Japón remontó y liquidó a Alemania para ganar en su debut en el Mundial

EFE.- La selección de Japón destapó las carencias de una Alemania que antes de empezar tapó sus bocas y que, luego, fue castigada por no sentenciar cuando pudo y carecer de la pegada de antaño.

Los nipones consiguieron así uno de los grandes triunfos de toda su historia y la segunda gran campanada de Qatar 2022 tras la victoria de Arabia Saudí sobre Argentina.



Parecía que un penalti un tanto inocente del meta de Japón y la frescura del joven Jamal Musiala iban a impulsar a Alemania a un triunfo imprescindible en la lucha por los octavos antes de medirse el domingo a la selección española.

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Quedó demostrado que la ‘Mannschaft’ no es ahora mismo la octava maravilla pese a su solvente clasificación para este Mundial de Qatar. Pero con la base del Bayern Múnich, el equipo del que llegó a la selección Flick, es un conjunto poderoso en lo físico y con fútbol y la ambición de siempre. En cambio, Japón le ratificó que no le da para grandes aventuras.

Está liderada como es habitual por Thomas Müller, que encarna el espíritu irreductible de los grandes momentos y dispone de un joven talento que brilló con luz propia. Cuando el futbolista del Bayern dejó el campo junto a Gundogan el equipo se vino abajo.

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Los cambios no le dieron fruto alguno a Flick. También retiró, y no le funcionó nada bien, a Musiala, quien con 19 años y 270 días se convirtió en el jugador alemán más joven en jugar una Copa del Mundo desde Karl-Heinz Schnellinger en 1958 (19 años y 72 días).

Ya ha demostrado en el Bayern que pese a su juventud es de esa nueva generación que avecina muchas cosas y todas muy buenas. Se movió entre líneas con ligereza, muchas veces indetectable, hizo jugadas de una enorme habilidad entre un mar de rivales, y con su frescura y despliegue mantuvo el vigor ofensivo que necesitaba la selección germana, pero todas sus ocasiones se fueron al traste, dejaron vivos a los nipones y estos acabaron por hacer historia cumpliendo con el guión.

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El plan táctico había sido el previsto. Hajime Moriyasu resguardó a su equipo a la espera de algún contragolpe, circunstancia que estuvo muy cerca de ofrecer sus réditos, y los germanos de Hansi Flick se las vieron y desearon para deshacer la tela de araña.

Para sacar el balón situó a Sule pegado a la derecha, a Rudiger por el centro y a Schlotterbeck más a la izquierda. David Raum, a la postre decisivo, tenía libertad para ocupar todo el carril izquierdo pero muy adelantado; Kimmich y Gundogan llevaron la manija en el centro del campo buscando siempre al joven Musiala entre líneas para nutrir a Gnabry, Müller y Havertz, este la punta de lanza.

Paciencia japonesa

Los nipones, que ofrecieron el debut mundialista del joven Take Kubo gracias a la buena campaña que está cuajando en la Real Sociedad, fueron disciplinados y solidarios, también como marca su estilo.

Las instrucciones de Moriyasu eran claras. Paciencia, orden y salir a la carrera cuando la ocasión lo permitiera. Así incluso llegaron a dar un susto de entrada a los germanos. A los ocho minutos Maeda batió a Manuel Neuer, pero estaba en fuera de juego en el momento del pase de Junya Ito, el que mejor interpretó la cuestión de salir en velocidad.

El madridista Rudiger y sus compañeros de línea, más Kimmich y Gundogan, entendieron el aviso. Nada de relajación. Era necesaria la máxima concentración y contundencia para evitar sustos como en el pasado, sin ir más lejos en el Mundial de Rusia 2018.

Alemania metió una marcha más y sin avasallar, fue poco a poco metiendo en su área a Japón, cuyo capitán, Maya Yoshida, despejó un disparo de Gundogan que se colaba, pero que se vio por detrás cuando el guardameta, que había tenido una magnífica intervención a otro tiro de Kimmich, cometió un penalti un tanto inocente sobre Daum que no desaprovechó el centrocampista del Manchester City.

La diana despejaba un tanto algunas de las dudas que podía haber en los jugadores de Flick y consolidaba su superioridad ante el luchador conjunto japonés, un hueso duro de roer que en cualquier caso no iba a rendirse tan fácil.

El VAR evitó que al descanso se llegara con una ventaja mayor al anular por fuera de juego un tanto de Kai Havertz, y los palos tras el descanso en sendos disparos de Gnabry y Gundogan, sin olvidar cuatro paradas seguidas de Gonda que desesperaron al extremo del Bayern.



Tuvo la sentencia el bloque germano. Desaprovechó sus ocasiones y la inspiración de Musiala. En otros tiempos, más pletóricos, hubiera remachado a su rival seguro. Ahora aún no es lo que era. Dejó vivo al conjunto japonés, que aún se atrevió a mantener en vilo y ha obligar a Manuel Neuer a convertirse en el salvador en un remate de Ito.

Gonda tuvo una cuádruple intervención clave. Japón siguió creyendo a la contra y sus cambios tuvieron la recompensa con los goles de Ritsu Doan y Takuma Asano, cuya entrada desarboló a Rudiger y compañía, para ofrecer el segundo bombazo del torneo ante una Alemania obligada a cambiar mucho si quiere meterse entre los aspirantes a la corona.

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Croacia se tuvo que conformar con un empate insípido ante Marruecos

DOHA (EFE).- El talento y la influencia de Luka Modric no bastó para doblegar a Marruecos (0-0), el primer adversario en la Copa Mundial de Qatar 2022 del subcampeón del mundo, que mantuvo el tipo con solvencia y que mostró más ambición que Croacia/b> en el tramo final para lograr el triunfo.

Los vatreni tuvieron una puesta en escena discreta, pero con los cálculos intactos en un grupo abierto que completan Bélgica y Canadá. De hecho, minimizó riesgos en el último tramo, cuando el equipo africano creyó más en la victoria.

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Le fue bien así a Croacia en Moscú. Los cálculos le salieron. Nadie empató más partidos que el cuadro balcánico que resolvió sus eliminatorias en la prórroga o en los penaltis. Aunque en Qatar es distinto. Carece de alguno de aquellos integrantes de ese excelente grupo y los que quedan tienen cuatro años más.



Es el caso de Modric, el faro croata. Elegido el mejor jugador del encuentro, fue de más a menos el jugador del Real Madrid que dio luz ocasionalmente a su equipo. Pero no fue suficiente. El resto no siguió sus momentos de lucidez. No hubo respuesta. Y se apagó paulatinamente, con el paso de los minutos, ante un rival que crecía cada vez con más convicción.

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No tomó un rumbo definido un partido que se le escapaba del control a Croacia, incómoda al inicio sobre todo y sometida al barullo que proponía Marruecos. Era más cosa de errores que de aciertos. Luka Modric no lograba dar continuidad al ritmo y su rival ejercía una presión incómoda para el subcampeón del Mundo.

Ya no es una sorpresa el cuadro de Zlatko Vladic que ya ofreció su máxima expresión hace cuatro años en Rusia. Ya no va de tapado el combinado balcánico que ahora anda metido en una paulatina renovación, que busca talentos del nivel de los que la destacaron en su época dorada. Siguen algunos aún, especialmente Modric, necesita otros para establecer el engranaje adecuado.

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Marruecos, ahora ya con futbolistas reputados que se ganan la vida en clubes de las grandes ligas, pretendía hacer de la anarquía, virtud. Y complicó a Croacia, de talento e inspiración pero con más método.

Fue Achraf Hakimi, el que más proyección tiene entre los ‘Leones del Atlas’, el que más complicó al subcampeón al principio. Le costó a Borna Sosa tomar la medida al futbolista del París Saint Germain que tuvo un par de acercamientos, advertencias.

A excepción de un tiro de Ivan Perisic, lejano, con Bono descolocado, propiciado por un fallo en la entrega de Selim Amallah, no hubo noticias en las porterías hasta el tramo final de la primera parte.

De hecho, el meta del Sevilla salvó a Marruecos cuando Nikola Vlasic llegó a un centro de Sosa desde la izquierda. Y justo después, Luka Modric recogió un rechace en la media luna, con Bono en el suelo, que rozó el larguero.

Mucho más activo estuvo el arranque tras el intermedio. Noussair Mazraoui, de cabeza, cabeceó en el área pequeña y obligó a Dominik Livakovic a intervenir por primera vez. La acción sacó del partido al defensor del Bayern Múnich que quedó lesionado.



La tuvo Achraf en un golpe franco, preciso. No se complicó Livakovic y puso los puños para quitarse el balón de encima. Marruecos se había animado, Croacia no tenía el control.

Walid Regragui recurrió a Ez Abde, el futbolista del Osasuna, para hacer más vertical a Marruecos. Más velocidad, más madera.

Buscó con más empeño un premio mayor Marruecos y Croacia empezó a asumir el valor del empate. No desdeño el punto el combinado de Dalic que emplazó una situación mejor para los compromisos posteriores frente Canadá y Bélgica.

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Giroud entró en la historia al igualar a Henry como máximo goleador de Francia

Prensa FIFA.- ¡51! Alcanzó el famoso récord. «Él» es obviamente Olivier Giroud, goleador por vez 51 con la camiseta de la selección de Francia durante su presentación 115 con el conjunto nacional.

El delantero iguala así el récord que ostentaba Thierry Henry, que marcó por última vez vestido de azul el 14 de octubre de 2009, en las eliminatorias europeas de Sudáfrica 2010 en la victoria por 3-1 sobre Austria.

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Giroud, que también está protagonizando un magnífico comienzo de temporada con el AC Milan, logró este récord en la Copa Mundial de la FIFA Qatar 2022, ante Australia, gracias a un excelente doblete. Una especie de liberación para el goleador que no había marcado en la competición mundial desde su gol en la victoria por 5-2 sobre Suiza en Brasil 2014.



Se había proclamado campeón del mundo sin marcar, situación con la que, sin embargo, no se había obsesionado. «Inevitablemente resulta en un poco de frustración, pero esto se ha solucionado en gran medida con el título», le había dicho a Le Parisien. «Lo colectivo tiene prioridad sobre los individuos. A menudo tuve que hacer un trabajo un poco diferente, hacer sacrificios para ayudar al equipo a llevar la cuenta», agregó.

Esta vez, el que se describe a sí mismo como un «atacante a la antigua» ha hecho destacar su individualidad. Y fue el colectivo el que salió más fuerte y con los tres puntos para acomodarse rumbo a los octavos de final de la Copa Mundial.

Foto: FIFA

Francia comenzó la defensa del título con una goleada a Australia

ESPN.- Si a los campeones se les identifica por su capacidad de superar las adversidades, Francia se puso credenciales de campeona tras derrotar por 4-1 a Australia en su debut en el Mundial de Qatar luego de remontar un gol en contra y dejar en la estadística algunos datos para la historia.

La reacción francesa estuvo apoyada en la fortaleza de dos debutantes, Tchouaméni, un pilar en el centro del campo, y en el instinto de Rabiot, autor de un gol y una asistencia.



Pero sobre todo en la contundencia de su delantera, empeñada en figurar en los anales, con un Giroud que gracias a su doblete igualó con Thierry Henry como máximo anotador de Francia en todos los tiempos, 51 dianas en 115 partidos, mientras Kylian Mbappé conseguía su quinta diana en un Mundial sin haber cumplido los 23, en la estela del gran Pelé.

Los estiletes estuvieron bien respaldados por Ousmane Dembelé, que dio la asistencia del tanto a Mbappé, y por Antoine Griezmann, que no ha faltado en ninguno de los últimos 68 partidos de Francia, un récord para el jugador del Atlético de Madrid.

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Ganar a Australia, la última selección en sacar billete para Qatar, no da credenciales de campeón. Pero sí hacerlo como lo hizo Francia, superando el mazazo inicial del gol adverso, de la lesión de Lucas Hernandez, de una cierta apatía en el césped, todo eso sin temblar, sin necesidad de acudir a estridencias.

Francia lleva meses buscando eso, la serenidad que le otorgó el Mundial hace cuatro años y que las lesiones se empeñan en perturbar.

Pero ni por esas se sobresalta la campeona, que salió en tromba a resolver pero se encontró con una aguerrida Australia, dispuesta, como hace cuatro años, a hacerle bajar al barro de la pelea.

Así frenó el asalto inicial de Dembelé y Mbappé y se marchó a la aventura ofensiva, donde encontró oro en el minuto 9, cuando Leckie desafió a Lucas y este se desplomó con la rodilla tocada, lo que permitió al «socceroo» centrar al corazón del área para que Goodwin superara a Lloris.

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Parecía que seguía maldita la campeona, que llegó a Qatar sin dos piezas clave como Ngolo Kanté y Paul Pogba y, una vez en el Golfo Pérsico, dijo adiós al Balón de Oro Karim Benzema.

Pero no hay superstición en el grupo de Deschamps, más bien fe en sus opciones, en su juego. Es cierto que el centro del campo apenas tiene experiencia internacional, que la defensa está encontrando su camino.

Los galos apretaron

Tras unos minutos desorientada, en las que pareció asomarse al precipicio, Francia tiró de galones. Tchouaméni se puso al timón del equipo y el viento fue virando.

Theo Hernandez, que había sustituido a su lesionado hermano, recibió un balón rechazado en la presión francesa en la medular y lo envió con dulzura al área para que, libre de marca, Rabiot empatara la contienda de cabeza.

El tanto devolvió la calma total a Francia, que desplegó su fútbol por las bandas, Dembelé por la derecha, Mbappé por la izquierda, hasta que acabaron por desquiciar a una zaga australiana no apta para tanta dinamita.

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El gol francés se intuía y llegó nada más superarse la media hora cuando Rabiot robó, hizo la pared con Mbappé y colocó el balón franco para que Giroud marcara su diana 50 vestido de «bleu».

El jugador de Milan, de 36 años, el gran beneficiado de la ausencia de Benzema, quedaba así a solo un tanto de convertirse en el máximo anotador francés de todos los tiempos empatado con Thierry Henry.

Con la situación bajo control, Mbappé falló un gol a puerta vacía tras un gran pase de Griezmann cuando estaba a punto de cumplirse el tiempo reglamentario y Australia dio otro susto ya en el descuento cuando un cabezazo de Irvine que parecía manso tocó en el palo de Lloris.

Tras el reposo, Francia saltó con ganas de finiquitar el encuentro impulsado por la ambición de sus atacantes de hacer historia.

Giroud lo intentó de chilena en el 50 y Mbappé, que no tuvo su noche más acertada, se estrelló en varias ocasiones con la defensa australiana, hasta que finalmente, a centro de Dembelé, lo hizo de cabeza en el 68.

El parisino, designado como la brújula de Francia en ausencia de Benzema, suma ya cinco goles en mundiales y se convierte en el segundo futbolista que más goles ha anotado en mundiales con menos de 24 años, solo superado por los siete que anotó Pelé.



Pero la joven estrella quiso dar galones al veterano Giroud, al que tres minutos más tarde dejó en bandeja el cuarto gol, el número 51 de la carrera del jugador de Milan, que igualó a Henry como máximo artillero «bleu».

La fiesta estaba completa y Francia tiene ya su partido perfecto, la dinámica que pedía Deschamps para revalidar el título mundial.

México y Polonia pactaron sin goles en su debut en Qatar

AFP.- México empató sin goles ante Polonia, este martes en el Stadium 974, en la primera jornada del grupo C del Mundial, en un duelo en el que fue determinante el arquero Guillermo ‘Memo’ Ochoa, que paró un penal lanzado por Robert Lewandowski.

Con este resultado la llave queda liderada por la ‘cenicienta’ Arabia Saudita, que dio el gran golpe en el Mundial al ganar 2-1 a Argentina, seguida por México y Polonia, que suman un punto. En el Stadium 974, ante 40.000 espectadores, prácticamente una marea verde de hinchas del Tri, el ‘Memo’ alargó su leyenda mundialista con una atajada ante la estrella del Barcelona.

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Todo pudo bascular en el minuto 54. Lewandowski recibió en el área y sacó petróleo. Disputó un balón con Héctor Moreno, que acabó por derribarlo y el arbitro señaló penal tras consultar el VAR. El delantero del Barcelona no estrenó su casillero en los Mundiales porque se encontró con una gran estirada de Ochoa.



En un duelo áspero, México elaboró, propuso y utilizó bien sus recursos, con Luis Chávez y Alexis Vega en un poderoso flanco izquierdo del ataque y el Chucky buscándose la vida como podía en el derecho.

México fue superior 

Del Tri fueron prácticamente todas las ocasiones, con Héctor Moreno (5) rematando alto un centro desde la izquierda. Luego el otro Héctor, Herrera, irrumpió por la misma banda y su centro templado lo remató con el hombro Alexis Vega. El balón salió lamiendo uno de los postes (26). México parecía encontrar el camino y Luis Chávez sirvió con magisterio al espacio para que Jesús Gallardo se enredara con el arquero Wojciech Szczesny. El lateral izquierdo estuvo a punto de salir ganador (28).

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A falta de trabajo, Ochoa, con el brazalete de capitán en su quinto Mundial, aprovechaba cuando hacía circular el balón para pedir calma a los suyos, ansiosos sobre todo en los primeros compases.

Polonia, cuyo seleccionador Czeslaw Michniewicz ya había avisado que el juego de su equipo se basaba en la practicidad, intentaba llegar con un pelotazo o combinando, según lo demandara el momento. Pero el objetivo era claro, que Lewandowski recibiera lo más cerca del área posible. El Tri tenía bien estudiada la lección y ahogó a la estrella del Barcelona, con la ayuda de Héctor Herrera, que descendía unos metros para auxiliar a su zaga



Al filo del descanso el partido era completamente mexicano. ‘¡Ole, ole!’ se escuchaba en las gradas mientras el grupo de Gerardo Martino cercaba al equipo europeo con una circulación rápida y precisa. Szczesny firmó su primera parada de cierto nivel (45) en un disparo poderoso de Jorge Sánchez. El Tri se fue al descanso con más posesión, más precisión en los pases y más tiros que Polonia, pero sin acertar.

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Tras el penal atajado por Ochoa los jugadores mexicanos retomaron la conquista, impulsados por los suyos, que gritaban ‘¡Memo, Memo!’ y ‘¡Sí se puede!’. En la última media hora la mejor ocasión la tuvo Edson Álvarez con un disparo que peinó Henry Martín. Respondió bien Szczesny (63).

Martino dio entrada a Raúl Jiménez, Carlos Rodríguez y Uriel Antuno para agitar al Tri, que se quedó sin premio al buen partido que firmó.

Foto: FIFA

Dinamarca y Túnez no pasan de la igualdad

Dinamarca y Túnez no se hacen daño / Foto: FIFA

José Antonio Pascual (Doha), EFE.- Túnez, con una intensidad y una hipermotivación dignas de encomio, se coló en la fiesta del regreso a una gran competición de Christian Eriksen y arañó un empate ante Dinamarca que bien pudo ser un triunfo de no haber sido por el meta Kasper Schmeichel, con una magnífica intervención en el primer tiempo.

El equipo de Jael Kadri, arropado por miles de seguidores en el estadio de la Ciudad de la Educación, saltó con una fogosidad absoluta. Desde el minuto uno se jugó cada balón como si fuera el último. Y lo complementó con su habitual orden y un atrevimiento que casi sorprende al cuadro de Kasper Hjulmand.



Lo mejor para la escuadra nórdica fue la presencia de Christian Eriksen. Después de dar el susto en la última Eurocopa en el Parken de Copenhague al desvanecerse por un problema cardíaco, el actual jugador del Manchester United regresó a un gran torneo. Ya cuenta en su historial con tres participaciones mundialistas.

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No fue su mejor partido, como tampoco lo fue el de Dinamarca en conjunto, que además sufrió poco antes del descanso la lesión del sevillista Thomas Delaney en la rodilla derecha. Aun así, pudo hasta haber desnivelado el encuentro en el segundo periodo de no haber sido por la mano salvadora del meta Aymen Dahmen.

La salida del campo de Delaney le permitió centrar algo más la posición. Dinamarca, que apenas había podido proyectarse en ataque en algunas intentonas de Andreas Skov Olsen, mejoró en cuanto a posesión e intención ofensiva, pero no le dio ante un rival que tenía la lección muy bien aprendida.

Túnez no es solo pundonor y fogosidad. También sabe manejar el balón con solvencia. Su cóctel estuvo a punto de darle el fruto de la victoria. Firme atrás con tres centrales, dos laterales profundos, un mediocampo que atesoró lucha y control, y un ataque comandado por Issa Jebali, que juega precisamente en Dinamarca (en el Odense), fue un auténtico hueso para los hombres de Hjulmand.

El entrenador nórdico tardó algo más de una hora en mover piezas -al margen del obligado cambio de Delaney-. Dio entrada de una tacada a Jesper Lindstrom, Mathias Jensen y Andreas Cornelius, que reemplazó al delantero del Sevilla, Kasper Dolberg, al que apenas le llegó un balón y no lo pudo rematar bien de cabeza.

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Lógicamente el ritmo de presión de Túnez amainó con el paso del tiempo. Su acoso perdió la efectividad de la primera hora y Dinamarca lo aprovechó para pasar a mandar ahora con más posesión y hasta peligro. Rozó el gol en el disparo de Eriksen y en una ocasión clamorosa en la que el barcelonista Andreas Christensen remató de cabeza un saque de esquina y Cornelius, a menos de un metro de portería, envió el esférico al palo.

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En esa acción tuvo la victoria Dinamarca como en la primera parte la había tenido Jebali para Túnez, que ofreció una magnífica presentación en Qatar 2022 y dio continuidad a la rebelión de los modestos iniciada por Arabia Saudí ante Argentina horas antes en Lusail.



Dinamarca está obligada a mejorar notablemente si quiere mantener su condición de aspirante a llegar lejos, como hizo en la Eurocopa 2020. En el estadio Ciudad de la Educación distó mucho del cuadro ambicioso y atractivo de los últimos tiempos. Aun así puede aún corroborarlo ante Francia y Australia.

Soñó Dinamarca por unos segundos en la prolongación con tener un penalti a favor, pero el colegiado mexicano acudió al video y consideró que la mano de un zaguero tunecino fue involuntaria y no era merecedora de señalar como pena máxima.

Ficha técnica:

0 – Dinamarca: Kasper Schmeichel, Joachim Andersen, Kjaer (Mathias Jensen, m.65), Christensen, Kristensen, Delaney (Damsgaard, m.46+), Hojbjerg, Eriksen, Maehle, Skov Olsen (Lindstrom, m.65) y Dolberg (Cornelius, m.65).

0 – Túnez: Dahmen, Talbi, Meriah, Bronn, Drager (Kechrida, m.88), Skhiri, Laidouni (Ferjani, m.88), Abdi, Slimane (Sliti, m.67), Msakni (Hannibal Mejbri, m.80) y Jebali (Khenissi, m.80).

Árbitro: César Arturo Ramos (MEX). Amonestó a Kristensen (m.24), Jensen (m.78) y Khenissi (m.86).

Incidencias: Partido de la primera jornada del grupo D disputado en el estadio Ciudad de la Educación.

Arabia Saudita da el bombazo ante Argentina

Santiago Aparicio, EFE (Doha).- Una de las tardes más negras de los tiempos recientes de Argentina acompañó la puesta en escena de la albiceleste en Qatar 2022, sonrojada por Arabia Saudi para complicar el panorama mundialista de la selección de Lionel Scaloni que suspira con pasión por levantar por tercera vez la copa de Campeón.

El recorrido en la última oportunidad de Leo Messi por salir con el trofeo mundialista bajo el brazo se oscurece. Lusail será un lugar de pesadilla para el argentino que en cinco minutos, los que tardó Arabia en remontar, se despojó de toda la ilusión con la que desembarcó en Doha.



No es un revés definitivo pero sí complica el trazado y reduce notablemente el margen de error del campeón del mundo en 1978 y 1986, que no puede fallar ni contra México ni frente a Polonia, sus próximos adversarios.

Nadie pensaba que el final del impecable recorrido del conjunto de Lionel Scaloni con treinta y seis partidos sin perder, al borde del récord de Italia, sin encajar gol alguno en los cinco últimos, se iba a estancar ante un equipo como Arabia que obtuvo un triunfo histórico y provocó una convulsión en Messi y compañía.

Datos del partido: Argentina vs Arabia Saudita

No tenía un comienzo tan malo Argentina en un mundial desde que perdió con camerún en Italia 1990. Seis victorias y una sola derrota alentaban la puesta en escena de la albiceleste que afrontó su llegada a Doha plagado de esperanza. Un momento por el que han aguardado cuatro años. El último baile de Messi.

Mal día para conmemorar la quinta presencia mundialista de la estrella argentina que elevó su cifra de goles, a siete pero que no fue suficiente para evitar el desastre de su selección en Catar.

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No fueron suficientes unos cuantos destellos en la primera parte para sacar adelante la puesta en escena en Qatar 2022. No fue capaz de marcar en juego Argentina que solo batió la meta asiática desde los once metros.

Y eso que el compromiso del estreno era ideal para Argentina, una selección que arrastra una gran dependencia sobre un seguidor obsesionado con el triunfo en una Copa del Mundo que corone, sin discusión, a su ídolo, Leo Messi.

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No le hace falta al astro el respaldo de esta Copa. Es adorado por donde quiera que va. Especialmente en Oriente, donde el fútbol es más de ídolos que de equipos, de iconos que de clubes. Fue evidente desde minutos antes del arranque. Cuando saltó a calentar Argentina, en cada balón que tocaba. El interior del estadio de Lusail rugía. No solo por el fan albiceleste, numeroso, sino también por el local.

Pero fracasó el equipo de Scaloni que apostó finalmente por Alejandro ‘Papu’ Gómez en el mediocampo. En la vacante que dejó Giovani Lo Celso, lesionado. Ganó la partida el jugador del Sevilla a Alexis Mac Allister que estaba en todas las apuestas. También fue algo inesperada la inclusión en el lateral izquierdo de Nicolás Tagliafico. Daba la sensación de que el lugar era para Marcos Acuña.

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Salió desbocado el once de Scaloni que intimidó a Arabia Saudí un equipo menor, resignado al principio, que se despojó de la tensión en cuanto se vio con el marcador en contra, a los diez minutos, por un penalti insospechado que detectó el VAR. Un agarrón de Saud Abdulhamid sobre Leandro Paredes que había pasado desapercibido.

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Lo transformó Messi que había tenido una ocasión muy clara al minuto de juego. Desde dentro del área pequeña, un tiro que resolvió con una buena mano el meta Mohammed Khali Al-Owais.

Se desperezó Arabia en su sexta presencia mundialista, la segunda seguida. Se estiró un poco, enredó a la zaga sudamericana pero se desinflaba en los metros finales, donde carecía de soluciones. Mantuvo el tipo porque enmarañó el ataque argentino, una y otra vez, ahogado en el fuera de juego que el equipo de Herve Renard tenía bien trabajado.

En ocho minutos llevó a la red tres balones. Uno de Messi y dos de Lautaro Martínez; ilegales y detectados por el VAR que no contaron.

Pero después se agitó todo. El encuentro entró en ebullición. Arabia no había dado síntomas de peligro pero los dio después, en un abrir y cerrar de ojos. Primero, en un buen centro de Firas Al Buraikan sobre Saleh Al Shehri que superó a Romero y cruzó la pelota lejos de Emiliano Martínez. Seis minutos después, en un golazo de Salem Al Dawsrai, que en el pico del área dejó en evidencia a cuatro defensas y se inventó un tiro a la escuadra que alcanzó la red.



Se convirtió en un muro el portero árabe que desbarató cualquier intento de Argentina que buscó con insistencia a Ángel Di María pero sus centros, con su marcador rebasado, no encontraban un destino correcto para evitar el fracaso.

Se queda sin margen de error Argentina en el Mundial. Espera a México y después a Polonia con necesidad de ganar para prolongar el sueño de todo un pueblo.

Ficha técnica:

1 – Argentina: Emiliano Martínez; Nahuel Molina, Nicolás Otamendi, Sergio Romero (Lisandro Martínez, m.58), Nicolás Tagliafico (Marcos Acuña, m.70); Leandro Paredes (Enzo Fernández, m.58), Rodrigo De Paul, Papu Gómez (Julián Álvarez, m.58); Messi, Ángel Di María, Lautaro Martínez.

2 – Arabia Saudí: Mohammed Khali Al-Owais; Saud Abdulhamid, Hasan Al-Tambakti, Ali Al-Bulaihi, Yasir Al-Shahrani; Abdulealh Almalki (Abdulelah Al Amri, m.88) , Mohamed Kanno, Salman Al-Faraj (Hattan Bahebri, m.45+3) ; Salem Al-Dawsari, Feras Al-Buraikan (Haitham Asiri, m.88), Saleh Al-Shehri (Sultan Al Ghannam, m.78).

Goles: 1-0, m.10: Messi, de penalti. 1-1, m.48: Saleh Al Shehri; 1-2, m.53: Salem Al Dawsari

Árbitro: Slavko Vincic (Esloveno). Mostró tarjeta amarilla a Abdulealh Almalki, Ali Al Bulaihi, Salem AlDawsari, Saud Abdulhamid y awaf Al Abed .

Incidencias: encuentro de la primera jornada del Grupo C del Mundial de Qatar 2022 disputado en el estadio Lusail ante 88.012 espectadores según la organización.

Foto: FIFA

Gales empató sobre la hora ante Estados Unidos con tanto de penal de Bale

EFE.- Gareth Bale, uno de los grandes jugadores de la historia del fútbol, debutó, a los 33 años, con gol, en su primer Mundial, el de Qatar 2022. Un tanto que sólo le sirvió, no obstante, para que Galés empatase (1-1) con Estados Unidos, que dominó la primera mitad y acabó dominado por los británicos en la segunda parte de un partido entretenido.

Bale, que tras abandonar el Real Madrid, acaba de ganar la Major League Soccer (MLS), la liga profesional norteamericana, con el Los Ángeles FC -para mayor alegría del mítico Magic Johnson, leyenda de la NBA y uno de los propietarios del mismo- marcó de penalti en el minuto 82 e igualó de esa manera el tanto estadounidense que había logrado a falta de diez minutos para el descanso Tim Weah, el hijo de George Weah, que ganó para Liberia el Balón de Oro de 1985.



Llevaba 64 años Gales sin participar en un Mundial, desde el de 1958, en Suecia; y este lunes se estrenó, en su segunda comparecencia, la primera del ‘expreso de Cardiff’ -ganador de cinco Ligas de Campeones con el Real Madrid-, con un empate ante los Estados Unidos. Con los que pasa a ocupar el segundo puesto del grupo B, que lidera Inglaterra; tras arrasar horas antes (6-2) a Irán.

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No pocos aficionados se sorprenderían al descubrir que Estados Unidos, donde el ‘soccer’ está dando el definitivo acelerón a un proyecto que se ideó en los 70 -con el Cosmos de Pelé y Beckenbauer- y que empezó a cobrar forma a principios de siglo, no sólo jugó las semifinales, sino que acabó tercera, en el primer Mundial de la historia, en 1930 y en Uruguay.

Era de aquella un deporte muy popular, jugado mayormente por el entonces muy creciente número de inmigrantes que poblaban el país. Pero llegó la televisión, el béisbol se convirtió en el deporte televisivo y, con ello, en fenómeno de masas. Y el fútbol no tardó en esfumarse en Estados Unidos.

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Gregg Berhalter -que jugó hace 20 años el Mundial de Corea y Japón- quiere recuperar aquellas viejas historias, convertir al ‘Team US’ en una potencia del balompié. Le quiere imprimir un espíritu ganador, después de haber estado ausente hace cuatro años, en Rusia; y de haber logrado el pase a Catar tras acabar tercera el octogonal de la CONCACAF. Pero aún tiene trabajo por delante.

Empezó por cambiar al capitán para el debut en Catar. Y fue Tyler Adams (Leeds United), de 23 años, el que lució el brazalete, en vez de un histórico como Christian Pulisic -con 53, el segundo con más internacionalidades de los estadounidenses y que mantiene, no obstante, el estatus del ’10’-, que jugó en la delantera junto a Sargent y a Tim Weah, el hijo del actual presidente de Liberia.



Berhalter, que había declarado que en un buen día su equipo podía ganar a cualquiera, alineó de salida a dos conocidos de la afición española, el exbarcelonista Dest (ahora en el Inter de Milán), en la defensa, en la que formó Zimmerman, único en el once inicial del US Team que juega en la MLS-; y al valencianista Musah, en el centro del campo. Brillantes ambos, el zaguero por la derecha y el mediocampista por la izquierda.

Fueron los norteamericanos los que tomaron la iniciativa, casi siempre por el flanco derecho; y en el noveno minuto ya advirtieron en una doble ocasión: un centro por la derecha de Weah no se convirtió en un autogol de Rodon -que despejó mal- gracias a la buena reacción de Hennesey; antes de que el rechace acabase en los pies de Robinson, que puso el balón desde la izquierda para que el cabezazo de Sargent saliese rozando el poste.

Gales parecía no sentirse incómodo con la iniciativa tomada por parte los norteamericanos, que en prácticamente dos minutos vieron recibieron sendas tarjetas amarillas McKennie y Dest, el primero de ellos en verla y que lo intentó de lejos en el minuto 28.

Pero fue en el minuto 36 cuando se movió por primera vez el marcador, gracias un gran gol en una rápida jugada entre Pulisic y Tim Weah, que recogió el pase al hueco del delantero del Chelsea y sobre la marcha cruzó con el exterior del empeine un balón que dio ventaja a los estadounidenses. El equipo de Rob Page reaccionó tarde y sólo igualó en tarjetas, las que vieron su estrella y Mepham, en los últimos minutos del primer acto.

Page dio entrada a Kieffer Moore por Daniel James y, después de una salida en tromba de los americanos, Gales fue ganando poco a poco posición sobre el terreno de juego hasta hacerse dueña de la segunda parte. Estuvo a punto de empatar en sendos cabezazos seguidos: el primero de Ben Davies, que salvó, en una gran intervención, Hennessey; y acto seguido, de Moore (m.65).



Por momentos, Estados Unidos se vio contra las cuerdas. Así que efectuó un cambio triple. Se fueron Dest, Sargent y Musa y entraron Yedlin -único de su equipo que también jugó el Mundial de Brasil’14 y el que mas partidos cuenta (76)-, Acosta y Wright.

No arregló mucho, porque Gales no desistió en su empeño. Y un claro penalti de Zimmerman sobre Bale lo materializó el astro de Cardiff para, empatar, con contundencia, el partido. Para mayor delirio de los aficionados de su país que poblaban el fondo en el que marcó.

Moore, de un taconazo brillante al hueco, habilitó a Johnson, que pudo haber sentenciado el partido en favor de Gales, pero los galeses se conformaron con festejar con su ídolo, que en su partido 109 con su selección elevó a 42 su número de goles.

Países Bajos se impone en el cierre a Senegal

Países Bajos se impone / Foto: @FIFAWorldCup

Iñaki Dufour, Doha (EFE).- Entre la nulidad por la que se movió Países Bajos durante 83 minutos, surgió Frenkie de Jong para inventarse un pase perfecto, remachado por la cabeza de Cody Gakpo, y crear una victoria crucial de la nada para la selección ‘oranje’, que disimuló las dudas con un premio seguramente excesivo, con tres puntos que lo ponen a la altura de lo que se esperaba de su debut, muchísimo más productivo en el resultado que en el juego, con el 0-2 de Davy Klaasen ya a última hora

Porque el triunfo no fue una cuestión única del pasador y de los dos goleadores, sino también del portero por el que apostó Louis Van Gaal para la titularidad, Andries Noppert, crucial antes, en dos paradas, para sostener el 0-0; y crucial después, con otra intervención, para aguantar el 1-0 con el que alcanza a Ecuador en la primera plaza del grupo A y con el que da un paso adelante visible, porque en su calendario aún está enfrentarse a la débil selección catarí.

Datos del partido

Un golpe para Senegal, que no es sólo Sadio Mané. Si alguien había hecho méritos antes para marcar un gol había sido ella. Tampoco sin alardes. La campeona de África asumió la pérdida de su futbolista más determinante, fuera de la competición más atractiva del planeta por una lesión en el peroné, con entereza, sin atender a excusas, atrevida y valiente para abordar a Países Bajos con la presión como emblema. Lanzado arriba para contrarrestar la superioridad técnica de su adversario, para transmitir al mundo que la baja de su mejor jugador no es definitiva, pero sí trascendente. Sin él, le falta mucho talento y desborde.

Al son de los tambores de sus aficionados, que retumbaban cada instante, cada lance, en un estadio que ganó en seguidores cuando se acercó la hora del inicio, sin aproximarse al lleno, Senegal miró de frente al partido. Ni se replegó ni se lo planteó. Contragolpe a contragolpe, ataque a ataque, jamás especuló nada sobre el terreno de juego, aunque la diferencia de calidad entre uno y otro fuera evidente.

A Senegal se le percibió en cuanto abordó lo más complejo del fútbol, cuando alcanzas el borde del área, los últimos metros, cuando surge el pase, el regate o el tiro decisivo o la nada, la irrelevancia: como le ocurrió al conjunto africano en cuanto tentó la portería contrario, en cuanto profundizó por banda, en cuanto comprobó la exigencia del Mundial para crear ocasiones, cuando sintió de forma nítida que no es lo mismo sin Sadio Mané.

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Cierto que Van Dijk, otro capitán sin el brazalete arcoiris ‘OneLove’ (aunque su idea era lucirlo días antes), tras la amenaza de tarjeta amarilla inmediata de la FIFA, se cruzó seguramente salvador con su testa para repeler el intencionado derechazo de Ismaila Sarr, o que Nathan Aké lo hizo después, tanto como que cada vez que Países Bajos propuso algo de medio campo hacia adelante, en cuanto dotó de velocidad a su transición, jugó al primer toque, detectó las dificultades defensivas de Senegal, al filo del caos por momentos.

Lo habría recibido de no ser por el lío en que Frenkie de Jong, el talento del medio campo ‘oranje’, se metió él mismo en un contraataque que lo habilitó solo ante Edouard Mendy. A la duda del primer control lo sumió en un laberinto del que no halló ninguna salida. Un regate primero, una perdida de balón después y una ocasión malgastada, cuando el grupo dirigido por Van Gaal sentía el agobio de su contrincante, aunque fuera incapaz de averiguar cómo hacer más daño a la estructura neerlandesa, salvo instantes puntuales: el remate de Boulaye Dia o el tiro de Gana Gueye a los que se estiró Noppert ya en el segundo tiempo.

Mala señal para Senegal. También para Países Bajos, porque descubrió demasiadas vías hacia su portería cuando sufrió el contraataque. No lo aprovechó su adversario de este lunes, pero, conforme avancen las rondas, si lo hace, hay rivales que no perdonan. Debe tenerlo en cuenta Van Gaal si quiere devolver a la selección a su sitio natural, a fases altas de la competencia. A las finales de 1974, 1978 o 2010. O a las semifinales de 2014 y 1998.

Porque la ‘oranje’ tampoco superó la prueba, por más que logró el triunfo. Ni en defensa ni mucho menos en ataque o en su medio campo. De vuelta a un Mundial tras su ausencia en Rusia 2018, se esperaba más de un equipo que jugará la fase final de la Liga de Naciones, ha sido invencible en sus últimos 16 partidos desde que retomó el mando Van Gaal, se presentaba en el torneo después de vencer cinco de sus seis duelos más recientes (son seis victorias en siete choques con el 1-0 de este debut) y se postula a sí misma como aspirante.

Para adjudicarse esa condición basta con atribuírsela uno mismo, pero para merecerla hay que demostrarlo sobre el terreno de juego, no simplemente en el marcador. Y el conjunto neerlandés no lo hizo sobre el césped. Sí en el marcador, porque la diferencia estuvo en el talento de Frenkie de Jong, el futbolista diferencial del triunfo frente a Senegal, la pieza sobre la que debe circular el equipo neerlandés para aspirar a todo lo que quiere.

Porque ni siquiera la entrada de Memphis Depay había alterado la nota neerlandesa. Suplente de inicio, porque no está al cien por cien, Van Gaal recurrió a él para la última media hora, consciente del valor ofensivo que tiene para su equipo, en la búsqueda de mucho más de lo que había ofrecido hasta ahora su conjunto, limitado a algún testarazo de Van Dijk y a un 0-0 hasta que Frenkie de Jong se inventó una victoria de la nada, consolidada al contraataque con el 0-2 de Klaasen al borde del minuto 100.

Ficha técnica:

0 – Senegal: Edouard Mendy; Sabaly, Koulibaly, Cisse, Diallo (Jakobs, m. 62); Nampalys Mendy, Gana Gueye, Kouyate (Gueye, m. 73); Diatta (Nicolas Jackson, m. 73), Boulaye Dia (Dieng, m. 69), Ismaila Sarr.

2 – Países Bajos: Noppert; De Ligt, Van Dijk, Ake; Dumfries, Frenkie De Jong, Berghuis (Koopmeiners, m. 79), Blind; Gakpo (De Roon, m. 92); Bergwijn (Klaasen, m. 79), Janssen (Memphis, m. 62).

Goles: 0-1, m.84: Gakpo. 0-2, m.99: Klaasen.

Árbitro: Wilton Sampaio (Brasil). Amonestó al neerlandés De Ligt (m. 57) y al senegalés Gana Gueye (m. 94).

Incidencias: partido correspondiente a la primera jornada del grupo A del Mundial de Qatar 2022, disputado en el estadio Al Thumama ante 41.721 espectadores, según la cifra oficial facilitada durante el encuentro.

Foto: @FIFAWorldCup

Inglaterra pasa la aplanadora frente a Irán

Inglaterra gana, gusta y golea / Foto: @England

EFE (Doha).- Sin brazalete multicolor, pero sí con goles. Inglaterra hizo caso a su entrenador, se centró en el fútbol y goleó a una pobre Irán (6-2), con una gran actuación de Bukayo Saka, con un doblete, de Harry Kane, en versión asistente, y de un Jude Bellingham que hizo su primer gol con los ‘Tres Leones’.

«Toca hablar de fútbol», dijo Southgate en la previa, cansado de las continúas preguntas sobre la situación catarí y el poco interés en la propia pelota. Sus quejas cayeron en saco roto, porque la previa estuvo colonizada por el brazalete de «OneLove» y su prohibición por parte de la FIFA y su veto por parte de la federación inglesa.

Datos del partido

No hubo sorpresa de última hora y Harry Kane, amenazado de amarilla, no lució el brazalete. Quienes no se plegaron fueron los de Carlos Queiroz, que ayudados por una afición harta de las injusticias de su país, denunciaron las barbaridades de su régimen. Los jugadores no cantaron el himno, no celebraron los goles y los carteles de protesta en la grada fueron numerosos.

Y entre tanto lío, también hubo fútbol. Aunque quedara apartado como casi un asunto trivial, este Inglaterra-Irán era el segundo partido de un Mundial que está atropellando al cuero a base de escándalos.

Para enrarecer aún más el ambiente, a los pocos minutos, un centro de Kane provocó una salida de Alireza Beyranvand, un choque con un compañero y una imagen escalofriante. Golpe mentón con mentón y el portero caído en el suelo. Tras unos diez minutos de asistencias, Beyranvand consiguió levantarse, con el tabique dañado, y para incredulidad del respetable, siguió jugando. Duró apenas un minuto. Esta vez fueron las asistencias, con una camilla, las que se llevaron al guardameta. Fue sustituido en el minuto 19 por Hossein Hosseini.

No se habían cumplido ni 20 minutos y habían pasado más cosas que en jornadas enteras de liga, pero faltaba el gol e Inglaterra, muy cómoda ante una decepcionante Irán, encontró la puerta pasada la media hora.

El que rompió el hielo fue Harry Maguire, con un pase entre líneas para que Mason Mount descargara de espaldas. Sterling, en función de catalizador abrió a la banda y Luke Shaw, que es otro cuando viste la camiseta inglesa, puso el centro para el cabezazo bombeado de Jude Bellingham. Primer tanto con la camiseta de los ‘Tres Leones’ para el de Dortmund y una nueva presentación ante el gran público. Este chico está ya para otro nivel.

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El gol desarboló al ya de por sí poco estructurado conjunto de Queiroz y en los siguientes diez minutos se fulminó el partido. Para el 2-0 volvió a aparecer Maguire, bajando un córner, entre dos defensores, para que Saka colocase en la escuadra una volea espectacular; en el 3-0, Kane ejerció de asistente, con un centro al primer palo que embocó Sterling, el más rápido.

Estos chispazos pusieron de manifiesto que la defensa de Irán era inexistente, pero su ataque tampoco era mucho mejor. Hasta el añadido de la primera parte (14 minutos) no llegó el primer disparo fuera de Irán.

Inglaterra lo tenía todo bajo control y llegó el 4-0 de Saka, tras desesperar a cuatro impasibles defensas delante de él. Era un 4-0 comodísimo, pero Inglaterra necesitó una pequeña llamada de atención. De la nada, Mehdi Taremi, el delantero del Oporto, ganó la espalda a Maguire y empaló la pelota junto al larguero. El gol también terminó el partido del central inglés, que se tuvo que ir sustituido por algún tipo de mareo, pero no alteró la victoria inglesa. De hecho, apenas seis minutos después del tanto iraní, Marcus Rashford, que acababa de salir al campo, recortó a un defensa dentro del área y definió cómodamente con la zurda.

La ‘manita’ rebajó el ritmo de los ingleses, que aún tuvieron tiempo para marcar el set, en un regalo de Callum Wilson a Jack Grealish y para que Eric Dier cometiera un penalti que ejecutó Taremi.

Los de Southgate salen de este debut henchidos de confianza y líderes del Grupo B. Gales y Estados Unidos buscarán su estela más tarde.

– Ficha técnica:

6 – Inglaterra: Pickford; Trippier, Stones, Maguire (Dier, m.70), Shaw; Rice, Bellingham, Mount (Foden, m.71); Saka (Rashford, m.70), Kane (Wilson, m.76) y Sterling (Grealish, m.70).

2 – Irán: Beiranvand (Hosseini; m.19), Moharrami, Pouraliganji, Cheshmi (Kanaani, m.46), Hosseini, Mohammadi (Torabi, m.63); Hajsafi, Karimi (Ezatolahi, m.46) y Noorollahi (Azmoun, m.78); Taremi y Jahanbakhsh (Gholizadeh, m.46).

Goles: 1-0. Bellingham, m.35, 2-0. Saka, m.43, 3-0. Sterling, m.45+1, 4-0. Saka, m.62, 4-1. Taremi, m.65, 5-1. Rashford, m.71, 6-1. Grealish, m.90 y 6-2. Taremi, m.102.

Árbitro: Raphael Claus (BRA) amonestó a Jahanbaksh (m.25), Pouraliganji (m.49) por parte de Irán.

Incidencias: Partido correspondiente a la primera jornada del Grupo B del Mundial de Qatar 2022 disputado en el Khalifa International Stadium de Doha (Catar) ante 45.334 espectadores.

Foto: @England