El Manchester City venció en penales al Sevilla y ganó su primera Supercopa de Europa

Prensa UEFA.- La Supercopa de la UEFA 2023 lucirá en las vitrinas del Manchester City tras imponerse en un disputado partido al Sevilla. Los 90 minutos acabaron con un intenso empate a uno, y en la tanda de penaltis el campeón de Europa se impuso.

El encanto del fútbol está en su imprevisibilidad, y la primera parte fue un claro ejemplo de ello. Tras días de comentarios sobre el favoritismo del City, el Sevilla logró sorprender a Guardiola y los suyos en el primer acto.

Con dos intervenciones de Bono en los primeros compases evitó sustos, y luego explotó el potencial aéreo de En-Nesyri para adelantarse en el marcador. Un centro de Acuña nos permitió ver un espectacular salto del marroquí, que pese a estar marcado por Aké y Gvardiol, fue capaz de conectar un imperial cabezazo junto a la base del poste.

Y el segundo tanto del ariete africano a punto estuvo de llegar al comenzar la segunda parte. Una contra rápida del Sevilla terminó con un gran centro de Ocampos que En-Nesyri estrelló contra un Ederson casi batido.

Con el paso de los minutos el City se fue volcando más y más, y el marroquí explotaba esos espacios para lanzar peligrosas contras. Sin embargo, en uno de sus ataques posicionales Rodri supo encontrar a Cole Palmer sólo en el segundo palo y el canterano aprovechó la ocasión para igualar el partido.

A partir de ahí el partido cambió de rumbo. El City ya no se vio tan apremiado, y el Sevilla se desubicó y tuvo más problemas para conectar contras. Pese a una gran ocasión de Aké al borde del final, el partido se fue a la tanda de penaltis.

Tras anotarse todos los lanzamientos anteriores, Gudelj falló el quinto del Sevilla y el City se proclamó campeón de la Supercopa de la UEFA por primera vez en su historia.

Ganadores de la Supercopa de la UEFA

5 AC Milan (1989, 1990, 1994, 2003, 2007)

5 Barcelona (1992, 1997, 2009, 2011, 2015)

5 Real Madrid (2002, 2014, 2016, 2017, 2022)

4 Liverpool (1977, 2001, 2005, 2019)

3 Atlético de Madrid (2010, 2012, 2018)

2 Ajax (1973, 1975)

2 Anderlecht (1976, 1978)

2 Bayern (2013, 2020)

2 Chelsea (1998, 2021)

2 Juventus (1984, 1986)

2 Valencia (1980, 2004)

1 Aberdeen (1983)

1 Aston Villa (1982)

1 Dínamo de Kiev (1975)

1 Galatasaray (2000)

1 Lazio (1999)

1 Manchester City (2023)

1 Manchester United (1991)

1 Mechelen (1988)

1 Nottingham Forest (1979)

1 Parma (1993)

1 Oporto (1987)

1 Sevilla (2006)

1 Steaua de Bucarest (1986)

1 Zenit (2008)

Foto: UEFA

La Juventus de Allegri, el quinquenio de oro al que le faltó la Champions

Tony Cittadino (Mallorca).- La época de Massimiliano Allegri en la Juventus, fue una de las más exitosas en la historia del club y de Italia. En cinco años, se convirtió en el tercer director técnico más ganador con 11 títulos, repartidos en cinco ligas, cuatro Copa Italia y dos Supercopa de Italia. Al quinquenio de oro le faltó la tan ansiada Liga de Campeones, aunque jugó dos finales en tres temporadas.

El estratega nacido en Livorno en 1967, llegó a la entidad bianconera en la temporada 2014-2015. Le tocó sustituir a Antonio Conte, quien había ganado tres ligas y una Supercopa de Italia. Tenía la misión de mantener el ciclo victorioso y, además, darle el plus que le faltaba en Europa. Allegri llegó con una buena hoja de trabajo, tras ganar con el Milan la Serie A y la Supercopa de Italia en la temporada 2010-2011. En esa campaña, se quedó con el premio Entrenador del Año de la Serie A.

De acuerdo a las estadísticas de la UEFA, Allegri dirigió al equipo durante 269 partidos en todas las competiciones. En total, ganó 191 juegos, empató 42 y tan sólo perdió 36. Un porcentaje de victorias del 71%, por delante de Carlo Carcano (68,9%) y Conte (67,5%).

Es el tercero más ganador en la historia de la Vecchia Signora, escoltando a Marcelo Lippi (227 triunfos en 405 juegos) y a Giovanni Trapattoni (319 duelos ganados de 596). También es el tercero con más encuentros al frente del banquillo, también detrás de Lippi (405) y Trapattoni a (596).

En la Serie A, ganó 142 de los 188 juegos, con 27 empates y 19 derrotas, alcanzando de 453 puntos de 564 posibles, mientras que en la Champions, triunfó en 29 de los 54 duelos, con 13 empates y 12 caídas. En la Copa Italia, ganó 18 de 24 y perdió cuatro duelos. En la Supercopa de Italia, el desempeño fue más parejo. Dos triunfos, dos empates (en la prórroga y perdió en penales) y una derrota (en 90 minutos).

Además es el único en ganar cinco ligas consecutivas y el segundo más ganador de Italia, si se suma el scudetto ganado con el Milan. El líder de ese departamento, también es Trapattoni con siete. Todos con la Juve.

Entre los récords que también dejó, destacan las 15 victorias consecutivas que el club logró entre octubre del 2015 y febrero de 2016. Le dio la décima Copa Italia y sumó cuatro dobletes (liga y copa), algo nunca visto. La Juve alcanzó el octavo campeonato de liga en fila en su último año, para implantar una marca en Europa y dejar atrás los siete gallardetes del Lyon (2002-2008).

Sin embargo, le faltó el triunfo final en la Champions, que hubiera significado el triplete que en persiguió en par de oportunidades. La Juve perdió ante el Barcelona en Berlín en 2015 y, dos años más tarde, contra el Real Madrid en Cardiff. Lograr una copa en Europa le hubiera dado un escalón más en la historia, pero se enfrentó a dos de los mejores equipos del momento, con los dos mejores jugadores de la actualidad: Lionel Messi y Cristiano Ronaldo.

Pero no todo fue malo en Europa. En las páginas doradas quedó, por ejemplo, el empate a dos ante el Bayern Múnich de 2015 en Torino y la goleada al Barcelona de tres por cero en 2017, también casa. De igual forma, la amarga goleada ante el Real Madrid en 2018 en el Santiago Bernabéu, que finalizó con un gol de penal de Cristiano Ronaldo para darle el pase a los merengues a los cuartos de final. El propio portugués fue el héroe de la Juve en 2019, al liderar la remontada ante el Atlético de Madrid con un triplete en los octavos de final en el Allianz Stadium.

Aunque era un técnico de expresión calmada, cuando entraba al campo se transformaba. Su estilo de juego era ofensivo, de posesión y buena rotación del balón por todo el campo. El control del mediocampo era la clave. Todo pasaba por allí, en especial por el trabajo de Miralem Pjanic, la creación de Juan Cuadrado y en la última línea, en el ataque, los goles de Paulo Dybala.

Solía utilizar muy bien las bandas, sobre todo con el despliegue al ataque de Alex Sandro y Stephan Lichtsteiner. Presionaba alto, buscando el error del rival y encarar el arco. Si no conseguía los espacios, volvía atrás y rotaba el balón. Uno de sus descubrimientos claves, fue utilizar al delantero Mario Mandzukic por la banda izquierda. El croata atacaba, pero también creaba ocasiones y también luchaba balones.

Su alineación preferida fue la 3-5-2, aunque también solía utilizar el 4-3-3.  Su solidez defensiva también fue una fortaleza, gracias a la llamada BBC. Estaba integrada por Leonardo Bonucci, Andrea Barzagli y Giorgio Chiellini, además de Gianluigi Buffon en el arco.

Así fueron las cinco temporadas de Allegri en la Juventus.

2014-2015

Se estrenó perdiendo la Supercopa de Italia ente el Napoli. Empataron a dos en 120 minutos y cayeron seis por cinco en penales. Sin embargo, al ganaron el título de la liga, al finalizar líder de la tabla con 87 puntos, 17 más que la Roma. Ganó 26 juegos de 38. No soltó el primer lugar desde la cuarta jornada.

También celebró en  la Copa Italia, que se les resistía a la Juve desde la zafra 1994-1995. Vencieron a la Lazio dos goles por una en la prórroga, con tantos de Chiellini y Alessandro Matri. Fue la décima de la historia, siendo el primer club en llegar a esa cifra.

Rozaron el triplete en la Champions, pero cayeron en la final ante el Barcelona con marcador de tres goles por uno. Era la primera final desde la edición 2002-2003, cuando también cayeron ante el Milan.

2015-2016

Esta vez la temporada arrancó en lo más alto, al consagrarse en la Supercopa de Italia. Derrotaron a la Lazio dos por cero, con dianas de las nuevas adquisiciones, Mario Mandzukic y Paulo Dybala. En el mercado de verano también llegaron Juan Cuadrado, Alex Sandro, Simone Zaza y Roberto Pereyra.

Ganaron el quinto scudetto en fila y segundo para Allegri, igualando la marca del club (1931 y 1935), compartida con el Torino (1943-1949) y el Inter (2006-2010, al que se le asignó el título 2006 en la mesa por Calciopoli).

Fue la campaña en la que ganaron con una remontada impresionante en la tabla, tras empezar con cinco puntos de 18 posibles. Perdieron sus dos primeros desafíos ante el Udinese (1-0 en Torino) y Roma (2-1 en Roma). Su primera victoria fue en la cuarta jornada, en la visita al Genoa (2-0). Finalmente asaltaron el primer lugar en la jornada 25, cuando le ganaron al Napoli uno por cero, con un golazo desde fuera del área de Zaza.

Terminaron líderes con 91 unidades, 11 más que el Napoli, producto de 29 victorias en 38 cotejos. El título tuvo un sabor especial, por los 973 minutos de imbatibilidad alcanzados por Buffon.

Vencieron al Milan en la final de la Copa Italia por la mínima diferencia, con tanto de Morata en la prórroga. Así alcanzaron su segundo doblete.

En Europa, perdieron una eliminatoria trepidante en los octavos de final ante el Bayern Múnich. Igualaron a dos goles en Italia, en un duelo en el que caían dos por cero y lo empataron en 13 minutos. En la vuelta, el juego también fue una locura. En 30 minutos ya dominaban el marcador dos por cero, pero le empataron en el último minuto de descuento y los alemanes los sentenciaron en la prórroga.

2016-2017

La tercera temporada de Allegri al frente de la Juve, comenzó con otra derrota en la Supercopa de Italia. El Milan se quedó con el trofeo. Igualaron a un gol en 120 minutos y en penales ganaron cuatro por tres.

Pero el hambre de ganar no se acabó. La Juve conquistó el sexto título consecutivo y un grupo especial los tenía en su totalidad: Buffon, Chiellini, Bonucci, Lichtsteiner, Marchisio y Barzagli.  Terminaron líderes con 91 puntos, cuatro más que la Roma. Se llevaron los tres puntos en 29 de los 38 duelos.

En esa zafra, el club se había reforzado con Gonzalo Higuaín, Dani Alves, Miralem  Pjanic y el mediocampista venezolano Tomás Rincón. Conquistaron 100 puntos en 2016 en un año natural en Serie A, además de lograr 116 puntos de 118 posibles en casa. La entidad se llevó otra Copa Italia a casa, tras derrotar a la Lazio dos por cero con par de dianas antes de los 25 minutos de juego de Dani Alves y Bonucci.

La escuadra bianconera se volvió a quedar a las puertas del triplete, al perder la final de Champions con el Real Madrid cuatro goles por uno. Mandzukic empató el juego en el primer tiempo, con el mejor gol de la temporada para la UEFA. El equipo se desmoronó en la segunda parte, fallando en la concentración y en el juego colectivo. Además hubo rumores de una fuerte discusión en el entretiempo entre Dybala, Dani Alves y Bonucci. Al final de la temporada, los dos últimos abandonaron el club.

2017-2018

La Juve volvió a refrescar la plantilla y se reforzó, entre otros, con Medhi Benatia, Rodrigo Bentancur, Wojciech Szczesny, Federico Bernardeschi y Blaise Matuidi. Sin embargo, volvieron a perder la Supercopa de Italia, ahora ante la Lazio tres goles por dos.

Pero los triunfos no pararon en Torino. La Vecchia Signora amarró su séptimo scudetto en fila y el cuarto para Allegri. El dominio en la tabla los llevó a sumar 95 puntos, cuatro más que el Napoli. Ganaron 30 de 38 y no soltaron el primer lugar, desde la jornada 28, cuando doblegaron al Udinese dos por cero. Fue la séptima liga en fila y última para Buffon, quien se marchó al PSG al final da la campaña

El cuarto doblete nacional llegó con la décimo tercera Copa Italia de la historia, tras golear al Milan cuatro por cero. Números nunca vistos en el fútbol italiano.

Su camino en la Champions finalizó en cuartos de final, ante el Real Madrid de Cristiano Ronaldo. El portugués marcó dos de los tres goles en la ida en Torino, incluida la magistral chilena que arrancó aplausos del público. En la vuelta, la Juve ganó tres por uno, pero no le alcanzó. Cristiano anotó de penal en el descuento, para clasificar a los merengues a la siguiente fase.

2018-2019

La Juve comenzó la temporada con el fichaje estrella de Cristiano Ronaldo, además del Douglas Costa, Joao Cancelo y el regreso al equipo de Bonucci. La fortuna le volvió a sonreír al club, al ganar la Supercopa de Italia al Milan, con gol de Cristiano, quien sumaba su primer título con la entidad. Fue la octava copa, también un récord absoluto.

El equipo ganó el octavo scudetto en fila y el quinto y último para Allegri, implantando una marca en Europa de más ligas consecutivas. Acumularon 90 puntos en la tabla, 11 más que el Napoli. Ganaron 28 de los 38 encuentros, dominando el campeonato de principio a fin. También fue el octavo gallardete para Chiellini y Barzagli.

Quedaron fuera de la Copa Italia en cuartos de final, al ser goleados por el Atalanta tres por cero. Así rompieron una cadena de cuatro finales consecutivas. En la Champions, habían superado al Atlético de Madrid con el histórico triplete de Cristiano Ronaldo, pero se marcharon en cuartos de final ante el sorprendente Ajax. Empataron a uno en Holanda y perdieron dos por uno en Italia.

Allegri se marchó del equipo al final de la temporada, dejando una cantidad de títulos y récords difíciles de superar. Marcó la historia contemporánea de una Juventus en la que no todos se consagran. Fue el arquitecto de una aplanadora italiana.

Fotos: Juventus.

Carlo Ancelotti, el técnico que regresó al Milan a la gloria

Tony Cittadino (Mallorca).- El Milan de Carlo Ancelotti fue el último gran ciclo victorioso del equipo rossonero. La mentalidad ganadora se demostró con resultados y una camada de jugadores que divirtieron al mundo con un juego vistoso y ofensivo. Durante ocho años, “Carletto” dejó un palmarés envidiable: dos Liga de Campeones, dos Supercopa de Europa, un Mundial de Clubes, una liga, una Copa Italia y una Supercopa de Italia.

Su carrera como técnico comenzó en 1994, cuando fue el asistente de Arrigo Sacchi en la selección italiana del Mundial. Fue su primera experiencia en el banquillo, tras ser jugador del Parma (1976-1979), la Roma (1979-1987) y el Milan (1987-1992), casualmente también dirigido por Sacchi. Fue un estratega fundamental en su estilo de ver el fútbol, por su ordenada y rígida forma de trabajar.

Sin embargo, Ancelotti se ha caracterizado por ser un dirigente pacífico, que da confianza a sus jugadores. Un motivador. Esa ha sido la clave de su éxito. “Hay quienes piensan que porque soy un líder calmado, soy débil. No estoy de acuerdo. Tampoco lo están quienes jugaron conmigo o para mí. Mi calma es una fuerza, que transmite poder y autoridad”, dijo en su libro “El leader calmo, Carlo Ancelotti”, escrito por Chris Brady y Mike Forde en 2016.

Su debut como estratega fue en la temporada 1995-1996 con la Reggiana. Logró el ascenso a la Serie A, luego de 41 juegos, en los que dejó balance de 17 victorias, 14 empates y 10 derrotas.

Su próximo destino fue el Parma, club en el que comenzó a dar sus primeros destellos. En la temporada 1996-1997, finalizó en el segundo lugar con 63 puntos, a dos de la Juventus. En la siguiente campaña, quedó en el sexto lugar con 57 unidades.

Su primera gran experiencia con un equipo de nivel, fue con la Juventus. En la zafra 1999-2000 sólo alcanzó a ganar la Copa Intertoto de la UEFA. Perdió la liga en la última jornada, al caer ante el Perugia un gol por cero, en un partido jugado en un diluvio. La Juve, que hasta llegó a tener nueve puntos de diferencia, finalizó con 71 unidades, uno menos que la Lazio.

La situación fue similar en la contienda 2000-2001. La Vecchia Signora quedó en el segundo lugar con 73 puntos, dos menos que la Roma. Al finalizar la campaña, Ancelotti fue despedido. Su idea,  era regresar al Parma, club con el que había un acuerdo verbal, pero el director general del Milan, Adriano Galliani, lo convenció con una llamada telefónica. Llegó en noviembre de 2001, para sustituir al turco Fatih Terim.

Así regresaba al equipo con el que ganó como jugador dos liga, una Supercopa de Italia, dos Champions League, dos Supercopa de Europa y dos Copa Intercontinental. “El Milan era mi familia y a la familia es la primera a la que hay que demostrar lealtad. Comencé en noviembre de 2001 y los primeros seis meses no fueron fáciles”, expresó en su libro. El conjunto terminó la campaña 2001-2002 en el cuarto lugar con 55 puntos.

La primera Champions

Ancelotti le cambió la cara al club y los resultados se comenzaron a ver en la temporada 2002-2003. En el mercado se reforzaron, entre otros, con dos jugadores de lujo: el mediocampista Clarence Seedorf y el defensa Alessandro Nesta.

“Nesta estaba en el mejor momento de su carrera y era tan importante para mí, que tuve que convencer a Berlusconi. Le recordé que todos queríamos ganar la Champions y con él lo haríamos.  Le dije, usted me da a Nesta y yo le doy la Champions”, rememoró Ancelotti.

El Milan tenía un equipo compacto, que jugaba al clásico 4-4-2. Dida estaba en el arco y la defensa era integrada por Alessandro Costacurta, Paolo Maldini, Kakha Kaladze y Nesta. El mediocampo tenía a Gennaro Gattuso, Andrea Pirlo, Rui Costa y Seedorf. El ataque estaba integrado por una de las mejores duplas del momento: Andriy Shevchenko y Filippo Inzaghi.

“En esa temporada llegaron Nesta, Seedorf y también Rivaldo. Teníamos a Rui Costa y estos fueron mis jugadores claves. Cuando empecé, el Milan no daba el espectáculo que quería Berlusconi y tuve que cambiar el estilo de juego, para tener feliz a la dirigencia y a los fanáticos”, recordó en su libro.

Pero manejar los egos del vestuario no fue fácil. Debió, como todo entrenador, imponerse por el bien del equipo. “En mi primera temporada, había un partido de Champions en el que dejé a Rivaldo en la banca. Le dije que jugaría tres días más tarde y me dijo que no, porque Rivaldo no era suplente. Le dije que esta sería su primera vez. Se levantó y se fue a su casa”.

Uno de los aspectos claves que cambió en el Milan, fue que la organización contara con un restaurante en la ciudad deportiva de Milanello. “Que los jugadores coman juntos, ayuda a que hagan grupo. Además se siente como una familia y esta era la cultura del Milan. En otras sociedades es diferente. Por ejemplo, en la Juventus me sentí como en una gran empresa. Las relaciones con los directivos eran más formales y en esa época no había un centro deportivo. Entre el Milan y yo siempre hubo una sintonía natural. Con la Juve, no”.

El club terminó en el tercer lugar de la liga con 61 puntos, detrás del Inter (65) y la Juventus (72), pero el gran golpe lo dio en la Liga de Campeones. Los rossoneros vencieron a la Juve en la gran final, disputada en Manchester. Fue la primera entre equipos italianos. Luego de empatar sin goles en 120 minutos, se impusieron en penales tres por dos. Ganar la Champions le permitió a Maldini igualar a su padre Cesare, quien también fue campeón de Europa con el club en la zafra 1962-1963. Justo 40 años después.

“En el Milan tuve la suerte de tener a un líder como Maldini. Tenía un carácter fuerte y no tenía miedo de nada. Siempre era positivo. También estaba Pirlo. Era más solitario y tímido, pero era un líder técnico. Un ejemplo de cómo jugar. Nesta era un modelo diferente a Maldini y también Gattuso, a su manera”, sostuvo Carlo, que es uno de los siete dirigentes en ganar la Champions como jugador y como técnico.

Tres días después de proclamarse rey de Europa, el Milan ganó la Copa Italia ante la Roma. Habían empatado a dos goles en el partido de vuelta, luego de ganar en la ida cuatro por uno. La entidad vivía días dorados, como en la historia reciente con Sacchi y Fabio Capello, situación que mantenía contento al presidente del equipo, el político Silvio Berlusconi. Con el Premier tuvo buenas relaciones, pero trataba de mantenerlo al margen.

“Entendí rápido que debía mantenerlo contento. La tradición del Milan es jugar un fútbol vistoso, mientras que la de la Juve es ganar. Entendí que ningún esquema táctico es más importante que el presidente del club. Sí Berlusconi quería ir al vestuario a bromear, tenía que darme cuenta al final que ese era su vestuario. Se lo permití, incluso, antes de la final de la Champions en 2003”, sostuvo en el texto.

Se consolidó el proyecto

La temporada 2003-2004 comenzó con la derrota ante en la Juve en la Supercopa de Italia. Tras empatar a un gol, cayeron en penales cinco por tres. Sin embargo, tres semanas más tarde, volvieron a celebrar. El Milan se quedó con la Supercopa de Europa, al vencer al Porto por la mínima diferencia, gracias a un tanto de Sheva.

Había motivos para seguir festejando. Dos brasileños de calidad de sumaban al equipo. El defensa Cafú llegó desde la Roma para reforzar la zaga y el mediocampista Kaká desde el Sao Paulo, para fortalecer el mediocampo y darle profundidad ofensiva.

Fue el momento del cambio táctico, para mantener el 4-4-2. No había espacio para todos, así que Ancelotti optó por retrasar un poco más en el campo a Pirlo y adelantar a Kaká, para tener equilibrio. Dejó de jugar con cuatro en línea, para hacerlo con cuatro en forma de rombo.

“En el medio sector tenía a Pirlo, Seedorf, Rui Costa y Kaká. Al comienzo les dije que si no se adaptaban al nuevo sistema, uno iría a la banca. Lo entendieron. Pirlo terminó jugando un poco más atrás y Kaká, más adelante”, explicó Carletto, quien también debía dar espacio a jugadores como Gattuso y Massimo Ambrosini.

La jugada salió bien, porque además transformó el juego de Kaká, quien tuvo más protagonismo. Al finalizar la campaña, fue el Futbolista del Año de la Serie A. Era el preludio de una gran carrera. Ancelotti también alternó el 4-4-2 con el famoso “Árbol de Navidad”, el sistema 4-3-2-1 con el que jugaba con un solo atacante.

“El club me dio la posibilidad de cambiar jugadores y transformar el equipo, de acuerdo a mi visión. Ganar la Champions en 2003, consolidó la conciencia de los jugadores de ser parte de un gran club. Tomaron mejor la idea de que no siempre podían jugar. Eso hizo más fácil la relación. Todos eran campeones”, dijo el técnico en su libro.

El 21 de febrero de 2004, vencieron al Inter en un “Derby della Madonnina” electrizante. El equipo nerazzurro se fue al descanso con una ventaja de dos por cero, pero los rossoneros remontaron en la etapa complementaria y sellaron el triunfo con un golazo de Seedorf en el minuto 85.

Al holandés lo definió como un gran jugador y de carácter fuerte. “Tenías que decirle bien qué querías, porque si no te hacía todo. Cuando llegó en 2002, tuvo problemas con los compañeros, porque se sentía responsable por los demás. Era su carácter. Al final tuve que decir que él no era el entrenador y no debía hablar así. Era un líder. Pero ya teníamos a Maldini y tuvimos que buscar un equilibrio”.

El Milan terminó la temporada como campeón de Italia con 81 puntos, 11 más que la Roma. El ucraniano Shevchenko fue el líder goleador de la liga con 24 tantos, siendo la segunda vez que lo alcanzó. En la temporada 1999-2000 también sumó dos docenas de goles. Al final del año, Sheva se quedó con el Balón de Oro.

En la Copa Italia quedaron eliminados en la semifinal, al caer en los dos partidos ante la Lazio con global seis por uno. En la Champions, el recorrido se acabó en los cuartos de final. Fueron goleados en la espectacular remontada del Deportivo La Coruña. Los italianos habían ganado 4-1 en la ida jugada en San Siro, pero perdieron 4-0 en la vuelta en Riazor. Fue el partido más gris del ciclo hasta el momento.

La pesadilla de Estambul

La campaña 2004-2005 inició con otro título. El Milan superó a la Lazio tres goles por cero, para ganar la Supercopa de Italia. Entre los refuerzos adquiridos, destacó el delantero argentino Hernán Crespo y el defensa holandés Jaap Stam.

En diciembre perdieron la final de la Copa Intercontinental contra el Boca Juniors. También en penales. Empataron a uno en 120 minutos y en la tanda decisiva, los argentinos se impusieron tres por uno en Yokohama.

Finalizaron en el segundo lugar de la Serie A con 79 puntos, siete menos que la Juventus, pero al año siguiente el título fue revocado por el escándalo de Calciopoli y no fue asignado. La Copa Italia volvió a ser imposible, al caer en cuartos de final ante el Udinese con global de seis por cuatro.

En la Champions ocurrió la pesadilla de Estambul. El Milan ganaba cómodamente tres por cero en la primera parte. Maldini marcó al primer minuto y le siguió un doblete de Crespo (39’ y 44’), pero se dejó empatar por el Liverpool en la etapa complementaria. Tres goles en seis minutos de Gerrard (54’), Smicer (56’) y Xabi Alonso (60’). Los ingleses se quedaron con la “orejona” en la tanda de penales tres por dos, en una de las remontadas más espectaculares de la competición.

“En esa final tuvimos una calidad de juego impecable, que nunca había visto en finales. Fue una desilusión muy grande. La gente dice que dejamos de jugar en el segundo tiempo y no es cierto. El Liverpool jugó bien seis minutos y nosotros 114”, recordó en su libro.

Aseguró que la reacción del Liverpool lo dejó sin tiempo para hacer los ajustes. “Cuando marcaron el primer gol, estábamos jugando tan bien, que pensé que pronto marcaríamos el cuarto. Luego anotaron el segundo y pensé en hacer un cambio, para reforzar la defensa. El tercer gol llegó sin poder hacer nada. Después de esos seis minutos de locura, logramos retomar el control del juego y podíamos haber marcado”.

En ese momento tan difícil, sintió el apoyo de la organización. “El club permaneció compacto. Nadie nos puso en discusión. Obviamente nos dolió, pero tratamos de no dramatizar. Al comienzo de la temporada siguiente, éramos brillantes. La derrota lejos de cortarnos las piernas, nos fortaleció”, confesó el italiano.

Por su parte, Nesta absolvió de toda culpa a su director técnico y lamentó que no pudiera ser uno de los cobradores en la tanda de penales. “Creo que su único error fue no apuntarme en la lista. Contra la Juventus en Manchester lo hizo y marqué. La gente cree que la derrota fue su culpa. Yo creo que fue nuestra. Jugamos el mejor primer tiempo de todos y, en el descanso, nos dijo en el vestuario que el juego todavía no estaba decidido. Que saliéramos a marcar otro gol y si era posible, otro más. Sólo así, estaríamos seguros. Pero concedimos libertades al Liverpool y nos costó la final”, dijo en el libro de Ancelotti.

Temporada en blanco

En la campaña 2005-2006 sumaron de refuerzo al delantero Alberto Gilardino, quien llegó procedente de la Fiorentina. También al delantero Christian Vieri desde el Inter y al lateral izquierdo checo Marek Jankulovski, desde el Udinese.

Pero fue una temporada sin títulos para la entidad rossonera. En la Champions, cayeron en la semifinal ante el Barcelona, a la postre el equipo campeón. Perdieron en San Siro con gol de Ludovic Giuly (67’) y empataron a cero en el Camp Nou. Sheva terminó como líder goleador de esa edición con nueve tantos.

En Copa Italia, el Palermo los eliminó en octavos de final con global de tres por uno y en la Serie A habían finalizado en el tercer puesto con 58 puntos, pero luego le revocaron 30 unidades por el escándalo de Calciopoli que se destapó en esa campaña.

Para entonces, se fortalecían los rumores que aseguraban que Berlusconi no estaba contento con el rendimiento del club y le hacía las alineaciones a Ancelotti, algo que  el técnico siempre negó y reconfirmó en su libro.

“Todos pensaban que Berlusconi me presionaba, pero no era cierto. Siempre estaba muy presente. Cuando ganábamos, entonces me decía quiero que juguemos con este atacante y seamos más ofensivos. No es una opinión, es que lo quiero. Pero siempre le explicaba mis argumentos. Después de una victoria, le gustaba explicarme con cuál jugador me hubiera hecho jugar. Pero eso lo hacía sólo cuando ganábamos”.

 

La revancha de Atenas

Todo cambió en la campaña 2006-2007. El terremoto de Calciopoli obligó a varios equipos a reestructurarse y el Milan no fue la excepción. Se marchó Sheva al Chelsea y Rui Costa al Benfica, mientras que llegaron, entre otros, los defensas Daniele Bonera desde el Parma y Massimo Oddo desde la Lazio. Además Ronaldo se incorporó en el mercado de invierno, pero no jugó hasta 2008 por someterse a un tratamiento de la tiroides.

El camino en la Serie A, terminó con un decepcionante cuarto puesto y en la Copa Italia llegaron hasta la semifinal. La Roma los despachó, tras empatar a dos en San Siro y ganarles tres por uno en el Olímpico.

Sin embargo, todas las fuerzas estaban centradas en Europa. En semifinales lograron una remontada histórica ante el Manchester United. Luego de perder tres por dos en Old Trafford, ganaron con un contundente tres por cero en San Siro, para meterse en la final. Kaká (11′), Seedorf (30′) y Gilardino (78′), sentenciaron a los ingleses en un encuentro que se jugó con una lluvia torrencial y en la que el Milan fue superior. El resultado fue corto.

El equipo de Ancelotti clasificó a la final, para medirse al Liverpool en Atenas. El Milan se sacó la espina de Estambul y venció a los ingleses dos por uno, con un doblete del “Pippo” Inzaghi (45’ y 82’). Fue la séptima y última Champions para el equipo.

“He marcado varios goles en Europa, pero hacerlo en la final de la Champions League es algo especial”, dijo Inzaghi a la UEFA luego de partido. Su compañero Gattuso, agregó: “La derrota de hace dos años estará de por vida, pero esto es otra historia diferente. Ahora nos toca a nosotros celebrarlo”.

Kaká finalizó como máximo goleador del torneo con 10 y allanó el camino para ganar el Balón de Oro y el premio FIFA World Player. Para Maldini fue su segunda “orejona” con el club.

Galliani estuvo en el Milan durante 30 años, ocho de los cuales los pasó con Ancelotti en el banquillo y se mostró feliz por la revancha. “En julio de ese año, el Milan fue el primer club del ranking de la UEFA, superando a Real Madrid y Barcelona. Sus ocho años fueron un periodo de oro. La victorias fueron muchas más que las derrotas”, dijo en el libro.

El ejecutivo agregó que la derrota en Estambul no puso en duda la continuidad del estratega. “Muchos me preguntan si le recriminamos algo y la respuesta es no. Lo apoyamos. Fue duro y tuvimos que haber ganado. Pero en cinco años, jugamos tres finales de Champions, una semifinal y unos cuartos de final. Nadie nos alcanzaba. Ni siquiera Bayern, Real Madrid o Barcelona”.

La mano derecha de Berlusconi, definió a Carlo como un gran motivador en momentos claves. “Tiene un modo particular de llevar las relaciones con los jugadores. Nunca traicionó sus orígenes, ni cambió su carácter. Tiene una gran capacidad de iluminar el ambiente en el que trabaja. Es un líder internacional y multicultural”.

Una de sus anécdotas preferidas, fue la noche antes de la final de la Champions de 2007. “Veía en el entrenamiento con él y me fijé que Inzaghi estaba presionado. No paraba ni un balón. No era él. Le sugerí a Carlo que lo dejara de suplente y salir con Gilardino como titular. Me respondió que Inzaghi era un atacante rato y que, quizás, la noche de la final sería su noche. Quizás otro entrenador me hubiera hecho caso, pero él tenía un presentimiento y era algo que le sucedía a menudo”.

 

En el techo del mundo

La temporada 2007-2008 inició con el triunfo en la Supercopa de Europa contra el Sevilla. La victoria fue de tres por uno, con tantos de Inzaghi (55’), Jankulovski (62’) y Kaká (87’), para sumar el quinto trofeo de la competición. El título tuvo en parte un sabor amargo, porque el defensa del Sevilla, Antonio Puerta, había muerto tres días antes por un paro cardio respiratorio en el juego ante el Getafe.

La zafra también inició con otro fichaje de estelar. Alexandre Pato llegó con apenas 17 años, procedente del Internacional de Porto Alegre por 22 millones de euros, una cifra récord para entonces.

En diciembre, sumaron al palmares el Mundial de Clubes al derrotar por goleada al Boca Juniors cuatro por dos. Inzaghi lideró el triunfo con par de dianas (21’ y 71’), mientras que Nesta (61’) y Kaká (61’) se sumaron a la fiesta milanista.

“No diría que la victoria es irrepetible, pero nunca la podremos olvidar. Ahora queremos festejar al máximo este evento. Nos alegramos mucho por esto, porque todo el mundo sabe que hemos recorrido un camino muy difícil”, sostuvo Ancelotti luego del juego. Su Milan sumaba el título 18 a nivel internacional, siendo el club más titulado.

Sin embargo, el ciclo comenzaba a presentar desgaste. El Catania los superó en octavos de final de la Copa Italia, con global de 3-2. En la liga, finalizaron en el quinto lugar con 64 puntos, quedando fuera de la zona Champions.

En la Liga de Campeones, quedaron fuera en octavos de final contra el Arsenal. Empataron sin goles en casa y perdieron dos por cero como visitantes. Para entonces, el Real Madrid había asomado la posibilidad de fichar a Ancelotti, pero no se dio.

“En ese momento, me contactó el Real Madrid, pero no hubo acuerdo porque dije que si el Milan no me dejaba ir, no me iría”, dijo en su libro el estratega.

Fin del ciclo

La última campaña de Ancelotti fue la 2008-2009. También fue la de Maldini. Al mismo tiempo, regresaba al equipo Shevchenko y se sumaban los fichajes estelares de Ronaldinho, David Beckahm, Gianluca Zambrotta, Thiago Silva y Mathieu Flamini.

El Milan no disputó la Champions League, pero sí la Europa League, torneo en el que quedó eliminado en los dieciseisavos de final ante el Werder Bremen con dos empates. Uno a uno en Alemania y dos a dos en Italia, pasando los teutones por marcador global.

En la Serie A, finalizaron en el tercer lugar con 74 puntos y en la Copa Italia, quedaron fuera al perder con la Lazio dos por uno en octavos de final.

“Fue un gran tiempo al Milan. Ganamos dos Champions y una liga. Me sentía como en casa, pero luego de ocho años la relación se enfrió. Berlusconi quería cambiar y yo quería ir al exterior”, dijo Ancelotti en su libro.

Galliani explicó que la decisión dejarlo ir a Inglaterra con el Chelsea, fue consensuada y la discutió con Berlusconi. “Era lo mejor para las dos partes. Él lo deseaba y la separación fue sin traumas. Carlo fue muy correcto. Dejó que el equipo decidiera, porque tenía un contrato”.

Beckham también dio buenas referencias, a pesar de jugar bajo sus órdenes solo una temporada. En el libro de Carlo, explicó que no dudó cuando se presentó la posibilidad de ir al Milan. Recordó el último día de Ancelotti en el banquillo como una jornada llena de emociones.

“Vi con mis propios ojos cuánto le querían en el vestuario. Dio un discurso muy sentido en italiano y yo le entendí la mitad, pero me conmovió. Vi llorar a como Maldini, Gattuso, Inzaghi y Nesta. Sabían que el club cambiaría, porque el hombre que hizo grande al Milan estaba por irse”.

Maldini lo definió como una persona que se molesta muy poco y que puede hacerte reír antes de una final de Champions. “No es rencoroso y tiene un corazón de oro. No necesita ser un Special One para ganar. Cuando creía equivocarse, me lo preguntaba. Cuando llegó a Milanello, era muy rígido tácticamente. Pero luego se abrió y maduró”.

Nesta tampoco dudó en decir que Ancelotti fue el mejor entrenador que tuvo en su carrera, porque le cambió la mentalidad. Contó que le dijo que no había mejor lugar para crecer que el Milan y, aunque le costó adaptase, siempre tuvo su apoyo.

“La primera vez que lo vi, fue en un entrenamiento con Italia en Milanello. Estaba al límite del campo y me dijo que al año siguiente quería verme en el Milan. Le dije que no, porque el club no me gustaba. Era de la Lazio y prefería quedarme en Roma. Tres meses más tarde, firmé con el Milan. Carlo me enseñó que aquí cada juego era una final. En la Lazio, bastaba con ganar el derby a la Roma. Me dijo que que si quería ser el mejor, tenía que seguir a los mejores, como a Maldini o Costacurta”.

Ancelotti terminó dirigiendo al club en Serie A en 423 partidos oficiales, con 238 victorias, 101 empates y 84 derrotas. Su huella en el banquillo fue más allá de los títulos y resultados. Fue un caballero y el último dirigente que dirigió al Milan con el escudo tatuado en el corazón, para llevarlo a la gloria en un ciclo exitoso.

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Liverpool y Chelsea definirán la primera final inglesa de la Supercopa de Europa

Tony Cittadino (Mallorca).- La Supercopa de Europa busca un nuevo campeón y lo único seguro es que será inglés. Liverpool y Chelsea se enfrentarán en el Besiktas Park de Estambul, en un duelo que además dará inicio a la nueva temporada de las competiciones europeas.

Los reds de Jurguen Klopp llegan como los campeones de la Champions League, mientras que los blues de Frank Lampard, como monarcas de la Europa League.

«Sé lo especial que es Estambul para todos los seguidores del Liverpool. Nadie olvidará el 2005, pero somos personas diferentes, no somos iguales – somos el equipo 2019/20, ¡y muy bueno también! Estambul es un gran lugar para el fútbol, una vez estuve aquí con el Dortmund y el ambiente era increíble. Hay una gran comunidad de seguidores del Liverpool aquí en Turquía, y eso lo hace especial para nosotros también. Estamos frescos, queremos jugar y esperamos poder hacer de él un lugar especial también para este grupo», dijo el estratega alempán en declaraciones reseñadas por el portal digital de la UEFA.

El Liverpool ha jugado cinco finales, ganando tres (1977, 2001 y 2005) y perdiendo dos (1978, 1984), mientras que el Chelsea ha disputado tres, pero sólo ha levantado el trofeo en una ocasión (1998), cayendo en las últimas dos ediciones (2012, 2013).

«Soy optimista porque creo en los jugadores y en el hecho de que estamos aquí en la final porque merecemos estar. Conozco muy bien la calidad de un rival como el Liverpool, un equipo que mereció ganar la Champions League, que tiene un fantástico jugador y grupo de jugadores. Si jugamos al máximo podemos ganar el partido. Es importante para un club como el Chelsea que lo demos todo, que lo intentemos y ganemos. Entendemos la importancia de todo esto», explicó el estratega de los blues.

El encuentro será dirigido por la árbitra francesa Stéphanie Frappart, siendo  la primera vez que una mujer se hará cargo de una gran cita de la UEFA. Además el máximo organismo del fútbol europeo invitó a las colegiadas italianas Annalisa Moccia y Giulia Nicastro, que fueron víctimas de comportamientos machistas en partidos recientes.

Inglaterra quedará con ocho títulos en el tercer lugar de Europa, detrás de Italia (9) y España (15).

Es la séptima final entre equipos del mismo país. La primera fue italiana entre Parma y Milan (1993), seguida por cinco entre oncenas españolas: Sevilla vs Barcelona (2006), Real Madrid vs Sevilla (2014), Barcelona vs Sevilla (2015), Real Madrid vs Sevilla (2016) y Atlético de Madrid vs Real Madrid (2018).

Las oncenas que han podido retener el título son Milan (1989, 1990) y Real Madrid (2016-2017), mientras que los jugadores que más veces han alzado el trofeo son Paolo Maldini y Dani Alves, con cuatro cada uno.

Los técnicos más ganadores son Carlo Ancelotti y Pep Guardiola, en tres oportunidades cada uno.

Los clubes más ganadores son Milan y Barcelona, con cinco cada uno.

Alineaciones probables:

Liverpool: Adrián; Alexander-Arnold, Matip, Van Dijk, Robertson; Fabinho, Henderson, Keïta; Mané, Firmino, Salah

Chelsea: Kepa; Azpilicueta, Christensen, Zouma, Emerson Palmieri; Jorginho, Kovačić; Pulišić, Barkley, Pedro; Giroud

Foto: UEFA.

Real Madrid y Atlético de Madrid lucharán por la Supercopa de Europa

(EFE).- Real Madrid y Atlético de Madrid acaparan una vez más la atención en el fútbol mundial, enfrentados esta vez por la Supercopa de Europa en el derbi más grande del continente, un duelo enorme por magnitud, ambición, pasión, futbolistas y presión, la que implica disputarse un título más contra el ‘eterno’ rival.

En Tallin, sobre el césped del estadio Lillekula, con 12.500 espectadores en sus gradas, con el condicionante que supone una pretemporada atípica, con futbolistas casi recién aterrizados de sus vacaciones después del Mundial 2018, pero con la dimensión que siempre tiene un derbi, más aún en una final, una más entre ambos.

Nunca antes se han enfrentado dos equipos de la misma ciudad en una Supercopa de Europa, al igual que nadie lo había hecho en una final de la UEAFA Champions League hasta la edición de 2014, repetida de nuevo en 2016, cuando el Atlético y el Madrid también tomaron todo el protagonismo del fútbol europeo, con sendos triunfos blancos.

En Lisboa, en 2014, en la prórroga por 4-1, con aquel gol salvador de Sergio Ramos en el minuto 93 para el Real Madrid, cuando el Atlético ya sentía suya la primera Copa de Europa de su historia; en Milán, en 2016, en la tanda de penales, después del empate a uno con el que concluyó el tiempo extra en San Siro.

Dos años después, como campeones de la Champions, el equipo blanco, y de la Liga Europa, el rojiblanco, vuelven a cruzarse los destinos de dos bloques gigantes, dos aspirantes a todo para el nuevo curso, aunque ya no estén Cristiano Ronaldo o Zinedine Zidane, en el Real Madrid, ni Gabi o Fernando Torres, en el Atlético.

Keylor Navas, Thibaut Courtois, campeón de rojiblanco y fichado ahora por el club blanco, Dani Carvajal, Sergio Ramos, Marcelo, Toni Kroos, Luka Modric, Marco Asensio, Isco Alarcón, Gareth Bale o Karim Benzema contra Jan Oblak, Diego Godín, Filipe Luis, Saúl Ñíguez, Koke Resurrección, Thomas Lemar, Antoine Griezmann o Diego Costa.

Y Julen Lopetegui, en su estreno en el equipo blanco, contra Diego Simeone, ante su última barrera europea, ante el rival que más le ha ganado en la Liga de Campeones, el equipo que le frustró en cuatro de las cinco ediciones que ha disputado su conjunto en el último lustro y el que le apartó de conquistar dos Copas de Europa.

El Real Madrid aspira a su quinta Supercopa de Europa, la tercera consecutiva; el Atlético, infalible hasta ahora en este torneo, a la tercera de su palmarés, la más reciente en 2012 cuando destrozó todos los pronósticos con una victoria memorable por 4-1 contra el Chelsea en el estadio Luis II de Mónaco, ya con Simeone de técnico.

Es el inicio de una nueva era en Tallin para el club blanco. Un reto mayúsculo para Lopetegui, enterrado el dolor de verse fuera del Mundial de Rusia con una selección española que clasificó de la forma más brillante por firmar el contrato de sus sueños con el Real Madrid más difícil de dirigir. El listón altísimo de Zidane, la ausencia del devorador de récords Cristiano Ronaldo.

A la espera de que Florentino Pérez guarde un as en la manga para los últimos días de mercado, el proyecto de un equipo que escribió historia con tres Champions consecutivas, parece mermado sin los goles del astro portugués y la ausencia de un fichaje de relumbrón. El liderazgo recae sobre Gareth Bale y el paso al frente que deben dar Isco Alarcón y Marco Asensio.

La Supercopa de Europa marcó a los tres. En 2016 disparó a Asensio cuando con un golazo al Sevilla demostró que era jugador para altos vuelos. En la última edición, Bale se cerró las puertas del Manchester United tras su decisión de jugar e Isco dejó una exhibición para el recuerdo. El Real Madrid repetía como campeón sin Cristiano en el once. Esta vez no podrá entrar los últimos siete minutos como en Skopje.

Con la llegada de Courtois, que aún no ha debutado y será suplente de Keylor Navas en el inicio de un pulso que marcará el año blanco en portería, Álvaro Odriozola para mejorar el lateral derecho que se pierde la cita por un problema muscular, más la esperanza depositada en el brasileño Vinicius, se espera que hasta nueve jugadores del once repitan respecto a la conquista de la última Copa de Europa y no haya ninguno de los fichajes en las dos novedades.

Sin Cristiano tan solo Luka Modric, finalista en el Mundial y con un ritmo menor de entrenamiento, parece el único con opciones de caerse respecto al que fue inesperado último once de Zidane. El resultado del primero oficial de Lopetegui será el que dictamine si el Real Madrid renuncia a un gran desembolso o ve lagunas para lanzarse al mercado por un 9 de garantías.

Enfrente, le desafía el Atlético, con el proyecto quizá más ambicioso de su historia, con la capacidad para retener a sus mejores futbolistas, Jan Oblak o Antoine Griezmann, este último con una oferta rechazada al Barcelona, y de complementar su plantilla con seis incorporaciones, entre ellas Thomas Lemar y Rodri Hernández.

Ambos son los únicos dos fichajes que entrarán en la alineación para la Supercopa de Europa; el campeón del mundo francés en la banda derecha. «Tiene un talento que el equipo lo necesita», recalcó el pasado sábado Simeone sobre el internacional galo, que ha demostrado detalles, pero aún requiere quizá más adaptación.

Rodri, en su vuelta al Atlético tras triunfar en el Villarreal, lo hará en el medio centro, como compañero ahí de Saúl Ñíguez, ya sin Gabi Fernández, una referencia en ese puesto. A la izquierda estará Koke Resurrección; por delante Diego Costa y Antoine Griezmann, el líder del equipo por quinta temporada consecutiva.

Hace una semana, el lunes 6 de agosto, el francés comenzó la pretemporada y nueve días después, este miércoles, formará desde el principio en el ataque, según las pruebas de Simeone. Un ejemplo más de la transcendencia y la condición de indispensable e indiscutible en el once del mejor goleador rojiblanco en cada una de los cuatro años anteriores.

Por detrás, el portero Jan Oblak y los defensas Juanfran Torres, José María Giménez, Diego Godín y Filipe Luis completan la probable alineación titular de Simeone, que cumplirá el tercero de sus cuatro choques de sanción en Europa y que sufrirá el partido fuera del banquillo y desde un palco del estadio Lillekula, como ya le ocurrió en la final de la Liga Europa. Su balance en esa tesitura es de nueve triunfos, dos empates y dos derrotas en trece encuentros.

PROBABLES ALINEACIONES:

REAL MADRID (ESP): Keylor Navas; Carvajal, Varane, Sergio Ramos, Marcelo; Casemiro, Kroos; Isco, Marco Asensio, Bale; y Benzema.
ATLÉTICO MADRID (ESP): Oblak; Juanfran, Giménez, Godín, Filipe; Lemar, Rodri, Saúl, Koke; Griezmann y Diego Costa.

ÁRBITRO: Symon Marciniak (Polonia).
ESTADIO: Lillekula de Tallin (12.500 espectadores)
HORA: 3:oo pm Venezuela

Foto: AFP.