Caracas barrió la serie contra La Guaira

Prensa Leones.- Se suponía que el plan con el abridor Eduard Reyes era que no superara los 65 pitcheos al ser su primera apertura de la temporada. Pero el beisbol no es un deporte predecible. El dominicano cerró el quinto inning del juego de este sábado con 75 pitcheos. Demostró un dominio sobre Tiburones de La Guaira y llevó a Leones del Caracas a ganar su segundo juego de la incipiente campaña.

Los melenudos se impusieron 8-3 en su primer juego como dueños de casa. Un día antes, el viernes, derrotaron 7-4 también a los escualos. En pocas palabras: son dos triunfos en los dos primeros choques de la campaña.

“Reyes lanzó excelente juego, se mantuvo lanzando bien desde que empezó”, declaró Gárate. “Llegamos con él, al quinto inning, con 75 pitcheos, porque lo estaba haciendo muy bien. Es un brazo que está en forma. Hizo muy bien su trabajo, mezclando bien, lanzando strikes”.


La apertura de 5.0 innings de Reyes, en la que no aceptó carrera limpia, aunque le hicieron una sucia, fue recompensada con la victoria. El dominicano ponchó a cinco adversarios. La derrota fue para Ofreidy Gómez, quien sufrió ocho hits y seis anotaciones limpias en 2.2 capítulos.

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Keibert Ruiz remolcó la primera carrera del Caracas, en el primer inning, con un doble al jardín derecho. Poco después José Rondón fletó dos más con sencillo al centro. “Rondón empezó estos dos juegos de una manera increíble con esa ofensiva que tiene”, dijo Gárate. “Ojalá que siga ayudando al equipo y se mantenga caliente”.

En los primeros dos juegos de la temporada, Rondón ha remolcado cuatro carreras para el Caracas; además tiene cinco hits, entre los cuales hay un jonrón. Es uno de los bateadores de mejor inicio en el torneo.

Los melenudos hicieron tres carreras más en el tercer acto, con doble de Romer Cuadrado e incogibles de Luis Alejandro Basabe y Ronny Cedeño. Cuadrado empujó otra en el séptimo, con sencillo. Las carreras de La Guaira ocurrieron en el cuarto acto, con hit de Edgar Durán, y en el noveno, con sencillo de Daniel Mayora y elevado de sacrificio de Diego Infante.

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Rondón se fue de 4-2 con dos remolcadas, al igual que Cuadrado. También brilló Wilfredo Tovar, al irse de 5-3, con anotada.

Leones jugará este domingo en el José Pérez Colmenares de Maracay contra Caribes de Anzoátegui. El duelo está pautado a la 1:00 pm.

Foto: TC

Caracas derrotó a La Guaira en un duelo de batazos

Prensa Leones.- La temporada pasada Leones del Caracas se despidió del beisbol con una derrota ante Tiburones de La Guaira. Eso representó la eliminación en seis juegos en la primera fase de la postemporada. Pero el inicio de la campaña 2020-2021 es diferente. Los melenudos derrotaron 7-4 a los escualos. Es un bonito comienzo, sobre todo para Alexander Palma.

El jardinero e inicialista se fue de 5-3 con tres carreras remolcadas y dos anotadas. No fue el único que brilló por la manada, pues Jhonny Pereda ligó de 5-3 con una empujada y José Rondón de 5-3, con dos fletadas y el primer jonrón de la temporada de los leoninos.

Leones se fue arriba en el primer inning con dos carreras producidas por sencillos de Alexander Palma y Romer Cuadrado. Aunque el abridor Carlos Quevedo mantuvo a los rivales en cero durante tres capítulos, Tiburones lo emboscó en el cuarto episodio. Daniel Mayora se embasó por jugada de selección y Diego Infante anotó; fue la primera de cuatro carreras del equipo en el tramo, pues luego Maikel García dio un triple remolcador de tres rayitas.


“Quevedo posiblemente pudo haber mostrado cansancio. Quevedo sale al cuarto inning solo con 35 pitcheo, pero lo que nosotros pensábamos era que terminara su cuarto inning, y después veíamos”, dijo el mánager Víctor Gárate. “Pereda lo pudieron ver todos, dio tres hits, sólidos. Está en buena forma física. Está listo para competir y batear, y lo tenemos aquí para nosotros”.

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Después que se bajaron del montículo escualo el iniciador Víctor Díaz y el relevista Christian Mejías, el Caracas reaccionó: José Rondón dio un cuadrangular de dos carreras. La bola salió por el jardín izquierdo.

La fiesta de Leones se armó en el séptimo inning. Dobles de Alexander Palma y Jhonny Pereda produjeron tres anotaciones y enrumbaron la victoria melenuda.

Ganó Luis Chirinos por un trabajo de 1.1 innings en blanco. Perdió Gustavo Armas tras aceptar una anotación en 1.1 actos de labor. Salvó José Torres, quien enfrentó a cuatro rivales y toleró un imparable.

Lo que dijo el mánager Víctor Gárate de Ronny Cedeño:

“Es lo mejor que pudo haber llegado al lineup. Es un pelotero de experiencia que ha ganado campeonatos, que puede transmitir esa hambre de ganar a los peloteros jóvenes y de jugar esta liga”.

Víctor Gárate: «Estoy feliz de volver»

Prensa Leones.- El ex lanzador Víctor Gárate estará al frente de Los Leones del Caracas para disputar la Temporada 2020-2021 de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional que iniciará el próximo 27 de noviembre bajo estrictas normas de bioseguridad.

“Estoy feliz de volver al equipo y tener la confianza de la Gerencia para estar desde el primer día”, celebró Gárate, el nuevo Manager del equipo capitalino. “Será una temporada corta y saldremos a ganar el máximo de juegos desde el principio”, dijo el estratega.



Gárate contará con el apoyo de Óscar “El Cachi” Salazar como su Coach de Banca, mientras que Lino Urdaneta estará a cargo del cuerpo de lanzadores del conjunto capitalino bajo el rol de Coach de Picheo junto a Mauro Zárate como Coach de Bullpen.

La ofensiva melenuda trabajará bajo la supervisión de Ramón Castro en el cargo de Coach de Bateo, mientras que Kevin Nieves y Alirio Colmenares tendrán la responsabilidad de orientar a los corredores desde las esquinas del diamante. Nieves tendrá su segunda temporada como Coach de primera  base mientras que Colmenares vestirá nuevamente el uniforme de los melenudos y dictará las señas desde la antesala. Castro regresará a la organización tras un año de ausencia en la LVBP pero con la experiencia de llevar el mismo cargo en la campaña 2018-2019.

“Tengo mucha confianza en ellos, El año pasado trabajé con Lino muy bien y con Castro jugué un tiempo. Nos conocemos todos y tenemos plena confianza en que cada uno hará su trabajo porque están capacitados para aportar algo y ayudar al equipo”, destacó el manager.

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Gárate, tomó las riendas del equipo melenudo en la recta final de la campaña pasada y logró avanzar hasta la primera fase en las rondas de postemporada. “Contaré con la ayuda de técnicos que ya tienen experiencia en la liga y confío en el trabajo que ellos puedan hacer. Ellos pueden tener muy buena comunicación con los peloteros y eso hará que mantengamos la misma química que tuvimos al final de temporada del año pasado”, señaló Gárate.

“Tendremos un grupo interesante de trabajo, los jugadores estarán unidos en su sólo bloque desde el comienzo y eso nos hará fuerte en todos los aspectos del juego”, remató el estratega.

Foto: Prensa Leones

Carlos Subero recuerda con orgullo a sus Leones campeones de Venezuela y el Caribe (+Video)  

Tony Cittadino (Mallorca).- Una campaña de fe. Así definió el éxito que vivió Carlos Subero al llevar a los Leones del Caracas al campeonato de la temporada 2005-2006 de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP) y el título en la Serie del Caribe 2006. El estratega dijo que para saborear las mieles del triunfo, se unieron diversos factores que permitieron ver los frutos de cinco años de trabajo en la organización.

“Fue una experiencia increíble. En lo personal, fue el logro de mayor relevancia que he tenido en mi carrera. Pero creo que lo que sucedió en las campañas anteriores, preparó el terreno. Todo comenzó en la temporada 2001-2002, que coincidió con la compra del equipo por parte de la Organización Cisneros”, explicó Subero desde Las Vegas, en Estados Unidos.

Subero, que se graduó a los 15 años de edad para ser pelotero, considera que todo se comenzó a construir cuatro años antes, pues era coach de la tercera base del cuerpo técnico del manager John Tamargo, quien renunció en la mitad de la temporada 2001-2002. El caraqueño, de apenas 29 años, asumió como manager interino tras el despido de Tamargo. Aunque quedó eliminado en la ronda regular, ganó experiencia como manager con un balance de 11-18.

Oscar Prieto Párraga, que hasta abril de ese año era uno de los propietarios del equipo junto a Pablo Morales, ahora fungía como asistente a la gerencia y fue quien decidió apostar por el nobel dirigente en ese momento. “Se planteó un proyecto que fue discutido junto con Ariel Pratt (presidente) y Luis Ávila (vicepresidente) y salieron cosas muy positivas. Entre ellas, un sistema de granjas y firma agresiva de peloteros, que a la larga tuvieron un impacto en el 2005”.

El ex jugador de los Tiburones de La Guaira se mantuvo en el equipo durante los siguientes años,  ejerciendo diversas funciones en el cuerpo técnico. Además era una persona a la que le gustaba anotar y aportar, al punto que contó que se le ocurrió sugerir el cambio del uniforme de visitante.

“Teníamos uno gris y dije, ‘vamos a cambiar el uniforme y traer frescura. Estoy seguro que el pelotero y el fanático, se van a identificar’. Eso le gustó a Luis Ávila. Al año siguiente, teníamos uno amarillo y uno negro. Lo demás fue historia. Se hizo una tradición y los equipos también comenzaron a cambiar. Pensaba que necesitábamos un cambio, después de tres años de fracasos”, explicó el dirigente, que alabó el trabajo realizado en la oficina por Yves Hernández.

Así llegó la temporada 2004-2005, en la que el Caracas de Omar Malavé perdió la final ante los Tigres de Aragua en siete juegos. Para entonces, era el coach de la  tercera base de un equipo balanceado en el que se juntaba la experiencia de peloteros como Bob Abreu, con la versatilidad de jugadores como Marco Scutaro, Henry Blanco y Carlos Méndez.

Al año siguiente, llegó el momento cumbre. Malavé repitió por tercer año al frente del equipo y Subero regresaba como coach de banca. Los melenudos comenzaron esa temporada el 14 de octubre, con una derrota en el juego inaugural ante los Tiburones de La Guaira de ocho carreras por cuatro.

En su segundo duelo, fueron blanqueados por Aragua siete por cero y la primera victoria llegó en el tercer compromiso, cuando superaron a Pastora de Los Llanos siete por dos en Araure. En ese juego, Franklin Morales debutó como lanzador y Javier Herrera conectó su primer hit en la LVBP con un jonrón.

Fue la primera de una racha de seis victorias, que sirvió además para terminar la tercera semana con balance de cinco triunfos, sin derrotas. Los Leones terminaron el mes de octubre con balance de 7-7 y en noviembre también dividieron honores, con 12-12. En este mes, destacó un grand slam de Franklin Gutiérrez en la victoria ante los Navegantes del Magallanes de seis carreras por cinco. Fue el 22 de noviembre en el Universitario.

Un día más tarde, Marco Scutaro también sacó la bola del parque con tres en circulación en el recinto de Los Chaguaramos, para superar a Aragua seis por ocho. El mes cerró con una derrota ante Cardenales de Lara de ocho carreras por dos en el estadio Antonio Herrera Gutiérrez de Barquisimeto. El récord como visitante era de 6-14.

Comienza a escribir la historia

El 8 de diciembre, los melenudos cayeron ante Los Llanos 15 carreras por 4 en el Universitario, lo que significó el último juego de Malavé como manager. El estratega renunció y dejó al equipo con marca de 21-22.

Subero tomó el mando como manager interino y el 9 de diciembre se estrenó con derrota ante Aragua de nueve por cuatro. Bajo su mando, ganó 14 de los 20 juegos restantes y finalizaron la ronda regular ganando los últimos seis choques.

“Fue una experiencia tremenda. Al principio, dependimos mucho del sistema de granjas. Por ejemplo, Gregorio Petit debutó con un jonrón contra Pastora. Teníamos a Rómulo Sánchez, Juan Carlos Gutiérrez, Armando Galarraga, Harvey García, Juan Carlos Ovalles y Mauro Zárate. Alejandro Machado hasta estaba de primer bate. Javier Herrera, que con 19 años estuvo en el equipo de Todos Estrellas de la Serie del Caribe. Igualmente, Orlando Trías.  Todos ellos venían de la granja y de un trabajo de cinco años”, recordó Subero, quien contó con el gran aporte del scout Francisco Cartaya, quien para entonces trabajaba con Leones y los Rockies de Colorado.

En el cuerpo técnico lo acompañaron Darryl Kennedy (coach de banca), Julio Franco (coach de pitcheo), Juan Carlos Indriago (coach de primera base),  Manuel González (coach de tercera base), Carlos Pérez (coach de bullpen), Manuel González (coach de banca) y Antonio Armas (coach de bateo).

“Era el equipo de mi infancia. En mi vida imaginaba dirigir al Caracas y hacerlo en cada uno de esos juegos era especial. De pequeño me conocía a todos los jugadores e iba a todos los juegos y ahora verme como manager era especial. Con la directiva hicimos movimientos osados, no convencionales”.

Desde el primer juego como manager, Subero habló de cuatro objetivos a cumplir, que se dieron a la perfección: clasificar al round robin, clasificar a la final, ganar la final y ganar la Serie del Caribe. “Conocíamos la organización a fondo. Uno de los primeros movimientos, fue subir a Julio Franco, que trabajaba en la paralela y conocía a los muchachos. Mario González era uno de nuestros técnicos. Igual Juan Carlos Indriago. Fueron parte muy importante. Por eso cuando dimos el meeting, hablamos de esos cuatro objetivos”, recordó acerca del primer día al frente del club.

La clasificación la sellaron el 29 de diciembre, con una victoria ante Aragua de 11 por 2 en el Universitario. En ese juego, José Macías conectó un grand slam. Subero recordó una anécdota graciosa que le sirvió para levantar la moral del equipo, justo cuando el poder del rival parecía arroparlos. Fue luego de una jugada defensiva de Franklin Gutiérrez. El jardinero se lanzó de cabeza para agarrar un batazo, pero el árbitro decretó que la bola había picado y no era out. Pensó que era el momento idóneo para salir a reclamar y que lo botaran.

“Aragua tenía un equipo muy fuerte y en ese juego nos llegaron a voltear al juego. Salí a discutir con el umpire y le decía que tenía que botarme. En eso llegó otro árbitro y discutiendo, me dijo que si quería que me botaran y en inglés le dije que sí. Cuando me botó, nos fuimos discutiendo por toda la raya de tercera y le decía que ahora tenía que quedarse conmigo, porque yo tenía que levantar al equipo. Cuando llegué al clubhouse, mi mamá me llamó para decirme que se había visto feo por televisión y más como testimonio de hombre de Dios. Le dije que no era nada malo y que ya iba a ver los resultados”, contó con alegría.

Caracas terminó en el segundo lugar de la División Oriental con balance de 35-27, a cuatro juegos del Magallanes. El mes de diciembre finalizó con récord de 16-8. El primer paso, estaba concretado.

Segunda etapa: el round robin

En el round robin se reforzaron con Rainer Olmedo, Albert Vargas, Alex Cabrera y Francisco Rodríguez, entre otros. “A Olmedo le dijimos que no importaba si no bateaba, pero le pedimos que cogiera los rolling de rutina. Lo que hizo en el campocorto fue algo especial. Otra escogencia curiosa fue la de Vargas, que tenía 19 años y lanzaba con un aplomo en la lomita”, recordó con entusiasmo.

“Francisco Rodríguez también nos dijo que quería estar en la ronda de sustituciones y se podía. Había participado en la final del año pasado con nosotros. Eso le dio solidez al bullpen, porque teníamos a Orber Moreno que tiraba el octavo inning y a Jorge Julio Tapia como cerrador. Lo queríamos en el séptimo inning y esa fue la condición con la que se agarró y me dijo, que lo que quería era ganar”, explicó el estratega, que aseguró con contar con el “Kid” fue un aspecto fundamental.

La postemporada comenzó el 2 de enero, con triunfo ante Magallanes de cinco carreras por dos en el José Bernardo Pérez de Valencia, que incluyó un jonrón de Scutaro. Los melenudos ganaron sus siguientes dos choques: doblegaron a Lara cinco por dos, con cuadrangular de Alex Cabrera y, luego, vencieron a Caribes siete por tres. Sin embargo, tuvieron un ritmo inestable, al perder cuatro de cinco.

El 16 de enero vencieron en un maratónico juego al Magallanes 14 carreras por 11 en Valencia. Un encuentro que llegaron a estar perdiendo cinco por cero y nueve por dos, pero en el que supieron aprovechar los errores defensivos del rival. Fue el encuentro en el que Eddy Díaz y Carlos “Tapón” Hernández no pudieron coger dos elevados en el infield, que costaron en el resultado.

Los Leones mantenían las esperanzas de llegar a la final, pero un día más tarde quedaron contra las cuerdas, al caer ante Aragua ocho por cuatro, en un duelo que llegaron a estar ganando cuatro por cero. La marca era de 6-6 y el equipo estaba obligado a ganar los últimos cuatro partidos para llegar a la final y así lo hicieron.

“Entramos a la última semana prácticamente eliminados, con marca de 6-6 y Aragua y Magallanes con 8-4. Quedaba un juego con Magallanes y no con Aragua, así que había que ligar que Magallanes perdiera con Lara. Antes de ir a Puerto La Cruz, Armando Galarraga se presentó en la oficina para decirme que Texas lo había mandado a parar. Luego se presentó Wilfredo Ledezma y me dijo lo mismo. No teníamos abridores para los juegos en Puerto La Cruz”, explicó.

A pesar del contratiempo, a Indriago se le ocurrió la idea de colocar a Landon Jacobsen como abridor y no como relevista. Fue una decisión acertada. “Me dijo que Landon lanzaba bien sin gente en base y con corredores en circulación se le dificultaba el trabajo. Por eso la efectividad tan alta. Pusimos a Jacobsen y a Vargas a abrir esos juegos en Puerto La Cruz, que fueron muy reñidos”.

Los Leones derrotaron a Lara ocho por una, con jonrón de Scutaro. También a Caribes en par de oportunidades en Puerto La Cruz, con pizarra de 4-3 y 4-2. El domingo 22 de enero se midieron al Magallanes en el Universitario en el juego más importante para ambas divisas, después de la final 96-97. El equipo que se llevara la victoria, jugaría la final ante Aragua.

“La decisión más difícil ese día, era a quién poníamos a abrir. Teníamos como opciones a Edwin Hurtado y Franklin Morales. También a Orlando Trías, a quien conocíamos de las menores en República Dominicana. Abrió Trías, porque tiraba mucho strike y jugamos con el factor de desconocimiento”, explicó.

El juego debió interrumpirse por lluvia en par de oportunidades y terminó en la madrugada del lunes 23 de enero, con victoria para el Caracas de 13 carreras por 2. Así el Caracas jugaría su segunda final consecutiva, nuevamente ante Aragua.

“Francisco Rodríguez sacó un cero con las bases llenas. En el octavo inning nos despegamos en la pizarra y fue un alivio. Eran la una y pico de la mañana, veníamos del viaje de Puerto La Cruz y fue cuando entré en la oficina a preparar la final”, dijo el estratega que aseguró que fue clave la actitud del equipo.

“Tenía mucho que ver lo del año pasado. Fue una derrota dolorosa. El hecho de habernos quedado cortos y poder oler ahora la oportunidad de ganar, que fue lo que dijo Francisco Rodríguez al momento de la llamada para reforzar. Eso hacía que el equipo tuviera la química”, recordó el manager que para la final quería contar de refuerzo con Michael Sandoval, pero Oscar Prieto llamó a los directivos de los Marineros de Seattle y negoció el permiso para Carlos Guillén.

“Guillén había jugado como bateador designado con Magallanes, pero la buena relación de Oscar abrió esa oportunidad y la decisión terminó siendo importante. Aragua tenía un equipo que no hacía falta presentarlo, con Endy Chávez, Luis Rodríguez, Ronny Cedeño, Miguel Cabrera, Ramón Hernández y de ahí para abajo era un lineup consolidado”, explicó.

El segundo paso en la lista, también había sido concretado. El Caracas estaba en la final.

La gloria en el Universitario

La final arrancó el 25 de enero en el José Pérez Colmenares de Maracay y Aragua picó adelante con triunfo de siete carreras por cuatro. Seis de esas anotaciones, fueron en los dos primeros innings, gracias a jonrones consecutivos en la primera entrada de los dos primeros bateadores: Chávez y Rodríguez.

Tony Armas Jr., que había llegado esa temporada al equipo en cambio desde Caribes, cargó con la derrota al lanzar apenas un tercio de inning y recibir tres rayitas, todas limpias. La victoria fue para Yorman Bazardo (2.1IP, 1HP, 2K) y el salvado para Víctor Moreno (1.2IP, 3K).

El único bateador del lineup de Aragua que no dio hit, fue Luis Maza (2-0, 1CI, 1K).  Entre los primeros tres bateadores felinos, se fueron de 14-7, con dos jonrones dos impulsadas y tres anotadas: Chávez (5-2, HR, 1CI, 1CA), Rodríguez (5-3, HR, 1CI, 1CA) y Cedeño (4-2, 1CA). Por Leones, destacó el siempre rendidor Rafael Álvarez (3-2, 1BB, 1CA).

“Tuvimos que cubrir ocho innings con el bullpen, porque a Tony lo apalearon en el primer inning. Al día siguiente, había que jugar otra vez en Maracay con la serie abajo, pero los muchachos sacaron la cara. Jugar contra los Tigres en Maracay era dificilísimo. Había una atmosfera tan pesada y fuerte, porque además venían de ser campeones. Tenían una química increíble. A los Tigres, tenías que ganarle en 27 outs. Había juegos con 25 outs, en los que ganabas por dos o tres y te dejaban en el terreno”.

Caracas niveló la serie al día siguiente, con victoria de ocho por seis y de ahí en adelante no perdió más. Fue la primera victoria en Maracay, desde el sexto juego de la final pasada. Los dos refuerzos tomados para la final, rindieron como se esperaba. El abridor Geremi González se llevó la victoria (5.2IP, 9HP, 4CP, 3CL, 1BB, 1K) y Carlos Guillén apoyó con el madero (5-2, HR, 2CI, 1CA, 2K).

“Geremi hizo un extraordinario trabajo y también el ‘Kid’ Rodríguez. Del resto se encargó el bullpen, como lo hicieron en toda la temporada. Teníamos un bullpen muy sólido. Al llegar a cuatro o cinco innings ganando, sentíamos que era un juego para nosotros”.

La serie se mudó al Universitario el 27 de enero y los melenudos ganaron ocho por cuatro, en un juego en el que Álvarez se fue de 5-4, con dos dobles, cinco carreras impulsadas y una anotada. El abridor Trías volvió a responder, lanzando siete sólidos innings, en los que permitió par de anotaciones y ocho hits.

“Trías era un artista lanzando. Estaba en una final, con el estadio lleno y contra Aragua. Fue una pieza clave, porque no teníamos abridores. Recuerdo que la cantidad de pitcheos fue increíble para siete innings. La actuación de cada jugador joven como él, le dio confianza al equipo”.

Los capitalinos se volvieron a imponer en el cuarto juego, ahora con pizarra de cinco por tres, choque en el que se lució el abridor Jacobsen, con cinco entradas completas, en las que toleró cinco hits y una carrera. Ponchó a tres y otorgó dos boletos. Además, destacó el relevo compuesto por Zárate (1.0IP, 1HP, 1CP, 1BB, 2K), Rodríguez (1.0IP), Moreno (1.0IP, 1K) y Tapia (1.0IP, 1HP).

Con la serie arriba 3-1, quedó todo listo para el domingo 29 de enero. Esa tarde, se sentía un ambiente de triunfo en Caracas. En la noche todo se concretó, al derrotar a los Tigres cinco carreras por una y lograr el título 16 como Leones y el 19 de la franquicia. Albert Vargas fue el abridor y limitó a la poderosa ofensiva felina durante cinco episodios. Le batearon cinco imparables y le pisaron el plato en una oportunidad.

Méndez aportó a la ofensiva con un jonrón y dos impulsadas y Guillén, a la postre Jugador Más Valioso de la final, se fue de 4-3, con una remolcada y una anotada. Subero volvió a resaltar la fortaleza del grupo, para derrotar a un equipo sólido en todos sus repartos.

“No solamente era la ofensiva de los Tigres, recuerda los abridores que tenía y los relevistas. Era un equipo sólido, de arriba a abajo. Además tenía a Buddy Bailey, que dirigiendo era un artista. Tan puntual en cada out, en cada pitcheo y sus movimientos. Eso le dio mayor valor, porque fuimos contra un equipo tan fuerte. El equipo de la década y uno de los mejores en la historia de la Liga”.

Habían pasado pocos minutos de la efusiva celebración del equipo, los coaches y los fanáticos en el terreno del estadio Universitario, cuando Bailey tuvo un notable gesto deportivo. Salió rápidamente desde el dogout, para saludar al nobel campeón y felicitarlo por el logro. Fue un momento que Subero no olvida.

“Me tocó darle las gracias y fue algo tan profesional de Bailey, que eso quedó marcado para mí. Luego lo enfrenté muchas veces aquí en Estados Unidos y no solo por eso, porque siempre demostró mucho profesionalismo. Se acercó y me dijo en inglés: ‘Joven, extraordinario trabajo y disfruta este campeonato’. Brevemente me abrazó y se fue”.

Con el trofeo de campeón en mano, Subero y los Leones bateaban de 3-3. Falta el último paso, para cumplir con los cuatro objetivos planteados: ganar la Serie del Caribe.

Le agradece a Dios

La celebración se desató en Caracas y en el país. Fue el primer título para el Caracas desde la temporada 1994-1995 y el primero en casa desde la campaña 1987-1988. Subero contó que antes de jugar la final, ya se sentía campeón. Vivió una experiencia particular, porque tuvo un encuentro con Dios en el regreso de la gira de dos juegos en Puerto La Cruz.

“No fue algo religioso. Esos cuatro objetivos que se lograron, vinieron en oración. Uno escucha esa voz interna y sabes que el Señor te está hablando. Yo no dormí esa noche de regreso a Caracas y tenía que manejar. Tenía a mi esposa y mis tres hijos conmigo. Tenía mucha presión antes del juego ante Magallanes y quería estar tranquilo”, explicó el presidente de la Fundación Venezolana de Atletas Cristianos (FVAC).

“Se cayó un árbol en la vía y la Guardia Nacional estaba recogiéndolo. Me bajé del carro y fui a un río. Hablando con Dios, le dije que tenía ansiedad y que no quería saber el resultado del juego ante Magallanes. Sentí una voz increíble que me dijo: ‘van a ser campeones del Caribe’. Yo me quedé en el sitio, porque sabía que no era un pensamiento y estaba luchando por llegar a una final. Dije ‘Señor si eres tú quién me habló, voy a contárselo a mi esposa y si tengo paz al contarlo, sé que eres tú’”.

Cuando el Caracas se consagró campeón, Subero citó en plena celebración el versículo de Proverbios 21:31: “El caballo se alista para el día de la batalla, pero Dios es el que da la victoria”, que le fue enviado por la suegra del scout Cartaya.

“Ese día, hablamos a las 12 del mediodía y me dijo que su suegra quería que me diera ese versículo. Yo tenía dos días buscando qué decir y estaba entre ése y el Salmo 127:1 (Si Dios no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; Si Dios no guarda la ciudad, en vano vela la guardia). Ser fanático de tu equipo, dirigirlo y quedar campeón, no cabe nunca en tu mente”, rememoró emocionado.

Reyes del Caribe

El hambre de triunfo no quedó allí. El Caracas mantuvo casi intacta la base del equipo para la Serie del Caribe, que se jugó en Maracay y Valencia. Era la primera vez que dos ciudades compartían la sede de la competición y una de las decisiones claves, fue permitir que los jugadores tuvieran cerca a su familia.

“Por eso se permitió contar con hasta dos habitaciones en los hoteles, para que todo el mundo tuviera a su familia y no tener distracciones en estos seis juegos. Era importante que nos concentráramos. Fue un movimiento importante. Nos quedamos en Maracay y fue clave que la directiva asumiera esa responsabilidad”.

Ramón Hernández, tomando como refuerzo desde Aragua, fue la gran figura ofensiva en el debut al batear la escalera (hit, doble, triple y jonrón). Se fue de 6-4, con cinco impulsadas y tres anotadas. El Caracas aplastó a los Venados de Mazatlán (México) con pizarra de 17 carreras por 1. Un total de 13 carreras llegaron luego de dos outs. La victoria fue para Geremi González, tras lanzar siete innings y un tercio y permitir tres hits.

“La escogencia de los refuerzos fue puntual. Entre los lanzadores, agregamos a Víctor Moreno y entre los jugadores de posición a Luis Rodríguez y Ramón Hernández. El juego uno fue el único que fue fácil por el resultado. Después de eso, todos los juegos fueron cerrados y vinimos de atrás”.

Los melenudos derrotaron en el segundo encuentro a los Gigantes de Carolina (Puerto Rico), seis carreras por una. Trías fue el pitcher ganador y Scutaro destacó con un grand slam.

El Caracas volvió a dar otra demostración de poder, en el tercer encuentro contra los Tigres del Licey (República Dominicana). Los capitalinos vinieron de atrás, para remontar un juego que perdían cinco por cero en el cuarto inning. Fabricaron un rally de cinco carreras en el séptimo inning y otro de cuatro en el octavo capítulo, para llevarse la victoria once por nueve.

Alex Cabrera empató el juego en el séptimo, con jonrón con uno a bordo. También dieron cuadrangular Henry Blanco y Alex González, dupla que días más tarde se encargó de hacer historia. González voló la cerca en el octavo tramo, para dar jonrón de tres carreras, voltear la pizarra y dejar cifras definitivas. Se fue de 5-3, con tres remolcadas. Ganó Ovalles y salvó el “Kid” Rodríguez.

Los Leones sumaron su cuarto triunfo al dejar en el terreno a Mazatlán cuatro carreras por tres  en 10 innings, con hit a la izquierda de Cabrera. “El Samurai” bateó una línea por la raya de tercera, para impulsar a  Rodríguez con la carrera de la victoria. Zárate fue el pitcher ganador.

“Quizás nadie se acuerda, pero Cabrera tenía la pierna desbaratada. El doctor Medina hizo un gran trabajo para recuperarlo. Incluso en la habitación en Maracay le daban masajes. Salió de emergente y dio un batazo por la raya de tercera y los dejamos en el terreno”.

La quinta victoria llegó ante Carolina, ahora con pizarra de cinco por una. Wilfredo Rodríguez relevó a Vargas después de cinco entradas y fue el pitcher ganador. Álvarez apoyó con el madero, con un jonrón de dos carreras. El título estaba a un paso.

El sexto y último encuentro se selló con una dramática victoria ante Licey de cinco por cuatro en Maracay. Caracas volteó la pizarra con dos anotaciones en la parte baja del noveno, para lograr la segunda Serie del Caribe para el equipo, luego del triunfo en Hermosillo 1982. También fue la sexta para Venezuela y primera desde 1989, lograda por las Águilas del Zulia. Además el Caracas fue el primer equipo venezolano en ganar invicto, tras triunfar en los seis choques.

González fue el héroe de la noche. Primero, dio hit a la derecha para impulsar a William Bergolla (había entrado como corredor emergente por Ramón Hernández) y luego anotó con el famoso elevado de Blanco, que le cayó en la cabeza al campocorto de Licey, Erick Aybar, y la bola se fue a lo profundo del jardín izquierdo. Moreno, fue el ganador del encuentro. El cuarto objetivo se había consumado: Caracas era campeón del Caribe.

Subero recordó que en ese momento, Herrera estaba prevenido para tomar el turno en caso de que Henry fallara. “Le pregunté a Herrera si podía tomar el turno y en lo que me estoy regresando, Henry da el batazo y el viento se fue llevando la pelota. Cosas de Dios. No sólo es que le pega en la cabeza a Eybar, sino la confusión de Napoleón Calzado (el jardinero izquierdo), que vio la jugada, se ríe y nunca la fue a buscar. Alex estaba en primera y terminó anotando. Había una emoción increíble de parte de todo el mundo”.

El manager agregó que fue clave el apoyo y la presión del fanático en Maracay y Valencia para apoyar a los Leones. “Lo especial de esa Serie del Caribe no sólo fue que se jugó en Venezuela, sino que venía el Clásico Mundial y se tomaba como una referencia. Había una expectativa muy grande. Leones del Caracas después del juego tres, pasó a ser Venezuela en su totalidad. Veías a magallaneros apoyando al Caracas en las tribunas. El factor del público en los últimos juegos fue increíble”, recordó emocionado.

Hernández terminó la Serie del Caribe como triple coronado y Jugador Más Valioso. El criollo fue líder en los departamentos de average (.542), jonrones (3) y carreras impulsadas (8). Por su parte, González fue triple coronado en pitcheo. Fue el mejor en victorias (1), efectividad (1.20) y ponches (12).

Subero se convirtió en el manager más joven en ganar el torneo en la historia, con 33 años. Además fue el segundo estratega criollo, luego de lo hecho por Alfonso “Chico” Carrasquel en 1982.

“Nunca fue una meta personal y fue un privilegio tan grande que Dios me haya puesto en esa posición. A pesar de la edad que tenía, tomé decisiones en conjunto con el equipo y la directiva. Lo que sucedió, fue algo netamente de Dios y el desenlace que eso produjo para el futuro de mi carrera. Por eso siempre estaré agradecido a la directiva del Caracas y a Oscar Prieto por haber tomado la osadía en aquél entonces de colocarme como manager del equipo”, dijo quien fuera el coach del infield y de la primera base de los Cerveceros de Milwaukee entre 2015 y 2019 en las Grandes Ligas.

Subero fue dejado libre por los Cerveceros en octubre de 2019, pero se muestra abierto a la posibilidad de volver en un futuro a dirigir en la LVBP, ser manager en las Grandes Ligas o de la selección venezolana de cara al Clásico Mundial de Beisbol.

“Estamos en una etapa en la que hemos agarrado este año libre, producto de la situación con Milwaukee. Si el Señor así lo desea que el beisbol finalice en estos 30 años, nos iríamos tranquilamente por la puerta dando gracias. Dirigir en Grandes Ligas fue lo único que no se hizo dentro de las metas, pero de resto se cumplió todo. Incluso dirigir el Clásico, que sería en 2023, pero se ve lejano”, opinó el manager que dirigió la hazaña melenuda en Venezuela y el Caribe.

 

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Renny Duarte, el pitcher venezolano que se abrió camino en España (+Video)

Tony Cittadino (Mallorca).- Renny Duarte recuerda con gratitud su paso por la Liga Venezolana de Beisbol Profesional. Su experiencia con cuatro equipos durante 13 años, le sirve ahora para transmitirla a los prospectos y a los jugadores de la selección de beisbol de España, en la que es coach de pitcheo.

“Llegué a España en el año 2003 como jugador y estaba aconsejado por José Miguel Nieves. Su hermano, Juan, estaba en España y me dijo que quería hablar conmigo, porque allí se jugaba beisbol. Estaba con Caribes y no sabía qué hacer. Estaba indeciso”, dijo Duarte en el podcast Deportivísimos que realizamos junto a Luis Martínez.

Explicó que al comienzo adaptarse a la liga española fue difícil. “Cuando llegué y te juro que quería regresarme a la semana. Fue difícil. Siempre cuento la anécdota de que en muchas cosas del beisbol, se usaban las del fútbol. Por ejemplo, para ser expulsado, el árbitro te sacaba una tarjeta roja. No lo cuento como burla, sino para explicar cómo era el beisbol en ese tiempo”.

Sin embargo, considera que el beisbol no sólo ha crecido en España, sino también en Europa, gracias también a la visión global que le ha dado las Grandes Ligas en la última década, en especial con el Clásico Mundial de Beisbol.

“Poco a poco ha ido mejorando, porque muchos jugadores que han ido a jugar se han quedado como residentes o ciudadanos europeos. Le dan interés y nivel a la liga”, recordó. Además dijo que el cambio de ritmo y dinámica para los jugadores es diferentes, por la menor cantidad de juegos a la semana.

“Un abridor lanzaba un juego a la semana y como mínimo lo hacía en siete u ocho innings y podía cubrir lo que podía hacer en dos aperturas. El problema era para un jugador de posición, que estaba acostumbrado a jugar todos los días. Podías jugar sólo dos juegos a la semana y si te fue mal, sabes que tienes que esperar a la semana siguiente”.

Durante su estadía con los Marlins de Tenerife, se fue desempeñando como jugador y coach del equipo y su deseo de querer ayudar y enseñar fue en aumento. “Fue una de las cosas que me ayudó para que fuera coach de pitcheo de la selección española, una vez que me retiré en Venezuela con los Cardenales de Lara”.

Duarte comparte además su trabajo en la novena española con el manager Luis Sojo. “Puse su nombre. Tuve muchas conversaciones con Luis. Lo conozco de hace muchos años y es una persona de tomar retos. La idea es que podamos estar en el Clásico Mundial”. España participó en el torneo en la edición de 2013, pero no pasó de la primera ronda.

“Caímos en un grupo facilito. Venezuela, República Dominicana y Puerto Rico. Tuvimos juegos de preparación con Orioles y Piratas y fueron un desastre completo, sobre todo a nivel de pitcheo”, dijo entre risas. “Sabíamos que nos estábamos enfrentando a los tres monstruos en el beisbol. No tengo dedos para contar la calidad de los rivales. Pero dejamos un buen sabor”.

 Su experiencia con Leones

Duarte lanzó durante siete temporadas con los Leones del Caracas, equipo con el que debutó en 1996 y alternó funciones de pitcher abridor y relevista. Tuvo dos etapas. La primera desde la campaña 1996-1997 hasta la 2000-2001 y la siguiente, en las zafras 2006-2007 y 2007-2008. El derecho definió su paso por los melenudos como su época dorada en el beisbol.

“Jugar con Leones me ayudó mucho. Phil Regan era el manager y se sabía que no le gustaban los jugadores jóvenes. Decía que era una liga para ganar. Hicimos unos juegos de gira contra el Magallanes y me fue bien. Luego me dijo que haría una excepción conmigo, para ver si podía demostrar algo en el equipo grande. Yo quería aprender y miraba a mi alrededor y veía jugadores que yo veía por televisión”.

En su primera temporada con los melenudos, Duarte lanzó en 13 juegos, todos como relevista. Ganó tres y no perdió, con 1.82 de efectividad en 24 innings y dos tercios de labor. Permitió 11 hits y cinco carreras, todas sucias. Dio ocho boletos y ponchó a cuatro. Fue la temporada de la segunda final entre los “Eternos Rivales”, que perdieron con los Navegantes del Magallanes.

Duarte perteneció a una camada importante de jugadores del conjunto capitalino en la década de los 90, entre los cuales estaban Bob Abreu, Roger Cedeño, Omar Daal, Carlos Hernández, Carlos Méndez y Ugueth Urbina.

“Me hicieron sentir parte del equipo. Al ver que ese muchacho estaba dando el 100%, hizo que me tomaran parte del equipo. Un Carlos Hernández u Omar Daal se portaron súper bien. En esa época, había una gran química en el equipo”, recordó.

Su mejor temporada en Venezuela, fue la 97-98. Ganó siete juegos y perdió uno, con 3.56 de efectividad en 13 juegos, 10 de ellos como abridor. Ponchó a 25 en 68 innings y un tercio. “Estaba peleando el premio Pitcher del Año, con Breiker Graterol que estaba con Cardenales de Lara, organización que tenía un gran equipo. De hecho, jugamos la final. No era solo tener grandes jugadores en tu equipo, sino los rivales. Magallanes y Lara, tenían estrellas. Era un nivel de competencia increíble”, sostuvo el coach de los Piratas de Pittsburgh en la Liga de Verano de República Dominicana.

Lo que más extraña del beisbol es el clásico Caracas-Magallanes. “Es algo que te marca para bien. Te encuentras 25 mil personas en un estadio, en el que no hay silencio por tres horas. Un hielo por aquí. Un vaso por allá y te recuerdan a tu mamá de vez en cuando. El ambiente de esos juegos en Caracas o en Valencia, era de verdad increíble. El público es un jugador más”.

Duarte explicó que el mejor manager que tuvo en su carrera fue Regan. “Fue el que me dio la oportunidad y luego tuvimos más conexión. Su sabiduría del pitcheo está fuera del planeta. El año pasado en el Spring Training tuve la oportunidad de verlo en el complejo de los Mets y tiene una lucidez increíble”.

Los peloteros más difíciles que enfrentó fueron Luis Sojo, Edgardo Alfonzo y Oscar Azocar. “Los tres tenían algo en común. En ese momento que estás en acción te cuesta pensar y lo descubres cuando estás fuera del juego. Podía hacerlo out con el pitcheo más simple y no con el más difícil. Cuando buscaba el pitcheo más difícil, me metía en problemas. Bateaban pitcheos fuera de la zona”.

Su segunda etapa en Leones se dio porque los Tiburones de La Guaira no lo firmaron. Los salados lo invitaron a los entrenamientos, pero no lo atendieron. El mismo día en el estadio Universitario pudo hablar con Carlos Subero (manager) y Julio Franco (coach de pitcheo) y le consiguieron invitarlo a las prácticas.“Recuerdo que en los entrenamientos parecía un muchacho de 17 años, recién firmado. Corría y  sudaba, quería mi trabajo. Faltaba el visto bueno de Oscar Prieto y en un juego de práctica ante La Guaira, lancé dos innings y ponché a cinco bateadores. Cuando me dijeron que el equipo me iba a firmar, llegué al hotel y se me salieron las lágrimas. Ese año me dije yo mismo que sí podía, cuando me proponía algo”.

El ex jugador nacido en 1977 disputó cinco finales en Venezuela, pero no ganó. Perdió tres con Caracas (96-97 vs Magallanes, 97-98 y 98-99 vs Lara) y una con Caribes (03-04 vs Aragua) y otra con Lara (07-08 vs Aragua).

“No conseguir un título hace que te quede un sabor amargo. A veces pienso que la pava era la mía”, confesó en broma. “La final que más me confortó fue la primera ante Cardenales, porque luego me llevaron de refuerzo para la Serie del Caribe en Puerto La Cruz”.

El zuliano dijo que le gustaría trabajar en un futuro como coach en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional. “Me gustaría hacerlo, si se presenta la oportunidad. El año pasado me contactaron dos equipos, pero no pude. Uno por el trabajo que tenía en Europa y otro, por el tema de la familia. No me sentía seguro, por la situación del país. La situación económica tampoco me convencía mucho”.

Más preparación

El beisbol ha cambiado y evolucionado en los últimos 30 años. Desde la preparación de los peloteros, hasta la expansión de mercadeo y modificación de las reglas. Duarte considera que es algo positivo y que hay que adaptarse a los cambios, además de resaltar la buena forma física de algunos jóvenes en comparación con su época.

“Uno de los cambios es cómo individualizar el aspecto físico de cada jugador, implementando las tecnologías de hoy en día para descifrar como un pitcher puede mover mejor sus piernas, sus pies, sus caderas, su pelvis o ver los dedos al final, para ver cómo sale la bola de la mano. Los pitchers ahora tienen más velocidad. No tienen el mismo control o el comando de hace años”.

El otrora lanzador derecho, cree que hay que estudiar permanentemente y aceptar los cambios, para mantenerse en la industria y aprender. “Ya se perdió la esencia. Yo no quiero que se pierda, pero trabajando en este medio tengo que seguir apoyándolo. No estaré de acuerdo, pero me ayudará a mi trabajo y a su vez a muchos peloteros para que lleguen a su mejor nivel”.

Duarte no pudo llegar a las Grandes Ligas, pero estuvo en el sistema de ligas menores con Anaheim entre 1996 y 2000.  Su mejor consejo para la nueva camada es tener las ganas y la determinación de ser jugador profesional.

“Preguntarse por qué quiere ser pelotero y por qué hay que entrenar de alguna manera, para llegar a dónde quiere. La determinación y la pasión dedicada a la profesión, tiene que mantenerse el 100%”, finalizó.

Duarte lanzó un total de 13 temporadas, en las que dejó marca de 32-30 en 178 juegos, 45 como abridor. Su efectividad de por vida fue de 4.36, con 192 ponches en 436 innings completos.

 

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Una cobertura especial de la Serie del Caribe Margarita 2010

Tony Cittadino (Mallorca).- Diez años han pasado desde que tuve la oportunidad de asistir a la Serie del Caribe Margarita 2010, como enviado especial del Diario TalCual. Una oportunidad fascinante, que me permitió crecer como periodista y de la que siempre estaré agradecido con todas las personas que lo hicieron posible. Pero, en especial, con Teodoro Petkoff.

Desde que comenzó el round robin de la temporada 2009-2010 de la LVBP, se perfilaba la posibilidad de que se realizara la tercera final entre los “Eternos Rivales”. Caracas y Magallanes venían de una ronda regular espectacular, en la que finalizaron igualados en el primer lugar, con marca de 41-22. Fueron los dos equipos más dominantes y con el mejor material disponible. Tenían un trabuco.

Para entonces, recuerdo las charlas diarias con mi jefe y gran amigo, el coordinador de deportes, Héctor Becerra. A medida que se acercaba la Gran Final,  la tesis tomaba fuerza y eso, además, emocionaba a Teodoro. Un fiebrúo de la pelota, que también se atrevía a soñar. “Una final Caracas-Magallanes y, de paso, el campeón estará en Margarita. Tenemos que ir. Vamos a ver”, opinaba al final de la tarde, cuando el cierre del periódico estaba hecho.

TalCual es un diario pequeño, hoy reducido a página web por la dictadura venezolana, que no ha podido silenciarlos. Y tampoco podrá. Sin embargo, para entonces, todavía se podían buscar recursos, a pesar de las limitaciones financieras existentes. Era algo en lo que no se escatimaban recursos. Se trabajaba con las uñas, pero uno era feliz.

Minutos después de que cayó el out 27 del séptimo juego de la Gran Final, que le dio al Caracas al título 20 de su historia (17 como Leones, 3 como Cervecería), me llamó Becerra para saludarme y hablar de la final. Una serie que disfrutamos hasta en el Universitario, con los jonrones de Grégor Blanco y Jackson Melián. “Bueno, Tony, prepara las maletas porque te vas a Margarita con los Leones”, me soltó con gran entusiasmo. “Conseguimos alguito para que te puedas ir. Teodoro y Freddy Núñez  hicieron unas gestiones, pero prepárate”, me reafirmó.

Mi alegría no podía ser mayor. Esa llamada jamás se me olvidará. Cinco meses antes había asistido a Puerto La Cruz como enviado especial para cubrir a la Vinotinto en el juego del Premundial ante Perú. Esto representaba un reto, porque además era una semana entera. Pero, como sarna con gusto no pica, me lo tomé como un premio. Tenía 23 años y estaba por graduarme. Quería comerme el mundo. Siempre he pensado que es una fortuna que te paguen por hacer lo que te gusta. Eso lo reafirmo 10 años después, que estoy fuera del país, trabajando en un supermercado, pero metiéndole el pecho a mi proyecto de la página web.

Comienza la aventura

El lunes 1 de febrero estábamos con el fotógrafo Saúl Uzcátegui en el terminal de autobuses en Bello Campo, ubicado en Chacao, para salir por tierra rumbo a Puerto La Cruz. El viaje duró unas seis horas, pero fue tranquilo. Ya en el estado Anzoátegui, tomamos el ferry Carmen Ernestina para llegar en unas cuatro horas a Margarita.

El ferry tenía capacidad para 800 pasajeros y 200 vehículos. Esto fue un año antes de que la revolución bolivariana expropiara la empresa y, como todo lo que toca, acabara con ella. El ferry se hundió parcialmente a mediados del 2016 y otros de la reconocida flota en 2018.

En la embarcación se encontraba el ex pelotero y coach de bateo de los Leones, Antonio Armas, quien no viajó con el equipo en avión en horas de la mañana de ese lunes desde la capital, porque se encontraba en su natal Puerto Píritu disfrutando de dos días libres con su familia.

Armas fue reconocido por los pasajeros y, como era de esperarse, más de uno aprovecho la ocasión para tomarse fotos y pedirle autógrafos. “Las dos Series del Caribe que ganó el Caracas fueron importantísimas y recordadas con gran cariño”, dijo quien participó como jugador en Hermosillo 1982 y como coach de bateo en Maracay-Valencia 2006.

“Del 82 recuerdo un juego que ganamos con una carrera mía en 11 entradas contra Leones del Escogido. La de 2006 fue especial porque fue de forma invicta y ante nuestro público, pero creo que siempre ganar es emocionante porque uno representa al país con orgullo”, comentó mientras estaba sentado en una mesa.

A las 9:00 de la noche estábamos ya instalados en el Hotel Margabella, donde nos atendieron de maravilla y donde habían turistas italianos, dominicanos y boricuas, todos interesados en el evento que comenzaría un día después.

La rutina diaria era salir a las 9:00 de la mañana para desayunar empanadas y  conocer la isla, luego regresar a almorzar y salir al estadio a las 3:00 de la tarde, para cubrir las prácticas y conseguir información antes del juego nocturno. No llegamos a asistir al primer juego de cada día, que era en la tarde. El regreso al hotel dependía de la hora en la que terminara el juego, pero por lo general era entre la 1:00 y 2:00 de la madrugada.

Tenía asignada una página fija, en la que debía tener una noticia principal, una secundaria y una columna, que llamé Pelota Caribe. Además enviaba información extra para otra página, en la que por general se informaba de la previa del partido del día de Leones en la Serie del Caribe.

Fue una semana intensa e interesante. De mucho aprendizaje y en la que además tuve tiempo de hacer un trabajo especial de la Casa de la Cultura en Porlamar y otro de dos entregas del Centro Nacional de Alto Rendimiento de la FVF, con una entrevista exclusiva con el otrora presidente, Rafael Esquivel.

Además de la posibilidad de conocer a periodistas de talla internacional, como el dominicano Enrique Rojas de ESPN. También a peloteros como el para entonces prospecto dominicano de los Mets de Nueva York, Fernando Martínez, que jugó con Leones del Escogido y terminó siendo el Jugador Más Valioso del torneo. El pelotero también se había uniformado con Leones en el round robin de la 2008-2009.

Igualmente estaba el manager de los dominicanos, el ex pelotero estadounidense Ken Oberkfell, quien fue campeón en ese torneo y también en 2012 con Escogido. Otros jugadores eran el mexicano Carlos Gastelum, el americano Kevin Barker, el dominicano Ramón Santiago y el experimentado manager Max “Mako” Oliveras, que estuvo dirigiendo a los Indios de Mayagüez. El estratega fue campeón con los Cangrejeros de Santurce en las ediciones de Mazatlán 1993 y Santo Domingo 2000 (invicto).

En ese viaje, tuve al mejor compañero posible. Saúl, que siempre está de buen humor, era un bromista natural. Pero, al mismo tiempo, una persona muy seria en su trabajo y gran profesional. Con él, puedes hablar de lo que sea.

Siempre daba un consejo personal y laboral. Creo que de mis casi cinco años en el periódico como redactor fijo, fue el mejor fotógrafo con el que trabajé, con el permiso del resto de los colegas que también hicieron muy bien su trabajo. Nos entendíamos a la perfección y era gracias, además, a la infinidad de pautas de deportes a las que asistimos. En especial, la LVBP.

Pero también, Saúl era una persona con la que había que tener cuidado. De repente ibas al Sambil en Margarita y te decía: “Párate aquí, para tomarte una foto y mandársela a los panas de redacción y a tus viejos. Ya va. No te muevas. Un poco más a tu derecha. Ahí”. Cuando veía la foto, estaba debajo de una puerta de acceso al centro comercial y de un letrero que decía “Parguito”. Obviamente tomó la foto y cortó el nombre completo, que era Playa Parguito.

Pero, el momento más memorable, fue una noche en la que no fuimos al estadio porque ya teníamos el material completo para el día domingo. Salí de la ducha con una toalla rosada, que me llevé de mi casa a última hora y cuando me percaté, él estaba muerto de la risa con el teléfono en la mano. La foto recorrió toda redacción, con la complicidad de Alejandro Chacón. Al final, reímos los dos y es una anécdota que hasta hoy seguimos recordando con mucha risa y aprecio.

El regreso a Caracas fue igual por ferry y vía terrestre el lunes 8 de enero, con la satisfacción de haber hecho un gran trabajo. En el autobús íbamos contando anécdotas y soñando con la posibilidad de asistir un día al Spring Trainning en Grandes Ligas.

Diez años después, mantengo el contacto con Saúl, con mi gran amigo Héctor y también los buenos amigos y colegas del periódico. También continúo con las ganas intactas de seguir creciendo profesionalmente, aunque esté lejos de mi país. Nunca será tarde, para volver a intentarlo con mi casa, el Diario TalCual. Dios mediante, será en una Venezuela próspera y en libertad.

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Diez años del último título que logró el Caracas, en una final que paralizó al país

Tony Cittadino (Mallorca).- Diez años han pasado desde la última final disputada entre los “Eternos Rivales”. Los Leones del Caracas vencieron a los Navegantes del Magallanes en siete juegos, para tomar revancha de las dos finales ganadas por los turcos en las temporadas 1993-1994 y 1996-1997.

Ambos equipos dominaron la campaña de principio a fin. Finalizaron en el primer lugar de la ronda regular con marca de 41-22 y en el round robin, los turcos quedaron en la cima con marca de 11-5 y los melenudos en el segundo peldaño con 10-6.

Fue la serie final en la que el batazo de Grégor Blanco ante Francisco Rodríguez cambió el rumbo de la serie.

A continuación, un resumen de los siete juegos que paralizaron el país.

Magallanes picó adelante

La final arrancó en Valencia, con blanqueo de Magallanes ante el Caracas de nueve por cero en el José Bernardo Pérez. Los turcos castigaron al abridor dominicano Ramón Ortiz, quien no pudo sacar out y recibió cuatro carreras. Los Navegantes amarraron la victoria en el primer tercio del juego, con tres carreras más en el segundo capítulo y dos más en la tercera entrada.

La ofensiva conectó 16 hits, liderados por  Robinson Chirinos (4-3, 2 2B, 1CI, 1CA), Michael Ryan (4-2, 2B, 2CI, 2CA, 1K), Reegie Corona (5-3, 2B, 1CI, 2CA, 1K) y  Emilio Bonifacio (5-1, 3CA). El único integrante del lineup que se fue en blanco, fue Elvis Andrus al irse de 4-0.

El equipo de Carlos García se apoyó en la sólida apertura de Raúl Valdés, quien lanzó cinco innings completos, sin carreras. Permitió seis hits y ponchó a seis. El relevo filibustero estuvo conformado por Yoel Hernández, Gabriel García y el “Kid” Rodríguez y no recibió imparables. La victoria fue para Valdés y la derrota para Ortiz.

Los turcos repitieron

Con un Alex Escobar inspirado con el madero y con un Reegie Corona oportuno con el guante, Magallanes se llevó el segundo juego en un espectacular partido 12 carreras por 10, disputado Valencia. Resolvieron el encuentro con dos rallies importantes: uno en el cuarto inning de cinco carreras y otro de cuatro rayitas en el sexto capítulo.

Magallanes bombardeó al Caracas con 17 hits, liderados por Escobar, un jugador que resultó vital para el equipo tras la lesión de Richard Hidalgo. El otrora pelotero de los Tiburones de La Guaira, se fue de 5-4 (HR, 3CA, 4CI). Otras bujías con el madero fueron Yurendell De Caster al ligar de 4-3 (CA, 2CI), Erold Andrus  de 4-2(HR, CA, 3CI) y Robinson Chirinos de 5-2 (HR, 2CA, CI).

Por el Caracas, Blanco volvió a ser útil como primer bate, al marcharse de 2-2 (2CA, 3BB), así como Luis Maza al conectar de 4-3 (CA, 2CI), Josh Kroeger de 4-3 (HR, CA, CI) y Carlos Maldonado de 3-1 (HR, 2CA, 2CI).

La victoria fue para Manuel Álvarez (2.0 IP, 1CP, 1HP, 1HR, 1BB), la derrota para Gustavo Chacín (3.1 IP, 5CP, 5CL, 10HP, 3HR, 2K) y el juego salvado para Francisco Rodríguez (1.1 IP, 2HP, HR, CP). La asistencia fue de 14.600 personas.

Reacción melenuda

La serie se mudó al estadio Universitario y el Caracas sumó su primer triunfo en final, con pizarra de cinco carreras por tres. El conjunto de Dave Hudgens jugó casi a la perfección y volvió a la vida. El lanzador abridor Jason Standridge se convirtió en el primero en superar los cinco innings en la serie (6.0 IP, 7HP, 3CP, BB, 3K). Además los relevistas respondieron y la defensiva estuvo impecable.

Magallanes abrió la pizarra en el segundo inning con par de anotaciones, pero el Caracas fue remontando a cuenta gotas, con una anotación por entrada en el segundo, tercer y cuarto tramo. La estocada final fue en el octavo capítulo, con Hernández en la lomita.

Maldonado inició con imparable, fue sustituido por el corredor emergente César Quintero y éste llegó a la antesala por toque se sacrificio de Gregorio Petit. Boleto intencional a Blanco sacó del juego al pitcher y Edward Mujica fue recibido con tubey a la derecha de Maza, desatando la fiesta en el Universitario.

Por los Leones los mejores a la ofensiva fueron Padrón al irse de 3-2 (CA, CI), Maldonado de 3-2 (CI), Maza de 4-1 (2CI) y Blanco de 3-1 (CA). Por los Navegantes,  Bonifacio ligó de 4-1 (2CI) y Escobar de 4-2 (CA), fueron los más sobresalientes.

El ganador del choque fue Julio Mañón (1.0IP, 1HP), quien relevó a Standridge, el perdedor Hernández (2.1IP, 2HP, 2CP, 1BB, 1K) y el salvado fue para Juan Carlos Gutiérrez (1.0IP, 1K). La asistencia fue de 20.651 personas

El batazo que cambió la serie

Para la historia. Así de simple. No existe otra clasificación posible para un juego tan dramático como el cuarto de la Gran Final. Caracas vino de atrás para ganar 10 carreras por 7 en 10 innings, en el estadio Universitario. La serie se empató a dos juegos y se aseguró el regreso a Valencia.

Un jonrón de Jackson Melián con dos a bordo puso fin a una remontada de leyenda. De esas que sólo se ven en películas. El Caracas sacó un juego de abajo que perdía 7-3 en el quinto inning y mató en la raya a los bucaneros, que vieron como el Universitario se venía abajo con más de 20 mil almas celebrando la victoria.

El Caracas parecía desahuciados en el noveno tramo y a falta de un out para que la serie estuviese 3-1 a favor de Magallanes, que había anotado seis carreras entre el cuarto y el sexto tramo.

Faltaba el out 27, las bases estaban vacías y el estadio en vilo. El “Kid” Rodríguez se veía enorme en la  lomita, con el juego a su favor 7-6 y Blanco en el plato. Más morbo imposible, pues ambos eran compañeros de equipo y figuras estelares en La Guaira.

Cuando todos pensaban que los turcos estaban listos para la rumba, una línea salvaje de Blanco, en cuenta de una bola, sin strike y un out, mandó la bola a la grada derecha, en medio de la incredulidad magallanera y la locura caraquista. Los Leones habían empatado el duelo a siete. Se jugaría extrainning, no sin antes un conato de tángana por la airada celebración del pelotero tras su cuadrangular.

José Castillo abrió la décima entrada dejando caer una bala fría detrás del inicialista De Caster, que sacó del duelo al relevista Álvarez. El cuerpo técnico optó por Gabriel García, quien recibió a Kroeger fallando el toque de sacrificio, quedando a salvo en primera por jugada de selección.

Luego fue el turno para José Celestino López, quien fue boleado por García. Así llegó el momento estelar de Melián, quien entró como bateador emergente por Guzmán. Ante Yoel Hernández y en cuenta de dos strike, una bola y un out, Melián sonó dantesco jonrón por la izquierda, dejando en el terreno a un rival que no tenía este desenlace programado y desatando la histeria general del Universitario.

El ganador del duelo fue Gutiérrez (1.0 IP, 1HP, 1BB, K), quien entró a lanzar en el décimo tramo. El derrotado fue Álvarez (0.0 IP, 1HP). La asistencia fue de 20.645 personas.

Magallanes retoma el control

Amparados en una soberbia labor monticular del Valdés, Magallanes blanqueó al Caracas tres carreras por cero, en el quinto juego de la final en Universitario. En un juego que duró 2 horas 51 minutos, la tropa de García volvió a recetarle un “arepazo” a los melenudos, tal como lo hicieron en el primer duelo de la serie.

El quinto choque de la serie fue dominado absolutamente por el pitcheo magallanero en los brazos Valdés (7.0 IP, 3HP, 4BB, 3K), ganador del encuentro y también del duelo inaugural, Jean Machí (1.0 IP, 1HP, 1BB) y el “Kid” Rodríguez (1.0 IP, 1K), quien tomó venganza y se apuntó su segundo rescate.

Por Caracas, Ortiz (5.1 IP, 4HP, 1HR, 2CP, 1CL, 1BB, 5K) mejoró respecto a su presentación del juego inaugural, en el que permitió seis carreras y no sacó ni un out, pero igual cayó derrotado.

Magallanes picó adelante primero, comandado por el bateo oportuno de Elvis Andrus, quien jugó su último choque de la final. El jugador caraqueño ligó de 4-3, con jonrón, una empujada y dos anotadas. Las carreras fueron fabricadas en el segundo, en el quinto y en el octavo inning. La asistencia fue de 20.655 personas.

Caracas forzó el bonito

Los Leones forzaron el séptimo encuentro al vencer a punta de jonrones a los Navegantes seis carreras por tres, en un choque que contó con un apagón de casi 15 minutos en el estadio José Bernardo Pérez de Valencia.

Para el sexto duelo el factor psicológico era determinante y los Leones lo asimilaron bien. Por primera vez en toda la final anotaron primero que su rival y el pitcheo abridor colgó ceros consecutivos, para lograr un triunfo que estuvo labrado por Chacín (7.0 IP, 5HP, 6K), quien probablemente lanzó el mejor juego de la campaña.

El lanzador marabino lució controlado y los envíos le cayeron en la zona, pues de 112 pitcheos 79 fueron strike, permitiendo al relevo completar la faena, a pesar de que no concretaron el blanqueo. Darwin Cubillán (1.0 IP, 1CP) y Julio Mañón (1.0 IP, 2HP, 1HR, 2CP) sacaron los últimos outs con suspenso, pues los turcos se acercaron peligrosamente en el noveno tramo.

Por su parte, Jason Simontacchi (3.1 IP, 5HP, 2HR, 3CP, 3BB, 3K) cargó con la derrota y volvió a quedar en deuda con la afición, tras una apertura similar en el segundo duelo (3.0 IP, 6HP, 3CP, 2BB, 1K, 1GP), en el que se fue sin decisión.

El Caracas picó adelante en el cuarto tramo a punta de batazos. Con uno a bordo, Carlos Maldonado sonó soberbio cuadrangular por la izquierda contra Simontacchi y al siguiente turno, José Celestino López lo imitó por la misma banda con una línea salvaje, para adelantar a los melenudos 3-0. El inning cerró con cinco anotaciones, que sellaron las bases para la victoria melenuda.

Venganza melenuda

Ni siquiera otro apagón pudo evitar que el Caracas se llevara el vigésimo título de la pelota rentada, tras derrotar al Magallanes siete carreras por dos en un emocionante séptimo juego en Valencia.

El Caracas arribó a Valencia con la obligación de ganar los dos encuentros y así lo hizo, sacando la casta tras haber comenzado la serie final abajo 2-0, gracias a una gran actuación del abridor y ganador Standridge (6.0 IP, 7HP, 2CP, 1CL, 2BB, 6K), quien se apuntó el triunfo con una gran labor parecida a la del tercer encuentro.

El relevo caraquista, conformado por Mañón (1.0 IP), Moreno (1.0 IP, 1BB) y Gutiérrez (1.0 IP, 1K), mantuvo a raya una toletería que contó con la adición de Pablo Sandoval (4-1, 1K), pero no fue suficiente para completar la faena de los Navegantes, que se van derrotados tras dominar la serie final 3-2 y la serie particular de la ronda regular (6-3). En el round robin dividieron en cuatro juegos.

El perdedor fue Jim Brower (4.2 IP, 8HP, HR, 4CP, 2CL, 1BB, 2K), quien fue emboscado en la primera entrada y a pesar de hacer los ajustes, no pudo revertir el marcador de una ofensiva que soltó hasta 16 hits.

Blanco, Jugador Más Valioso de la final, adelantó al Caracas en el mismo primer inning con cuadrangular por todo el centro y luego de dos outs aumentaron la ventaja, con doble de Raúl Padrón que llevó hasta el plato a Maldonado y López. Ese primer inning se cerró con cuatro carreras para los Leones, que sumaron una más en el octavo y otro par de el noveno, sellando así la victoria que les dio el campeonato.

 

Foto: Prensa Leones.

Que se escuche la samba bien fuerte: los Tiburones están en la semifinal

Guillermo Liñares (Caracas).- La samba de los Tiburones de La Guaira retumbó con fuerza la noche de este viernes. Los salados derrotaron a los Leones del Caracas dos carreras por una en el estadio Universitario en el sexto juego de la serie de postemporada y accedieron a la semifinal, etapa en donde esperarán al ganador del juego por el comodín entre los Navegantes del Magallanes y los Caribes de Anzoátegui en Puerto La Cruz.

La Guaira se apoyó este viernes en el brazo derecho de Jorgan Cavanerio, quien por espacio de cuatro innings y un tercio solo toleró una carrera: el jonrón de Isaías Tejeda en el primer episodio cuando Leones picó adelante, y en hacer las pequeñas cosas para lograr la clasificación. El pitcher con experiencia en las ligas menores no pudo tener mejor estreno en la campaña: solo aceptó esa rayita y después llegó a retirar a diez de los siguientes once bateadores que enfrentó, tomando en cuenta que los últimos cuatro que vio no le pudieron pisar la inicial.

Los Tiburones forjaron su triunfo en dos capítulos: el segundo y el sexto. En el segundo contaron con la benevolencia de Ericson Leonora, quien con un elevado de Edgar Durán lució perdido y confundido, pagando su mala lectura con un triple que puso a noventa pies del plato la carrera del empate salado. Una carrera que llegaría con sencillo remolcador de Heiker Meneses ante el iniciador caraquista Frank López, y un hombre que después resultó clave gracias a su defensa maravillosa en el transcurrir del compromiso.

En el sexto acto La Guaira aprovechó un toque de sacrificio de Luis Villegas que permitió a Durán estar la intermedia para anotar su segunda rayita: hit de Omar Carrizales contra Yoimer Camacho resultó la diferencia en un juego de pelota que se decidió por muchos detalles.

Y es que Leones tuvo muchas oportunidades de poder empatar el juego, e incluso de irse arriba, pero su falta de bateo oportuno y la mala toma de decisiones les pasó factura: abrieron el séptimo inning con boleto otorgado por Julio Pinto a Isaías Tejeda, el dominicano se fue al robo cuando Alex Palma bateaba, en una jugada que mató un posible rally que podía empezar Caracas.

Luego, en el octavo, la guinda y el clímax del juego: José Rondón largó doblete al center field y pasó a tercera con toque de Ericson Leonora. Sin embargo, cuando Leonardo Ferrini se encontraba consumiendo turno con cuadro adentro, Heiker Meneses capturó un sólido roletazo del novato que amenazaba con alojarse en el jardín izquierdo. Esa jugada fue la clave de todo: el fildeo de Meneses fue seguido por un gran tiro al home que Luis Villegas se encargó de manejar para tocar a Rondón, evaporando así un posible episodio productivo para los capitalinos.

Por último, en el noveno inning y ante Gregory Infante, Leones llegó a tener a corredores en primera y segunda con un out: boleto a Tejeda y sencillo al right-field de Alex Palma despertaba otra ocasión para los selváticos, quienes volvieron a dejar la del empate y la de irse arriba en las almohadillas con un elevado de Juan Silverio al jardín derecho y otro de Ramón Cabrera al izquierdo.

Punto a destacar aquí: el coach de tercera base no se percató en el sencillo de Palma que Danry Vásquez pifió en primera instancia para mandar a José García a la antesala, en una decisión que pudo cambiar el juego de pelota, ya que posteriormente vendría el elevado de Silverio que podía suponer el empate.

La victoria fue para Julio Pinto y la derrota se la llevó Yoimer Camacho, mientras el salvado recayó en Gregory Infante, el galardonado este viernes como Cerrador del Año por la empresa Numeritos Gerencia Deportiva.

Así que, que se escuche la samba bien fuerte: los Tiburones están en la semifinal.

En Cifras

Tiburones jugará la semifinal contra el ganador del juego de comodín entre Navegantes del Magallanes y Caribes de Anzoátegui, juego que se efectuará este sábado a las 6:00 pm en el Alfonso «Chico» Carrasquel de Puerto La Cruz.

Leones está eliminado por haber clasificado a la postemporada como sexto lugar y no tener derecho a jugar el comodín.

10.095 personas asistieron al sexto juego de la serie entre Leones y Tiburones, la cifra más alta en toda la campaña registrada en el estadio Universitario.

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Leones remontó, ganó y sobrevivió: el viernes hay sexto juego

Guillermo Liñares (Caracas).- Víctor Gárate decía antes del quinto juego de la serie entre Tiburones de La Guaira y Leones del Caracas, que el martes había tenido un meeting con los peloteros, en una típica reunión en donde se habló de levantar el  ánimo, de no tirar la toalla a pesar de estar abajo 3-1 en el enfrentamiento y de jugar duro a la pelota. Parece que esa conversación tuvo, al menos por la noche de este miércoles, un efecto inmediato en la cueva de los Leones. Los melenudos derrotaron tres carreras por dos a los salados, volvieron de una desventaja de dos a una en un octavo inning donde un hombre que no había empezado de titular en el juego se vistió de héroe: Ericson Leonora.

Caracas comenzó ganando en el segundo acto cuando un doblete de José Rondón empujó a Juan Silverio, quien previamente había hecho lo mismo. El batazo ante el abridor dominicano Ángel Ventura fue celebrado con euforia en la cueva de la izquierda, síntoma de lo importante y vital que resultaba cada conexión y cada jugada bien realizada por los melenudos.

Carlos Quevedo transitó la ruta por espacio de cuatro innings y un tercio, pero abandonó el juego en el quinto acto después de tener a par de hombres en circulación. Fue cuando Yoimer Camacho es llamado por Gárate para enfrentar a Heiker Meneses y Junior Sosa, quien sacudió un hit al center field que hizo a Ezequiel Carrera realizar un tiro desviado al home, siendo esto aprovechado por Heiker Meneses para anotar la carrera de la ventaja para los escualos.

Leones no se rindió a pesar de volver a ser víctima de sus errores, ya que en el séptimo inning Alexander Palma fue dominado con tres en bases por Rafael Cova, en un episodio donde parecía que podía llegar la reacción local. No fue sino hasta el octavo cuando Leonora tenía preparado el estacazo a Hassan Pena.

Los Leones abrieron el octavo episodio con un tubey de Juan Silverio, boleto a Ramón Cabrera y toque de sacrificio de Rondón. Fue entonces cuando Leonora aprovechó el cuadro adentro por Tiburones para conectar imparable al primer pitcheo del cubano Hassan Pena y empujar dos carreras que significarían la diferencia para el Caracas. Sobre ese momento, el jardinero dijo post juego: «Quería hacer swing temprano para no caer en conteo. En cuestiones de segundos uno toma decisiones inimaginables, ahí salió el contacto y ganamos que es lo más importante».

Después del juego se dio un episodio de conato de pelea entre Teodoro Martínez y Alfredo González, pero la cosa no pasó de allí, de igual manera, habrá que estar atentos a lo que suceda el viernes. La victoria fue para Miguel Socolovich y la derrota para Hassan Pena. Socolovich lidió con una situación difícil en el noveno, pues Daniel Mayora ancló en segunda después de un hit en el que retó el brazo de Alex Palma.

Luego estuvo en tercera Teodoro Martínez – quien había entrado de corredor emergente por el oriundo de Naiguatá – por wild pitch, pero el cerrador melenudo sacó el cero y preservó el triunfo, dijo sobre eso: «Yo sé que es difícil esa situación, pero tengo los pitcheos para salir de ese aprieto. Yo no le digo nada a ellos, sabía que iría al noveno y tenía que estar concentrado. Mezclé mi slider, cutter y cambio porque tenía que dar el todo por el todo».

Leones visita este viernes a Tiburones, en lo que será el sexto juego de la serie. Leones remontó, ganó y sobrevivió por al menos, un juego más.

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A Loiger Padrón no lo amilanan los momentos de presión

Guillermo Liñares (Caracas).- Cuando el juego está en una dinámica que puede deparar el conservar una ventaja o perderla, los Leones del Caracas deciden acudir a él. Su principal labor es la de venir en situaciones de apremio, cuando el rival amenaza con conectar un batazo que cambie la pizarra, en momentos en dónde cualquier manager desearía tener un relevista que pueda venir a hacer el trabajo con «guáramo» y sangre fría. Loiger Padrón (31-01-1991 en Puerto Ordaz, estado Bolívar) es un especialista en eso, ubicándose como uno de los brazos de máxima confianza de todo estratega que ocupe el puesto de mandamás en los capitalinos.

Padrón cuenta con ocho temporadas de experiencia en Venezuela. Su debut en la temporada 2012-2013 hasta la fecha, es resumido con una efectividad vitalicia de 3.08, mostrando 141 ponches en 178 innings de labor y 14 victorias en 179 juegos. Con Caracas ha ido cobrando cada año un papel más relevante, siendo fundamental en un bullpen que lo dispone cuando la cosa se pone más «peliaguda».

Como cada éxito suele tener una serie de claves y de pasos a seguir, Loiger los desgrana con calma y en tono pausado, siguiendo el mismo patrón que suele mostrar cuando arriba al montículo: «Gracias a Dios por la oportunidad que mi equipo me ha brindado desde niño para jugar con ellos. Siempre trato de mantenerme positivo, desde la temporada regular y no solo en los playoffs, con la confianza en mi mismo y esa ha sido la clave de todos estos años. Me mantengo enfocado desde el primer inning, sigo a cada bateador para que cuando venga desde el bullpen pueda hacer el trabajo».

En particular, Loiger es un relevista que suele inducir muchos roletazos. Consultando la página estadística Fan Graphs, encontramos que en 2018 recibió el 38% de sus batazos por el suelo, un porcentaje que refleja que hay en particular dos lanzamientos que suelen tener efecto especial en el rival.

«El sinker y la slider son los envíos que más me funcionan y me han ayudado todos estos años. Cada día trato de perfeccionarlos, esos son los pitcheos que me han mantenido en esta liga tan difícil. Todos decían que este año sería fácil por lo ocurrido con Grandes Ligas y no es verdad. Hay muchos chamos que vienen a ganarse un puesto, y por eso uno no puede menospreciar a cualquier equipo. Por eso trabajo todos los días en esos dos lanzamientos para ser cada vez más efectivo».

En el segundo juego de playoff que enfrentó a los Leones con los Tiburones de La Guaira el pasado sábado, el papel de Padrón volvió a cobrar una dimensión trascendental. Corría el séptimo inning cuando los escualos embasaron a tres corredores sin outs. Víctor Gárate decidió llamar a su hombre de batallas y logró sacar un cero antológico, que resultó crucial para la posterior victoria de los capitalinos. Sobre ese momento, Loiger reconoció que ha sido el inning más importante que ha sacado en Venezuela, pero cuando se le preguntó sobre la preparación que hay que tener en una situación de ese calibre, fue mucho más profundo.

«Cuando llego en ese tipo de situaciones trato de olvidarme de fanáticos, de la bulla de la gente, de todo. Solamente me encomiendo a Dios y que él me guíe. Se sabe que no son situaciones fáciles con las que entro al juego a veces, pero ahí es cuando más confianza siento hacia mi trabajo y mis pitcheos, Yo siempre voy a mi, y sé que mis pitcheos me van a responder para ayudar al equipo».

Los momentos de presión y de tensión no son aptos para todos. Loiger ha adquirido esta temporada un rol de setup, allanándole el camino a Miguel Socolovich a la hora de cerrar los juegos. Sin embargo, cuando habla de esa labor no la hace con tanto entusiasmo como cuando lo hace de sus papeles con gente en circulación, tan es así, que el derecho prefiere la adrenalina que brinda el fragor del rival amenazando, creciéndose en momentos en donde la labor de un relevista es más valorada.

«Me quedo con el momento de venir con gente en base. La adrenalina de esas situaciones me gustan. Estoy ya acostumbrado a ellas y por eso me agrada venir cuando el juego está más impredecible».

Los planes a futuro 

El diestro reconoció que aún no había recibido una oferta para jugar en la temporada de verano en alguna liga, pues está en acción en México desde 2016. Comentaba que este tipo de juegos e instancias son las que le brindan luego la oportunidad de recibir alguna llamada del extranjero, en particular de allí o de los Estados Unidos. Dijo estar seguro de que ese contrato llegaría.

Sobre las similitudes que podía observar entre el nivel que se muestra en la Liga Mexicana de Beisbol y esta temporada de coyuntura en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional fue claro. Defendió su terruño y aseguró que ninguna liga se menosprecia.

«Hay que darle mérito a toda las ligas, porque vas allí a hacer un trabajo en particular. Yo me quedo con mi país, porque siempre ha sido muy competitiva y de mucho nivel».

Si esa afirmación la hace un hombre que se ha convertido en un escapista por experiencia en estos años y, que no lo amilanan los momentos de presión, es porque algo de verdad tienen sus palabras.

La frase

«Me quedo con el momento de venir con gente en base. La adrenalina de esas situaciones me gustan. Estoy ya acostumbrado a ellas y por eso me agrada venir cuando el juego está más impredecible».

 

Foto: Prensa LVBP.