El Bayern humilló sin piedad al Barcelona en Lisboa

Jordi Blanco (ESPN).- El Barcelona se despidió de la Champions, y dijo adiós a la temporada, sufriendo una terrible humillación en Lisboa, atropellado por un imperial Bayern Múnich que le arrasó de mala manera y le infringió una goleada histórica (2-8) que deberá, se supone, tener consecuencias terribles en el Camp Nou. El Bayern no tuvo piedad. El Barsa no tuvo… nada.

El temor de la víspera se convirtió en una certeza lastimosa, tan dura de aceptar como lógica contemplando la diferencia existente entre los dos equipos. El Barsa que perdió lastimosamente la Liga, dejándose nueve puntos tras el parón por el coronavirus, dio un paso definitivo en su hundimiento en Portugal. Un ejercicio de impotencia mayúsculo. Una humillación para los libros, la más dura de la historia azulgrana en la Champions.

Derrumbado apenas empezar, cuando a una buena internada de Sergi Roberto por banda a la que no llegó Suárez por poco respondió Müller con el primer gol aprovechando un error inicial de Busquets y una lentitud impropia de toda la defensa ante el triple toque del Bayern, el equipo de Setién soñó durante diez minutos, catapultado por el autogol de Alaba que, ofreciéndole el empate, le dio un empuje que apenas si fue un espejismo.

Apenas… Un remate salvado por Neuer a Suárez, una rosca al palo de Messi y un cabezazo ajustado de Lenglet dieron a pensar que ni el Bayern era tan fiero ni el Barça tan inferior. Había partido, había mucho a decir y la sensación de que, como anticipó Setién en la víspera, el partido lo definiría el acierto ante portería. Fue una masacre.

Una masacre alimentada por la inferioridad física del Barça, incapaz de mantener el ritmo alemán, que tras esos diez minutos de incomprensión apretó el acelerador con rabia y desnudó todas las carencias de un rival que no podía mantener la presión y era desarbolado una y otra vez.

De un error de Sergi Roberto nació el 1-2 de Perisic, a cuyo remate raso y cruzado no respondió un disminuido Ter Stegen, quien por fin tuvo una actuación feliz poco después para a continuación, en apenas tres minutos, encajar dos goles más que primero sentenciaban el partido y después lo convertían en una pesadilla. Gnabry y Müller, ágiles ante el derrumbe azulgrana, colocaron un 1-4 tan increíble como histórico.

Nunca, jamás en su historia europea, el Barcelona había encajado cuatro goles en una primera parte, de hecho en apenas media hora. La tristeza se dibujaba en el rostro de unos jugadores incapaces y cuyo ánimo, por los suelos, parecía suplicar en silencio el final de esa pesadilla.

Una pesadilla

Pensar en una remontada tras el descanso no era una opción. No era ni tan solo un mínimo sueño. Setién metió en el campo a Griezmann en lugar de Sergi Roberto sin acertar a entenderse qué pretendía con ese cambio. Cambio en el juego, desde luego, no hubo. Siguió de hecho la pesadilla…

Dio la sensación que el Bayern no jugaba contra el Barça, sino que, lo más humillante que puede decirse, jugaba con el Barsa. A placer, con alegría, con rapidez e intensidad, el campeón alemán sometió a los azulgranas a un auténtico suplicio del que no supieron nunca escapar.

Ni el gol, golazo, de Suárez sirvió para limpiar la imagen de un equipo destrozado que no mucho después encajó el quinto de Kimmich, en pleno hundimiento generalizado.

La fiesta bávara, la pesadilla catalana, fue de tal consideración que hasta se sumó a la crónica Coutinho, asistiendo el 2-6 a Lewandowski y marcando personalmente el 2-7 primero y el 2-8 después. El desemboque del partido fue totalmente intolerable en un Barsa sin alma, entregado no a la fatalidad, sino, más aún, a la nada.

No pudo acabar peor la historia legendaria del Barsa de Messi. En Lisboa dijo adiós a todo.

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El Barcelona confirmó un caso de coronavirus

Prensa Barcelona.- Después de las pruebas PCR realizadas ayer martes por la tarde al grupo de nueve jugadores que hoy han de iniciar la pretemporada, uno de ellos ha dado positivo por Covid-19. El afectado es asintomático, se encuentra bien de salud y está aislado en su domicilio.

El Club ha informado a las autoridades deportivas y sanitarias competentes. Además, se han rastreado todas las personas que tuvieron contacto con el jugador para hacer las pruebas PCR correspondientes.

El jugador no ha estado en contacto con los miembros del primer equipo que tienen previsto viajar a Lisboa mañana jueves.

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El Barcelona no quiere sorpresas ante el Napoli

EFE.- El desenlace de la eliminatoria ante un emergente Napoli marcará con fuego al Barcelona de Quique Setién, que se la juega a todos los niveles, desde el futuro del técnico, al prestigio de la plantilla o la credibilidad de una junta directiva que está en el centro de la diana.

Nadie se engaña en Barcelona. Caer ante el Napoli sería un fracaso en toda la regla, a la altura de los cosechados en Roma o en Liverpool, pero esta vez en el silencio del Camp Nou, en un partido que tendría que darle el pasaporte a la fase final a los azulgrana.

Sin LaLiga, sin la Copa, el Barsa se aferra a la Champions, la competición que se disputará a cuatro partidos, cuatro victorias para levantar el título, aunque el primer paso tiene que ser mañana ante los napolitanos.

Los focos señalan a Setién, discutido desde su llegada al club, cuestionado por la plantilla, incluso por Leo Setién en público; unas diferencias que luego se suavizaron después de una reunión entre los dos y que se escenificaron en el campo con la goleada final en Vitoria ante el Alavés.

Pero también la plantilla está en entredicho. Ha dejado escapar LaLiga con actuaciones cuestionables, un fútbol nada convincente y muy irregular. Los cambios de dibujo del entrenador solo funcionaron en una ocasión (ante el Villarreal), pero esta Champions express le da opciones a los azulgrana.

Cuatro partidos son un cara y cruz y en eso les ayuda. La suerte de la directiva es que después de que los aficionados mostraran su malestar durante los partidos que se jugaron en el Camp Nou ante la Real Sociedad y el Eibar, los encuentros ya no se han disputado con público a causa de la COVID, y todo se ha diluido.

Para mañana, Setién tiene dos bajas importantes y ambas en el mediocampo. Sergio Busquets y Arturo Vidal, sancionados por la amarilla que vieron en San Paolo. Tampoco estará Arthur Melo, declarado en rebeldía.

Además faltará a la cita Samuel Umtiti, que no se ha recuperado de sus eternos problemas en la rodilla, y también Ousmane Dembélé, de baja desde febrero y que llega muy justo al partido.

La gran noticia para Setién es la recuperación de Antoine Griezmann, que no pudo jugar los últimos partidos de LaLiga por una lesión.

Queda por saber el dibujo de Setién, si apuesta por una defensa de tres y puebla más el centro del campo, o si juega con un 4-4-2 y Leo Messi de enganche.

El Napoli, con Lorenzo Insigne incluido en la lista, encara la visita al Camp Nou como el partido de su vida, pues una hazaña le permitiría alcanzar por primera vez en su historia un cuarto de final de la Liga de Campeones, tras fallar sus primeras dos oportunidades.

Fue eliminado en 2012 por el Chelsea, cuando fue remontado en Stamford Bridge pese al triunfo 3-1 de la ida, y en 2017, cuando el Real Madrid del técnico francés Zinedine Zidane le doblegó 3-1 tanto en el Bernabéu como en el San Paolo. Curiosamente Chelsea y Real Madrid luego fueron campeones de Europa.

Tras empezar negativamente la temporada con Carlo Ancelotti en el banquillo, el Nápoles apostó en diciembre por Gennaro Gattuso y el nuevo entrenador ha dado más solidez a su equipo, sin renunciar a una propuesta de juego ofensiva y basada en la posesión del balón.

A base de sacrificio defensivo, el equipo italiano conquistó la final de la Copa Italia y la ganó en la tanda de penaltis contra la Juventus, lo que le dio la seguridad de jugar la próxima Liga Europa pese a terminar en una decepcionante séptima posición en la Serie A.

Acabó su campeonato liguero el 1 de agosto con un triunfo contra la Lazio (3-1), pero sobre todo con una lesión muscular sufrida por su capitán Lorenzo Insigne que disparó las alarmas. El extremo italiano sufrió una lesión en el tendón del abductor izquierdo, aunque ha conseguido volver a entrenar completamente con el grupo a partir y ha entrado en la lista de convocados.

Gattuso está pendiente de sus condiciones para elegir el once definitivo, en el que no hay dudas sobre la presencia del belga Dries Mertens, autor del 1-0 en la ida del San Paolo, y del español José Callejón, dos elementos «innegociables» para él.

La sensación es que difícilmente Insigne podrá ser titular y los favoritos para reemplazarlo son el mexicano Hirving Lozano, más ofensivo, y el macedonio Eljf Elmas, que garantiza más equilibrio.

– Alineaciones probables:

FC Barcelona: Ter Stegen; Semedo, Piqué, Lenglet, Alba; Sergi Roberto, Rakitic, de Jong, Messi; Suárez y Griezmann.

Napoli: Ospina; Di Lorenzo, Koulibaly, Manolas, Mario Rui; Zielinski, Demme, Fabián; Elmas, Mertens y Callejón.

Árbitro: Cuneyt Cakir (Turquía).

Estadio: Camp Nou.

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El Barcelona goleó al Alavés para cerrar la campaña

Mundo Deportivo.- Después de perder definitivamente el título ante Osasuna, dejando pésimas sensaciones, se impuso con una notable actuación al Alavés. El Barça despidió la Liga con la cabeza alta. Sin perder de vista que el conjunto vitoriano estaba ya de bajada tras sellar la permanencia ante el Betis (no hubo ni una tarjeta en el partido, lo que da una idea de por dónde fueron los tiros), el Barça cosechó en Mendizorrotza brotes verdes de cara a la Champions.

Ganó 0-5, con goles de Ansu, Messi (2), Suárez y Semedo, en un partido que, competitivamente, no tenía mayor aliciente que los goles que pudiese marcar Leo de cara a su aspiración a ganar el ‘Pichichi’. Fueron dos. Aparte de ese acicate, se trataba de recuperar sensaciones y comenzar a trabajar ya pensando en el Barça-Nápoles.

De Jong sumó algunos minutos más en su recuperación y aportó frescura e ideas a la línea media, donde se ubicó como medio centro. Gran noticia en Vitoria. Arturo Vidal se situó como central en la segunda parte después de que Lenglet se retirase con molestias. La peor noticia en Vitoria. Messi marcó y asistió, repartió juego y conectó a la perfección con Riqui Puig y Ansu Fati. Energía para el capitán. El equipo estuvo a la altura y colaboró con él en su lucha por el ‘Pichichi’.

El primer tiempo del Barça fue óptimo. El conjunto barcelonista dominó, generó ocasiones y sacó mucho rédito de esas ganas de Riqui y Ansu, protagonistas de la previa por la polémica decisión de priorizar el Alavés-Barça por delante del playoff del filial. Ambos sintonizaron a la perfección con Messi, que partiendo desde la derecha se erigió en goleador, el 0-2, fabricador de asistencias, la del primer gol, o de jugadas, la apertura a Jordi Alba en el tercero.

Las ocasiones y los goles

En ese arranque, antes de que Ansu abriese el marcador, ya se vio que el Alavés se había quitado un peso de encima con la salvación y estaba ya de vacaciones, mientras el conjunto de Setién sí fue a por el partido. Riqui Puig, en su mejor partido en el primer equipo, tiró al larguero a los tres minuto; poco después, Messi no llegó por poco a un pase de Sergi Roberto; Ansu chutó fuera por muy poco; Arturo tiró por segunda vez a la madera a pase de Riqui; Messi, también al palo tras recibir de Ansu y recortar a Manu; y Suárez remató al portero.

Seis ocasiones de gol (con tres postes) antes de que, por fin, Ansu Fati pusiese el 0-1 en un ataque estático con pase final de Messi.

Tras un error de Suárez en un remate defectuoso recogiendo un gran pase de Riqui, Leo marcó su primer gol para ampliar su ventaja en el ‘Pichichi’ a los 34 minutos. La asistencia fue de Riqui Puig, que dejó el balón para la llegada de Messi tras un centro de Sergi Roberto. Leo aguantó, fintó y batió a Roberto. Un paradón del meta local en un remate de Arturo Vidal a centro de Messi fue la antesa del 0-3, de Suárez a centro de Alba tras apertura del argentino, en su jugada preferida con el lateral zurdo.

El Alavés subió ligeramente el ritmo tras el descanso con los cambios, sin que ello supusiera un cambio en la decoración del partido. No había chutado entre los tres palos, con Lucas Pérez inédito y Joselu, el mejor del Alavés, bien tapado por Araujo. Con la entrada de Rioja, el conjunto local ganó algo de profundidad en las bandas, pero tras un acercamiento incial que Pere Pons, otro de los cambios, no llegó a rematar, el amago de reacción cesó. Semedo logró el cuarto gol tras una nueva asistencia de Riqui.

Antes, el portugués había entrado por Lenglet, retirado con molestias. ¡Ojo, que no hay centrales de cara a la Champions! Se situó Arturo Vidal al lado de Araujo, completando una pareja de centrales inédita.

El quinto gol del Barça, segundo de Messi, tuvo lugar centro de Jordi Alba tras una apertura de De Jong, situado de mediocentro cuando sustituyó a Sergio Busquets. Veinticinco de Lionel. Tal vez una pista: ante el Nápoles Busquets no estará. De Jong se prepara. Y, junto a él, Riqui Puig comenzó a ganarse un puesto.

FICHA TÉCNICA

D Alavés: Roberto (2); Martín (2), Laguardia (2) (Tachi (2), 46’), Magallán (1), Adrián Marín (1); Edgar (2), Camarasa (2) (Abdallahi (2), 65’), Manu (1) (Fejsa (2), 58’), Burke (1) (Rioja (2), 46’); Lucas Pérez (1) (Pere Pons (1), 46’), Joselu (2)

FC Barcelona: Neto (2); Sergi Roberto (3), Araujo (2), Lenglet (2) (Semedo (3), 50’), Jordi Alba (3); Arturo Vidal (3), Sergio Busquets (2) (De Jong (3), 58’), Riqui Puig (4); Messi (4), Suárez (2), Ansu Fati (4) (Braithwaite (2), 77’)

Goles: 0-1, Ansu Fati (24’); 0-2, Messi (35’); 0-3, Suárez (44’); 0-4, Semedo (57’); 0-5, Messi (75’)

Árbitro: Martínez Munuera (Comité Valenciano). No mostró tarjetas

Estadio: Mendizorrotza.

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Messi manda un aviso para la Champions: «Así, el partido del Napoli lo vamos a perder»

Marca.- Leo Messi habla poco, pero cuando lo hace, los cimientos del Camp Nou tiemblan. El argentino ha insistido en que el Barcelona debe hacer una reflexión profunda tras perder el título liguero. Apunta a la Champions como última esperanza para maquillar el curso, pero a día de hoy ve mal al bloque.

Sin título. «No esperábamos acabar de esta manera, pero marca todo lo que fue el año. Somos un equipo débil al que le ganan por intensidad y ganas. Perdimos muchos puntos donde no deberíamos haberlo hecho. Fuimos muy irregulares».

El Real Madrid. «El Madrid hizo lo suyo. Después del parón no ha perdido ningún partido. Perdimos muchos puntos que no deberíamos haber cedido y tenemos que hacer autocrítica, empezando por los jugadores, pero también global. Somos el Barcelona y estamos obligados a ganar todos los encuentros».

Rabia tras el gol. «El gesto es por la falta, tiré muchas y no podía meterla. La intención es que intenta y no puede. El equipo deja mucho que desear en muchos partidos».

Autocrítica. «Lo dije que si seguíamos de esta manera era difícil ganar la Champions y queda claro que no nos daba ni para LaLiga. Necesitamos un poco de aire y pensar en la Champions. Es una competición de cero. Hay que cambiar muchísimo y hacer mucha autocrítica y no pensar que perdimos porque el rival fue mejor».

Napoli. «Así, el partido del Napoli lo vamos a perder».

Equipo roto. «Lo malo es que hemos dejado una imagen muy mala para lo que viene. Jugando de esta manera no vamos a llegar a ningún lado».

Enfado. «La gente del club está muy enojada y es normal porque nosotros también lo estamos. La gente se está quedando sin paciencia y es normal porque no le damos nada».

El Barcelona sigue con vida

Mundo Deportivo.- El Barça sobrevive en la Liga gracias a un gol de Arturo Vidal en un buen primer tiempo del conjunto de Quique Setién, que volvió a ver cómo se le hacía larga la segunda parte. Inacabable. Agónica. Ganó por la mínima al Valladolid gracias a un gol de Arturo Vidal, con gran actuación de Ter Stegen al final. Es innegable que al Barça se le hacen largos los partidos: pese a que tiene momentos brillantes, no completa noventa minutos enteros a un nivel de notable o más. De nuevo no supo controlar el partido en el tramo final, sufrió y se puso en manos de Ter Stegen. Sea una cuestión física o no lo sea, el equipo se viene abajo con el paso de los minutos y resiste apretando los dientes.

El conjunto barcelonista mereció haber sentenciado el choque en los primeros cuarenta y cinco minutos, pero entre el portero Masip y la mala tarde en el remate de Griezmann, que se repartió el partido con Luis Suárez, con igualdad de desaciertos, el Valladolid llegó vivo al tramo final del partido, cuando reaccionó en busca del empate y puso a los de Setién contra las cuerdas. De la actuación de Suárez, cabría decir que se echó de menos a Braithwaite.

De forma inesperada, Setién volvió a retocar la pizarra y regresó al sistema de los tres centrales que trató de imponer en sus primeros partidos. Sergi Roberto, exitoso interior izquierdo en el 4-3-1-2 de Villarreal, pasó a jugar de central por la derecha de un trío junto a Piqué y Lenglet. La estrategia, un 3-5-2, dio resultado, especialmente gracias a que el dibujo prácticamente liberó a los laterales de trabajo defensivo en el 4-3-1-2 del Valladolid. Sobre todo, Semedo encontró una autopista por la derecha y participó en casi todo el peligro que generó el Barça.

Aparte del primer gol del Barça, creó tres jugadas que merecieron acabar de la misma manera: un pase, recién iniciado el partido, con remate de Riqui (interior zurdo esta vez en el dibujo) que rechazó Masip, el mejor blanquivioleta en el inicio; una asistencia (medio gol) a Griezmann, que perdonó increíblemente; y un chut del propio lateral a pase de Messi, con otra intervención de Masip.

El 0-1 llegó también con intervención de Semedo en la combinación con Messi, que asistió a Arturo tras una pérdida de Joaquín muy cerca del área pucelana. Vidal remató a gol.

Mala tarde de Griezmann

Griezmann, en cambio, fue la cruz de la moneda después de dos buenas actuaciones en el sistema anterior. El francés ya insinuó que no estaba en el mejor de sus días cuando no supo acabar una contra con mucho espacio, con Messi solo esperando un remate.

Desperdició un pase de Semedo y poco después no llegó a rematar un gran centro de Leo, esta vez más por acierto de Masip que por error propio. El meta aún tuvo tiempo antes del descanso un chut de Messi en jugada individual.

El Valladolid hizo poco en la primera parte. Su mejor ocasión fue un arranque de Kike Pérez, su hombre entre líneas, tras un mal despeje de Lenglet. Pérez tropezó él solito y Ter Stegen atrapó. Una agresión de Alcaraz a Arturo Vidal (tacos a la pantorilla y remache con el otro pie) quedó sin el castigo de la roja que merecía.

Reacción de los locales

Alcaraz fue uno de los sacrificados por Sergio en el retorno del Valladolid al 4-4-2 tras los cambios del descanso. El Valladolid dispuso entonces una pareja de ataque Enes Unal-Sergi Guardiola (sustituido después por Sandro) en un sistema que obligaba a los laterales a defender más y que apostaba por las transiciones en busca de un partido de ida y vuelta. También Setién volvió a un 4-4-2 con los cambios y con la entrada de Araujo por Lenglet, con tarjeta por reiteración, una norma que sólo se aplica si no afecta al madridista Casemiro. Sergi Roberto volvió al centro del campo.

Enes Unal puso a prueba a Ter Stegen en dos ocasiones, con llegadas desde la derecha de Hervías. Dos de los cambios de Sergio. Masip dio réplica a su ex compañero alemán en una falta directa lanzada por Messi.

Pitando Mateu Lahoz, el atraco tenía que llegar tarde o temprano. No fue penalti un intento de engaño de Luis Suárez en una caída en el área, pero sí lo hubo en un agarrón de Kiko Olivas a Piqué en el área. Muy claro. Por una jugada mucho menos clara de Busquets al Barça le birlaron dos puntos en Anoeta en la primera vuelta.

Ter Stegen fue el ángel de la guarda en el achuchón final del Valladolid, especialmente en dos remates de Sandro. Lo fue junto a Piqué, creciente en la segunda parte, y Araujo. Tocó, una vez más achicar balones. Y sufrir. Al menos, el Barça llega a la penúltima jornada.

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El Barcelona goleó al Villarreal y revive su lucha por la liga española

Jordi Blanco (ESPN).- Después de ceder tres empates en cuatro jornadas y habiéndole servido el liderato y casi la sentencia de la Liga al Real Madrid, el Barcelona despertó, quien sabe si demasiado tarde, con una victoria incontestable en el Madrigal, goleando (1-4) al Villarreal en la, posiblemente, mejor actuación colectiva desde la llegada de Quique Setién al banquillo.

Sentenció en la primera parte, con un autogol afortunado, una rosca excelente de Luis Suárez y una vaselina soberbia, rozando el descanso, de Griezmann. Liderado por un Messi que, por fin, encontró el mejor apoyo de sus compañeros, en un partido global muy destacado y que dejó sin respuesta a un Villarreal que, invicto y lanzado desde que regresó la competición, sufrió un golpe terrible, consumado en la recta final por Ansu Fati, al que da la sensación que le sobran los minutos para hacerse ver. Ya suma seis goles en el campeonato.

Retocando el once Setién sorprendiendo al desplazar de la alineación a Riqui Puig, colocando en el centro a Sergi Roberto y devolviendo la titularidad, como era esperado, a Griezmann. El todavía campeón se plantó en el partido con un convencimiento no visto en los últimos partidos.

Sacó provecho muy rápido, apenas en cuatro minutos, de la autopista que encontró Jordi Alba por su banda, beneficiándose del error en el despeje de Pau Torres a un centro raso que buscaba a Griezmann y que se coló en propia portería en el primer remate. No se perjudicó por el gol, golazo, rápido en la contestación de Gerard Moreno y con sendas asistencias de Messi marcó antes del descanso dos goles más, extraordinarios, de Suárez y el propio Griezmann.

Sufrió, sí, en defensa el Barça aunque ello no puede considerarse una novedad, pero a los problemas que le provocó la revoltosa pareja formada por Moreno y Alcácer, en colaboración con el incansable Cazorla, respondió con una actuación coral extraordinaria y en la que destacó de sobremanera Sergi Roberto.

Para entonces, sin embargo, la superioridad del equipo azulgrana ya era incontestable, con un Messi feliz y cómodo por los apoyos que encontraba tanto en Sergi como en Griezmann, segundo atacante junto a Suárez pero que se multiplicó en las ayudas desde la segunda línea.

A la victoria, polémica y con sabor a, casi, definitiva del Real Madrid en San Mamés repondió el Barça mostrando, por fin, un juego convincente, sabiendo en todo momento llevar el pulso del partido. Ahora pausa, ahora aceleración, ahora contragolpe, ahora combinación… Presionando muy arriba y ahogando a un Villarreal que si le plantó cara durante la primera hora de partido, a partir de ahí llegó a quedar a merced, casi rendido, a una superioridad aplastante del conjunto de Setién.

La segunda mitad, la última media hora, fue prácticamente un paseo del Barcelona, al que se le anuló un gol de Messi por fuera de juego previo de Arturo Vidal tras una jugada colectiva sensacional en pleno aplastamiento y cuando ya no existía duda acerca de qué lado iba a caer la victoria.

Acabó cayendo ese cuarto gol, por obra y gracia de Ansu Fati, tras una jugada personal magnífica, tanto en el recorte como en el disparo. Un gol para redondear la goleada y recuperar, aunque sea por días, la alegría.

No hubo, casi nunca, sospecha de que el Barça sumaría los tres puntos. Lo hizo, disfrutando de su mejor jornada desde la llegada de Quique Setién al banquillo.

¿Demasiado tarde? Posiblemente… ¿O no?

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El Barcelona empató con el Atlético y se aleja de la punta

AS.- El Barça dejó en bandeja de plata LaLiga al Madrid al volver a tropezar, esta vez en casa ante el Atlético de Madrid en un partido en el que el Barça volvió a mostrarse impotente ante cualquier circunstancia que le sobreviniera. No pudo rebelarse ante dos penaltis en contra, uno que se tuvo que repetir, y volvió a ser incapaz de controlar el ritmo de partido para poder mantener la ventaja adquirida con tanto esfuerzo que se deshacía como un azucarillo.

El Barça se queda en una situación volcánica tanto en la clasificación como en el aspecto institucional y deportivo. Las conjuras no sirven de nada y las llamadas a la épica se quedan sólo en eso. El Barça es un quiero y no puedo que llega demasiado tarde a todo, especialmente a los cambios. ante un banquillo paralizado por la situación.

El Camp Nou siempre ha sido territorio sensible, pero ahora claramente es territorio inflamable. Todo lo que pasa en el entorno del Barça es sal sobre piel quemada y la llegada de un equipo como el Atlético de Madrid, de carácter volcánico, sólo podía aportar un partido de esos en los que si la temperatura se tomara a medio partido en vez de antes del inicio, las autoridades sanitarias desalojarían el estadio, porque la velada hizo subir los calores a más de uno.

El partido empezó con el eco del fracaso en Valencia de la sección de baloncesto, que al presidente Josep Maria Bartomeu le pareció el mejor refugio para huir del campo de minas en el que se ha convertido el vestuario blaugrana. Buscó Bartomeu una foto de triunfo en Valencia en vez de ser testigo de un amago de lío en Barcelona y el negocio le salió al revés.

Por si faltara combustible para el Coctel Molotov que se estaba cocinando, tuvo a bien el comité técnico de árbitros en designar a Mateu Lahoz como responsable de la sala VOR, que también quiso poner su granito de arena en la situación corrigiendo un penalti que paró Ter Stegen y no había protestado nadie.

Además, Diego Costa compareció de nuevo como artificiero en el Camp Nou, uno de sus escenarios favoritos para liarla. Después de que la temporada pasada le expulsaran por insultar al árbitro, en esta ocasión el hispano brasileño hizo de todo en cinco minutos. En el minuto once salvó junto al palo un disparo envenenado de Messi que cedió a córner. El saque de esquina, lanzado de nuevo por Messi se le coló entre las piernas y en un intento desesperado de despejarla, le dio al balón con el tacón distrayendo a Oblak.

Tres minutos después, llegó el penalti de Vidal a Carrasco. Costa se pidió el balón, disparó cambiando su lado de seguridad y Ter Stegen le paró el disparo. Fue entonces cuando desde la sala VOR, Mateu ordenó repetirlo al advertir que el portero alemán se había adelantado ligeramente a la línea. A Diego Costa ya no le dejaron volver a acercarse al balón. Fue Saúl el que marcó el tanto del empate después de que Hernández Hernández repartiera amarillas entre los barcelonistas que protestaban.

Tras ese inicio de partido de combustión rápida, el encuentro decayó en el ritmo y se tranquilizaron las cosas. Messi, con la ayuda de Semedo seguía luchando para tratar de cambiar un partido que se jugaba entre brasas. Pero ya se sabe que lo más peligroso de los incendios es su reactivación. Y en el Camp Nou las llamas se apagaron, pero el peligro de incendio siempre está latente y en la segunda parte quedaba mucha tela por cortar.

De salida, a los cinco minutos de la reanudación, penalti de Felipe a Semedo que Messi transformó a lo Panenka marcando al fin ese gol 700 que tanto se le resistía y poniendo en ventaja al Barcelona.

Quedaba por ver si esta vez, los jugadores de Setién podrían mantener una ventaja en el marcador durante el tiempo suficiente para asentarse en el marcador o haría lo de siempre. Hizo lo de siempre. Once minutos después de ponerse por delante en el marcador, Carrasco volvió a internarse en el área barcelonista, Semedo le tocó ligeramente y el belga tropezó en su pierna. Volvió Saúl a los 11 metros y esta vez Ter Stegen no se adelantó, adivinó el disparo, pero el balón iba demasiado fuerte y se acabó colando en la portería. El fuego volvía a tomar cuerpo.

Más que nada, porque al Barça se le quemaban las opciones de luchar por LaLiga, quedaban diez minutos para acabar el partido y en el banquillo nadie reaccionaba. Con la excepción de la entrada de Sergi Roberto por Rakitic, en el banquillo seguían todos los delanteros de refresco.

A cinco minutos para el final, Setién se dio cuenta de que el rancho se le quemaba y arriesgó dando entrada a Ansu por Busquets. Pero si Ansu se podía quejar de tener poco tiempo, el desplante con Griezmann ya fue mayor. El francés entró en el descuento. Pero el Camp Nou ya era tierra quemada.

Foto: AS.

La Juventus oficializó la contratación del brasileño Arthur

Prensa Juventus.- Juventus Football Club S.p.A. anuncia los siguientes acuerdos con el FC Barcelona:

Compra definitiva de los registros del futbolista Arthur Henrique Ramos De Oliveira Melo por € 72 millones, a pagar en cuatro años financieros. Ese valor podrá incrementarse en un máximo de 10 millones en caso de cumplirse algunas condiciones durante la duración del contrato. Juventus y el jugador firmaron un vínculo de cinco años, válido hasta el 30 de junio de 2025.

También se dispuso la transferencia de los derechos del jugador Miralem Pjanić por € 60 millones, a pagar en cuatro años financieros. Esa cantidad podría aumentar 5 millones en caso de cumplirse ciertas condiciones durante el contrato. El efecto económico positivo es de € 41.8 millones, libre de contribuciones y otros gastos.

Foto: Prensa Juventus.

El Barcelona recuperó el liderato al superar con lo justo al Athletic

Jordi Blanco (ESPN).- El Barcelona recuperó el liderato, aunque sea de forma temporal, al superar al Athletic de Bilbao por un ajustado 1-0 en el segundo partido a puerta cerrada disputado en el Camp Nou.

Fue otro partido en el que el cuadro catalán mostró una versión muy alejada de lo esperado y que resolvió con un gol, avanzada la segunda parte, de Ivan Rakitic para evitar que la depresión se instalase en un equipo que, en el momento definitivo de la Liga, atraviesa una crisis existencial de gran magnitud.

Anodino, lento, previsible y con la mira siempre, siempre a Lionel Messi, el Barcelona completó una primera mitad para el olvido, en la que apenas un obús de Sergio Busquets que rechazó Mikel Balenziaga con la cabeza y un remate raso y suave de Luis Suárez que atajó Unai Simón sin problemas pudieron considerarse «ocasiones» de gol para un equipo que se jugaba, no sólo el liderato, más aún, el crédito que, por más discursos optimistas que repita, se le agota.

El Athletic, calmado, organizado y en busca de la contra, asustó. No en exceso, ciertamente, pero sí mostró un atrevimiento y descaro que se entendería inverosímil en un Camp Nou donde el Barça es poco menos que intocable.

Marc-André Ter Stegen, excelente de reflejos, acertó a desviar, apenas comenzó el duelo, un tiro-centro de Unai López que se envenenó hasta provocar el primer susto y a partir de ahí, el minuto tres, el sopor comenzó a adueñarse de un Barça sin ideas en el que apenas se veía correr sin descanso y sin mucho criterio a Arturo Vidal, mientras Arthur veía pasar el balón sin opción de jugarlo y Antoine Griezmann se hartaba a desmarcarse y combinar de primeras sin recibir nada a cambio.

Llegó el descanso sin saberse si lo agradecían más los unos o los otros.

Para el Athletic era un logro evidente mantener la igualada, pero se adivinaba tan cómodo en el césped, que no le habría importado seguir. Para el Barça se entendía la oportunidad, la necesidad de agitarse en el vestuario y buscar una nueva imagen en el segundo tiempo.

El partido se mantuvo igual en los primeros 10 minutos posteriores al medio tiempo, hasta que Quique Setién, consciente de la necesidad de dar más brío y velocidad al balón con Arthur muy escondido en la mediocridad general, resolvió, por fin, darle la responsabilidad a Riqui Puig, cuya entrada, curiosamente, provocó ese cambio de guión.

La pelota comenzó a moverse más rápido, el Barsa jugó más a los espacios y poco a poco arrinconó al Athletic, que presentó un rostro más defensivo y buscó con menos determinación el contragolpe.

En ese momento, el entrenador catalán sorprendió con entrada de Ansu Fati en lugar de Griezmann. También entró Rakitic por Busquets, amonestado en la primera mitad y quien no podrá jugar en Vigo el domingo, pero lo que chocó fue la salida, otra vez, de Griezmann, lo que mantuvo intocable a Suárez en el campo.

Ya fuera por el agotamiento en su concentración o también por la mayor intensidad y vértigo del Barsa, el Athletic empezó a retrasar posiciones con claro agobio y sufrimiento, hasta que llegó el gol.

La anotación llegó en una jugada embarullada, después de un mal remate de Vidal, un remate rebotado y una entrada rápida desde atrás de Rakitic para romper el empate y darle vida al Barsa.

El triunfo sirve, de momento, para devolverle, aunque sea por unas horas, el liderato al Barcelona en la víspera del cumpleaños 33 de Messi, quien se quedó con las ganas de celebrarlo con el gol 700 de su carrera, después de una noche, otra, que dejó en el escenario más dudas que certezas sobre un Barsa tan poco resolutivo ante portería como atascado en su juego.

Foto: EFE.