocho goles en ocho jornadas. El 30 de septiembre del 2001, anotó par de tantos en el segundo tiempo para darle el empate al Brescia en el derby frente a la Atalanta.

En la décima jornada, anotó ante el Piacenza, pero salió lesionado. Se recuperó y volvió a jugar el 28 de octubre, contra el Venezia. Baggio recibió una falta por detrás y se temió lo peor por su rodilla izquierda. Reingresó al campo y anotó un gol de penal en la segunda etapa. Minutos más tarde, se cayó sólo en el campo. La rodilla izquierda había sufrido una distorsión de primer grado, pero sin afectar a los ligamentos.

Al legar a casa, estuvo rezando seis horas. Estuvo tres meses fuera, a pesar de que al principio se hablaba de un par de semanas. Su recuperación fue en tiempo récord.  El 30 de enero ante el Parma en partido de semifinal de Copa Italia, se volvió a caer solo con fuertes dolores en la rodilla izquierda. “Durante media hora no la pude mover, porque era un dolor muy fuerte”, explicó. Esta vez sí se había roto los ligamentos cruzados. Se esperaba que debía estar fuera ocho meses, pero se recuperó en 76 días.

El 12 de febrero comenzó la rehabilitación, que realizó con el balón de la Copa del Mundo. Su deseo de jugar el Mundial 2002, con 35 años, lo mantenía motivado. El 21 de abril volvió una vez más a jugar, ahora ante la Fiorentina. Entró al minuto 71 y anotó par de tantos, para mantener la pelea por evitar el descenso.

Llegó el último juego de la temporada contra otro ex equipo, el Bologna. Fue el 5 de mayo de 2002. Baggio cobró un penal que le detuvo su compañero de selección en el Mundial del 94, Gianluca Pagliuca, pero le quedó el rebote y marcó el dos por cero. El Brescia ganó tres por cero y mantuvo la categoría, por segundo año seguido.

A pesar de la gran recuperación que tuvo, no pudo ir al Mundial. Trapattoni no lo convocó. No había espacio, porque el ataque estaba integrado por Vieri, Totti y Del Piero. “El técnico me llamó y me dijo que no me podía convocar, porque no me veía al 100%. Le dije que estaba bien, que todas las pruebas eran positivas y que todavía quedaba un mes para el Mundial. No pude convencerlo. Me dijo que ya tenía la convocatoria lista”, declaró a Sfide.

Baggio no vio los partidos de la selección, porque pasó sus vacaciones en Argentina. Casualmente, regresó a Italia el mismo día que el grupo regresó eliminado de Corea y Japón. En la 2002-2003 logró los 200 goles en Serie A y el 300 de su carrera, también de penal. Esa campaña terminó anotando 12 dianas y en la siguiente, también coleccionó una docena.

A pesar su estado de forma, Baggio también se quedó fuera de la Eurocopa 2004. Su retiro con la selección fue un partido amistoso ante España, jugado el 26 de abril de 2004 en el estadio Luigi Ferraris de Génova. Terminó uno a uno y jugó 87 minutos.

Su último partido en la Serie A fue el 16 de mayo ante el Milan en San Siro, que lo despidió con una ovación merecida y con Maldini como capitán. Así puso fin a una mágica trayectoria, que finalizó con 205 goles en Serie A y su dorsal 10 fue retirado en el Brescia. Un justo reconocimiento para un fuera de clase incomprendido en Italia.

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El Genoa sorprendió al Milan a puerta cerrada en San Siro

Marca.- Al Milan no le sentó nada bien jugar a puerta cerrada en San Siro a causa del coronavirus. Marcó Ibrahimovic (77′), pero no sirvió para evitar la derrota ante el Genoa (1-2). Pandev (7′) y Cassata (41′) adelantaron a los de Davide Nicola, que iniciaron la jornada en puestos de descenso.

El ‘eterno’ Pandev (36 años) abrió la lata después de que el ex bético Sanabria le ganara una carrera por la banda izquierda a Theo Hernández y le entregara el balón sobre la línea. Sólo tenía que empujarla y no falló. Nada pudo hacer Begovic, suplente del lesionado Donnarumma.

Cassata amplió distancias justo antes del descanso al rematar en el segundo palo, sin oposición alguna, un centro de Biraschi.El definitivo 1-2 llevó el sello de Ibrahimovic. El sueco recoció un balón muerto en el área pequeña a la salida de un córner y fusiló a Perin.

El cuarto gol (tercero en Serie A) de Ibra en 10 partidos no evitó la derrota de un Milan que volvió a formar con su ataque ‘fetiche’: Castillejo, Ibrahimovic, Rebic y Calhanoglu.Los de Pioli, tras este tropiezo, se quedan séptimos con 36 puntos, a tres del Nápoles, que cierra la ‘zona Europa League’.

Foto: EFE.

El Milan derrota al Torino y queda a las puertas de Europa

Marca-.

El relevo en el banquillo del Milan comienza a surtir efecto. Le ha costado dar con la tecla a Stefano Pioli -sustituyó a Giampaolo a principios de octubre-, pero, poco a poco, lo está consiguiendo. La victoria sobre el Torino (1-0) gracias a un nuevo tanto del enrachado Ante Rebic en el 25′ deja a los ‘rossoneri’ a las puertas de Europa.

El Milan es octavo con 35 puntos, los mismos que el Parma (séptimo) y el Hellas Verona (sexto), que cierra los puestos que dan acceso a la Europa League. El Torino, en cambio, continúa con su mala dinámica. Seis derrotas consecutivas dejan a los discípulos del recién llegado Moreno Longo a sólo cinco puntos del descenso.

La buena dinámica del Milan, que se jugará con la Juve el pase a la final de ‘Coppa’ tras el 1-1 de San Siro, trasciende los resultados. La presencia de Ibrahimovic ha ‘revitalizado’ anímicamente a un equipo que parecía ‘muerto’. Hay, además, otras piezas claves: Samu Castillejo ha recuperado su mejor versión tras la salida de Suso, Bennacer ha dotado de mayor recorrido al doble pivote y Rebic está exhibiendo su enorme llegada.

Paquetá, novedad en el once, protagonizó la primera gran ocasión del partido a los 20′. Sirigu, sin embargo, se lució para despejar el tiro del brasileño desde la frontal.

Casi acto seguido, en el 25′, llegó el 1-0. Robó Paquetá mientras el español Álex Berenguer reclamaba falta, Castillejo ganó línea de fondo y sirvió el ‘pase de la muerte’ para que Rebic marcara a placer. Un gol y cuatro asistencias suma el ex de Villarreal y Málaga en todas las competiciones. El croata, ex del Eintracht Frankfurt, sigue de dulce: ha marcado cinco goles en sus últimos cinco partidos.

El partido dejó una mala noticia para el Milan justo antes del descanso. Kjaer, cedido por el Sevilla, se retiró lesionado y dejó su lugar al joven Gabbia.

El Milan buscó el 2-0 tras el descanso. Ibrahimovic rozó la escuadra con un extrañísimo disparo con el interior tras dejada de Samu en el 48′, el propio Castillejo remató fuera mano a mano con Sirigu en el 53′ y Bonaventura casi marca con un tiro lejano en el 74′. El gol no llegó, pero no hizo falta. El Milan ganó y se queda a las puertas de Europa.

Foto: Marca.

Cristiano salvó a la Juve en la ida de la semifinal de la Copa Italia

Tony Cittadino (Mallorca).- Cristiano Ronaldo volvió a ser el héroe de la Juventus. El portugués convirtió un penal en el tiempo de descuento, para darle permitir a su equipo empatar a un gol ante un Milan que jugó con 10 desde el miunto 71, en el partido de ida de la semifinal de la Copa Italia disputado en el estadio San Siro de Milán.

El primer tiempo fue parejo y arrancó con ráfagas de buen fútbol del Milán, equipo que salió mejor y generó la primera oportunidad de peligro apenas a los tres minutos cuando Yannick Kessié disparó al arco y se marchó por poco cerca del vertical izquierdo.

En la fracción 11, Zlatan Ibrahimovic quiso sorprender a Gianluigi Buffon con un taconazo, pero su remate se marchó muy desviado. Luego Davide Calabria soltó un derechazo al límite del área, que Buffon envió al saque de esquina con una magistral jugada.

A partir de allí, el dominio del conjunto local se comenzó a diluir y la Juve empezó a tener mayor dominio y control del encuentro, pero sin crear mayores amenazas al rival. Faltó el último pase en el cuarto de cancha, a pesar del trabajo de Miralem Pjanic y Paulo Dybala.

Antes del final de la primera parte el juego se detuvo en par de ocasiones, por fuertes entradas de Theo Hernández a Dybala (min 42) y un codazo de Kessié a Juan Cuadrado (min 45). Los equipos se fueron al descanso con el marcador igualado, si bien el club rossonero mereció más.

Abren el marcador

La segunda parte comenzó con el Milan decidido a abrir el marcador y por poco lo logra al 47, pero Ante Rebic falló en el mano a mano ante Buffon, quien hasta el momento era el héroe de la noche. Sin embargo, la resistencia de la Juve se quebró al 61, cuando el croata remató de derecha un centro el área para batir el arco bianconero. Justa ventaja para el Milan.

Luego de recibir el gol, la Juve reaccionó y buscó ser más ofensiva. La presión llevó a que el Milan se quedara con uno menos en el campo al 71, cuando Theo Hernández fue expulsado por otra entrada fuerte a Dybala.

El empate por poco llega al 84, pero le faltó puntería al delantero del argentino. Su disparo de zurda se fue fuera por poco. Al 89, Cristiano realizó una volea en el área y el balón pegó en Calabria. La acción se revisó en el VAR y el árbitro pitó penal. El portugués se encargó de transformar el penal por gol en el primer minuto de descuento, con remate potente al centro y lograr el empate.

Los últimos minutos del encuentro fueron dominados por los visitantes, que se marcharon de San Siro con un resultado optimista de cara al partido de vuelta, que se jugará el próximo 4 de marzo en el Allianz Stadium de Turín.

Foto: Prensa Juventus.

Ibrahimovic y Rebic mantienen invicto al Milan

AP.- El croata Ante Rebic firmó su tercer gol en dos partidos para que el Milan consiguiera vencer por la mínima al Brescia en la jornada 21 de la Serie A.

Rebic aprovechó un balón suelto frente al marco tras un centro de Zlatan Ibrahimovic al minuto 71.

Desde que Ibrahimovic regresó al Milan en el parón de invierno, el club marcha invicto con cuatro victorias y un empate en todas las competiciones.

Con la victoria el Milan escaló al sexto puesto de la tabla y quedó a cuatro puntos del quinto Atalanta.

Por su parte, el Brescia -en peligro de descenso- echó de menos a Mario Balotelli, quien fue suspendido dos partidos por reclamar una amonestación el pasado fin de semana.

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El Milan no pudo ante la Sampdoria en el regreso de Ibra a San Siro

Jon Prada (Marca).- Zlatan Ibrahimovic volvió a la Serie A 2.794 días después de su último partido en la Liga italiana. El ‘calcio’ y el Milan dieron la bienvenida a un gigante sueco que a sus 38 años ha regresado a Milán para reactivar a los ‘rossoneri’.

De California a Europa para darle alas a un equipo que desde su marcha no cata una Liga, ni ha tenido un futbolista tan goleador (56 tantos en 85 duelos en dos campañas) La máquina del tiempo llevó a San Siro al 13 de mayo de 2012, cuando disputó ante el Novara sus últimos minutos en la ‘Scala’ futbolística de rojo y negro.

Casi ocho años lejos de Lombardía que se evaporaron cuando saltó al verde en el minuto 55. Sin embargo, ni el ‘efecto Ibra’ terminó con la mala racha del Milan. Empataron (0-0) ante la Sampdoria y acumulan tres jornadas sin ganar ni marcar.

La zona europea se queda, por ahora, a siete puntos tras una igualada que dispara a cuatro choques los encuentros sin ganar en San Siro. Desde octubre (1-0 al SPAL) no vencen en Liga en un estadio en el que sólo han triunfado en dos ocasiones en todo lo que va de Serie A. Demasiado poco para un ‘grande’. El día de Reyes, Theo Hernández y el español Suso fueron titulares en un conjunto de Pioli que jugó a la ruleta rusa ante los de Ranieri. Un toma y daca con ocasiones para ambos… pero sin dianas. Ni de un lado ni de otro.

Únicamente la entrada de Ibrahimovic impulsó a un equipo que tuvo problemas para generar peligro. El sueco dejó detalles de calidad, agitó al Milan y rozó el gol. Un remate suyo de cabeza lo sacó Colley bajo palos. Fue la mejor de un Milan que continúa con graves problemas ofensivos. Una losa demasiado pesada que Ibra, en su primer duelo y tras ‘cambiar’ el dorsal 11 de su primera etapa por el 21, no pudo levantar. Un ‘redebut’ sin gol.

Foto: Marca.

El Milan anuncia el regreso de Ibrahimovic

ESPN.- El delantero sueco, Zlatan Ibrahimovic, vuelve al club italiano del Milán, en el que ya militó hace siete años, con un préstamo hasta final de temporada y la posibilidad de renovar la próxima campaña, según anunció este viernes el club «rossonero» en su página web.

«Estoy volviendo en un club que respeto enormemente y a una ciudad que amo. Lucharé con mis compañeros para cambiar el curso de este temporada y centrar nuestros objetivos», fueron las primeras palabras de «Ibra» recogidas por el club milanés.

El delantero sueco ya había adelantado su fichaje por el club en el que militó desde 2010 a 2012 con una fotografía en su cuenta de Instagram con los ojos rojos como un diablo, el símbolo del equipo.

Ibra, de 38 años, que actualmente estaba sin equipo, pues se desligó del L.A. Galaxy una vez que culminó la temporada de la Major League, espera el resurgimiento de un equipo que atraviesa una grave crisis desde hace años y que actualmente es undécimo en el campeonato.

Según explica el Milan en el comunicado, el delantero llegará a la ciudad el 2 de enero para efectuar los exámenes médicos necesarios y para la formalización regular del acuerdo, y luego unirse a los nuevos compañeros de equipo para las primeras sesiones de entrenamiento».

La web del Milan repasa los datos del delantero en el club con 85 apariciones y 56 goles y contribuyendo decisivamente a la conquista del 18 Scudetto y la Supercopa de Italia en 2011.

Conocido por sus continuos cambios de casaca, el sueco ha militado en el Ajax, Juventus, Inter, Barcelona, Paris Saint-Germain, Manchester United y Los Angeles Galaxy, con un total de 788 partidos y 473 goles.

Entre los innumerables premios individuales, Ibrahimovic ha ganado cinco títulos de máximo goleador (2 en Italia) y 11 ediciones de Guldbollen, el premio otorgado al mejor futbolista sueco. En la Serie A fue elegido 3 veces mejor jugador absoluto y 5 veces mejor jugador extranjero.

https://twitter.com/acmilan/status/1210651565406580736.

Italia retará a Portugal en San Siro buscando el liderato en la UEFA Nations League

Tony Cittadino (Mallorca).- Italia regresa a Milano. La selección azzurra recibe este sábado a Portugal, en el último encuentro de la fase de grupos de la UEFA Nations League, en el que están obligados a ganar para tener opciones de avanzar al final four del torneo, que se disputará el año que viene.

Los recuerdos de la última vez en la que Italia jugó en San Siro no son buenos. Hace un año, el 13 de noviembre, los transalpinos quedaron fuera del Mundial Rusia 2018 al empatar a sin goles con Suecia y quedar condenados por la derrota por la mínima diferencia en la ida.

Sin embargo, la ahora selección de Roberto Mancini disputará su encuentro oficial más importante desde entonces, porque tiene opciones de ganar el grupo. Para ello, es necesario que derroten a los lusitanos y esperar que no le ganen a Polonia en el último duelo de esta primera parte la competición.

Los portugueses, que nuevamente no contarán con Cristiano Ronaldo, ganaron el partido de ida un gol por cero, gracias a un tanto de André Silva. En tanto, Italia logró una agónica victoria en su último duelo, tras derrotar a Polonia con un gol de Cristiano Biraghi en el segundo minuto de descuento. El triunfo permitió además mantener la categoría.

“Cuando comenzó el torneo, nuestro objetivo era acceder a la fase final. Perdimos en Portugal, porque hicimos jugar una selección muy joven. Pero, era una derrota que podía permitirse. Ahora tenemos la oportunidad de vencerlos en San Siro y tenemos que enfocarnos en eso. Después veremos qué sucederá en el Portugal-Polonia”, dijo Mancini en declaraciones al departamento de prensa de la FIGC.

“Tenemos que jugar bien, como lo hicimos en los últimos dos juegos. Quiero una selección que ataque, especialmente por el público de San Siro, un estadio que se llena cada vez que juega Italia”, explicó el estratega.

En este encuentro, el defensa y ahora capitán de la Nazionale, Giorgio Chiellini, llegará a 100 presencias y se unirá a seis leyendas: Gianluigi Buffon (176), Fabio Cannavaro (136), Paolo Maldini (126), Daniele De Rossi (117), Andrea Pirlo (116) y Dino Zoff (112).

«Debuté el 17 de noviembre de 2004 y es un gran honor jugar para esta camiseta, porque es un sueño hecho realidad desde niño. Jugar para tu país es importante, porque te identificas con él, no con un club. Vives grandes emociones y haces vivirlas. Esto supera cualquier juego importante que puedas disputar con tu club», dijo durante la semana en declaraciones reseñadas por La Gazzetta Dello Sport.

El también capitán de la Juve indicó que quiso seguir jugando con Italia, a pesar de la decepción que vivió al no poder clasificar al Mundial Rusia 2018 y que llevó a experimentados jugadores como Buffon, De Rossi y Barzagli a dar un paso al costado.

«No ir al Mundial es un dolor que siempre llevaré dentro, porque no podré jugar otro. También duelen las eliminaciones en la fase de grupos en 2010 y 2014 , pero de igual forma me llevo grandes recuerdos. Yo no seré igual a un jugador como Buffon u otros capitanes que tuvo la selección, pero trato de hacer el trabajo lo mejor que puedo. Tomé la decisión de continuar, porque a la selección no se le dice que no. Es una obligación moral. Tengo esperanza de que podamos iniciar la reconstrucción con un proyecto a mediano y largo plazo, que nos permita hacerlo con seguridad y confianza, que es lo que nos dice siempre Mancini».

Ambas selecciones se han enfrentado en 26 ocasiones, con 18 victorias italianas, dos empates y seis derrotas. 51 goles a favor y 23 en contra.

Higuaín dice que la Juventus lo forzó a dejar el club

Reuters.- El delantero del AC Milan Gonzalo Higuaín dijo que la Juventus lo trató muy bien hasta el momento que lo forzó a abandonar el club para dejar paso a Cristiano Ronaldo.

Higuaín fue enviado a préstamo en agosto al equipo de Milán después de dos temporadas en la Juventus, donde ganó dos títulos de la Serie A y de la Copa Italia y anotó 55 goles en 105 partidos en todas las competiciones.

Su partida de la Juve, que a juicio de Higuaín no fue decidida por él, se produjo poco después de que el equipo de Turín contrató a Cristiano Ronaldo, cinco veces jugador mundial del año, procedente del Real Madrid.

Higuaín dijo a la Gazzetta dello Sport en una entrevista publicada el jueves que sentía que algo estaba mal cuando lo dejaron en el banquillo en mayo durante la final de la Copa Italia contra el AC Milan.

“Ese día tuve la sensación de que tal vez algo se había roto. Y luego contrataron a Ronaldo”, dijo el argentino.

“La decisión de irme no fue mía. Di todo por la Juventus, gané varios títulos, después de lo cual llegó Cristiano (…) El club quería dar un salto de calidad y me dijeron que no podía quedarme y que estaban tratando de encontrar una solución. La mejor solución fue el Milan”.

Pero Higuaín dijo no estar resentido.

“Tengo un sentimiento de afecto porque me trataron muy bien”, sostuvo. “Compañeros e hinchas me brindaron un gran afecto. Pero no pedí irme. Básicamente, todo el mundo lo dice, me despidieron”.

Higuaín, que participará en su primer derbi contra el Inter de Milán el domingo, ha marcado cuatro goles en sus primeros nueve partidos con el Milan.

“El Milan me ha dado algo más después de un Mundial que no fue bueno”, destacó. “Encontré lo que estaba buscando”.

Foto: Archivo.

Higuaín jugará en el Milan y Bonucci regresará a la Juve

El Mundo.- Giuseppe Marotta tenía un solo objetivo en la cabeza cuando partió de Turín a Milán. El director ejecutivo de la Juventus no estaba dispuesto a regresar sin cerrar, de una vez por todas, la marchar de Gonzalo Higuaín al equipo rossonero. Contratiempos había, el salario del jugador era uno de ellos. Cobraba 7,5 millones en la Vecchia Signora y aspiraba a llegar a 9 en San Siro. La negociación dio sus frutos y el argentino se encuentra ya en Milán para pasar el jueves el reconocimiento médico.

Las reuniones del lunes entre el director deportivo del Milan, Leonardo, y el agente y hermano del futbolista, Nicolás Higuaín, se habían estancado. Faltaba el ‘toque’ del director ejecutivo. Finalmente, tras una serie de reuniones, la operación culminó con un final feliz para todos. Higuaín, por quien la Juventus pagó 90 millones al Nápoles hace dos temporadas, fue recibido como una estrella por sus nuevos hinchas.

«Estoy feliz por esta nueva aventura, esperamos firmar mañana», dijo el atacante argentino, ya en Milán y rodeado de cientos de aficionados a la puerta de un hotel, dispuesto a cerrar un acuerdo ya apalabrado tras jugar dos años para la Vecchia Signora. «Ya he hablado con Gattuso, esperamos llegar lo más lejos posible», añadió el ‘Pipita’, dispuesto a relanzar la historia en horas bajas del siete veces campeón de Europa.

Higuaín jugará cedido por 18 millones de euros el primer año, con una opción de compra por 36. Además, habría pactado un contrato de mayor duración. Una fórmula que agrada al goleador que, a sus 31 años, se asegura mantenerse más años en la élite del fútbol. A nivel deportivo, Leonardo sedujo al ex jugador del Real Madrid asegurándole que será una pieza fundamental del Milan, privilegio que ya no tendrá en la Juve con la llegada de Cristiano Ronaldo.

Bonucci, de regreso a la Juve

Juventus y Milan, asimismo, han acordado un intercambio de defensas. El veterano Bonucci (31 años), tras una temporada en el club milanés, al que llegó a cambio de unos 40 millones de euros, volverá a un equipo turinés en el que militó en el ciclo 2010-17. A cambio, el joven Caldara, de 24 años y una de las más firmes promesas defensivas italianas, pasa al equipo milanista. Caldara fichó por el Juventus Turín en enero de 2017, a cambio de 15 millones de euros que fueron al Atalanta, donde permaneció cedido esta última campaña. Ha sido ya internacional absoluto con italiana en una ocasión.

Foto: Reuters.