Qatar 2022: Suiza derrotó a Serbia y se metió en los octavos de final

EFE.- Por tercera edición consecutiva Suiza superó la fase de grupos, se situó en los octavos de final de una Copa del Mundo en Qatar 2022 y se convirtió en el rival de Portugal, después de superar por 2-3 a la Selección de Serbia, que sigue sin lograr derribar la ronda inicial de un gran torneo.

El equipo balcánico, por tercera vez en una fase final de un Mundial, se dejó gran parte de sus opciones en el compromiso ante Camerún, que le llevó a esta tercera jornada sin margen de error, obligado a ganar a Suiza, para el que bastaba un empate. Lo logró con creces y con cierta superioridad.

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Esta vez no hubo reivindicaciones políticas aunque planeó en el ambiente. Marcó Xherdan Shakiri, igual que Granit Xhaka de origen albano-kosovar que en Rusia 2018 festejaron los tantos ante el cuadro balcánico con el gesto del águila, símbolo de la bandera de Albania.



Marcó el futbolista del Chicago Fire, para abrir el marcador, pero se llevó el dedo índice a la boca para mandar callar. No había tenido protagonismo en Qatar 2022 el centrocampista de 31 años que llegó a jugar en el Bayern Múnich, en el Inter y en el Liverpool además del Stoke City y el Lyon justo antes de emprender su aventura norteamericana.

Fue Shaqiri una de las caras nuevas del equipo de Murat Yakin junto a la del meta Gregor Kobel, que dejó en el banco al fijo Yann Sommer, aquejado de una pubalgia. También en la zaga Fabian Schar por Nico Elvedi.

Serbia puso todo sobre el césped para quebrar el maleficio de la primera fase, donde el conjunto balcánico se suele estancar desde que participa como país independiente. Nunca llegó a octavos en sus dos presencias anteriores. Por eso, Dragan Stojkovic recurrió a Dusan Vlahovic para formar ataque desde el principio con Aleksandar Mitrovic.

No hubo tregua en ningún momento. La clasificación estaba en juego. No era poca cosa para dos selecciones que pretenden agrandar su recorrido en este torneo. El juego fue a tumba abierta. Sin especular.

Se vio en la primera acción del partido cuando el equipo helvético dispuso de una doble ocasión de gol con un tiro a bocajarro de Breel Embolo y, después, tras el rechace del meta Vanja Milinkovic-Savic, de Granit Xhaka que también frustró el portero del Torino.

Respondió Andrija Zivkovic poco después con un tiro desde fuera del área que dio en el palo. Fueron dos avisos. Se abrió el marcador y los goles no cesaron. Primero, con el tanto de Shaqiri que abrió el marcador en una acción que inició Ricardo Rodriguez desde la izquierda y recogió Dbrjil Sow tras un mal rechace de la defensa. Vio a su capitán, escorado. Allí fue el balón. Tiró y alcanzó marcó porque un zaguero despistó a Milinkovic Savic.

Siete minutos tardó en empatar Serbia, con un cabezazo que llevó a la red Mitrovic en una asistencia de Dusan Tadic, y ocho más en remontar. Fue en una pérdida en la salida de pelota de Suiza que provocó una rápida transición balcánica. Tadic se inventó un buen pase interior que no pudo interceptar Silvan Widmer y Vlahovic, que necesita poco para marcar, no falló.

Serbia tenía el partido donde quería. Pero el equipo de Stojkovic ya mostró que el orden no va con él. Le sucedió frente a Camerún, cuando maltrató una ventaja de dos goles que perdió. Le pasó igual ante Suiza. Ni siquiera pudo llegar al descanso con su botín porque el remate de Breel Embolo, solo en boca de gol, a un centro desde la izquierda de Widmer, dejó a la vista todas las carencias defensivas serbias.

Ni siquiera tras el descanso hubo tregua. El vaivén de un área a otra prosiguió. Lo aprovechó Suiza en una gran acción, coral, de su ataque que terminó con un pase de espuela de Ruben Vargas hacia Remo Freuler, que batió por tercera vez a Vanja Milinkovic Savic.

Dragan Stojkovic retiró a Vlahovic y sacó a Luca Jovic. También a un desaparecido Sergej Milinkovic-Savic por Nemanja Maksinovic y a Milos Veljkovic por Nemanja Gudelj.



Trató Serbia de acaparar el balón y arrinconar a Suiza, que encontró el orden con la presencia de Denis Zakaria y Edimilson Fernandes. El tiempo jugó en contra del cuadro balcánico, que pudo encajar un golpe mayor en una ocasión de Embolo, solo a puerta vacía, que lanzó la pelota alto.

Suiza no vio peligro a su clasificación, aunque por la agónica y sorpresiva de Camerún ante Brasil se quedó a un gol de ser líder de zona y ‘evitar’ a Portugal en octavos de final. Serbia se enredaba en acciones precipitadas sin destino y acabó desquiciada, tensionada y, en definitiva, eliminada del Mundial de Qatar 2022.

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Qatar 2022: Japón sacudió a España y pasó a octavos como líder del grupo

Jordi Blanco (ESPN).- España jugará los octavos de final, tal como se esperaba, pero lo hará por la otra parte del cuadro que se suponía, en teoría más asequible y después de una noche de infarto, en la que durante cerca de cinco minutos, por imposible que pareciera, estuvo eliminada.

Perdió (2-1) contra Japón después de ir ganando al descanso y verse sorprendida en la segunda mitad por una selección japonesa que lo dio todo por lograr una remontada milagrosa que le dio el premio merecido. Gracias, al fin, a la victoria de Alemania sobre Costa Rica conquistó el pase a octavos el equipo español, en la peor noche del Mundial.

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Dominó con solvencia, tranquilidad y sin nervios la primera parte el equipo de Luis Enrique. Apenas se habían cumplido once minutos cuando un centro medido, estupendo, de Azpilicueta lo remató de cabeza a la red Morata, en su tercer gol del Mundial y que dando ventaja a España parecía encaminar el duelo a un monólogo que se mantuvo, de color rojo, durante más de media hora.



No quería, o no podía, presionar Japón la salida de balón de los españoles, que sin forzar la máquina tenían un control absoluto, con Gavi multiplicándose, Busquets (tras un error inicial) repartiendo con acierto y jugándose mayormente en terreno nipón sin más historias…

Casi queda fuera

Pero ni por asomo podía nadie imaginar lo que ocurriría tras el descanso. España salió con la misma tranquilidad que había acabado la primera mitad pero se encontró con un rival envalentonado, que se fue arriba y sabiéndose contra las cuerdas, al borde de la eliminación, buscó la portería de Unai… Y la encontró de manera tan inexplicable como sorprendente.

Una mala salida de balón de Unai, una pérdida de Balde y un obús desde el límite del área del recién ingresado Doan provocó el empate a los 48 minutos y apenas tres después un centro de Mitoma, pareciendo que el balón había salido fuera, lo remató Tanaka a boca de gol a la red.

Ni las protestas ni la incredulidad valieron para nada más que verse por debajo en el marcador, mirando como Alemania ganaba por la mínima a Costa Rica… Hasta que los ticos remontaron y durante cerca de cinco minutos tuvieron a España eliminada.



Con más corazón que cabeza, con los nervios a flor de piel, el equipo de Luis Enrique se fue arriba con desespero en busca de un empate que le ahorrase sufrimiento, pero ese sufrimiento se lo alivió la nueva remontada germana, que dejó en anécdota, con un susto enorme, el tropiezo.

Incapaz de empatar, España acabó pasando como segunda para cruzarse con Marruecos en octavos de final en un, teórico, camino más asequible… Pero las sensaciones, en la despedida de la liguilla, no pudieron ser peores.

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Qatar 2022: Alemania ganó, pero se quedó en la fase de grupos por segundo torneo seguido

EFE.- Por segundo Mundial consecutivo, Alemania no estará en los octavos de final al no haber obtenido la goleada que necesitaba frente a Costa Rica.

El partido, muy marcado por lo que sucedió a distancia en el duelo entre Japón y España, que condicionaba las opciones de ambos de seguir en la competición, fue un monólogo alemán en el primer tiempo, pero se desbocó en el segundo, cuando los ticos incluso llegaron a ponerse por delante, resultado que los colocaba entre los 16 mejores y dejaba fuera también a España.

Fueron apenas tres minutos de ilusión y desconcierto en los que las matemáticas importaron más que el futbol, que alimentaron la fe de Costa Rica y crearon el pánico en Alemania, un miedo que acabó por hacerse realidad con la derrota de España ante Japón.



Necesitaba Alemania emular a la Roja, que en su estreno goleó a Costa Rica (7-0) y doblegar así la diferencia de goles, que era el factor de desempate. Pero estuvo lejos del objetivo y quedó condenada por la victoria de Japón.

Nunca antes Alemania había encadenado dos fracasos de esta talla en Mundiales, un naufragio que nació en la derrota inicial contra Japón, que no supieron enderezar frente a España. Y ya fue tarde contra Costa Rica.

Los ticos exprimieron al máximo sus opciones, pero les faltó más calidad y capacidad de controlar a unos alemanes que en un último golpe de orgullo maquillaron un marcador que no les ayudaba.

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Saltó Alemania a finiquitar el duelo ante una mansa Costa Rica y el partido parecía que iba a ser un alud alemánm sobre la meta de Keylor Navas, que veía cómo su flanco derecho apenas podía contener las internadas de Jamal Musiala, Serge Gnabry y David Raum.

Keysher Fuller y Joel Campbell estaban desarbolados desde el minuto 2, cuando Keylor tuvo que sacar un balón de Musiala a tiro de esquina y cinco más tarde sirvió a Leon Goretzka quien disparó demasiado flojo.

Thomas Müller, que llegó al duelo sin haber conseguido un tiro a gol en todo el Mundial, tras los 10 goles que marcó en ediciones anteriores, también lo intentó a pase de Joshua Kimmich, pero el veterano atacante del Bayern Munich siguió sin puntería.

El 1-0 llegó a los 10 minutos en una buena acción de Raum que sirvió a la cabeza de Gnabry, quien no dio opciones al capitán tico.

El gol clasificaba a Alemania, que a esas horas no podía pensar que la noche daría tantas vueltas.

Apretaron los ticos

Costa Rica, durante buena parte del partido sumida en su área, se estiró en el tramo final del primer tiempo, con dos jugadas que pudieron significar el empate, una a la media hora en un buen centro de Bryan Oviedo que no acertó a rematar Joel Campbell y la otra en el 42 en el pie de Keysher Fuller, que obligó a Manuel Neuer a estirarse tras una cadena de errores de la defensa germana.

Era el segundo disparo a puerta de Costa Rica en todo el Mundial, pero la jugada dio a los ticos confianza en sus opciones.

Con Youstin Salas en el césped, Costa Rica avanzó líneas, dispuesta a complicar a la tetracampeona, que parecía atenazada por las incertidumbres sobre su futuro, que se jugaba tanto en el Al Bayt como en el Khalifa, escenario del Japón-España.

Y las noticias no eran alentadoras, porque Japón ponía a la Roja contra las cuerdas, lo que pareció crear desconcierto en Alemania.

Una situación que supo bien aprovechar Costa Rica en una contra de Campbell por la derecha que tras un primer despeje de Neuer cayó en las botas de Yeltsin Tejeda, que logró el empate.

En paralelo Japón se adelantaba y dejaba a ambos rivales fuera de los octavos de final, aunque las calculadoras echaban humo.



Hans-Dieter Flick sabía que estaba obligado a golear y sacó la artillería. Puso a Niclas Fuellkrug, autor del gol contra España y lanzó la ofensiva, que por dos veces se estrelló contra los palos de Keylor, Musiala en el 61 y uno más tarde Rudiger.

Pero de nuevo sorprendió Costa Rica con una trabada jugada que Juan Pablo Vargas en el 70 llevó a la red tras un error de Neuer, un gol que colocaba a Costa Rica en octavos.

La alegría duró solo tres minutos, el tiempo que tardó el recién ingresado Kai Havertz en controlar un buen balón en el área y fusilar a Navas.

El empate no valía a ninguno de los dos por el resultado del Khalifa y el partido entró en una fase de indeterminación. Alemania atacaba sin fe y Costa Rica veía infructuosos sus contragolpes.



Havertz lograba el doblete en el 84 y cinco más tarde Fullkrug conseguía su segundo tanto en este Mundial. No logrará más, porque Alemania tendrá que hacer las maletas.

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Qatar 2022: Argentina derrotó a Polonia y avanzó como líder de grupo

EFE.- Con un gol de Alexis Mac Allister en la primera acción de la segunda parte y otro de Julián Álvarez para sentenciar en el último tercio, Argentina encontró el desahogo y el camino hacia los octavos de final de Qatar 2002 como primera de grupo para emparejarse con Australia en el camino hacia el objetivo mundial.



En la noche reservada para la repercusión y el brillo de Leo Messi y de Robert Lewandowski fue el centrocampista del Brighton el tipo resolutivo que giró un partido trampa para el cuadro albiceleste que se estrelló en el primer tiempo con el portero polaco Wojciech Szczesny, quien evitó un castigo mayor y disimuló las carencias de su equipo. El portero de Napoli frenó a Argentina y a Messi al que, incluso, le atajó un penal a la media hora de partido.

Polonia sigue en el Mundial gracias a la diferencia de goles. Igualado a puntos con México, que ganó a Arabia Saudita, se salvó de la eliminación por los pelos.

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Si no es por Szczesny Polonia hubiera reservado el billete de retorno antes del descanso. El portero del Napoli fue el salvador de un equipo discreto que ha conseguido llegar con opciones y como líder del Grupo C a la última jornada por su disciplina defensiva y por el talento de sus dos únicos jugadores sobresalientes. El meta de Varsovia y Robert Lewandowski, que apenas intervino en el primer tramo.

Fue un islote el delantero de Barcelona, el único figurante en el ataque europeo. Muy lejos del resto del equipo, agazapado, a la espera del fallo de Argentina, cada vez más suelto, cada vez más ofensivo.

En diez minutos, Leo Messi buscó puerta dos veces. La segunda, escorado, fue la carta de presentación de Szczesny que tuvo que multiplicarse después. Parecía cuestión de tiempo que Argentina encontrara grietas a la zaga polaca y abriera el marcador.

Un disparo de Alexis Mac Allister que despejó el defensa antes de que llegara a puerta acabó en las botas de Marcos Acuña que ejecutó un buen tiro que rozó el palo. Ángel Di María buscó el gol olímpico pero no sorprendió al meta del Napoli, que evitó el tanto en otro, a quemarropa, de Julián Álvarez.

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Fue el delantero de Manchester City una de las caras nuevas del once de Lionel Scaloni que volvió a agitar al cuadro titular. Si frente a México introdujo cinco cambios, esta vez se quedó en cuatro. Enzo Fernández se ganó la titularidad. Jugó, con buen criterio, por delante de la defensa innovada esta vez con la presencia de Nahuel Molina en el lateral derecho y de Cristián ‘Cuti’ Romero en el centro como compañero del veterano Nicolás Otamendi.



Fue el penal la oportunidad de que Argentina encontrara cierto sosiego antes del intermedio. Szczesny salió a por el balón y golpeó en la cara de Leo Messi que remató de cabeza. El VAR advirtió al árbitro que revisó la acción y llevó el balón a los once metros. Ejecutó el capitán, el goleador argentino. A la izquierda de Szczesny que sacó una mano prodigiosa para evitar el gol.

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Lleva ya dos penales parados Szczesny, que salvó también a su equipo ante Arabia Saudita cuando adivinó el tiro de Salem Al Dawsary en la segunda jornada.

No encontraba una salida argentina hasta que apareció Mac Allister en la primera acción de la segunda parte. Precisamente cuando el técnico polaco buscaba más mordiente en su equipo con la salida al terreno de juego de Jakub Laminski y Michal Skoras.

A los recién entrados no les dio tiempo a poner en práctica las instrucciones de su entrenador Czeslaw Michniewicz porque una incursión por la banda derecha de Nahuel Molina terminó con un centro al área que llegó a Mac Allister. El centrocampista del Brighton disparó. Le pegó mal pero el balón salió envenenado, pegado al palo y fuera del alcance de Szczesny.

Polonia no reaccionó. Y jugaba con fuego. El partido era de Argentina que no frenó. Encontró el segundo en el último tercio del choque, en el minuto 68 cuando Enzo Fernández inventó un pase hacia Julián Álvarez, de espaldas. Se giró, se hizo espacio y su tiro fue imposible para el portero de Polonia. El delantero de Manchester City, de 22 años, se estrenó como goleador. No había escenario mejor.

Pudieron ser muchos más. Argentina estaba a gusto y los polacos desorientados. No tenía su día Messi que en cada intento chocaba con la inspiración de Szczesny.



Atrás dejó Argentina la pesadilla ante Arabia. De menos a más, sacó adelante los duelos con México y Polonia para escapar airoso de la fase inicial, alcanzar el objetivo de octavos y prolongar su objetivo

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Qatar 2022: México venció a Arabia Saudita, pero no le alcanzó para meterse en octavos

(EFE).- México creyó en la heróica, pero se atascó en su debe más grande durante este Mundial: el gol. Vivió 23 minutos quedándose fuera del Mundial de Qatar 2022 al haber recibido más cartulinas que Polonia, aunque acabó claudicando ante la falta de puntería y un gol de Arabia Saudita en el minuto 90+5 que echó por tierra todo el esfuerzo del Tri.

Ambas selecciones necesitaban la victoria, aunque solo pareció importarle realmente al conjunto mexicano, ya que los saudíes, que contaron con un multitudinario apoyo desde las gradas, donde se celebraba cada duelo ganado como un gol, apostaron por bajar el ritmo del encuentro tras cada choque o en cada saque de banda.

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Curioso porque a la vez en ataque intentaban hilvanar un juego de combinación que pareció por encima de sus posibilidades, perdiendo las contadas ocasiones en las que pudo hacer daño a Guillermo Ochoa. Una falta en la frontal del área y un remate de cabeza que se marchó fuera, ambas oportunidades firmadas por Kanno, sus únicas opciones de peligro.



Por el contrario, a Gerardo ‘Tata’ Martino le salió el plan que dibujaba en su cabeza en cuanto al juego, pero no se suman 384 minutos sin marcar en un Mundial por nada. Profundidad por bandas con dos laterales muy incisivos como Jesús Gallardo y Jorge Sánchez; un incisivo, e impreciso en los tres disparos del primer tiempo, Orbelín Pineda, siendo todo lo que el técnico le pedía a Héctor Herrera y que no fue durante Qatar 2022; y Alexis Vega e Hirving Lozano aportando dinamismo, pero siguió faltando lo mismo, y fundamental: el gol.

Unos primeros 45 minutos en los que, sin gran fútbol, sí hubo más ida y vuelta, pero sin nada que celebrar más allá del penalti que falló Leo Messi en el otro partido del grupo, que provocó la alegría de la hinchada saudí. Pero les duró poco.

Condenados por los goles 

Ambos encuentros estaban conectados. En el segundo minuto del Polonia-Argentina se adelantó la albiceleste, y México hizo lo propio, también en el minuto 47, gracias a un tanto de Henry Martin en un saque de esquina tras una prolongación de espuela de César Montes en el primer palo.

Un tanto que cambió por completo el panorama del partido. La Selección Mexicana volvió a ver puerta 442 minutos después y esto la llenó de confianza. Luis Chávez hizo el 0-2 en el minuto 52 con un gran disparo de falta directa. Y México, contra todo pronóstico, creyó ante una Arabia Saudita que, ahora sí, debía buscar goles y se descosió atrás.

En este punto, El Tri necesitaba un gol más para no depender de nadie y estar en octavos de final. ‘Chucky’ Lozano tuvo su momento de gloria en el minuto 56, pero su tanto fue anulado por un fuera de juego muy justo.

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Argentina, mientras, les echaba una mano poniendo el 0-2, pero a igualdad de puntos y goles marcados, la que pasaba a octavos de final era Polonia al haber visto tres cartulinas -7 a 5- menos que México. Clasificarte o no, en base a los criterios de deportividad. Estuvo cerca de pasar.

Eso sí, México hizo todo lo posible porque este no fuera el criterio, pero, otra vez, la falta de puntería les condenó. Un disparo lejano de Pineda, un remate dentro del área de Uriel Antuna en el minuto 77 que salvó Hassan Tambakti tirándose al suelo con su guardameta ya superado.

Tampoco tuvo suerte la Selección Mexicana ante una Arabia Saudita a la que el balón le duraba muy poco. Antuna y todo México celebraron el 3-0, pero fue anulado por fuera de juego. En la anarquía en la que se movieron los saudíes, echaron por tierra el sueño de México.

Con los del ‘Tata’ volcados, llegó una acción de fantasía de Arabia Saudita que acabó con todo. Pared de Bahbrei con Al Dawsari y este puso un 1-2 que no servía a ninguna para estar en octavos de final.

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Qatar 2022: Estados Unidos avanzó a octavos al vencer a Irán con tanto de Pulisic

EFE.- Estados Unidos sufrió ante la Irán del portugués Carlos Queiroz, pero un gol de Christian Pulisic, delantero del Chelsea londinense, le sirvió para lograr la victoria en el tercer y último partido del grupo B y, con ello, la clasificación para los octavos de final del Mundial de fútbol de Qatar 2022.

Con este triunfo, en un partido más intenso que vistoso, los norteamericanos se clasificaron como segundos -de un grupo en el que Inglaterra, que derrotó por tres a cero a Gales, pasó primera- y se enfrentarán, en la ronda de octavos, a Países Bajos.



El de este martes en el estadio Al Thumama de Doha era un partido siempre cargado de connotaciones extradeportivas y que ya remite al primer enfrentamiento mundialista entre ambas selecciones, en Francia’98, años después de que el asilo en suelo estadounidense del Sha Reza Pahlevi, monarca apoyado por Washington y derrocado por la revolución islámica, provocase numerosas crisis, entre ellas la de los rehenes retenidos (durante más de un año, entre 1979 y 1981) en la Embajada de EEUU en Teherán. En aquella ocasión, en Marsella, ganó Irán (2-1). Esta vez, Estados Unidos se tomó la revancha.

El portugués Carlos Queiroz llegó al Mundial envuelto a todo tipo de polémicas ajenas a su voluntad y relativas a las revueltas internas de Irán; que se incrementaron cuando, en el primer partido, antes de caer (2-6) ante Inglaterra, sus jugadores decidieron no cantar su himno nacional. Algo que sí hicieron antes de enfrentarse a Gales a vida o muerte, y derrotarla (2-0); y, de nuevo, este martes en el estadio Al Thumama.

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Al parecer, sus familias recibieron amenazas en caso de nuevos ‘malos comportamientos’ de los jugadores; por lo que si estas informaciones son ciertas, nada han de temer. Tras la victoria contra Gales se dio a conocer que el régimen iraní iba a soltar a 715 presos políticos; y, por si hubieran sido pocas, entre ese partido y el de este martes surgieron nuevas polémicas: la federación estadounidense se equivocó con la bandera con la que ilustraba la previa del partido, que no correspondía con la que se instauró tras la revolución islámica que catapultó al poder al Ayatollah Jomeini, a finales de los 70; y su seleccionador, Gregg Berhalter, tuvo que pedir disculpas por este incidente.

Aparte, el capitán estadounidense, Tyler Adams -centrocampista del Leeds United inglés-, recibió, en la incendiaria rueda de prensa previa, la reprimenda de un periodista iraní por haber pronunciado mal el nombre de su país, algo que el portador del brazalete del ‘Team USA’ agradeció con elegancia, opinando que siempre es bueno ir ampliando conocimientos acerca de otros países y otras culturas.

Así, se podrían seguir rellenando líneas y líneas. Pero lo que se disputaba este martes en Doha, al fin y al cabo, era un partido de fútbol. Y aunque a muchísima gente le encanten las controversias; hay que pensar que hay aún más a las que les enamora el deporte. Y el encuentro del AlThumama -donde España debutó con goleada a Costa Rica (7-0)- prometía emoción.

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Con gol de Pulisic, EE.UU. le ganó a Irán y avanzó a octavos de finalLa selección de las barras y las estrellas logra pasar de la fase de grupos por primera vez desde el 2014. Enfrentará a Países Bajos.

La anunciaba por el poder de la resiliencia y la valentía demostrada también sobre el terreno de juego por los virtuosos persas ante Gales. Y por lo que pudiera ofrecer Estados Unidos, que fue de más a menos contra la selección de Gareth Bale; y que en el segundo partido le sacó los colores a la subcampeona de Europa, provocando que en algunos sectores se cuestionara a otro Gareth, Southgate, el seleccionador que ha vuelto a centrar en el mapamundi del fútbol al equipo de los ‘Tres Leones’.

Al final, no fue para tanto, salvo en la recta final del partido. Queiroz volvió a dar entrada al portero Alireza Beiranvand, lesionado en el partido contra Inglaterra y que no participó del asalto a Galés. En su once titular, el extécnico madridista colocó de nuevo a una de sus estrellas, Sardar Azmoun, del Bayer Leverkusen alemán, al que había convocado tras resistir a las presiones del régimen de Teherán, que solicitaba el veto del mismo tras haberse manifestado públicamente en contra del asesinato, hace dos meses, de Mahsa Amini, por no llevar correctamente colocado el velo. Azmoun formó de nuevo en punta con Mehdi Taremi, del Porto.

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Berhalter confió de nuevo en el valencianista Musah, el primero en intentarlo, en el octavo minuto, mediante un disparo lejano que se fue alto y otorgó la batuta a un imperial Weston McKennie, centrocampista de la Juventus.

Rezaeian -autor del segundo gol contra Gales- y Azmoun no se entendieron bien en un peligroso contraataque, minutos después; y los norteamericanos fueron extendiendo poco a poco su dominio. Tim Weah, hijo de George Weah, presidente de Liberia y Balón de Oro en 1985, advirtió en el 21 y los yanquis siguieron cocinando a fuego lento el primer tanto.

Éste llegó en el 38, cuando un sensacional cambio de banda de McKennie se convirtió en asistencia de cabeza desde la derecha del ex barcelonista Serginho Dest para que Christian Pulisic -al que Berhalter relevó de la capitanía, pero que sigue conservando el estatus del ’10’- introdujese el balón en la portería iraní.

Dominio americano

McKennie, en el descuento, le sirvió un perfecto balón al hueco a Weah, que tocó a la perfección y, tras dar en el poste, la pelota entró en la meta de Beiranvand; aunque Mateu, que poco antes había amonestado a Adams, anuló el gol, ya que el hijo del mito africano estaba en posición antirreglamentaria.



Sargent puso a prueba a Beiranvand nada más arrancar la segunda parte, pero los iraníes comenzaron a abrirse; y con ello se abrió, lógicamente, el partido. Rezaeian, desde la derecha y en el 52, le puso un centro que remató casi en plancha Ghoddos, que había entrado tras el descanso por Azmoun.

Taremi efectuó otra peligrosa internada por la izquierda siete minutos más tarde; levantando el ánimo de los numerosos aficionados iráníes, que prácticamente llenaban el fondo en el que atacaba en el segundo acto su selección y comenzaron a hacerse oír muy por encima del resto en el Al Thumama.

Ghoddos, que proporcionó más ritmo a Irán, especialmente por banda izquierda, estuvo a punto de empatar, al rematar un centro de Gholizadeh; pero poco después, con un partido no brillante, pero sí de ida y vuelta, Musah dispuso de otra ocasión, pero su falta directa salió alta.

Inglaterra dominaba claramente a Gales en el otro partido (3-0), por lo que se iban despejando las cosas: si se mantenía el resultado, Estados Unidos pasaba, pero si Irán empataba, se iban para casa y estarían en octavos los persas.



Berhalter reforzó la defensa dando entrada a Zimmerman y Moore, por Dest y un delantero, Sargent. Karimi la tuvo en el 81.; y Los estadounidenses sufrieron en los nueve minutos de la prolongación, más aún con el remate en plancha de Pouraliganji que salió rozando el poste de la meta de Turner.

Y en el último suspiro, para retomar la polémica, inseparable de la selección de Irán, hubo una jugada en la que los persas reclamaron penalti sobre Taremi que ni Mateu ni el VAR consideraron punible. Los valientes iraníes se marchan para casa; pero lo hacen con la cabeza bien alta.

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Qatar 2022: Marcus Rashford selló el pase de Inglaterra a octavos con dos goles

EFE.- Llevaba partido y medio Inglaterra sin echarse nada a la boca. Ni un simple gol. Estaba sumida en el sopor hasta que apareció Marcus Rashford, el hombre que alimentó a los niños de Inglaterra, para anotar un doblete, incluido un golazo de falta, y comandar el triunfo que mete a los ingleses en octavos como primeros de grupo (0-3).

El futbolista inglés, criticado por ciertos sectores de la sociedad inglesa por inmiscuirse en política y luchar por los niños desfavorecidos, acalló a la masa con una actuación sobresaliente y uno de sus mejores partidos desde que viste la camiseta de los ‘Tres Leones’. «Yo estoy listo», dijo en la previa, cuestionado por el cansancio y la apatía de Harry Kane contra Estados Unidos.



Y apareció. Lo hizo tras otros soporíferos 45 minutos de los de Gareth Southgate. Otro mar de aburrimiento en el que solo se atisbó un mano a mano errado por el propio Rashford. Fue un paradón de Ward, pero también una jugada que podía haber marcado la apuesta de Southgate por jugar de inicio con Rashford, en lugar de Bukayo Saka y Raheem Sterling, los hombres de los dos primeros duelos.

Ese error, más preocupante según pasaban los minutos e Inglaterra no encontraba el camino ante una cerrada Gales, no desanimó a un Rashford acostumbrado a luchar contra las adversidades. Contra adversidades mayores que un partido de fútbol.

Él creció en las afueras de Mánchester, en una familia humilde, sostenido por su madre; y por eso, cuando vio que el Gobierno británico cortaba las ayudas a los niños desfavorecidos durante la pandemia, puso el grito en el cielo y convenció a políticos para que dieran marcha atrás. Esto le ganó la amistad de muchos y el odio de unos pocos, que pensaban que su mal rendimiento en el campo y el fracaso del Manchester United estaban ligados a su buen corazón.

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Este martes, enfrente de seguramente varios de esos que le señalaron, Rashford cogió la pelota con personalidad a los 50 minutos. Era una falta a 25 metros de la portería, perfecta para Kieran Trippier, que no estaba en el campo como en aquella semifinal contra Croacia en Rusia. Empeine, disparo seco. Buscaba la escuadra y la encontró. Golazo de Rashford, golazo para toda Inglaterra.

El tanto anulaba a Gales, que necesitaba remontar, pero los de Robert Page, con un Gareth Bale que dio la espantada al descanso, seguramente lesionado, no tuvieron tiempo ni para digerir el 0-1.

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Rashford, otra vez, robó la pelota en banda, el esférico le cayó a Kane, que volvió a ejercer de catalizador. Echó una carrera, puso un pase fuerte al segundo palo y Foden apareció para acomodar el cuero en la jaula.



Al futbolista del United aún le quedaba un plato por servir. Esta vez tirando de individualismo, de regate y desborde. Caracoleó dentro del área, tiró raso y la pelota pasó entre las piernas de Ward.

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Noche magnífica para Rashford, que cuando se fue se llevó el abrazo de Southgate. Hoy sí le salió bien la apuesta al técnico inglés. Hoy sí Rashford le cayó bien a toda Inglaterra. Hoy no se llevará críticas.

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Qatar 2022: Un doblete de Bruno Fernandes instaló a Portugal en los octavos de final

(EFE).- Uruguay se jugará todo en la última fecha en el Mundial 2022, ni siquiera le vale el empate en la última jornada contra Ghana, nada más una victoria difícil hoy por hoy para la selección celeste, víctima de sus propios miedos durante una hora de partido, doblegado por dos goles de Bruno Fernandes, Diogo Costa y su ineficacia cuando perdió sus complejos (1-0), demasiado tarde para impedir la clasificación de Portugal.

Dos Uruguay para una derrota. Una, hasta el gol en contra, tan insustancial, tan conformista, tan falta de ambición, tan imprecisa, que siempre jugó al filo de la caída, de cualquier detalle.

Otra, desde el 1-0 en adelante, que se acercó a todo lo que debe ser, con presión, con atrevimiento, con intensidad y con una ofensiva que no alcanzó el éxito, pero que pone en evidencia y cuestiona las razones de la puesta en escena de Diego Alonso.

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No fue una casualidad el empate a cero contra Corea del Sur. Ni lo es su comprometida posición en el grupo. No está aún -y ya no queda margen- a la altura Uruguay de lo que pretende.



Entre tanta expectativa, entre tanta convicción en sus palabras, entre tanta atracción en algunos de sus futbolistas, en una hora fue un equipo sin identidad, con un plan conservador e ineficaz, que transmite expresivamente el temor al fracaso en el Mundial Qatar 2022. No aparecía Valverde. Ni Cavani. Ni Darwin Núñez. Faltaba juego. Y carácter.

Ni la agitación del sistema, de dos a tres centrales, de laterales a carrileros; ni la apariencia de la presión en campo contrario, más visual que práctica; ni la irrupción de Cavani, quizá por aquello de que fue él quien marcó los dos goles que eliminaron a Portugal en el último recuerdo mundialista en Rusia 2018; ni el arrebato de orgullo de Bentancur, el único este lunes por encima de la media; ni alguna carrera de Darwin Núñez, tan inexpresivo como el resto. Nada remediaba la intrascendencia. Un problema de Uruguay.

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Necesitaba más el grupo de Diego Alonso, contenido por su propia prudencia, resistente por la contundencia de sus centrales, con la que soportó los ratos en los que le dio toda la iniciativa a Portugal, y sólo aligerado del peso de la presión, de la responsabilidad táctica, cuando surge una individualidad que tira hacia adelante sin atender a otros rigores, como ocurrió cuando Bentancur dejó por el camino a tres rivales, pero Diogo Costa le tapó el mano a mano.

Lo mejor en el primer tiempo (lo único, también) del ataque de Uruguay, tan poco con tanto en juego, encomendado a un contragolpe, a una inspiración, a un giro de guión inesperado, a una segunda jugada que promovió unas cuantas veces, en cuanto sintió el apuro de la presión sobre su área del rival, con unos pelotazos de lado a lado del campo que siempre ganaron Ruben Dias o Pepe, el reemplazo del lesionado Danilo Pereira en el once.

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A las bajas del central del París Saint Germain, un titular indiscutible en el esquema de Fernando Santos, y Otavio, ausente este lunes por una dolencia muscular, Portugal sumó otra más. Ya la tuvo en la primera jornada y recayó en la segunda: Nuno Mendes, el lateral del PSG, cuya reaparición en el once, descartada en la víspera por el técnico, duró 42 minutos, cuando se resintió, se tiró al suelo, se levantó y tomó el camino del vestuario, quizá hasta el de la despedida de Qatar 2022, dependiendo de lo que dicten las pruebas.

Portugal, mucho mejor

No daba entonces más de dos pases seguidos Uruguay de medio campo hacia adelante. Sí lo hizo Portugal, al que tanto le dio doblar y hasta triplicar la posesión de su rival a lo largo de varios tramos del partido, porque, entre tanto control, entre tanto pase, le faltó desborde ante la defensa contraria, hasta el segundo tiempo, hasta que Joao Félix remató al lateral de la red y hasta que Bruno Fernandes y Cristiano Ronaldo lo pusieron todo patas arriba.

A Bruno, con demasiado espacio para perfilarse y proponer el centro desde una esquina del área, con Godín a la expectativa, le corresponde un porcentaje altísimo del gol, porque su centro fue al sitio concreto, entre el descuido de Varela para validar la posición de Cristiano Ronaldo y el fuera de juego que reclamó el resto de la defensa celeste, pero también al mejor goleador de la historia de Portugal, que, como poco, despistó (pareció que la peinó en un primer momento) a Rochet. La FIFA le otorgó a Bruno el 1-0, en el minuto 55.

A nadie le extrañó el gol. No por una cuestión de ocasiones, ni siquiera por un dominio abrumador de Portugal, que nunca fue tal, sino porque Uruguay apareció como un oponente menor hasta entonces, incomprensible cuando la clasificación para las octavos está tan en juego, inapropiado con toda la capacidad que tiene, como demostró en cuanto percibió con absoluta nitidez que la única manera de sobrevivir es lanzándose al ataque.

Entonces sí, Uruguay se elevó a una altura más reconocible, recompuso su ambición (inexistente ante Corea del Sur, inexpresiva durante una hora contra Portugal), alteró el discutible plan que Diego Alonso diseñó para ganar el encuentro y se liberó de toda la opresión táctica por la que circuló desde el principio, tan preparado para el error ajeno, tan obsesionado con el error propio, que el ataque, tan crucial, pasó a un lugar secundario.



Cuando fue una prioridad, cuando de verdad fue a por lo que había venido, era ya demasiado tarde. Ni con Cavani ni con Darwin Núñez. Ni después con Luis Suárez, a punto del 1-1, ni Maxi Gómez, con un derechazo al palo. Ni tampoco con De Arrascaeta, frustrado por Diogo Costa, los ejemplos irrebatibles de que si hubiera querido ganar antes todo habría sido posible para Uruguay, que bordea el fiasco en Qatar 2022.

Si no vence a Ghana en la última jornada, se despedirá. Bruno sentenció de penal. Él mismo provocó una polémica y discutible mano de Giménez, y él la sentenció.

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Qatar 2022: Un derechazo de Casemiro metió a Brasil en octavos de final

(EFE) – No tuvo a Luka Modric ni a Toni Kroos a su lado, pero Casemiro, o ‘Casemito’, como siempre que le necesitan, salió al rescate de su equipo para conectar un disparo con el empeine, a bote pronto, y mandar a Brasil a los octavos de final del Mundial (1-0).

El centrocampista del Mancheter United, que bromeaba en la previa con qué compañeros se encuentra más cómodo en el medio. «Luka Modric y Toni Kroos», desactivó el sopor de su equipo, que sigue con problemas de creación de juego y de conexión con el ataque, y finiquitó el pase de los brasileños a octavos.

Segunda selección con el billete ya comprado, junto a Francia, pero con más dudas en el juego que los galos.



No es ningún misterio. A Brasil le está costando abrir los partidos. La selección de Tite toca y toca, pero sufre un mundo para descolocar defensas tan bien trabajadas como la Serbia y la Suiza.

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Los de Murat Yakin, además, no renunciaron a la pelota con el desprecio con el que lo hicieron los balcánicos. Intentaron disputar la posesión a Brasil y controlaron el partido durante bastantes minutos, cerrando espacios a Brasil y haciendo buena esa máxima: «si tú tienes el balón, tu rival no lo tiene». Johann Cruyff era un genio.

La presión alta de los suizos, unido a un centro del campo poco creativo, que echa de menos la creatividad del ’10’, obligó a volcar el juego brasileño a la banda. Mientras Neymar tenía que ver el partido desde el hotel, con el dolorido tobillo en alto, Raphinha asumía el papel protagonista.

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De sus botas nació la poca magia de la que disfrutó el primer tiempo. Un centro precioso para que Vinícius, con la espinilla, fallase un gol clamoroso, un desborde desde la banda que terminó en disparo a las manos de Sommer y varios pases verticales erráticos.

No brilló el del Barcelona por su precisión, pero sí por su carácter para coger las riendas de un equipo falto de líder en ataque.

En este contexto de sopor, en el que solo Raphinha y muy poco de Vinícius brillaba, Suiza aprovechó la descompostura para mandar avisos.

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Primero en un balón muerto en un córner en el que Rubén Vargas se escabulló de Thiago Silva, antes de que Alisson le arrebatara la pelota, y más tarde cuando un pase de 30 metros encontró a Widmer dentro del área. El lateral suizo se acomodó la pelota y buscó un pase de la muerte que desactivó Militao.

Sentenció la canarinha 

A Brasil le entraron las prisas y Tite metió a Rodrygo en lugar de Paquetá, su plan más ofensivo. El empate no era malo, pero este partido era para ganarlo y creyó encontrar el antídoto en una enrevesada jugada que comenzó a trompicones en el centro del campo y que terminó con una triangulación entre Rodrygo, Casemiro y Vinícius, que sorteó a un defensa y tras un amago definió ante Sommer.

La alegría fue efímera; el VAR vio el fuera de juego de Richarlison en la construcción de la jugada. Vuelta a empezar.



Brasil no era capaz de conectar con su gente de arriba y la única opción era confiar todo a la arrancada de Vinícius o a una jugada aislada. Una vez más, como ante Serbia, Brasil confió en que alguien agitara la lámpara mágica, y esta vez no fue Richarlison, fue Casemiro.

Combinó con Rodrygo en la frontal y sacó un disparo seco, botando y que, tras tocar ligeramente en un defensor suizo, se alejó hasta meterse junto al palo. De primeras, un golazo; de segundas, también, pero con un pelín de suerte.

No le hizo falta más a Brasil, que aseguró su segunda victoria del torneo y ya está en octavos de final. Virtualmente es también primera, solo un descalabro ante Corea del Sur se lo impedirá.

Foto: FIFA

Qatar 2022: Ghana venció a Corea del Sur y se acerca a los octavos

EFE.- Mohammed Kudus, mediocampista de Ajax, aplacó la rebelión de Corea del Sur rubricada por un doblete de Cho Gue-Sung con el que neutralizó en un suspiro el 0-2 con el que Ghana llegó al descanso, y firmó el tanto del triunfo (2-3) que permite al conjunto africano apuntarse a la lucha por alcanzar los octavos de final del Mundial de Qatar.

Fue un partido emocionante, vibrante, bello, por momentos loco. Estuvo marcado de entrada por la eficacia en ataque del equipo de Otto Addo, que se puso en ventaja en sus dos primeros y únicos remates al arco en el periodo inicial, y tras el intermedio por la reacción de los surcoreanos, con un doblete en tres minutos del atacante del Jeonbuk Hyundai. Pero Kudus frenó la remontada al remachar un centro desde la izquierda y tras un remate fallido de Iñaki Williams.

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El triunfo da alas a las ‘estrellas negras’, que supieron sufrir a partir de ese momento el acoso insistente del enmascarado Son Heung-Min y sus compañeros, inasequibles al desaliento, luchadores sin descanso, como su apodo indica, Guerreros de Taeguk.


El conjunto de Otto Addo, que planteó numerosos problemas a Portugal en su primer partido, demostró que no va de farol. El fútbol africano ha resucitado tras una primera jornada más que gris y lanza un aviso a Uruguay, con la que se jugará el pase el viernes.

Su pegada en la primera mitad fue absoluta. Dos goles en dos remates. Había sido inferior. Corea del Sur, que tan buenas vibraciones había dejado en el empate ante la Celeste, con Son Heung-Min como amenaza constante, había tenido una mejor puesta en escena.

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Su presión para el robo del balón y su dinamismo le metió en el área del cuadro africano. Sacó un córner tras otro Corea del Sur, pero no llegó ni siquiera a generar ocasión clara alguna. Ghana amainó el fogoso inicio surcoreano, comenzó a respirar y dio dos zarpazos certeros con los que parecía sentenciar antes del intermedio el partido.

Pese a que Iñaki Williams volvió a ser un islote en punta, sin apenas tener opciones de nada, una acción a pelota parada acabó con un barullo en el área que remachó Mohammed Salisu. Diez minutos después, en el 34, un centro de Jordan Ayew lo remató de cabeza con gran precisión Mohammed Kudus.

Fortaleza africana

Enorme premio para Ghana y duro castigo para el conjunto del portugués Paulo Bento, hasta entonces mejor y desde ahí a contracorriente para evitar que se prolongara el maleficio que le atrapa en los segundos partidos de las fases finales mundialistas. Nunca lo ha ganado, y ya van once ediciones.

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Aún así, quiso rebelarse a sus penurias y, nada más saltar al campo el mallorquinsta Lee Kang-In, dos cabezazos de Cho Gue-Sung en el espacio de tres minutos neutralizaron el marcador en un suspiro con media hora por delante. El delantero del Jeobunk Hyundai emergió como un Guerrero Taeguk entre la defensa ghanesa, en ambos casos a centro del Kim Jin-Su, para devolver las tablas al marcador del estadio Ciudad de la Educación.


Pero en esa locura en la que se había metido el partido, Ghana se levantó de la lona a la que había caído, y devolvió el golpe también casi de inmediato. Un centro desde la izquierda no acertó a rematarlo Iñaki Williams pero el balón llegó a Kudus, que revolvió con un disparo raso.

Fue la sentencia a un partido que ya no paró hasta el final. Los hombres de Paulo Bento lo intentaron sin desmayo, por un lado y por otro, por cielo y tierra, ante el meta Lawrence Ati Zigi. Ghana trató de dar la puntilla a la contra, sufrió lo indecible, pero le bastó el tanto de Kudus para posicionarse a las puertas de los octavos con el choque ante Uruguay en el horizonte.

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