La UEFA y el Groupe Amaury organizarán el Balón de Oro desde 2024

Prensa UEFA.- La UEFA y el Groupe Amaury, propietario de los medios de comunicación France Football y L’Équipe, han anunciado hoy un acuerdo para coorganizar el reconocido Ballon d’Or a partir de 2024. Juntos, la UEFA y el Groupe Amaury tienen como objetivo mejorar la relevancia y el alcance global de los premios, al tiempo que fomentan un sentido de unidad y colaboración dentro de la comunidad del fútbol.

Entregado anualmente por France Football desde 1956, el Ballon d’Or es el galardón más prestigioso que puede recibir un futbolista en reconocimiento a sus logros sobresalientes y a su talento excepcional.

“Durante casi 70 años, el Ballon d’Or se ha mantenido como el galardón individual más prestigioso en el mundo del fútbol y es un testimonio de la extraordinaria habilidad, dedicación e impacto de las leyendas del fútbol y su marca perdurable en la historia del deporte”, dijo el presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin.

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Como parte del acuerdo, el Groupe Amaury sigue siendo el propietario de la marca Ballon d’Or y continuará supervisando el sistema de votación, que permanecerá inalterado e independiente. La UEFA aportará su experiencia futbolística, comercializará los derechos comerciales mundiales y organizará la gala anual de entrega de premios.

“La UEFA y el Ballon d’Or son sinónimos de excelencia deportiva, por lo que nuestra asociación será una mezcla natural de prominencia y una sinergia que promete ser nada menos que excepcional. Las competiciones de clubes y selecciones nacionales de la UEFA, como la UEFA Champions League y la UEFA EURO, están consideradas como los escenarios mundiales más elevados para los jugadores de élite”, agregó el mandatario del máximo organismo del fútbol europeo.

Además, se añadirán dos nuevos premios al programa: el de entrenador del año masculino y femenino, que reconocerá la inestimable contribución de los entrenadores al éxito sobre el terreno de juego. La actual lista de trofeos continuará con los mismos nombres: el Ballon d’Or masculino, el Ballon d’Or femenino, el Trofeo Kopa (mejor jugador menor de 21 años), el Trofeo Yashin (mejor portero), el Trofeo Gerd Müller (máximo goleador de la temporada anterior), el Trofeo al Club Masculino de la Temporada, el Trofeo al Club Femenino de la Temporada y el Premio Sócrates (labor humanitaria).

“El Ballon d’Or es el premio soñado para los mejores jugadores del mundo. Queremos que la ceremonia de entrega del Ballon d’Or sea el acontecimiento mundial que muestre y destaque el talento de los futbolistas de alto nivel en sus actuaciones individuales y colectivas, para inspirar a todos los talentos del fútbol y aspirar a reunir la pasión y el entusiasmo de los aficionados de todo el mundo”, dijo Jean-Étienne Amaury, CEO del Groupe Amaury.

La asociación consolida aún más la relación y los lazos históricos entre la UEFA y el Groupe Amaury, que se remontan a más de medio siglo, cuando L’Équipe contribuyó a la idea de crear la Copa de Europa, que se ha convertido en la principal competición de clubes del mundo: la UEFA Champions League.

Lionel Messi agranda su leyenda al ganar su octavo Balón de Oro  

ESPN.- Este lunes se confirmó lo que se esperaba: Lionel Messi se quedó con el Balón de Oro por octava vez en su carrera, una marca inédita. Superó en la elección a Erling Haaland y Kylian Mbappé.

El capitán de la selección Argentina fue premiado en la gala de France Football en París, por su espectacular desempeño en la Copa del Mundo de Qatar 2022 que ganó con la Albiceleste, de la que también fue el Jugador Más Valioso.

Con 7 goles y 3 asistencias en 7 partidos, incluidos festejos en todos los partidos de eliminación directa (Australia, Países Bajos, Croacia y un doblete vs. Francia), Messi obtuvo el título que le faltaba a su carrera y, de paso, cortó la sequía de 36 años del país sin consagrarse como campeón mundial.

Pero en el período que abarca el Balón de Oro -1° de agosto de 2022 a 31 de julio de 2023-, el rosarino aportó otros 10 tantos en 6 cotejos amistosos con el equipo nacional y además ganó la Ligue 1 2022/23 con Paris Saint-Germain, donde sin brillar completó una temporada de 21 goles y 20 asistencias en 41 partidos.

Messi ya había ganado el Balón de Oro en 2009, 2010, 2011, 2012, 2015, 2019 y 2021, récord total, resultando segundo en 2008, 2013, 2014, 2016 y 2017 y tercero en 2007.

La leyenda del Barcelona aventaja ahora a Cristiano Ronaldo, identificado con Real Madrid, por tres Balones de Oro, ya que el portugués tiene 5 (2008, 2013, 2014, 2016 y 2017).

Erling Haaland, de Manchester City, y Kylian Mbappé, de Paris Saint-Germain, dos de los futbolistas llamados a ser lo sucesores de Messi y Ronaldo, deberán esperar para su consagración, ya que finalizaron segundo y tercero, respectivamente.

También estuvieron nominados los argentinos Julián Álvarez (7mo puesto), Lautaro Martínez (20mo) y Dibu Martínez (15to y elegido mejor arquero del mundo), fundamentales en Qatar 2022.

Foto: ESPN / Getty Images

Messi ganó su séptimo Balón de Oro

Kike Dos Santos (Caracas).- Lionel Messi ganó este lunes el Balón de Oro 2021. Se convirtió en el séptimo en la cuenta para la estrella argentina. El delantero del París Saint-Germain amplió su distancia con Cristiano Ronaldo a dos galardones entre ellos.

Leo obtuvo este año la Copa América 2021 con la Selección de Argentina y la Copa del Rey con el FC Barcelona. Además, anotó un total de 46 goles y 19 asistencias en todas las competiciones jugadas durante el año 2021.

El siete veces ganador del balón de oro dejó en el camino a Robert Lewandowski en segundo lugar, y el podio lo completó Jorginho Frello. También se entregó el Kopa Trophy, el cual se llevó Pedri González como mejor jugador menor a 21 años en la temporada por su gran actuación en el  Barcelona y en la Selección de España disputando la Euro y la Nations League.

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Otros premios entregados el día de hoy, fueron el Premio Yashin, que se le entrega al mejor arquero, y lo recibió Gianluigi Donnarumma por su desempeño en la Euro con Italia. Y el Delantero del Año, que se lo ganó el artillero del Bayern Munich, Robert Lewandowski.

El balón de oro femenino se otorgó a Alexia Putellas, jugadora del Barcelona y ganadora del triplete femenino con la Liga, la Copa de la Reina y la UEFA Women’s Champions League en el año 2021.

Leo Messi al recibir su premio, hizo referencia a la competencia en la jornada con el polaco, Robert Lewandowski y afirmó que el delantero bávaro merece tener un balón de oro  en su casa después de lo hecho el año pasado. «Todo el mundo sabe y estamos de acuerdo en que fuiste el ganador el año pasado. Ojalá France Football te entregue el Balón de Oro 2020. Todos creemos que te lo mereciste y espero que lo puedas tener en tu casa.»

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El Balón de Oro Dream Team fue revelado con los 11 mejores jugadores de la historia

ESPN.-France Football presentó a los 11 jugadores que integrán su Balón de Oro Dream Team con Diego Armando MaradonaLionel Messi y Cristiano Ronaldo como algunas de las figuras más sobresalientes. Con una alineación de 3-4-3, los futbolistas fueron elegidos por 140 periodistas.

En la portería fue elegido Lev Yashin, mejor conocido como la ‘Araña Negra’. El cancerbero nacido en Moscú cautivó con su talento bajo los tres palos a miles de aficionados. A nivel internacional, Lev participo en cuatro Mundiales y conquistó la Eurocopa 1960.

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La defensa está integrada por el brasileño Cafú, galardonado como el mejor lateral derecho, el alemán Franz Beckenbauer, distinguido como el mejor central de la historia, y Paolo Maldini, quien se coronó como el mejor por la lateral izquierda.


En el mediocampo están figuras como Diego Armando Maradona y Pelé, galardonados ambos como los mejores centrocampista ofensivos. Por su parte, Xavi Hernández y Lothar Matthaus fueron distinguidos con el Balón de Oro a mejores mediocampistas defensivos.

Por su parte, Lionel MessiRonaldo Cristiano Ronaldo fueron elegidos como los mejores delanteros, con el argentino premiado como el mejor atacante derecho y el portugués como el ariete izquierdo más sobresaliente. Por su parte, Ronaldo fue distinguido como el mejor delantero centro.


Finalmente la publicación francesa dio a conocer dos onces más con los jugadores que no tuvieron lugar en el equipo estelar con importantes nombres como Johan CruyffRonaldinhoZidaneAndrés IniestaMichel Platini, Sergio Ramos, entre otros.

Foto: France Football

El Balón de Oro no se entregará por primera vez desde 1956

EFE.- El Balón de Oro no será entregado en 2020 debido a «las circunstancias excepcionales» en las que se ha desarrollado la temporada de fútbol, según anunció este lunes la revista organizadora del galardón France Football.

«Por primera vez en la historia, desde 1956, el Balón de Oro de France Football no será atribuido en 2020 pues no se dan las suficientes condiciones de igualdad», informó la revista en sus redes sociales.

El semanario considera que se trata de un año singular que no debe ser tratado como uno ordinario y que la equidad en el trato a todos los jugadores no se da en 2020 ni «a nivel estadístico ni de preparación», ya que los aspirantes a la recompensa no han podido participar en la temporada de la misma manera.

France Football ha preferido anular el premio que retrasarlo hasta 2021, un paréntesis que asumen con tristeza pero consideran que es la decisión más responsable y lógica.

Su redactor jefe, Pascal Ferré, confirmó en la emisora France Info que se trata de una medida puntual y que, aunque «es difícil proyectarse en el futuro», habrá nuevas ediciones del premio después de este parón.

«Proteger la credibilidad de tal recompensa es también vigilar que sea irreprochable a largo plazo», apunta el comunicado publicado en la web de la revista, que en 2019 otorgó el trofeo al argentino Lionel Messi.

Estiman además que ha habido poco de tiempo para «jugar y juzgar» teniendo en cuenta las condiciones extraordinarias en las que se han desarrollado los partidos (a puerta cerrada, con sustituciones, en el caso de la UEFA Champions League, en forma de un torneo reducido).

En estas condiciones otorgar el Balón de Oro no sería «digno de su historia», pues el contexto de la pandemia de la COVID-19 ha impuesto «otras urgencias y prioridades» que han podido distraer de su misión de observación a los 220 miembros del jurado, procedentes de distintas regiones del mundo.

«En estos tiempos convulsos, tomarse un paréntesis es un lujo y al mismo tiempo una necesidad inestimable para que el fútbol en su conjunto recupere energía e impulso, pasión y emoción», cerró France Football.

Roberto Baggio, el genio que Italia no supo comprender

Tony Cittadino (Mallorca).- Roberto Baggio es uno de los mejores futbolistas italianos de todos los tiempos. Su calidad con el balón se demostró una y otra vez, superando las tortuosas lesiones y jugando, prácticamente, con una rodilla. Aunque la relación con la mayoría de sus entrenadores no fue buena, el amor de los fanáticos los dividió entre el héroe de la cancha y el villano por errar el penal en el Mundial del 94. Un fallo que parece que nunca le perdonaron.

Baggio nació el 18 de febrero de 1967 en Caldogno, un pueblo de casi 11 mil personas cerca de Vicenza. En su autobiografía Una Porta Nel Cielo (2001), recordó que fue el sexto de ocho hermanos: Gianna, Walter, Carla, Giorgio, Anna Maria, Nadia y Eddy. Su madre es Matilde y su padre, Florindo, un ex jugador de fútbol y ciclista.

Su nombre fue en honor a dos jugadores estelares de la Juve e Italia: Roberto Boninsegna y Roberto Bettega. Comenzó a jugar a los 6 años y su firma con el Vicenza, su primer equipo, fue en parte gracias al párroco de la iglesia, que vio sus dotes de jugador y habló con la directiva del equipo. En 1979, anotó 42 goles y realizó 20 asistencias con el equipo juvenil de Caldogno. En total, en las juveniles llegó a marcar 110 goles en 120 partidos.

El Vicenza lo firmó cuando tenía 13 años, por 150 mil liras y debutó tres años más tarde, en la temporada 1982-1983. Sus ídolos eran los brasileños Cinesinho y Zico. La primera de sus tantas lesiones fue en 1982, en el menisco de la rodilla izquierda.

Ya en el Vicenza, había despertado el interés de la Fiorentina, la Sampdoria, el Torino y la Juventus. Su primer tanto fue el 3 de junio de 1984, ante el Brescia. Ya tenía 16 años. Irónicamente, lo haría con un penal. Como fue marcado por el destino. Un remate sutil, a ras del suelo, al lado izquierdo de la portería, engañando al arquero.

El 5 de mayo de 1985 se lesionó, dos días después de firmar con la Fiorentina por dos millardos 700 mil liras. Con el Vicenza jugó tres temporadas y en la última, la 1984-1985, anotó 12 goles en 29 partidos de la liga.“Me lesioné en el juego ante el Rimini, equipo del que era director técnico Arrigo Sacchi. Ganábamos un gol por cero, con un gol mío. Iba corriendo, me resbalé y la pierna se dobló hacia atrás. Sentí un dolor muy fuerte. Algunos pensaban que estaba fingiendo. Me rompí el ligamento cruzado anterior, la cápsula y el menisco de la pierna derecha. Ahí comenzó el calvario”, explicó al programa Sfide de la RAI.

Baggio se operó en Saint-Étienne con el doctor Bousquet. Fue el 5 junio, un mes después de la lesión. Le reconstruyeron la rodilla. La cirugía le dejó 220 puntos de sutura internos. Baggio más nunca fue igual en el campo, aunque sí supo reinventarse. En su libro explicó que se acercó al budismo por primera vez en 1987, gracias a su amigo Maurizio Boldrini. Fue dos años después de haberse lesionado.

“Cuando me lesioné, todos dijeron que debía retirarme. En ese tiempo, no lograba tener continuidad y no creía en mí mismo. Salía muy poco, porque siempre tenía que tener hielo en la rodilla y porque tenía miedo”, explicó Baggio, quien fue católico, pero no por fe, sino por costumbre.

El 12 de enero de 1988 inició su camino en el budismo y allí pudo refugiarse y salir adelante, porque se quería morir. No tenía esperanzas. Dos semanas después de la operación, pesaba 56 kilos. Había perdido 12, porque no dormía, ni comía.

“La operación fue un éxito científicamente en esos años, pero para mí fue terrible. La rodilla la tenía inflamada como un melón y la tenía sostenida por barras metálicas a los lados. Tenía un dolor terrible y estaba destruido. El dolor me traspasaba el cráneo. Era alérgico a los antiinflamatorios y los que me aplicaban, ni los sentía. Me sentía tan mal, que una vez le dije a mi madre que si me quería, que me matara, porque no aguantaba más. Era un tormento las 24 horas del día”, relató en su libro.

Su llegada a la Fiorentina

Baggio volvió al terreno de juego, luego de su traumática recuperación. Fue su primera campaña en Serie A con la Fiorentina en la zafra 1986-1987. Entre liga y Copa Italia, disputó 10 partidos y anotó tres goles.

En su libro, Baggio define a la entidad viola como su gran amor, porque creyeron en él y le ayudaron a recuperarse. “Nadie me entenderá, sino vivió lo que viví y si no conoce Florencia. Cuando llegué, era un campeón virtual. Tenía 18 años y un currículum de fenómeno, pero con una rodilla reconstruida. Estaba mal y la ciudad me amó rápido, confiando en mí, adoptándome como a su familia”.

El técnico que lo recibió fue Aldo Agroppi y nunca dudó de su talento. “Tenía prisa en recuperarlo, porque tenía enfrente a un gran jugador. Era inútil negarlo. Quería dirigir a un gran jugador y regresarle su valor. No pensaba en otra cosa”, dijo el estratega a Sfide.

El 3 de septiembre de 1986 debutó con el equipo ante el Empoli, en duelo de Copa Italia con par de tantos. Sin embargo, a las tres semanas volvió a romperse el menisco y tuvo que pasar de nuevo por el quirófano.

El 17 de septiembre de 1989 dio su primera gran muestra de su talento y su recuperación, al anotar un golazo ante el Napoli de Maradona en el estadio San Paolo. Tomó el balón desde antes del mediocampo y en una corrida triunfal, se fue quitando a los rivales con regates. Al llegar al área, superó al portero Giuliano Giuliani en el mano a mano y definió a puerta vacía.

Su crecimiento con el equipo viola siempre fue a más. Entre la campaña 1987-1988 y la 1989-1990, anotó 52 goles en 121 juegos entre liga y copa nacional. Los fanáticos soñaban con la nueva estrella del equipo, pero todo cambió justo antes del Mundial Italia 90.

Su partida a la Juventus, uno de los grandes rivales en el fútbol italiano, desató protestas en la ciudad, con un saldo fue de 50 heridos y 54 detenidos. El presidente del club, Ranieri Pontiello, explicó que la transacción fue para salvar a la entidad económicamente. “Su traspaso era una acción para evitarlo. Teníamos que igualar los balances económicos de la Fiorentina”.

Baggio dijo que quería quedarse en el club, pero se fue porque lo habían vendido. No era su deseo.

La magia en Italia 90

Baggio había debutado con la selección absoluta el 16 de noviembre de 1988 y su primer gol fue con un tiro libre, el 22 de abril de 1989 ante Uruguay. Había mucha expectativa de lo que podría hacer. Su convocatoria al Mundial, era el premio a la constancia.

Pero los días previos a Italia 90 no fueron fáciles, porque los fanáticos de la Fiorentina iban a Coverciano a increpar al jugador durante los entrenamientos. Por ese motivo, el director técnico de la selección italiana, Azeglio Vicini, debió cerrar las prácticas al público.

Debutó ante Checoslovaquia, en el tercer juego de la fase de grupos. Fue el 19 de junio de 1990 y en el minuto 77 anotó un gran gol con una jugada personal desde la mitad del campo. Un tanto parecido al que marcó con la Fiorentina en la Serie A. En esa Copa del Mundo, anotó dos tantos en cinco partidos. “Fue una emoción increíble e inexplicable, porque era mi primer juego y aseguramos la victoria”, dijo a Sfide.

Italia quedó eliminada en semifinales ante Argentina. Empataron a un gol en 120 minutos y cayeron en penales cuatro por tres. En el duelo por el tercer lugar, anotó uno de los dos tantos en el triunfo frente a Inglaterra. El segundo gol fue un penal de Salvatore Schillaci, al que Baggio le cedió para tirarlo y quedarse como líder goleador de la Copa.

La gloria con la Juventus

Baggio pasó a la Juventus y se consagró como un campeón, a pesar de admitir que no se acostumbró a la ciudad de Torino. “Il Codino”, apodado así por el presidente del club, Giovanni Agnelli, tuvo un rendimiento nunca antes visto. Marcó 102 goles en 171 juegos, entre la temporada 1990-1991 a la 1993-1994, la campaña previa al Mundial, perforó 22 veces las redes en 41 choques en todas las competiciones.

El momento más duro de su primera zafra con la Vecchia Signora, fue el regreso al Artemio Franchi de Florencia, donde se negó a tirar un penal por respeto a su antiguo club. Fue el 7 de abril de 1991 y el conjunto local ganó uno por cero. A pesar de ello, los fanáticos lo pitaron hasta el cansancio.

“No lanzar el penal era una decisión que habíamos tomado el día anterior, con el director técnico Luigi Maifredi. Si fallaba, entonces dirían que lo habría hecho a propósito”, expresó Baggio en Sfide. El propio estratega, confirmó la versión del jugador. “Camino a Florencia hablé con él y dijo que si eventualmente se pitaba un penal, no quería lanzarlo. Ganas tendría, pero no quería para evitar polémicas”.

En la contienda 1991-1992 llegó Giovanni Trapattoni como director técnico y se dio la tan esperada explosión de Baggio. Fue clave para ganar la Copa UEFA 1992-1993, al anotar par de goles en la victoria de tres por uno en la final ante el Borussia Dortmund. Alzó la copa como capitán y logró su primer trofeo internacional. “Fue algo bellísimo, porque fue la coronación de un año difícil”.

Al final del año 1993, ganó el Balón de Oro, siendo el cuarto italiano luego de Omar Sivori (1961), Gianni Rivera (1969) y Paolo Rossi (1982). También se quedó con el galardón FIFA World Player.

En su última campaña, la 1994-1995, anotó 14 dianas en 29 duelos en todas las competiciones y alcanzó el doblete con el título de liga y la Copa Italia, ahora con Marcello Lippi como estratega. En cinco temporadas con los bianconeros, jugó 200 partidos y marcó 115 goles.

La decisión de marcharse la tomó luego de que Bettega le comentó que si quería quedarse, debía rebajarse el sueldo a la mitad. “En el invierno había explotado Alessandro Del Piero y la directiva no tenía ganas de apostar por un jugador como yo, con 28 años y un sueldo alto. Estaba contento por Del Piero, porque lo vi crecer en los entrenamientos. Confiaba en mí, me pedía consejos y lo ayudaba”, recordó “Il Codino en su autobiografía”.

El tormento de Pasadena

Su segundo Mundial fue el de Estados Unidos 1994. En su libro describió el episodio de la final ante Brasil como una carga que siempre lo acompañó. Fue el domingo 17 de julio. Cómo olvidarlo. Antes de que arrancara la Copa del Mundo, su líder espiritual budista Daisaku Ikeda, le dijo, lo que a su juicio, era una profecía: “Ese Mundial lo ganarás o lo perderás en el último segundo”.

Baggio dijo que esas palabras las analizó día y noche y que la molestia en la pierna derecha que venía arrastrando del juego ante Bulgaria, no era impedimento para poder jugar el partido decisivo, a pesar de las críticas de algunos medios de comunicación y fanáticos.

El 10 de Italia ejecutó el último penal de la tanda, pero la pelota se marchó por encima del travesaño y Brasil se llevó la copa. “No basta cerrar los ojos para no verlo. Es como si lo reviviera todas las veces. El vuelo de la pelota, el silencio de mis fanáticos, los gritos de los otros, el abrazo de Gigi Riva. Pero ningún abrazo podría curar mi soledad. Una vez más, estaba solo”.

El estelar delantero aseguró que su vida nunca fue igual, después de ese momento. Se sintió señalado y fue hasta injusto, porque Italia llegó a la final por sus dos goles ante Nigeria, su diana ante España y su doblete frente a Bulgaria.  Además, antes que él habían fallado Franco Baresi y Daniele Massaro, algo que quizás pocos recuerdan. Si Baggio hubiera marcado, igual Brasil tenía una oportunidad más.

“Los años siguientes fueron los peores. No era yo. La carga hizo que olvidara los regates de mi infancia. Nunca había llegado hasta el fondo, porque perder en el campo está bien, pero no perder por un penal. Uno no debería ni siquiera festejar después de la victoria, porque no es una victoria. Nunca. El balón se fue muy alto. Es para reír, porque casi nunca fallé penales y los que fallé, me los pararon”, agregó en el libro.

Su amargo y triste relato no queda allí. “Uno ve al centro de la portería, a media altura, sabiendo que el portero se lanzará al otro lado. Pero la pelota agarra otro destino, como llevada al cielo por una mano invisible, tres metros por encima del travesaño. Los brasileños dicen que fue el gran Ayrton Senna. Pero lo único que queda es el dolor, con el que tienes que aprender a vivir”.

Afrontar la realidad no fue fácil. “Ese penal lo lancé luego, tantas veces. En los sueños, en el pasillo de la casa, hasta en la televisión y siempre marqué. Pero en los sueños, todo es diferente. La noche es una tortura, pero en la mañana estoy tranquilo. Voy al punto penal y antes de chutar, sé que marcaré. Cuando termina el sueño, despierto sonriente, como si hubiera anotado de verdad. Como si la carga se hubiera acabado. Pero es una ilusión. El peso se mantiene”.

Su paso por el Milan

En la temporada 1995-1996 pasó al Milan del poderoso político Silvio Berlusconi, club con el que anotó siete goles en 28 juegos y ganó el segundo título de liga de su carrera, ahora con Fabio Capello como dirigente. A pesar de su rendimiento, no fue convocado por Sacchi para la Eurocopa 96. De hecho, su presencia en la selección se fue reduciendo luego del Mundial.

“Cuando la Juve cambió de directiva, entendí que no estaba en sus planes. Elegí al Milan, porque fueron los que más me quisieron o los que me lo hicieron entender mejor. Me querían desde que estaba en la Fiorentina. Ahora estaba con Capello, ganando otro scudetto y con jugadores como Weah, Savicevic y Maldini”, dijo Baggio en su autobiografía.

En la zafra siguiente, anotó cinco dianas en 23 choques de la Serie A, pero se planteó nuevos horizontes. “Cuando Capello regresó a final de temporada, me dijo que no tenía más espacio para mí. Entonces fue momento de buscar otro equipo, porque faltaba un año para el Mundial. En esos años, gané todo lo que se podía ganar. Lo hice a mi modo. Trabajando duro”.

Baggio consideró que su firma con el equipo lombardo fue sencilla. “La Juve quería llevarme al Inter y yo dije, ‘no señor’. El Milan me había comprado moralmente en 1990, pero no se dio. Con Capello estuve bien al inicio, pero luego no. Cuando el juego se ponía bueno, me sacaba. Decía que era para cuidarme”, agregó.

La relación con el técnico se fue deteriorando sin freno. “Cuando se fue del Milan, parecía que quería arreglar cuentas con el equipo. Ya nadie lo soportaba en el vestuario. Una vez luego de ganar el scudetto, veníamos de regreso en un viaje de pretemporada y comenzó a decir cosas con doble sentido sobre mi talento. Decía que yo no aceptaba las sustituciones y que era mimado por la prensa”.

El 10 sintió que comenzaba a molestar y no quería ser un estorbo. “Entendí que era la hora de quitarles un problema. Me tenía que ir y me fui, aunque no me dolió como en el pasado. Había madurado. Solo quería conseguir un equipo en el que tuviera espacio”, explicó y recordó que con Berlusconi tuvo una mejor relación “porque además era diferente de Agnelli. Menos formal y más directo”.

Goleador en el Bologna

Su quinto uniforme lo vistió en la temporada 1997-1998, junto antes del Mundial. Luego de estar en los planes del Parma, se cayó la negociación. El Bologna lo había firmado y tuvo un rendimiento excelente, con 22 goles en 30 juegos. Fue la temporada en la que más goles firmó en su carrera, desde que anotó 21 para ganar el Balón de Oro. Sin embargo, no fue suficiente y el equipo terminó en el octavo lugar con 48 puntos.

Aquí también tuvo roces con el director técnico Renzo Ulivieri, quien lo dejó fuera de las convocatorias ante sus ex equipos Milan y Juventus. “El entrenador hace sus escogencias técnicas y pagué por eso, pero siempre pensé primero en el equipo”, explicó en Sfide.

“Ulivieri no me quería y lo dejó bien claro. Una vez no jugué por sanción y al regresar, la banda de capitán la tenía Marocchi. Me dijo que la semana que viene me la regresaba, pero nunca lo hizo. Más nunca fui capitán”, rememoró en su autobiografía.

Baggio anotó ocho goles en los últimos cinco partidos de la temporada, quedando en pleno estado de forma para el Mundial Francia 1998. Al final, se ganó la convocatoria del ahora director técnico Cesare Maldini. “Cuando me llamó para darme la noticia, pensé que era un chiste. Era una convocatoria de emergencia”.

La aventura de Francia 98

Su tercer Mundial fue el de Francia 1998, al que llegó peleando la titularidad con Del Piero, el ahora estelar jugador de la Juventus por el que la Vecchia Signora decidió apostar tres años antes en detrimento de Baggio.

“Me sentía parte del grupo, era feliz y confiaba en mí. Pero se hablaba de espacio limitado y de una rivalidad con Del Piero, que nunca existió”, dijo en su libro. El delantero disputó cuatro juegos y anotó dos goles, pero rara vez fue titular. Fue el primer jugador italiano en marcar en tres Copas del Mundo diferentes.

En el debut ante Chile el 11 de julio, dio una asistencia magistral a Christian Vieri y anotó el gol del empate a dos desde el punto penal. Otra vez, con el reto de los 12 pasos. “Pensé que si lo fallaba, me tendría que ir del país. En esos segundos, me pasó de todo por la cabeza”.

Baggio marcó con un remate bajo, a la derecha del portero. El otro tanto fue ante Austria. Italia quedó eliminada por tercer Mundial consecutivo en penales, ahora ante Francia. En la prórroga, falló el Gol de Oro con un remate cruzado espectacular, que salió fuera por poco.

“Cuando vi que falló Di Biagio desde el punto penal, me dieron ganas de llorar otra vez. Entendí que otra se había acabado y, de nuevo, de mala manera. Tenía un sabor de derrota muy amargo”.

El Dream Team del Inter

Luego del Mundial, volvió a cambiar de equipo. Ahora regresaba a Milán, para jugar con el Inter. Baggio se dio el lujo de estar en los tres grandes de Italia. Con el equipo nerazzurro, conformó una delantera de ensueño con Ronaldo e Iván Zamorano y luego con Álvaro Recoba. Estuvo dos temporadas y en todas las competiciones sumó 17 goles en 59 juegos.

“Fui al Inter, porque quería jugar la Champions y tenía 31 años”, recordó. En la primera contienda, estuvo a cargo de Luigi Simoni. El 26 de noviembre de 1998 se lució ante el Real Madrid en el Giuseppe Meazza, al anotar un doblete en la victoria de tres por uno y encaminar la clasificación a la segunda ronda.

En la segunda zafra tuvo problemas con el director técnico Lippi, quien estuvo al frente en la 1999-2000 y ya lo había dirigido en la Juve. En la primera vuelta, sólo jugó cuatro partidos y como suplente. “Jugaba el tiempo que me dejaban, pero tampoco es que tenía una varita mágica para entrar y cambiar los partidos. Nunca fui un jugador rompe grupos, ni que generara polémicas en el vestuario”, declaró en Sfide.

“Lippi me hizo al guerra, sin parar un minuto. Sin motivarme, sin lógica. No bastaban mis lesiones en la rodilla. Tenía que comer lo que él quería y si hacía un regate de más, se molestaba. Si un compañero me aplaudía, era peor. Algo nunca visto. Me vi reducido a los suplentes de los suplentes. Cada provocación suya, me fortalecía más. Me quiso destruir y no pudo”, describió en su autobiografía.

El 23 de mayo del 2000, el Inter debió jugar ante el Parma un partido de desempate, para dirimir el boleto a la Liga de Campeones. Ambas oncenas estaban igualadas en el cuarto lugar. Marcó un golazo de tiro libre en toda la escuadra superior izquierda y luego otro tanto más, ante el nobel portero Gianluigi Buffon.

Al final del encuentro, dijo a los micrófonos de la RAI. “Soy un profesional serio y lo demostré también este año, a pesar de todos los problemas que he tenido y sobre todo los que tuve con el entrenador”.

Era el enésimo capítulo de una polémica con un director técnico. Sin embargo, no se consideraba caprichoso o divo. “Nunca me comporté así. No, al menos, de forma consciente. Mi maldición es que tengo un sentimiento fuerte de justicia. Soy rebelde y eso no gusta. No me gustan las discriminaciones. Pero a la vez, soy una persona educada y controlada”, recordó en su libro.

El héroe del Brescia

Baggio no fue convocado por Dino Zoff para jugar la Eurocopa 2000, en la que Italia perdió la final ante Francia. Fue otra puñalada al corazón. Estuvo un tiempo sin contrato, a pesar de tener ofertas de Alemania, Inglaterra, España y Japón. Su prioridad era quedarse en Italia, cerca de la familia.

En el país de la bota, hubo intenciones por parte del Napoli, Udinese y Reggina. Para firmar con un club, quería contar con tres requisitos básicos. “Que el equipo jugara en la Serie A,  que estuviera cerca de mi casa y que me garantizaran la titularidad”.

Con esas condiciones, llegó  a un acuerdo con el Brescia, club con el que se retiró tras cuatro años. Jugó desde la temporada 2000-2001, hasta la 2003-2004. En total, estuvo en 101 partidos y anotó 46 goles en todas las competiciones.

El director técnico Carlo Mazzone lo recibió como a un hijo o mejor dicho, “como un hermano gemelo”, como lo describió, y el presidente del club Luigi Corioni hizo el esfuerzo para contratarlo. “Contratar a Baggio es un privilegio de pocos. Se dio la posibilidad de traerlo, a pesar de que su manager pretendía demasiado”, expresó el directivo a Sfide.

El contrato se firmó con una clausula curiosa. La estadía de Baggio en el Brescia, dependía al mismo tiempo de la de Mazzone. Si el técnico se iba, él también lo haría. “Es un jugador educado, profesional, puntual, generoso y es un ejemplo para todos. Si además me hace ganar, no puedo hablar mal de él”, expresó el técnico.

Durante su estancia en el Brescia, Baggio compartió con jugadores como Pep Guardiola y los jóvenes italianos Andrea Pirlo y Luca Toni, a la postre campeones del mundo en Alemania 2006.

Baggio dijo que Mazzone fue el mejor técnico que tuvo en su carrera. “Fue el que me hubiera gustado encontrar desde el comienzo. Sincero, no era hipócrita y no le gustaba el autoritarismo. Si el fútbol fuera dirigido por personas como él, fuera el mismo que soñé desde niño. Las estrellas no tuvieran miedo de manifestarse, los jóvenes no tuvieran prisa en madurar y los profesionales serían más honestos”, reflexionó en su libro.

Para entonces, buscaba su cuarto Mundial y tenía un entrenador en quién confiar. Tenía  la fe y la convicción de que quedarse en Italia era la decisión correcta. No se fue a Japón, porque quería seguir luchando por estar en la selección.

“En ese momento llamé a Trapattoni y le consulté si era bueno ir a Japón, porque tenía una oferta espectacular. Si no me hubiera dado esperanzas de ir al Mundial, aceptaba la oferta. Pero me dijo que me estaría siguiendo y que todo dependía de mi. Fue muy claro. Sabía que iba a ser difícil, pero había una posibilidad”, dijo en su autobiografía.

Pero su físico volvía a poner en duda su talento. El 23 de diciembre del 2000 se lesionó  en un juego ante el Lecce, tras cobrar un tiro libre y sufrir una lesión muscular.

El 24 de febrero del 2001 regresó al campo ante la Fiorentina en Florencia y marcó dos tantos que le dieron el empate a dos al Brescia. Uno fue un tiro libre que pegó en el travesaño y entró, dejando parado a Francesco Toldo.

El 1 de abril de 2001, anotó el golazo del empate a uno ante la Juventus en el Delle Alpi. Un pase en profundidad magistral del novato Pirlo, fue bajado de primera por Baggio con su pierna derecha, regateó al portero Edwin van der Sar y definió a puerta vacía.

“Fue un gol muy bello y un punto vital para nosotros. En especial, por cómo bajé el balón. Lo hice de primera y pude driblar al portero. Cuando comenzó la jugada, ya lo había pensado. Son decisiones que tienes que tomar rápido y todo salió. Casi nunca sale, pero cuando sucede, la satisfacción es triple. Si no lo intentas, sólo harás goles normales”, señaló en su libro.

Veinte días más tarde, también perforó las redes ante el Napoli, con un tiro libre, llevando adelante una remontada espectacular en la tabla. Salieron del descenso y terminaron en el séptimo puesto.

En la campaña 2001-2002 arrancó con ritmo demoledor, con ocho goles en ocho jornadas. El 30 de septiembre del 2001, anotó par de tantos en el segundo tiempo para darle el empate al Brescia en el derby frente a la Atalanta.

En la décima jornada, anotó ante el Piacenza, pero salió lesionado. Se recuperó y volvió a jugar el 28 de octubre, contra el Venezia. Baggio recibió una falta por detrás y se temió lo peor por su rodilla izquierda. Reingresó al campo y anotó un gol de penal en la segunda etapa. Minutos más tarde, se cayó sólo en el campo. La rodilla izquierda había sufrido una distorsión de primer grado, pero sin afectar a los ligamentos.

Al legar a casa, estuvo rezando seis horas. Estuvo tres meses fuera, a pesar de que al principio se hablaba de un par de semanas. Su recuperación fue en tiempo récord.  El 30 de enero ante el Parma en partido de semifinal de Copa Italia, se volvió a caer solo con fuertes dolores en la rodilla izquierda. “Durante media hora no la pude mover, porque era un dolor muy fuerte”, explicó. Esta vez sí se había roto los ligamentos cruzados. Se esperaba que debía estar fuera ocho meses, pero se recuperó en 76 días.

El 12 de febrero comenzó la rehabilitación, que realizó con el balón de la Copa del Mundo. Su deseo de jugar el Mundial 2002, con 35 años, lo mantenía motivado. El 21 de abril volvió una vez más a jugar, ahora ante la Fiorentina. Entró al minuto 71 y anotó par de tantos, para mantener la pelea por evitar el descenso.

Llegó el último juego de la temporada contra otro ex equipo, el Bologna. Fue el 5 de mayo de 2002. Baggio cobró un penal que le detuvo su compañero de selección en el Mundial del 94, Gianluca Pagliuca, pero le quedó el rebote y marcó el dos por cero. El Brescia ganó tres por cero y mantuvo la categoría, por segundo año seguido.

A pesar de la gran recuperación que tuvo, no pudo ir al Mundial. Trapattoni no lo convocó. No había espacio, porque el ataque estaba integrado por Vieri, Totti y Del Piero. “El técnico me llamó y me dijo que no me podía convocar, porque no me veía al 100%. Le dije que estaba bien, que todas las pruebas eran positivas y que todavía quedaba un mes para el Mundial. No pude convencerlo. Me dijo que ya tenía la convocatoria lista”, declaró a Sfide.

Baggio no vio los partidos de la selección, porque pasó sus vacaciones en Argentina. Casualmente, regresó a Italia el mismo día que el grupo regresó eliminado de Corea y Japón. En la 2002-2003 logró los 200 goles en Serie A y el 300 de su carrera, también de penal. Esa campaña terminó anotando 12 dianas y en la siguiente, también coleccionó una docena.

A pesar su estado de forma, Baggio también se quedó fuera de la Eurocopa 2004. Su retiro con la selección fue un partido amistoso ante España, jugado el 26 de abril de 2004 en el estadio Luigi Ferraris de Génova. Terminó uno a uno y jugó 87 minutos.

Su último partido en la Serie A fue el 16 de mayo ante el Milan en San Siro, que lo despidió con una ovación merecida y con Maldini como capitán. Así puso fin a una mágica trayectoria, que finalizó con 205 goles en Serie A y su dorsal 10 fue retirado en el Brescia. Un justo reconocimiento para un fuera de clase incomprendido en Italia.

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Los ídolos del fútbol que no ganaron el Mundial en su mejor año

Tony Cittadino (Mallorca).- Cada vez que se juega un Mundial de Fútbol, los mejores jugadores luchan por llevar a sus selecciones a alzar la copa. Solo una oncena puede hacerlo y no siempre gana el que tiene, al que pareciera, el mejor jugador del momento. De una muestra de ocho jugadores élite que ganaron el año anterior el Balón de Oro, el premio FIFA World Player o el mismo año la Liga de Campeones (antigua Copa de Europa), sólo Ronaldo pudo redimirse en 2002 tras su fracaso en 1998.

A continuación, repasamos la historia de cada uno de ellos.

Johan Cruyff, Alemania 1974

Considerado uno de los mejores jugadores del mundo, junto con Pelé y Maradona,  ganó el Balón de Oro en las ediciones de 1971, 1973 y 1974 y tras sumar trío de Copas de Europa con el Ajax en los torneos de 1970-1971, 1971-1972 y 1972-1973, se quedó a las puertas de la gloria con Holanda en Alemania 74, la selección recordada como la “Naranja Mecánica”.

Los holandeses cayeron en la final ante Alemania Federal, liderados por el defensa Franz Beckenbauer, quien también estaba en su mejor momento. Tiempo después del juego decisivo, el “Kaiser” comentó: “Cruyff era el mejor jugador, pero yo fui el campeón del mundo”.

Cruyff disputó su única Copa del Mundo en el 74, participando en siete juegos y anotando tres goles. Fue uno de los mayores protagonistas del Fútbol Total y fue condecorado como el Mejor Jugador del torneo. Luego se retiró y pasó al banquillo, siendo considerado como uno de los mejores entrenadores del mundo, al liderar, por ejemplo, al Barcelona que fue recordado como el Dream Team de Cruyff a comienzos de los 90.

Michel Platini, México 1986

El mítico 10 francés falló en España 1982 y México 1986. En este último torneo, Francia llegó a semifinales y fue superada por Alemania dos por cero. Platini venía de ganar el Balón de Oro en 1983, 1984 y 1985, todos con la Juventus.

Con los italianos también ganó la Recopa de Europa en 1984 y la Copa de Europa en 1985. Además venía de triunfar en la Eurocopa con Francia en 1984 y de ser líder goleador del calcio entre 1982-1983 y 1984-1985, con un total de 54 dianas.

El francés apenas anotó dos goles en seis partidos con los galos. Uno ante Italia en octavos de final y otro ante Brasil en cuartos de final. Cayeron en la semifinal ante Alemania Federal dos goles por cero, pero derrotaron a Bélgica cuatro por dos, para quedarse con el tercer lugar.

En ese Mundial terminó brillando Diego Armando Maradona, quien también tenía pergaminos de peso para besar la gloria con Argentina.

Marco van Basten, Italia 1990

El delantero fue otro de los magistrales jugadores que han pasado por Holanda sin poder levantar la Copa del Mundo. Sin embargo, dos años antes había ganado la Eurocopa de 1988, al vencer a la extinta Unión Soviética dos por cero, anotando uno de los tantos y finalizando como máximo goleador con cinco dianas.

Fue el Mejor Jugador de la FIFA y Balón de Oro en 1988 y 1989, tras liderar al mítico Milan que además se consagró campeón de la Copa de Europa en 1989 y 1990. Con los rossoneros, antes del Mundial, había logrado una liga y una Supercopa en 1988, además de una Supercopa y un Copa Intercontinental en 1989.

Con el club lombardo sumó entre todas las competiciones jugadas entre las campañas 1987-1988 y 1989-1990, un total de 65 goles en 196 juegos, con 18 asistencias.

La travesía de Holanda en el Mundial de Italia 90 finalizó en octavos de final, otra vez ante Alemania Federal. Esta vez, la derrota fue de dos goles por uno. Los teutones terminaron ganando el campeonato de la mano del capitán Lothar Matthäus y dirigidos por “El Káiser” Franz Beckenbauer.

Roberto Baggio, Estados Unidos 1994

Roberto Baggio llegó a Estados Unidos siendo Balón de Oro en 1993 con la Juventus y FIFA World Player el mismo año, pero el delantero, a pesar de ser la figura indiscutible de Italia y marcar cinco goles, no pudo consagrarse campeón y se le recuerda, injustamente, como el villano de los italianos al fallar un penal para que la Copa se fuera a Brasil.

“Il Codino”, ganó la Copa UEFA 1992-1993 con la Vecchia Signora y de la temporada 1990-1991 a la 1993-1994, marcó 102 en 171 juegos. En la campaña previa al Mundial, perforó 22 veces las redes en 41 choques en todas las competiciones.

Además se echó a la selección al hombro, al marcar dos goles ante Nigeria, uno ante España y otro par contra Bulgaria, para sellar el pase a la gran final. Sin embargo, en el partido decisivo ante la Brasil de Romario y Bebeto jugó lesionado y terminó errando el penal en el Rose Bowl de Los Ángeles. Así la canariña alcanzó el tetracampeonato.

Ronaldo, Francia 1998

Ronaldo se tituló con Brasil sin jugar en 1994, pero en Francia 1998, cuando estaba en el tope, no pudo alzar la copa. En 1996 fue medallista olímpico con la canariña, al colgarse el bronce, y fue Bota de Oro con 34 goles con el Barcelona. En esa misma campaña con los azulgranas, triunfó en la Copa del Rey, la Supercopa de España y la Recopa de Europa, con el gol de la victoria ante el PSG.

También fue campeón de la Copa América Bolivia 1997, al anotar cinco tantos, uno de ellos en la final para vencer a los locales tres por uno. Además levantó la Copa Confederaciones 1997, dejando balance de cuatro goles en cinco juegos. En la final anotó un hat-trick en la goleada ante Australia de seis por cero.

El segundo goleador en la historia de la Copa del Mundo con 15 dianas, pasó en 1997 al Inter de Milán y allí volvió a ganar el FIFA World Player y, además, sumó su primer Balón de Oro. Justo en la campaña previa al Mundial, sumó 34 goles y 5 asistencias en 47 juegos en todas las competiciones. Con los italianos, fue campeón de la Copa UEFA y marcó uno de los tres tantos para derrotar a la Lazio tres por cero.

En la final del Mundial ante Francia, de la cual mucho se ha especulado sobre ciertas anomalías, no rindió lo esperado y Brasil cayó 3-0 ante los galos de Didier Deschamps, Zinedine Zidane y compañía. En esa Copa del Mundo marcó cuatro tantos en siete partidos.

Sin embargo, el “Fenómeno” se recuperó de ese golpe y de las lesiones. Se sacó la espina en Corea Japón 2002, al ganar su segunda Copa del Mundo y quinta para Brasil. En la final, marcó los dos tantos en la victoria ante Alemania de dos por cero y fue el máximo anotador con ocho dianas.

Ronaldinho, Alemania 2006

Ronaldinho también llegó por las nubes al Mundial y con la misión de revalidar el título ganado con Brasil en 2002.

En 2005 se apoderó del Balón de Oro y, para entonces, era considerado el mejor del mundo. Tenía a su favor el ganar la Liga de Campeones 2005-2006 con el Barsa y el FIFA World Player en las ediciones 2004 y 2005. Fue la mejor versión de Dinho que se haya visto, pero se desvaneció.

Con los culés, también ganó dos ligas (2004-2005 y 2005-2006) y dos Supercopa de España (2005 y 2006). Desde la 2003-2004, hasta la 2005-2006, jugó 132 partidos, anotó 61 goles y dio 40 asistencias en todas las competiciones.

Con la “verdeamarela”, fue campeón sub17 y campeón del mundo en Corea y Japón. En ese torneo, marcó cuatro goles en seis partidos, uno de ellos el recordado golazo de tiro libre ante Inglaterra. Fue campeón de la Copa Confederaciones 2005, tras marcar cinco goles en cinco partidos, uno de ellos en la final ante Argentina, ganada cuatro por uno. En ese torneo, fue Balón de Oro y Bota de Oro.

En Alemania 2006, jugó cinco choques y no anotó goles. Su desempeño no fue suficiente y Francia arrolló a Brasil en cuartos de final con una clase de fútbol de Zidane, quien a la postre fue expulsado en la final e Italia alzó el cuarto título de su historia en Berlín.

Lionel Messi, Brasil 2014

Luego de su experiencia en Sudáfrica 2010, Mundial al que llegó con dos Balones de Oro a cuestas, el oro olímpico en 2008 y las seis copas con el Barcelona en 2009, el argentino estuvo más cerca de la gloria en la Copa del Mundo celebrada en Brasil, pero Argentina perdió la final ante Alemania un gol por cero en tiempo extra. Anotó cuatro goles en siete partidos y fue clave para que la albiceleste jugara la gran final, la primera para la selección desde 1990, casualmente, ante los teutones.

En la fase de grupos, anotó en el debut frente a Bosnia, le dio el gol de la victoria en tiempo extra para vencer a Irán uno por cero y le anotó otro par a Nigeria. Aunque en la segunda fase del torneo no perforó las redes, fue clave en el juego colectivo de la selección. Terminó siendo el Balón de Oro, premio que fue polémico y que él mismo recibió con amargura.

Por su parte, Cristiano Ronaldo llegaba siendo el ganador de las dos últimas ediciones del Balón de Oro y reciente ganador de la Liga de Campeones con el Real Madrid. Su participación en la Copa fue más corta que la de Messi, pues Portugal quedó eliminada en la fase de grupos de forma estrepitosa. Tan sólo anotó un gol en tres partidos, al marcarle a Ghana en el último duelo para darle la victoria de dos por uno a los lusitanos.

Cristiano Ronaldo, Rusia 2018

Cristiano llegó al Mundial sacando el pecho, tras ganar dos Balón de Oro en fila y tres Liga de Campeones al hilo con el Real Madrid. En cada una, fue decisivo. En la edición 2015-2016, anotó el último penal de la tanda, para que los merengues vencieran al Atlético de Madrid, luego de empatar a un gol en 120 minutos. Fue el máximo anotador del torneo, con 16 tantos en 12 choques.

En la edición 2016-2017, marcó dos de las cuatro dianas con las que derrotaron a la Juventus cuatro por uno. Terminó como el goleador del torneo, con 12 goles en 13 juegos. En tanto, en la edición 2017-2018 deleitó al mundo con un golazo de chilena ante la Juventus en cuartos de final. En ese duelo, marcó dos de los tres goles en la victoria española de tres por cero.

En la vuelta, anotó el tanto de la victoria con un penal en el tiempo de descuento. Finalizó con 15 goles, nuevamente como el mejor del torneo. Por si fuera poco, en 2016 había llevado a Portugal a ganar su primera Eurocopa, si bien salió lesionado en la final ante Francia.

El lusitano debutó por todo lo alto en el Mundial, al anotarle un hat-trick a España y luego marcó el tanto de la victoria por la mínima diferencia ante Marruecos. Portugal cayó en octavos de final ante Uruguay dos por uno y Cristiano terminó el torneo con cuatro goles en cuatro juegos.

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Inmessi6nante

Guillermo Liñares (Caracas)-. 

Quien esto escribe, nunca pudo disfrutar en directo de Alfredo Di Stéfano y sus «sprints» antológicos que dejaban defensas regados como conos en el camino. Tampoco pudo disfrutar de la inteligencia y magnificencia de Johan Cruyff, mucho menos  pudo celebrar los goles de Pelé y sus Mundiales, ni de la magia de Maradona y la conquista de Las Malvinas en un día soleado de México o de la potencia de Ronaldo Nazario.

Todos fueron únicos, todos gobernadores del fútbol mundial en sus épocas, pues el legado que dejaron es tan grande que en los libros de historia se cuentan sus hazañas. Hay registros de sus jugadas, anécdotas de quienes lo vivieron y nostalgia por tiempos lejanos que recuerdan la alegría de lo que fue . Una era especial sin dudas, pero como todo en el destino, benevolente para quien esto escribe y para sus contemporáneos.

Y es que ya van 10 años increíbles, 10 años en los cuales un sujeto nacido en Rosario, Argentina, ha gobernado con puño de hierro este deporte con una absoluta diferencia sobre el resto que impresiona, que produce que los adjetivos más rebuscados ya hace rato hayan quedado cortos.

Son 10 años en los cuales Lionel Messi ha reinventado la manera de entender el juego, 10 años en los cuales ha sintetizado la definición de excelencia, pues en sus casi 1.70 metros de altura resume perfectamente esa palabra.

Nadie juega mejor que Messi, nadie marca más goles que Messi, nadie da más asistencias que Messi, nadie tiene la calidad que tiene Messi.

En el año 2019 el genio argentino ha liderado todos los registros individuales que se pueden ostentar para ganar su sexto Balón de Oro, entregado por la revista francesa France Football: fue pichichi de la Liga que ganó el Barcelona, fue el máximo goleador de Europa y ganador de su sexta Bota de Oro, ganó el premio The Best y fue el máximo goleador de la Champions que perdió su equipo en semifinales con el Liverpool, y que, a pesar de lo que digan los agoreros del desastre, fue la eliminatoria en donde una exhibición suya en el Camp Nou dejó a los culés a las puertas de una final europea que tiraron por la borda en la vuelta en Anfield.

Con semejantes argumentos y números,¿quién puede negar que no se lo mereciera? si hasta el propio Luka Modric al entregarle el galardón, así se lo expresó. Algunos pretenden querer saber más que quienes están dentro del mundo futbolístico, y la verdad, quedan muy mal parados.

Messi expresó en la gala celebrada en París que se va acercando la hora del retiro. Un día que debe ser el más temido por quienes le admiramos y para quienes no quieren dejar de disfrutar de su talento infinito.

Entendible por demás, porque ninguno en la historia ha estado durante tanto tiempo teniendo la magia y regates de Maradona, la zancada de Di Stéfano, la inteligencia y magnificencia de Cruyff, los goles de Pelé y la potencia de Ronaldo. Ahí radica el legado de Messi, el que tiene de todos ellos una parte, para ser el jugador total, el tipo que se retirará siendo el mejor porque hasta que él quiera así lo será.

Es simplemente inmessi6nante. Gracias por tanto en este tiempo, Leo.

 

Foto: France Football

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Messi es el ganador del Balón de Oro 2019

Prensa Diario El Milenio

El jugador argentino Lionel Messi conquistó este lunes su sexto Balón de Oro, que lo acredita como el mejor futbolista del mundo en la temporada 2018-2019 del fútbol internacional; tan solo unos meses después de hacerse con su primer premio FIFA The Best, otorgado por el máximo organismo del fútbol, dejando atrás a Cristiano Ronaldo, quien se queda con cinco de estos galardones.

En el plano femenil, la delantera de Estados Unidos Megan Rapinoe, campeona del Mundial de este año Francia, fue la ganadora del Balón de Oro, consolidando el Premio The Best que también recibió por parte de la FIFA. Luzy Bronce se quedó con el segundo puesto mientas que Alex Morgan completó el podio.

A la gala celebrada en el Teatro del Chatelet, Francia, no acudió Cristiano Ronaldo, que en esta ocasión terminó en tercer lugar, por detrás del holandés Virgil Van Dijk. El delantero de la Juventus se fue en blanco este año a pesar de sus grandes actuaciones con el conjunto italiano.

Lionel Messi destacó este año por su participación con el FC Barcelona, con quien actualmente lidera la liga de España y pelea el liderato de goleo con el francés Karim Benzema, acumulando nueve tantos por 10 del delantero del Real Madrid. En la Champions League, Messi presume dos anotaciones y tres asistencias en cinco partidos, siendo clave en el pase del equipo blaugrana a los Octavos de Final.

Los resultados del top 10 de los mejores jugadores del mundo quedó de la siguiente forma 1 Lionel Messi (FC Barcelona) 2 Virgil van Dijk (Liverpool) 3 Cristiano Ronaldo (Juventus) 4 Sadio Mané (Liverpool) 5 Mohamed Salah (Liverpool) 6 Kylian Mbappe (PSG) 7 Alisson Becker (Liverpool) 8 Robert Lewandowski (Bayern Munich) 9 Bernardo Silva (Manchester City) 10 Riyad Mahrez (Manchester City)

 

Foto: France Football

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France Football dio a conocer los candidatos al premio Balón de Oro

Infobae.- A menos de dos meses para la gran gala que se llevará a cabo en el Théâtre du Châtelet de la ciudad de París, en donde tres futbolistas se debatirán el premio al mejor jugador de la temporada, la revista France Football dio a conocer a los 30 nominados al Balón de Oro.

En total son 70 los nombres que se develó este lunes la prestigiosa revista francesa a través de las redes sociales ya que también se conocieron los 20 nombres a mejor jugadora de la temporada, 10 a mejor arquero y 10 a mejor jugador menor de 21 años.

Entre los candidatos están Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, dos de los más ganadores de este galardón, ambos con cinco trofeos en su historial. El año pasado fue Luka Modric el que consiguió cortar con la hegemonía del argentino y el portugués, quienes se repartieron el premio durante 10 años.

France Football revelará los nombres de los candidatos a través de sus redes sociales después de que un jurado, conformado por 180 periodistas de todo el mundo, haya votado en base a tres pilares fundamentales: actuación individual y colectiva, clase de jugador (talento y fair play) y la habilidad para mantener el buen rendimiento a través del tiempo.

Lionel Messi es uno de los candidatos con más opciones a hacerse con su sexto Balón de Oro después de ser elegido por la FIFA al mejor jugador de la temporada con el The Best y Cristiano Ronaldo seguramente cuenta con las mismas opciones.

La lista completa de los candidatos al Balón de Oro:

Sadio Mané (Senegal), Liverpool

Sergio Agüero (Argentina), Manchester City

Frenkie de Jong (Holanda), Ajax y Barcelona

Hugo Lloris (Francia), Tottenham

Dusan Tadic (Serbia), Ajax

Kylian Mbappé (Francia), París Saint-Germain

Trent Alexander Arnold (Inglaterra), Liverpool

Donny van Beek (Holanda), Ajax

Pierre-Emerick Aubameyang (Gabón), Arsenal

Marc-Andre Ter Stegen (Alemania), Barcelona

Cristiano Ronaldo (Portugal), Juventus

Alisson (Brasil), Liverpool

Matthijs Ligt (Holanda), Ajax y Juventus

Karim Benzema (Francia), Real Madrid

Georginio Wijnaldum (Holanda), Liverpool

Virgin van Dijk (Holanda), Ajax

Bernardo Silva (Portugal), Manchester City

Heung-min Son (Corea del Sur), Tottenham

Robert Lewandowski (Polonia), Bayern Múnich

Roberto Firmino (Brasil), Liverpool

Lionel Messi (Argentina), Barcelona

Riyad Mahrez, (Argelia), Manchester City

Kevin De Bruyne (Bélgica), Manchester City

Kalidou Koulibaly (Francia), Napoli

Antoine Griezmann (Francia), Atlético Madrid)

Mohamed Salah (Egipto), Liverpool

Eden Hazard (Bélgica), Chelsea y Real Madrid

Marquinhos (Brasil), París Saint-Germain

Raheem Sterling (Inglaterra), Manchester City

Joao Felix (Portugal), Benfica y Atlético Madrid.