Laureus 2024: Giacomo Agostini, la leyenda que por amor al motociclismo rechazó a la Ferrari

Tony Cittadino (Madrid).- No cualquiera puede darse el gusto, o el privilegio, de rechazar a la Ferrari. Giacomo Agostini, fue uno de ellos. La leyenda del motociclismo mundial tuvo en sus manos la posibilidad de correr en la Fórmula 1 con la escudería italiana, pero su amor por las motos prevaleció a la hora de tomar la decisión y se mantuvo fiel como un caballero.

Agostini nació en Brescia el 16 de junio de 1942 y es el máximo ganador en la historia del motociclismo, con 15 campeonatos. El estelar ex piloto compartió con la prensa en una jornada para los medios de comunicación, organizada por los premios Laureus que se entregaron en Madrid el pasado lunes 22.

“Conocí a Enzo Ferrari, porque tanto en moto, como en Fórmula 1, se corría en Monza. Después de ganar tres o cuatro campeonatos, Enzo me dijo que probara el carro y después que lo hice, me dijo que había uno para mí. No dormí durante tres o cuatro noches pensando, pero luego dije, desde que nací lo mío son las motos y las dos ruedas me han dado mucho y son campeón del mundo. Me han dado alegrías y quise ser fiel, así que cuando hablé con Ferrari le dije que no y me dijo que admiraba mi decisión y que era justo que fuese así”, recordó.

Su pasión por las motos comenzó cuando su padre le regaló una Bianchi Aquilotto 50, para que pudiera a la escuela. Años más tarde, tuvo que engañar a su padre para que le firmara la licencia federativa para conducir, porque consideraba que manejar moto era peligroso. Al momento de hacerlo ante el notario, no se percató que hubo un error de interpretación de bicicleta, en lugar de motocicleta.

Así comenzó a meterse en cuanta pista y torneo fuese posible, con notable éxito. Estuvo activo desde 1964 a bordo de Morini (siendo suplente del corredor británico Mike Hailwood, quien se convirtió en su mentor), hasta a 1977 con Yamaha, teniendo un dominio absoluto, cuando todavía se podía correr en dos categorías. Tiene el récord de 123 victorias (en 223 carreras) logradas con MV Agusta, Yamaha y Suzuki y 15 títulos, cuando todavía se podía correr en dos categorías en simultáneo.

En 350cc ganó siete (1968, 1969, 1970, 1971, 1972, 1973 y 1974) y en 500cc logró ocho (1966, 1967, 1968, 1969, 1970, 1971, 1972 y 1975). Además, ganó todas las carreras en 1968.

“No pensaba en ganar 15 mundiales, porque pensaba en ganar una carrera. Después, dos. Luego, el campeonato italiano. Ganar el campeonato del mundo es importante, pero son todos importantes. El primer campeonato que gané en 1966 en la categoría 500cc en Monza, delante de mi público fue especial, porque vivo allí”, dijo la leyenda italiana.

“Fue una alegría increíble, pero me di cuenta el día después que era campeón del mundo, porque el día de la victoria estaba tan emocionado y tan confundido, que no sabía ni lo que había hecho, ni dónde estaba. Al día siguiente, leyendo el periódico y viendo la televisión en mi casa, fue que me di cuenta que era campeón y fue increíble, porque yo pensaba era en ganar una carrera”.

Pura pasión

Su primera carrera fue en el Gran Premio de las Naciones de 1963, en la categoría 250cc. Su primera victoria llegó dos años más tarde en 1965 en 350cc y, su último triunfo, también fue en Alemania, pero en los 500cc en 1976.

“La emoción de la primera y la última carrera son bellísimas, pero la última es un poco triste, porque sabes que es el final de tu carrera, pero con la primera, sabes que tienes toda una carrera por delante”.

En 1967 tuvo una batalla memorable con Hailwood en una de las temporadas más dramáticas jamás vistas en la historia del Gran Premio. En la prueba de 500cc, la competición se redujo a la última carrera en Canadá después de que los dos intercambiaron victorias durante toda la temporada. Hailwood ganó en Canadá para empatar a puntos con Giacomo. Cada corredor obtuvo cinco victorias, por lo que todo quedó en segundo lugar, con Giacomo llevándose el título con tres segundos frente a dos de Hailwood.

“Al ser campeón del mundo, lo eres de todo el mundo y es un gran placer y una gran satisfacción. Cada título es una gran emoción, sea el primero o el último. Tengo que dar gracias a quien me dio este don de la naturaleza y a quien me dio las motos para ganar, así como los que trabajaron conmigo. Fue una carrera fantástica. También gané 18 campeonatos italianos, 10 tour trophy y estuve en lo más alto del podio 313 veces. Son cosas que te llenan de orgullo y felicidad”.

En 1974, Giacomo sorprendió al mundo de las carreras cuando se pasó a Yamaha. Ese año, además de ganar la prestigiosa Daytona 200, la principal carrera motociclista estadounidense, también ganó su séptimo Campeonato del Mundo de 350 cc, pero lesiones y problemas mecánicos obstaculizaron su desafío en 500 cc. Sin embargo, regresó en 1975 para ganar el Campeonato del Mundo de 500cc por octava vez, su último título mundial.

La última victoria de su carrera llegó en 1976 en Nurburgring, el circuito alemán donde ganó su primer Gran Premio en 1965.

Estuvo en Venezuela

La versatilidad de Agostini y, una vez consagrado en las motos, le llevó también a probar suerte en otras categorías. De 1975 a 1977 corrió en la Fórmula 750, pasando de la moto a los carros. En 1976 estuvo en Venezuela con Yamaha en la categoría 750cc en el Autódromo Internacional de San Carlos. Para entonces, las pruebas recibidas en nuestro país fueron la segunda y la tercera del calendario. Agostini terminó en el primer lugar en una y en el segundo en la otra.

“Tengo un gran recuerdo de cuando fui a Venezuela hace muchos años, con la  escudería de Ippolito. También conocía Johnny Ceccotto, quien después se convirtió en campeón del mundo”, recordó con palabras de agradecimiento.

“Recuerdo sobre todo que fue un recibimiento fantástico. La gente me esperaba y fue un gran placer, un gran honor. Fui tratado como un príncipe”, agregó quien en 1979 continuó en las pistas, pero en la Fórmula 1 Británica y en 1980 se retiró.

“Sé que hay muchos italianos en Venezuela y me gustaría volver otra vez. Sé que la política allí es muy difícil, pero esperemos un día poder volver, antes de que termine mi carrera, añadió.

Dos años más tarde, fue director del equipo Yamaha y guió al neozelandés Graeme Crosby al título. También llevó al estadounidense Eddie Lawson a tres Campeonatos del Mundo de 500cc en 1984, 1986 y 1988.

“Sería una villano si me lamento, porque gané todo. Fui campeón del mundo, gané muchísimo, tuve muchas alegrías y satisfacciones y no puedo pretender más”, reflexionó al ser consultado acerca de si quedó satisfecho con su carrera.

Tras la marcha de Hailwood a Honda, se convirtió en el piloto número uno de MV y respondió ganando su primer Campeonato del Mundo de 500cc en 1966. Este fue el primero de siete títulos consecutivos de 500cc que ganó de 1966 a 1972. También ganó el Campeonato del Mundo de 350cc. y se tituló siete veces entre 1968 y 1974.

Una carrera tan dilatada y exitosa, le llevó a coleccionar centenares de trofeos y accesorios que decidió organizar y sacarle provecho para verlos mejor, conservarlos y que sus fanáticos puedan disfrutarlos. Es por ello, que en su casa tiene un museo con todos sus trofeos y una vez al mes permite el acceso a los fanáticos.

Las visitas se realizan en grupos de ocho, con una reserva previa y, además, se podrá cenar con él. Hay más de 300 objetos que integran una rica colección, que incluye trofeos, cascos, guantes, bragas, medallas y, por supuesto, motos.

Cuestión de gustos

Agostini representa a esa vieja escuela de pilotos, en los que predominaba más el talento nato y las condiciones, antes que la tecnología. Obviamente los avances son necesarios para evolucionar, pero él considera que se ha ido perdiendo la magia.

“Hoy hay tanta tecnología y el mundo ha cambiado. Antes éramos una familia. Compartíamos y comíamos juntos, hacíamos fiestas juntos. El paddock era más unido. Hoy los equipos son más grandes, con mucha más gente. El equipo más grande, tenía siete u ocho mecánicos. Hoy hay entre 25 y 30, así que ya no es tanto una familia y, además, hay mucha tecnología, por lo que prefiero darle más responsabilidad al piloto”.

Considera que el que esté al frente de la moto es quién debe demostrar sus habilidades conduciendo.  “Que sea el piloto el que gane y no la tecnología, no los cauchos y no los frenos. Hoy vemos como un piloto puede ganar o perder por los neumáticos o porque la puesta a punta de la moto no es correcta por la tecnología. Por eso, tendríamos que parar un poco y darle más responsabilidad al piloto”.

La adrenalina de estar en la moto a gran velocidad y girar las curvas con un ángulo de inclinación de hasta 60 grados, puede hacer que se corra peligro por caídas aparatosas. El carácter agresivo de Agostini en las motos, le llevó a dominarla por completo.

“Sí, en algún momento tuve episodios de miedo, pero es tanta la pasión y el amor por las dos ruedas, que no piensas en eso. Quizás el miedo te viene después, cuando te das cuenta y dices cómo he hecho esto o aquello. Pero puedo decir que fui muy atento y afortunado en mi carrera, para ser preciso y controlar todo para evitar caídas, porque en esos tiempos eran durísimas”.

El tiempo ha pasado y la humildad de Agostini, demuestra que es un caballero de la vieja escuela en todo su esplendor. No busca mayor reconocimiento, pero si tuviera que ser recordado por algo específico, quisiera que fuera como el más ganador.

“Quiero ser recordado por lo que hice. Mucha gente ha admirado lo que hice y estoy feliz por eso. Siempre tuve cerca a mi público, porque es justo darle el reconocimiento a la gente que te ha querido. Que sea recordado como Giacomo Agostini, el que ganó muchísimo”.

El actor Andy García será el anfitrión de lujo de los Premios Laureus 2024

Prensa Premios Laureus.- Los Premios Laureus, el evento más prestigioso del calendario deportivo internacional se llevará a cabo en el histórico Palacio de Cibeles en Madrid el 22 de abril, y García se convertirá en el último miembro de la realeza cinematográfica en asumir el papel de anfitrión.

En años anteriores, Bill Murray, Hugh Grant y Benedict Cumberbatch han presentado la gala de los premios, la cual es retransmitida en todo el mundo y a la que asisten estrellas del mundo del deporte, el entretenimiento, la moda, los negocios y más.

Andy García ha protagonizado algunas de las películas más aclamadas de los últimos 30 años, pero antes de subir al escenario, tuvo sueños de convertirse en un atleta profesional – jugó al baloncesto y al béisbol, y su entrenador de la Little League en Miami fue otro actor nominado al Oscar, Mickey Rourke.

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Con su presencia inconfundible en la pantalla durante cuatro décadas, García ha protagonizado películas como El Padrino III (por la cual fue nominado a un Oscar), Los Intocables y Ocean’s 11 y sus secuelas. Pero su amor por el deporte nunca ha menguado. Es un participante regular en eventos de golf profesionales, ha realizado el primer lanzamiento ceremonial antes de un juego de béisbol de Los Ángeles Dodgers en un campeonato de Béisbol de las Grandes Ligas y a menudo se le puede encontrar en primera fila en el Staples Center, viendo a Los Lakers en la NBA.

“El deporte siempre ha desempeñado un rol importante en mi vida”, dice García. “Antes de que pensara en convertirme en actor, quería ser atleta. Y hoy en día, todavía me encanta salir al campo de golf o ver jugar a mi equipo. El deporte tiene un poder especial, es un poder que los Premios Laureus World Sports aprovechan; y es un gran placer y honor presentar estos galardones tan especiales este año, en la hermosa ciudad de Madrid”.

“Los atletas que serán homenajeados el 22 de abril son verdaderos héroes – nos asombran con hazañas aparentemente sobrehumanas, ¡sin guion y sin CGI! (Computer-Generated Imagery, por sus siglas en inglés – Imágenes generadas por ordenador). Y en sus mejores momentos, esta generación de atletas también pueden moldear el mundo que los rodea, ya sea por el trabajo que hacen lejos del foco mediático o por los problemas sobre los que eligen hablar cuando saben que el mundo está escuchando”.

“Ha sido un año inolvidable para el deporte y no puedo esperar para celebrarlo como parte de los Premios Laureus World Sports. Espero que os unáis a mí”.

Esta es la vigésimo quinta edición de los Premios Laureus – donde los mejores atletas del mundo son nominados a galardones en siete categorías de élite, incluyendo Deportista Masculino del Año, Deportista Femenina del Año, Equipo del Año y Reaparición del Año. Los nominados son seleccionados tras una votación conjunta de medios deportivos de todo el mundo, y solo en los Laureus los ganadores son seleccionados por leyendas deportivas: los 69 grandes de todos los tiempos de la Academia Laureus World Sports. Es por eso por lo que la estatuilla de Laureus se ha convertido en un premio tan codiciado como cualquier otro por el que compiten estas superestrellas en el ámbito deportivo.

Los nominados de este año incluyen algunos de los mejores atletas del mundo. El ganador del año pasado, Lionel Messi, está nuevamente nominado para Deportista Masculino del Año, junto a Erling Haaland, Mondo Duplantis, Noah Lyles, Max Verstappen y Novak Djokovic; las estrellas olímpicas Sha’Carri Richardson, Faith Kipyegon y Shericka Jackson están nominadas junto a Iga Świątek, Mikaela Shiffrin y la española Aitana Bonmatí en la categoría de Deportista Femenina del Año.

Más de 15 medallistas de oro olímpicos y paralímpicos asistirán a la gala de este año, como preludio a los Juegos Olímpicos de París 2024, junto a campeones y plusmarquistas mundiales de todo el mundo del deporte.

Entre las leyendas del deporte de la Academia Laureus World Sports que ya han confirmado su asistencia se encuentra Raúl González, un héroe en Madrid como ex capitán y máximo goleador del Real Madrid; los futbolistas Cafú y Ruud Gullit; los campeones olímpicos Jessica Ennis-Hill, Michael Johnson y Edwin Moses; los ganadores de la Copa del Mundo de Rugby Sean Fitzpatrick y Bryan Habana; y la leyenda del tenis Martina Navratilova.