Magallanes aseguró a cuatro jugadores importados

Diógenes Nazar (Prensa Magallanes).- La Comisión Deportiva de los Navegantes del Magallanes, confirmó la contratación de los importados Cade Gotta, Welington Dotel, Reynaldo Rodríguez y Leonardo Reginatto para la temporada 2020-2021 de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional.

Gotta fue factor fundamental para la nave en la pasada campaña. Estuvo presente en 21 desafíos, dejando promedio de .386, un jonrón, 10 empujadas, 18 anotadas, ocho bases robadas y OPS de 1.052 (líder en Magallanes).

El californiano, suma cuatro temporadas de experiencia tres de ellas con los Bravos de Margarita.

El jardinero derecho Welington Dotel, es el segundo refuerzo asegurado que posee Magallanes para el inicio de la zafra.

Son dos las experiencias de Dotel en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional, todas con los Cardenales de Lara, equipo con el que el dominicano dejó promedio vitalicio de .291, 35 empujadas y 14 robadas.

Logró el anillo de campeón con Lara el año pasado y representó a Venezuela en la Serie del Caribe.

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El colombiano, primera base Reynaldo Rodríguez, se une a la lista de importados presentada por la comisión deportiva del Magallanes.

Su última experiencia en el circuito rentado local fue en la campaña 2018-2019, bateó para un impresionante .382, siete jonrones y 20 carreras remolcadas. La próxima campaña será su cuarta en Venezuela, donde ha golpeado la bola para 21 vuelacercas y 73 empujadas.

Es la apuesta de Magallanes en la inicial, posición en la cual ha jugado toda su carrera en Venezuela, aunque cabe citar que también defendió el jardín izquierdo en 4 oportunidades.

El tercera base Leonardo Reginatto, también llegó a un acuerdo con la gerencia de los Navegantes del Magallanes.

Fue determinante en la contienda pasada para los Tiburones de la Guaira, jugando 41 desafíos en los que disparó para .338 con un jonrón y 22 remolques.

Reginatto, nativo de Brasil, irá a su tercera campaña de experiencia y se convertirá en el primer brasileño en lucir la histórica camisa del Magallanes.

Foto: Prensa Magallanes

La LVBP recibió aprobación de la OFAC para jugar la temporada 2020 -2021

LVBP temporada

Luis Alvarado De Sousa (Caracas).- El presidente de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP), Giuseppe Palmisano aseguró que la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) aprobó el financiamiento de los equipos por parte del Estado para los costos de los protocolos de seguridad sanitaria. Luego de recibir esta aprobación, es un hecho la temporada 2020-2021 de la LVBP.

Los periodistas Carlos Valmore e Ignacio Serrano informaron a través de la red social Twitter, los detalles de la próxima campaña. El torneo daría inicio entre el 31 de noviembre y el 1 de diciembre en dos grupos con formato eliminatoria. Seis equipos podrían incorporar a tres importados, Magallanes y Aragua se mantendrían con seis importados en su roster debido a que aun no está resuelto el reingreso de ambos equipos al acuerdo invernal.



Está planteado que el torneo se lleve a cabo en dos burbujas, con la posibilidad de incluir a una tercera con el estadio La Guaira en Macuto.    

Foto: Archivo

Álvaro Espinoza, el magallanero de corazón al que todavía le duele la camisa (+Video)

Tony Cittadino (Mallorca).- “Jugué muchos juegos en Grandes Ligas y con los Yankees de Nueva York, pero cuando me puse la camisa de los Navegantes del Magallanes frente a mi familia, fue lo más grande. Cuando estoy por aquí lejos y veo que el equipo pierde, uno se molesta porque he sido magallanero toda mi vida. La camisa duele y mucho”. Así definió Álvaro Espinoza el amor por la divisa de la que fue uno de los referentes que dominó buena parte de la década de los 90 en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP).

El campocorto solo disputó cinco temporadas con el conjunto turco de las 18 en la pelota venezolana, pero fueron suficientes para ganarse un lugar entre los históricos jugadores de la franquicia. Ganó tres títulos con la divisa. Uno en la campaña 1993-1994 contra los Leones del Caracas, otro en la zafra 1995-1996 ante Cardenales de Lara y, el último, en la contienda 1996-1997, otra vez, frente a Leones.

Espinoza sufrió una lesión en la rodilla y se perdió dos temporadas en la LVBP (1991-1992 y 1992-1993). En ese proceso, fue contactado por el entonces presidente del Magallanes, Alfredo Guadarrama, para llevarlo a jugar en una etapa gloriosa con el Magallanes, club del que era fanático.

“Me llamó y no sabía que era el presidente del equipo y me preguntó si estaba dispuesto a jugar con los Navegantes. Le dije que sí, pero que tenía que esperar por la operación. Además que quería vestir la camiseta que siempre he adorado”, recordó desde su casa en Estados Unidos el ex pelotero que debutó con los Tigres de Aragua en la LVBP en la temporada 1979-1980.

Con los felinos estuvo hasta la campaña 1990-1991. En 12 temporadas, disputó 497 juegos y bateó para .255 (1.546-394), con 149 carreras impulsadas, 162 anotadas y siete jonrones. Disputó tres finales, pero las perdió todas: en la zafra 1984-1985 ante Tiburones de La Guaira (4-0), en la contienda 1987-1988 contra Caracas (4-2) y temporada en 1988-1989 frente a Zulia (4-3).

“Lo que hizo Guadarrama fue algo histórico, porque se concentró en llenar los espacios. Hizo el cambio conmigo, con Juan Carlos Pulido, con Luis Raven y así sucesivamente. Hay gente que hice que fui fundamental, pero fui un muchacho más del grupo”, dijo quién con los turcos de por vida bateó para promedio de .298 (705-210) en 191 compromisos, con 71 carreras impulsadas y 79 anotadas.

En su primera temporada con los eléctricos, pudo jugar la primera final entre los “Eternos Rivales”, ganada por Magallanes en siete emocionantes juegos. El carabobeño recordó que los jugadores de más experiencia del equipo realizaron un meeting antes del tercer juego de la final ante los melenudos. Caracas estaba arriba dos juegos por cero y no podían permitirse otra derrota.

“Nos reunimos todos y todos tomaron la palabra. Nos animamos mutuamente y decíamos que éramos mejor equipo, pero nos estaban saliendo las cosas mal. Teníamos que concentrarnos cada uno en su trabajo”, explicó el jugador que confesó que antes de los juegos de la gran final llegaban temprano al estadio y veían las novelas.

El último out de esa final, fue un rolling por predios de García que terminó en su guante. Por casualidad, era algo que habían hablado antes del encuentro. Querían realizar el out 27 del partido. “Si llega la oportunidad en el noveno inning y estamos ganando por dos outs y el rolling va para ti, me la pasas para hacer el out forzado y vicevecersa. Y así fue. Dios nos alumbró y fue un regalo”, contó el entonces que pelotero en esa final dejó promedio de .241 (29-7), con cuatro impulsadas y la misma cantidad de anotadas.

Un grupo especial

El ex bateador derecho indicó que fue especial ser parte de un grupo tan exitoso como el Magallanes de los 90’, entre quienes estaban Carlos García, Edgar Naveda, Clemente Álvarez, Edgardo Alfonzo, Carlos Hernández, Eddy Díaz, Luis Raven, Juan Carlos Pulido, Melvin Mora y Richard Hidalgo.

Magallanes disputó su segunda final en tres años, al medirse a Lara en la 95-96. Fue una serie en la que los turcos vinieron de atrás, luego de estar abajo tres juegos por uno. El batazo clave de esa final, fue el grand slam de José Francisco Malavé en el quinto juego, para voltear la pizarra. Espinoza recordó que el equipo sacó el pecho, porque sintieron que el rival estaba confiado y se burlaba.

“Esa final fue grandiosa, porque estábamos abajo tres juegos por uno y ellos se estaban burlando de nosotros. Ellos estaban en Valencia en el quinto juego y creían que nos iban a matar. Tenían las botellas de champaña. Ese día hicimos un meeting y recuerdo que Eddy Díaz contó que Robert Pérez le preguntó si estaba listo para reforzarlos en la Serie del Caribe. Eso le dolió mucho”, recordó quien bateó en esa serie para .304 (23-7), con cinco impulsadas y una anotada.

Los turcos volvieron a pelear por el título al año siguiente, retando nuevamente al Caracas en la zafra 96-97. Esta vez sólo necesitaron de cinco juegos para quedarse con la corona y ganarle la segunda final a su “Eterno Rival”.

“Estábamos mucho más controlados y con más experiencia. Ya no nos pegaba tanto la presión de una final Caracas-Magallanes, porque jugar la primera final no era nada fácil”, dijo el campocorto que realizó una llave de lujo entorno a la segunda base, junto al camarero García.“A nosotros se nos olvidaba que veníamos de jugar en las Grandes Ligas. Nos entregábamos el 100% y cuando pisábamos el diamante, se nos olvidaba todo, hasta quiénes eran nuestros amigos. Nosotros íbamos a tratar de ganar todos los juegos. Los jóvenes veían ese entusiasmo y dedicación y fue lo que nos hizo exitosos. Íbamos a la playa o a hacer carne asada juntos”.

En tanto, el infielder consideró que un Caracas-Magallanes se vive más sabroso en el estadio Universitario de Caracas. “En Valencia es diferente. Estábamos en casa, pero como pelotero sentías que había más fanáticos en Caracas que en tu casa. En el Universitario uno se sentía con más ganas. Era una cosa increíble. Uno ve la diferencia”, recordó quien tuvo a Omar Daal, Urbano Lugo y Julio Machado como los lanzadores más difíciles que enfrentó en la LVBP.

Respeto por Machado

Durante su estadía en el Magallanes, fue dirigido por managers de jerarquía como Tim Tolman, John Tamargo y Machado. Sin embargo, no tiene a un favorito. “Todos fueron especiales. Tolman no nos metía presión y jugábamos tranquilo. Tamargo era diferente, porque tenía un poco más de carácter. Si las cosas salían mal, no lo decían. Cuando Tolman se fue a Estados Unidos, Machado tomó las riendas y en un meeting le dijimos que contara con nosotros y que moviera las piezas como quisiera”.

Espinoza, al igual que varios ex jugadores de peso del Magallanes, mostró su rechazo por la decisión que tomó el Magallanes de dejar libre a Machado en la temporada 2019-2020 de la LVBP. “Eso no fue una falta de respeto para Gregorio nada más, fue una falta de respeto para todos nosotros. No pienso así yo solo. A Gregorio tienen que hacerle una estatua en la entrada del José Bernardo Pérez. No vemos el por qué, por cuestión de tres lochas, vamos a decirlo así. Eso no tiene perdón de Dios”.

Fue exaltado al Salón de la Fama del Magallanes en 2015, junto a García, quien para entonces era manager. Recordó el acto como un momento muy especial. “Nunca lo esperé, porque solamente jugué cinco años con Magallanes, pero en esos años di todo por la camiseta. Arriesgaba mi carrera de Grandes Ligas, porque jugué la final contra Lara con un dedo partido del pie y creo que es bien merecido”.

Nuevos horizontes

Espinoza tenía la ilusión de disputar su última temporada en Venezuela con el Magallanes y poder retirarse, pero no fue posible porque los turcos lo dejaron libre y tuvo que firmar, para entonces, con Caribes de Oriente (hoy Caribes de Anzoátegui). En su única campaña con la tribu, ligó para .222 (144-32), con 15 impulsadas y 15 anotadas.

“Eso me dolió mucho, porque me quería retirar formalmente con Magallanes. Me dolió y todavía me sigue doliendo. No estaba en los planes. Nunca pensé que me iban a dejar libre y menos de la forma como lo hicieron”, dijo con nostalgia el ex pelotero que cree que no colgar los spikes con el club puede catalogarse como un asterisco en su carrera, porque era su deseo.

“Me dejaron libre mandándome una carta por correo y nunca me dieron la cara, después de todo lo que hice y di por los Navegantes. Fue un error de parte de ellos y una falta de respeto hacia mi persona”.

Una vez retirado, comenzó su camino como coach en las ligas menores con equipos como los Expos de Montreal, Dodgers de Los Ángeles, Piratas de Pittsburgh, Yankees de Nueva York y Gigantes de San Francisco.

Su primera gran experiencia como manager en la LVBP fue con Caribes, en la temporada 2008-2009. Sin embargo, fue despedido por la gerencia, tras dejar marca de 18 victorias y 21 derrotas, apenas a un juego del quinto lugar que daba el último boleto de clasificación a la postemporada.

“Fue una experiencia bonita y amarga. Aprendí mucho a madurar en mi etapa de coach y manager. Pasaron muchas cosas. Se lesionaron Eliezer Alfonzo y Luis González y a los importados se fueron a Estados Unidos porque no le habían pagado. Me quedé sin nadie y estábamos a un juego de la clasificación. No sé si me error fue hablar con la verdad y no lo supieron tomar”.

Espinoza estuvo a punto de regresar como manager de los Tigres en la campaña 2014-2015. Había sido anunciado en marzo por la nueva directiva, encabezada por el presidente y ex jugador del Magallanes, Carlos Guillén. Sin embargo, luego hubo un cambio y en abril designaron a Luis Sojo. Inicialmente, el directivo lo había contactado una noche por teléfono, para que al día siguiente fuera a Tampa Bay a conocer al gerente y conocer unos peloteros.

“Manejé dos horas hasta Miami y me fui con él hasta Tampa Bay. Me presentó como el manager con el gerente. Me preguntó si podía recorrer el campo de entrenamiento buscando peloteros y así lo hice. Dejé de hacer mi trabajo en Florida. A la semana siguiente me llamó y me dijo que había cambiado de opinión, pero no me dijo el por qué. Hasta el sol de hoy, todavía estoy esperando el por qué. Lo único que le dije, es que me iba a botar sin perder un juego. Me colgó y más nunca he hablado con él”, recordó.

Dos años después sí pudo volver a Venezuela, pero ahora como coach de tercera base del Magallanes. Regresaba al equipo de sus amores, con García como manager. “Les dije que era un orgullo vestir esa camisa de nuevo y que ojalá fuera por mucho rato. Pero nos eliminaron, pasaron muchas cosas ese año y no hubo una llamada para saber si iba a volver. Todavía sigo esperando esa llamada, para ver si vuelvo a vestir la camisa”.

Su última experiencia en la LVBP fue con el Zulia, cuando fue coach de banca en la temporada 2018-2019. “Otra vez hubo una buena experiencia y una mala experiencia a la misma vez. El equipo empezó bien, pero después decaímos un poco. Se lesionaron los caballos del equipo y cerca del 8 de diciembre dejaron libre a la leyenda Wilson Álvarez (instructor de pitcheo), al manager Lipso Nava y a mí”.

A pesar del momento que atraviesa Venezuela, confesó que le gustaría dirigir en la LVBP. “Nunca he perdido la esperanza de que alguien me dé la oportunidad. El país está pasando por una mala situación, pero no es excusa para no ir. Ojalá se acomode la situación, para que todos los que están fuera del país puedan regresar a vivir buenos momentos. Siempre soñando y siendo positivo”.

Todo un grandeliga

Espinoza fue el venezolano número 36 al debutar en las Grandes Ligas. Fue el 14 de septiembre de 1984 con los Mellizos de Minnesota. En esa franquicia se mantuvo hasta la zafra 1986. En 1988 regresó a las mayores, defendiendo los colores de los Yankees hasta 1991. Ese año fue lanzador en un juego con dos tercios de labor.

Desde 1993 a 1996 jugó con los Indios de Cleveland y luego retornó a Nueva York, pero para jugar con los Mets. En 1997 se retiró con los Marineros de Seattle. De por vida ligó para .254 (2.478-630).

“Cuando llegué a los Yankees fue algo increíble. Puedo decir que me di el lujo de vestir los dos uniformes que pesan más: el de Magallanes y el de los Yankees. Cada vez que me ponía el uniforme de los Yankees, me temblaba el cuerpo. Siempre había nervios, porque la directiva y los fanáticos eran muy exigentes”, dijo el pelotero que con los “Mulos del Bronx” dejó promedio de .255 (1.528-363) en 447 juegos.

“Mi corazón se queda con Yankees y Cleveland, pero en Cleveland tuvimos otra familia. Éramos como 11 latinos y lástima que no pudimos ganar la Serie Mundial”, recordó el infielder que en 1995 participó con la tribu en la final ante los Bravos de Atlanta. Los dirigidos por Bobby Cox ganaron en seis juegos. En esa serie, conectó para .182 (11-2).

“Fue algo grandioso, porque todos soñamos con jugar una Serie Mundial y Cleveland me dio la oportunidad. Jugarla es lo máximo, pero no como una final Caracas-Magallanes. Atlanta tenía un pitcheo increíble, John Smoltz, Tom Glavine, Greg Maddux, Steve Avery y de cátcher, Eddie Pérez. Tenían mucha experiencia y creo que fue el factor para ganar”, recordó Espinoza, quien quiere que sea recordado como “un jugador que amaba el beisbol, que respetaba el juego, tenía disciplina y le daba un buen espectáculo al público”..

Edgardo Alfonzo, el capitán del Magallanes que deslumbró en los Mets (+Video)

Tony Cittadino (Mallorca).- Edgardo Alfonzo fue uno de los peloteros más emblemáticos en la década de los 90’ de los Navegantes del Magallanes, club en el que se tituló en tres ocasiones. Fue el equipo que le permitió formarse como pelotero, crecer y dar el salto a las Grandes Ligas con los Mets de Nueva York, conjunto en el que vivió los mejores años de su carrera en la gran carpa.

Alfonzo  fue fanático de los Tiburones de La Guaira y tuvo en su hermano Edgar a un ejemplo de beisbol.  “Practiqué con el Caracas, pero nunca me dieron la oportunidad. Cuando iba a la capital me gustaba La Guaira por los jugadores que tenía. No pensaba firmar con el Magallanes, pero me hice magallanero como jugador. Fue una motivación para mí, por la cantidad de fanáticos que había. Fue un orgullo pertenecer a esa divisa”, dijo en una entrevista desde su casa, la ciudad de Nueva York.

Una de las personas claves para lograr la firma con los turcos fue el experimentado coach, Gregorio Machado, quien a lo largo de su carrera con el equipo fue una pieza fundamental para el crecimiento de los peloteros.

“Gregorio fue uno de los padres de nosotros. Fuimos unos cuantos los que firmamos con Magallanes y los Mets en ese momento. Hice muchos tryout, pero no me llamaban. Tenía unos 16 años y eso me frustraba. Pero Gregorio me vio y le gusté como jugaba. Luego me vio con su jefe y firmamos”, explicó.

Alfonzo debutó con el equipo en la temporada 1992-1993. Jugó 19 partidos y dejó un explosivo promedio de .324 (37-12), con un doble, un triple, cinco carreras impulsadas y ocho anotadas. En su siguiente campaña, la 1993-1994, tuvo la oportunidad de vivir la primera final entre los “Eternos Rivales”, que le ganaron en siete juegos electrizantes a los Leones del Caracas.

“Esa rivalidad es algo que hay que vivir, para contar. No jugué mucho en la final porque estaba empezando, pero en la temporada sí lo hice y era algo apoteósico. Los fanáticos te exigen mucho. Estaba emocionado, porque iba a ser parte de la historia en Venezuela”, dijo el pelotero que disputó un solo juego.

Sin embargo, también participó en la final de la temporada 1996-1997 y en la de la zafra 2009-2010, siendo el único pelotero en estar en las tres finales Caracas-Magallanes. “Tuve suerte de ser parte de esos éxitos del Magallanes y de darle al fanáticos esas emociones”.

El Magallanes fue uno de los equipos que dominó la década de los 90’, junto al Caracas y los Cardenales de Lara. Contaba con un equipo sólido y con experiencia, que le ayudó a Alfonzo a crecer y madurar dentro de una organización en la que se consagró como un pelotero importante.

“Nosotros tuvimos los éxitos por la cohesión que teníamos. Estaban Melvin Mora, Richard Hidalgo, Eddy Díaz, Carlos Hernández, Juan Carlos Pulido y Raúl Chávez. También Clemente Álvarez y Edgar Naveda, fueron claves. Éramos la nueva camada del Magallanes y compartíamos mucho. La amistad y la hermandad que teníamos fue una parte clave en los triunfos del Magallanes de los 90”, expresó el jugador que quedó campeón con los turcos en las campañas 1993-1994, 1995-1996 y 1996-1997.

El mirandino nacido el 8 de noviembre de 1973, consideró algunos de los mentores que tuvo fueron Clemente Álvarez y Edgar Naveda. “Ellos fueron muy especiales, porque me acogieron bajos sus brazos cuando llegué al Magallanes, pero con los que más compartía era con Mora e Hidalgo”.

Alfonzo agregó que otra de las virtudes de ese equipo, era que los peloteros de mayor jerarquía le enseñaron a los novatos a honrar la camisa del Magallanes. “Era una responsabilidad llevar la camiseta, porque no querías quedarle mal a ellos y tampoco al fanático. Uno trataba de hacer lo mejor posible en Caracas, en Valencia y en todo el país, porque había fanáticos por todas partes. Uno era un modelo para muchos”.

Durante su paso por el Magallanes, fue dirigido por managers de jerarquía como Tim Tolman, John Tamargo, Dave Hudgens, Phil Regan o Machado. Sin embargo, no tiene un claro favorito, pues aseguró que aprendió de todos. “Fueron managers importantes para todos. Te daban confianza y uno como jugador se siente más contento de hacer el trabajo”.

Ídolo en los Mets

Alfonzo debutó con los Mets de Nueva York en la temporada 1995. Con el equipo metropolitano, disputó ocho de sus 12 campañas en las Grandes Ligas y fue dónde comenzó a vivir la transformación de pasar de la segunda base a la tercera. A pesar de poder desempeñarse en ambas posiciones, su preferida fue la intermedia.

“Yo firmé como short stop y segunda base, pero la oportunidad de jugar en tercera fue con los Mets. Bobby Bonilla era el tercera base del equipo cuando subo, pero a él lo cambian de equipo. Bobby Valentine llegó como manager y me dijo que quería que jugara todos los días, pero en la tercera porque Jeff Kent estaba en segunda y José Vizcaíno en el short. Querían que fuera a la liga instruccional a practicar en tercera, pero les dije que prefería hacerlo en Venezuela con Magallanes”.

El ahora antesalista relató que recibió consejos importantes de su hermano Edgar Alfonzo y de  Dámaso Blanco para lograr los ajustes de jugar en la “esquina caliente”. “Mi hermano me decía que me pegara a Dámaso y en verdad me ayudó mucho por el juego de piernas y fue parte fundamental. Luego regresé a la segunda base de los Mets, cuando firmaron a Robin Ventura y fue cuando logré todos mis números”.

Alfonzo fue exaltado al Salón de la Fama del Beisbol Latino en República Dominicana en el año 2017. Un año más tarde, recibió el mismo honor con el Magallanes y en enero de este año, se conoció que también estaría entre los inmortales de los Mets, siendo, además, el primer latino. La ceremonia debió realizarse el 17 de mayo, pero fue postergada por la pandemia del coronavirus, que impidió, entre otros deportes en todo el mundo, el inicio de las Grandes Ligas.

“Yo me había desencantado, porque había pasado mucho tiempo desde que me retiré y la gente decía que yo era un Hall de la Fama. Un día en una entrevista, estaba revisando mis números y estaba entre los primeros cinco o diez entre los Mets y otros con menos números estaban en el Salón de la Fama. El dueño del equipo me llamó y no lo creía. Mi esposa pensó que había pasado algo, pero fue una gran alegría porque no es fácil lograr esto en una ciudad como Nueva York”.

Alfonzo disputó 1.086 juegos con los metropolitanos y dejó un promedio de .292 (3.897-1.136), con 120 jonrones, 538 carreras impulsadas y 614 anotadas. Fue Bate de Plata en 1999, tras batear para .304 (628-191), con 27 jonrones. Al año siguiente, sacó 25 pelotas.

Entre sus actuaciones estelares, está el récord de irse de 6-6 el 30 de agosto ante los Astros de Houston. Pegó tres jonrones y remolcó cinco. También fue clave en juegos de playoff en 1999, disputó el Juego de Estrellas y la Serie Mundial del 2000 ante los Yankees de Nueva York.

El criollo dio jonrón en el juego extra de comodín de la Liga Nacional ante los Rojos de Cincinnati y se lució ante los Diamondbacks de Arizona en la Serie de División, al conectar dos jonrones e impulsar cinco carreras. Un cuadrangular fue ante el mítico Randy Jhonson en el primer inning y luego dio un grand slam en la novena entrada, para darle la ventaja a su equipo.

“Después de Cincinnati, fuimos a Arizona y en el primer juego lanzaba Randy. Ya tú sabes. Ese día. No me lo creía. Estaba demasiado contento, por las bendiciones. Era gente que tu veías por televisión cuando eras pequeño. Nunca mi vida pensé verlo en persona”, recordó.

El infielder definió jugar la Serie Mundial como una oportunidad única y un sueño hecho realidad. “Tenía la oportunidad de jugar en una ciudad como Nueva York, que se paralizó. Era una gran responsabilidad y había nervios. Veías el lineup de los Yankees y el de los Mets y creías que nos iban a ganar por nocaut. Posición por posición, era una cosa increíble. No jugué mucho, porque venía de una lesión en la ingle en los playoff.  Alfonzo disputó los cinco juegos, pero apenas conectó tres hits en 21 turnos, para un pálido promedio de .143.

El primer Clásico Mundial

Edgardo fue uno de los integrantes de la selección de Venezuela que participó en el primer Clásico Mundial de Beisbol de 2006. Para entonces, la Vinotinto del beisbol quedó eliminada en segunda ronda, luego de perder con Cuba (7-2), ganar ante Puerto Rico (6-0) y caer ante República Dominicana (2-1).

“Estaba con Anaheim, cuando me plantearon la posibilidad de jugar y dije que era una oportunidad única que no podía desperdiciar. El roster de Venezuela era uno de los mejores. En el papel, teníamos un equipo ganador, pero no siempre gana el que está en el papel, sino el que ejecuta mejor. No hicimos el trabajo como teníamos que hacerlo, pero hoy en día podemos hacerlo”, rememoró.

La selección fue dirigida por Luis Sojo y estaba conformada por jugadores estelares. “Era un orgullo, porque tenías al lado a Johan Santana, Magglio Ordóñez, Bob Abreu, Kelvim Escobar y tu decías, es la crema de la crema de Venezuela. Yo era el octavo bate en ese Clásico. Vizquel en el short y yo en segunda”.

Jugó con Vizquel

Alfonzo pasó en la temporada 2003 a los Gigantes de San Francisco, equipo en el que dos años más tarde pudo compartir en el terreno con Omar Vizquel. El camarero recordó que “Manos de Seda” fue su ídolo de pequeño y que le cedió el número 13 en un gesto de reconocimiento.

“Compartí con Vizquel y con Andrés Galarraga, dos jugadores insignias del país. Cuando Omar llegó a San Francisco, había un debate por saber quién usaría el número. Los periodistas me llamaban y yo no contestaba. También me llamaba el encargado del clubhouse, para saber qué se iba a hacer y si lo haríamos nosotros”, recordó el pelotero que pasó cuatro años con los Gigantes y bateó para promedio de .265 (1.926-510) en 542 juegos.

“Cuando llegamos a los entrenamientos, agarré el número 13 y mientras los periodistas me veían le dije ‘Omar, este es tu número. Yo no quiero nada, porque fuiste mi ídolo de pequeño y lo sabes y para mí es un privilegio cederte el número”, recordó con gratitud.

El retiro

Alfonzo pasó a los Tigres de Aragua en la contienda 2011-2012, luego de que Magallanes no le dio la oportunidad de disputar un juego para retirarse. Sin embargo, demostró que todavía tenía con qué y ganó el premio Regreso del Año por segunda vez en su carrera. El bateador derecho ligó para .267 (150-40), con cinco cuadrangulares, 29 fletadas y 15 anotadas.

La primera vez que había obtenido la distinción, fue en la zafra 2007-2008 con los turcos. Casualmente, ese año reforzó a los felinos en la final y también fue campeón. En la ronda regular, dejó un excelso average de .335 (216-64), con cinco jonrones, 32 impulsadas y 25 anotadas.

“Lo disfruté mucho, no por lo que dijeron, sino porque me demostré lo que podía hacer. Fue un año excelente, porque los Tigres me dieron la oportunidad y me di cuenta que eran un grupo unido. Fue una de las cosas que me motivó a seguir jugando. Los domingos comíamos juntos en el clubhouse”, sentenció. En su última temporada, Alfonzo jugó sólo 15 duelos y bateó para .283 (46-13), con una remolcada y tres anotadas.

Edgardo regresó al Magallanes en la temporada 2014-2015, esta vez como coach de la inicial y bajo la dirección del manager Carlos García. Fue una experiencia que disfrutó, pues volvió al equipo de toda su vida. “Disfruté regresar y compartir con el fanático y mi gente del clubhouse. Ahora estaba en otra faceta y fue increíble”, dijo el manager campeón de los Mets en Clase A con los Brooklyn Cyclones. Allí estuvo acompañado del también coach de banca y otrora magallanero, Endy Chávez.

Ahora funge funciones de embajador de los Mets, pero no descarta la posibilidad de volver a dirigir. Mucho menos en Venezuela, donde estaría dispuesto a tomar el timón del Magallanes. “Siempre he tenido eso en mente y me gustaría, porque fue mi primer equipo en Venezuela. Si no se puede, también podría ser con otro equipo porque el fanático venezolano es A1”, sentenció el capitán que siempre estará enamorado del Magallanes..

Siete títulos criollos en la historia de la Serie del Caribe

Tony Cittadino (Mallorca).- Navegantes del Magallanes, Leones del Caracas, Águilas del Zulia y Tigres de Aragua, son los equipos venezolanos que han tenido la fortuna de titularse en la Serie del Caribe. Siete títulos que han dejado en alto a la Liga Venezolana de Beisbol Profesional y que recordamos en este trabajo especial.

Magallanes, (Caracas 1970)

Los Navegantes ganaron la primera Serie del Caribe para Venezuela con el cubano Carlos “Patato” Pascual como estratega. Este torneo se disputó en el estadio Universitario y marcó el inicio de la segunda etapa del clásico, que se jugó con tres equipos, porque no participó el campeón de México.

Los turcos alcanzaron el campeonato en el último y séptimo juego ante los Leones de Ponce. El antesalista Dámaso Blanco abrió el noveno tramo con hit a la izquierda y llegó a la segunda base por error en tiro del jardinero. Avanzó a tercera con sacrificio del pitcher cubano-venezolano Aurelio Monteagudo y anotó la histórica rayita de la victoria con roletazo del “Maestro” Gustavo Gil por los lados del campocorto que se coló a los jardines.

La victoria venezolana no se hubiese podido concretar sin una magistral jugada defensiva de Blanco. En la parte alta del noveno y con hombre en la esquina caliente, se produjo un squeeze play que frustró el antesalista al tomar la bola con la mano limpia y tirar perfecto al plato para reventar al corredor boricua.

Magallanes, (San Juan 1979)

El segundo título para el país también fue cortesía del Magallanes, en una competición en la que jugaron los equipos campeones de República Dominicana, Puerto Rico, México y Venezuela. El elenco criollo estuvo dirigido por el manager-jugador estadounidense Willie Horton, el “Brujo”, así llamado por su manera poco convencional de dirigir pero que casi siempre le daba resultado.

Los eléctricos comenzaron justa disputada en el estadio “Hiram Bithorn” perdiendo ante el club dominicano Águilas del Cibao 1-0 en un duelo de lanzadores entre Allan Wirth y el quisqueyano Nino Espinoza, pero luego ganaron cinco en fila para alzarse con el trofeo.

En el sexto y decisivo choque frente a los Mayos de Navojoa, titular mexicano, un jonrón del jardinero Mitchell Page en la apertura del noveno ante Enrique Romo, con dos en hombres en base, decretó el triunfo por 9-6. El pitcher ganador fue Manuel Sarmiento, quien en total se anotó dos victorias en la Serie.

Caracas, (Hermosillo 1982)

Los Leones asistieron al estadio “Héctor Espino” de Hermosillo como campeones de Venezuela por tercer año consecutivo y se titularon de la mano de Alfonso “Chico” Carrasquel, primer estratega criollo en lograr una corona caribeña.

Los melenudos presentaron un equipo balanceado, con una toletería de poder encabezada por el jardinero Antonio Armas, el desaparecido receptor mirandino Baudilio Díaz y el utility Luis Salazar, refuerzo de los Tiburones de La Guaira, y un cuerpo de pitcheo dominante que les permitió ganar cinco de sus seis desafíos, liderado por el grandeliga larense Luis Leal.

Los serpentineros del equipo nacional implantaron un récord de 25 ceros consecutivos, dejando atrás los 24 logrados por los tiradores del Cienfuegos de Cuba en Panamá 1956.

La única derrota caraquista concluyó con marcador de 7-1, propinada por el conjunto de Ponce en el tercer juego. El sexto duelo lo ganaron 2-1 con soberbia actuación de Leal, tomado como refuerzo de los Cardenales de Lara, y un oportuno cuadrangular de Díaz.

Zulia, (San Juan 1984)

Bajo la tutela del manager mexicano Rubén Amaro, el Zulia logró su primera Serie del Caribe en su primera presentación en el torneo, jugado en el estadio “Hiram Bithorn”. Los rapaces ganaron en fila los cinco primeros cotejos y sólo perdieron el sexto, cuando ya habían asegurado el campeonato.

Su primera victoria fue ante Tigres del Licey (República Dominicana) con pizarra de 4×2, gracias a la actuación de Leonel Carrión (3-3, HR, 2CA, CI) y Jerry White (5-3). La victoria fue para Derek Botelho.

En su segunda aparición Zulia dio cuenta de los Indios de Mayagüez (Puerto Rico) 4×3. Luis Leal, otra vez de refuerzo, lanzó completo y abanicó a 13 rivales. El mejor al bate fue José Leiva (4-1, 2CA, CI).

En el quinto choque doblegaron a Mayagüez por 3-2. Manuel Luna lanzó siete entradas y el cerrador panameño Porfirio Altamirano salvó su tercer juego del certamen. En ese partido los mejores con el bate fueron Leonel Carrión (3-2, CA) y Johnny Paredes (3-3, CI).

El ahora manager de los Indios de Cleveland, Terry Francona, fue clave en el tercer triunfo ante los Cañeros de Los Mochis (México) al conectar de 4-3 y remolcar dos rayitas.

Zulia, (Mazatlán 1989)

Las Águilas fueron a su segunda Serie en México y no defraudaron dirigidos por el estadounidense Pete Mackanin. Comenzaron su ruta triunfal en el estadio “Teodoro Mariscal”, ganando frente a las Águilas de Mexicali por 5-4 en un choque que marcó, para ese momento, récord de duración con 4 horas y 20 minutos.

El duelo se decidió en el octavo tramo con imparable de Norman Carrasco que envió al plato a Gustavo Polidor, dos refuerzos de los Tiburones de La Guaira.

En el segundo cotejo, el elenco venezolano debió disputar 16 entradas para derrotar 3×2 a los Leones del Escogido (República Dominicana). En ese partido se implantaron marcas de innings jugados y de tiempo de duración (5 horas y 14 minutos). Carlos Quintana acabó con el maratón al conectar doble que impulsó desde la primera base al otrora estratega de los Yanquis de Nueva York, Joe Girardi.

El relevista Manuel Sarmiento se adjudicó la victoria. Tres de las victorias zulianas se decidieron en entradas extras, incluyendo la del quinto juego que les dio el título. Polidor fue el héroe al sonar jonrón solitario en el capítulo 13 que sentenció el desafío. Girardi despachó de 6-3 en el choque definitorio del evento.

Caracas, (Maracay-Valencia 2006)

El Caracas, dirigido por el piloto interino Carlos Subero, volvió a la Serie tras 11 años de ausencia. Esta versión del clásico fue la primera que se jugó en dos sedes alternas (Maracay, estadio “José Pérez Colmenares”, y Valencia, “José Bernardo Pérez”) y también la única hasta ahora que vio titularse invicto a un club venezolano.

Los melenudos ganaron su primer juego por paliza a los Venados de Mazatlán (México) con pizarra de 17×1 en el “José Bernardo Pérez”. La victoria se la anotó el zuliano Géremi González y el receptor cumanés Ramón Hernández se convirtió en el primer toletero que bateaba la escalera en la historia del evento, ligando de 6-4 con tres anotadas y cinco impulsadas.

El último y crucial encuentro ante los Tigres del Licey, el campeón dominicano que buscaba ganar para forzar un juego extra, se decidió dramáticamente por 5-4 en el cierre del noveno.

Caracas llegó a ese capítulo perdiendo por dos carreras, pero tras igualar a cuatro y con Álex González en la inicial, el veterano Henry Blanco dio fácil elevado detrás del campocorto Erick Aybar, a quien la bola inexplicablemente le cayó en la cabeza y rodó hasta el jardín izquierdo, permitiendo la anotación de González en medio de la total algarabía.

Aragua, (Mexicali 2009)

El conjunto de Buddy Bailey, que para ése entonces, llegó a Mexicali para representar a Venezuela en la Serie por quinta vez en los últimos seis años, ganó sus primeros cinco choques para alzarse con el trofeo.

En el primer encuentro Aragua derrotó a los dominicanos Tigres del Licey con pizarra de tres carreras por dos, sobresaliendo con el madero Luis Maza, quien se fue de 5-4 con dos dobles y dos impulsadas. El juego lo ganó Ronald Belisario (tomado de los Tiburones) en relevo y el salvado se lo acreditó Francisco Buttó, quien abanicó a los tres bateadores que enfrentó.

Los campeones venezolanos superaron a los Venados de Mazatlán (México) por blanqueo de una por cero en el segundo cotejo, que se decidió en la undécima entrada con jonrón de Héctor Giménez para dejar en el terreno a los locales. Jackson Melián, refuerzo de los Leones del Caracas, y Wilson Ramos, conectaron de 4-2.

En el quinto choque, Aragua volvió a superar a los anfitriones con marcador final de cinco por tres para alcanzar la corona. En la séptima entrada de ese juego decisivo, los Tigres anotaron tres carreras que marcarían la diferencia. Maza, Selwyn Langaigne (Cardenales de Lara) y Raúl Chávez, fueron claves con el bate y Buttó se acreditó su cuarto juego salvado para establecer un nuevo récord de rescates en el torneo.

 

Foto: AFP.

Más de 250 mil personas asistieron a los juegos de postemporada de la LVBP

Prensa LVBP.- La postemporada de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional llegó a su fin el lunes, con el triunfo de Cardenales de Lara en la Serie Final, contra Caribes de Anzoátegui, que le valió su segundo título consecutivo, en cuatro finales desde la campaña 2016-2017. Ese séptimo juego fue el colofón a un mes de enero en el que los aficionados se volcaron a apoyar a los seis equipos clasificados.

De acuerdo con cifras extraoficiales, se registró un promedio de 7.497 personas que asistieron a los 35 encuentros, para un total de 262.403 boletos vendidos.

Los siete desafíos de la Gran Final convocaron a 78.341 personas, a razón de 11.192 por juego. En Barquisimeto se registraron taquillas de 15.276 y 14.814 en los partidos uno y dos, mientras que cerró con 16.972 y 17.971, en los encuentros seis y siete. La última cifra se tradujo en un récord para la zafra 2019-2020, en cualquier instancia.

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Lo que dejó el draft de sustituciones de la LVBP

Guillermo Liñares (Caracas) -. Este martes se realizó el draft de sustituciones de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP), de cara a lo que será la postemporada que comienza el 3 de enero, y los seis equipos – Tiburones, Cardenales, Águilas, Caribes, Navegantes y Leones – fortalecieron los puntos que creían débiles para afrontar el tramo más importante de la campaña.

Esto fue la nota más importante del día, junto a la decisión de la oficina del comisionado de las Grandes Ligas en autorizar que los peloteros del sistema puedan jugar en cinco de seis equipos (exceptuando a los Navegantes del Magallanes). A continuación, analizamos cómo y cuáles fueron las elecciones de peloteros de los clubes.

Tiburones de La Guaira

El conjunto del litoral culminó primero en la temporada regular, lo que le dio el derecho de seleccionar en la primera ronda como número uno. Su decisión fue la de incluir en su cuerpo de abridores a Guillermo Moscoso, lanzador derecho perteneciente a los Tigres de Aragua, en lugar de Jiandido Tromp, y quien culminó tercero en todo el circuito en efectividad con 2.13. Además dejó récord de dos triunfos y un revés.

Moscoso apuntala un pitcheo abridor salado que tuvo mucho castigo en el año, ya que el 5.44 de efectividad que exhibieron los iniciadores son el síntoma que indicaba que había que tomar cartas en el asunto. El diestro es un lanzador de mucha experiencia en Venezuela, con galones más que ganados en instancias de playoffs con Leones del Caracas en el pasado, y con los Tigres de Aragua.

Por su parte, los guairistas decidieron elegir a Daniel Mayora como su segunda sustitución en lugar de Wander Beras. Mayora bateó para promedio de .228, con siete impulsadas y un jonrón, números que no son especialmente llamativos, pero que pueden cambiar en la postemporada y que sirve para fortalecer una alineación que ya cuenta con Danry Vásquez, Junior Sosa, Edgar Durán y compañía.

Cardenales de Lara

Los alados tuvieron el mejor pitcheo de todo el campeonato, fueron primeros en efectividad colectiva (3.78), WHIP (1.40) y en carreras permitidas (168, de las cuales 152 fueron limpias). Sin embargo, su rotación no iba a desaprovechar la oportunidad de incorporar a un brazo que se mostró incólume en la campaña: Henry Centeno.

El derecho de Bravos de Margarita fue el líder en efectividad de la temporada con 1.34, ganó tres juegos y no perdió, además de sumar 30 abanicados en 47 innings. Su presencia se unirá a la de Angelo Palumbo, Nestor Molina y Raúl Rivero, formando un cuarteto que será una auténtica alcabala para Magallanes, su rival en la primera serie de postemporada.

Los crepusculares decidieron no sustituir en su segunda ronda, ya que llegaron a un acuerdo con los Navegantes de solo sumar una adición en este draft.

Águilas del Zulia

Los zulianos tuvieron muchísimos problemas en su bullpen, sobretodo cuando llegaban los episodios finales de los juegos. Los rapaces decidieron apostar por Wilking Rodríguez, de los Tigres de Aragua, en sustitución de César Carrillo. Rodríguez dejó efectividad de 2.16, ganó un juego y perdió otro, y solamente aceptó seis carreras en 25 innings de labor. La llegada del diestro, uniéndose a Elvis Araujo o Arcenio León, se supone que le dará más alivio a Marco Davalillo cuando se tengan que preservar las victorias.

Otro de los problemas que mostraron las Águilas fue en el apartado defensivo. Fueron 62 errores colectivos los que tuvo la escuadra naranja, segundo peor de toda la Liga, y más en una posición que es clave para realizar outs: la del campocorto. Engelb Vielma, el parador en corto de las Águilas, cometió 20 pifias, por lo que la gerencia y el cuerpo técnico aguilucho apostó por Julio González, el shortstop de los Bravos de Margarita, quien llega al clubhouse rapaz en sustitución de Jesse Castillo, que sufrió de problemas físicos hacia el final de la contienda.

Caribes de Anzoátegui

La tribu oriental fue la quinta en pitcheo colectivo con efectividad de 4.50 y bien reza el dicho que el juego de pelota se llama pitcheo. Tienen un lineup temible – a juicio de quien esto escribe, el más completo de los seis equipos -, pero sin un pitcheo confiable, a poco puedes aspirar en esta Liga.

Es por ello que Caribes decidió ganar profundidad en su relevo, uniendo a Ángel Nesbitt de Tigres de Aragua y a su compañero de equipo Jhondaniel Medina, ambos entrando por Carlos Contreras y Francisco Del Rosario, respectivamente. Nesbitt dejó efectividad de 1.08 en 16.1 IP, con una cifra considerable de 19 ponches; mientras que Medina fue el relevista «caballito de batallas» de Clemente Álvarez primero y Bárbaro Garbey después, totalizando cinco triunfos y un revés, con una efectividad de 3.63, todo en 22.1 innings de labor.

Navegantes del Magallanes

Fueron la «manzana de la discordia» del draft. Y no por temas deportivos, sino porque los eléctricos fueron el equipo excluido (junto a los Tigres de Aragua) del acuerdo invernal de la MLB y LVBP. Sin embargo, la nave llegó a un acuerdo con la gerencia de los otros cinco equipos para poder sumar tres adiciones más a la cuota de sustituciones.

Magallanes cambió dos sustituciones, por tres adiciones y una sustitución-, y que esas adiciones extra no jugasen en Valencia, como tampoco lo pueden hacer los peloteros del sistema ligamayorista en el José Bernardo Pérez. Una vez que hubo fumata blanca, los del Cabriales decidieron incorporar a Henry Rodríguez a sus filas, oportuno ya que Garabez Rosa no estará con los Navegantes hasta nuevo aviso.

El «pollito» es un pelotero más que probado en esta Liga, un hombre «clutch» en los momentos más apremiantes, y quien esta campaña dejó promedio al bate de .321, con par de jonrones y 22 carreras producidas. Además, disparó siete dobles y se ponchó solamente 13 veces en 165 turnos, denotando un contacto notable.

Más tarde, Magallanes notificó en un comunicado de prensa, que decidió seleccionar al campeón bate Jay Austin, de los Tigres de Aragua, y al también bengalí Edwin García a sus filas. García fue el campocorto titular de los Tigres, mostró una buena defensa – el dolor de cabeza en la mayor parte de la campaña para Enrique Reyes – y dejó .306 puntos de promedio.

Unas manos más que decentes para una posición clave, mientras que Austin ganó el título de bateo con .392 de average, agregó a su cosecha ocho remolcadas y cuatro dobletes, ponchándose solamente en 11 oportunidades después de más de 100 turnos. Dos adquisiciones que equilibran a los filibusteros con sus rivales, y que tratarán de hacer menos traumático el hecho de no tener a sus peloteros del sistema de las Grandes Ligas.

Leones del Caracas 

El gerente deportivo de los melenudos, Richard Gómez, desgranaba hace unos días en el circuito radial del equipo, que  los Leones irían por jugadores de posición en el draft de sustituciones si la oficina del comisionado de MLB no emitía una resolución sobre los peloteros del sistema para jugar en la Liga. Sin embargo, también manifestaba que de recibir la luz verde, la prioridad iba a ser pitcheo. Una vez que se supo de la autorización, Caracas decidió conjugar ambas. Se decantó por Ezequiel Carrera en la primera ronda,y por el relevista Ismael Guillón en la segunda, ambos pertenecientes a los Tigres de Aragua.

Leones tuvo problemas todo el año en el pitcheo, y también contó con baches en su ofensiva, no por nada fue el segundo peor equipo en bateo colectivo con un promedio de .272. Carrera es un primer bate natural, un guante más que decente, un jardinero que ofrece seguridad defensiva y mucho contacto. Su línea este año fue de .279, con par de cuadrangulares, quince remolcadas, se robó tres bases, y su OBP (porcentaje de embasado) fue de .361. Nada malo.

Por su parte, Ismael Guillón viene a acompañar una línea media del relevo caraquista que ahora luce más que interesante: nombres como Yoimer Camacho, Loiger Padrón, Daniel Hurtado o el propio Guillón deberían ser suficientes para asegurarle al manager Víctor Gárate una alta cantidad de episodios de calidad. En 13 episodios, tuvo una excelente efectividad de 1.38, ponchó a 10 y otorgó nueve boletos.

Ahora habrá que ver qué decisiones toma la oficina para añadirle más condimento al roster capitalino, sobretodo porque ahora pueden contar hipotéticamente con jugadores como Harold Castro, Wilfredo Tovar nuevamente, o algún otro que pertenezca al sistema de Grandes Ligas.

La mesa está servida, ahora habrá que esperar la voz de «playball» el 3 de enero, y que en el parque de la Ciudad Universitaria de Caracas, en el Antonio Herrera Gutiérrez de Barquisimeto, y en el Luis Aparicio «El Grande» de Maracaibo, Tiburones, Cardenales, Águilas, Caribes, Navegantes y Leones brinden un buen espectáculo.

Que gane el beisbol..

Los seis equipos clasificados se movieron en el Draft de sustituciones

LVBP

Prensa LVBP.- Guillermo Moscoso fue la primera selección del Draft de Sustituciones para el inicio de los playoffs. La escogencia la hizo Tiburones de La Guaira, que fue el equipo con mejor récord en la ronda eliminatoria.

Moscoso terminó la ronda regular con récord de 2-1 y 2.13 de efectividad, la tercera mejor del circuito, vistiendo el uniforme de Tigres de Aragua.

Navegantes del Magallanes y Cardenales de Lara llegaron a un acuerdo, entre sus respectivas gerencias, de tomar una adición para su serie de postemporada.

La Junta Directiva de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional anunció que los jugadores afiliados al sistema de MLB están habilitados para actuar en enero.

Así fue el draft

La Guaira

1.- Sustituye a Jiandido Tromp por Guillermo Moscoso, de Tigres de Aragua.

2.- Sustituye Wander Beras por Daniel Mayora, de Bravos de Margarita.

 

Lara

1.- Adiciona a Henry Centeno, de Bravos de Margarita.

 

Zulia

1.- Sustituye a César Carrillo por Wilking Rodríguez, de Tigres de Aragua.

2.- Sustituye a Jesse Castillo por Julio González, de Bravos de Margarita.

 

Caribes

1.- Sustituye a Carlos Contreras por Ángel Nesbitt, de Tigres de Aragua.

2.- Sustituye a Francisco Del Rosario por Jhondaniel Medina, de Tigres de Aragua.

 

Magallanes

1.- Adiciona a Henry Rodríguez, de Tigres de Aragua.

 

Caracas

1.- Sustituye a Juan Kelly por Ezequiel Carrera, de Tigres de Aragua.

2.- Sustituye Wanel Mesa por Ismael Guillón, de Tigres de Aragua.

 

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Magallanes doblegó a Aragua en juego clave para la clasificación

Hugo Guerrero (Prensa LVBP).- En un juego con altas emociones, en el que los Navegantes del Magallanes defendían el sexto lugar de la clasificación, con apenas medio juego de diferencia ante Tigres de Aragua, los turcos se impusieron 5 carreras por 2, en el Estadio José Bernardo Pérez.

Las conmociones se vivieron desde el inicio del desafío, en el que la adrenalina por estar dentro de la clasificación, a falta sólo de tres encuentros para terminar la ronda regular, se evidenciaron en el segundo capítulo, cuando Yohan Pino y Anthony Concepción, protagonizaron una reyerta que vació las bancas y dejó a ambos peloteros fuera del juego.

“Yo creo que este era el juego más importante de la temporada, porque esto nos alejaba (de la clasificación) y ellos (Tigres de Aragua) iban a quedar medio juego arriba y tenemos que enfrentarlos en su casa. Entonces era muy importante este juego”, consideró el manager naviero, Enrique Reyes, luego de la conquista de sus dirigidos.

Antes de ese episodio, Adonis García fue el protagonista, al dar su cuadrangular 31 de por vida en la LVBP, con Cade Gotta y Raúl Navarro en circulación.

“Salí a buscar una buena conexión y gracias a Dios salió el batazo”, expresó García, quien se colocó a dos cuadrangulares de William Magallanes, en el sexto lugar de todos los tiempos de los turcos. “Siempre que el equipo gane y salgan las victorias, yo voy a estar contento. Estoy agradecido con Dios por darme la oportunidad de volver aquí, siempre estoy tratando de aportar, lo números van llegando solos, no estoy pendiente de eso, quiero es ayudar al equipo a clasificar y a ganar el campeonato”.

La ofensiva naviera se hizo presente una vez más en el tercer tramo, luego de que Ronny Cedeño diera rodado con las bases llenas, remolcando a Alberth Martínez, y Arturo Nieto sonara línea al jardín derecho, lo que le permitió a Wuilmer Becerra pisar el home desde la antesala.

Los bucaneros siguieron navegando por aguas tranquilas con la ventaja en el score durante buena parte del compromiso, en gran medida, gracias al extraordinario relevo de Ryan Kussmaul, quien, por la expulsión de Pino en el segundo tramo, tomó la bola para actuar por espacio de 3.2 entradas y sólo admitir dos hits.

“Yo lo había visto en México (a Ryan Kussmaul) y él estaba de abridor y sabía que podía tirar dos o tres innings. Sabemos la calidad de pitcher que es”, dijo el piloto filibustero, sobre la buena actuación del estadounidense.

No obstante, los bengalíes no permitirían ser blanqueados por los brazos navieros, por ende, pisaron el plato en par de ocasiones en la parte alta del séptimo inning, producto de un imparable de Ezequiel Carrera, que fletó a Alex Monsalve y a Rehiner Córdova. En ese momento, fue vital el relevo de Jorge Rondón, quien detuvo a la ofensiva bengalí haciendo fallar para dobleplay a Edwin García y ponchando a Henry Rodríguez.

Rondón también se encargó del octavo episodio, retirándolo sin problemas y, para el noveno, el manager Enrique Reyes le dio la bola a Manny Acosta, sacara los últimos tres outs y se acreditara su sexto salvado de la contienda.

Con este triunfo, Magallanes colocó su marca en 18-20 e igualó a los Leones del Caracas en el quinto puesto; además, sacó un juego y medio de ventaja a los aragüeños, quienes quedaron con 17-22, aún en el séptimo lugar de la clasificación y sin margen de error en los tres compromisos que les restan.

Foto: Prensa Magallanes

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Yohan Pino ganó el premio al Jugador de la Semana

Alexander Mendoza | Prensa LVBP

Caracas.- Yohan Pino se apuntó el primer juego completo de un lanzador del Magallanes en más de nueve años y se erigió en el Jugador de la Semana, durante el período comprendido entre el 9 y 15 de diciembre.

Pino, as de la rotación de los Navegantes, aisló cuatro hits y una carrera, mientras concedía un boleto y se apuntaba un ponche, durante la jornada dominical contra Águilas del Zulia, el equipo más ofensivo en lo que va temporada 2019-2020.

El derecho cubrió la ruta por primera vez en su carrera, una labor que no había conseguido un tirador de los bucaneros desde el 21 de noviembre de 2010, cuando el estadounidense Anthony Lerew lanzó un no-hitter contra Leones del Caracas, en el Estadio José Bernardo Pérez de Valencia. Pino se unió a Lerew, Randy Keisler (2003-2004), Jason Roach (2002-2003) y Jae Weong Seo (2002-2003), como los únicos lanzadores de la Nave en tirar juego completo desde 2000, de acuerdo con el motor de búsqueda de PelotaBinaria.

Pino abrió dos encuentros la semana pasada y en 14.1 innings, le conectaron nueve hits y le anotaron dos carreras, para efectividad de 1.26; mientras que otorgó dos bases por bolas y ponchó a dos. Su récord fue de 2-0.

El aragüeño, de 35 años de edad, obtuvo el premio por primera vez en su brillante taryectoria en la LVBP, tras recibir el 57% de los votos en la escogencia que hacen los periodistas acreditados para cubrir las incidencias del torneo. El último miembro del Magallanes en llevarse la distinción fue Delmon Young, en el lapso del 12 al 18 de noviembre de 2018.

El cubano Daniel Carbonell, de Tigres de Aragua, fue el segundo en la selección con un 27% de preferencia entre los comunicadores. El jardinero encabezó el circuito en jonrones (2), extrabases (4), empujadas (11), slugging (.762) y boletos (9), fue segundo en anotadas (6), bases alcanzadas (16), OPS (1.300), slugging (1.071) y OPS (1.538), quinto en OBP (.533), mientras que ligó .333 (21-7), en seis encuentros.

El sábado, Carbonell se convirtió en el quinto miembro de Aragua con seis impulsadas en un compromiso y en el primero que lo logró después de José Vargas en 2017. Ese día se quedó a un sencillo de batear la escalera, contra Bravos de Margarita.

El outfielder Cade Gotta (12%), de Magallanes, y el derecho, Carlos Quevedo (4%), de Leones del Caracas, también recibieron votos en la elección.

Gotta dejó una línea ofensiva de .476/.633/.714, con un triple, un cuadrangular, seis remolcadas, 15 almohadillas alcanzadas, cinco bases robadas en siete intentos, nueve boletos, dos ponches y 1.347 de OPS.

Quevedo dejó registro de 2-0 y un promedio de 0.77 anotaciones limpias, en 11.2 entradas, repartidas en dos aperturas. Recibió nueve indiscutibles y una rayita merecida, pasó por las armas a nueve rivales y negoció dos pasaportes.

Foto: Prensa Magallanes B.BC

 

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