Qatar 2022: México venció a Arabia Saudita, pero no le alcanzó para meterse en octavos

(EFE).- México creyó en la heróica, pero se atascó en su debe más grande durante este Mundial: el gol. Vivió 23 minutos quedándose fuera del Mundial de Qatar 2022 al haber recibido más cartulinas que Polonia, aunque acabó claudicando ante la falta de puntería y un gol de Arabia Saudita en el minuto 90+5 que echó por tierra todo el esfuerzo del Tri.

Ambas selecciones necesitaban la victoria, aunque solo pareció importarle realmente al conjunto mexicano, ya que los saudíes, que contaron con un multitudinario apoyo desde las gradas, donde se celebraba cada duelo ganado como un gol, apostaron por bajar el ritmo del encuentro tras cada choque o en cada saque de banda.

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Curioso porque a la vez en ataque intentaban hilvanar un juego de combinación que pareció por encima de sus posibilidades, perdiendo las contadas ocasiones en las que pudo hacer daño a Guillermo Ochoa. Una falta en la frontal del área y un remate de cabeza que se marchó fuera, ambas oportunidades firmadas por Kanno, sus únicas opciones de peligro.



Por el contrario, a Gerardo ‘Tata’ Martino le salió el plan que dibujaba en su cabeza en cuanto al juego, pero no se suman 384 minutos sin marcar en un Mundial por nada. Profundidad por bandas con dos laterales muy incisivos como Jesús Gallardo y Jorge Sánchez; un incisivo, e impreciso en los tres disparos del primer tiempo, Orbelín Pineda, siendo todo lo que el técnico le pedía a Héctor Herrera y que no fue durante Qatar 2022; y Alexis Vega e Hirving Lozano aportando dinamismo, pero siguió faltando lo mismo, y fundamental: el gol.

Unos primeros 45 minutos en los que, sin gran fútbol, sí hubo más ida y vuelta, pero sin nada que celebrar más allá del penalti que falló Leo Messi en el otro partido del grupo, que provocó la alegría de la hinchada saudí. Pero les duró poco.

Condenados por los goles 

Ambos encuentros estaban conectados. En el segundo minuto del Polonia-Argentina se adelantó la albiceleste, y México hizo lo propio, también en el minuto 47, gracias a un tanto de Henry Martin en un saque de esquina tras una prolongación de espuela de César Montes en el primer palo.

Un tanto que cambió por completo el panorama del partido. La Selección Mexicana volvió a ver puerta 442 minutos después y esto la llenó de confianza. Luis Chávez hizo el 0-2 en el minuto 52 con un gran disparo de falta directa. Y México, contra todo pronóstico, creyó ante una Arabia Saudita que, ahora sí, debía buscar goles y se descosió atrás.

En este punto, El Tri necesitaba un gol más para no depender de nadie y estar en octavos de final. ‘Chucky’ Lozano tuvo su momento de gloria en el minuto 56, pero su tanto fue anulado por un fuera de juego muy justo.

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Argentina, mientras, les echaba una mano poniendo el 0-2, pero a igualdad de puntos y goles marcados, la que pasaba a octavos de final era Polonia al haber visto tres cartulinas -7 a 5- menos que México. Clasificarte o no, en base a los criterios de deportividad. Estuvo cerca de pasar.

Eso sí, México hizo todo lo posible porque este no fuera el criterio, pero, otra vez, la falta de puntería les condenó. Un disparo lejano de Pineda, un remate dentro del área de Uriel Antuna en el minuto 77 que salvó Hassan Tambakti tirándose al suelo con su guardameta ya superado.

Tampoco tuvo suerte la Selección Mexicana ante una Arabia Saudita a la que el balón le duraba muy poco. Antuna y todo México celebraron el 3-0, pero fue anulado por fuera de juego. En la anarquía en la que se movieron los saudíes, echaron por tierra el sueño de México.

Con los del ‘Tata’ volcados, llegó una acción de fantasía de Arabia Saudita que acabó con todo. Pared de Bahbrei con Al Dawsari y este puso un 1-2 que no servía a ninguna para estar en octavos de final.

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Qatar 2022: Australia logra un pase histórico a octavos

Australia pasa a octavos / Foto: FIFA

Adrian R. Huber, Doha (EFE).- Un golazo de Mathew Leckie en el decimoquinto minuto de la segunda mitad clasificó, por segunda vez en su historia, a la selección de Australia para disputar los octavos de final de un Mundial de fútbol, después de que este miércoles derrotasen, en el tercer y último partido del grupo D del de Qatar 2022, a Dinamarca; que no seguirá en el torneo.

Leckie, de 31 años y que juega en el Melbourne City, dio el triunfo a los ‘socceroos’, que este miércoles en el estadio Al Janoub de Al Wakra igualaron, en su sexta participación, la mejor de sus comparecencias en un Mundial; la que consiguieron en Alemania 2006. En esa ocasión también pasaron segundos de grupo -primera fue Brasil- antes de caer por la mínima ante Italia, que, a la postre, acabaría ganando el torneo.

Datos del partido: Australia vs Dinamarca

Esta vez lo hizo asimismo con un resultado de cada color, y pasó segunda en el grupo que lideró Francia, derrotada en el tercer partido por Túnez. Y ahora espera rival, que será el primero del grupo C, que se resolverá más tarde este miércoles y que podría ser Polonia, Argentina o Arabia Saudí (México, como mucho, podría ser segunda).



Australia, que entró en el Mundial de Qatar 2022 tras derrotar en la repesca a Perú; goleada (1-4) por Francia en su primer partido, venía de lograr, ante Túnez, su primera victoria en un Mundial desde el de Alemania 2006. Por lo que un triunfo le garantizaba pasar a la siguiente ronda. Y le podría, incluso, valer un empate, inservible para Dinamarca, una de las primeras selecciones en clasificarse para la fase final. Que, asimismo en su sexto Mundial, completaron la peor participación de su historia en esa instancia.

Los daneses -primeros de su grupo europeo, con nueve triunfos y una derrota- y semifinalistas en la pasada Eurocopa, que también había caído ante Francia (1-2), después de no haber pasado de un empate sin goles contra los tunecinos, debían ganar, sí o sí; y esperar a que los magrebíes no ganasen claramente a la defensora del título.

Kasper Hjulmand tampoco pudo contar esta vez con su capitán, Simon Kjaer, defensa del Milan -con 122 partidos, el que más veces ha vestido la camiseta danesa de los que están en Qatar-, que ya se perdió el partido contra Francia por molestias musculares. El seleccionador danés, concedió nuevamente el bastón de mando a Christian Eriksen, el ’10’ nórdico, 120 veces internacional este miércoles y recuperado para la causa -después del susto de la última Eurocopa- por el Manchester United inglés. Y colocó en punta a Martin Braithwaite, del Espanyol.

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Apremiados por la necesidad, los daneses se lanzaron al ataque; y en el undécimo minuto, Ryan se lució ante Mathias Jensen; tres minutos antes de que a Andreas Skov Olsen lanzase por encima de la meta de los ‘socceroos’; y que diez después ambos combinasen en un pared que este último no pudo culminar más que con un flojo disparo a las manos del portero oceánico.

Dinamarca dominó gran parte de la poco vistosa primera parte, que acabó, no obstante, con dos ocasiones para los ‘aussies’; una de Mitchell Duke, que paró Kasper Schmeichel; y otra, poco antes del descanso de Craig Goodwin; sustituido por Keanu Baccus.

Graham Arnold, seleccionador australiano, se veía ante una oportunidad casi histórica y en el segundo minuto de la reanudación, sus pupilos siguieron llamando a la puerta danesa, con una clara ocasión de Jackson Irvine a centro de Riley McGree. El partido seguía sin encandilar a nadie y en ese momento llegó la noticia de que Túnez se había adelantado contra Francia, por lo que, con el empate, australianos y daneses estaban fuera.

Pero fue en el minuto 15, cuando Mathew Leckie, uno de los veteranos, abrió el marcador. Con un golazo; al culminar un rápido contraataque con una brillante jugada personal -tras recibir un gran pase de McGree saliendo desde su propio campo- en la que, tras dos recortes y después de que el balón cruzado diese en el poste, batió a Schmeichel.



El partido se abrió algo, porque los daneses tenían que ganar ; pero un empate echaba a Australia. Eriksen pudo igualar en el 92; y Cornelius cabeceó alto tres minutos después. Dinamarca reaccionó tarde, mal y nunca; y los ‘socceroos’ festejaron un triunfo histórico en el Al Janoub

Ficha técnica:

1; Australia: Ryan, Degenek, Souttar, Rowles, Behich; Leckie (Hrustic, m.88), Irvine, Mooy, Goodwin (Baccus, m.46); Duke (MacLaren, m.82) y McGree (Wright, 74).

0; Dinamarca: Schmeichel; Kristensen (Bah, m.46), Andersen, A. Christensen, Maehle (Cornelius, m.69), Hojbjerg, Jensen (m.59 Damsgaard9, Skov Olsen (R. Skov, m.69), Eriksen, Lindstrom; y Braithwaite (Dolberg, m.59).

Gol: 1-0, m.60: Leckie.

Árbitro: Mustapha Gorbal (Argelia). Mostró tarjeta amarillas al danés R. Skov (m.75)

Incidencias: partido correspondiente a la tercera y última jornada del grupo D disputado en el estadio Al Janoub de Al Wakrah ante 41.232 aficionados.

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Qatar 2022: Túnez se despide con triunfo sobre Francia

Túnez se despide con un triunfo / Foto: FIFA

Luis Miguel Pascual, Al Rayyan (EFE).- Una Francia plagada de suplentes firmó en el último duelo de la fase de grupos del Mundial de Qatar una triste actuación ante Túnez, que acabó logrando la primera victoria de su historia contra la antigua metrópoli, pero no fue suficiente para avanzar a octavos de final por primera vez.

Aunque en el 98 Antoine Griezmann logró un gol que durante varios minutos subió al marcador, el árbitro retrasó el final del partido para verificarlo en el VAR y acabar anulándolo, lo que condenaba a Francia a firmar su primera derrota en un Mundial desde Brasil 2014.



La selección norteafricana se contentó del triunfo, más celebrado en las gradas que en el césped, porque la victoria de Australia contra Dinamarca en el otro duelo del grupo les priva del sueño que albergaban, pendiente de un milagro que solo se produjo a medias.

La campeona del mundo dio descanso a la mayoría de los jugadores que habían amarrado la clasificación y casi el primer puesto y el experimento se saldó con una derrota que rompe una racha de seis en los Mundiales y que dejará heridas en el grupo.

Datos del partido: Túnez vs Francia

Si Didier Deschamps quería presumir banquillo, se dio cuenta de que deberá afrontar el Mundial con menos margen de maniobra del que pensaba, lo que le aboca a buscar la renovación del título con la columna vertebral que venció a Australia y Dinamarca.

La unidad B no tuvo ni juego, ni carácter, en un estadio plagado de tunecinos que silbaron la Marsellesa y abuchearon a Mbappé, sin que tanta afrenta espoleara su orgullo.

Solo mejoró cuando tras el tanto tunecino Deschamps dio entrada a sus estrellas, pero ya sin tiempo para evitar la primera derrota de Francia en un Mundial desde los cuartos de final de 2014 contra Alemania.

Francia salió con nueve cambios con respecto al último duelo, cinco debutantes en un Mundial, solo dos supervivientes del triunfo de 2018 en el terreno de juego, mientras en el banquillo asistían sus estrellas plácidas al duelo, empezando por Kylian Mbappé, que charlaba sonriente con Marcus Thuram.

El joven delantero, que se las prometía felices en ese juego de cambios, se sintió algo indispuesto y dejó su puesto a Randal Kolo Muani, un jugador que hace apenas dos semanas estaba en Japón, resignado a ver el Mundial por la tele, cuando fue llamado por Deschamps para sustituir a Christophe Nkunku.



La selección de los peluqueros, como se conoce en Francia a la unidad B, careció de todas las virtudes mostradas por los titulares en los dos primeros partidos del Mundial. Sin la solidez ni el control del juego de los pilares, los postulantes se vieron arrollados por una Túnez decidida a, por fin, derrotar a su antigua metrópoli, algo que no había conseguido en los cuatro duelos anteriores.

Parecía posible ante el desconcierto de los suplentes franceses y el ímpetu de los tunecinos, pero a duras penas aguantaron el envite los galos, que se salvaron por poco, el milímetro que marcó el fuera de juego que permitió anular a los 8 minutos un gol a Ghandri.

A punto de cumplir los 38, Mandanda, que se convirtió en el futbolista más veterano en jugar con Francia y que ocupaba el puesto de Hugo Lloris, que tendrá que esperar para ser el francés con más partidos internacionales, sentía en sus oídos el ruido de las balas.

Pero Túnez se fue apagando, bajó la presión y el partido entraba en una zona de equilibrio, sin que los ‘peluqueros’ dieran nunca sensación de poder ganar el duelo.

Mención especial para un Tchouaméni que se ha convertido en el único francés titular en los tres partidos y que emerge como el sustituto natural del lesionado Ngolo Kanté, el cimiento sobre el que se asentó la victoria en 2018.

Pocas dudas hay de que Deschamps volverá a su plan inicial para lo que resta de competición, porque ya no hay más partidos sin red.

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La nota del examen fue baja. La campeona no fue la estampa de su sombra y aunque pararon el aluvión tunecino, a la hora de juego demostraron una endeblez defensiva impropia de su reputación, lo que permitió al veterano Kharzi abrir el marcador ante el despiste de Fofana y la lentitud de Varane.

El tanto, que otorgaba a Túnez opciones de lograr su primera clasificación para octavos de final, a condición de que acompañara el resultado del Australia-Dinamarca, escoció a Deschamps, que se decidió a colocar a su estrella Mbappé, que ingresó acompañado de Rabiot y Saliba, rectificación completada minutos más tarde con el ingreso de Antoine Griezmann y algo más tarde de Ousmane Dembelé.

Sin ser Francia, Francia se pareció más a Francia y buscó el empate ante una Túnez que soñaba con el milagro, que no solo dependía de ellos.

Embotellaron a los africanos, buscaron grietas en su entusiasmo y rozaron varias veces el empate, a tiros de Dembelé, de Kolo Muani y el propio Mbappé, que mantiene detenido en tres su contador de goles.



Túnez se defendió como pudo, probó el acecho de Francia durante casi media hora y debió sentirse afortunado de no haber sufrido ese acoso durante todo el partido.

El gol de Griezmann evitaba el bochorno y ya parecía todo cerrado, pero el árbitro lo reabrió unos instantes, el tiempo de verificar en la pantalla que el jugador del Atlético de Madrid estaba en fuera de juego.

La alegría de su afición tunecina fue efímera porque su selección tendrá también que hacer las maletas mientras Francia seguirá su aventura catarí con la lección aprendida.

Ficha técnica:

1- Túnez: Dhamen; Kechrida, Talbi, Meriah, Ghandri, Maaloul; Slimane (Abde, m.83), Skhiri, Laidouni, Ben Romdhane (Chaaleli, m.76); Kharzi (Jebali, m.60)

0- Francia: Mandanda; Disasi, Varane (Saliba, m.64), Konaté, Camavinga; Tchouameni, Fofana (Griezmann, m.74), Veretout (Rabiot, m.63); Guendouzi (Dembelé, m.79), Kolo Muani, Coman (Mbappé, m.63)

Goles: 1-0, m.58: Kharzi

Árbitro: Matthew Conger (NZL), amonestó al tunecino Kechrida (28)

Incidencias: Tercer encuentro del grupo D de la fase previa del Mundial de Qatar disputado en el Estadio de la Educación de Al Rayyan ante unos 43.627 espectadores.

Foto: FIFA

Qatar 2022: Estados Unidos avanzó a octavos al vencer a Irán con tanto de Pulisic

EFE.- Estados Unidos sufrió ante la Irán del portugués Carlos Queiroz, pero un gol de Christian Pulisic, delantero del Chelsea londinense, le sirvió para lograr la victoria en el tercer y último partido del grupo B y, con ello, la clasificación para los octavos de final del Mundial de fútbol de Qatar 2022.

Con este triunfo, en un partido más intenso que vistoso, los norteamericanos se clasificaron como segundos -de un grupo en el que Inglaterra, que derrotó por tres a cero a Gales, pasó primera- y se enfrentarán, en la ronda de octavos, a Países Bajos.



El de este martes en el estadio Al Thumama de Doha era un partido siempre cargado de connotaciones extradeportivas y que ya remite al primer enfrentamiento mundialista entre ambas selecciones, en Francia’98, años después de que el asilo en suelo estadounidense del Sha Reza Pahlevi, monarca apoyado por Washington y derrocado por la revolución islámica, provocase numerosas crisis, entre ellas la de los rehenes retenidos (durante más de un año, entre 1979 y 1981) en la Embajada de EEUU en Teherán. En aquella ocasión, en Marsella, ganó Irán (2-1). Esta vez, Estados Unidos se tomó la revancha.

El portugués Carlos Queiroz llegó al Mundial envuelto a todo tipo de polémicas ajenas a su voluntad y relativas a las revueltas internas de Irán; que se incrementaron cuando, en el primer partido, antes de caer (2-6) ante Inglaterra, sus jugadores decidieron no cantar su himno nacional. Algo que sí hicieron antes de enfrentarse a Gales a vida o muerte, y derrotarla (2-0); y, de nuevo, este martes en el estadio Al Thumama.

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Al parecer, sus familias recibieron amenazas en caso de nuevos ‘malos comportamientos’ de los jugadores; por lo que si estas informaciones son ciertas, nada han de temer. Tras la victoria contra Gales se dio a conocer que el régimen iraní iba a soltar a 715 presos políticos; y, por si hubieran sido pocas, entre ese partido y el de este martes surgieron nuevas polémicas: la federación estadounidense se equivocó con la bandera con la que ilustraba la previa del partido, que no correspondía con la que se instauró tras la revolución islámica que catapultó al poder al Ayatollah Jomeini, a finales de los 70; y su seleccionador, Gregg Berhalter, tuvo que pedir disculpas por este incidente.

Aparte, el capitán estadounidense, Tyler Adams -centrocampista del Leeds United inglés-, recibió, en la incendiaria rueda de prensa previa, la reprimenda de un periodista iraní por haber pronunciado mal el nombre de su país, algo que el portador del brazalete del ‘Team USA’ agradeció con elegancia, opinando que siempre es bueno ir ampliando conocimientos acerca de otros países y otras culturas.

Así, se podrían seguir rellenando líneas y líneas. Pero lo que se disputaba este martes en Doha, al fin y al cabo, era un partido de fútbol. Y aunque a muchísima gente le encanten las controversias; hay que pensar que hay aún más a las que les enamora el deporte. Y el encuentro del AlThumama -donde España debutó con goleada a Costa Rica (7-0)- prometía emoción.

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Con gol de Pulisic, EE.UU. le ganó a Irán y avanzó a octavos de finalLa selección de las barras y las estrellas logra pasar de la fase de grupos por primera vez desde el 2014. Enfrentará a Países Bajos.

La anunciaba por el poder de la resiliencia y la valentía demostrada también sobre el terreno de juego por los virtuosos persas ante Gales. Y por lo que pudiera ofrecer Estados Unidos, que fue de más a menos contra la selección de Gareth Bale; y que en el segundo partido le sacó los colores a la subcampeona de Europa, provocando que en algunos sectores se cuestionara a otro Gareth, Southgate, el seleccionador que ha vuelto a centrar en el mapamundi del fútbol al equipo de los ‘Tres Leones’.

Al final, no fue para tanto, salvo en la recta final del partido. Queiroz volvió a dar entrada al portero Alireza Beiranvand, lesionado en el partido contra Inglaterra y que no participó del asalto a Galés. En su once titular, el extécnico madridista colocó de nuevo a una de sus estrellas, Sardar Azmoun, del Bayer Leverkusen alemán, al que había convocado tras resistir a las presiones del régimen de Teherán, que solicitaba el veto del mismo tras haberse manifestado públicamente en contra del asesinato, hace dos meses, de Mahsa Amini, por no llevar correctamente colocado el velo. Azmoun formó de nuevo en punta con Mehdi Taremi, del Porto.

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Berhalter confió de nuevo en el valencianista Musah, el primero en intentarlo, en el octavo minuto, mediante un disparo lejano que se fue alto y otorgó la batuta a un imperial Weston McKennie, centrocampista de la Juventus.

Rezaeian -autor del segundo gol contra Gales- y Azmoun no se entendieron bien en un peligroso contraataque, minutos después; y los norteamericanos fueron extendiendo poco a poco su dominio. Tim Weah, hijo de George Weah, presidente de Liberia y Balón de Oro en 1985, advirtió en el 21 y los yanquis siguieron cocinando a fuego lento el primer tanto.

Éste llegó en el 38, cuando un sensacional cambio de banda de McKennie se convirtió en asistencia de cabeza desde la derecha del ex barcelonista Serginho Dest para que Christian Pulisic -al que Berhalter relevó de la capitanía, pero que sigue conservando el estatus del ’10’- introdujese el balón en la portería iraní.

Dominio americano

McKennie, en el descuento, le sirvió un perfecto balón al hueco a Weah, que tocó a la perfección y, tras dar en el poste, la pelota entró en la meta de Beiranvand; aunque Mateu, que poco antes había amonestado a Adams, anuló el gol, ya que el hijo del mito africano estaba en posición antirreglamentaria.



Sargent puso a prueba a Beiranvand nada más arrancar la segunda parte, pero los iraníes comenzaron a abrirse; y con ello se abrió, lógicamente, el partido. Rezaeian, desde la derecha y en el 52, le puso un centro que remató casi en plancha Ghoddos, que había entrado tras el descanso por Azmoun.

Taremi efectuó otra peligrosa internada por la izquierda siete minutos más tarde; levantando el ánimo de los numerosos aficionados iráníes, que prácticamente llenaban el fondo en el que atacaba en el segundo acto su selección y comenzaron a hacerse oír muy por encima del resto en el Al Thumama.

Ghoddos, que proporcionó más ritmo a Irán, especialmente por banda izquierda, estuvo a punto de empatar, al rematar un centro de Gholizadeh; pero poco después, con un partido no brillante, pero sí de ida y vuelta, Musah dispuso de otra ocasión, pero su falta directa salió alta.

Inglaterra dominaba claramente a Gales en el otro partido (3-0), por lo que se iban despejando las cosas: si se mantenía el resultado, Estados Unidos pasaba, pero si Irán empataba, se iban para casa y estarían en octavos los persas.



Berhalter reforzó la defensa dando entrada a Zimmerman y Moore, por Dest y un delantero, Sargent. Karimi la tuvo en el 81.; y Los estadounidenses sufrieron en los nueve minutos de la prolongación, más aún con el remate en plancha de Pouraliganji que salió rozando el poste de la meta de Turner.

Y en el último suspiro, para retomar la polémica, inseparable de la selección de Irán, hubo una jugada en la que los persas reclamaron penalti sobre Taremi que ni Mateu ni el VAR consideraron punible. Los valientes iraníes se marchan para casa; pero lo hacen con la cabeza bien alta.

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Qatar 2022: Marcus Rashford selló el pase de Inglaterra a octavos con dos goles

EFE.- Llevaba partido y medio Inglaterra sin echarse nada a la boca. Ni un simple gol. Estaba sumida en el sopor hasta que apareció Marcus Rashford, el hombre que alimentó a los niños de Inglaterra, para anotar un doblete, incluido un golazo de falta, y comandar el triunfo que mete a los ingleses en octavos como primeros de grupo (0-3).

El futbolista inglés, criticado por ciertos sectores de la sociedad inglesa por inmiscuirse en política y luchar por los niños desfavorecidos, acalló a la masa con una actuación sobresaliente y uno de sus mejores partidos desde que viste la camiseta de los ‘Tres Leones’. «Yo estoy listo», dijo en la previa, cuestionado por el cansancio y la apatía de Harry Kane contra Estados Unidos.



Y apareció. Lo hizo tras otros soporíferos 45 minutos de los de Gareth Southgate. Otro mar de aburrimiento en el que solo se atisbó un mano a mano errado por el propio Rashford. Fue un paradón de Ward, pero también una jugada que podía haber marcado la apuesta de Southgate por jugar de inicio con Rashford, en lugar de Bukayo Saka y Raheem Sterling, los hombres de los dos primeros duelos.

Ese error, más preocupante según pasaban los minutos e Inglaterra no encontraba el camino ante una cerrada Gales, no desanimó a un Rashford acostumbrado a luchar contra las adversidades. Contra adversidades mayores que un partido de fútbol.

Él creció en las afueras de Mánchester, en una familia humilde, sostenido por su madre; y por eso, cuando vio que el Gobierno británico cortaba las ayudas a los niños desfavorecidos durante la pandemia, puso el grito en el cielo y convenció a políticos para que dieran marcha atrás. Esto le ganó la amistad de muchos y el odio de unos pocos, que pensaban que su mal rendimiento en el campo y el fracaso del Manchester United estaban ligados a su buen corazón.

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Este martes, enfrente de seguramente varios de esos que le señalaron, Rashford cogió la pelota con personalidad a los 50 minutos. Era una falta a 25 metros de la portería, perfecta para Kieran Trippier, que no estaba en el campo como en aquella semifinal contra Croacia en Rusia. Empeine, disparo seco. Buscaba la escuadra y la encontró. Golazo de Rashford, golazo para toda Inglaterra.

El tanto anulaba a Gales, que necesitaba remontar, pero los de Robert Page, con un Gareth Bale que dio la espantada al descanso, seguramente lesionado, no tuvieron tiempo ni para digerir el 0-1.

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Rashford, otra vez, robó la pelota en banda, el esférico le cayó a Kane, que volvió a ejercer de catalizador. Echó una carrera, puso un pase fuerte al segundo palo y Foden apareció para acomodar el cuero en la jaula.



Al futbolista del United aún le quedaba un plato por servir. Esta vez tirando de individualismo, de regate y desborde. Caracoleó dentro del área, tiró raso y la pelota pasó entre las piernas de Ward.

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Noche magnífica para Rashford, que cuando se fue se llevó el abrazo de Southgate. Hoy sí le salió bien la apuesta al técnico inglés. Hoy sí Rashford le cayó bien a toda Inglaterra. Hoy no se llevará críticas.

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Qatar 2022: Países Bajos supera al local y se lleva el grupo

Países Bajos se suma al tres de octavos de final / Foto: FIFA

Santiago Aparicio, Al Khor (EFE).- Agarrado a la ley del mínimo esfuerzo, al ‘tran tran’ y sin grandes aspavientos sacó adelante Países Bajos el compromiso ante Catar para sellar su clasificación como primera de su grupo y despedir a su rival con los peores registros históricos para un anfitrión: todo derrotas.

La cita sirvió para pocas cosas. Únicamente para apuntalar el calendario, mejorar las cifras goleadoras de Cody Gakpo y lograr el triunfo necesario, modo trámite, para alcanzar los octavos de final como campeón de grupo. Espera ahora rival la oranje para las eliminatorias. El segundo del Grupo B, una cuestión en manos de Estados Unidos, Irán o Gales porque solo un imprevisto puede apartar a Inglaterra del primer lugar de ese grupo.



La fragilidad del adversario invitó a cierto relax al equipo de Louis Van Gaal que contó de titular con Memphis Depay. Hacía algo más de dos meses que el atacante del Barcelona no jugaba de inicio un partido. Disfrutó de apariciones en los otros dos encuentros, frente a Senegal y Ecuador y reclamaba más peso en el once.

Datos del partido: Países Bajos vs Qatar

Necesita reivindicar su protagonismo el futbolista azulgrana relegado desde el inicio de temporada a un papel secundario por el desembarco de refuerzos en el plantel de Xavi Hernández y desplazado al ostracismo por culpa de la lesión en el bíceps femoral de la pierna izquierda que le ha dejado sin minutos.

Estuvo activo desde que comenzó el choque aunque decayó en su ímpetu igual que el de todo su equipo. Tuvo una buena ocasión al cuarto de hora que se marchó por poco, cuando Países Bajos tenía arrinconado a Catar.

Tenía prisa el equipo neerlandés de ventilar la situación como antes y pensar en otras cosas, en empresas mayores. Se puso con ventaja poco antes de la media hora en una buena combinación que ofensiva que terminó con un pase de Davy Klaasen a Cody Gakpo que culminó bien.



El delantero del PSV, gran sensación al inicio de temporada por su puntería, despunta en Catar. Es de lo más solvente del cuadro de Van Gaal. Pudo engordar sus números a lo grande. Con el tanto que abrió el marcador igualó al ecuatoriano Enner Valencia y al francés Kylian Mbappe, líderes de los goleadores con tres dianas cada uno.

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Pero después decayó. Con el asunto encarrilado sesteó. Catar se animó y a base de entusiasmo se aproximó al área de Andries Noppert pero nunca dio sensación de ser capaz de marcar a pesar del ánimo que enviaba una grada a medio llenar.

Sobresalió su portero, Meshaal Aissa Barsham, que evitó algún gol más. De hecho, impidió que Memphis marcara. Disparó a bocajarro el nueve titular de Países Bajos y Barsham salvó el gol. El rechace lo recogió Frankie De Jong que a puerta vacía anotó el segundo al inicio de la segunda parte.

Desperdició una buena ocasión Países Bajos luego para darse un festín pero no estuvo por la labor. Dosificó energía y permitió jugar a su rival en el tramo final, en busca de un honroso gol, en sus últimos coletazos como mundialista.

Ficha técnica:

2 – Países Bajos: Andries Noppert; Jurrien Timber, Virgil van Dijk, Nathan Ake, Denzel Dumfries; Marten de Roon (Teun Koopmeiners, m.82), Frankie de Jong (Kenneth Taylor, m.86), Deley Blind; Davy Klaassen (Steven Berghuis, m.66), Cody Gakpo (Wout Weghorst, m.83) y Memphis Depay (Vincent Janssen, m.66).

0 – Catar: Meshaal Aissa Barsham; Ismail Mohammad (Musab Al Khader, m.85), Pedro Miguel, Boualem Khoukhi, Abdelkarim Hassan, Homan Ahmed; Abdelaziz Hatem (Ahmed Alaaeldin, m.85), Assim Madibo (Karim Boudiaf, m.64), Hasan Al Heidos (Ali Assadalla Thaimn Qamb, m.64); Akram Afif y Almoez Ali Zainalabedeen Abdulla (Mohammed Muntari, m.64) .:

Goles: 1-0, m.26: Cody Gakpo; 2-0, m.49: Frankie De Jong.

Árbitro: Bakary Gassama (GAM). Mostró tarjeta amarilla a Nathan Aké, de Países Bajos.

Incidencias: encuentro de la tercera jornada del Grupo A del Mundial de Qatar 2022 disputado en el Al Bayt Stadium de Al Khor ante 66.784 espectadores.

Foto: FIFA

Qatar 2022: Ecuador se queda en el camino ante Senegal

Senegal avanza a octavos / Foto: FIFA

Luis Miguel Pascual, Al Rayyan (EFE).- No habrá Tri en los octavos del Mundial de Qatar, castigada la selección ecuatoriana en el último partido, la recta final de un sueño que se apaga con tanta amargura como ilusión había despertado una selección que no fue capaz de rescatar el punto que le faltaba frente a Senegal (1-2).

Los campeones de África merecieron la victoria, más incisivos, más decididos a ganar el encuentro que les permitía superar, por segunda vez en su historia, la fase de grupos de un Mundial, 20 años después de que alcanzaran los cuartos.



Y cuatro más tarde del fracaso ante Colombia, esta vez superaron a una Ecuador que pagó su inexperiencia, la bisoñez de la benjamina de un Mundial que abandonan con lágrimas en los ojos pero muchas promesas de futuro.

Ecuador se doblegó en el último tramo, tras ilusionar contra Catar y sorprender frente a Países Bajos, tras demostrar que la apuesta de Gustavo Alfaro, la de una joven generación colmada de talento formado en Europa, tenía cabida entre los mejores.

La Tri lo demostró con creces, pero le faltó el realismo de la alta competición, el que tuvo una Senegal más bregada en esas citas, una selección sólida que ha sabido sobreponerse a la baja de su estrella, Sadio Mané, el segundo en la lista del Balón de Oro 2022, al que una lesión sacó de la competición.

La Tri descubrió un papel que, hasta ahora, no le había tocado jugar en Catar, el de la nación sometida por el rival, que impuso un ritmo infernal, tensión absoluta, mucho físico para ir acorralando al combinado sudamericano en su área.

Datos del partido: Ecuador vs Senegal

El ímpetu africano fue tan intenso que apenas dejó oxígeno a los de Alfaro para respirar, sometidos a los envites casi desde que se dio el pitido inicial, inaudible entre las salvas de tambores de la grada senegalesa.

Desde el primer compás avisó Idrissa Gueye sobre las intenciones de una selección que necesitaba el triunfo y no pasó ni un instante sin que la meta de Galíndez dejara de estar en su mirilla.

Boulaye Dia se sumó al acoso a los 8 minutos, dando el tono a otros compañeros en una labor de acoso y derribo que se saldó con una docena de disparos en 45 minutos, más que en todo lo que llevaba de Mundial la sólida zaga ecuatoriana.

En medio de la tormenta, solo un par de estiradas de Enner Valencia y Moisés Caicedo dieron tregua a la Tri, que no tardó en verse de nuevo asediada.

No era un acoso brutal, Senegal no conseguía desarbolar a la zaga ecuatoriana, menos segura que en los duelos previos, pero era una lluvia fina, no hiriente pero constante, que iba impregnando de peligro el partido. Peligro para Ecuador. Peligro de muerte.

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La sangre llegó cuando asomaba el descanso e Ismail Sarr lo intentó de nuevo, esta vez pilló desprevenido a Félix Torres y obligó a Piero Hincapié a acudir en su rescate, pero el defensa del Leverkusen lo hizo con tanta brutalidad que arrolló al jugador africano dentro del área.

La víctima del penalti se encargó de transformarlo, con suavidad, al engaño, para colocar a Ecuador en posición peligrosa, obligado ahora a remontar, los papeles cambiados.

Tocaba ponerse las galas que vistieron ante Países Bajos, las que despertaron admiración por la forma en la que hicieron hincar la rodilla a una de las aristócratas del fútbol, pero frente a otra de las de abajo, una Senegal bien trabajada y urdida, no fue suficiente.

Alfaro revolucionó su centro del campo dando entrada a Sarmiento y Cifuentes para llevar el partido más arriba y el segundo avisó en apenas 3 minutos con un disparo lejano que detuvo Mendy sin problemas.



Se anunciaba tormenta sobre el portero del Chelsea, pero la Tri se atascó en el duelo de musculatura que planteó Cissé, incapaz de encontrar fluidez entre tanta adrenalina que enfangó el partido, sin que la Tri supiera liberarse del enredo.

El banquillo envió al rescate a Djorkaeff Reasco, el hijo de Neicer, que en 2006 participó en la Ecuador que se clasificó para octavos de final, un joven futbolista del Old Boys argentino que, minutos antes del encuentro se había reunido con el ídolo francés de quien tomó prestado su nombre.

La reacción llegó a los 68 a balón parado, un córner peinado por Félix Torres que acabó en las piernas de Caicedo, que libre de marca solo tuvo que fusilar a Mendy.

Pero la alegría apenas duró dos minutos y la sanción llegó también a balón parado, en una falta desde la derecha del ataque senegalés que Enner Valencia despeja mal y acaba en las botas de Kalidou Koulibaly para dar de nuevo ventaja a los africanos.

El golpe fue ahora imparable, porque la ilusión todavía no había llegado a la mente de los ecuatorianos, que se veía de nuevo obligados a remontar, a perseguir un sueño.



Ecuador no se repuso, bregó en busca de nuevo del empate salvador, pero la fe esta vez no fue suficiente y tampoco apareció el talento.

La reacción fue fría, casi inexistente, como si Ecuador se resignara a una suerte cruel pero inapelable, rendidos a la superioridad de una Senegal que no le perdió la cara al encuentro. Fue una despedida triste para un Mundial ilusionante. Un adiós al presente para abrir pronto las puertas del futuro.

Ficha técnica:

1- Ecuador: Galíndez; Preciado (Porozo, m.85), Torres, Hincapié, Estupiñán; Franco (Sarmiento, m.46), Gruezo (Cifuentes, m.46), Caicedo; Plata, Estrada (Reasco, m.64), Valencia

2- Senegal: Mendy; Sabaly, Koulibaly, Jakobs, Diallo; Ciss (N. Mendy, m.74), P. Gueye; Ndiaye (Dieng, m.74), I. Gueye, Sarr; Boulaye Dia (Cissé, m.95)

Goles: 0-1, m.44: Sarr (p); 1-1, m.68: Caicedo; 1-2, m.70: Koulibaly

Árbitro: Clément Turpin (FRA), amonestó al senegalés Gana Gueye.

– Incidencias: Partido del grupo A de la primera fase del Mundial de Qatar disputado en el estadio Khalifa de Al Rayyan ante unos 40.000 espectadores. EFE

Qatar 2022: Un doblete de Bruno Fernandes instaló a Portugal en los octavos de final

(EFE).- Uruguay se jugará todo en la última fecha en el Mundial 2022, ni siquiera le vale el empate en la última jornada contra Ghana, nada más una victoria difícil hoy por hoy para la selección celeste, víctima de sus propios miedos durante una hora de partido, doblegado por dos goles de Bruno Fernandes, Diogo Costa y su ineficacia cuando perdió sus complejos (1-0), demasiado tarde para impedir la clasificación de Portugal.

Dos Uruguay para una derrota. Una, hasta el gol en contra, tan insustancial, tan conformista, tan falta de ambición, tan imprecisa, que siempre jugó al filo de la caída, de cualquier detalle.

Otra, desde el 1-0 en adelante, que se acercó a todo lo que debe ser, con presión, con atrevimiento, con intensidad y con una ofensiva que no alcanzó el éxito, pero que pone en evidencia y cuestiona las razones de la puesta en escena de Diego Alonso.

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No fue una casualidad el empate a cero contra Corea del Sur. Ni lo es su comprometida posición en el grupo. No está aún -y ya no queda margen- a la altura Uruguay de lo que pretende.



Entre tanta expectativa, entre tanta convicción en sus palabras, entre tanta atracción en algunos de sus futbolistas, en una hora fue un equipo sin identidad, con un plan conservador e ineficaz, que transmite expresivamente el temor al fracaso en el Mundial Qatar 2022. No aparecía Valverde. Ni Cavani. Ni Darwin Núñez. Faltaba juego. Y carácter.

Ni la agitación del sistema, de dos a tres centrales, de laterales a carrileros; ni la apariencia de la presión en campo contrario, más visual que práctica; ni la irrupción de Cavani, quizá por aquello de que fue él quien marcó los dos goles que eliminaron a Portugal en el último recuerdo mundialista en Rusia 2018; ni el arrebato de orgullo de Bentancur, el único este lunes por encima de la media; ni alguna carrera de Darwin Núñez, tan inexpresivo como el resto. Nada remediaba la intrascendencia. Un problema de Uruguay.

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Necesitaba más el grupo de Diego Alonso, contenido por su propia prudencia, resistente por la contundencia de sus centrales, con la que soportó los ratos en los que le dio toda la iniciativa a Portugal, y sólo aligerado del peso de la presión, de la responsabilidad táctica, cuando surge una individualidad que tira hacia adelante sin atender a otros rigores, como ocurrió cuando Bentancur dejó por el camino a tres rivales, pero Diogo Costa le tapó el mano a mano.

Lo mejor en el primer tiempo (lo único, también) del ataque de Uruguay, tan poco con tanto en juego, encomendado a un contragolpe, a una inspiración, a un giro de guión inesperado, a una segunda jugada que promovió unas cuantas veces, en cuanto sintió el apuro de la presión sobre su área del rival, con unos pelotazos de lado a lado del campo que siempre ganaron Ruben Dias o Pepe, el reemplazo del lesionado Danilo Pereira en el once.

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A las bajas del central del París Saint Germain, un titular indiscutible en el esquema de Fernando Santos, y Otavio, ausente este lunes por una dolencia muscular, Portugal sumó otra más. Ya la tuvo en la primera jornada y recayó en la segunda: Nuno Mendes, el lateral del PSG, cuya reaparición en el once, descartada en la víspera por el técnico, duró 42 minutos, cuando se resintió, se tiró al suelo, se levantó y tomó el camino del vestuario, quizá hasta el de la despedida de Qatar 2022, dependiendo de lo que dicten las pruebas.

Portugal, mucho mejor

No daba entonces más de dos pases seguidos Uruguay de medio campo hacia adelante. Sí lo hizo Portugal, al que tanto le dio doblar y hasta triplicar la posesión de su rival a lo largo de varios tramos del partido, porque, entre tanto control, entre tanto pase, le faltó desborde ante la defensa contraria, hasta el segundo tiempo, hasta que Joao Félix remató al lateral de la red y hasta que Bruno Fernandes y Cristiano Ronaldo lo pusieron todo patas arriba.

A Bruno, con demasiado espacio para perfilarse y proponer el centro desde una esquina del área, con Godín a la expectativa, le corresponde un porcentaje altísimo del gol, porque su centro fue al sitio concreto, entre el descuido de Varela para validar la posición de Cristiano Ronaldo y el fuera de juego que reclamó el resto de la defensa celeste, pero también al mejor goleador de la historia de Portugal, que, como poco, despistó (pareció que la peinó en un primer momento) a Rochet. La FIFA le otorgó a Bruno el 1-0, en el minuto 55.

A nadie le extrañó el gol. No por una cuestión de ocasiones, ni siquiera por un dominio abrumador de Portugal, que nunca fue tal, sino porque Uruguay apareció como un oponente menor hasta entonces, incomprensible cuando la clasificación para las octavos está tan en juego, inapropiado con toda la capacidad que tiene, como demostró en cuanto percibió con absoluta nitidez que la única manera de sobrevivir es lanzándose al ataque.

Entonces sí, Uruguay se elevó a una altura más reconocible, recompuso su ambición (inexistente ante Corea del Sur, inexpresiva durante una hora contra Portugal), alteró el discutible plan que Diego Alonso diseñó para ganar el encuentro y se liberó de toda la opresión táctica por la que circuló desde el principio, tan preparado para el error ajeno, tan obsesionado con el error propio, que el ataque, tan crucial, pasó a un lugar secundario.



Cuando fue una prioridad, cuando de verdad fue a por lo que había venido, era ya demasiado tarde. Ni con Cavani ni con Darwin Núñez. Ni después con Luis Suárez, a punto del 1-1, ni Maxi Gómez, con un derechazo al palo. Ni tampoco con De Arrascaeta, frustrado por Diogo Costa, los ejemplos irrebatibles de que si hubiera querido ganar antes todo habría sido posible para Uruguay, que bordea el fiasco en Qatar 2022.

Si no vence a Ghana en la última jornada, se despedirá. Bruno sentenció de penal. Él mismo provocó una polémica y discutible mano de Giménez, y él la sentenció.

Foto: Getty Images

Qatar 2022: Un derechazo de Casemiro metió a Brasil en octavos de final

(EFE) – No tuvo a Luka Modric ni a Toni Kroos a su lado, pero Casemiro, o ‘Casemito’, como siempre que le necesitan, salió al rescate de su equipo para conectar un disparo con el empeine, a bote pronto, y mandar a Brasil a los octavos de final del Mundial (1-0).

El centrocampista del Mancheter United, que bromeaba en la previa con qué compañeros se encuentra más cómodo en el medio. «Luka Modric y Toni Kroos», desactivó el sopor de su equipo, que sigue con problemas de creación de juego y de conexión con el ataque, y finiquitó el pase de los brasileños a octavos.

Segunda selección con el billete ya comprado, junto a Francia, pero con más dudas en el juego que los galos.



No es ningún misterio. A Brasil le está costando abrir los partidos. La selección de Tite toca y toca, pero sufre un mundo para descolocar defensas tan bien trabajadas como la Serbia y la Suiza.

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Los de Murat Yakin, además, no renunciaron a la pelota con el desprecio con el que lo hicieron los balcánicos. Intentaron disputar la posesión a Brasil y controlaron el partido durante bastantes minutos, cerrando espacios a Brasil y haciendo buena esa máxima: «si tú tienes el balón, tu rival no lo tiene». Johann Cruyff era un genio.

La presión alta de los suizos, unido a un centro del campo poco creativo, que echa de menos la creatividad del ’10’, obligó a volcar el juego brasileño a la banda. Mientras Neymar tenía que ver el partido desde el hotel, con el dolorido tobillo en alto, Raphinha asumía el papel protagonista.

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De sus botas nació la poca magia de la que disfrutó el primer tiempo. Un centro precioso para que Vinícius, con la espinilla, fallase un gol clamoroso, un desborde desde la banda que terminó en disparo a las manos de Sommer y varios pases verticales erráticos.

No brilló el del Barcelona por su precisión, pero sí por su carácter para coger las riendas de un equipo falto de líder en ataque.

En este contexto de sopor, en el que solo Raphinha y muy poco de Vinícius brillaba, Suiza aprovechó la descompostura para mandar avisos.

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Primero en un balón muerto en un córner en el que Rubén Vargas se escabulló de Thiago Silva, antes de que Alisson le arrebatara la pelota, y más tarde cuando un pase de 30 metros encontró a Widmer dentro del área. El lateral suizo se acomodó la pelota y buscó un pase de la muerte que desactivó Militao.

Sentenció la canarinha 

A Brasil le entraron las prisas y Tite metió a Rodrygo en lugar de Paquetá, su plan más ofensivo. El empate no era malo, pero este partido era para ganarlo y creyó encontrar el antídoto en una enrevesada jugada que comenzó a trompicones en el centro del campo y que terminó con una triangulación entre Rodrygo, Casemiro y Vinícius, que sorteó a un defensa y tras un amago definió ante Sommer.

La alegría fue efímera; el VAR vio el fuera de juego de Richarlison en la construcción de la jugada. Vuelta a empezar.



Brasil no era capaz de conectar con su gente de arriba y la única opción era confiar todo a la arrancada de Vinícius o a una jugada aislada. Una vez más, como ante Serbia, Brasil confió en que alguien agitara la lámpara mágica, y esta vez no fue Richarlison, fue Casemiro.

Combinó con Rodrygo en la frontal y sacó un disparo seco, botando y que, tras tocar ligeramente en un defensor suizo, se alejó hasta meterse junto al palo. De primeras, un golazo; de segundas, también, pero con un pelín de suerte.

No le hizo falta más a Brasil, que aseguró su segunda victoria del torneo y ya está en octavos de final. Virtualmente es también primera, solo un descalabro ante Corea del Sur se lo impedirá.

Foto: FIFA

Qatar 2022: Ghana venció a Corea del Sur y se acerca a los octavos

EFE.- Mohammed Kudus, mediocampista de Ajax, aplacó la rebelión de Corea del Sur rubricada por un doblete de Cho Gue-Sung con el que neutralizó en un suspiro el 0-2 con el que Ghana llegó al descanso, y firmó el tanto del triunfo (2-3) que permite al conjunto africano apuntarse a la lucha por alcanzar los octavos de final del Mundial de Qatar.

Fue un partido emocionante, vibrante, bello, por momentos loco. Estuvo marcado de entrada por la eficacia en ataque del equipo de Otto Addo, que se puso en ventaja en sus dos primeros y únicos remates al arco en el periodo inicial, y tras el intermedio por la reacción de los surcoreanos, con un doblete en tres minutos del atacante del Jeonbuk Hyundai. Pero Kudus frenó la remontada al remachar un centro desde la izquierda y tras un remate fallido de Iñaki Williams.

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El triunfo da alas a las ‘estrellas negras’, que supieron sufrir a partir de ese momento el acoso insistente del enmascarado Son Heung-Min y sus compañeros, inasequibles al desaliento, luchadores sin descanso, como su apodo indica, Guerreros de Taeguk.


El conjunto de Otto Addo, que planteó numerosos problemas a Portugal en su primer partido, demostró que no va de farol. El fútbol africano ha resucitado tras una primera jornada más que gris y lanza un aviso a Uruguay, con la que se jugará el pase el viernes.

Su pegada en la primera mitad fue absoluta. Dos goles en dos remates. Había sido inferior. Corea del Sur, que tan buenas vibraciones había dejado en el empate ante la Celeste, con Son Heung-Min como amenaza constante, había tenido una mejor puesta en escena.

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Su presión para el robo del balón y su dinamismo le metió en el área del cuadro africano. Sacó un córner tras otro Corea del Sur, pero no llegó ni siquiera a generar ocasión clara alguna. Ghana amainó el fogoso inicio surcoreano, comenzó a respirar y dio dos zarpazos certeros con los que parecía sentenciar antes del intermedio el partido.

Pese a que Iñaki Williams volvió a ser un islote en punta, sin apenas tener opciones de nada, una acción a pelota parada acabó con un barullo en el área que remachó Mohammed Salisu. Diez minutos después, en el 34, un centro de Jordan Ayew lo remató de cabeza con gran precisión Mohammed Kudus.

Fortaleza africana

Enorme premio para Ghana y duro castigo para el conjunto del portugués Paulo Bento, hasta entonces mejor y desde ahí a contracorriente para evitar que se prolongara el maleficio que le atrapa en los segundos partidos de las fases finales mundialistas. Nunca lo ha ganado, y ya van once ediciones.

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Aún así, quiso rebelarse a sus penurias y, nada más saltar al campo el mallorquinsta Lee Kang-In, dos cabezazos de Cho Gue-Sung en el espacio de tres minutos neutralizaron el marcador en un suspiro con media hora por delante. El delantero del Jeobunk Hyundai emergió como un Guerrero Taeguk entre la defensa ghanesa, en ambos casos a centro del Kim Jin-Su, para devolver las tablas al marcador del estadio Ciudad de la Educación.


Pero en esa locura en la que se había metido el partido, Ghana se levantó de la lona a la que había caído, y devolvió el golpe también casi de inmediato. Un centro desde la izquierda no acertó a rematarlo Iñaki Williams pero el balón llegó a Kudus, que revolvió con un disparo raso.

Fue la sentencia a un partido que ya no paró hasta el final. Los hombres de Paulo Bento lo intentaron sin desmayo, por un lado y por otro, por cielo y tierra, ante el meta Lawrence Ati Zigi. Ghana trató de dar la puntilla a la contra, sufrió lo indecible, pero le bastó el tanto de Kudus para posicionarse a las puertas de los octavos con el choque ante Uruguay en el horizonte.

Foto: Getty Images