Haaland y el Dortmund arrasaron al Sevilla

AS.- El Sevilla sucumbió ante el Borussia Dortmund, o mejor dicho, ante un Erling Haaland que pone en chino las posibilidades de clasificación de los de Lopetegui. Una asistencia y dos goles del noruego destrozaron a los locales en una primera parte en la que no aparecieron en ningún momento las señas de identidad sevillistas.

Sólo habían pasado nueve minutos y lo que debería haber supuesto un golpe a la moral de un equipo tan irregular este curso como el Borussia Dortmund, no lo fue ni por asomo. Los de Terzic siguieron mostrándose mucho más cómodo con el balón, asomándose al área de Bono y, ahora sí, apareciendo Haaland. Porque el empate llevó la firma de Dahoud con un bellísimo disparo a la escuadra desde fuera del área, pero el balón llegó a sus pies gracias a la potencia del noruego, al que ni Escudero ni Jordán lograron detener.

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Cada equipo acumulaba un tiro a puerta y un gol. La efectividad no iba a variar, para desgracia de un Sevilla que no sabía como parar a Haaland. En esta segunda ocasión, el ariete cogió el balón en el centro del campo, se fue sin que nadie pudiera o supiera detenerlo, hizo la pared con Sancho y batió a Bono. Las caritas de los jugadores del Sevilla eran un poema, Lopetegui se desgañitaba y la película pintaba muy negra.

Y peor se iba a poner, puesto que el partido pareció venirle grande a demasiados futbolistas del Sevilla. Lo sorprendente es que dos de los más señalados fueran dos veteranos como Rakitic y Papu Gómez, protagonistas de una pérdida absurda en el centro del campo que dejó a Haaland, de nuevo, solo delante de Bono. Y como es costumbre en él, sumó otro gol a su cuenta. Makkelie pitaba el descanso y el marcador señalaba un 1-3 tan justo para el Borussia como sonrojante para el Sevilla.

La sensación era de que la eliminatoria le había venido tremendamente grande al conjunto nervionense. Desordenado, sin saber cómo ir a la presión y con fallos inauditos a la hora de combinar. Había que hacer algo y la decisión de Lopetegui fue la de meter cemento en el centro del campo dando entrada a Gudelj por un tremendamente desacertado Rakitic. Fernando retrasó su posición para cambiar a un dibujo de tres centrales y centrar la posición del Papu Gómez. La mejor muestra del escaso éxito de dicha apuesta es que diez minutos después se realizaba un triple cambio que daba entrada en el césped a De Jong, Munir y Óliver en lugar de En Nesyri, Suso y Papu Gómez.

Pasó a entonarse algo más el Sevilla, en parte por el brío que metió Óliver, pero principalmente porque los alemanes renunciaron a la posesión para intentar sentenciar, más si cabe, a la contra. Y pudo hacerlo, pero la ocasión más clara la iba a tener Óscar, último cambio de Lopetegui, con una falta que se estrelló en el palo a falta de un cuarto de hora.

El balón parado del ex del Leganés fue el principal argumento sevillista en los minutos finales y de sus botas iba a nacer el gol que mantiene mínimamente viva la llama de la ilusión. Un centro con música llegó hasta De Jong, que definió a un toque. Tembló el Borussia pero en Nervión faltaba el aliento de una grada que otras noches hubiera llevado en volandas a los suyos hasta la remontada. No fue así. Haaland fue demasiado para el Sevilla.

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La Juve clasificó con sufrimiento

AS.- Andrea Pirlo no tuvo la continuidad que pidió este lunes tras la buena actuación con el Cagliari, pero esta noche dormirá tranquilo. Su Juventus sufrió mucho más de lo esperado con el Ferencvaros, pero logró sellar el pase a octavos de final. Lo hizo gracias a un tanto en el descuento de Morata y otro del insaciable Cristiano, los que son, con diferencia, los mejores hombres de una Vecchia Signora con muchos defectos y todavía en construcción, pero que ya tiene en el bolsillo el primer objetivo de la temporada.

Sin Bonucci, Chiellini y Demiral, el técnico local tuvo que reinventarse su defensa. Al lado del recuperado De Ligt, adaptó a Danilo, con Cuadrado y Alex Sandro en las bandas. Considerando también al guardameta Szczesny, en toda la zaga de los bianconeri no había ni un italiano. Algo inédito, que no dio mucha suerte en la primera mitad. Tras un arranque de partido igualado y una buena ocasión para Dybala a pase de Cristiano, el equipo de Rebrov dio la sorpresa. En el 19′, Nguen terminó una jugada personal con un centro que golpeó a Alex Sandro y llegó a Uzuni, que fue muy listo anticipando a los rivales en el primer palo. El albanés celebró el tanto imitando el típico gesto de Cristiano, quizás despertándolo.



La reacción bianconera, obviamente, pasó por los pies del portugués. Tras haber realizado un tanto anulado por fuera de juego, en el 35′ el exmadridista se deshizo de Dvali y, con un zurdazo desde fuera del área, sorprendió al guardameta rival. Fue su primer gol en esta edición de la Champions, el noveno en los siete partidos de su temporada

En la segunda parte la Juve se volcó al ataque e hizo méritos para darle la vuelta al marcador. El gol le faltó por pocos centímetros a Bernardeschi y a Morata (que sustituyó a un Dybala todavía lejos de su mejor forma). El español saltó muy bien al campo y volvió a ser decisivo.

Con un gran pase al hueco, el punta puso a Cristiano solo delante de Dibusz, que le quitó el balón con un verdadero reflejo felino. El portero, sin embargo, estuvo mucho menos fino en el descuento, cuando el español le dobló las manos con un testarazo, después de un gran centro de Cuadrado. El excolchonero ya suma siete goles en 10 partidos desde que ha vuelto a Turín, confirmándose en este momento como el compañero ideal para acompañar a Ronaldo. La clasificación a octavos lleva su firma.

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El Barcelona aseguró su clasificación a octavos

AS.- La unidad B del Barcelona aseguró la clasificación del equipo blaugrana para los octavos de final de la Champions a falta de dos jornadas por disputar con una alineación que si nos la llegan a explicar hace un mes no hubiéramos dado crédito. El equipo blaugrana se impuso por un contundente 0-4 y dejó escrito que el futuro de este equipo, sea cual sea, debe de pasar por los cimientos que se pusieron en Kiev. El equipo culé selló su billete a octavos jugando con Dest, Mingueza, Riqui, Pedri, Konrad, Aleñá y Trincão.

Koeman decidió llevar las rotaciones al máximo extremo fiel a su mensaje el día de la previa en el que dijo que la situación en el grupo era lo suficientemente confortable como para arriesgar. Dejó a Messi y a De Jong en Barcelona y en Kiev, a Alba y Griezmann en el banquillo.

El resultado fue un once inicial en el Barcelona en el que sólo había un jugador que hubiera disputado la última final de Champions que coronó a los blaugrana el 2015 en Berlín ante la Juventus: Ter Stegen. Y respecto a la zurra de Lisboa del verano, le acompañaba Lenglet en un once inicial de 24 años de media de edad. El día del 2-8 del Bayern el equipo ofrecía una media de 30 años.

El resultado de este planteamiento fue de entrada un equipo más animoso que efectivo, pero que acabó barriendo al rival a base de empuje. De entrada, el Barcelona recuperó el dinamismo a costa de perder efectividad, porque en los últimos metros el equipo se perdía. En el tramo final, se encontró.Entre las buenas noticias para ofrecer a la parroquia blaugrana, que anda más que necesitada de las mismas, la aparición de Mingueza, que cumplió y al que no le vino grande el partido. Además, cuando uno sale a jugar en Kiev en noviembre en manga corta es que quiere transmitir algo.

También demostró Aleñá que su insistencia por ganarse un sitio puede tener premio. De su espíritu bien podría contagiarse De Jong. Y por encima de todos, Pedri. En la víspera de su cumpleaños el canario fue el alma del equipo y lo hizo casi todo bien. Fue el líder de un equipo que también ofreció sombras porque Coutinho y Pjanic, que teóricamente deberían de ser los líderes del grupo volvieron a ponerse de perfil.



Que el partido se empezó a jugar ajeno a las porterías lo demuestra el hecho de que el primer tiro del partido entre los tres palos, y único de la primera parte, llegara a los 33 minutos de partido con un chut inocentón de Trincão. Antes, Coutinho lo había intentado, pero su disparo no había ido ni entre los tres palos.

El Dinamo fue inexistente en ataque en la primera parte a excepción de un par de llegadas que ellos mismo conjuraron con sus propios delanteros estorbándose en ataque. Eso sí, en el último minuto de la primera parte el Barça tuvo el despiste habitual, que finalmente quedó en nada porque el centro de Pena no encontró rematador.

En la reanudación el Barça necesitaba insistir en lo que hacía bien, el ritmo y la intensidad, y remediar su ausencia en ataque. Lo logró, y de qué manera.

La solución se encontró donde menos se esperaba, en el joven lateral Sergiño Dest, que se sumó al ataque poseído por el espíritu de Belletti (lo de compararle con Alves aún son palabras mayores) para arrebatarle un balón a Braithwaite dentro del área y cruzarlo ante la salida de Buschan. El tanto despertó al Barça que cinco minutos después aprovechó un saque de esquina peinado por el debutante Mingueza para que Braithwaite se resarciera de una actuación sospechosa.

Con el 0-2 Koeman se animó a mover el banquillo y dio entrada a Riqui Puig, el joven que podía sentirse apartado de esa revolución, Griezmann y Alba, que entró por Lenglet reubicando a Junior como central.

El Barça no se descompuso ni cuando Matheus, un jugador que no ha sido ni presentado, entró por Pedri debutando de blaugrana. El conjunto blaugrana ya ganaba por 3-0 después de que Braithwaite transformara un penalti cometido sobre él mismo. Con el Barça creciendo con la potenca de un adolescente, Griezmann marcó el cuarto devolviéndole así al Dinamo de Kiev el 0-4 que el equipo de Shevchenko y Rebrov endosó hace 23 años a los blaugrana. Se liquida una cuenta del pasado y se abre un futuro esperanzador.

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Morata y Dybala lideraron la victoria de la Juventus

Prensa Juventus.- Un doblete de Álvaro Morata, un gol de Dybala y uno en contra del Ferencvaros vieron a la Juventus ganar por 4-1 en el Puskas Arena durante la noche del miércoles en Budapest. Los Bianconeri dominaron de principio a fin, y alcanzaron seis puntos en su grupo de la Champions League.

Juventus solo necesitó siete minutos para adelantarse en el marcador. Cuadrado desbordó por la banda derecha y centró para el ingreso de Álvaro Morata, quien no perdonó en el segundo palo. Ferencvaros tuvo sus posibilidades y Somalia y Takmac generaron peligro para los locales. Ronaldo tuvo un intento que fue despejado por la defensa, mientras que Cuadrado también contó con una oportunidad. Zubkov desperdició una ocasión en el minuto 25. Chiesa y Ronaldo combinaron bien, pero el esfuerzo del 22 fue despejado por Dibusz. Juve estaba mejor, y estuvo cerca de estirar su ventaja por una buena jugada de Morata, quien habilitó a Ronaldo, pero Blazic logró desactivar la jugada.

Andrea Pirlo realizó una modificación en el entretiempo, y Bentancur ingresó en lugar de Arthur. Ramsey fue reemplazado por McKennie luego de sentir una molestia en el minuto 53. La primera chance del complemento la tuvo Cristiano, pero su remate salió desviado. Morata aumentó la ventaja después de un pase de Ronaldo que dejó pasar McKennie.

Paulo Dybala ingresó en el minuto 68 y de inmediato dejó su huella con un remate que salió desviado. Más tarde, el argentino aprovechó una mala entrega de Blazic para definir con tranquilidad. Ferencvaros sintió el golpe y volvió a fallar en la salida, y Dybala volvió a ser protagonista para que el marcador se ponga 4-0, gracias a un error del combinado húngaro que terminó con Dvali convirtiendo en propia puerta. Los locales lograron convertir antes del final del partido, y fue Boli quien maquilló el resultado final.

Ferencvaros: Dibusz; G Lovrencsics, Blazic, Dvali, Botka; Kharatin, Siger, Somalia; Zubkov, Isael, Nguen

Juventus: Szczesny; Cuadrado (Frabotta 76’), Bonucci, Chiellini, Danilo; Ramsey (McKennie 53’), Arthur (Bentancur 46’), Rabiot, Chiesa (Bernardeschi 76’); Morata (Dybala 68’), Ronaldo

Suplentes: Buffon, Pinsoglio, Frabotta, McKennie, Bentancur, Bernardeschi, Portanova, Riccio, Dybala, Kulusevski

Foto: Prensa Juventus

El Barcelona gana ante el Dinamo Kiev pero no convence

AS.- El Barça encamina su clasificación para los octavos de final de la Champions consolidando su primera plaza del grupo, pero la realidad del juego culé desmiente la solidez de las matemáticas. El Barça jugó con fuego y flirteó con el desastre ante un Dinamo de Kiev en cuadro al que ganó por 2-1 en un duelo en el que brillaron los porteros de ambos equipos.

Si lo peor que le puede pasar a un paranoico es que le persigan de verdad, lo peor que le puede pasar a un equipo con evidentes problemas de cara a la portería contraria es fallar tres ocasiones cantadas en los tres primeros minutos de partido. Eso es lo que le pasó ayer al Barça ante un mermado por el COVID que presentaba en la portería a un niño llamado Ruslan Nescheret.

El portero ucranio cumplió con otra de las normas que aterrorizan a los equipos que, como el Barça, están en crisis con el gol: encontrarse con un chaval anónimo que se saca un partidazo soberbio que no olvidará en la vida.

El Barça empezó con brío y dando la sensación de que los 90 minutos para el Dinamo de Kiev iban a ser una tortura. Messi marcó de nuevo de penalti a los cinco minutos de partido. Una pena máxima señalada tras derribo a Messi por Michael Oliver con la mayor desgana que se haya visto en un campo de fútbol. Ante su gesto nadie se atrevió a protestar porque pareció que hasta al propio árbitro le daba pereza señalar lo que acababa de ver.

Tras el 1-0, el Barça fue un vendaval de ocasiones en las que Pedri casi derrumba el larguero y Griezmann se derrumbó él al fallar a portería vacía. Ya no levantaría cabeza. Luego llegaron las ocasiones de Ansu donde Nescheret empezó a venirse arriba hasta el punto de lucirse también contra Messi.

El Barça, presionaba, movía bien la pelota y creaba ocasiones, pero cuando miraba al marcador y veía que sólo iba 1-0 y de penalti le entraron todos los males. Como el paranoico que descubre que le persiguen de verdad, los jugadores del Barça fueron conscientes de que tienen un problema con el gol.

Ante esta realidad, se achicaron y el Dinamo de Kiev pudo sacar la cabeza para respirar y decir aquí estoy yo. Incluso pusieron el miedo en el cuerpo culé con un par de contragolpes y un remate de cabeza ante el que se lució Ter Stegen, de vuelta al marco blaugrana.

La primera parte acabó como empezó, con el joven Nescheret recordándole al Barça su falta de puntería y luciéndose ante Pedri y Ansu. En el descanso, más que un técnico, el Barça necesitaba un psicólogo.

Pero si el inicio de la primera parte fue frustrante por las ocasiones falladas, la segunda fue un drama que sólo evitaron Ter Stegen y Piqué. En la primera jugada, Ter Stegen evitó el empate en un uno contra uno y en el saque de esquina consecuente marcaba el Dinamo, pero el tanto era anulado porque el balón había salido de fondo en su vuelo y dos minutos después salvaba de nuevo el empate ante Buyalskiy. Más adelante, volvería a realizar otro milagro ante Supryaha.

Cualquier intento de reacción del Barça, como una falta lanzada por Messi o un cabezazo a boca de gol de Sergi Roberto era conjurado por un Nescheret, ya gigantesco, que sostenía a su equipo en su segundo partido como profesional. El primero lo jugó el sábado pasado.

Ante el atasco de los delanteros, fue Piqué quien rompió el hechizo de la noche del joven portero al rematar de cabeza un centro de Ansu. Pero ni así el Barça pudo respirar tranquilo. Tsygankov recogió el rebote del enésimo paradón de Ter Stegen para acortar distancias y mantener la tensión hasta el último momento, donde Nescheret volvió a sacarse un nuevo paradón ante Dembélé. De haber habido público, el chaval se habría ido entre aplausos. Y el Barça, entre murmullos de desaprobación.

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Hat-trick de Diogo Jota encamina la goleada del Liverpool

AS.- Lo venía avisando durante los últimos tres partidos. Dale un ratito y te meterá un gol. Dale un partido de Champions y te ganará el partido él solo con un hat-trick. El momento en el que vive inmerso Diogo Jota es más que dulce, es un regalo que le ha permitido tirar la puerta abajo con seis goles en apenas 10 días. Firmino, que hoy ya ha visto el partido desde el banquillo, ha necesitado 346 días, es decir, desde el pasado 23 de noviembre, para perforar la red el mismo número de veces con el Liverpool, una sequía preocupante para un jugador de su nivel y al que la competencia tiene que servir para sacar el orgullo y el talento que atesora.

Quizás ver cómo los focos giran hacia el portugués sirva como revulsivo, pero es que el ex del Wolves se los merece todos. Marcó un primer gol aprovechando un balón al espacio, maravilloso por otra parte, de Alexander-Arnold, para después picarla con elegancia por encima de Sportiello. El segundo, tras recibir un pase de Joe Gómez a la espalda de los centrales y controlar fenomenalmente, también es para enmarcar, además de servir para definir un jugador muy rápido a los espacios y en los movimientos con y sin balón. El tercero, ya en el mano a mano y con el Atalanta entregado, fue la firma final.

Antes, Mané y Salah se habían unido a su fiesta con dos buenos tantos que sirvieron para hundir a los italianos, confirmar que el tridente funciona más que adecuadamente con Jota y certificar prácticamente el pase a los octavos de final de la Champions.

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El Madrid toma aire luego de derrotar al Inter

AS.- Se jugó el partido que quiso el Inter y lo ganó el Madrid, que vuelve a coger impulso en la Champions. Fue tras un duelo sin cuartel, que fatigó incluso la vista. Un ida y vuelta en el que se quemaron calorías por toneladas. Un ida y vuelta que pasó el desenlace de una mano a otra. Al Madrid se le fue una ventaja de dos goles y pasó el trago luego gracias a dos cambios providenciales de Zidane. Vinicius y Rodrygo llegaron del futuro con una solución que parecía imposible. Entre los dos suman la edad de Joaquín.

El Inter viene a dar la razón a quienes piensan que el fútbol es el único rincón de Italia al que no llegó el arte. Un equipo de gran carga energética, en cierto modo industrial, sobrado de testosterona, protegido por tres centrales, ensanchado por laterales kilométricos, con más obreras que reinas en el panal del centro del campo y con dos delanteros acostumbrados a buscarse la vida sin auxilio. En Valdebebas le faltó Lukaku, ese camión que parece atropellarlo todo a su paso. Uno de esos nueves que se comen crudos a los centrales. Su ausencia desfiguró un poco a un equipo mimetizado con Conte, que fue más nervio que juego y le fue bien. En definitiva, un hueso para el Madrid.

Al otro lado quedó un equipo blanco castizo, clásico. En partidos así no se mueve Zidane del corto plazo. Juegan sus campeones, más los que sustituyeron a los caídos (Courtois por Keylor y Hazard por Cristiano, que no es lo mismo), más Mendy, porque Marcelo es el primero de aquellos héroes a los que se les está pasando el arroz. Un equipo de dinastía al que le cuesta regenerarse, pero con un alto sentido de la responsabilidad en partidos a todo o nada.

El inicio fue una verbena, con una salida en tromba del Madrid, en la que Valverde partió con el colmillo afilado en la primera presión. Por eso juega él y no Modric. En tres minutos Handanovic le sacó un zurdazo a Asensio y a Valverde se le fue un derechazo alto por un palmo. Al Madrid le corrió el balón como en los mejores tiempos, pero aquello duró un pestañeo. Lo que vino después fue una ráfaga interista frente un equipo descolocadísimo en el repliegue: cabezazo de Barella al larguero, parada salvadora de Courtois ante Lautaro, al que no intimidó Ramos, y morterazo al lateral de la red de Vidal, un peligro para el Inter en la creación y para el Madrid en la llegada. Todo en menos de un cuarto de hora. Un partido del género de aventuras.

Pasada la tormenta quedó un duelo más convencional, esta vez inclinado hacia el Madrid, que enlazó la jugada más confitada de la temporada, en una secuencia perfecta Asensio-Lucas-Benzema-Valverde. Al urguayo le pilló desacomodado en el remate.

El partido se hacía casi intransitable desde el área propia. Una espera hiperactiva del error ajeno en la que Achraf fue el primero en equivocarse. Achuchado por Mendy intentó una cesión a Handanovic desde medio campo que le adivinó Benzema. El francés salió del trance con oficio: quiebro al meta y gol a puerta vacía. Su pareja volvió a ser Hazard, que aún anda buscando sus superpoderes y que dejó pocas huellas de su inmejorable pasado.

El gol avivó aquella juerga en la que se defendía poco y mal. Eso trajo dos goles en dos minutos. Uno, ordinario: córner teledirigido de Kroos y cabezazo de Ramos. Otro, extraordinario: asistencia de tacón de Barella a Lautaro aprovechada por el argentino. Dejar pasar aquella ocurrencia hubiese resultado condenable.

La respuesta temprana del Inter no le permitió al Madrid ponerle orden a su ventaja. Por contra, el equipo de Conte se le metió en el salón de casa en el comienzo de la segunda mitad, adelantando su presión y su zaga. La obsesión por el robo exprés fue cargando las piernas de unos y otros extraordinariamente. Más las del Madrid, cuyas líneas se volvieron vulnerables.

Aquel desgaste alejó el partido de las áreas. Lo vio Zidane a la hora de juego y metió más energía en las bandas con Rodrygo (19 años) y Vinicius (20), el Madrid del largo plazo. La cosa no marchaba. Y esas malas sensaciones llegaron al marcador. Una contra neroazzurra pilló fuera de sitio a Ramos y lo aprovechó Perisic con un remate de izquierda mordido pero eficaz.

Aún se tragó el Madrid dos contras de altísimo riesgo. Lautaro y Perisic ganaron la batalla de la velocidad y perdieron la de la precisión. Pero al final tuvo la razón Zidane: Vinicius salió como un galgo por la izquierda y cruzó un balón raso en el área para que el otro brasileño, Rodrygo, dejase clavado a Handanovic con su derechazo. Fue, con su segundo gol del año, el salvavidas de un equipo que se ahogaba en el partido y en la clasificación. Luego Benzema perdonó dos y alargó la agonía. El partido no merecía otra cosa.

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El United goleó al Leipzig con hat-trick de Rashford

AS.- Marcus Rashford sólo necesitó media hora. Salió en el segundo tiempo con un resultado de 1-0, con el Manchester United recibiendo ocasiones de peligro, incluso con De Gea interviniendo con acierto, y lo finiquitó a su antojo. Decidió la noche, como viene decidiendo también la agenda política, sin ir más lejos, en las últimas semanas. Rashford vale para todo y con su hat-trick express cerró la noche en Old Trafford cuando más presión estaba metiendo el RB Leipzig, que se vuelve con la derrota más abultada de Nagelsmann como técnico: 5-0.

Por otro lado, a Mason Greenwood también se le caen los goles. No es casualidad que su primer año como profesional lo acabase con 19 dianas entre todas las competiciones. Todavía no es ni veinteañero y tendrá que ganar en regularidad, por ejemplo, además de establecerse con calma en su nueva realidad social (los errores se pagan caro y ya ha tenido un desliz muy grave en su primera convocatoria con la selección), pero es evidente que desde sus botas se ve más grande la portería rival. Con la derecha o con la izquierda, Greenwood es el mejor definidor que tiene el Manchester United.

Los diablos rojos llevan dos triunfos en dos jornadas contra los dos rivales más importantes: PSG y RB Leipzig. Fue, además, la primera titularidad relevante de Van de Beek fuera de la copa. El holandés todavía no ha salido de inicio en la Premier League, pero esta vez tuvo su oportunidad ya que Solskjaer dejó fuera del once a Rashford o Bruno Fernandes, principal competidor por el puesto. Van de Beek estuvo activo, incluso tuvo sus oportunidades en el área, pero es ahí donde más decisivo es el portugués: salió en la asegunda mitad y tuvo tiempo para regalarle un gol a Marcus Rashford.

Por último, Martial convirtió un penalti al mismo tiempo que salió Cavani, como marcando territorio por si el uruguayo busca quitarle el sitio.

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El Barcelona superó a la Juve con goles de Messi y Dembele

AS.- Golpe de efecto histórico del Barça en Turín donde el equipo blaugrana venció por primera vez (0-2) en su historia a la Juve y se pone líder del grupo en un partido de resistencia en el que el Barça acabó jugando con un solo defensa nato, en el que brilló Dembélé y a Morata le anularon tres goles por fuera de juego, algo nunca visto.

Puede que los jugadores del Barcelona fueran conscientes de que después de perder contra el Madrid necesitaban reaccionar o que ya sin Bartomeu acaparando todas las críticas y apareciendo como el culpable de todo, ahora ellos estaban a la intemperie. Fuera por lo fuera, la puesta en escena del Barça en su duelo ante la Juventus fue la mejor que se les recuerda desde hace mucho tiempo.

Hasta tres ocasiones de gol dispusieron los jugadores de Koeman antes de que el reloj contara dos minutos de partido: un error de Demiral que habilitó a Messi y que Bonucci conjuró a corner, un disparo lejano de Pjanic que Sczesny rechazó y otro chut al poste de Griezmann a asistencia del propio futbolista bosnio.

La gran novedad en la alineación del Barça fue la titularidad de Dembélé por la derecha. Más comedido en sus locas aventuras en el uno contra todos, el francés supo elegir cuando explotar su velocidad y su regate imprevisible.

Dembélé fue el encargado de abrir el marcador justo cuando se llegaba al cuarto de hora de partido tras recibir un cambio de juego majestuoso al primer toque de Messi que le permitió encarar a sus marcadores y disparar de lejos. El balón impactó en un defensa y fruto de ese contacto la pelota realizó una extraña parábola que dejó al portero polaco de la Juve sin opción de evitar el tanto. Dembélé, que marcaba su segundo gol en dos partidos de la máxima competición europea sonreía al fin y, lo que es más importante, hacía sonreír a sus compañeros. De las miradas de reproche hace no demasiado se pasó a la complicidad. Algo se mueve en el vestuario barcelonista.

Tuvo más ocasiones el francés para ampliar la ventaja blaugrana en la primera parte siendo el delantero más peligroso del los visitantes, mientras que la Juventus trataba de reaccionar buscando a Morata, que volvió a demostrar que es el delantero actual que más vive al límite del fuera de juego. Al madrileño le anularon dos goles por clara posición anti reglamentaria en la primera parte y uno en la segunda. No completó un triplete por centímetros. Lleva cinco tantos anulados por este motivo en lo que va de temporada.

Llegó al descanso el Barça dominando más que sobreviviendo como era habitual y la ausencia de Piqué era cubierta con solvencia por Araújo, pero la progresión del joven central se vio cortada porque sufrió un problema muscular y tuvo que quedarse en el vestuario en la media parte. Salió Busquets y De Jong se colocó como improvisado central. Al Barça se le complicaba el partido, que sólo jugaba con Lenglet como defensa nato.

Al Barça no le quedaba otra que defenderse con el balón y alejar a la Juve de su área, porque cada llegara iba a ser un peligro. Así, Morata vio como le anulaban su tercer gol por posición incorrecta. Ante el peligro de Morata, el Barça oponía la oposición de Pedri, estupendo todo el duelo.

El Barça tuvo ocasiones para matar el partido, pero a Griezmann y a Messi se les fue la oportunidad de matar el partido por un palmo mientras que la Juve añoraba la capacidad de definición de su estrella portuguesa.

En los minutos finales, la Juventus vio frustrado su asalto final al quedarse en inferioridad por expulsión de Demiral previo al penalti sobre Ansu, que transformó Messi.

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La Atalanta remontó para igualar ante el Ajax

MARCA.- El choque entre potencias ofensivas del Gewiss Stadium terminó sin vencedor. Después de sus ¡13 goles! al Venlo, el Ajax se puso 0-2 antes del descanso. Pero la Atalanta, con su músculo en el área rival habitual, equilibró el duelo dejando al conjunto italiano segundo… con los ‘ajacied’ a tres puntos. La batalla por la segunda plaza, con el Liverpool destacado en el liderato, será grande en el grupo D.

Tadic, tras un penalti de Gosens a Traoré, abrió un marcador que amplió Traoré, que firmó cinco tantos ante el Venlo, dejando el 0-2 antes del descanso en Bérgamo. Pero la Atalanta reaccionó. Duván Zapata se puso el traje de goleador y equilibró el choque en seis minutos. Dos tantos que le colocaron como el tercer colombiano en marcar tres dianas en las dos primeras jornadas de la Champions después de Asprilla (1997-98 con el Newcastle) y Jackson Martínez (2014-15 con el Oporto).

Tras el empate, el duelo se convirtió en un carrusel de ocasiones en el que ni Sportiello ni Onana recogieron el balón de sus porterías. Un empate que agranda las cifras ofensivas de la Atalanta: desde los siete tantos que celebró en las dos primeras jornadas la Juventus en la 1997-98, ningún club italiano hacía seis goles en los primeros dos partidos de la máxima competición continental. Son una máquina… que ‘arregló’ Zapata.

Ficha del partido

2. Atalanta: Sportiello; Djimisiti, Romero, Toloi; Hateboer, Pasalic, Freuler, Gosens; Gómez (Muriel, m.78), Ilicic (Malinovskyi, m.78), Duván.

2. Ajax: Onana; Mazraoui (Klaiber, m.56), Schuurs, Blind, Tagliafico; Klaassen, Gravenberch, Tadic; Antony (Labyad, m.94), Traoré, Neres (Promes, m.66).

Goles: 0-1, m.30: Tadic, de penalti. 0-2, m.38: Traoré. 1-2, m.54: Duván. 2-2, m.60: Duván.

Árbitro: Damir Skomina (ESL). Mostró cartulina amarilla a Ilicic (m.23), Djimsiti (m.66) y Malinovskyi (m.91), del Atalanta, y a Traoré (m.6), Klaassen (m.20) y Mazraoui (m.25), del Ajax.

Incidencias: Partido correspondiente a la segunda jornada del grupo D de la Liga de Campeones disputado en el Gewiss Stadium de Bérgamo (norte de Italia) a puerta cerrada.

Foto: MD