Tony Cittadino (Mallorca).- El ex DT de la Vinotinto, Richard Páez, ofreció este sábado un balance sobre los avances de la primera semana de las conversaciones del Movimiento Venezuela Vinotinto (MVV) con la Junta Interventora de la FIFA, que busca reorganizar y normalizar la estructura de la Federación Venezolana de Fútbol. De igual forma y en el marco de estas actividades, se realizaron encuentros con las autoridades del IND.
El Movimiento está representado por Roberto Cavallo, Carlos Eduardo Gómez, Tony Carrasco, Carlos Enrique Peña y Richard Páez, mientras que la Junta Interventora está integrada por Laureano González, Gilberto Velazco, Luis Eduardo Fernández, Bernardo Añor y Carlos Terán.
El ex director técnico de la selección nacional explicó una exposición de motivos y objetivos a cumplir, “para garantizar en el año 2021 unos comicios electorales federativos y en las asociaciones de fútbol de los 23 estados y Distrito Capital que sean limpios, justos, transparentes, con equidad, sin discriminación y ajustándose a las modificaciones reglamentarias electorales que la propia FIFA ha solicitado, a cada confederación y respectivas federaciones del fútbol universal”.
La propuesta presentada en la semana constó de cinco puntos, que se definen a continuación.
1) Organización estructural
Realizar una campaña nacional de registro legitimado y federado de los clubes amateurs de fútbol masculino y femenino, de fútbol playa y fútbol sala. Conformar una alianza efectiva de la FVF, con el IND y el Ministerio del Deporte, para registrar todos los clubes amateurs. Paéz aseguró que es necesaria la organización de la FVF que alcance el nivel internacional.
«Para lograr una organización de nivel internacional, es necesaria una campaña nacional de registro de los clubes amateur, masculinos y femeninos, de futbol playa y fútbol sala. Además una alianza con el IND y el Ministerio del Deporte. Los clubes deben estar registrados para ejercer sus deberes y derechos en las elecciones de asociaciones de fútbol». afirmó Páez.
2) Transparencia
Publicar el padrón electoral de los clubes amateurs federados y registrados del fútbol masculino y femenino, de fútbol playa y fútbol sala, con tres meses de anticipación de las elecciones de cada asociación de fútbol de los estados y Distrito Capital.
Publicar el padrón electoral con tres meses de anticipación de los jugadores masculinos y femeninos Sub20, los entrenadores y los árbitros, que ejercerán el derecho al voto en las elecciones estadales y elegirán a cada uno de sus representantes a la Asamblea General que elegirá el próximo directivo de la FVF en el año 2021.
«Debe cumplirse la transparencia y hacer públicos los padrones electorales de los clubes para asegurar. También deben modificarse las normas para que se cumplan las fases electorales». estableció.
3) Democracia participativa, sin discriminación
Garantizar la participación inclusiva, con equidad y sin discriminación de los protagonistas del fútbol venezolano en cualquier cargo, como candidatos a optar al Directorio de la FVF y de las Asociaciones de Fútbol de los estados y Distrito Capital.
«Debe asegurarse la participación de todos los comicios, para garantizar el principio de la no-discriminación. Cualquier persona que hace vida en el fútbol venezolano puede ser candidato».
4) Justicia y equidad
Supervisar y controlar como Comisión Electoral Principal, las elecciones en las Asociaciones de Fútbol estadales y del Distrito Capital y de las Asambleas de los jugadores masculino y femenino Sub20, entrenadores y árbitros y, posteriormente, las del Directorio de la FVF, para evitar que se repitan anomalías observadas en elecciones pasadas.
«Hay que supervisar y controlar las irregularidades que suceden al elegir a los representantes de las asociaciones, sin publicar el padrón electoral. Eso lo debe evitar la Junta».
5) Alternabilidad
Limitar a dos períodos continuos para ejercer cargos similares en el Directorio de la FVF y de las asociaciones de fútbol de Venezuela.
«Creemos que debería limitarse en dos periodos continuos para ejercer cartos similares en el directorio de la federación y de cualquiera de los cargos de las asociaciones de fútbol de venezuela. Con estyo queremos que la federación consiga el rumbo adecuado» cerró Páez.
Tony Cittadino (Mallorca).- El ex director técnico de la selección de fútbol de Venezuela, Richard Páez, dijo no estar satisfecho con los dos primeros juegos de Venezuela en las eliminatorias suramericanas al Mundial Catar 2022. El merideño aseguró que su colega, José Peseiro, dirigió a ciegas por no conocer a los jugadores, consecuencia de no tener el tiempo necesario para entrenarlos.
“Peseiro dirigió estos dos partidos a tientas, a ciegas y a sordas, porque no conoce a nadie y nadie le dio la orientación de decir, profe, haga esto. Ya él después determinará. Pero tenía que tener un técnico venezolano ahí. Es impresentable que haya comenzado las eliminatorias sin haber entrenado y sin el apoyo de un técnico venezolano que lo alertara. Así fue al examen. Tres a cero contra Colombia y uno a cero ante Paraguay. Qué tal la responsabilidad de elegir al técnico”, opinó en una entrevista desde su casa.
El merideño dijo que la Federación Venezolana de Fútbol no hizo la elección del técnico para la Vinotinto de forma adecuada. Venezuela se estrenó con derrota ante Colombia como visitante (0-3) y como local contra Paraguay (0-1), en medio de un proceso en el que Peseiro no pudo contar con los jugadores por las limitaciones de logística y el coronavirus. El grupo se concentró unos días antes del debut y con la dura baja del delantero José Salomón Rondón.
“La Federación todavía no sabe a qué juega Venezuela. A qué quiere jugar. Ellos todavía no saben, con las características de los jugadores venezolanos, cuál sería el técnico que les podría explotar mejor las condiciones del juego de Venezuela. Eso es lo que ha sucedido durante toda la vida. No han identificado verdaderamente la identidad del fútbol venezolano, de nuestra selección, y siguen tomando las decisiones trascendentales, hombres que no le han pegado ni siquiera al balón”.
Páez colocó de ejemplo a la selección de Ecuador, que también está en un nuevo proceso y en la doble fecha sumaron tres puntos, luego de perder ante Argentina (0-1) y derrotar a Uruguay (4-2). Sostuvo que faltó coordinación para enfrentar las limitaciones impuestas, principalmente, por el coronavirus.
“Eso tenían que haberlo pensado. Ecuador lo pensó y tomó una decisión y, en el medio de la pandemia, se pusieron de acuerdo. Ecuador trajo un técnico del continente, que está empapado del fútbol suramericano y ahí está. En la misma condición de Venezuela y no tenemos una diferencia abismal de jugadores. El jugador ecuatoriano, juega como el ecuatoriano. Hoy el jugador de Venezuela, juega como la Venezuela Cenicienta”.
Páez, que dirigió a Venezuela en las eliminatorias 2002, 2006 y 2010, reiteró que la imagen mostrada fue la peor de Suramérica. “Esta es una cosecha que creció, como deben crecer las generaciones de fútbol, viendo a una Vinotinto absoluta haciéndose respetar, manifestando un estilo y una manera que identifica al jugador venezolano. Ellos son excelentes herederos de ese legado. Eso significa que al ser jugadores internacionales, nosotros estábamos esperanzados en dar una mejor impresión. La imagen que dejamos después de estas dos jornadas, para mí, es la peor de toda Suramérica”.
Recordó la responsabilidad de todos en el proceso y la importancia de la elección del director técnico. “El que elige al director técnico de la selección nacional, tiene en sus manos la decisión de la gloria o la caída. Si elige bien, elige un proceso por cuatro años y que lleve con responsabilidad a la meta del Mundial. Si se equivoca, también todos sufrimos las consecuencias. La gente dice que elijan a éste o aquél, pero no se dan cuenta que es la elección más importante que tiene que hacer la Federación Venezolana de Fútbol”.
Agregó que la posibilidad de ir a un Mundial traería, además, un beneficio económico y deportivo para el país. “Llevarnos a un Mundial de Fútbol significaría un repunte exponencial de todo, de jugadores, entrenadores, de árbitro, de país, de marketing, de dinero, de patrocinantes. Por eso te digo que tiene que ser una elección totalmente bien estudiada y siguen eligiendo hombres que no saben lo que significa jugar al fútbol. A mí, que me pregunten. Qué sabe Laureano González, que sabe Berardinelli, que en paz descanse. No saben de fútbol. Saben de otras cosas, pero no de fútbol”.
Sostuvo que el no poder tener una mejor planificación y el tiempo necesario con los jugadores, llevó al resultado de las dos primeras fechas. No duda de las capacidades de Peseiro, pero insistió que la selección no mostró la personalidad requerida para estos compromisos.
“No fue suficiente la jerarquía comprobada que tienen nuestros jugadores regados por todo el mundo. No fue suficiente que hayamos convocado 32 jugadores internacionales y, todos de nivel, y con esa capacidad que seguro tiene José Peseiro, porque eso nadie lo duda. No pudimos hacer una imagen de juego que era lo que nos caracterizó en estos últimos años de crecimiento. Un equipo atrevido, con personalidad, jugadores que se la creen y con entrega total. Jugadores que jugaban con un estilo, no importa si era el de Páez, el de César Farías, el de ‘Chita’ o el de Dudamel, pero se veía un equipo en la cancha con una presencia de protagonista, de reto. No se vio esa característica que confianza de seguridad, de personalidad”.
Cuestión de estilos
Páez continuó con su análisis y consideró que no colocar de titular a Yeferson Soteldo en los dos partidos no fue una decisión disciplinaria, sino un esquema de juego cauteloso. El jugador del Santos de Brasil, no vio minutos ante Colombia y ante Paraguay entró en el minuto 76.
“Eso fue echar pa’ atrás el carrete. Hermano, eso fue una decisión técnica. Dijo, no podemos ser tan arriesgados, todavía el equipo no está trabajado, todavía el equipo no está convencido, vi que no tengo la suficiente comodidad de asumir el mismo riesgo y vámonos pa’ atrás. Primero aseguremos y después, ataquemos. No le busques otra cosa. Esto no es disciplinario”.
Agregó que el estratega portugués reconoció los errores del debut y por eso cambió el esquema para recibir Paraguay en Mérida. “Él es el primero en reconocer que no le gustó el juego contra Colombia. Entonces, como no le gustó, echó pa´ atrás. Frenó la intención del equipo de querer jugar para adelante, que es su condición, porque lo ha hablado, lo ha dicho, lo ha pregonado, pero en el primer obstáculo dijo, calma, vamos pa´atrás. Ahí es donde digo, si comenzamos con esa política, no tenemos vida. Chao, Catar 2022. Chao”.
A pesar del panorama, Páez cree que el cuerpo técnico está a tiempo de hacer las correcciones. “Hay posibilidades. Faltan 48 puntos. Faltan 16 partidos. Por cada partido dan tres puntos, uno o nada. De acuerdo al trabajo, uno los consigue y uno no se puede rendir en la primera de cambio. No se puede decir que se acabó la eliminatoria o que el técnico no sirve. No. El técnico, tiene que recuperar su norte, su concepto, su trabajo y él tiene que buscar la manera de hacerlo efectivo, porque para eso fue que se le contrató. No para darnos las excusas que ya sabemos”.
Páez insistió que la selección tiene jugadores para pelear la clasificación al Mundial. “Aquí tenemos jugadores y equipo para buscar la clasificación. Más nada. Asuma los retos, su capacidad, su categoría como técnico y llévenos al Mundial. Eso es lo único que queremos escuchar. Que no vengan con procesos. Que vengan con necesidades de obligación. Después del 2001, Venezuela busca es la clasificación. No busca otra cosa».
Ajustes necesarios
Páez dijo que uno de los pasos claves para retomar el camino de la victoria, es que el portero Wuilker Fariñez recupere la confianza y la competitividad. “Es un arquerazo, que lamentablemente hoy perdió las condiciones, pero eso es natural. No es igual dejar de jugar continuo y menos en el arco. El arquero es muy solitario y su juego muy diferente al resto”.
Consideró que jugadores como Soteldo, Otero, Herrera y Machís podrían jugar juntos y tendrían cabida en su esquema, si los dirigiera. “¿Con Richad Páez?, Por favor, eso es seguro”, respondió entre risas. “Eso es igual cuando preguntaban si podían jugar juntos Josef y Salomón. Hay que buscarle la vuelta, pero deberían de jugar. En la selección hay que contar con los mejores y Josef es de los mejores. Internamente, se arregla todo. Cuando todos tienen la misma mentalidad, esa misma cura los actos de ego personal”.
Aseguró que la actual selección tiene muy buenos jugadores, pero para él, el que reúne las mejores características es Rondón.
“Hoy es el mejor jugador que tiene Venezuela, porque es el goleador y el que hace diferencia cuando juega. Es muy diferente haber visto a esta Venezuela sin Salomón. Pero hay jugadores, lo que hace Soteldo, lo que hace Otero, Machís, Yangel, Rincón, por favor, tenemos jugadores. Roberto, en su posición. Yo de lateral izquierdo, nunca lo hubiera utilizado. Lamentablemente repitieron el error que habían comenzado antes y lo siguen utilizando en una posición que no es normal”.
El merideño no tendría dudas de volver a la selección si se presenta la oportunidad, porque además ha ganado experiencia y conocimiento. “Lo que digo es que hoy soy más técnico que en el año 2001. No se puede perder esa posibilidad. No se debería desaprovechar esa oportunidad para Venezuela. Para dirigirla, tiene que ser un técnico que confíe en sus jugadores. Si traemos cualquier técnico de otro país, de otro nivel, de otra categoría, que los hay, multiplicados, mucho más que nosotros, pero esos técnicos en el momento que comienzan a soplar vientos fuertes, se van a buscar la lógica y cuando uno piensa con la lógica, hace un esquema reservado para jugar de local ante Paraguay”.
Venezuela se medirá a Brasil en condición de visitante el 12 de noviembre y cinco días más tarde, recibe a Chile en Caracas.
Tony Cittadino (Mallorca).- Richard Páez es el hombre más influyente que ha pasado por la selección de fútbol de Venezuela. Fue el pionero en romper paradigmas y cambiar la mentalidad de una oncena que, por años, fue humillada y goleada. Lo logró, dando confianza a sus jugadores y manteniendo sus convicciones, para dar una identidad a la Vinotinto que rompió la historia.
Páez nació el 31 de diciembre de 1953 en el estado Mérida y desde entonces ha vivido para el fútbol. Médico traumatólogo de profesión, jugó con la selección venezolana como centrocampista en la década de los 70’ y, luego, como director técnico. Fue la época en la que la selección pasó de llamarse la “Cenicienta” a la “Vinotinto”, con las bases de un juego de toque y ofensivo, que no se había visto antes en el país.
“Cuando Rafael Esquivel me ofreció la selección nacional me dijo: ´tú que has hablado tanto, eres capaz ahora de dirigir a la selección y ver qué es lo que es’. Le dije tú no sabes lo que yo soy. No sabían lo que Richard Páez iba a hacer, porque ellos tenían otra mentalidad. Asumí un papel con la antilógica de la gente común. Tenía una visión de grandeza, diferente y de protagonismo. Eso fue lo que llevé a la selección nacional”, explicó en una entrevista desde su casa
Páez, que en la década de los 90’ estuvo en cursos de los entrenadores italianos Arrigo Sacchi y Fabio Capello, tomó el testigo del argentino José Omar “El Pato” Pastoriza que había dejado balance en esa eliminatoria de nueve derrotas en 10 juegos, con seis goles a favor y 28 en contra, en el último lugar de la tabla. La única victoria fue ante Bolivia, con un triunfo de cuatro goles por dos en San Cristóbal el 28 de junio de 2000
Debutó con la selección el 28 de marzo de 2001, cuando la Vinotinto visitó a Argentina en Buenos Aires y perdió cinco por cero. Los tantos de la Albiceleste, que era dirigida por Marcelo Bielsa, fueron de Hernán Crespo, Juan Pablo Sorín, Juan Verón, Marcelo Gallardo y Walter Samuel.
De esa selección, salieron, por ejemplo, los directores técnicos de la actualidad: Mauricio Pochettino (sub campeón de la Champions 2019 con el Tottenham), Diego Simeone (campeón de La Liga con el Atlético de Madrid y en 2014 y de la Europa League en 2012 y 2018 y que en ese juego llegó a 100 partidos con la selección) y Gallardo (campeón de la Libertadores con River Plate en 2015 y 2018 y de la Sudamericana en 2014).
“Mi partido oficial para debutar fue en el Monumental de River ante la Argentina de Bielsa, sin partidos previos, sin partidos oficiales. En aquél momento, era una prueba de fuego para nuestros jugadores. Les estaba colocando el reto de jugar con una convicción de investirnos de una personalidad que nunca antes habíamos tenido. Antes habíamos tenido logros y hazañas, pero eran con métodos de defender a ultranza”.
La alineación de Venezuela para ese juego fue de Rafael Dudamel en el arco y en la defensa Luis Vallenilla, José Manuel Rey y Wilfredo Alvarado. El mediocampo estaba integrado por Jorge “Zurdo” Rojas, Fernando De Ornelas, Jesús “Chuy” Vera, Luis “Pájaro” Vera, Gabriel Urdaneta y Ricardo David Páez. En el ataque estaba Daniel “Cari Cari” Noriega.
“El técnico que tiene convicciones, no cambia y yo no cambié. No me dio miedo recibir cinco goles en mi debut, porque había visto otras cosas. No me apegué al resultado, sino que vi gestos y acciones futbolísticas que empezaron a darme una visión diferente de lo que íbamos a ver”, sostuvo.
Llegan los resultados
Una de las claves del juego de Páez, era salir jugando desde atrás. No quería que los defensas y los laterales utilizaran el pelotazo, sino salir con toques cortos y transiciones. Era un nuevo estilo que dejaba atrás el planteamiento defensivo y utilizaba tres volantes 10 y, además, zurdos: Juan Arango, Ricardo David Páez y Gaby Urdaneta.
“Tenían que buscar un compañero para dar el pase y no un rechazo. Los volantes mediocentro no podían ser solamente volantes recuperadores, sino que comenzaron a desarrollar la salida ofensiva del equipo por abajo. Empecé a generar en ellos el pase filtrado, rompiendo líneas, y buscando paredes”.
El debut oficial en casa fue el 24 de abril en el estadio Pueblo Nuevo de San Cristóbal, con un empate a dos contra Colombia. Los tantos de la Vinotinto fueron de Alexander “Pequeño” Rondón y un zurdazo al segundo palo del joven Juan Arango, que dejaba el encuentro 2-0 para la oncena de Páez. Sin embargo, no se supo cerrar el resultado y los cafeteros empataron al final.
La primera campanada llegó el 14 de agosto de 2001, cuando Venezuela derrotó a Uruguay dos por cero en el estadio José Encarnación “Pachencho” Romero de Maracaibo. En ese encuentro, se estrenó uniforme y se usó el vinotinto como color único en la camisa. Fue la primera victoria ante la “Celeste” de por vida y fue firmada por Ruberth Morán y Rondón. Uruguay tenía en sus filas a jugadores experimentados como el defensa Paolo Montero y el delantero Álvaro Recoba.
El dulce momento se extendió en los próximos tres partidos. Victoria ante Chile en Santiago (2-0, Ricardo David Páez y Arango), siendo la primera como visitante en la historia. Luego triunfo contra Perú en San Cristóbal (3-0, doblete de Wilfredo Alvarado y otro de Morán) y otra victoria contra Paraguay (3-1, Morán, Noriega y “Turbo” González) en San Cristóbal. La racha terminó con derrota de visita ante Brasil (0-3).
“Comenzamos a golear a equipos que nos llevaban años de ventaja. Le ganamos por primera vez a estos cuatro equipos y, además, de forma continua en eliminatorias. Ganar cuatro partidos seguidos en una competencia eliminatoria suramericana, no lo han hecho sino cuatro o cinco equipos y uno de ellos fue Venezuela, estando última”, explicó Páez, quien entre 1997 y 1999 dirigió a Estudiantes de Mérida y los llevó a jugar los cuartos de final de la Copa Libertadores en 1999.
La Vinotinto cerró en el noveno lugar de la tabla. Por primera vez en su historia, no quedaba de última. Sumó 16 puntos, de los cuales 13 fueron con Páez, quien en su primera eliminatoria dirigió siete juegos, ganando cuatro, empatando uno y perdiendo otro, con 12 goles a favor y 11 en contra.
Se consolida el proyecto
El llamado “Boom Vinotinto” era una realidad. Pudiera catalogarse como un fenómeno social y deportivo. La gente comenzó a creer. Ya se vestían de vinotinto, dejando atrás la camisa de Argentina, Brasil y Colombia. Así, comenzaron a llegar los patrocinantes de peso, el marketing explotó y se logró el respeto internacional.
“Así fue como dejamos el papel de Cenicienta y nos convertimos en el papel de la Vinotinto para la eternidad. Comenzamos a ganar jugando bien y confiando en nosotros. Comenzamos a sentirnos importantes y a ser reconocidos por el país. Esa generación fue la generadora, la que hizo metamorfosis en el fútbol venezolano. Estaremos agradecidos con ellos toda la vida, porque de ahí nació una identidad. La identidad de saber jugar de forma colectiva y hacer respetar el nombre de Venezuela”.
El ascenso de la selección continuó en el Premundial Alemania 2006. Ahora terminaron una casilla más arriba en la tabla general. El octavo puesto fue posible con 18 puntos luego de cinco victorias, tres empates y 10 derrotas, con 20 goles a favor y 28 en contra.
“Se cambió el estilo. Se cambió el reto. Siempre hemos tenido jugadores de ese nivel, jugadores atrevidos, lo que no hubo fue un mensaje coherente con esa convicción de hacerle creer al jugador que podía jugar así. Ese creo que fue el verdadero legado de esa Vinotinto para el resto y que dejó una marca que, evidentemente, fue trascendental”.
Las primeras tres victorias llegaron en fila y de qué forma. El primer triunfo fue en la tercera jornada, cuando el 15 de noviembre de 2003 la Vinotinto se impuso en Barranquilla ante Colombia con un golazo desde fuera del área de Arango.
En la siguiente fecha, batieron a Bolivia dos goles por uno en Maracaibo, con tantos al final del partido de José Manuel Rey y Arango. “Fue uno de los partidos, quizás, más emocionantes que vivimos en la selección. Estábamos perdiendo en el minuto 89 y le dimos vuelta en dos minutos al partido y hemos ganado ese partido y luego le metimos tres por cero a Uruguay en el ´Centenariazo´. Le dimos vuelta a la historia y ahí fue donde el fútbol universal comenzó a darse cuenta y darle pasó a la historia de la Vinotinto”.
El 31 de marzo de 2004 llegó la mayor gesta de la selección, al golear tres por cero a Uruguay en Montevideo. El “Centenariazo” marcó un antes y un después en la historia de la Vinotinto. Los goles fueron de Gabriel Urdaneta, “Turbo” González y Arango. Ese encuentro, Páez lo vivió desde la tribuna porque estaba cumpliendo una suspensión.
“Tocamos con estruendo las puertas internacionales y nos las abrieron. Reconocieron que comenzamos a generar un fútbol atractivo”, recordó. “Es una recompensa haber visto tremendo espectáculo, desde la distancia, con una visión panorámica, donde observaba el juego combinado y mis jugadores desarrollaron un fútbol de otro nivel”.
La segunda vuelta comenzó con victoria en San Cristóbal contra Ecuador de tres por uno, con doblete de Morán y un tanto de Urdaneta. En Buenos Aires, se perdió ante Argentina tres por dos, en un choque en el que el empate no hubiera sido una locura.
Luego se empató a uno en Maracaibo frente a Uruguay y la última victoria llegó el 3 de septiembre de 2005, al golear a Perú cuatro por uno en Maracaibo, con par de dianas de José “Buda” Torrealba y otro par de Maldonado y Arango. Morán quedó como el sexto mejor goleador de las eliminatorias con seis dianas.
Se cortó el proceso
Páez dirigió a Venezuela en su tercera eliminatoria, rumbo al Mundial Sudáfrica 2010. La selección vivía un proceso de refrescamiento, que se había iniciado en la Copa América 2007, y se extendió con la llegada de jugadores como Alejandro Guerra, Edder Pérez, César González y Luis Manuel Seijas.
El camino comenzó con éxito, con triunfo por la mínima diferencia ante Ecuador en Quito. El 13 de octubre de 2007 fue el encuentro que Rey decidió con un golazo de tiro libre desde el mediocampo al ejecutar una falta. Fue la primera victoria de Venezuela ante los ecuatorianos desde 1993 y primera derrota de los meridionales en casa desde 2001.
Luego se perdió contra Argentina en Maracaibo (0-2) y con Colombia en Bogotá (0-1). Para entonces, ya Páez sentía que el ambiente en torno a la selección no era bueno y comenzaba a plantearse una posible salida.
“Le ganamos a Ecuador el primer partido y cuando venimos a jugar contra la Argentina de Messi en Maracaibo, había medio estadio vacío. Yo soy estratega y cuando vi eso, sentí que había un ambiente diferente. Cómo no íbamos a tener el apoyo y de un país con el estadio lleno. Eso me prendió las alarmas y no me gustó. Lo manifesté dentro de mi cuerpo técnico y me extrañó”.
El último juego de Páez fue el 21 de noviembre de 2007 ante Bolivia en San Cristóbal, con marcador de cinco por tres. La selección perdía tres por dos y volteó el resultado en los últimos ocho minutos con dianas de Maldonado. Daniel “Cafú” Arismendi aportó con otros dos goles y el “Lobo” Guerra marcó otro más viniendo de la banca.
En ese choque los bolivianos terminaron con 10, pues, luego del gol del empate Vinotinto, el defensor Luis Gutiérrez tuvo que reemplazar en el arco a Carlos Arias por lesión. Fue el duelo en el que Pueblo Nuevo le gritó a Páez que sacara a su hijo del campo.
“El equipo tuvo una tarde complicada al principio. No estábamos jugando bien y nos estaba ganando Bolivia. Cuando estábamos perdiendo el juego tres a dos, fue cuando se escuchó el grito desde las tribunas y se quitó el disfraz la gente que había comenzado una campaña, no contra la selección, sino para atacarme. Después se vio a quién podía beneficiar”.
Páez consideró que la Federación Venezolana de Fútbol no fue capaz de defender el proceso que llevaba adelante y decidió marcharse. “Era diferente que dijeran saca a Ricardo David, pero ¿saca a tu hijo? Lo saqué cuando estaba tres a tres y terminamos ganando. Yo lo viví de una manera firme, estoica y aguanté. Al finalizar el partido, dije ya basta”.
El merideño defendió su decisión y no se arrepiente, pues cree que lo hizo pensando en la selección. No quería que afectara al grupo y que, en un futuro, pasara a mayores.
“No podía arriesgar lo que se había hecho de tan buena manera. La piedra de trancar parecía ser Richard Páez y utilizaron mi punto débil, porque la familia a uno le duele. Ricardo David era titular indiscutible. Visualicé hacia adelante en un partido en el que sacara a algún jugador y ése jugador me reclamara en forma pública. Eso hubiese sido explosivo y no lo hubiese tolerado”.
Páez renunció a la semana, a pesar de estar en el quinto lugar con seis puntos de 12 posibles. En su proceso de tres eliminatorias suramericanas (2002, 2006 y 2010) hizo debutar a 55 jugadores, siendo la máxima cifra hasta el momento entre los seleccionadores nacionales.
También es líder en partidos dirigidos (85) y victorias (31). Además estuvo en tres ediciones de la Copa América (Colombia 2001, Perú 2004 y Venezuela 2007), siendo el primero en lograr que la selección avanzara de la fase de grupos en 2007.
El estratega consideró que la selección generó expectativas que superaron a la realidad de la afición. “Se le exigía como si fuera un país súper desarrollado en fútbol, con una gran cultura futbolística. Cuando no tienes esa cultura, es cuando te equivocas en exigir cosas que no comprendes que es cuestión de tiempo, de procesos, de elaboración de plan de trabajo mancomunado de mucha gente y no para exigir todo de una vez”.
El proceso de Páez terminó de forma abrupta e inesperada y dio paso al ciclo de César Farías, sentando las bases de una identidad Vinotinto que, aunque sigan pasando los años, jamás se podrá olvidar.
Tony Cittadino (Mallorca).- El 31 de marzo de 2004 quedará grabado por siempre como la noche histórica en la que Venezuela dio el golpe en la mesa. Por primera vez, venció a un gigante sudamericano como Uruguay, dos veces campeón del mundo y, que en las horas previas al encuentro, lucía como el gran favorito. El mítico estadio Centenario fue profanado, quedó enmudecido y las 40 mil personas fueron testigos en vivo y directo del «Centenariazo».
Gabriel Urdaneta (19′), Héctor González (67′) y Juan Arango (77′), fueron los encargados de rubricar una noche perfecta para la Vinotinto, dirigida por Richard Páez, el motor del cambio de la selección nacional y que en la eliminatoria al Mundial Corea y Japón 2002, ya había dado la campanada con triunfos categóricos y consecutivos ante el propio Uruguay (2-0 en Maracaibo), Chile (2-0 en Santiago), Perú (3-0 en San Cristóbal) y Paraguay (3-1 en San Cristóbal).
Ganar en Montevideo no era una tarea fácil. De hecho, la Celeste como local en Montevideo siempre había ganado a Venezuela por dos o más goles, pero los tres puntos se los llevó Venezuela: una selección que nunca ha estado en un Mundial y que venía dando destellos de buen fútbol e identidad.
Fue un trabajo de hormiga y de trabajar el factor psicológico. Dejar atrás el papel de «Cenicienta», que por tantos años acompañó a Venezuela, para comenzar a creer en ellos y a escribir una nueva historia. Una selección que estaba acostumbrada a recibir goleadas y a que la miraran por encima del hombro. Pero, esa noche, los papeles se invirtieron. El carácter y la personalidad que demostró la Vinotinto hizo que los «charrúas» escucharan el «Ole» de sus propios paisanos bajar de las vetustas tribunas, ante la buena rotación del balón de una oncena en la que, además de los goleadores, también se lucieron José Manuel Rey, Leopoldo Jiménez y Luis «Pájaro» Vera.
La frustración e impotencia fue creciendo con el pasar de los minutos, ante una Venezuela que cada vez se lo creía más. Fue la tercera victoria consecutiva en la eliminatoria, luego de los triunfos ante Colombia (1-0 en Barranquilla) y Bolivia (2-1 en Maracaibo).
Los medios uruguayos, como era de esperarse, se confiaron de su historia. «Venezuela no existís», «Salud, celeste», «La hinchada espera una goleada» y «A muerte», eran algunos titulares de los periódicos. El pronóstico no podía ser otro para el país que en 1950 dio el Maracanazo ante Brasil.
«Sin quitarle mérito al rival, es una noche negra. No hay que quitarle mérito a Venezuela, que pegó y pegó justo. Lo de Venezuela ya no es casualidad ni a nivel de selecciones, ni a nivel del equipo. Así que hay que seguir trabajando, porque cuando ganas no eres un fenómeno y cuando pierdes eres lo peor», dijo el director técnico de Uruguay, Juan Ramón Carrasco, en la rueda de prensa posterior al partido.
Contrariado y tragando grueso, agregó: «Es una noche muy amarga, porque venía por supuesto con una ilusión impresionante, porque no se apuesta a la casualidad. Aprovecho para disculparme con toda esa gente que vino con ese espíritu de ver un Uruguay ganador y lamentablemente no se dio».
En la otra acera, el panorama era totalmente diferente. Richard Páez sacaba el pecho por una victoria contundente. «Lo que sucedió hoy no es una ilusión. No es una utopía. Venezuela existe y le está demostrando al mundo que busca un protagonismo en su historial, porque nunca antes habíamos logrado convencernos a nosotros mismos de que podíamos. Hemos pagado una deuda de 36 años de humillaciones y en estas últimas eliminatorias, Venezuela las está pagando con todo el país».
El estratega criollo agregó: «Hemos pasado tantos años de penurias y ganarle a un bicampeón del mundo, en un estadio tan histórico como el Centenario, creo que no tiene paragón en nuestra historia. Hemos logrado una misión, una tarea que paga con creces todos a aquellos hombres que se pusieron la camisa Vinotinto y no pudimos cambiar nuestra historia, pero le estamos dando una generación que será el modelo para un futuro mejor para nuestro país en el aspecto del fútbol».
Venezuela terminó la eliminatoria en el octavo lugar con 18 puntos, producto de cinco juegos ganados, tres empates y diez derrotas. Aunque no se clasificó al Mundial, se logró la mejor participación en la historia rumbo a la Copa del Mundo.
Así jugaron
0- Uruguay: Gustavo Munúa; Diego López, Gonzalo Sorondo, Darío Rodríguez; Martín Ligüera, Marcelo Sosa, Richard Núñez, Germán Hornos (Wálter Pandiani); Álvaro Recoba, Javier Chevantón (Fernando Correa), Diego Forlán (Carlos Bueno). DT: Juan Ramón Carrasco
3- Venezuela: Gilberto Angelucci; Luis Vallenilla, José Manuel Rey, Alejandro Cichero, Joney Hernández, Leopoldo Jiménez, Luis Vera, Ricardo Páez (Jorge Rojas); Juan Arango (Andreé González); Gabriel Urdaneta (Héctor González) y Alexander Rondón. DT: Richard Páez
Goles: Gabriel Urdaneta (19′), Héctor González (67′) y Juan Arango (77′) -VEN-.
Arbitro: René Ortubé (Bolivia).
Voces de la victoria
«Lo más importante son las felicitaciones a todo el grupo. Veníamos a buscar los tres puntos y tenemos selección para rato. Seguimos trabajando y falta mucho camino por recorrer».Gabriel Urdaneta
«Estoy muy emocionado. Desde el primer minuto tuvimos muchas oportunidad de gol. Tuvimos personalidad y jerarquía en este estadio. Tuvimos mucha contundencia y sacamos tres puntos importantísimos aquí».Juan Arango