El Chelsea superó al Porto con suspenso

Chelsea superó al Porto en el global

AS.- El Chelsea no regala ni un solo centímetro. Pelea hasta por la última brizna de hierba y convierte en un páramo desolado su mitad del campo. Allí donde Mendy y los suyos plantan su bandera, no crece el fútbol ofensivo. Qué difícil va a ser para Real Madrid o Liverpool hacerle ocasiones a un equipo que no solo ha concedido únicamente tres goles en toda esta Champions League, sino que da la sensación de que no tiene intención de permitir que le tiren ni una sola vez a portería.

Resumen del partido

Ante el Oporto en el Pizjuán, bajo la atenta mirada de Lopetegui y con los dragones esta vez sí con todo su arsenal ofensivo, los blues volvieron a echar el candado, por mucho que no pudiesen evitar el golazo de tijereta de Taremi en el último suspiro. Y ojo porque los de Londres también tienen muchísimo talento arriba. Éxito, y de los rotundos, de Thomas Tuchel.

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La transformación que ha llevado a cabo en el Chelsea, sobre todo en el momento más duro de la temporada ha sido espectacular. Anoten estos tres nombres para las semifinales: Azpilicueta, Thiago Silva y Rüdiger. Se habla mucho de los tridentes ofensivos, pero no tanto de los defensivos, y este va camino de poder dar algún título al Chelsea esta temporada. Recital también el de Jorginho en el centro del campo, esta vez sí acompañado de Kanté, que necesitaba coger minutos, y de Pulisic arriba, que va creciendo según pasan los partidos. Mount, al que Pepe casi le parte la cara con un codazo en la primera mitad, puede hacer una gran asociación con él cuando haya un ‘9’ de garantías que aproveche su talento.

El PSG eliminó al Bayern y tomó revancha

AS.-  El fútbol no le debe nada a nadie. Tampoco al PSG. Pero sí tenía una cuenta pendiente el conjunto parisino con algo que jamás podrá comprar con dinero, la grandeza. Una grandeza que ha ganado a base de sudor y tinta antes que con petrodólares y que le ha permitido sentarse en la misma mesa que colosos como Real Madrid, Barcelona o Bayern, estos dos últimos eliminados por el PSG en la presente Champions. No hubo remontada en el Parque de los Príncipes a pesar del 0-1 del Bayern en una eliminatoria para la historia del fútbol.

Resumen del partido

Las alineaciones trajeron antes del partido la etiqueta de adrenalina. Si el partido de ida fue apasionante, el de este martes se presentaba como una partida de ajedrez entre Flick y Pochettino. El argentino dejó a Verratti en el banquillo, colocó a Danilo de central y repitió el esquema de la ida. Flick, sin Goretka, salió con su clásico 4-2-3-1 con Alaba en el medio.

Choque de grandes

Solo podemos darle gracias a la Champions League por la primera parte que nos brindaron PSG-Bayern. Hubo de todo. Goles, tensión, postes… Y, sobre todo, ocasiones. El PSG, liderado por un sublime Neymar, gozó de las oportunidades más claras, pero como en la ida el Bayern, le faltó rematar. El show de Neymar trajo consigo un disparo al larguero y otro al poste tras dos jugadas de lo que es, uno de los mejores jugadores del mundo. Neuer salvó un mano a mano con el brasileño y el Bayern, que apenas había intimidado a Keylor Navas con dos llegadas de Sané y Kimmich, se adelantó por medio de Choupo-Moting, que aprovechó un rechace de Keylor para marcar de cabeza.

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Neymar continuó su show en la segunda mitad, machacando en cada recepción al Bayern y no llegando por milímetros a un centro de Di María en una jugada maravillosa del ex del Barça. Flick dio entrada a Musiala y Pochettino contragolpeó con Moise Kean en el tramo final. Con un Bayern lanzado, el árbitro anuló un gol de Mbappé por un fuera de juego muy justo a pase de NeymarSané y Müller avisaron al final, pero ya era demasiado tarde y el PSG pasó a semifinales de una eliminatoria para los anales de la Champions.

Foto: AS

El Bayern selló su pase a cuartos con comodidad

Bayern

AS.- No hubo sorpresas en Múnich. El Bayern de Múnich recibió al Lazio con el 1-4 a favor de la ida y selló su pase a cuartos con otra plácida victoria ante los de Inzaghi. Un tanto de Lewandowski desde los once metros y otro de Choupo-Moting fueron suficiente para imponerse por 2-1 a un tímido conjunto italiano al que solo le quedó el gol de honor por medio de Parolo. Nübel, que sustituyó al acatarrado Neuer bajo palos, completó su tercera aparición con el cuadro bávaro y, de esta manera, terminó encajando su segundo gol como muniqués.

Resumen del partido

No brilló el Bayern. Ni tuvo que hacerlo. Consciente de la importante ventaja en el global, los de Flick se hicieron con el esférico desde el inicio, eso sí, sin asfixiar al rival como suelen acostumbrar. Le costaba llegar a las inmediaciones del marco protegido por Reina, al igual que a un Lazio en el que Immobile se quedó fuera del once por unas molestias. El Lazio logró contener a la bestia hasta que el colegiado señaló penalti en un agarrón de Muriqi a Goretzka y Lewandowski, como siempre, no perdonó.

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No cambió el guión del partido en el segundo período. Dominaba el Bayern y los Laziali, conscientes de que la remontada había sido una misión imposible desde el principio, fueron bajando los brazos con el transcurrir de los minutos. Flick aprovechó la última media hora para dar descanso a sus titulares y, entre otros, sustituyó a Lewandowski por Choupo-Moting. El ex del PSG volvió a aprovechar la oportunidad del míster y subió el segundo tras una gran filtración de Alaba. El gol del honor del Lazio, obra de Parolo, quedó en mera anécdota.

Foto: AS

El Chelsea pasó por encima del Atlético

Chelsea

AS.- El Chelsea liquidó al Atlético con contundencia. Un gol de Ziyech en el primer tiempo en un gran contragolpe del conjunto inglés decidió el partido de vuelta. El 2-0 llegó en el descuento. Los del Cholo lo intentaron de todas las maneras posibles, pero en dos encuentros el equipo rojiblanco no le ha hecho un gol a su rival y así es imposible ganar. El conjunto madrileño tendrá que centrarse ahora en LaLiga.

Resumen del partido

El Atlético tuvo claro desde el principio que si quería pasar debía presionar arriba a su rival. En esa tarea se emplearon Luis Suárez, Carrasco, João Félix, Marcos Llorente, Koke… cada vez que el Chelsea intentó sacar la pelota jugada desde atrás. El conjunto inglés, por su parte, no tuvo prisa a la hora de manejar el balón y sólo recurrió al patadón cuando de verdad se vieron comprometidos sus jugadores. Si el Chelsea salvaba esa primera línea de presión, causaba peligro. El Atlético comenzó bien, con un par de llegadas cerca de Mendy, una a través de Lodi y otra por mediación de João Félix. Pero el conjunto de la Premier fue poco a poco dominando el choque y llegando a las inmediaciones de Oblak. El equipo de Tuchel también lo tuvo claro: mínimo respiro a João Félix y asfixiar a Marcos Llorente cada vez que recibía.

Si el Atlético presionó la salida del rival, el Chelsea hizo lo mismo y Koke y Saúl perdieron algunos balones que pudieron costarle caro a su equipo. El Atlético pidió un par de penaltis por acciones sobre Luis Suárez y Carrasco, aunque parece complicado que en Europa piten penaltis así. De todos modos, sobre todo Azpilicueta se la jugó. Pasada la media hora de partido el Atlético empezó a mandar y empezaron a aparecer alguno de sus jugadores claves. Casi cuando mejor estaba el cuadro del Cholo llegó el tanto de su rival, en una jugada muy rápida, vertical, bien trenzada con remate final de Ziyech. En una acción de ataque rojiblanca, el conjunto inglés realizó un contragolpe de manual y puso el 1-0 en el marcador. Un mazazo para un Atlético que empezaba a creer en la posibilidad de marcar un gol y ponerle la eliminatoria complicada a su rival. En el minuto 38 pudo marcar el Atlético con una llegada de Marcos Llorente por banda a cuyo centro no llegó nadie. A renglón seguido lanzó João Félix y y atajó el cancerbero del Chelsea.

Golpazo

El 1-0 hizo daño al conjunto del Cholo, que pasó unos momentos difíciles, con el Chelsea ya no sólo tocando sino también llegando a la portería de Oblak. Los rojiblancos entendieron que un 2-0 al descanso hubiese sido definitivo, por lo que alcanzaron el intermedio con la idea de que tocaba hazaña en la reanudación.

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El comienzo del segundo tiempo puso bien a las claras el planteamiento de cada equipo: los del Cholo ya sin otra opción que ir a por el gol y el Chelsea esperando nuevos contragolpes para sentenciar. Pudo hacerlo el equipo local con una gran galopada de Werner y buena parada de Oblak. Y también con un tiro de Ziyech, respondido de igual manera por el meta del Atlético. El Chelsea se agazapó atrás y metió diagonales a sus dos puntas, quienes se midieron con Savic y Giménez a campo abierto. Simeone movió el banquillo, primero metió a Dembélé por un desaparecido Carrasco y luego a Correa por Luis Suárez, en una de esas decisiones de las que se hablará durante las próximas horas. Entonces fue el francés el que se situó como el rojiblanco más adelantado. Posteriormente entró Lemar por Trippier. El Atlético no dispuso de grandes ocasiones, aunque a la hora de partido Dembélé estuvo cerca de llegar a un centro de Correa.

El Atlético lo intentó por la derecha con Llorente como carrilero derecho, con Lemar manejando la pelota y con João Félix por detrás del punta tirado a la izquierda. La tuvo el portugués a falta de un cuarto de hora, pero el portero del Chelsea respondió bien. Y también a falta de diez minutos cuando su disparo salió rozando el palo. Lo intentó el Atlético y justo cuando más metido estaba en faena, llegó la expulsión de Savic, que terminó de liquidar al Atlético, aunque João Félix tuvo el empate, pero Mendy dejó la portería a cero. Y casi en la jugada final llegó el 2-0, en otro gran contragolpe del Chelsea.

Foto: EFE

Manchester City aseguró su pase a cuartos

Manchester City

AS.- El Manchester City no quiso esperar hasta el final del partido para asegurar su pase a los cuartos de final de la Champions League. En poco más de un cuarto de hora ya había hecho valer el 0-2 que trajo de la ida y se había puesto con un nuevo 2-0 gracias a los goles de De Bruyne y Gündogan. El del belga, un disparo espectacular con la pierna izquierda desde fuera del área, hizo hincar las rodillas al Borussia Mönchengladbach, que no le quedó más que asumir la realidad: el conjunto de Pep Guardiola quiere dar un paso más en Europa y para ello mostró su versión más autoritaria de la temporada. La gran duda sigue siendo, una temporada más, si lograrán vencer la barrera de los cuartos de final.

Resumen del partido

Con un fútbol de control, preciso, ofensivo y efectivo, el Manchester City no dio ninguna opción a su rival alemán. Guardiola eligió no salir con un delantero natural como Gabriel Jesus o Agüero, sino que Bernardo primero y Foden después fueron ocupando esa posición. De la forma más fluida que podía hacerlo, los ‘citizens’ quitaron cualquier tipo de vida al Gladbach, que pudo recibir algún gol más si De Bruyne hubiera ajustado más una falta que despejó Sommer.

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A casi media hora para el final del partido, Guardiola comenzó a dar descanso a su equipo e introdujo rotaciones para minimizar la carga de minutos, dando entrada a Fernandinho, Zinchenko, Agüero, Laporte o Sterling, que no había entrado en la convocatoria del fin de semana pasado.

Foto: AS

El Madrid superó sin sobresaltos a la Atalanta

Real Madrid

AS.- Habrá que acostumbrarse a esto. Aquel equipo explosivo de la trilogía europea de Zidane ha derivado en un artificiero que se gana la vida desactivando al adversario. Quién sabe para cuánto le dará en la Champions, pero resultó suficiente ante el Atalanta, que tuvo menos cascabeles de lo que se anunciaba en el cartel. Presionó bien, no se escondió, tuvo entereza, pero hace falta algo más para subir al altar mayor del fútbol. Lo que tiene el Madrid, que fue de poco a mucho hasta autoconvencerse que en Europa tiene un porvenir. La noche ayudó mucho a Vinicius, que recuperó su versión diabólica.

Resumen del partido

Desde la óptica de Zidane había poco que decidir. El Madrid ultracampeón morirá sin testamento. Así que mientras los cuerpos aguanten (y aguantan), el francés seguirá con su aprovechadísimo grupo de treintañeros venidos a más. Y sin Hazard, que lleva año y medio sin soltar las muletas. El puesto que deja libre es el que va y viene. A Zidane le gustaría creer en Asensio, el más dotado, pero ya no encuentra argumentos. A Rodrygo le ve para el otro costado. Y acaba por tirar de Vinicius, un proyecto de genio inconcluso. Le cuesta el gol, le cuesta el último pase, le cuesta jugar en la derecha, le cuesta coger oficio, pero tiene ese algo que tanto gusta en el Madrid: el presentimiento de que con él siempre pasará algo (no siempre bueno). Butragueño, hace 40 años, ya cultivó el género

Así que el Madrid afrontó el duelo con los clásicos y tres centrales, sospechando que se le vendría encima esa bendita locura del Atalanta, esa presión salvaje y al hombre hasta con siete jugadores en la salida de la pelota, esos laterales intrusivos y un ataque más moderado de lo acostumbrado (Gasperini dejó a medias la cumbia al no alinear de salida a Duván Zapata). El Atalanta no es una pareja cómoda, porque le falta sangre azul y en una competición tan endogámica como la Champions cuela que te eche uno de tu especie (de Juventus para arriba) y avergüenza que lo haga uno de otra. Se defiende mejor morir a manos de un patricio que de un plebeyo.

Un Atalanta sin remate

Al equipo de Gasperini, cuartofinalista el año pasado, de cordero no le queda ni la piel. Menos si llega en desventaja. Su salida fue expansiva, invadiendo el campo del Madrid, metiéndole marcha. Juega a todo o nada: si aguanta su primera línea de presión, agobia; si el rival la supera, peligra. Aplica su plan con sol y con sombra, en Bérgamo o lejos, ante grandes y pequeños.

Pero el Madrid salió lo suficientemente advertido de que es tan peligroso el escorpión como el tigre. Los tres centrales le protegieron bien, aunque, con muchos puntos ciegos en la salida, se vio abocado a jugar en largo demasiadas veces, y ni Benzema ni Vinicius nacieron para ganar disputas aéreas. A los tres minutos Muriel puso a Gosens ante Courtois. Al zurdo le cayó la pelota en la derecha. Dios dio pan a quien no tiene dientes. Eso salvó al Madrid.

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El equipo de Gasperini, luego, amagó mucho y dio poco. Incomodó al Madrid, procuró encerrarle, pero no llegó con verdadero peligro durante muchos minutos. Tampoco el equipo de Zidane, que se columpiaba en el gol de Mendy en Bérgamo. Todo obedecía a la ausencia de Casemiro. No hay otro como él, no es de fiar Kroos en el quite y con un tercer central se aseguraba Zidane siempre un plan B a espaldas del alemán. Eso sí, a costa de quedarse muy corto en campo contrario.

Modric, Benzema y Vinicius

Cerca de la media hora asomó la primera combinación entre Vinicius y Benzema, que empiezan a entenderse. El remate del brasileño, con Sportiello vencido, se estrelló en Djimsiti. Esa es la gran ventaja del francés: un nueve que flota fuera del área. Siempre fue de sobresaliente en todo menos en aritmética (hasta que se fue Cristiano) y, según qué cursos, en aplicación. Para entonces el Atalanta ya había recogido cable. Las baterías no son eternas. Y además, Sportiello, acabó por liarla. Un mal despeje suyo lo cazó Modric, que andaba en la emboscada, y le sopló el gol a Benzema. El buque insignia de la presión muriendo de presión ajena. El croata lo puso casi todo. Es admirable que un futbolista que podría vivir cómodamente de su habilidad no se niegue el esfuerzo. Nunca un Balón de Oro premió tantas virtudes.

Ese gol enterró al Atalanta y resucitó a Vinicius. Gasperini metió lo que le quedaba (Zapata, Ilicic…) cuando al equipo ya no le quedaban ni ánimo ni energía. Y en ese último impulso por sobrevivir dejó mucho espacio a Vinicius. En seis minutos, el brasileño se marcó una carrera de 80 metros, acelerando, fintando y limpiando defensas. Se intuía un gol de colección y le perdió el toque final. Nada que no hayamos visto antes. Pero repitió casi de inmediato y esta vez Toloino le permitió ni equivocarse. Le zancadilleó sobre la línea del área y Ramos convirtió el penalti. Fue el último servicio del capitán, que se reservó para lo que esté por llegar. Con el Madrid en su salsa, Benzema estrelló un cabezazo en Sportiello y otro en el palo. Aquello ya iba para goleada. Y entonces Zidane quitó a Vinicius y se acabó la fiesta. Courtois hizo dos buenas paradas, se tragó una falta de Muriel y Asensio marcó en la primera pelota que tocaba. También a él puede despertarle Europa.

Foto: AS

PSG liquidó las esperanzas del Barcelona

AS.- El Barcelona vuelve a irse de Europa, pero a diferencia de la últimas ocasiones, el equipo blaugrana se fue de París con la cabeza alta y dejando un claro mensaje de “señores, hemos vuelto”. Sólo la falta de puntería de los barcelonistas, que fallaron de todo en el área rival y regalaron el penalti de siempre en la propia impidió amenazar con un intento de remontada que se quedó en 1-1, pero que de justicia podía perfectamente haberse puesto 1-3. Pero la cara de susto que se le puso al PSG durante muchos minutos del partido, no se la quita nadie.

Resumen del juego

Lo que no se le puede negar al Barcelona actual es ilusión. Este equipo vive en una sobredosis de optimismo que seguramente es la compensación a estar tanto tiempo instalado en el derrotismo. Así que el conjunto blaugrana salió al Parque de los Príncipes dispuesto a firmar una ‘beau geste’, esa novela de aventuras que se sitúa la acción de sus protagonistas en la legión francesa. Buscaban los de Koeman un intento de hazaña, de la que ya mirarían las consecuencias al final. Ya se sabe, sin embargo que este tipo de acciones no acaban demasiado bien para los que las protagonizan, que como pasa en la novela, pero a cambio dejan un enorme recuerdo.

Y la puesta en escena del Barcelona en París fue una carga suicida y en toda regla contra el París Saint Germain, que llegó a dar la impresión de verse durante muchos tramos del partido intimidado y sorprendido por el empuje de un equipo catalán que lo hizo todo bien… menos acabar las jugadas.

Embate y atajadas

Dembélé falló clamorosamente con la espada hasta en cinco ocasiones en los primeros 45 minutos. El extremo francés volvió a ser un dolor de muelas jugando a la espalda de los centrales, pero a la hora de culminar, se topó con Keylor. No fue el único culé que atenazó a los franceses, Dest disparó al palo y Messi amenazaba entre lineas.

El planteamiento del Barcelona por atrevido presentaba un claro punto débil que era la espalda de la defensa, donde Mbappé retaba en superioridad a Mingueza, que lo controló como pudo, pero que pronto se cargó con una amarilla que obligó a Koeman a retirarle del campo a los 36 minuto.

La estrella francesa no brilló como en el Camp Nou y por un momento, convirtió el partido en un especie de concurso entre él y Dembélé, a ver quién era el primero que embocaba.

Pareció que al Barcelona se le caía encima la casa que con tanto esfuerzo había intentado levantar cuando Icardi cayó en el área y nadie sabía muy bien por qué. La revisión del VAR descubrió un pisotón de Lenglet, que tiene los pies como coladores, de tantas veces que se ha disparado. El penal lo convirtió Mbappé y ahí cualquier otro equipo, y más teniendo en cuenta el resultado de la ida, hubiera tirado la cuchara. El Barça, que sigue con la fe del converso, no lo hizo y lo demostró Messi con un zapatazo descomunal que valía el empate y volvía a hacer creer al Barça y a dudar al PSG.

Desconexión

Pero el guionista del fútbol no pierde jamás la oportunidad de complicar una trama y guardaba un giro de guión inesperado. En el descuento de la primera parte, penalti favorable al Barça que tenía ante sí la oportunidad de dar un paso en su confianza y minar la del rival. Pero Messi, el mismo que acababa de lograr uno de los goles del año, falló desde los once metros.

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Tras una primera parte frenética, sin tiempo a parar un momento, la segunda empezó algo más relajada. Con el mismo planteamiento, pero sin tantas ocasiones. Se empezaba a notar el esfuerzo, pero aún el Barça sacó fuerzas para volver a intentar una nueva carga que volvió a dibujar en los rostros de los franceses la cara de susto.

A falta de quince minutos, Koeman, con la sensación del deber cumplido retiró a Dembélé, Pedri y Busquets del terreno de juego y poder volver a casa sin la depresión europea de las últimas campañas y pensar que aún quedan objetivos posibles.

Foto: AS

El Liverpool impuso su jerarquía ante el Leipzig

AS.- El Liverpool se hizo de rogar. Falló primero, falló bastante, pero mató después, cuando en la segunda parte Salah y Mané marcaron los dos goles que hacían rendirse al RB Leipzig. Los de Klopp fallaron una ocasión tras otra en el primer tiempo, pero sus mayores garantías de gol aparecieron más tarde para confirmar la clasificación de los ‘reds’ para los cuartos de final de la Champions League. El parcial de 4-0 en la eliminatoria no deja margen a la duda: el Liverpool fue mucho mejor en la ida y bastante mejor en la vuelta.

Resumen del partido

Hasta en tres ocasiones pudieron los ‘reds’ ponerse por delante. Y no fueron oportunidades normales, sino muy claras. Entre Jota y Salah desaprovecharon las tres, bien por malos disparos o por acierto de Gulacsi en la portería. La principal decisión de Klopp para un partido de esta trascendencia fue devolver a Fabinho a la posición de mediocentro, donde no jugaba desde el derbi contra el Everton en la fatídica tarde en la que se lesionó Van Dijk. La presencia del brasileño por delante de la defensa blindó a un equipo que en la zaga estuvo liderado por un inconmensurable Nat Phillips. El canterano fue un muro y ganó todos los balones aéreos que pasaban por sus alrededores.

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Nagelsmann quiso tocar las teclas después del descanso con el objetivo de marcar un gol que metiera a los suyos en la eliminatoria. Sustituyó a la mitad del frente ofensivo y la reacción fue casi inminente: dos balones al larguero de la portería de Alisson, uno de Hwang y otro de Sorloth de cabeza, que metieron el miedo en el cuerpo del Liverpool. Después de todas las ocasiones desperdiciadas, el RB Leipzig empujaba por acercarse en el marcador.

Sin embargo, el Liverpool encadenó dos ataques frenéticos para hundir a los alemanes. Primero fue Salah, combinando con Jota, y después fue Mané rematando un centro de Origi. Se llevaron por delante cualquier tipo de esperanza para el equipo de Nagelsmann.

Foto: AS

Bayern aplastó a la Lazio y encaminó los octavos de final

Marca.- El Bayern Munich se colgó el oro, la plata y el bronce en el Olímpico de Roma. Los bávaros golearon (1-4) a la Lazio con la suficiencia con la que Usain Bolt trituraba récords sin que le incomodaran. El conjunto romano no tuvo piernas para aguantar el ritmo de vigente campeón de la Champions League, que ya acaricia los cuartos de final.

La intensidad y la fiabilidad alemana chocó con el ímpetu y los despistes italianos. Salieron al césped como gladiadores sin escudo. Y el Bayern aprovechó castigando sus errores. Cada falla acabó en la portería de Pepe Reina. Los hicieron prisioneros.

Las concesiones decantaron el duelo de Botas de Oro entre Ciro Immobile y Robert Lewandowski. A los 9′, Musacchio falló en su pase y Lewy lo aprovechó: superó con la derecha la salida de Reina y con la izquierda marcó su gol 72 en la Champions. Subió al podio dejando atrás a Raúl(71). Sólo lo superan Cristiano Ronaldo (134) y Lionel Messi (119).

El primer regalo laziale no lo desperdició el Bayern. Ni el segundo, ni el tercero… La Navidad se trasladó a febrero y los bávaros se hincharon. El niño (17 años) Musiala, con un tiro medido, ajustició a los romanos con el segundo en el 24′. Simone Inzaghi agitó su once retirando a Musacchio, metiendo a Lulic y cambiado su sistema sin éxito. La Lazio fue por Neuer pero se olvidó de Reina. Un terreno virgen para las carreras visitante. Demasiado espacio a la espalda. Cada contra era un suplicio.

Una indecisión entre Patric y Lucas Leiva disparó a Kinglsey Coman. El francés se metió en el área, disparó y el rechace lo aprovechó Leroy Sané en el 42′. 0-3 al descanso. Y a la vuelta, la Lazio se llevó otro golpe. Sané, en un carrerón desde su campo, buscó a Alphonso Davies. Acerbi evitó el tanto del canadiense… pero se metió en su portería el 0-4 en el 47′.

Sin exhibirse, sin trenzar un fútbol de quilates, el Bayern había aplastado en poco más de medio partido a la Lazio. Correa, tras un jugadón, maquilló en el 49′ un marcador contundente. Tan duro como la entrada de Escalante a Lewy que calentó el final. Neuer evitó el segundo gol del argentino. La Lazio lo intentó, pero el Bayern no cedió ni un milímetro. Cuatro martillazos… y casi en cuartos. Un paseo Olímpico.

Foto: FutbolRed

Chelsea venció al Atlético con una magia de Giroud

ABC.- Chelsea venció a Atlético de Madrid en una noche de Champions League con un toque de magia por parte de Giroud. Fue un Atlético defensivo y tedioso. Tan cauteloso y aburrido, tan a contrapelo del nuevo estilo que se creía establecido en el equipo que convirtió el partido de ida de los octavos de final de la Champions en un suplicio para su hinchada. Ni lo barrió el Chelsea, un equipo sin gran pedigrí, ni nada por el estilo. Se pegó un tiro en el pie por ultradefensivo y falto de iniciativa.

En el estadio Nacional de Bucarest trata el Atlético rememorar sus ancestros, la primera piedra del cholismo. Un estilo que impone hoy, como nueve años atrás, una máxima por encima de todas las cosas: la portería a cero. Solo así entiende Simeone que se pueden ganar los partidos por una pura cuestión de pragmatismo. No está Falcao para hacer magia con cualquier balón descargado en paracaídas sobre el área, pero es el Atlético de siempre, el de las largas noches de padecimiento en Europa.

Empieza el partido y el Chelsea reclama el gobierno de la pelota según las directrices del alemán Tuchel, quien quedó deslumbrado por el mantra de la posesión según Pep Guardiola y a ello dedica su vida. No parecen los jugadores del Chelsea el colmo del virtuosismo, controles que se escapan un metro, pérdidas cerca de su área a la mínima presión colchonera, ningún elemento diferencial como para desmonterarse… Desde el primer minuto el mundo rojiblanco empieza a sudar. El balón es del Chelsea y en torno a Oblak, a la línea fronteriza que separa el área como el bien del mal, comienza a montarse una inquietante amalgama de jugadores rayados.

Seis defensas

Durante momentos de visión periférica, asoma una franja de seis futbolistas protegiendo al portero esloveno, como atrincherados soldados con bayoneta de la Primera Guerra Mundial. Turbador cuando menos esa pared compuesta, de derecha a izquierda, por Correa, Llorente, Savic, Felipe, Hermoso y Lemar. Es el sino inevitable de tantas veladas europeas: el padecimiento de la defensa a ultranza, el espíritu numantino por encima del valor propio.

Se defiende el Atlético con doce piernas, más la atención de Koke y Saúl por delante y la desesperanza de Joao Félix y Luis Suárez, que se mueven como satélites sin dirección en un ecosistema que, evidentemente, no potencia sus cualidades futbolísticas. Oblak saca en largo, Saúl trata de ganar la peinada de cabeza y el mundo rojiblanco gira en torno a un rebote.

No pinta bien la noche porque Joao Félix no aparece, Luis Suárez tampoco y Correa tiene demasiados metros para recorrer. Como el Chelsea no es el Brasil del Mundial de España, sus futbolistas pierden balones cuando el Atlético aprieta en versión Gabi capitán del auténtico cholismo. Koke hace la función y en un par de lances, Saúl casi liquida al portero inglés, y Lemar no llega al robo de Luis Suárez en una banda. Incluso tiene el Atlético una tercera oportunidad, una contra bien hilvanada por Suárez y Correa que no remata el uruguayo.

Pero no es el tipo de fútbol que se espera de un equipo cargado de talento que, en absoluto, es inferior al Chelsea. Lemar sufre defendiendo en la banda como un descosido y los ingleses amenazan a Oblak aunque solo sea por presencia constante en sus dominios.

La dinámica no cambia en la reanudación, refrescadas se supone las ideas en la caseta del estadio rumano. El Atlético sigue recostado atrás, sin que se atisbe un solo resquicio de arrojo por querer ganar el partido más allá de los robos de balón cerca del área enemiga, siempre tan productivos en cualquier fase de vida del cholismo. No gestiona el juego, no intimida a su adversario, no propone una alternativa en su compostura como local. Durante muchos minutos, apenas traspasa el centro del campo y no se recuerda una combinación medio potable en el que interviniesen más de cuatro colchoneros. Horrible el partido del Atlético en forma y actitud de salida. Le entregó la pelota al Chelsea, se deshizo de ella y aunque pudo ganar en la primera parte con las ocasiones referidas, terminó en padecimiento.

Un balón suelto, el azar mismo, dejó un caramelo colgado del cielo rumano que Giroud capturó en una espectacular chilena. Golazo del francés con suspense de VAR, castigo para el Atlético que a nadie puede sorprender.

Con el gol llegaron las prisas, en el campo y en el banquillo. Simeone llenó entones el campo de delanteros en un brindis al sol porque la iniciativa del encuentro fue lastimosa. Quitó a Joao Félix y Correa, dos defensas ayer. Y no consiguió gran cosa porque ya dice el refrán que lo que mal empieza, mal acaba.

Foto: Prensa Chelsea.