Qatar 2022: Estados Unidos avanzó a octavos al vencer a Irán con tanto de Pulisic

EFE.- Estados Unidos sufrió ante la Irán del portugués Carlos Queiroz, pero un gol de Christian Pulisic, delantero del Chelsea londinense, le sirvió para lograr la victoria en el tercer y último partido del grupo B y, con ello, la clasificación para los octavos de final del Mundial de fútbol de Qatar 2022.

Con este triunfo, en un partido más intenso que vistoso, los norteamericanos se clasificaron como segundos -de un grupo en el que Inglaterra, que derrotó por tres a cero a Gales, pasó primera- y se enfrentarán, en la ronda de octavos, a Países Bajos.



El de este martes en el estadio Al Thumama de Doha era un partido siempre cargado de connotaciones extradeportivas y que ya remite al primer enfrentamiento mundialista entre ambas selecciones, en Francia’98, años después de que el asilo en suelo estadounidense del Sha Reza Pahlevi, monarca apoyado por Washington y derrocado por la revolución islámica, provocase numerosas crisis, entre ellas la de los rehenes retenidos (durante más de un año, entre 1979 y 1981) en la Embajada de EEUU en Teherán. En aquella ocasión, en Marsella, ganó Irán (2-1). Esta vez, Estados Unidos se tomó la revancha.

El portugués Carlos Queiroz llegó al Mundial envuelto a todo tipo de polémicas ajenas a su voluntad y relativas a las revueltas internas de Irán; que se incrementaron cuando, en el primer partido, antes de caer (2-6) ante Inglaterra, sus jugadores decidieron no cantar su himno nacional. Algo que sí hicieron antes de enfrentarse a Gales a vida o muerte, y derrotarla (2-0); y, de nuevo, este martes en el estadio Al Thumama.

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Al parecer, sus familias recibieron amenazas en caso de nuevos ‘malos comportamientos’ de los jugadores; por lo que si estas informaciones son ciertas, nada han de temer. Tras la victoria contra Gales se dio a conocer que el régimen iraní iba a soltar a 715 presos políticos; y, por si hubieran sido pocas, entre ese partido y el de este martes surgieron nuevas polémicas: la federación estadounidense se equivocó con la bandera con la que ilustraba la previa del partido, que no correspondía con la que se instauró tras la revolución islámica que catapultó al poder al Ayatollah Jomeini, a finales de los 70; y su seleccionador, Gregg Berhalter, tuvo que pedir disculpas por este incidente.

Aparte, el capitán estadounidense, Tyler Adams -centrocampista del Leeds United inglés-, recibió, en la incendiaria rueda de prensa previa, la reprimenda de un periodista iraní por haber pronunciado mal el nombre de su país, algo que el portador del brazalete del ‘Team USA’ agradeció con elegancia, opinando que siempre es bueno ir ampliando conocimientos acerca de otros países y otras culturas.

Así, se podrían seguir rellenando líneas y líneas. Pero lo que se disputaba este martes en Doha, al fin y al cabo, era un partido de fútbol. Y aunque a muchísima gente le encanten las controversias; hay que pensar que hay aún más a las que les enamora el deporte. Y el encuentro del AlThumama -donde España debutó con goleada a Costa Rica (7-0)- prometía emoción.

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Con gol de Pulisic, EE.UU. le ganó a Irán y avanzó a octavos de finalLa selección de las barras y las estrellas logra pasar de la fase de grupos por primera vez desde el 2014. Enfrentará a Países Bajos.

La anunciaba por el poder de la resiliencia y la valentía demostrada también sobre el terreno de juego por los virtuosos persas ante Gales. Y por lo que pudiera ofrecer Estados Unidos, que fue de más a menos contra la selección de Gareth Bale; y que en el segundo partido le sacó los colores a la subcampeona de Europa, provocando que en algunos sectores se cuestionara a otro Gareth, Southgate, el seleccionador que ha vuelto a centrar en el mapamundi del fútbol al equipo de los ‘Tres Leones’.

Al final, no fue para tanto, salvo en la recta final del partido. Queiroz volvió a dar entrada al portero Alireza Beiranvand, lesionado en el partido contra Inglaterra y que no participó del asalto a Galés. En su once titular, el extécnico madridista colocó de nuevo a una de sus estrellas, Sardar Azmoun, del Bayer Leverkusen alemán, al que había convocado tras resistir a las presiones del régimen de Teherán, que solicitaba el veto del mismo tras haberse manifestado públicamente en contra del asesinato, hace dos meses, de Mahsa Amini, por no llevar correctamente colocado el velo. Azmoun formó de nuevo en punta con Mehdi Taremi, del Porto.

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Berhalter confió de nuevo en el valencianista Musah, el primero en intentarlo, en el octavo minuto, mediante un disparo lejano que se fue alto y otorgó la batuta a un imperial Weston McKennie, centrocampista de la Juventus.

Rezaeian -autor del segundo gol contra Gales- y Azmoun no se entendieron bien en un peligroso contraataque, minutos después; y los norteamericanos fueron extendiendo poco a poco su dominio. Tim Weah, hijo de George Weah, presidente de Liberia y Balón de Oro en 1985, advirtió en el 21 y los yanquis siguieron cocinando a fuego lento el primer tanto.

Éste llegó en el 38, cuando un sensacional cambio de banda de McKennie se convirtió en asistencia de cabeza desde la derecha del ex barcelonista Serginho Dest para que Christian Pulisic -al que Berhalter relevó de la capitanía, pero que sigue conservando el estatus del ’10’- introdujese el balón en la portería iraní.

Dominio americano

McKennie, en el descuento, le sirvió un perfecto balón al hueco a Weah, que tocó a la perfección y, tras dar en el poste, la pelota entró en la meta de Beiranvand; aunque Mateu, que poco antes había amonestado a Adams, anuló el gol, ya que el hijo del mito africano estaba en posición antirreglamentaria.



Sargent puso a prueba a Beiranvand nada más arrancar la segunda parte, pero los iraníes comenzaron a abrirse; y con ello se abrió, lógicamente, el partido. Rezaeian, desde la derecha y en el 52, le puso un centro que remató casi en plancha Ghoddos, que había entrado tras el descanso por Azmoun.

Taremi efectuó otra peligrosa internada por la izquierda siete minutos más tarde; levantando el ánimo de los numerosos aficionados iráníes, que prácticamente llenaban el fondo en el que atacaba en el segundo acto su selección y comenzaron a hacerse oír muy por encima del resto en el Al Thumama.

Ghoddos, que proporcionó más ritmo a Irán, especialmente por banda izquierda, estuvo a punto de empatar, al rematar un centro de Gholizadeh; pero poco después, con un partido no brillante, pero sí de ida y vuelta, Musah dispuso de otra ocasión, pero su falta directa salió alta.

Inglaterra dominaba claramente a Gales en el otro partido (3-0), por lo que se iban despejando las cosas: si se mantenía el resultado, Estados Unidos pasaba, pero si Irán empataba, se iban para casa y estarían en octavos los persas.



Berhalter reforzó la defensa dando entrada a Zimmerman y Moore, por Dest y un delantero, Sargent. Karimi la tuvo en el 81.; y Los estadounidenses sufrieron en los nueve minutos de la prolongación, más aún con el remate en plancha de Pouraliganji que salió rozando el poste de la meta de Turner.

Y en el último suspiro, para retomar la polémica, inseparable de la selección de Irán, hubo una jugada en la que los persas reclamaron penalti sobre Taremi que ni Mateu ni el VAR consideraron punible. Los valientes iraníes se marchan para casa; pero lo hacen con la cabeza bien alta.

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Qatar 2022: Marcus Rashford selló el pase de Inglaterra a octavos con dos goles

EFE.- Llevaba partido y medio Inglaterra sin echarse nada a la boca. Ni un simple gol. Estaba sumida en el sopor hasta que apareció Marcus Rashford, el hombre que alimentó a los niños de Inglaterra, para anotar un doblete, incluido un golazo de falta, y comandar el triunfo que mete a los ingleses en octavos como primeros de grupo (0-3).

El futbolista inglés, criticado por ciertos sectores de la sociedad inglesa por inmiscuirse en política y luchar por los niños desfavorecidos, acalló a la masa con una actuación sobresaliente y uno de sus mejores partidos desde que viste la camiseta de los ‘Tres Leones’. «Yo estoy listo», dijo en la previa, cuestionado por el cansancio y la apatía de Harry Kane contra Estados Unidos.



Y apareció. Lo hizo tras otros soporíferos 45 minutos de los de Gareth Southgate. Otro mar de aburrimiento en el que solo se atisbó un mano a mano errado por el propio Rashford. Fue un paradón de Ward, pero también una jugada que podía haber marcado la apuesta de Southgate por jugar de inicio con Rashford, en lugar de Bukayo Saka y Raheem Sterling, los hombres de los dos primeros duelos.

Ese error, más preocupante según pasaban los minutos e Inglaterra no encontraba el camino ante una cerrada Gales, no desanimó a un Rashford acostumbrado a luchar contra las adversidades. Contra adversidades mayores que un partido de fútbol.

Él creció en las afueras de Mánchester, en una familia humilde, sostenido por su madre; y por eso, cuando vio que el Gobierno británico cortaba las ayudas a los niños desfavorecidos durante la pandemia, puso el grito en el cielo y convenció a políticos para que dieran marcha atrás. Esto le ganó la amistad de muchos y el odio de unos pocos, que pensaban que su mal rendimiento en el campo y el fracaso del Manchester United estaban ligados a su buen corazón.

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Este martes, enfrente de seguramente varios de esos que le señalaron, Rashford cogió la pelota con personalidad a los 50 minutos. Era una falta a 25 metros de la portería, perfecta para Kieran Trippier, que no estaba en el campo como en aquella semifinal contra Croacia en Rusia. Empeine, disparo seco. Buscaba la escuadra y la encontró. Golazo de Rashford, golazo para toda Inglaterra.

El tanto anulaba a Gales, que necesitaba remontar, pero los de Robert Page, con un Gareth Bale que dio la espantada al descanso, seguramente lesionado, no tuvieron tiempo ni para digerir el 0-1.

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Rashford, otra vez, robó la pelota en banda, el esférico le cayó a Kane, que volvió a ejercer de catalizador. Echó una carrera, puso un pase fuerte al segundo palo y Foden apareció para acomodar el cuero en la jaula.



Al futbolista del United aún le quedaba un plato por servir. Esta vez tirando de individualismo, de regate y desborde. Caracoleó dentro del área, tiró raso y la pelota pasó entre las piernas de Ward.

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Noche magnífica para Rashford, que cuando se fue se llevó el abrazo de Southgate. Hoy sí le salió bien la apuesta al técnico inglés. Hoy sí Rashford le cayó bien a toda Inglaterra. Hoy no se llevará críticas.

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Qatar 2022: Países Bajos supera al local y se lleva el grupo

Países Bajos se suma al tres de octavos de final / Foto: FIFA

Santiago Aparicio, Al Khor (EFE).- Agarrado a la ley del mínimo esfuerzo, al ‘tran tran’ y sin grandes aspavientos sacó adelante Países Bajos el compromiso ante Catar para sellar su clasificación como primera de su grupo y despedir a su rival con los peores registros históricos para un anfitrión: todo derrotas.

La cita sirvió para pocas cosas. Únicamente para apuntalar el calendario, mejorar las cifras goleadoras de Cody Gakpo y lograr el triunfo necesario, modo trámite, para alcanzar los octavos de final como campeón de grupo. Espera ahora rival la oranje para las eliminatorias. El segundo del Grupo B, una cuestión en manos de Estados Unidos, Irán o Gales porque solo un imprevisto puede apartar a Inglaterra del primer lugar de ese grupo.



La fragilidad del adversario invitó a cierto relax al equipo de Louis Van Gaal que contó de titular con Memphis Depay. Hacía algo más de dos meses que el atacante del Barcelona no jugaba de inicio un partido. Disfrutó de apariciones en los otros dos encuentros, frente a Senegal y Ecuador y reclamaba más peso en el once.

Datos del partido: Países Bajos vs Qatar

Necesita reivindicar su protagonismo el futbolista azulgrana relegado desde el inicio de temporada a un papel secundario por el desembarco de refuerzos en el plantel de Xavi Hernández y desplazado al ostracismo por culpa de la lesión en el bíceps femoral de la pierna izquierda que le ha dejado sin minutos.

Estuvo activo desde que comenzó el choque aunque decayó en su ímpetu igual que el de todo su equipo. Tuvo una buena ocasión al cuarto de hora que se marchó por poco, cuando Países Bajos tenía arrinconado a Catar.

Tenía prisa el equipo neerlandés de ventilar la situación como antes y pensar en otras cosas, en empresas mayores. Se puso con ventaja poco antes de la media hora en una buena combinación que ofensiva que terminó con un pase de Davy Klaasen a Cody Gakpo que culminó bien.



El delantero del PSV, gran sensación al inicio de temporada por su puntería, despunta en Catar. Es de lo más solvente del cuadro de Van Gaal. Pudo engordar sus números a lo grande. Con el tanto que abrió el marcador igualó al ecuatoriano Enner Valencia y al francés Kylian Mbappe, líderes de los goleadores con tres dianas cada uno.

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Pero después decayó. Con el asunto encarrilado sesteó. Catar se animó y a base de entusiasmo se aproximó al área de Andries Noppert pero nunca dio sensación de ser capaz de marcar a pesar del ánimo que enviaba una grada a medio llenar.

Sobresalió su portero, Meshaal Aissa Barsham, que evitó algún gol más. De hecho, impidió que Memphis marcara. Disparó a bocajarro el nueve titular de Países Bajos y Barsham salvó el gol. El rechace lo recogió Frankie De Jong que a puerta vacía anotó el segundo al inicio de la segunda parte.

Desperdició una buena ocasión Países Bajos luego para darse un festín pero no estuvo por la labor. Dosificó energía y permitió jugar a su rival en el tramo final, en busca de un honroso gol, en sus últimos coletazos como mundialista.

Ficha técnica:

2 – Países Bajos: Andries Noppert; Jurrien Timber, Virgil van Dijk, Nathan Ake, Denzel Dumfries; Marten de Roon (Teun Koopmeiners, m.82), Frankie de Jong (Kenneth Taylor, m.86), Deley Blind; Davy Klaassen (Steven Berghuis, m.66), Cody Gakpo (Wout Weghorst, m.83) y Memphis Depay (Vincent Janssen, m.66).

0 – Catar: Meshaal Aissa Barsham; Ismail Mohammad (Musab Al Khader, m.85), Pedro Miguel, Boualem Khoukhi, Abdelkarim Hassan, Homan Ahmed; Abdelaziz Hatem (Ahmed Alaaeldin, m.85), Assim Madibo (Karim Boudiaf, m.64), Hasan Al Heidos (Ali Assadalla Thaimn Qamb, m.64); Akram Afif y Almoez Ali Zainalabedeen Abdulla (Mohammed Muntari, m.64) .:

Goles: 1-0, m.26: Cody Gakpo; 2-0, m.49: Frankie De Jong.

Árbitro: Bakary Gassama (GAM). Mostró tarjeta amarilla a Nathan Aké, de Países Bajos.

Incidencias: encuentro de la tercera jornada del Grupo A del Mundial de Qatar 2022 disputado en el Al Bayt Stadium de Al Khor ante 66.784 espectadores.

Foto: FIFA

Qatar 2022: Ecuador se queda en el camino ante Senegal

Senegal avanza a octavos / Foto: FIFA

Luis Miguel Pascual, Al Rayyan (EFE).- No habrá Tri en los octavos del Mundial de Qatar, castigada la selección ecuatoriana en el último partido, la recta final de un sueño que se apaga con tanta amargura como ilusión había despertado una selección que no fue capaz de rescatar el punto que le faltaba frente a Senegal (1-2).

Los campeones de África merecieron la victoria, más incisivos, más decididos a ganar el encuentro que les permitía superar, por segunda vez en su historia, la fase de grupos de un Mundial, 20 años después de que alcanzaran los cuartos.



Y cuatro más tarde del fracaso ante Colombia, esta vez superaron a una Ecuador que pagó su inexperiencia, la bisoñez de la benjamina de un Mundial que abandonan con lágrimas en los ojos pero muchas promesas de futuro.

Ecuador se doblegó en el último tramo, tras ilusionar contra Catar y sorprender frente a Países Bajos, tras demostrar que la apuesta de Gustavo Alfaro, la de una joven generación colmada de talento formado en Europa, tenía cabida entre los mejores.

La Tri lo demostró con creces, pero le faltó el realismo de la alta competición, el que tuvo una Senegal más bregada en esas citas, una selección sólida que ha sabido sobreponerse a la baja de su estrella, Sadio Mané, el segundo en la lista del Balón de Oro 2022, al que una lesión sacó de la competición.

La Tri descubrió un papel que, hasta ahora, no le había tocado jugar en Catar, el de la nación sometida por el rival, que impuso un ritmo infernal, tensión absoluta, mucho físico para ir acorralando al combinado sudamericano en su área.

Datos del partido: Ecuador vs Senegal

El ímpetu africano fue tan intenso que apenas dejó oxígeno a los de Alfaro para respirar, sometidos a los envites casi desde que se dio el pitido inicial, inaudible entre las salvas de tambores de la grada senegalesa.

Desde el primer compás avisó Idrissa Gueye sobre las intenciones de una selección que necesitaba el triunfo y no pasó ni un instante sin que la meta de Galíndez dejara de estar en su mirilla.

Boulaye Dia se sumó al acoso a los 8 minutos, dando el tono a otros compañeros en una labor de acoso y derribo que se saldó con una docena de disparos en 45 minutos, más que en todo lo que llevaba de Mundial la sólida zaga ecuatoriana.

En medio de la tormenta, solo un par de estiradas de Enner Valencia y Moisés Caicedo dieron tregua a la Tri, que no tardó en verse de nuevo asediada.

No era un acoso brutal, Senegal no conseguía desarbolar a la zaga ecuatoriana, menos segura que en los duelos previos, pero era una lluvia fina, no hiriente pero constante, que iba impregnando de peligro el partido. Peligro para Ecuador. Peligro de muerte.

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La sangre llegó cuando asomaba el descanso e Ismail Sarr lo intentó de nuevo, esta vez pilló desprevenido a Félix Torres y obligó a Piero Hincapié a acudir en su rescate, pero el defensa del Leverkusen lo hizo con tanta brutalidad que arrolló al jugador africano dentro del área.

La víctima del penalti se encargó de transformarlo, con suavidad, al engaño, para colocar a Ecuador en posición peligrosa, obligado ahora a remontar, los papeles cambiados.

Tocaba ponerse las galas que vistieron ante Países Bajos, las que despertaron admiración por la forma en la que hicieron hincar la rodilla a una de las aristócratas del fútbol, pero frente a otra de las de abajo, una Senegal bien trabajada y urdida, no fue suficiente.

Alfaro revolucionó su centro del campo dando entrada a Sarmiento y Cifuentes para llevar el partido más arriba y el segundo avisó en apenas 3 minutos con un disparo lejano que detuvo Mendy sin problemas.



Se anunciaba tormenta sobre el portero del Chelsea, pero la Tri se atascó en el duelo de musculatura que planteó Cissé, incapaz de encontrar fluidez entre tanta adrenalina que enfangó el partido, sin que la Tri supiera liberarse del enredo.

El banquillo envió al rescate a Djorkaeff Reasco, el hijo de Neicer, que en 2006 participó en la Ecuador que se clasificó para octavos de final, un joven futbolista del Old Boys argentino que, minutos antes del encuentro se había reunido con el ídolo francés de quien tomó prestado su nombre.

La reacción llegó a los 68 a balón parado, un córner peinado por Félix Torres que acabó en las piernas de Caicedo, que libre de marca solo tuvo que fusilar a Mendy.

Pero la alegría apenas duró dos minutos y la sanción llegó también a balón parado, en una falta desde la derecha del ataque senegalés que Enner Valencia despeja mal y acaba en las botas de Kalidou Koulibaly para dar de nuevo ventaja a los africanos.

El golpe fue ahora imparable, porque la ilusión todavía no había llegado a la mente de los ecuatorianos, que se veía de nuevo obligados a remontar, a perseguir un sueño.



Ecuador no se repuso, bregó en busca de nuevo del empate salvador, pero la fe esta vez no fue suficiente y tampoco apareció el talento.

La reacción fue fría, casi inexistente, como si Ecuador se resignara a una suerte cruel pero inapelable, rendidos a la superioridad de una Senegal que no le perdió la cara al encuentro. Fue una despedida triste para un Mundial ilusionante. Un adiós al presente para abrir pronto las puertas del futuro.

Ficha técnica:

1- Ecuador: Galíndez; Preciado (Porozo, m.85), Torres, Hincapié, Estupiñán; Franco (Sarmiento, m.46), Gruezo (Cifuentes, m.46), Caicedo; Plata, Estrada (Reasco, m.64), Valencia

2- Senegal: Mendy; Sabaly, Koulibaly, Jakobs, Diallo; Ciss (N. Mendy, m.74), P. Gueye; Ndiaye (Dieng, m.74), I. Gueye, Sarr; Boulaye Dia (Cissé, m.95)

Goles: 0-1, m.44: Sarr (p); 1-1, m.68: Caicedo; 1-2, m.70: Koulibaly

Árbitro: Clément Turpin (FRA), amonestó al senegalés Gana Gueye.

– Incidencias: Partido del grupo A de la primera fase del Mundial de Qatar disputado en el estadio Khalifa de Al Rayyan ante unos 40.000 espectadores. EFE

Qatar 2022: Un doblete de Bruno Fernandes instaló a Portugal en los octavos de final

(EFE).- Uruguay se jugará todo en la última fecha en el Mundial 2022, ni siquiera le vale el empate en la última jornada contra Ghana, nada más una victoria difícil hoy por hoy para la selección celeste, víctima de sus propios miedos durante una hora de partido, doblegado por dos goles de Bruno Fernandes, Diogo Costa y su ineficacia cuando perdió sus complejos (1-0), demasiado tarde para impedir la clasificación de Portugal.

Dos Uruguay para una derrota. Una, hasta el gol en contra, tan insustancial, tan conformista, tan falta de ambición, tan imprecisa, que siempre jugó al filo de la caída, de cualquier detalle.

Otra, desde el 1-0 en adelante, que se acercó a todo lo que debe ser, con presión, con atrevimiento, con intensidad y con una ofensiva que no alcanzó el éxito, pero que pone en evidencia y cuestiona las razones de la puesta en escena de Diego Alonso.

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No fue una casualidad el empate a cero contra Corea del Sur. Ni lo es su comprometida posición en el grupo. No está aún -y ya no queda margen- a la altura Uruguay de lo que pretende.



Entre tanta expectativa, entre tanta convicción en sus palabras, entre tanta atracción en algunos de sus futbolistas, en una hora fue un equipo sin identidad, con un plan conservador e ineficaz, que transmite expresivamente el temor al fracaso en el Mundial Qatar 2022. No aparecía Valverde. Ni Cavani. Ni Darwin Núñez. Faltaba juego. Y carácter.

Ni la agitación del sistema, de dos a tres centrales, de laterales a carrileros; ni la apariencia de la presión en campo contrario, más visual que práctica; ni la irrupción de Cavani, quizá por aquello de que fue él quien marcó los dos goles que eliminaron a Portugal en el último recuerdo mundialista en Rusia 2018; ni el arrebato de orgullo de Bentancur, el único este lunes por encima de la media; ni alguna carrera de Darwin Núñez, tan inexpresivo como el resto. Nada remediaba la intrascendencia. Un problema de Uruguay.

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Necesitaba más el grupo de Diego Alonso, contenido por su propia prudencia, resistente por la contundencia de sus centrales, con la que soportó los ratos en los que le dio toda la iniciativa a Portugal, y sólo aligerado del peso de la presión, de la responsabilidad táctica, cuando surge una individualidad que tira hacia adelante sin atender a otros rigores, como ocurrió cuando Bentancur dejó por el camino a tres rivales, pero Diogo Costa le tapó el mano a mano.

Lo mejor en el primer tiempo (lo único, también) del ataque de Uruguay, tan poco con tanto en juego, encomendado a un contragolpe, a una inspiración, a un giro de guión inesperado, a una segunda jugada que promovió unas cuantas veces, en cuanto sintió el apuro de la presión sobre su área del rival, con unos pelotazos de lado a lado del campo que siempre ganaron Ruben Dias o Pepe, el reemplazo del lesionado Danilo Pereira en el once.

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A las bajas del central del París Saint Germain, un titular indiscutible en el esquema de Fernando Santos, y Otavio, ausente este lunes por una dolencia muscular, Portugal sumó otra más. Ya la tuvo en la primera jornada y recayó en la segunda: Nuno Mendes, el lateral del PSG, cuya reaparición en el once, descartada en la víspera por el técnico, duró 42 minutos, cuando se resintió, se tiró al suelo, se levantó y tomó el camino del vestuario, quizá hasta el de la despedida de Qatar 2022, dependiendo de lo que dicten las pruebas.

Portugal, mucho mejor

No daba entonces más de dos pases seguidos Uruguay de medio campo hacia adelante. Sí lo hizo Portugal, al que tanto le dio doblar y hasta triplicar la posesión de su rival a lo largo de varios tramos del partido, porque, entre tanto control, entre tanto pase, le faltó desborde ante la defensa contraria, hasta el segundo tiempo, hasta que Joao Félix remató al lateral de la red y hasta que Bruno Fernandes y Cristiano Ronaldo lo pusieron todo patas arriba.

A Bruno, con demasiado espacio para perfilarse y proponer el centro desde una esquina del área, con Godín a la expectativa, le corresponde un porcentaje altísimo del gol, porque su centro fue al sitio concreto, entre el descuido de Varela para validar la posición de Cristiano Ronaldo y el fuera de juego que reclamó el resto de la defensa celeste, pero también al mejor goleador de la historia de Portugal, que, como poco, despistó (pareció que la peinó en un primer momento) a Rochet. La FIFA le otorgó a Bruno el 1-0, en el minuto 55.

A nadie le extrañó el gol. No por una cuestión de ocasiones, ni siquiera por un dominio abrumador de Portugal, que nunca fue tal, sino porque Uruguay apareció como un oponente menor hasta entonces, incomprensible cuando la clasificación para las octavos está tan en juego, inapropiado con toda la capacidad que tiene, como demostró en cuanto percibió con absoluta nitidez que la única manera de sobrevivir es lanzándose al ataque.

Entonces sí, Uruguay se elevó a una altura más reconocible, recompuso su ambición (inexistente ante Corea del Sur, inexpresiva durante una hora contra Portugal), alteró el discutible plan que Diego Alonso diseñó para ganar el encuentro y se liberó de toda la opresión táctica por la que circuló desde el principio, tan preparado para el error ajeno, tan obsesionado con el error propio, que el ataque, tan crucial, pasó a un lugar secundario.



Cuando fue una prioridad, cuando de verdad fue a por lo que había venido, era ya demasiado tarde. Ni con Cavani ni con Darwin Núñez. Ni después con Luis Suárez, a punto del 1-1, ni Maxi Gómez, con un derechazo al palo. Ni tampoco con De Arrascaeta, frustrado por Diogo Costa, los ejemplos irrebatibles de que si hubiera querido ganar antes todo habría sido posible para Uruguay, que bordea el fiasco en Qatar 2022.

Si no vence a Ghana en la última jornada, se despedirá. Bruno sentenció de penal. Él mismo provocó una polémica y discutible mano de Giménez, y él la sentenció.

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Qatar 2022: Un derechazo de Casemiro metió a Brasil en octavos de final

(EFE) – No tuvo a Luka Modric ni a Toni Kroos a su lado, pero Casemiro, o ‘Casemito’, como siempre que le necesitan, salió al rescate de su equipo para conectar un disparo con el empeine, a bote pronto, y mandar a Brasil a los octavos de final del Mundial (1-0).

El centrocampista del Mancheter United, que bromeaba en la previa con qué compañeros se encuentra más cómodo en el medio. «Luka Modric y Toni Kroos», desactivó el sopor de su equipo, que sigue con problemas de creación de juego y de conexión con el ataque, y finiquitó el pase de los brasileños a octavos.

Segunda selección con el billete ya comprado, junto a Francia, pero con más dudas en el juego que los galos.



No es ningún misterio. A Brasil le está costando abrir los partidos. La selección de Tite toca y toca, pero sufre un mundo para descolocar defensas tan bien trabajadas como la Serbia y la Suiza.

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Los de Murat Yakin, además, no renunciaron a la pelota con el desprecio con el que lo hicieron los balcánicos. Intentaron disputar la posesión a Brasil y controlaron el partido durante bastantes minutos, cerrando espacios a Brasil y haciendo buena esa máxima: «si tú tienes el balón, tu rival no lo tiene». Johann Cruyff era un genio.

La presión alta de los suizos, unido a un centro del campo poco creativo, que echa de menos la creatividad del ’10’, obligó a volcar el juego brasileño a la banda. Mientras Neymar tenía que ver el partido desde el hotel, con el dolorido tobillo en alto, Raphinha asumía el papel protagonista.

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De sus botas nació la poca magia de la que disfrutó el primer tiempo. Un centro precioso para que Vinícius, con la espinilla, fallase un gol clamoroso, un desborde desde la banda que terminó en disparo a las manos de Sommer y varios pases verticales erráticos.

No brilló el del Barcelona por su precisión, pero sí por su carácter para coger las riendas de un equipo falto de líder en ataque.

En este contexto de sopor, en el que solo Raphinha y muy poco de Vinícius brillaba, Suiza aprovechó la descompostura para mandar avisos.

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Primero en un balón muerto en un córner en el que Rubén Vargas se escabulló de Thiago Silva, antes de que Alisson le arrebatara la pelota, y más tarde cuando un pase de 30 metros encontró a Widmer dentro del área. El lateral suizo se acomodó la pelota y buscó un pase de la muerte que desactivó Militao.

Sentenció la canarinha 

A Brasil le entraron las prisas y Tite metió a Rodrygo en lugar de Paquetá, su plan más ofensivo. El empate no era malo, pero este partido era para ganarlo y creyó encontrar el antídoto en una enrevesada jugada que comenzó a trompicones en el centro del campo y que terminó con una triangulación entre Rodrygo, Casemiro y Vinícius, que sorteó a un defensa y tras un amago definió ante Sommer.

La alegría fue efímera; el VAR vio el fuera de juego de Richarlison en la construcción de la jugada. Vuelta a empezar.



Brasil no era capaz de conectar con su gente de arriba y la única opción era confiar todo a la arrancada de Vinícius o a una jugada aislada. Una vez más, como ante Serbia, Brasil confió en que alguien agitara la lámpara mágica, y esta vez no fue Richarlison, fue Casemiro.

Combinó con Rodrygo en la frontal y sacó un disparo seco, botando y que, tras tocar ligeramente en un defensor suizo, se alejó hasta meterse junto al palo. De primeras, un golazo; de segundas, también, pero con un pelín de suerte.

No le hizo falta más a Brasil, que aseguró su segunda victoria del torneo y ya está en octavos de final. Virtualmente es también primera, solo un descalabro ante Corea del Sur se lo impedirá.

Foto: FIFA

Qatar 2022: Camerún y Serbia empatan en festín de goles

Camerún y Serbia igualaron / Foto: FIFA

Óscar Maya Belchí, Doha (EFE).- Dos goles en dos minutos para Serbia y otros tantos en tres minutos para Camerún desataron la locura en un partido marcado por la ausencia del meta André Onana, que abandonó la concentración del país africano tras una disputa con su seleccionador, y que finalmente acabó con un empate a tres que deja a ambas selecciones, pertenecientes al Grupo G del Mundial, con solo un punto tras dos encuentros y aún con vida para la última jornada.

Llegaba Camerún a este partido promediando solo 0,8 goles por encuentro en un Mundial. 18 en 24 partidos; y acabó rompiendo un récord totalmente opuesto a dicho histórico. Contra Serbia ha sido la primera vez que ha marcado tres goles en una Copa del Mundo, y no les sirvió para ganar.

Datos del partido: Camerún vs Serbia

Creyó Camerún en la victoria desde el inicio, pero dos minutos fatídicos echaron por tierra su trabajo previo en la primera mitad, aunque este lunes sí tuvieron suerte de cara a puerta y en el segundo disparo anotaron su primer gol.

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Kunde puso el centro desde el córner izquierdo, N’Koulou la peinó en el primer palo y el central, Jean-Charles Castelletto, remató solo en el segundo para convertir su primer gol con la camiseta de Camerún a los 29 minutos de partido.



Tuvieron acierto los ‘leones indomables’ tras resistir las acometidas de Serbia, con Mitrovic, que tuvo dos buenas ocasiones, una la estrelló en el palo y otra la mandó fuera cuando remató solo dentro del área, como principal amenaza, pero el descuento de la primera mitad fue demoledor para el conjunto africano.

Primer minuto de añadido y la estrategia les devolvía la moneda. Centro tocado de Tadic al corazón del área, fallo en la marca de Camerún y Strahinja Pavlovic remató sin oposición girando bien el cuello para colocar el balón lejos del alcance de Devis Epassy. Si le hubieran defendido con la dureza con la que sus compañeros celebraron con él el empate, seguramente su gol no habría subido al marcador.

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Un tanto que hizo daño en la moral de los africanos, la cual Sergej Milinkovic-Savic se encargó de hundir un poco más. Error en la salida de balón de Zambo Anguissa y el centrocampista de la Lazio disparó desde la frontal al palo corto para darle la vuelta al marcador dos minutos después. Epassy la llegó a rozar con los dedos, pero no llegó a despejar. Con Onana en el campo y no volando de vuelta a casa, el resultado pudo haber sido diferente.

Un golpe del que Camerún parecía no poder levantarse, y más tras el 1-3 de Mitrovic en una jugada en la que Serbia encontró a tres jugadores libres dentro del área rival. La sensación era de haber bajado los brazos, de rozar la eliminación del Mundial de Catar, pero Vincent Aboubakar dijo ‘no’.

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Salió al terreno de juego en el minuto 55, y tardó 11 en marcar y dar una asistencia para igualar el partido y dejar media hora por delante con todo por decidir. Ante la velocidad de Camerún, el actual delantero del Al-Nassr saudí puso la calma y firmó uno de los goles del torneo. Amagó que iba a disparar para salvar la entrada de Milos Veljkovic, quien pasó de largo al tirarse al suelo, y superó al guardameta serbio con una vaselina suave.

El tanto subió al marcador al comprobarse que, por poco, en el inicio de la jugada no hubo fuera de juego, como ocurrió tres minutos más tarde. Como Serbia al filo del descanso, Camerún no perdonó cuando tuvo oportunidad. Aboubakar rompió al espacio y Choupo-Moting, en el segundo palo, hizo el 3-3 con un disparo a placer.



Serbia intentó reaccionar, comandada por Mitrovic ante la ausencia de su gran estrella en ataque, un Vlahovic que sigue sin estar al 100% y ni ante la necesidad de ganar, su seleccionador, Dragan Stojković, le dio minutos. Tampoco al exdelantero del Real Madrid Luka Jovic.

Sin embargo, y a pesar de marcar, Mitrovic no estuvo acertado de cara a puerta en el encuentro y ambas selecciones cierran su segundo partido en el Mundial con solo un punto y esperando al Brasil-Suiza para hacer sus cuentas de cara a la última jornada.

Ficha técnica:

3 – Camerún: Epassy; Fai, Castelletto, N’Koulou, Tolo; Kunde (Ondoua, m.67), Hongla (Aboubakar, m.55), Anguissa (Oum Gouet, m.81); Mbeumo (N’Koudou, m.81), Choupo Moting, y Toko Ekambi (Bassogog, m.67).

3 – Serbia: V.Milinkovic-Savic; Milenkovic, Pavlovic (Stefan Mitrovic, m.56), Veljkovic (Babic, m.78); Zivkovic (Radonjic, m.78), Maksimovic, S.Milinkovic-Savic (Grujic, m.78), Lukic, Kostic (Djuricic, m.90+2); Tadic; y Mitrovic.

Goles: 1-0, m.29: Castelletto; 1-1, m.45+1: Pavlovic; 1-2, m.45+3: S. Milinkovic-Savic; 1-3, m.53: A. Mitrovic; 2-3, m.64: Aboubakar. 3-3, m.64: Choupo-Moting.

Árbitro: Abdulla Mohammed (Emiratos Árabes Unidos). Amonestó a N’Koulou (m.24) y a Bassogog (m.30, fuera del campo) en Camerún. Por parte de Serbia recibieron cartulina amarilla Jovic (m.45+9, fuera del campo) y Milenkovic (m.90+4)

Incidencias: encuentro correspondiente a la segunda jornada del Grupo G de Qatar 2022 disputado en el estadio Al Yanoub.

Foto: FIFA

Alemania salvó un empate ante España y se mantiene con vida en el Mundial

Jordi Blanco (ESPN).- España y Alemania se repartieron el empate y dejaron para la última jornada la definición de un grupo que siguen mandando los españoles y que los germanos deberán cerrar con victoria, y goleada… Y pendientes del partido entre los españoles y Japón porque un empate entre ellos dejaría a la Mannschaft fuera del Mundial. A pesar de la excelente imagen que dejó en este duelo.

Se avanzó Morata para España mediada la segunda mitad y cuando se acercaba el final igualó Fullkrug. Un resultado justo en un encuentro soberbio. Sin más… Y con un desemboque sensacional, con Alemania buscando la victoria a la desesperada y España, tan firme como agotada, salvando la papeleta con grandeza.

Fue, de largo, el mejor partido del torneo, digno de una final cuando apenas era una segunda jornada de la fase de grupos enfrentando a dos equipos que quisieron ganar sin disimulo, que buscaron el gol a través de un juego excelso, de una presión al rival enfermiza, que combinaron con una rapidez no vista hasta entonces en Qatar y que regalaron un espectáculo soberbio.

Presentó rápido sus credenciales España. Si a los alemanes les costó algo más posicionarse y entrar en el juego, los jugadores de Luis Enrique salieron al campo ya enchufadísimos, con una presión salvaje en el área rival y una paciencia trascendental cuando tenían el balón… Para, de pronto, acelerar a fondo y demostrar sus intenciones.

Así llegó, a los siete minutos, el primer aviso. Y menudo aviso. Le llegó el balón a Dani Olmo escorado a la izquierda, casi en la diagonal del área, y desde allí soltó un zapatazo monumental que Neuer, magnífico en la respuesta, desvió lo justo con la mano para que el balón se estrellase en el larguero. Una salida rabiosa española que, obvio, provocó el despertar germano.

Si en los primeros diez minutos la presión de la Mannschaft se limitó a vigilar la salida de balón de los españoles en las inmediaciones del área, a partir de ahí los de Flick calcaron, y hasta aumentaron, la intensidad en su persecución del balón cuando lo quería jugar España en su campo.

Así comenzó a pasar problemas Pedri y tuvo que apoyarse Busquets mucho más en el incansable Gavi. Y echando de menos la prestancia de Marco Asensio, en labores ofensivas el conjunto hispano encontró su estrella en Dani Olmo, capaz de enloquecer en cualquier circunstancia a los rivales. Le acompañó en la intención Ferran Torres, listo en el desmarque, innegociable en la presión y acertado en la combinación… Pero lento en el remate.

Se igualó el juego de una manera excelsa, con los dos equipos empeñados en ganar bajo su propio convencimiento y convirtiendo el terreno de juego, todo él, en un campo de batalla monumental, adivinándose que apenas un error o una genialidad pudiera cambiar las cosas.



Y pudieron cambiar cerca del descanso, en un centro lateral al área española que pilló despistada a la defensa y atento a Rudiger para rematar de cabeza a la red. Fue un susto mayúsculo… Y un alivio comprobar que el zaguero del Real Madrid partió en fuera de juego.

El efecto Morata

Si fue sensacional la primera mitad, quien pudiera pensar que el esfuerzo físico pasaría factura se equivocó, demostrándose que las dos selecciones llegaron a Qatar con una preparación excelente. Y que iban a mantener el pistón a tope en la segunda parte.

Siguió Olmo siendo una pesadilla como lo iba siendo Gnabry. Se dejaba ver con su estampa Müller y respondía a la exigencia Busquets, hasta que Luis Enrique decidió mover ficha. Y demostró, el entrenador asturiano, tener perfectamente estudiado el partido.

Dio entrada a Morata en lugar de Ferran y aunque inmediatamente después Unai tuvo que intervenir milagrosamente ante Kimmich para solventar su error conjuntado con Pedri, el cambio dio mayor empaque y movilidad a España, que pasada la hora de partido dio el golpe.

Busquets, Olmo y Jordi Alba en la banda. Por ahí subió el lateral del Barça y su centro raso lo remató con magnificencia Morata, imposible para Neuer. Suficiente para romper el empate y suficiente para despertar la euforia en un equipo de autor, entregado del primero al último a la filosofía de su entrenador para dispararse hacia los octavos de final.

Herida de muerte Alemania, Flick movió ficha y respondió al doble cambio español de Koke y Nico Williams por el agotado Gavi y el irregular Asensio, metiendo más velocidad con Sané, Fullkrug y Klostermann con el objetivo claro de convertir el desemboque del partido en un asalto indisimulado al área española.

Despertar alemán

Y si Luis Enrique dio en el clavo con la entrada de Morata, no tuvo el mismo efecto la de Koke por Gavi, perdiendo peso el centro del campo español y ganando poderío el equipo alemán con sus cambios. La entrada de Sane y Fullkrug le dio ese empuje necesario, al que le costó responder a una España tan decidida en mantener su filosofía como rebajada en su brillantez.

Así, de repente, llegó el jarro de agua fría con el balón que se llevó Fullkrug ante Rodri, mal resuelto en su marcaje y lento en la reacción, dejando al joven alemán solo ante



Unai, que soberbio antes frente a Kimmich y Musiala, no pudo hacer nada contra el obús a quemarropa de Fullkrug que significó la igualada.

A partir de ahí, otra vez, los unos y los otros buscaron la victoria. Con más fortaleza los alemanes y más intento de combinación los españoles. Sabían los de Flick la necesidad de ganar para no depender de nadie en la última jornada y de ahí se entendió su dominio salvaje del que no pudo sacar provecho.

Al final empate… Y no todos contentos. Pero, sin duda, satisfechos por el fenomenal homenaje que regalaron al Mundial.

Foto: EFE

Un doblete de Mbappé ante Dinamarca mete a Francia en los octavos de final

EFE.- Tenia que aparecer Kylian Mbappé, como si de un guión se tratara, para liberar a Francia del laberinto danés, en el que tantas veces se ha enredado la campeona del mundo, pero a la que consiguió doblegar con dos tantos del parisiense que les convierte en la primera nación clasificada para octavos de final en Qatar.

La magia del «10» acabó por encontrarle la vuelta a un partido que llenaron de ocasiones, pero ninguna tan clara como para pensar que Dinamarca debió salir del estadio 974 con una goleada de escándalo.



Francia, que este año había perdido los dos duelos de la Liga de las Naciones contra los escandinavos, prosiguió su singladura virtuosa mundialista. Encadena ya seis triunfos en esa competición, la mejor racha de su historia, mientras las piezas del engranaje de Didier Deschamps parecen ir armonizándose a base de resultados.

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El juego fue menos brillante que ante Australia en el debut, quizá también porque el rival estaba más armado y porque su sola mención despierta fantasmas en la campeona, que ya temía con fracasar de nuevo en su objetivo de doblegarlos hasta que apareció Mbappé.

El atacante del PSG consiguió un doblete que, con menos de 24 años, le coloca en cifras de leyenda en los Mundiales, en la senda de Pelé por su precocidad.

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Suma ya 30 goles como internacional, 14 de ellos en los últimos doce partidos, en los que se ha convertido en el santo y seña de su selección, más aún tras la baja por lesión del Balón de Oro Karim Benzema.

En la vida de un campeón del mundo, el peso de la responsabilidad se traduce en un hambre permanente, todo sabe a poco cuando en ataque hay tanta dinamita.

Francia atacó con método, distribuyendo bien el balón por las bandas, sobre todo por la de Ousmane Dembelé en los primeros compases, en los que el barcelonista parecía listo para firmar una gesta en un número de genio, que como ya le sucedió en el primer partido, fue incapaz de hacer durar.

El extremo derecho, bien respaldado por su compañero de equipo Jules Koundé, animó al público con jugadas de circo, tan hermosas como ineficaces.

Pero que sirvieron para dar el tono al partido, para advertir a Dinamarca de que tendría que achicar el juego de bandas. Por la izquierda amenazaba también Mbappé y desde ambas arreciaban los pases a la cabeza de Giroud, deseoso de dejar atrás a Thierry Henry.

Sentenciaron el juego

Sin someter a Dinamarca a un acoso asfixiante, Francia acechó permanentemente, cada vez con más unidades que se sumaban a la ofensiva, Koundé, que sustituyó a Pavard en el once, Rabiot, que obligó a estirarse a Schmaichel, Varane, que regresaba tras lesión, Griezmann, que también buscó el tanto.

Mientras Dembélé seguía sometiendo a un calvario a Maelhe Christensen tuvo que placar a Mbappé para evitar que, tras un pase medido de Greizmann, el parisiense se plantara solo en el área.

El jugador del Atlético de Madrid marró una buena ocasión en el 59, pero dos más tarde una combinación entre Theo y Mbappé permitió al delantero abrir la lata danesa.

El tanto no desembarazó a Francia de su pesadilla danesa. Los escandinavos adelantaron líneas y, a balón parado, Christensen igualó el duelo con un potente cabezazo tras un rechace de Andersen que descolocó a la zaga gala.



Contratiempo que descentró a la campeona que vio como Lloris salvaba evitaba la remontada en un disparo de Lindstrom a bocajarro y Braithwaite rozaba el palo en otra jugada.

Los fantasmas reaparecían y Francia estaba encasquillada, rota, sin brújula. Pero volvió a aparecer Mbappé, de nuevo servido con maestría por Griezmann, de nuevo magistral para colocar a su equipo en la ruta hacia una nueva final.

Foto: FIFA

Polonia venció a Arabia con gol de Lewandowski y apunta a octavos

EFE.- Robert Lewandowski, con un pase de gol y un gol, y el arquero Wojciech Szczesny, al detener un penal a Salem Al-Dawsari al borde del descanso, otorgaron una victoria imprescindible a Polonia (2-0), que baja de la nube en la que estaba la selección de Arabia Saudita desde que venció a Argentina.

Pudo por fin romper el maleficio mundialista el delantero del Barcelona. Era algo impropio de un goleador de su reputación. Aún no sabía lo que era marcar en una cita universal. Por fin el hechizo se desvaneció. Suyo fue el recorte al meta Mohammed Al-Owais y el pase a Piotr Zielinski para que el jugador del Nápoles desatascara el partido, y la diana que sentenció el triunfo tras aprovechar una indecisión de Al-Malki.



El resto lo hizo Szczesny. Estuvo providencial, primero al despejar un potente disparo de Mohammed Kanno a los trece minutos y al borde del descanso al detener un penalti a Al-Dawsari decretado tras acudir al vídeo el colegiado Wilton Sampaio por falta de Bielik sobre Al-Shehri. Incluso despejó el inmediato disparo deAl-Burayk.

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Fue demasiado castigo para un conjunto asiático que fue mejor que el polaco durante prácticamente todo el encuentro. Los pupilos del ‘mago blanco’ Herve Renard, con intensidad, presión y una tremenda confianza en sí mismos, ahogaron al conjunto centroeuropeo y merecieron un mejor resultado.

Ni Bielik ni el exsevillista Grzegorz Krychowiak lograron manejar el partido en el centro del campo. El equipo de Czeslaw Michniewicz necesitado del triunfo tras su empate frente a México y a la vista del último encuentro contra Argentina, se mostró impotente, cometió numerosos errores en el pase y apenas pudo conectar con Lewandowski, apresado por los centrales Al-Amri y Al-Bulayhi.

Arabia Saudí tenía la posibilidad de certificar su clasificación para octavos por la vía rápida. La buscó con más que decoro, pero los errores en el gol de Zielinski y en el lanzamiento de penalti le condenaron en esta ocasión.

Ante Argentina encontró el camino de la remontada, pero esta vez no pudo conseguirlo porque careció del mismo acierto. Czczesny volvió a aparecer ante Al-Dawsari y Al-Brikan no tuvo precisión en los momentos de mayor presión del bloque saudí.



Polonia, no obstante, tuvo la puntilla con un remate de cabeza al larguero de otro juventino, Arkadiusz Milik, que formó pareja ofensiva con Lewandoswki, que poco después, en otra demostración del hechizo que parecía sufrir, envió un remate al palo.

Echó mano de experiencia el conjunto centroeuropeo. Con los papeles cambiados respeto a lo previsto antes de comenzar el Mundial, se pertrechó atrás para frenar las acometidas de Arabia Saudí y aguardó una nueva oportunidad al contragolpe.

No podía ser otro que Lewandowski el que apuntillara la victoria de Polonia. El capitán, siempre atento, aprovechó un error de Al-Malki, puso fin a su maleficio y selló el 2-0. Hasta pudo poner la guinda con el tercero, pero se topó con el portero.

Pese al sufrimiento, todo un impulso para el cuadro de Michniewicz y un castigo para una Arabia Saudí que volvió a dar una magnífica imagen y de no haber sido por la falta de acierto y las intervenciones de Szczesny podría haberse llevado el triunfo. Fue inferior en las áreas y lo pagó.