La Champions League definió los cruces de cuartos de final

ESPN.- Quedaron definidos los cuartos de final de la UEFA Champions League donde serán ocho equipos los que buscarán la gloria de Europa y el máximo torneo de clubes del mundo. El campeón defensor, el Bayern Múnich, tendrá la titánica labor de refrendar su título y demostrar que continúa en buen momento después del sextete que ganó la campaña anterior.

El torneo, realizado en Nyon, Suiza, arrojó los choques de cada llave donde el primer duelo será entre el Manchester City y el Borussia Dortmund. En segunda instancia, el Porto se medirá ante el Chelsea; la tercera llave será el Bayern Múnich contra el PSG y, finalmente, el Real Madrid se medirá ante el Liverpool.


Los juegos de ida de los cuartos de final serán el 6 y 7 de abril para que el 13 y 14 del mismo mes se jueguen los duelos de vuelta y queden definidos los semifinalistas, mismos que chocarán de la siguiente manera, el ganador del Bayern Múnich-PSG contra el ganador del Manchester City-Borussia Dortmund, mientras que el ganador del Real Madrid-Liverpool ante el ganador del Porto-Chelsea.

Las semifinales de ida serán el 27 y 28 de abril, mientras que la vuelta se jugará el 4 y 5 de mayor para darle paso a la gran final el 29 de mayo en el Estadio Olímpico de Atatürk en Estambul, Turquía.

Foto: UEFA

 

El Madrid superó sin sobresaltos a la Atalanta

Real Madrid

AS.- Habrá que acostumbrarse a esto. Aquel equipo explosivo de la trilogía europea de Zidane ha derivado en un artificiero que se gana la vida desactivando al adversario. Quién sabe para cuánto le dará en la Champions, pero resultó suficiente ante el Atalanta, que tuvo menos cascabeles de lo que se anunciaba en el cartel. Presionó bien, no se escondió, tuvo entereza, pero hace falta algo más para subir al altar mayor del fútbol. Lo que tiene el Madrid, que fue de poco a mucho hasta autoconvencerse que en Europa tiene un porvenir. La noche ayudó mucho a Vinicius, que recuperó su versión diabólica.

Resumen del partido

Desde la óptica de Zidane había poco que decidir. El Madrid ultracampeón morirá sin testamento. Así que mientras los cuerpos aguanten (y aguantan), el francés seguirá con su aprovechadísimo grupo de treintañeros venidos a más. Y sin Hazard, que lleva año y medio sin soltar las muletas. El puesto que deja libre es el que va y viene. A Zidane le gustaría creer en Asensio, el más dotado, pero ya no encuentra argumentos. A Rodrygo le ve para el otro costado. Y acaba por tirar de Vinicius, un proyecto de genio inconcluso. Le cuesta el gol, le cuesta el último pase, le cuesta jugar en la derecha, le cuesta coger oficio, pero tiene ese algo que tanto gusta en el Madrid: el presentimiento de que con él siempre pasará algo (no siempre bueno). Butragueño, hace 40 años, ya cultivó el género

Así que el Madrid afrontó el duelo con los clásicos y tres centrales, sospechando que se le vendría encima esa bendita locura del Atalanta, esa presión salvaje y al hombre hasta con siete jugadores en la salida de la pelota, esos laterales intrusivos y un ataque más moderado de lo acostumbrado (Gasperini dejó a medias la cumbia al no alinear de salida a Duván Zapata). El Atalanta no es una pareja cómoda, porque le falta sangre azul y en una competición tan endogámica como la Champions cuela que te eche uno de tu especie (de Juventus para arriba) y avergüenza que lo haga uno de otra. Se defiende mejor morir a manos de un patricio que de un plebeyo.

Un Atalanta sin remate

Al equipo de Gasperini, cuartofinalista el año pasado, de cordero no le queda ni la piel. Menos si llega en desventaja. Su salida fue expansiva, invadiendo el campo del Madrid, metiéndole marcha. Juega a todo o nada: si aguanta su primera línea de presión, agobia; si el rival la supera, peligra. Aplica su plan con sol y con sombra, en Bérgamo o lejos, ante grandes y pequeños.

Pero el Madrid salió lo suficientemente advertido de que es tan peligroso el escorpión como el tigre. Los tres centrales le protegieron bien, aunque, con muchos puntos ciegos en la salida, se vio abocado a jugar en largo demasiadas veces, y ni Benzema ni Vinicius nacieron para ganar disputas aéreas. A los tres minutos Muriel puso a Gosens ante Courtois. Al zurdo le cayó la pelota en la derecha. Dios dio pan a quien no tiene dientes. Eso salvó al Madrid.

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El equipo de Gasperini, luego, amagó mucho y dio poco. Incomodó al Madrid, procuró encerrarle, pero no llegó con verdadero peligro durante muchos minutos. Tampoco el equipo de Zidane, que se columpiaba en el gol de Mendy en Bérgamo. Todo obedecía a la ausencia de Casemiro. No hay otro como él, no es de fiar Kroos en el quite y con un tercer central se aseguraba Zidane siempre un plan B a espaldas del alemán. Eso sí, a costa de quedarse muy corto en campo contrario.

Modric, Benzema y Vinicius

Cerca de la media hora asomó la primera combinación entre Vinicius y Benzema, que empiezan a entenderse. El remate del brasileño, con Sportiello vencido, se estrelló en Djimsiti. Esa es la gran ventaja del francés: un nueve que flota fuera del área. Siempre fue de sobresaliente en todo menos en aritmética (hasta que se fue Cristiano) y, según qué cursos, en aplicación. Para entonces el Atalanta ya había recogido cable. Las baterías no son eternas. Y además, Sportiello, acabó por liarla. Un mal despeje suyo lo cazó Modric, que andaba en la emboscada, y le sopló el gol a Benzema. El buque insignia de la presión muriendo de presión ajena. El croata lo puso casi todo. Es admirable que un futbolista que podría vivir cómodamente de su habilidad no se niegue el esfuerzo. Nunca un Balón de Oro premió tantas virtudes.

Ese gol enterró al Atalanta y resucitó a Vinicius. Gasperini metió lo que le quedaba (Zapata, Ilicic…) cuando al equipo ya no le quedaban ni ánimo ni energía. Y en ese último impulso por sobrevivir dejó mucho espacio a Vinicius. En seis minutos, el brasileño se marcó una carrera de 80 metros, acelerando, fintando y limpiando defensas. Se intuía un gol de colección y le perdió el toque final. Nada que no hayamos visto antes. Pero repitió casi de inmediato y esta vez Toloino le permitió ni equivocarse. Le zancadilleó sobre la línea del área y Ramos convirtió el penalti. Fue el último servicio del capitán, que se reservó para lo que esté por llegar. Con el Madrid en su salsa, Benzema estrelló un cabezazo en Sportiello y otro en el palo. Aquello ya iba para goleada. Y entonces Zidane quitó a Vinicius y se acabó la fiesta. Courtois hizo dos buenas paradas, se tragó una falta de Muriel y Asensio marcó en la primera pelota que tocaba. También a él puede despertarle Europa.

Foto: AS

Benzema mantiene vivo al Real Madrid ante el Atlético

Marca.- Karim Benzema evitó la eliminación del Real Madrid en LaLiga. Una jugada tejida junto a Casemiro y Lucas, los tres mejores futbolistas blancos del derbi, anuló la ventaja de un Atlético que trabajó la victoria durante 70 minutos, y que perdonó la sentencia con reiteración y alevosía. Fue superior, tuvo más y mejores opciones, pero en el arreón final del Madrid flaqueó la confianza. Hay Liga.

Como es lógico, al Atlético le cayó el empate como un tiro. Marcó pronto con los dos hombres más temidos por los blancos, Llorente y Suárez (Joao fue suplente, asunto también relevante), y perdonó un puñado de ocasiones claras generadas por mayor calidad y ritmo. Pero no remató, y no sirvió el repliegue intensivo al final. El empate, además, restó trascendencia a la polémica mano de Felipe, no pitada por Hernández Hernández tras revisarla el VAR. Motivos para la queja tienen todos. Los que vieron acierto y los que vieron error. Ya no sabe uno a qué carta quedarse.

Resumen del juego

El Atlético no esperó. La alineación del Cholo presumía un equipo versátil, capaz de lanzarse con carrileros o pararse con cuatro atrás según conviniera. Esa apuesta supuso el sacrificio de Joao Félix de salida, ¿y saben qué? Pocos se acordaron de él durante el primer tiempo. Porque el Atlético presionó, mandó, invitó al Madrid a dominar para descubrirse y amenazó siempre con más fundamento que su rival. La presión alta de salida dio resultado al cuarto de hora, en un desajuste blanco aprovechado por Llorente. Se lanzó Mendy al extremo, amarcelado, dejó un páramo a su espalda y Marcos detectó el espacio. Sorteó la entrada de Nacho y lanzó la contra. Aguantó el desmarque de Suárez, que caminó por el alambre del fuera de juego hasta recibir el pase, perfilarse contra natura y meter el exterior, precioso, para superar la salida de Courtois.

Llorente y Suárez son dos piezas que no puso de salida el Real Madrid. Ni el centrocampista potente y llegador ni el ariete profesional y venenoso. No los tiene. Sobre todo gol. Zidane eligió salir con extremos, Asensio y Rodrygo, y aportaron poquísimo. Ni uno ni otro desbordaron, y no compensó el trabajo defnsivo que aportaron. Se jugó a lo que quiso el Atlético, que replegó tras el tanto y respiró sin la bola para preparar la contra. Brilló Lemar, con pelota y en la recuperación, y Koke en el manejo. Comandante en jefe de los ejércitos atléticos.

Los blancos ensayaron desde lejos para disolver la acumulación de defensores rojiblancos. Probó Casemiro, obligando a intervenir a Oblak, y trató de llegar por los costados. Ahí, en un córner desde la izquierda del ataque madridista, llegó la mano de Felipe que Hernández Hernández revisó en el VAR. Conste que era poca cosa para cobrar pena máxima, pero no tienen suerte los blancos con el árbitro canario, que juzgó como lance fortuito lo que otras tardes acabó en penalti. Como Negredo ante la Real.

El segundo acto agrandó las diferencias. Carrasco aprovechó el perfil de Lucas, que bastante hace como lateral, y pudo firmar la sentencia. Error de Varane, servicio inteligente de Suárez y gran parada de Courtois, gigante en el mano a mano. Llorente voleó el rechace junto al larguero. El meta belga tapó otra casi seguida de Suárez, y Correa pudo volear una ocasión clamorosa, solo en el área. Sí, el Madrid iba perdiendo, y en su intento de alcanzar la igualada se destapó atrás.

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Los cambios fueron obligados. Entraron Valverde y Vinícius, que agilizaron el ataque blanco. Menos esperados fueron los relevos del Cholo, especialmente con los hombres retirados: Carrasco y Lemar. Dos tormentos para los blancos, aunque justos de oxígeno. Saúl aportó equilibrio. El caso es que el partido estaba vivo y abierto, expuesto a cualquier falta, centro lateral, error… Y sí, pudo llegar el empate en una concesión de Correa, espeso en el tramo final. Se escapó Vinícius, sirvió un balón extraordinario a Benzema que remató de primeras y Oblak contestó con un milagro. No sólo eso. El esloveno se rehizo, acudió al palo derecho y llegó a tiempo de tapar el segundo tiro a quemarropa de Karim.

Esa oportunidad descubrió la flaqueza rojiblanca en el tramo final. Aunque entró Kondogbia por Correa, el Atlético ya no parecía de granito, y tampoco amenazaba en ataque. A falta de dos minutos, Lucas controló en la derecha, cedió a Benzema para que descubriera el desmarque de ruptura de Casemiro, le metió la bola y el brasileño destapó toda su finura. Amagó el tiro, cedió atrás y Karim anotó a puerta vacía. Un empate trabajado, sin duda, especialmente en el tramo final, y que deja la Liga abierta de par en par. Porque quien ganó en el Metropolitano fue el Barça, que ya echa el aliento a los rivales madrileños.

Foto: Reuters

Real Madrid venció a la Atalanta y se adelantó en el global

Prensa Real Madrid.- Sonó de nuevo el himno de la Champions y cuando eso sucede la exigencia es máxima. Así fue el encuentro de ida de los octavos de final para el Real Madrid, que tuvo que emplearse a fondo para ganar al Atalanta en el estadio de Bérgamo. El equipo consiguió su objetivo gracias a un gol de Mendy a cinco minutos para el final con el que supera la primera piedra en el camino hacia los cuartos de la máxima competición continental.

Los italianos comenzaron el encuentro con una presión asfixiante y en los primeros cinco minutos dos centros se pasearon por el área de Courtois. Los de Zidane movían el balón de un lado a otro para calmar el ritmo y así encontraron los espacios. Vini Jr. se topó con el portero en un balón largo de Isco en el que Gollini dejó la plancha en el muslo del brasileño. En el minuto 17’, el árbitro expulsó a Freuler por derribar a Mendy cuando enfilaba la portería del Atalanta.

No iba a ser la única mala noticia para el conjunto local, que a la media hora vio cómo se lesionaba Duván Zapata, que fue sustituido por Pašalić. Entonces llegaron las ocasiones más claras para los madridistas. Isco y Vini Jr. pudieron abrir el marcador en el 37’ y en el 38’, respectivamente, pero sus disparos se marcharon a córner, mientras que Asensio cabeceó a las manos del portero un buen centro de Modrić. Pero la más clara fue para Casemiro, que remató en el área pequeña una falta botada por Kroos. La conexión entre ambos no terminó tan bien como en Valladolid.

En la segunda mitad continuó la buena circulación del balón de los de Zidane, que poco a poco fueron metiendo en su área al Atalanta. Un remate de Modrić con el exterior salió lamiendo el palo tras tocar en un defensa y después entró Mariano (57’) para seguir buscando el gol. El Madrid también lo intentó de libre directo por medio de Asensio, pero Gollini detuvo su disparo.

Recompensa

El equipo no se rendía y a 15 minutos para el final entraron Arribas y Hugo Duro. El delantero lo intentó desde la frontal con un disparo seco que se estrelló en la defensa. El conjunto italiano terminó encerrado atrás ante el empuje del Madrid, cuyo esfuerzo tuvo su recompensa en el 86’. Saque de esquina en corto de Kroos para Modrić, que se la cedió a Mendy, y desde la frontal y con la derecha, el francés marcó un gran gol que rubrica una gran victoria. Real Madrid y Atalanta se citan para resolver la eliminatoria el 16 de marzo en el Di Stéfano.

Foto: Prensa Real Madrid

El Madrid superó al Getafe con lo justo

AS.- Primer apunte: la mitad del Madrid es mucho mejor que todo el Getafe. Segundo: Marcelo, con tres centrales, aún está en buen uso. Tercero: no hay peligro de cantericidio por darle cancha a los jóvenes. Esas conclusiones quedaron en un partido en el que el equipo de Zidane se dio por aludido con el empate del Celta en el Wanda y tejió con paciencia e inteligencia su victoria. Este largometraje tuvo menos suspense de lo habitual por su trabajo y por el derrumbe del Getafe, hace tiempo dentista y hoy sin dientes.

Hubo un tiempo no tan lejano en que Isco fue alguien en la Selección. Y en el Madrid llegó sentar a Bale, esa cepa británica que mutó a inofensiva demasiado pronto, cuando Zidane aún se atrevía a hablar de innegociables. Ahora es farolillo rojo. Con nueve ausentes y Odegaard en Londres, Zidane le puso por delante a Marvin, como le había puesto por delante a Arribas ante el Mönchengladbach o el Levante. Su suplencia de este martes le cuelga el cartel de caso perdido. Y es que para evitarle tuvo que dar un paso más en su reciente papel de arreglista: Mendy de central izquierdo en una línea de tres con Nacho y Varane; Marcelo, de carrilero; Modric, de pivote, Asensio, de mediapunta… Una sacudida en toda regla.

El Getafe, en cambio, regresó a su vieja fórmula, ese 4-4-2 que tanto molestaba al de enfrente. Su partido es que el rival no tenga partido. Y ahí sobraban Kubo y Aleñá. Así que el Getafe se volvió clásico sin conseguirlo. No le va hacerse el simpático; presiona, incordia, aburre y en sus buenos días mata con dos buenos puntas. Esta vez ni eso. Ese plan ha pinchado ante los grandes porque para escapar de él se necesitan futbolistas de un pie muy fino y entre los equipos alfa abundan. Y tampoco ha colado esta temporada ante otros de menor tamaño porque falla el segundo acto: meter goles.

La conclusión es que ni Madrid ni Getafe están a la altura de sus mejores días. El equipo de Zidane huye de los espacios, se repite en el juego al pie, no le da marcha a los partidos. Queda la sensación de que está demasiado visto, de que a este ritmo su recorrido será corto. Así que pone casi todo el foco en el balón parado. Ahí encontró sus dos primeras oportunidades: una pelota perdida en el área de esas que siempre buscan a Casemiro y un cabezazo de Benzema en un córner. El brasileño desaprovechó su magnetismo en la zona con un disparo a la décima fila de asientos y el francés topó con el larguero, del que se ha hecho íntimo enemigo.

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Y mientras, el Getafe, de salida, incumplió sus dos grandes mandamientos: robar muy arriba y hacer de la segunda jugada su primera jugada. Pero sumando las imperfecciones de uno y otro estuvo muy por encima el Madrid. Marcelo, con gente a su espalda, vive más tranquilo y se suelta. Y Modric no está investigado en el proceso: sigue jugando como cuando levantó el Balón de Oro. También él tuvo el gol, en un remate sin oposición desde el borde del área que rechazó, en postura estrafalaria, David Soria con una rodilla.

A otros no les fue tan bien en la primera parte. Vinicius es tigre enjaulado, Benzema resulta demasiado esporádico y Asensio baja a menudo el volumen en muchas fases del partido.

El Getafe no pasó de bachear el encuentro en campo propio sin la agresividad de otros tiempos, se sintió extraño ante el cambio de dibujo del Madrid y no tuvo ninguna presencia ante Courtois en los primeros 45 minutos. Fue un equipo resistente en el peor sentido del término: ultradefensivo y sin respuesta.

El descanso cambió el clima (llovió con ganas) pero no el paisaje. El Madrid siguió encogiendo al Getafe y perdiendo ocasiones. La primera de Benzema, cuyo remate sin oposición sacó con mano rápida David Soria. Así, al equipo de Zidane no le convenía al resultado ni al de Bordalás la dinámica. El Getafe cargó munición con Kubo, Aleña y Mata, sus dos fichajes de invierno y su nueve de gala. El Madrid cambió canterano por canterano, Arribas por Marvin, que no son lo mismo. Isco lo contempló con el cuerpo y la moral congelados en la grada. Más fantasía, menos velocidad y un papel nuevo para Vinicius: carrilero derecho. Una decisión de riesgo máximo con un buen principio. El primer centro del brasileño desde su nueva finca lo mandó a la red Benzema con la cabeza, la mejor arma ahora mismo de un compositor concienciado como rematador. El chollo que se prometía Cucurella acababa siendo la llave maestra del Madrid.

Aún quedaban por ver más fenómenos paranormales. Arribas, que lo primero que hizo en su debut europeo fue tirarle un caño a un defensa del Gladbach, abrió a Marcelo en la izquierda y su centro al primer palo lo remató como un ariete… ¡Mendy! Extrañan ya pocas cosas en un equipo tan golpeado por las lesiones que ha tenido cinco laterales en poco más de cuatro meses. Sólo entonces, con el partido archivado, entró Isco. Sus días parecen contados. Tiene sólo 28 años y su magia blanca se ha vuelto negra.

Foto: Reuters

El Madrid se sacudió y volvió a la victoria

AS.- Difícilmente se encontrará en el fútbol un índice de supervivencia más alto que el de Zidane. Su Madrid va y viene. Pero casi siempre vuelve. Sucedió en Mendizorroza, con algunos apuntes optimistas: Benzema vuelve a estar armado, Modric y Kroos explotan su veteranía, Militao se ofreció como aprovechable y Hazard dio sus primeros pasos en ese viaje de jugador de compañía a jugador motriz. El mensaje que mandó el equipo es que sigue en carrera. El Alavés defendió mal al principio y aquello ya no tuvo remedio.

Descontados los confinados, los condenados, los deprimidos y los fugados, quedan en el Madrid los de Vitoria. No está claro si fue antes el huevo o la gallina, si media plantilla se desconectó por no jugar o dejó de jugar porque se desconectó, pero lo cierto es que Zidane se ha quedado con doce (los de Mendizorroza, menos Militao, más Ramos y Carvajal). El oprobio de Alcoy vino a reafirmarle. Y el partido de Mendizorroza aún más.

Aunque el asunto no comenzó por ahí. Porque Bettoni, desde su marrón provisional, contempló una salida enérgica del Alavés, que soplaba en familia las velas de sus cien primeros años. ‘Alta la frente’, fue el himno compuesto para la ocasión por el navarro Izal. Un himno que habla de esfuerzo, sudor, bravura, memoria y honor. Eso quiso ser el Alavés y no le alcanzó.

Un minuto de gloria

Intimidó al Madrid de salida en su presión e incluso tuvo dos buenas ocasiones. Un cabezazo de Joselu, que remata hasta los satélites, y un disparo franco de Martín. Un esfuerzo notable y una puesta en escena muy digna arruinada por un minuto de gloria del Madrid. Benzema se traspapeló dos veces y estrelló dos remates claros contra Pacheco y el palo, pero en el córner en que derivó el tumulto, Casemiro metió su cabeza por encima de la de Lejeune en envío preciso de Kroos y puso por delante a los blancos. En pegada, el glorioso sigue siendo el Madrid.

Aquello le bajó el volumen al Centenario y al Alavés y templó al Madrid. O a una parte significativa del Madrid. Militao se creció con sus primeros aciertos y demostró que sus condiciones están por encima de su rendimiento. Mendy dejó en evidencia a Ximo Navarro y, por el mismo precio, a Hazard en su banda. El atrevido debía ser el belga y lo fue el francés. Casemiro puso la ética y Kroos y Modric, la estética. Lucas Vázquez le dio aire a su banda. Y el Madrid empezó a pasárselo bien, que ya es decir en el trance que le ocupa.

Mendy perdió un gol por exceso de generosidad y Hazard otro por falta de efecto en su remate colocado. A la tercera no hubo misericordia, Asensio mandó su pase al borde del área, Hazard dejó pasar la pelota con el tercer ojo, el de la intuición, y Benzema controló y cruzó la pelota a la escuadra. Un supergol previo a otro supergol. Kroos hizo una exhibición de centrocampismo. Presionó, robó y dirigió un gran pase a Hazard, que resolvió con oficio. En contra de la costumbre, un Madrid mandón completaba la obra a buena hora.

Era imposible

Al Alavés sólo le quedaba ya una épica imposible. Así que Abelardo echó el resto (Manu García, Borja Sainz, Lucas Pérez…) y ordenó una presión a todo o nada, más suicida que atrevida, y por momentos al borde del reglamento.

Pero aquel arrebato le llevó a un gol de catálogo: a balón parado (así ha macado el 50% de los tantos el Alavés) y en cabezazo de Joselu. Y así, a la desesperada, sacó al Madrid de su zona de confort. Contribuyó al cambio de viento que el grupo de Bettoni había dado carpetazo al pleito antes de tiempo.

Cuando el asunto se enredó, Zidane retiró a Hazard desde su control remoto, aunque el belga estaba firmando su mejor partido en meses. Y Benzema le puso fin al suspense sin ayuda de nadie: recibió en la izquierda con un control estupendo, fue buscando la rendija y la encontró. Alta joyería, como acostumbra. Y ahí encontró Zidane, vía móvil, ocasión para darle actividad a algunos de los de nunca: Isco y Odriozola. Ese ha sido también parte del problema. Su rehabilitación pasaba por minutos en partidos muertos y el Madrid ha matado muchos demasiado tarde.

Foto: AFP

Real Madrid sufrió y cayó eliminado de Copa del Rey

Marca.- El Real Madrid vivió una noche negra. El Alcoyano entra en la historia del Madrid como antes lo hicieron el Alcorcón o el Toledo, colocando al conjunto blanco en una crisis indiscutible. La noche mágica del meta José Juan, el esfuerzo del bloque y el acierto indiscutible en los momentos decisivos dieron una victoria con resonancia en todo el planeta fútbol, por su hazaña y por las consecuencias que pueda tener. La impotencia y la falta de reacción del equipo de Zidane pone a

El Real Madrid compareció en El Collao, el depósito nacional de la moral futbolera, repleto de incógnitas en el juego -los resultados lo demuestran- y en el vestuario – la inminente salida de Odegaard y la de Jovic pone en cuestión el manejo de Zidane con las promesas blancas-. Así que el técnico francés dio orden de no especular en Alcoy, presentando un once con más habituales de los esperados. A pesar de la rotación masiva en defensa, en parte obligada por las lesiones de Carvajal y Ramos, mantuvo a Casemiro y Lucas Vázquez en la alineación. Son hombres de su confianza, se lo han ganado. Y hay que reconocer que lo justifican en cualquier campo. En el barro y en los estadios cinco estrellas.

Así que mandó el Madrid de salida, moviendo bien la pelota y llegando con soltura. Valverde probó a José Juan y el meta respondió con una parada notable, junto al palo. Militao entregó un cabezazo a las manos del portero, poco antes del cuarto de hora, y no hubo mucho más en el área porque el Alcoyano comenzó a sentirse cómodo sin la pelota. Bien colocado, el equipo alicantino juntó las líneas en su parcela y comenzó a aburrir al Madrid.

Al Alcoyano le convenía el pestiño. Con un poco de suerte, los blancos se desconectaban y permitían un resultado apretado. A punto estuvo de hacer diana el equipo de Parras en la primera ocasión, un centro desde la deerecha que Mourad cabeceó potente. El debutante Lunin sacó con eficacia, aunque la jugada se anulase por fuera de juego. La amenaza era real.

El plan local estuvo a punto de conquistar el descanso con tablas. En poco más de dos años como madridista, Eder Militao sólo había aparecido en naufragios, y ya le tocaba alguna alegría. El brasileño firmó el 0-1 con un cabezazo impecable y cercano. Remachó un centro de Marcelo tras asociarse con Isco, los dos de la vieja guardia que aspiran a volver. A poco que ofrezcan, Zidane les abre la puerta. Son de los suyos. Y punto.

El tanto adormeció el partido. El Madrid cerró la puerta y se dedicó a evitar sustos. Nada que reoprochar en cuanto a actitud y sacrificio. Algo más en cuanto a fútbol. Un par de disparos lejanos, Mariano y Lucas, y pare usted de contar. Movió el banquillo Vicente Parras, tres cambios de una tacada, en busca de más verticalidad y llegada. El triángulo central blanco (Militao, Casemiro y Víctor Chust) no concedía nada, pero tampoco el Madrid mataba el partido. Mariano vio una tarjeta y Benzema empezó a calentar. No tuvo muchos más minutos el canterano, que se fue al banquillo rumiando la frustración.

La entrada de Karim no arregló nada. Es más, al Madrid se le torció la noche de mala manera. Los equipos de Segunda B están acostumbrados a convertir un córner en un tesoro. Dos consecutivos, ejecutados con veneno por Juli, desembocaron en el empate. El primero lo sacó Lunin de puños, El segundo encontró a Solbes solo en el segundo palo, desatendido por Vinícius.

El panorama espabiló al Madrid, que al menos intentó evitar la prórroga con algo de intención. Una falta lateral botada por Isco no pudo ser remachada por Benzema, y el balón muerto en el área llegó a Militao, que trató de rematar de espaldas. Ángel llegó tarde y chutó sobre el gemelo del brasileño. Sánchez Martínez se equivocó al interpretar la jugada. Con VAR, se habría señalado un penalti clamoroso. O no, vaya usted a saber. El caso es que la prórroga fue inevitable, condenando el conformismo blanco.

Asensio fue la respuesta inmediata en la prórroga. Hazard y Kroos a calentar. Mérito indiscutible del Alcoyano, zarandeando al gigante blanco. Con un punto físico por encima, los futbolistas blanquiazules se vieron ante la ocasión de sus vidas. Especialmente en acciones a balón parado. Lunin tuvo que blocar un cabezazo cercano a la salida de un córner. Entraron el 7 y el 8, pero la noche era un drama. Antes del descanso de la prórroga, Benzema se lastimó.

La épica acompañó al Alcoyano. De un lado, la prodigiosa actuación de José Juan, que evitó los tantos de Lucas, Asensio o Marcelo. Por otro, el bloque, organizándose tras la expulsión de Ramón. Capeó primero los arreones blancos. Y después elaboró un jugadón monumental en una contra por banda izquierda que Diakité sirvió al área chica para que Juanan remachara a la red. Histórico.

Los últimos minutos retrataron a un Madrid impotente. Con sus mejores hombres sobre el césped, lo intentó con corazón, sin juego. El pitido final de Sánchez Martínez certificó la catástrofe blanca. Ni el penalti al limbo sirve de coartada. En El Collao, el Madrid tocó fondo.

Real Madrid cayó en semifinales ante Athletic Club

Prensa Athletic Club.-  El Athletic Club se ha clasificado para la final de la Supercopa, cuyo tercer título buscará el próximo domingo a las 21 horas en La Cartuja ante el Fútbol Club Barcelona. Lo ha hecho derrotando con ley por 1-2 al Real Madrid en La Rosaleda gracias a un doblete de Raúl García. La gran primera parte bastó a los leones para superar la semifinal, en la que hubo que saber sufrir en el tramo decisivo. Primer gran éxito de Marcelino García Toral, aprovechando la clasificación para este torneo de Gaizka Garitano y su grupo la temporada anterior.

Tras un comienzo en el que a los leones les costó sacarse al Madrid de encima, el Athletic empezó a carburar con una presión adelantada liderada por un agresivo Dani García. Un robo del de Zumarraga posibilitó el 0-1 en el minuto 18, cuando habilitó un pase a Raúl García, que batió a Courtois con gran serenidad. El navarro, que tenía ganas de vengarse de su temprana expulsión en Valdebebas, sacó un máster a tiempo. Lo hizo todo bien.

De hecho, el propio Raúl sacó un zurdazo fuera desde lejos. El Athletic apenas era inquietado más que en alguna invención de Asensio. No se metía atrás y premio de ello, cazó el 0-2 a la salida de un córner. Fue en el minuto 36, cuando Capa encontró a Iñigo Martínez al segundo palo y el central fue derribado por Lucas Vázquez. Raúl García lo lanzó magistralmente y puso a los leones con dos tantos de ventaja al descanso. Quedaba un mundo, pero al Athletic se le veía sereno.

Quedaba un mundo. Los rojiblancos tuvieron el 0-3 en un cabezazo de Muniain a centro de Capa. Empezó a meter miedo Asensio con dos zarpazos a la madera. Llegó en el minuto 72, con mucho por delante, el 1-2. Un gol de Benzema que sólo fue validado tras ser revisado por el VAR. Villalibre tuvo el 1-3, pero lo sacó Courtois con una mano prodigiosa, a Benzema le anularon un gol claro y hubo que sufrir hasta el último instante por una acción revisada en el área rojiblanca que nadie sabía por qué. Los tres pitidos finales supieron a gloria: el Athletic ha eliminado al campeón de Liga y Supercopa de la pasada campaña. Derecho para soñar.

Foto: Depor

Luka Jovic vuelve al Eintracht Frankfurt

AS.- Ya es oficial: Luka Jovic vuelve al Eintracht de Frankfurt. El propio equipo alemán lo ha confirmado a través de las redes sociales. Poco después, el Real Madrid emitía un comunicado oficial. Se trata de una cesión para los próximos seis meses, por lo que, si todo marcha según lo previsto, volvería en verano para la pretemporada. El pasado miércoles se cerraron los últimos detalles, pasó el reconocimiento médico y se firmó el acuerdo.

Fredi Bobic, director deportivo del Eintracht, explicó el fichaje a través de un comunicado oficial publicado por el club: “Luka no lo tuvo nada fácil en Madrid últimamente. Para él, es importante volver a entrar en la buena dinámica. Volver al Eintracht fue su gran deseo. Puede aprovechar los próximos meses en un entorno familiar para recuperar su nivel. En el Real Madrid saben que le cuidaremos para que siga evolucionando. Y nosotros somos conscientes de que ganamos una excelente opción más en ataque“. Recibirá el dorsal 9 y no tendrá que ingresar en cuarentena al haber pasado la COVID ya.

A sus 23 años, la progresión de Jovic se había estancado. Desde su llegada al Real Madrid en junio de 2019 no se ha podido ver su mejor versión, la que sorprendió a toda Europa cuando jugaba en Alemania. Se desembolsaron 60 millones en su fichaje y, aunque todavía se confía en que pueda triunfar de blanco, el club cree que le vendrá bien desfogarse y recuperar sensaciones en un sitio que conoce y donde estará cómodo. Esta temporada solo ha jugado 208 minutos en los que no ha marcado.

Su primer paso por el Santiado Bernabéu ha estado marcado por las lesiones y la polémica. Jovic se ha perdido 17 partidos por problemas físicos. Además, algunos hechos extradeportivos como haber viajado a Serbia durante el confinamiento o haber sido cazado en una barbacoa saltándose las normas anti-coronavirus le han perjudicado tanto ante la afición como en su propia confianza.

Otro aspecto clave es que en los próximos meses sea capaz de subir su valor de mercado, que se ha desplomado. Cuando llegó a Madrid, costaba 60 millones de euros según la web especializada Transfermarkt. Sin embargo, su poco protagonismo y bajo rendimiento han provocado que, en apenas una temporada y media, su valor sea de 20 millones.

Se trata de un problema para Zinedine Zidane, que afrontará lo que queda de curso con sólo dos delanteros: Benzema y Mariano. Jovic se quedó ante la imposibilidad de encontrarle una cesión en el pasado mercado, algo que si ha ocurrido en este. Mientras tanto, el Madrid tiene cedido a Borja Mayoral en el Roma. El de Parla era la opción preferida del entrenador como suplente de Karim, pero se vio obligado a salir ante el ovebooking de delanteros.

Foto: Eintracht Frankfurt

Real Madrid inicia el año con victoria ante el Celta de Vigo

Prensa Real Madrid.- El Real Madrid comenzó el año venciendo al Celta en el estadio Alfredo Di Stéfano y dio continuidad a su buen momento de forma. El equipo enlaza ocho partidos invicto, de los que ha ganado siete, y es líder provisional de la Liga. La conexión entre Lucas Vázquez y Asensio fue determinante para lograr el triunfo. Los dos marcaron y los dos se asistieron mutuamente.

El encuentro comenzó con mucho ritmo y en unos segundos se pasó de un posible 0-1 al 1-0. A los cinco minutos, Aspas superó a Courtois en el mano a mano, pero apareció Nacho para evitar el gol casi sobre la línea. Ese despeje dio inicio a un rápido y preciso contragolpe en el que Asensio envió un centro milimétrico a Lucas Vázquez, que marcó de cabeza en el segundo palo.

Ocasiones
El Celta intentó reaccionar a través de la posesión del balón, pero apenas creó peligro en el área rival salvo un centro de Denis Suárez en el 30’ que golpeó en Santi Mina y no encontró portería por muy poco. Sin embargo, y ya al filo del descanso, pudo llegar el segundo gol madridista en una volea de Carvajal desde la frontal que se marchó a centímetros de la portería visitante.

Mismo guion tras el paso por los vestuarios, hasta que todo cambió en el 53’. Modrić recuperó el balón en la medular, Casemiro se lo entregó a Lucas Vázquez y éste asistió a Asensio, que definió a la perfección con la zurda para firmar el 2-0. Incluso pudo llegar el tercero 11 minutos después. Pase entre líneas de Kroos y el remate de Benzema con la zurda se marchó cruzado.

Imbatido
De ahí hasta el final, el Real Madrid supo controlar el partido y apenas se vieron jugadas de peligro. Ya en el 90’ pudo marcar Benzema en un disparo que se marchó elevado y en el añadido la tuvo Baeza para recortar distancias, pero se encontró con un inconmensurable Nacho. El equipo termina imbatido y ya piensa en el próximo partido de Liga. Será el sábado 9 frente a Osasuna en Pamplona.

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