Houston venció a Filadelfia y viajará con la serie empatada a una victoria

Ronald Blum (AP).- Framber Valdez sí logró preservar una ventaja de cinco carreras luego de un buen ataque de Houston en el primer inning, mientras que Alex Bregman disparó un jonrón y los Astros vencieron el sábado 5-2 a los Filis de Filadelfia, para empatar la Serie Mundial a un triunfo por bando.

Tal como ocurrió en el primer juego, los Astros tomaron la ventaja por 5-0. Valdez se cuidó de no dilapidarla, a diferencia de Justin Verlander una noche antes.

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El dominicano se recuperó así de un par de malas salidas en el Clásico de Otoño del año pasado, y lanzó sin admitir carrera hasta el séptimo capítulo. El bullpen sobrevivió a un par de congestionamientos para preservar el triunfo.

El venezolano José Altuve, el dominicano Jeremy Peña y el cubano Yordan Álvarez contribuyeron con sendos dobletes por Houston, que tomó una ventaja de dos anotaciones tras apenas cuatro lanzamientos de Zack Wheeler. Un error permitió otra carrera en el primer inning, y Bregman añadió un cuadrangular de dos carreras en el quinto.

Un día después de remontar el 5-0 para ganar por 5-4 en 10 innings, Filadelfia buscó una reacción similar.


Los Filis perdían por cuatro anotaciones cuando Kyle Schwarber conectó un leñazo por todo el jardín derecho con un corredor a bordo en la octava entrada frente al dominicano Rafael Montero. Originalmente, el umpire de la raya del jardín derecho James Hoye marcó un cuadrangular.

Desde la inicial, su colega Tripp Gibson hizo la señal de que debía haber un cónclave. Tras éste, la decisión original se revirtió, al determinarse que la pelota pasó a un lado del poste de foul.

Schwarber, quien lideró la Liga Nacional en vuelacercas esta temporada, conectó luego otro largo batazo que fue atrapado al pie de la barda del bosque derecho.

Ryan Pressly finalizó la labor combinada de seis hits, pese a permitir una carrera en un error del primera base cubano Yuli Gurriel.

Tras dividir honores en Houston, Astros y Filis reanudan la serie el lunes por la noche en el Citizens Bank Park de Filadelfia, que será sede de un encuentro del Clásico de Octubre por primera ocasión desde 2009.

Por los Filis, el dominicano Jean Segura de 3-1 con una empujada. El panameño Edmundo Sosa de 2-0.

Por los Astros, el venezolano José Altuve de 4-3 con una anotada. El dominicano Jeremy Peña de 4-1 con una anotada y una empujada. Los cubanos Yordan Álvarez de 3-1 con dos anotadas y una remolcada, Yuli Gurriel de 4-0, Aledmys Díaz de 3-0. El puertorriqueño Martín Maldonado de 3-0.

Foto: Las Mayores

Los Nacionales y la enésima lección del beisbol

Guillermo Liñares (Caracas).- Como película dirigida por Alfred Hitchcock y haciendo gala de ese popular dicho que reza que en el beisbol es mejor no predecir porque puedes quedar en ridículo. La Serie Mundial cerró con el título de los Nacionales de Washington en siete juegos, ante unos Astros de Houston que llegaron al Minute Maid Park después de haberlos barrido en la capital de los Estados Unidos. El destino, juguetón y caprichoso, aún no tenía todo decidido y prefirió regalarnos a los amantes de la pelota, un decisivo y trascendental desafío que dirimía al monarca de la temporada 2019 en la gran carpa.

Cuando los Nacionales derrotaron en los dos primeros juegos a Gerrit Cole y Justin Verlander, muchos pensábamos que lo más difícil estaba conseguido y que el transcurrir de la serie se iba a decantar por una sola vía. Nada más lejos de la realidad, ya que los Astros lograron recuperarse de esos dos reveses en su estadio y, lo que no habían podido hacer en Houston, lo hicieron en Washington: batear con gente en circulación. El bate de George Springer produjo con gente en posición anotadora, Alex Bregman apareció en los juegos tres y cuatro, Yordan Álvarez conectó jonrón en el quinto duelo en Nationals Park y Carlos Correa igual. Mientras que, por parte de la acera de enfrente, los bates de Anthony Rendón y Juan Soto fueron dominados por el pitcheo sideral.

Una vez que la serie regresó al Minute Maid Park, y apoyándonos en las estadísticas que señalaban que ningún equipo había podido ser campeón tras perder los tres juegos en casa de un careo al mejor de siete en este tipo de instancias, pocos creían que los Nacionales pudiesen repetir la dosis y conquistar el anillo. Sin embargo, el beisbol nuevamente nos da una lección de cordura y de respetarlo, de no forzar lo que el juego te va dando y esperar al out veintisiete para sacar conclusiones. Allí, dentro de esa aura mágica e impredecible, se forjó la remontada capitalina y el primer campeonato.

En el juego seis, Washington contó con esa soberbia actuación de Stephen Strasburg de ocho entradas y un tercio en donde solamente permitió dos carreras para llevarse el triunfo (y que a la postre decantaría su elección al Más Valioso), y el bate de Anthony Rendón con cinco producidas, quien se quedó a solo un triple de conseguir la escalera, que condujo al séptimo y decisivo enfrentamiento.

Y como el beisbol es un deporte de detalles, en el último juego de la temporada no sería la excepción. Allí, una vez más la inspiración del muchacho dominicano Juan Soto y un jonrón oportunísimo para remontar del siempre rendidor Howie Kendrick junto a los batazos de Rendón y de Adam Eaton, le pusieron cifras al juego.

Esto con el colofón de un gran manejo del manager Dave Martínez de su pitcheo, con la salida de Scherzer de cinco entradas y dos carreras. También el gran relevo de Patrick Corbin y el cierre de Daniel Hudson, contrastando con su contraparte A.J Hinch, quien despertó las feroces críticas de los fanáticos de los Astros por sacar a Zack Greinke, cuando apenas tenía ochenta envíos. Además de  tocar la bola con Robinson Chirinos en ese segundo inning, donde parecía que los bates locales podían aprovechar a Scherzer.

Los Nacionales lograron su primer título y se ampararon en el brazo de Strasburg, en los bates de Soto, de Eaton, de Rendón, el atino de su estratega para mover su relevo y las jugadas de rutina que, aunque parezcan más de lo mismo, no deja de ser crucial en este tipo de instancias. Desde mayo agarraron la ruta ganadora que coincidió con la llegada del “Baby Shark” de Gerardo Parra y, a partir de allí, nadie los detuvo hasta llegar al objetivo.

Como datos adicionales, destacan que esta es la sexta vez que un equipo llega a la postemporada vía comodín y logra coronarse campeón: lo hicieron los Marlins dos veces en 1997 y 2003, los Angelinos del 2002, los Medias Rojas del 2004, los Cardenales del 2011, los Gigantes del 2014 y estos Nacionales. Además, Henry Blanco gana su segundo anillo como técnico tras lograrlo en el 2016 con los Cachorros, cuando rompieron la maldición de la cabra y acabaron con una sequía de 108 años sin ser campeones. Ahora lo hace por primera vez con los Nacionales. Buen sabor de boca, tendrá seguro el “capitán centella”.

El beisbol da su enésima lección y reafirma lo cautelosos y escépticos que se debe ser cuando hablamos de pronósticos: el juego siempre te volverá a sorprender.

Será hasta una próxima ocasión…

Foto: Séptima Entrada.

Washington remontó para coronarse campeón de la Serie Mundial por primera vez

Luis Alvarado De Sousa (Caracas) | Foto: MLB.-


El béisbol es un deporte impredecible. La Serie Mundial 2019 fue el mejor ejemplo de ello. Los Nacionales de Washington superaron seis carreras por dos a los Astros de Houston y se titularon campeones por primera vez en la historia de la franquicia en el Minute Maid Park.

Houston comenzó temprano el ataque a Max Scherzer, quien regresaba de su lesión en el cuell, con un jonrón en el segundo inning del cubano Gurriel. En el quinto, agregarían otra rayita a la pizarra. Zack Greinke destacó con una sólida actuación de seis episodios y un tercio, tres ponches y un jonrón, que concedió a Anthony Rendón en la séptima. Esto marcaría el destino del partido, AJ Hinch decidió sacar de la lomita a Greinke, luego del cuadrangular y un boleto a Soto para traer a Will Harris.

Hecatombe

Harris vino al relevo para enfrentar a Howie Kendrick con un hombre en circulación. El segundo pitcheo del episodio fue un sinker a más de 90 millas que el zurdo Kendrick logró enviar al poste de foul del jardín derecho para poner a ganar a Washington en la parte alta del séptimo capítulo. Como en el juego decisivo frente a los Dodgers de Los Ángeles, apareció Howie. Luego de esto, el juego se inclinó definitivamente para los Nacionales.

Osuna, Pressly, Smith y Uriquidy intentaron en vano detener la ofensiva de Washington pero el daño estaba hecho. Como en todos los juegos disputados en Houston, los Nacionales fueron capaces de despegarse rápido en la pizarra luego de remontar en el marcador.

Por el lado de Washington, Patrick Corbin tomó el mandato de Scherzer y se llevó la victoria del compromiso con una joya de tres episodios, dos hits permitidos y tres ponches propinados. Por Houston, Will Harris fue el que cargó con la derrota. El MVP de la serie fue Stephen Strasburg.

Campeón inédito

Por primera vez en la historia de la fraquicia, los Nacionales se titularon como campeones. No habían podido conseguirlo desde su etapa como los Expos de Montreal. La ciudad de Washington también salió premiada, ya que el último equipo de la ciudad que había conseguido un título fueron los Senadores en el año 1924. Algo también inédito en esta Serie Mundial, es el hecho de que el campeón no pudo obtener un solo triunfo en casa y aun así logró el título con cuatro victorias de visitante.

Venezolanos con anillo

Cinco criollos lograron titularse en las filas de Washington. Asdrúbal Cabrera,  Henry Blanco, Adrián Sánchez, Aníbal Sánchez y Gerardo Parra obtuvieron el campeonato con los de la captial estadounidense. .

Strasburg dominó a Houston y se jugará el séptimo juego decisivo

Luis Alvarado De Sousa (Caracas).- Con una actuación magistral de su as, Stephen Strasburg y apoyado por el bate de Anthony Rendón, Washington superó siete carreras por dos a Houston para forzar el séptimo juego de la Serie Mundial 2019 en el Minute Maid Park.

Los Nacionales atacaron temprano a Justin Verlander, con una anotación en el primer inning, pero los Astros no se quedaron atrás y anotaron dos en la parte baja del episodio ante Strasburg. Serían las únicas rayitas que permitiría el derecho de Washington en su actuación de ocho entradas y un tercio, donde recetó a siete bateadores.

No sería sino hasta la quinta entrada donde se volvería a mover la pizarra, por intermedio de un soberbio estacazo de cuatro esquinas por parte del dominicano Juan Soto para desnivelar el encuentro. El quisqueyano se convirtió en el jugador más joven en la historia de la Gran Carpa en conectar tres cuadrangulares en una Serie Mundial. Antes, Adam Eaton había empatado las acciones también con un vuelacercas.

Sentencia

Anthony Rendón abrió la brecha con cuadrangular con un corredor en circulación en la parte alta de la séptima, luego de un out por regla polémico a Trea Turner por interferencia en su corrido hasta la primera almohadilla. Luego, en la parte alta de la novena, cerró el compromiso con un doblete e impulsó dos rayitas más para cerrar el marcador final.

Strasburg fue el vencedor del compromiso por Washington. Con este lauro, se unió a Randy Johnson y al venezolano Francisco “Kid” Rodríguez como los únicos lanzadores en registrar cinco victorias en postemporada.

Terrible récord

Por el lado de Houston, Justin Verlander cargó con la derrota y deja registro de cero victorias y seis derrotas en Series Mundiales. Es el primer pitcher en alcanzar siete aperturas y no conseguir victoria alguna, también empató a Clayton Kershaw al permitir ocho vuelacercas en esta postemporada.

Por primera vez en una Serie Mundial, el equipo visitante se ha llevado la victoria en los seis primeros compromisos. Este miércoles, se definirá el campeón a las 8:08 de la noche hora venezolana de nuevo en el Minute Maid Park de Houston. Se espera que Max Scherzer será el abridor por los Nacionales, luego de recuperarse de su lesión en el cuello. Por los Astros, fue anunciado Zack Greinke.

Foto: MLB.

Los Astros ganan el tercer juego de la Serie Mundial y están más vivos que nunca

Guillermo Liñares (Caracas). – Los Astros de Houston derrotaron los Nacionales de Washington cuatro carreras por una en el tercer juego de la Serie Mundial, en encuentro disputado en el Nationals Park de la capital estadounidense. La victoria le permitió a los dirigidos por A.J. Hinch descontar la ventaja de los capitalinos en la serie final y ahora están abajo 1-2.

La ciudad de Washington volvía a acoger un juego de Serie Mundial por primera vez desde 1933, año en el cual los desaparecidos Senadores de Washington (que no tienen nada que ver con los Nacionales) perdieron en cinco juegos ante los Gigantes de Nueva York. El ambiente que se respiraba era de auténtica emoción, por el hecho de haber barrido a Houston en los dos primeros juegos en el Minute Maid Park  y, sobre todo, por haber superado los escollos de Gerrit Cole y Justin Verlander.

Sin embargo, los Astros llegaron decididos a demostrar que no van a ser un equipo fácil de vencer. En la alta del segundo inning un sencillo de Josh Reddick ante el venezolano Aníbal Sánchez traería hasta la goma a Carlos Correa para poner arriba a los visitantes.

Los Astros ampliarían la cuenta en el tercer episodio, gracias a hit remolcador de Michael Bradtley, una de las adquisiciones de este año que tantos réditos le ha dado a los siderales, y quien en el quinto traería la tercera rayita con otro sencillo. La guinda llegaría en el sexto capítulo, cuando el receptor venezolano Robinson Chirinos conectó su primer jonrón de la temporada ante los envíos de Aníbal.

El abridor criollo cargó con la derrota tras laborar cinco innings y un tercio, recibir 10 hits, permitir cuatro carreras y ponchar a cuatro. Su foja en Series Mundiales queda en dos derrotas sin victorias (en 2012 con los Tigres de Detroit lanzó y perdió también), con una efectividad de 4.46 y haber ponchado en total a doce bateadores.

Antes de todo esto, Víctor Robles realizó una gran atrapada en el jardín central a batazo de José Altuve de espaldas al home, al más puro estilo Willie Mays que bien puede ser catalogada como la mejor jugada hasta ahora en la Serie Mundial.

Zack Greinke fue el abridor por Houston y tuvo problemas en la baja del cuarto acto, cuando Víctor Robles conectó un triple que “engomó” a Ryan Zimmermann y serviría para descontar por los locales. Después de esto, el derecho se recompuso y transitó por cuatro innings y dos tercios, en donde permitió siete hits, le hicieron una carrera, otorgó tres boletos y ponchó a seis. Después del diestro, el relevo de Hinch comandado por el ganador Josh James no permitió mayores libertades a la toletería de los “Nats” y dejaría la mesa servida para que el mexicano Roberto Osuna se apuntase el salvado.

En este encuentro, destacó José Altuve al llegar a 23 juegos seguidos embasándose en postemporada y empató a Lou Gehrig y otro viejo conocido por la fanaticada de los Astros: Lance Berkman.

A Washington le pesó no batear con gente en circulación: ligaron de 10-0 con corredores en posición anotadora y fueron 10 los dejados en las almohadillas. Repitieron lo que le sucedió a Houston en los dos primeros juegos de la Serie.

Este sábado se realizará el cuarto encuentro de la serie final en el mismo estadio. En el duelo monticular se medirán Patrick Corbin y José Urquidy por los Astros, en esa ya habitual figura del “opener” o apelar al bullpen por parte de los mánagers en el denominado beisbol moderno.

Foto: Las Mayores.

Justin Verlander sigue sin ganar en la Serie Mundial

Ronald Blum (AP).-  Los grandes logros de Justin Verlander significan poco en este momento.

Ostenta 225 triunfos, ha recetado 3.006 ponches en campaña regular y 202 en postemporada, ha sido elegido ocho veces al Juego de Estrellas, obtuvo el trofeo Cy Young de 2011 y fue el Jugador Más Valioso.

Pero el miércoles, cayó a una foja de 0-5 en la Serie Mundial, luego que los Nacionales de Washington vapulearon 12-3 a los Atros de Houston para tomar una ventaja de 2-0. Y este tipo de tropiezos en el escenario principal del béisbol está lastrando la reputación del derecho, como si fuera un barco que se hunde hacia el fondo del mar.

Nunca antes, un pitcher había perdido sus primeras cinco decisiones en el Clásico de Otoño.

«No nos concentramos más en el récord de victorias y derrotas, ¿cierto?», preguntó Verlander con una sonrisa, en referencia a los análisis avanzados que se realizan en el béisbol. «Me gustaría ganar un par. Ojalá que tenga otra oportunidad».

Verlander cayó de espaldas en el cuarto inning, tras resbalar mientras perseguía un roletazo de Ryan Zimmerman. Aun así, alcanzó a lanzar la pelota, pero la estrelló en su propio pie izquierdo.

El astro se dio el lujo de reírse un poco de sí mismo tras esa jugada infortunada.

Pero lo que hicieron los Nacionales en el séptimo inning no le dejó muchas ganas de sonreír.

Verlander permitió un jonrón de Kurt Suzuki, quien no había remolcado una sola carrera en estos playoffs. El batazo rompió el empate y puso en marcha un ataque demoledor de seis carreras que enfiló a Washington al triunfo.

El cuadrangular llegó en una recta, el segundo lanzamiento que le hizo Verlander al cátcher boricua Martín Maldonado, quien no había sido su compañero de batería desde el año pasado. Antes del turno de Suzuki, todos los lanzamientos que Verlander había hecho en la campaña habían sido al venezolano Robinson Chirinos, sustituido por el bateador emergente Kyle Tucker por órdenes del manager AJ Hinch.

Tucker se ponchó con dos hombres a bordo, para el último out de la sexta entrada.

«Maldy y yo habíamos trabajado juntos muchas veces el año pasado», destacó Verlander. «El primer lanzamiento fue una curva, que resultó bola, y luego una recta que se quedó ahí para que la conectaran».

Y Verlander, probable miembro del Salón de la Fama, casado con una supermodelo, quedó con una efectividad de 5.73 en seis aperturas de Serie Mundial.

Tuvo una oportunidad de liquidar a los Dodgers de Los Ángeles hace dos años, en el sexto juego de la Serie Mundial, pero dilapidó una ventaja en el sexto capítulo y cayó por 3-1. Los Astros reaccionaron una noche después y conquistaron el primer cetro en su historia.

Ahora, están obligados a remontar una desventaja de 0-2 ante Washington.

Foto: Las Mayores.

Los Nacionales de Washington no andan creyendo en favoritos

Guillermo Liñares (Caracas).- Dos juegos y dos desenlaces distintos. Antes de que empezara la Serie Mundial entre los Nacionales de Washington y los Astros de Houston, podíamos intuir que sería un “Clásico de Otoño” muy parejo. Había motivos para pensarlo, con ambas novenas disponiendo de un pitcheo abridor envidiable (Max Scherzer, Stephen Strasburg, Patrick Corbin y Aníbal Sánchez por un lado, y Gerrit Cole, Justin Verlander y Zack Greinke por el otro), dos alineaciones balanceadas con bateadores de habilidad (Juan Soto, Adam Eaton, Trea Turner por el bando capitalino y Carlos Correa, José Altuve o George Springer por la acera tejana) y un relevo que había estado a la altura en ambos casos.

Coincidíamos con la mayoría de analistas expertos en que los Astros partían como favoritos por diversos factores: su gran dominio en la temporada regular, por haber eliminado a los Yankees en un dramático sexto juego con el jonrón de Altuve que ya todos conocemos y por ser el equipo que ostenta dos finales en los últimos tres años.

Además tenían a su favor la experiencia de iniciar la Serie Mundial en el Minute Maid Park y por contar con menos días de descanso. Eso hacía suponer que mientras más juegos ganes, más días jugando necesitas. Esto a diferencia de los dirigidos por Dave Martínez, quienes tuvieron que esperar seis días desde que barrieron a los Cardenales de San Luis en la Serie de Campeonato de la Liga Nacional.

Sin embargo, contra todo pronóstico por el contexto y por el momento, los Nacionales están rompiendo con las expectativas al haber ganado los dos primeros encuentros de esta Serie Mundial de visitantes y ante los ases del pitcheo abridor sideral.

En el primer juego, Washington contó con Scherzer desde el montículo y cumplió su papel estelar de la rotación, al transitar por intermedio de cinco entradas, solo permitir dos carreras, ponchar a siete contrarios y sacar la famosa “casta” en momentos donde parecía que podía llegar el batazo de los Astros. Su dominio fue tal, que su rival dejó 10 hombres en base y ligaron de 12-3 con corredores en posición anotadora, sintomático en el bate de Alex Bregman, quien en toda la postemporada ha tenido problemas para producir.

Los Nats se apoyaron en el bate del muchacho dominicano de 20 años Juan Soto, quien ligó de 4-3 con doble, jonrón y sencillo, quedándose a solo el triple de conseguir la escalera y uniéndose a un selecto grupo de bateadores menores de 21 años con un cuadrangular en la Serie Mundial: Andruw Jones, Mickey Mantle y un tal Miguel Cabrera.

Además los Nacionales se convirtieron en el primer equipo en la historia en esta instancia donde un bateador menor de 21 años (Soto) y otro mayor de 35 (Ryan Zimmermann) se vuelan la barda en un juego.

Ya para el segundo compromiso, Strasburg y Verlander estaban pautados para subirse al morrito. Tras dos carreras a ambos iniciadores en el primer episodio cortesía de doble remolcador de dos carreras de Anthony Rendón y jonrón productor de dos de Alex Bregman, el juego se mantuvo empatado hasta el séptimo inning, momento en el cual el relevo y la defensa de los Astros se desplomaron.

Un cuadrangular del hawaiano Kurt Suzuki puso el juego 3-2 y, posteriormente, un infield-hit de Howie Kendrick, sencillo de Asdrúbal Cabrera y un costosísimo error de Alex Bregman, dejaría las cosas 8-2.

Así colocaron el compromiso en el congelador y sirvieron la mesa para otras tres rayitas en la parte alta del octavo inning y una más en la novena entrada. Allí se ampararon en el primer jonrón de la postemporada 2019 de Adam Eaton, otro hit remolcador de Asdrúbal Cabrera y jonrón de Michael Taylor. En total, fueron cinco extrabases y tres cuadrangulares en la noche del miércoles para Washington, desmelenándose por completo en el último tercio del compromiso.

Los Nacionales, además, vieron como su mejor pitcher en todo el año, Strasburg, pudo sobrepasar los problemas del inicio del juego con una sólida labor de seis entradas, tolerando dos carreras, permitiendo siete hits y recetando igual número de rivales, para adjudicarse el triunfo.

Además fue una noche de récord personal para Fernando Rodney, pues el relevista dominicano se convirtió en el primer y único pelotero de la historia que ha participado con diferentes equipos de la Liga Americana y Nacional en juegos por el comodín, Serie Divisional, Serie de Campeonato y Serie Mundial.

A sus 42 años también es el pitcher más longevo en aparecer en un juego del “Clásico de Otoño” desde 1987, cuando Joe Niekro lo hizo con los Mellizos de Minnesota. Esto sin olvidar que también ha disputado el Clásico Mundial de Béisbol y la Serie del Caribe.

Para los Astros es una fatídica noticia haber perdido los dos primeros juegos de la serie en su estadio y con sus dos ases de la rotación en el montículo. Desde el mes de junio, los Astros no perdían dos juegos seguidos en donde estuviesen Cole y Verlander en la loma. Ni siquiera el momento de Altuve con el bate, que lleva 22 juegos consecutivos de playoff embasándose, pudo con la inspiración nacional.

Para colmo, solamente tres equipos en la historia han podido regresar de un 0-2 en la Serie Mundial tras perder esos compromisos en casa: los Reales de Kansas City en 1985, los Mets de Nueva York en 1986 y los Yankees de Nueva York en 1996.

Los dirigidos de A.J. Hinch han sido víctimas de unos Nacionales que ya hilvanan ocho juegos seguidos con triunfo en esta postemporada, y que en definitiva, no están creyendo en favoritos. El viernes buscarán poner la serie 3-0 con el venezolano Sánchez enfrentándose a Greinke. Mucho tendrán que mejorar los Astros, si no quieren que esta serie termine en la capital de Estados Unidos.

El béisbol y su mística impredecible no deja de sorprendernos, queridos amigos.

Será hasta la próxima.

Foto: Las Mayores.

Soto y Washington maniataron a Houston y ganaron el primer juego de la Serie Mundial

Ben Walker (AP).- Juan Soto y los Nacionales provocaron muy pronto que se descarrilara un tren llamado Gerrit Cole, que parecía imparable.

Soto, el prodigio dominicano de 20 años siguió respondiendo en los momentos más apremiantes. Disparó un jonrón que envió la pelota a las vías del ferrocarril ornamental, detrás del muro del jardín izquierdo, y añadió un doblete de dos carreras, para que los Nacionales superaran el martes 5-4 a Cole y a los Astros de Houston en el primer encuentro de la Serie Mundial.

“Después del primer turno dije simplemente: ‘Es sólo otro juego de pelota’”, contó Soto. “En el primer turno sí me temblaban un poco las piernas, no voy a mentir”.

Ni siquiera un jonrón histórico por parte del astro de postemporada George Springer pudo impedir el triunfo de Washington. Tampoco bastó otro largo batazo que estuvo a punto de empatar la pizarra en el octavo capítulo.

Ryan Zimmerman, quien derrocha energía a sus 35 años, conectó también un cuadrangular para respaldar la actuación eficaz de Max Scherzer. Los Nacionales, que se colaron en la postemporada con uno de los boletos de comodín, se llevaron la victoria en su primer encuentro del Clásico de Otoño, incluida la etapa en que la franquicia era conocida como los Expos de Montreal, fundados en 1969.

“Ha sido mucho tiempo de espera”, dijo el manager boricua de los Nacionales, Dave Martínez.

Sobresaliente en casi toda la campaña, Cole lució más bien ordinario en el juego. Trea Turner bateó un sencillo en el segundo pitcheo y los Nacionales siguieron causando daño, para cortarle al abridor su racha de 19 victorias consecutivas, que abracaba 25 aperturas desde mayo.

“Esta noche no he contado con lo mejor de mi juego”, reconoció el abridor.

No es lo que esperaba Cole, ni nadie en el Minute Maid Park, especialmente después de que el pitcher encabezó la Liga Americana en efectividad y finalizó segundo en las mayores en victorias, detrás de su compañero Justin Verlander.

Cole había lucido también intratable en los playoffs. Pero en la jornada, se ha confirmado una vieja y cruel sentencia en el béisbol: No importa lo que alguien haga en toda la campaña si no lo consigue en octubre.

“Pienso que él ha sido tan bueno durante tanto tiempo que ha generado esta idea de que era invencible”, dijo el manager de los Astros, AJ Hinch. “Así que cuando esto ocurrió, nos ha sorprendido a todos, porque durante meses hemos observado cómo este chico domina totalmente a los rivales”.

Soto totalizó tres imparables y un robo. A tres días de que cumpla 21 años, el maravilloso jardinero de Santo Domingo contribuyó también a la defensiva. Se apoderó de un batazo de Michael Brantley al bosque izquierdo, que pudo significar el empate.

Springer, quien fue el Jugador Más Valioso cuando Houston conquistó su primera Serie Mundial en 2017, impuso un récord al conectar jonrón por quinto duelo seguido en el Clásico de Otoño, para poner la pizarra 5-3 en la séptima entrada.

Pero el relevista Daniel Hudson lanzó una recta que sentenció al novato cubano Yordan Álvarez, con las bases llenas, para poner fin al inning.

En el octavo, Springer conectó un leñazo profundo entre el jardín derecho y el central. Parecía que la pelota se iría, para un cuadrangular de dos carreras que igualaría el encuentro.

Springer dio un par de saltos junto a la caja de bateo para contemplar el vuelo de la bola, pero debió conformarse con un doble remolcador, cuando ésta rebotó en el guante de Adam Eaton, quien realizó un salto descomunal ante la cerca.

Los Astros, que acumularon 107 triunfos en la campaña regular, eran favoritos de los apostadores antes del comienzo de la serie. Ahora están en desventaja y han perdido la ventaja de locales.

Buscarán igualar este miércoles, cuando Verlander enfrente a Stephen Strasburg, en otro duelo de ases.

Por los Nacionales, los dominicanos Soto de 4-3 con una anotada y tres impulsadas, Víctor Robles de 4-1 con una anotada. El venezolano Asdrúbal Cabrera de 4-1.

Por los Astros, el venezolano José Altuve de 5-1 con una anotada. Los cubanos Yuli Gurriel de 5-2 con dos impulsadas, Yordan Álvarez de 3-2, Aledmys Díaz de 2-0. Los puertorriqueños Carlos Correa de 5-1, Martín Maldonado de 3-0.

Foto: Las Mayores.

Boston liquidó a Los Ángeles en cinco juegos y es el campeón de la Serie Mundial

Ronald Blum (AP).- El pitcheo de David Price, dos jonrones de Steve Pearce y la estrategia de Alex Cora. Ésa fue la fórmula para que los Medias Rojas conquistaran otra Serie Mundial.

Y ahora, un equipo que al comienzo del siglo arrastraba un maleficio, es la envidia del resto de las mayores.

Boston ganó la Serie Mundial por cuarta vez en 15 años, al doblegar el domingo 5-1 a los Dodgers de Los Ángeles en el quinto juego.

Cora se convirtió en el primer manager de Puerto Rico y el segundo latinoamericano en la historia en ganar el Clásico de Otoño. Es apenas el quinto piloto que consigue coronarse en su campaña de novato.

«Los fanáticos en Boston son tan locos como los de Puerto Rico, no puedo imaginar lo que está sucediendo en Boston», dijo Cora durante la premiación que cerró una campaña memorable de su equipo.

Tras comenzar la temporada regular con una derrota, los discípulos de Cora montaron una foja de 17-2. Luego, los Medias Rojas impusieron un récord de la franquicia con 108 victorias.

Avasallaron a sus archirrivales Yanquis de Nueva York y a los Astros de Houston, campeones defensores, durante los playoffs de la Liga Americana. Luego, finiquitaron una serie en la que fueron infinitamente superiores.

«Es muy especial ver a todos estos adultos que festejan ahora como niños. De eso se trata el deporte», comentó Price, quien lanzó pelota de tres hits hasta la octava entrada.

La historia reciente de Boston es así radicalmente opuesta a la que atormentó a la franquicia durante los 86 años de la «Maldición de Babe Ruth». Esa sequía terminó en 2004 y, desde entonces, los Medias Rojas se han convertido en el mejor equipo en lo que va del siglo XXI.

«No sé qué lugar ocupamos en la historia y todo eso», señaló el gerente general Dave Dombrowski. «Si alguien me hubiera dicho que íbamos a ganar 119 juegos y a perder 57, no lo hubiéramos concebido».

Pearce, nombrado el Jugador Más Valioso de la Serie Mundial, conectó dos bambinazos una noche después de que su jonrón y un doble de tres carreras fueron la clave en una remontada. El primer jonrón de Pearce llegó apenas al sexto lanzamiento del abridor Clayton Kershaw.

«Es la mejor sensación que he tenido en mi vida», exclamó Pearce, adquirido en junio a Toronto.

Mookie Betts y J.D. Martínez dispararon también sendos vuelacercas solitarios en la sexta y séptima entrada por Boston, que sumó tres palos de cuatro esquinas frente a Kershaw.

El segundo cuadrangular de Pearce llegó en el octavo episodio, ante el dominicano Pedro Báez, con lo que el ánimo del público local se apagó en definitiva.

En cambio, los seguidores del equipo visitante comenzaron a unirse en coros de «Vamos, Medias Rojas» y entonaron la canción emblemática del equipo, «Sweet Caroline». Muchos de ellos seguían cantando junto a la raya de la inicial, mucho tiempo después de que cayó el último out, un ponche de Chris Sale a Manny Machado.

«Somos un grupo de peleadores», destacó Pearce. «Y este es exactamente el desenlace que sabíamos que llegaría».

Los Dodgers perdieron el séptimo juego de la Serie Mundial del año pasado ante Houston, también en su casa y por la misma pizarra de 5-1. Ahora, son ellos quienes parecen paralizados por un conjuro. No ganan la Serie Mundial desde 1988.

El único equipo que había perdido como local el encuentro definitivo de una Serie Mundial en dos años consecutivos era el de los Gigantes de Nueva York, doblegados por los Yanquis en Polo Grounds en 1936 y 37.

«Jugamos contra un equipo muy bueno, y fue un poco mejor que nosotros», justificó el manager de los Dodgers, Dave Roberts, quien jugó para los Medias Rojas campeones de 2004.

Boston superó a Los Ángeles por 28 carreras contra 16, y tuvo un promedio de bateo ligeramente superior, de .222 frente a .180. Pero los Medias Rojas contaron con bateo oportuno y lograron su noveno cetro, igualando a los Atléticos en el tercer puesto, sólo detrás de los Yanquis (27) y los Cardenales (11).

Lo único que impidió a Boston barrer la serie fue una derrota en 18 innings en el tercer juego, el más largo en la historia de la Serie Mundial. En el cuarto duelo estuvieron abajo por 4-0.

Sale arengó entonces a sus compañeros con un discurso incendiario en el que abundaron las palabras malsonantes. Y sus compañeros despertaron a tiempo imponerse por 9-6.

«No dije nada que alguien no supiera», explicó Sale. «Sólo reuní a la tropa y le hice saber que éramos el mejor equipo del mundo, y que era tiempo de jugar como tal».

En el quinto no hubo necesidad de remontar. Boston nunca estuvo en desventaja.

Por los Medias Rojas, el dominicano Rafael Devers de 4-1. El puertorriqueño Christian Vázquez de 3-0.

Por los Dodgers, el puertorriqueño Enrique Hernández de 4-0. El dominicano Manny Machado de 4-0. El cubano Yasiel Puig de 3-1.

Foto: MLB