Manchester City aseguró su pase a cuartos

Manchester City

AS.- El Manchester City no quiso esperar hasta el final del partido para asegurar su pase a los cuartos de final de la Champions League. En poco más de un cuarto de hora ya había hecho valer el 0-2 que trajo de la ida y se había puesto con un nuevo 2-0 gracias a los goles de De Bruyne y Gündogan. El del belga, un disparo espectacular con la pierna izquierda desde fuera del área, hizo hincar las rodillas al Borussia Mönchengladbach, que no le quedó más que asumir la realidad: el conjunto de Pep Guardiola quiere dar un paso más en Europa y para ello mostró su versión más autoritaria de la temporada. La gran duda sigue siendo, una temporada más, si lograrán vencer la barrera de los cuartos de final.

Resumen del partido

Con un fútbol de control, preciso, ofensivo y efectivo, el Manchester City no dio ninguna opción a su rival alemán. Guardiola eligió no salir con un delantero natural como Gabriel Jesus o Agüero, sino que Bernardo primero y Foden después fueron ocupando esa posición. De la forma más fluida que podía hacerlo, los ‘citizens’ quitaron cualquier tipo de vida al Gladbach, que pudo recibir algún gol más si De Bruyne hubiera ajustado más una falta que despejó Sommer.

Lee también: El Madrid superó sin sobresaltos a la Atalanta

A casi media hora para el final del partido, Guardiola comenzó a dar descanso a su equipo e introdujo rotaciones para minimizar la carga de minutos, dando entrada a Fernandinho, Zinchenko, Agüero, Laporte o Sterling, que no había entrado en la convocatoria del fin de semana pasado.

Foto: AS

Manchester City se hizo fuerte y venció al Mönchengladbach de visita

Mundo Deportivo.- Camino de que acabe febrero, el City sigue sin dar muestra de debilidad. Ajeno a cualquier desliz, se cambió el traje pero no se traicionó esta vez en Europa. Fue el mismo que en Inglaterra, un equipo que gobierna cada compromiso sin importarle quién tiene enfrente. Para el Gladbach la ida en Budapest fue un suplicio, condenado a sobrevivir y a perseguir con desespero una pelota que nunca le perteneció. El 0-2 solo fue el reflejo de la superioridad de principio a fin.

Guardiola separó a Rúben Dias de Stones, suplente en Champions. Ubicó a Cancelo en la izquierda y sentó también a De Bruyne. Un lujo al alcance de pocos en el continente, prueba de que este equipo tiene que comprometerse por fin a ser candidato. Apenas hubo disputa frente a un Gladbach obligado a correr y a correr porque el dominio siempre fue del cuadro de Manchester, un pacto de antemano cada vez que alguien tiene que enfrentarse a este City.

Un escenario poco tentador. El equipo de Marco Rose no se amedrentó de entrada, fiel a querer salir ordenado desde atrás. Ocurre que ninguno de sus pases tuvo demasiado futuro, frustrados por la presión asfixiante de un City que cortocircuitó al Gladbach. Está tan trabajado por Guardiola que cada jugador sabe qué hacer en cada momento, cuándo saltar o cuándo esperar. Y ante esa estrategia tan sofisticada era cuestión de tiempo que llegara un error de los alemanes.

Fue en un mal pase de Kramer, recuperado por Cancelo. Otro de los nombres propios de la temporada en Manchester. De portugués a portugués, el lateral encontró a Bernardo Silva y su compatriota remató de cabeza a un Sommer al que cogió a contrapié. Premio a la insistencia de un City con menos caudal en cuanto a oportunidades pero tan determinado como siempre a hacer de la noche uno de sus habituales monólogos que acaban por desesperar a sus enemigos.

Dar cinco pases consecutivos fue un milagro para un Gladbach sin mucha iniciativa. Sin embargo se sostuvo de pie durante mucho rato porque a falta de juego fue solidario, antes y después del 0-1. Gabriel Jesus perdonó la vida a su rival, lento e inocente, en una jugada en la que probó que nunca fue un ariete infalible. Aunque el brasileño tuvo la reválida y supo dar el golpe definitivo tras otro centro de Cancelo al segundo palo, amansado por Bernardo Silva y embocado por el 9.

Faena hecha para un City que no pierde la etiqueta de impermeable, tampoco en Champions. Sabe que tiene una deuda pendiente desde hace muchos años y no quiere dejar escapar otra oportunidad. En Budapest dejó prácticamente sentenciada la eliminatoria ante un Gladbach que solo remató una vez a Ederson. Pobre balance para hacerle frente al que ahora parece el mejor equipo de Europa. Aunque eso, como cada temporada, tiene que refrendarse en mayo.

FICHA DEL PARTIDO

Borussia Mönchengladbach, 0

Sommer; Elvedi, Zakaria, Ginter; Lainer (Lazaro, 63’), Neuhaus, Kramer, Hofmann (Wolf, 86’), Bensebaini; Stindl (Embolo, 74’), Plea (Thuram, 63’)

Entrenador: Marco Rose

Manchester City, 1

Ederson; Walker, Rúben Dias, Laporte, Cancelo; Rodri, Gündogan, Foden (Ferran Torres, 80’); Bernardo Silva, Sterling (Mahrez, 68’), Gabriel Jesus (Agüero, 80’)

Entrenador: Pep Guardiola

Goles: 0-1, Bernardo Silva (28’), 0-2, Gabriel Jesus (65’)

Árbitro: Artur Dias.

Foto: Sky Sports.

Real Madrid venció al Mönchengladbach y se instaló en octavos de final

ESPN.- El Real Madrid certificó en el Alfredo di Stéfano frente al Borussia Mönchengladbach (2-0) su presencia en los octavos de final de la Liga de Campeones, como primero de grupo, en una ‘final’ que venció con tranquilidad gracias a un doblete del francés Karim Benzema con sendos tantos de cabeza en los minutos 8 y 32.

Lee también: Atalanta noqueó al Ajax y se metió en octavos de final

Los hombres del galo Zinedine Zidane llevaron la iniciativa desde el comienzo, inauguraron el marcador pronto y vivieron con tranquilidad. Dos goles en jugadas calcadas. Primero el español Lucas Vázquez y luego el brasileño Rodrygo Goes pusieron centros medidos a Benzema para que este superara al suizo Yan Sommer a placer. En el minuto 43, el colegiado anuló un gol al croata Luka Modric por fuera de juego previo del francés Raphael Varane.


El Mönchengladbach no pudo ejecutar como le gustaría su plan de aprovechar los espacios a la espalda de la defensa madridista y estuvo sometido al dominio de estos que, a pesar del intento de reacción en la segunda mitad, quedó en nada.

Foto: Cortesía

El inter ganó y se mantienen con vida en la Champions League

Marca.- No hay duda, el grupo B es uno de los más difíciles en esta edición de la Champions League. A falta de una jornada, ningún equipo tiene asegurado nada: ni el pase a octavos ni la clasificación a la Europa League. El Inter dio la sorpresa en Alemania al ganar a los locales 2-3 y deja abierto el grupo del Real Madrid. Los blancos todavía pueden clasificarse.

Ambos equipos saltaron al césped del Borussia Park sabiendo que el Shakhtar se había impuesto al Real Madrid. El partido empezó con la sorpresa del dominio del Inter. El conjunto italiano necesitaba ganar para evitar quedarse fuera de la lucha por los octavos. Con esa idea en mente, la nerazzuri inició el encuentro con la idea de hacer un gol cuanto antes pero sin arriesgar atrás. Y el plan funcionó.

El primer avisó de los visitantes llegó en el minuto siete con una triple ocasión de Lautaro Martinez. El argentino salió muy enchufado al encuentro en busca del gol pero un gran Handanovic evitó que eso sucediese. Siete minutos después lo intentó Young tras una internada de Lukaku por banda derecha pero tiro acabo rechazado por la defensa del equipo germano.

Leer también: El Shakhtar Donetsk da un golpe mortal al Real Madrid

Pero poco tardó el Inter en abrir la lata. El gol llegó en el 17′ de partido con el tanto de Darmian que sin mucho ángulo consiguó batir a Sommer. Este nada pudo hacer y terminó viendo como el balón se le colaba entre las piernas. El Inter siguió dominando en los minutos siguientes, pero poco a poco empezó a perder el control del partido. El Gladbach había despertado.

Los alemanes entraron tarde al partido, sobre la media hora del encuentro, y comenzaron a atacar la portería del Inter. Tras los tiros de Lainer, Stindl y Thuram, el gol del empate llegó en el último minuto de la primera parte. Valentino Lazaro desde la derecha hizo un centro para que Pléa metiese el tanto con la cabeza.

La segunda parte empezó con los alemanes siendo superiores, como al final de la primera parte, pero el Inter buscaba la victoria y acabó ganando el partido gracias a un doblete de Lukaku pero un gol de Plea en el 74′ hizo que el partido no se cerrase hasta el pitido final.

Foto: Cortesía.

El Madrid salvó el empate sobre la hora

AS.- Dos equipos del montón, Shatkhtar y Borussia, han puesto al Madrid al borde del desastre. A un Madrid que viene de derrumbarse dos veces en octavos, que es el escalón inmediatamente superior a la debacle. La sensación y los resultados dan a entender que Europa, la Europa que siempre fue suya, le viene grande. Esta vez ni siquiera se acercó al horror del debut. Jugó medio bien en la primera parte y regular tirando a mal en la segunda para salvar un punto con un gol en el 87′ y otro en el 93′ y Ramos y Varane como arietes. La carga de la desesperación. Ahora, para ponerse al día, tendrá que ganarle los dos partidos al Inter, con el que presuntamente iba a jugarse el liderato y ahora se jugará la vida.

Hubo un tiempo, lejano y no tanto (recuerden a Wolfsburgo y Dortmund en esta misma década), en que el Madrid iba de tunda en tunda por Alemania. Unas tenían remedio en el Bernabéu, patrón de los imposibles y ogro colectivo, y otras no. Aquellos equipos rugían. De esa especie sólo queda hoy el Bayern, eterno feroz, pero los equipos de la Bundesliga andan sueltos en Europa y conviene tomarlos en serio. Incluido este Borussia, que hace cuarenta años era el gran depredador de Europa. Un equipo temible si se toma por el lado de la arqueología. Un equipo bueno, sin más, si se le mira con los ojos de hoy, que es más de esperar que de avasallar. Le bastó para asustar a un Madrid que pena por el continente sin goleadores desde que le abandonó, 100 millones mediante, Cristiano.

El partido dejó claro que Zidane tiene un once para los partidos de gran solemnidad. Los que empezaron en el Camp Nou también lo hicieron en el Borussia Park con el cambio obligado de Nacho. Y jugó Lucas Vázquez, decisión que orilla aún más a Militao, tercer plato en el centro y en la banda. Y repitió con Asensio y Vinicius. El brasileño estuvo mal en Barcelona. Antes, partidos así se resolvían con juicios rápidos y suplencias inmediatas. Ahora no hay nada mejor en la plantilla salvo que Hazard y su tobillo digan lo contrario.

El duelo tuvo un arranque calcado al del Camp Nou. Posesiones largas del Madrid, que exigían retrasar a Kroos, un instrumento imprescindible para desactivar la primera presión del rival, y cadenas interminables de pases para disuadir al Borussia del juego al espacio. Ahí, con jugadores de mucha fibra, está su fuerte. En las salidas europeas importa que apenas pase nada al principio, más ante un adversario de estilo directo, sin muchas ganas de conversación en el centro del campo.

El Madrid, que salió horrorizado del duelo ante el Shakhtar, amaneció en el partido además con el empate del Inter ante los ucranianos. Es decir, con la sensación de no haber roto nada más allá de su imagen.

Poco a poco fue tirando del carrete. Primero presionando tan arriba que obligó a Sommer a maniobrar con el regate, que es meterse entre los pitones. Ya la lio parda en una de esas en el reciente España-Suiza. Y luego buscando el gol al trantrán, un ritmo que en el gran fútbol no cuela. Sólo así se entienden tantas victorias al sprint y tan pocas tras escapada.

Primero fue un remate sobre la marcha de Benzema, tras control con el pecho. Luego, un intento de Vinicius, que se quedó a medias, y un tiro lejando de Kroos al que llegó bien Sommer. Nada verdaderamente aterrador para el meta suizo.

También quedaron detalles de Asensio y del jugador que quiere ser, aunque vaya con cierto retraso sobre el éxito previsto. Pero, de pronto, sin preaviso, llegó el primer percance: un error de Kroos, un mal despeje de Varane con el equipo desarropado, un pase cruzado de Plea y un remate imparable de Thuram, que asomó a la espalda de Lucas Vázquez. Era el primer disparo del Borussia y una ración enriquecida de ansiedad para el Madrid, obligado a la penitencia sin pecar.

Comenzó así la cuenta de protección. Después un remate de Asensio salvado por Sommer, el Madrid perdió la pelota y las buenas intenciones en su presión. Se sabe desvalido en ataque y acusa cualquier contratiempo, más si se ve exigido por la clasificación, como es el caso. Y se fue al descanso con la soga al cuello.

A la vuelta mandó Asensio una volea al larguero y cuando empezaba a calentar Hazard, se abrió el abismo, en un mal rechace de Courtois a tiro de Plea aprovechado otra vez por Thuram. El fútbol premiaba la paciencia del Borussia, que no su fútbol, terriblemente escueto. Esta vez el Madrid sí se durmió en la lona. Había disparado 16 veces y se veía superado por el Borussia y por una situación angustiosa. Presa del pánico pudo encajar el tercero, pero Courtois pagó su deuda sacándole un mano a mano a Plea, pero el partido ya no volvió a él.

El reloj y la confianza se movieron en favor del Borussia. La desesperación y las prisas soplaron contra el Madrid. Y el auxilio de Hazard resultó inexistente. Le regaló medio gol Benzema y con la izquierda lo mandó al lateral de la red. Mientras aquello sucedía, Jovic ni se movió del banquillo. Hay demasiado jugadores nominales en la plantilla. Así que el Madrid lo intentó a la tremenda, con Ramos y Varane como arietes y Casemiro de mayordomo. Y le salió. El brasileño le sirvió de cabeza el 1-2 a Benzema y repitió la jugada, ya en el descuentro, Ramos con el propio Casemiro para llegar a un empate imposible. Eso también lo tiene el Madrid: la fe cuando ya no queda otra cosa.

Foto: AS

El Inter selló el empate sobre la hora gracias a Lukaku

Marca.- Inter y Monchengladbach se daban cita en el Giuseppe Meazza. La primera parte transcurró tranquila, con ambos equipos midiéndose y tratando de controlar timidamente el encuentro. El Inter se fue soltando, poco a poco, a medida que encontraba a Lukaku en largo y también de cara: el belga es clave para Conte no sólo por sus goles, también por la capacidad innata a su juego de permitir situaciones más cómodas a sus compañeros. Cada recepción, cada pase y cada vigilancia extra era celebrada por Eriksen, Perisic y compañía. El primero la tuvo, pero su disparo fue repelido por la defensa visitante. Le devolvió el favor Eriksen a Lukaku con otra asistencia, pero el disparo del delantero belga no encontró puerta y se marchó besando el segundo palo. Tras los primeros 45 minutos, Antonio Conte, que no perdió el tiempo y puso a Lautaro en el campo desde el comienzo de la segunda mitad.

No fue mal la idea: en el minuto 50 ya ganaba en Inter de Milán gracias a un gol de Lukaku, que aprovechó un balón suelto para reventarlo contra la red. El 1-0 soltó a los interistas y también al Monchengladbach, que consciente de la nula rentabilidad del resultado comenzó a presionar mucho más arriba. La intención tuvo resultado gracias a un penalti cometido por Arturo Vidal. Tras revisar la jugada, Kuipers confirmó la pena máxima sobre Thuram, el jugador más desequilibrante del Monchengladbach con mucha diferencia. Pierna izquierda, balón cruzado y gol de Bensebaini.

El empate, que sólo beneficiaba a los dos equipos del grupo que no estaban jugando, trajo más ritmo y ciertas ocasiones, aunque ninguno logró incomodar en demasía la portería rival… hasta la recta final. Lo hizo, primero, Lautaro ya en el minuto 83 con un disparo que hizo temblar la meta de Sommer. El argentino remató brillantemente y de primeras un centro de Darmian que sacudió el palo izquierdo mientras el portero suizo no podía hacer más que mirar.

Tras el error de Lautaro comenzaron los aciertos: primero Hofmann, que definió con un disparo quirúrgico ante Handanovic tras la asistencia de Pléa de tacón. Kuipers revisó y revisó la jugada (hasta cinco minutos) y el VAR lo vio, tras analizarlo tranquilamente, claro. Un 1-2 que daba alas al Monchengladbach pero que duraría muy poquito. Fue Lukaku, otra vez, quien sometió a los alemanes aprovechando un córner que acabaría cayendo al segundo palo. El belga se adelantó a Elvedi y empujó la pelota para salvar un punto casi en el descuento, aunque un lanzamiento de falta de Kolarov ya en el 95 pudo convertirse en el 3-2.

Foto: Marca

El Gladbach golea y agrava los problemas del Bayern

MARCA.- EBorussia agravó los problemas del Bayern Múnich al imponerse a los bávaros por 0-3 en la Allianz Arena de Múnich, en un partido en que los dirigidos por Niko Kovac volvieron a mostrar que pasan por horas bajas.

Ya son cuatro partidos consecutivos sin conocer la victoria -tres en la Bundesliga y uno en la Liga de Campeones- a lo que se han sumado rumores sobre problemas en el vestuario.

El Bayern, que había ganado sus siete primeros partidos oficiales antes de entrar en la actual crisis, se mostró inseguro y falto de ideas y el Gladbach no perdonó y, de paso, saltó a la segunda posición de la Bundesliga, con tres puntos menos que el líder Borussia Dortmund.

El Bayern ahora es quinto a cuatro puntos del líder y la semana se espera complicada.

El Gladbach marcó con su primera llegada a puerta, con un remate raso desde fuera del área del francés Alassan Plea en el minuto 10, lo que pareció aumentar las inseguridades del Bayern que, aunque tenía la pelota, no lograba la fórmula para generar jugadas de peligro.

Lars Stind aumentó la cuenta en el 16 en una jugada que se inició con una pérdida de balón de Thiago Alcántara cerca del área ante Jonas Hoffmann que le metió un pase al área a Stindl para que marcara.

Con dos llegadas y dos goles, el Gladbach tenía una efectividad del 100 por ciento mientras que el Bayern se hundía en una posesión de balón estéril.

Los balones al área solían ser ganados por los defensas del Gladbach. Por las bandas había poco desborde y, por el centro, los caminos para el Bayern estaban cerrados por la defensa contraria.

El Bayern se fue al descanso tras haber generado sólo dos ocasiones, un centro de David Alaba desde la izquierda que se le cayó a Robben que remató desde una posición incómoda en el 32 y otra de Robert Lewandowski, en el 35 a pase de Leon Goretzka.

El juego del Bayern era lento, sin cambios de ritmo que pudieran sorprender al contrario y sin suficiente profundidad y lleno de pases que no llegaban a su destino.

Kovac quiso potenciar el juego por las bandas con el ingreso de Franck Ribery y Serge Gnabry por Thomas Müller y Arjen Robben y haciendo que James Rodríguez, que estuvo en el campo los noventa minutos, pasara al centro.

Los frutos fueron escasos y el Gladbach siguió teniendo el control del compromiso. La salida de David Alaba por lesión complicó aún más las cosas

Al final, en el 87, llegó el tercer gol, marcado por Patrick Hermmann tras rematar de volea un saque de esquina dentro del área.

Foto cortesía: MARCA.